Capítulo 14
El silencio se rompe al escuchar el Den Den Mushi que Law traía, lo miramos al contestar y enseguida escuchamos el llamado de Sanji.
—¡Oye, Law! ¡Soy Sanji!
—Piernas Negras-ya, ¿encontraste la fábrica? —pregunta Law.
—¡Eso no importa ahora!
—¿Qué pasa? —pregunta Law, podía escuchar de fondo como un desastre se formaba en el lugar en el que estaba Sanji.
—¡Escucha bien! ¡Tienes que salir de ahí!
—¿De qué hablas? ¡Estoy por entregar a Caesar!
—¡Doflamingo no renuncio a los Shichibukai! —abrí los ojos de par en par sin poder creerlo— ¡Aunque entregues a Caesar, no podrás hacer ningún trato!
—Eso no tiene sentido... ¿Qué significa esto?
—¡Nos la jugaron! ¡Nos engañaron por completo! —sigue Sanji—. ¡Apresúrense! ¡Salgan de ahí!
—Idiota. Ya es demasiado tarde —responde Law. Sanji cuelga dejando a Law alterado— ¡¿Qué hago?!
Lo miré tratando de pensar en algo para ayudarlo a calmarse y en un plan para salir de aquí antes de que alguien llegara, pero fue muy tarde realmente, me sorprendí al sentir la presencia de varias personas acercándose a nosotros.
—Ya vienen —avisé, pero en ese momento la mitad de Robin aparece en la arena.
—¡Pero ¿qué?! ¡La mitad de Nico Robin salió de la arena! —exclama Caesar sorprendido.
—¡Nico-ya!
—Soy un clon —responde ella—. Escuché la llamada de recién. Era Sanji, ¿verdad?
—Oye, ¿dónde está Nariz-ya y tu verdadero cuerpo? Si lo que dice Piernas Negras-ya es cierto, el trato con Doflamingo queda cancelado.
—¡¿Cancelado?! ¡¿Y qué vas a hacer respecto a mi entrega?! —Caesar se pega a nosotros decepcionado y desesperado.
—No pasará —respondí empujándolo con una mano sobre su rostro.
—¡No! —lloriquea Caesar.
—¡Nico-ya! ¡Llama a Nariz-ya! ¡Nos iremos de la isla en este mismo instante! —menciona Law alterado.
—El problema es que ahora estamos en la zona subterránea de Green Bit —comenta Robin.
—¿Zona subterránea? —cuestioné.
—Tuvimos algunos problemas... Pero Usopp y yo estamos bien. No podemos ayudar, pero si piensas huir, hazlo sin nosotros. Luego nos dirigiremos al puerta donde acordamos reunirnos.
Levanté la mirada y abrí los ojos de par en par, sujeté la manga del abrigo de Law para que viera lo mismo que yo en ese momento.
—Ya veo. Está... ¡Huh!
Él se levanta, los cuatro miramos al grupo de marinos que se acercaban con el almirante Fujitora en frente. No lo había visto antes pero sí había escuchado mucho sobre él, al menos por lo que dicen ahora sobre él.
—Tu eres Trafalgar Law-san, ¿verdad?
—¿Eres el nuevo almirante...? —pregunta él—. Te llamas Fujitora, ¿no?
—Así es... y la que está contigo. Eres ________, ¿cierto? He oído hablar mucho sobre ti, es una verdadera lástima lo que te pasó.
Con esa simple mención me hizo apretar los dientes con fuerza, pero aparté la mirada hacia el mar.
—Law... —lo llamé justo cuando alguien más apareció en el lugar desde el cielo.
—¡Joker! —suelta alegre Caesar al verlo bajar hasta la arena. Él nos mira a todos, realmente daba escalofríos con esa sonrisa que traía en el rostro.
—¡Oye, Law! ¡No lo has hecho nada mal! ¡No esperaba ver a un almirante de la Marina aquí! —habla aquel sujeto ampliando su sonrisa molesta— ¡Como ya no soy un Shichibukai, me muero de miedo!
—¡Tsk! ¡Mentiroso! —vocifera Law enfadado— ¡Responde, Doflamingo! ¡¿Usaste el poder del Gobierno Mundial para engañar a todo el mundo y atraparnos solo a nosotros once?!
—Mientras más grande es el espectáculo, más simple es el truco... —respondió él—. Law. "Eso es ridículo". El sentido común de la gente suele crear estereotipos como ese, y a partir de ahí surgen puntos ciegos.
—Nadie puede hacer semejante cosa solo por pensar en un plan. ¡Eres un pirata! ¡Aunque seas un Shichibukai o un rey, no tienes suficiente poder para esparcir una mentira por todo el mundo! Los únicos capaces de hacer algo tan absurdo son los Dragones Celestiales. No me digas que eres...
Abrí los ojos de par en par, entonces me di cuenta de que no era solo yo la que sospechaba lo mismo. Miré a Doflamingo quien amplía su sonrisa, dándonos a entender que sí podía ser verdad. Me aferré al agarre en la manga de Law, fruncí los labios y sentí que mi cuerpo estaba temblando. Un Dragón Celestial... Entonces la familia de la historia... era su familia. Realmente es uno de ellos.
—Es algo más complicado. Mi objetivo es uno solo, Law... ¡Solo... quería matarte! —exclama él con una sonrisa que no me agradaba para nada.
—¡Joker! ¡Patéale el trasero a estos ti...! —Law jala a Caesar para que se callara y evitar que se fuera con Doflamingo.
—¡No te lo entregaré! ¡No cumpliste nada de lo que habíamos acordado! ¡Doflamingo, el trato queda cancelado! —responde Law.
—¡No! ¡¿Qué estás diciendo, idiota?! ¡Mira lo lejos que hemos llegado!
—¿Así es como te diriges a tu jefe después de diez años de silencio? —pregunta Doflamingo riendo—. Déjalo, Law. Caesar es uno de mis preciados subordinados.
Esto parece emocionar a Caesar quien intentaba ir corriendo a donde Doflamingo como esposa enamorada, pero Law no se lo permitía. Doflamingo nos mira pero noté que movió esa mirada a mí, tragué con dificultad y di medio paso en retroceso por precaución. Me hacía sentir intimidada el hecho de que fuera un Dragón Celestial.
—Lo siento, _________... Sospechaba sobre eso y aun así te traje aquí —escuché el murmuro de Law, no me miraba, solo a Doflamingo. Suspiré para darme valor y regresé a un lado de Law.
—No. Está bien —agarré a Caesar del cuello y lo lancé de rodillas al frente de nosotros—. No podía permitir que mi capitán se enfrentara a esto por sí solo.
Noté la leve risa entre dientes de Doflamingo al ver mi actuar, pero aparta la mirada finalmente a otra parte.
—¡Eres tú! Fujitora, el nuevo almirante designado a través del reclutamiento Militar Mundial —dice Doflamingo mirando hacia este—. He oído hablar sobre ti. Dicen que Ryokugyu y tú son monstruos con verdadero poder.
—Gracias por el cumplido.
—No te hagas el tonto —comenta Doflamingo.
—Todavía soy nuevo en la Marina, así que me es difícil entender sus acciones. No tengo suficiente evidencia, pero tengo algo de información sobre las violaciones a las reglas de los Shichibukai que has hecho. El hombre de ahí te llamaba "Joker" ¿Ese es tu apodo?
—Si quieres investigarme, necesitarás mucha determinación y reunir bastantes pruebas. ¿Y bien? ¿Qué ha decidido la Marina respecto al castigo de Law?
Todos miramos a Fujitora esperando su decisión.
—Respecto a la noticia sobre los piratas buscados, los Sombrero de Paja... Si estás aliado con ellos como dicen las noticias, eres culpable. Si se han vuelto tus subordinados, Law-san... eres inocente. Nuestra misión depende de tu respuesta. Podríamos tener que arrestarte junto a los Sombrero de Paja.
Miré de reojo a Law, mentir sería una buena escapada, para otras ocasiones. Esta vez, estaba segura de que Law diría la verdad.
—¡Los Sombrero de Paja no trabajan para mí! ¡Somos aliados, como decía en el periódico!
—Entonces, tendremos que despojarte de tu título. Me gustaría que la historia terminara ahí, pero... —Fujitora lanza un ataque hacia el cielo.
No ocurre nada por unos momentos pero entonces notamos algo aproximarse hacia nosotros.
—¡No puede ser...!
—¡¿Un meteorito?! —exclamé sorprendida.
—¡Esto es ridículo! —comenta Caesar.
Todos los marinos comienzan a correr, Caesar igual. Fruncí los labios pero me mantuve firme junto a Law quien usa su habilidad y corta el meteorito por la mitad. Doflamingo, Fujitora y yo usamos igualmente nuestras habilidades para detener los trozos y lanzarlos de regreso. El viento y la luz era tan fuertes que tuve que cubrir mis ojos para que no me dolieran.
Finalmente cuando todo pasó, solo éramos Doflamingo, Fujitora, Law y yo de pie en pilares de tierra mientras el cráter se había formado a nuestro alrededor y los marinos y Caesar se escondían tras unos arbustos.
—¡¿Cómo te entrenó el almirante de flota?! ¡Perro callejero! —espeta Doflamingo de repente.
—No me importa si puede ver o no —responde Law.
—Gracias. Solo quería probar sus habilidades —comenta el almirante Fujitora—. Muy bien, voy a arrestarte. ¿De acuerdo, Law-san?
—No me digas que piensas que podrás escapar de mí —sonríe Doflamingo con arrogancia.
Fujitora lanza un nuevo ataque, esta vez, al aparecer el meteorito. Hice un cañón de misiles desde mi pierna y apunté. Cuatro misiles a la vez se disparan hacia el meteorito haciéndolo pedazos.
—Eres un desgraciado, Fujitora. Él es mi presa —Doflamingo apunta a Law— "¡Bala de hilo!"
Levanté el brazo y formé un mazo de gran tamaño para detener las balas, apenas se detienen Law toma mi mano y salimos de aquel pilar de tierra de un salto y corrimos al bosque mientras Doflamingo nos perseguía.
—¿Quieres que los persiga, Law?
Saltamos tras una raíz enorme y nos escondimos, pero unas balas atraviesan este haciéndonos continuar la carrera. A cada paso que íbamos los árboles se cortaban en rodajas, mientras corríamos miré al cielo y me detuve de golpe apuntando hacia arriba.
—¡__________!
—¡Vete, Law! —exclamé, pues es él a quien en verdad quieren.
Disparé misiles a aquellas rodajas que iban hacia nosotros gracias al poder de Fujitora. Doflamingo aparece sobre mí, persiguiendo a Law. Lo apunté y disparé consiguiendo que se detuviera para esquivarme. Me mira y sonríe, abrí los ojos de par en par cuando algo se ata a mi alrededor antes de poder evitarlo. Mi cuello se sentía que iba a cortarse en pedazos.
—Es interesante. Tu habilidad es similar a la de Baby 5, pero... sé que es diferente pero aún no sabes todo lo que puedes hacer —mi cuerpo se acerca hasta él—. Qué lástima.
Apreté los dientes con molestia pero antes de que los hilos a mi alrededor pudieran cortar mi cullo, cambié de lugar. Sorprendida me agarré del cuello de Law que seguía corriendo, miró por encima de su hombro como Fujitora nos perseguía. Me asomé por su hombro con una metralleta con mirilla y apunté. Law seguía corriendo y yo disparaba para evitar todos los objetos que nos lanzaban y alejar aún más a los perseguidores.
—Es verdad que dije que me gustan las persecuciones —mencioné cambiando de arma a una bazuca—. ¡Pero al revés!
Pude destruir el pedazo de tierra que llevaba a Fujitora mientras que Doflamingo me esquivó. Chasqueé la lengua con molestia pero vi que nos apuntaba de nuevo como para dispararnos de esas balas de hilo.
—¡Cuidado! —le advertí a Law quien nos intercambia de lugar con un tronco para esquivarlo.
Entonces conseguí que me bajara y lo empujé para que siguiera corriendo, él se detiene y me mira pero yo sonreí.
—Vete.
Duda, pero me hace caso y sale corriendo. Volví la mirada a Doflamingo y saqué un corazón de mi ropa. Doflamingo se detiene y Caesar grita y me apunta.
—¡¿E..Ese es mi corazón?!
—¿De quién si no? —sonreí de lado y salí corriendo, evitando el camino que tomó Law.
—¡Joker, no dejes que se lleve mi corazón! ¡Lo necesito!
Miré hacia atrás y vi a Doflamingo persiguiéndome, salté en cuando el tronco a un lado se corta en varios pedazos, me dispara balas de hilos pero yo volví a mostrar el corazón en mi mano.
—¡Cuidado! No querrás matar a tu subordinado especial.
—¡Ahhh! ¡Joker! —Caesar lloriquea.
Doflamingo chaquea la lengua y se me acerca apresurado. Salté para esquivar un tronco y me escondí a un lado. Él y Caesar se detienen al perderme de vista pero entonces aparecí detrás de ellos pateando por la espalda a Doflamingo, tirándolo al suelo y colocándome encima con una escopeta apuntando a su rostro. Lo había derribado muy fácil... Él sabía que iba a hacerlo, se está burlando de mí.
—¡Ahhh! —grita Caesar a un lado pero lo apunté con otra pistola con la mano libre, él se quedó quieto.
Miré a Doflamingo con tantas ganas de llenar su cabeza de plomo. Pero su risa mientras lo apuntaba me decía que no iba a ser tan fácil.
—__________... Eres impresionante. No me sorprende que los Dragones Celestiales decidieran llevarte.
—No hables como si no fueras uno de ellos. Eres exactamente como ellos, y llevas su sangre —espeté enfadada—. Es por eso por lo que adoraré cuando termine contigo.
—Lo correcto es decir que lo fui antes, ya no es así. Y si no lo has hecho ya es porque no puedes... —vuelve a reír—. Quieres hacerme creer que no tienes mis hilos evitando que aprietes el gatillo porque eres más fuerte, pero lo sé. Estas rodeada de estos. Soy yo el que no quiere matarte aún.
—Entonces... ¿por qué no lo hiciste ya? —respondí. En verdad quería apretar el gatillo pero desde que decidí acercarme estuve atrapada.
—Porque... al parecer no solo comparto origen con los Dragones Celestiales, también comparto sus gustos —se ríe de nuevo y sus hilos me obligan a levantar la escopeta y a salir de encima para que pueda levantarse.
—¡Por fin! ¡Joker, haz que me entregue mi corazón, rápido! —pide Caesar impaciente.
El corazón sale de mi ropa y va directo a la mano de Doflamingo. Caesar se asoma, viéndolo con ansias y adoración, pero yo comencé a reír entre dientes antes de hacerlo más fuerte.
—¿Realmente crees que ese es tu corazón? —cuestioné haciendo dudar a ambos. Doflamingo aplasta el corazón en su mano y Caesar finge haber sentido dolor antes de darse cuenta.
—No sentí nada... Ese no es... —menciona abriendo los ojos de par en par—. ¡Nos engañaste!
Reí a carcajadas haciendo enfadar a Caesar quien me reclama mientras que Doflamingo aprieta tanto el corazón que termina explotando en sangre. Chasqueó los dientes y me miró furioso.
—¿Estás dispuesta a morir por esto que acabas de hacer?
—Estuve dispuesta a morir desde que fui llevada a Mary Geoise por tu gente. Ya no me asusta lo que puedas hacerme —respondí segura, pero su sonrisa me hizo titubear.
Sin embargo, mi cuerpo se mueve de lugar justo frente a las narices de Doflamingo. Sonreí de lado y corrí junto a Law cuando pude estabilizarme.
—Estás loca —me reclama con un chasquido de lengua—. Ya llamé a Nami-ya, solo tenemos que resistir hasta que lleguen.
—De acuerdo —respondí pero de la nada Law sujeta mi mano y jala de mí.
—Por cierto. Te dije que tuvieras cuidado con él —me regaña.
—Pero gracias a mi distracción te dio tiempo de llamar a Nami, ¿no?
Rodó los ojos y esquivamos un trozo de raíz. Miré hacia atrás y de mi espalda salieron varias boquillas de metralletas. Agarré a Law con firmeza y cuando todas las boquillas dispararon el impulso que provocaban nos hacía ir más rápido, además de alejar aún más a Doflamingo y Fujitora, pero al usar demasiado esta comienza a calentarse. Tuve que detenerme para no quemar mi espalda y seguir corriendo.
Sin embargo, Fujitora lanza otro meteorito hacia nosotros a la vez que Doflamingo se acercaba más. Lancé un disparo de bazuca hacia el meteorito y Law usa los escombros para alejarnos de Doflamingo y adentrarnos en el polvo y humo del meteorito, lo empujé de nuevo y le indiqué con la cabeza que se alejara.
—Atraparé a Caesar —declaré antes de impulsarme con disparos desde los pies y así salir del polvo. Crucé junto a Doflamingo y atrapando a Caesar, le dediqué una sonrisa antes de ser cambiados por un trozo de meteorito sin darle tiempo de atraparnos.
—¡Joker! —lloriquea Caesar mientras lo sujetaba para que no se escapara.
—Bien hecho —dice Law con una leve sonrisa ladina.
Llegamos a la playa nuevamente, deteniéndonos de golpe por ver a los chicos en el Sunny gritando por ser atacados por los peces peleadores. Resoplé, pero ambos nos sobresaltamos cuando Doflamingo aparece pero sigue de largo.
—¡Espera, Doflamingo! ¡No tienen nada que ver con esto!
—¡Se acabó, Law!
Vimos a Doflamingo ir hacia los chicos espantando a los peces, estaba por atacarlos hasta que vimos a Sanji volando hacia Doflamingo con la pierna en llamas. Sanji golpea repetidas veces a Doflamingo pero este no parece afectado y entonces Sanji se detiene de golpe gracias a la habilidad de Doflamingo quien hace aparecer un látigo de fuego con el que intenta golpear a Sanji. Repentinamente Law nos intercambia con Doflamingo al que se le desvió su ataque.
—Lo siento, cometí un error. Vamos al barco.
Law nos hace aparecer a los cuatro en el barco, cayendo sobre Caesar y dejando a Sanji sin cuidado a un lado.
—¡Torao-san! ¡__________! Que alivio.
—Hola —levanté dos dedos al saludar.
—¡Bájate de mi espalda! —grita Caesar pataleando pero al estar deprimido por ser atrapado de nuevo, vuelve a tenderse en el suelo.
Levanté más la mirada y vi a Doflamingo acercarse de nuevo haciendo entrar en pánico a los chicos. Law pide información sobre la fábrica mientras sostiene su corazón en manos, pues el de Caesar estaba dentro de su pecho.
—¡Demonios! ¡L..Lo tuviste en tu cuerpo todo el tiempo! —se queja Caesar sujetando su corazón.
—¡Escuchen! —pide Law llamando la atención de los demás—. Quiero que se lo lleven a Zou. Les di la vivre card que lleva a esa isla.
—¡¿Ir a esa isla?! ¡¿Qué hay de Luffy-san y los demás?! —pregunta Brook.
—Lo único que queda por hacer en esta isla es destruir la fábrica. Los alcanzaremos pronto.
Nami se niega a salir sin su capitán pero antes de seguir hablando algo golpea el barco llamando nuestra atención. Una sombra gigante nos cubre, al levantar la vista había un barco de guerra de la marina a punto de aplastarnos por completo, obra de Fujitora, y por el otro lado se acerca Doflamingo.
Los cañones del barco de la marina comienzan a dispararnos moviendo el Sunny. Dos meteoritos también se acercan. Los chicos ya se decidieron en partir a Zou por el miedo de esta batalla.
—¡Lárguense de aquí!
Law usa su habilidad para que los meteoritos golpeen el barco de la marina y yo volví mis brazos unas bazucas para dispararlos. Nami corre al timón para girar el curso del barco. Miré a Doflamingo acercarse y crear ese látigo de fuego nuevamente. Hice un látigo de acero que se enredó con el suyo, convirtiendo esto en un tira y afloja. Me aferré al barandal del Sunny para evitar que volviera a usar su látigo. Law advierte de los poderes de Doflamingo. Chopper empieza a activar el cañón de aire del Sunny y yo solté el látigo de Doflamingo finalmente.
—¡Doflamingo, mira! —Law amenaza con su katana a la mujer parte de la familia de Doflamingo, dejándolo sin nada que hacer y consiguiendo que nos dejara escapar.
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