¿Qué tan dificil puede ser?
Aloy y Allam estaban bajando las escaleras del Fuerte del Día; en camino a Meridian. El galopador de Aloy los seguía por detrás cargando con las cosas de la cazadora.
Allam Y Aloy bajaron de la montaña y vieron un rebaño de Astados. Cosa que sorprendió a Allam al verlos, ya que le recordaban a los toros de su antiguo mundo.
Aloy le dijo que esperara mientras revisaba las alforjas de su galopador. Allam seguía observando a las máquinas astadas y a decir verdad, desde que el soldado antiguo despertó, ha querido domar algunas de las varias bestias mecánicas que vagaban por el mundo, pero no sabía cómo, hasta que recordó que son parecidas a los animales que alguna vez existieron.
Por lo que en ese momento se le ocurrió una magnífica idea, este esbozó una sonrisa confiada y se fue en la dirección del rebaño.
Aloy Pov
Estaba revisando las provisiones que quizás necesitemos para el viaje, además de que miraba si tenía suficientes bombas elementales para mi nueva honda, la cual compré esta mañana. Aún habían materiales para hacer flechas, pero no veía donde habían quedado los depósitos de líquido congelante, Allam quizás los había cambiado de sitio o ya los había usado todos.
Yo: ¿Allam, sabes donde están los depósitos de líquido congelante?-le pregunté al hombre pero no recibí respuesta alguna, cosa que me dejó extrañada, miro en la dirección en la que estaba y no lo veo ahí, dejándome estupefacta y preguntándose el como pudo perder a un hombre tan grande.
(Aloy es 1.69 metros, es decir 5'5' pies, mientras que Allam es 1.77, es decir 5'10')
Mientras miraba para donde se fue Allam, vi al rebaño de astados que el estaba mirando y algo moviéndose sobre una gran roca captó mi atención. Me fijé que había algo...no...alguien, en la punta de una gran roca y era Allam mirando a los astados. Confundida lo miraba hasta que este salto de la gran piedra, haciendo que de un grito ahogado y lo escuche gritar unas palabras muy extrañas:
Allam: ¡KAWABUNGA BANZAI!-grito el soldado antiguo cuando se lanzó. Cayendo sobre el lomo de la bestia metálica. La luz del astado pasó a ser de azul a roja y empezó a moverse tratando de quitarse al soldado antiguo. Este agarró los cables y con dificultad se podría decir que controlaba a la máquina y trataba de mantenerse sobre la bestia.
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Yo estaba sorprendida y no me podía creer el nivel de estupidez que poseía el soldado antiguo.
Yo: Este hombre está loco. ¿Tanto quiere que lo maten?-decía yo mientras veía al soldado gritando mientras seguía siendo remolido por el astado.
Allam: ¡Yeeeeeejaaaaa! ¡Dale torito! ¡Ya te he montado más de una vez antes cabron!
Los demás astados del rebaño se dieron cuenta de la presencia del hombre y empezaron a perseguirlo.
Me monte sobre mi galopador y le di persecución al rebaño enfurecido.
Allam Pov
Estos malditos toros si que se ven molestos y este de aquí no se quiere calmar, por más de que le hable. Vi como los otros toros se acercaban a mi, agarre mi arco y flechas y les empecé a disparar, fallando o acertando uno que otro tiro, hasta que por fin uno cayó desplomado. Unas flechas se incrustaron en otro toro dañándolo un poco en el proceso para que otras dos flechas más lo derribaran. Vi que Aloy venía montada en su galopador con su arco en mano y ella se veía bastante furiosa, pero sentía que esa ira iba dirigida hacia mi persona más específicamente, cosa que hizo que un escalofrío me bajara por el cuerpo.
Le quite el seguro a mi rifle y le disparé lo mejor que pude al toro mecánico que me perseguía. Con todos destruidos, Aloy se empezó a acercar hacia mi posición cada vez más rápido hasta que por fin logro alcanzarme y con la parte baja de su lanza vi como hackeaba al toro, haciendo que frene de golpe y me mande a volar por los aires.
Yo: Auch, eso dolió-decía yo mientras me levantaba adolorido y desempolvándome.
La pelirroja se se empezó acercar a mi y juraba sus ojos verdes echaban fuego de la furia y estaba tan roja como un tomate. Sentí otro escalofrío bajarme por la espalda al verla a los ojos.
Aloy: ¡¿Estás demente?!, ¿¡Tienes alguna idea de lo estúpido y peligroso que fue eso?!, ¿¡Pudiste haber salido lastimado o peor aún, muerto?! Dime, ¡¿Por qué lo hiciste?!-me regañaba la cazadora Nora hecha una furia, como si se tratase de una madre regañando a su hijo por romper algo.
Yo: P-Pues, pensé que podría domar una máquina como-le explicaba a ella pero me interrumpió pero su tono había aumentado al igual que su enojo.
Aloy: ¡¿Y crees que puedes domar una máquina con subírtele en el lomo?! ¡¿Que sería tan fácil dominarlas?! Si así fuera, todo el mundo tuviera su propia máquina pero no ves a nadie montando máquinas además de mi, ¿o sí? ¡Soy la única que puede domarlas y controlarlas, la única!-me volvió a gritar la cazadora Nora, esta vez soltando un sonoro suspiro. La joven pelirroja dio un giro dándome la espalda y se fue en dirección a su galopador y al reciente adquirido toro mecánico
Yo estaba sorprendido por la reacción de la cazadora Nora, por más hiriente que fueran sus palabras, ella tenía la razón. Esté no fue mi mejor plan y realmente pude haber muerto, solo conseguí hacerla enojar. Me siento como cuando era pequeño y mamá me regañaba por hacer lo indebido.
La seguí y esta se montó sobre su galopador sin dirigirme la palabra. ¿Tan molesta estaba?
Me monte en el toro mecánico a su lado.
Aloy: En lo que estás montado se llaman astados, para que sepas-me comentó la cazadora Nora, pero seguía molesta todavía.
El galopador empezó a avanzar y yo señalizo a mi astado a caminar también. Para seguir nuestro camino hacia Meridian.
Medio día...
Aloy Pov
Estábamos descansando a un lado del camino, siendo resguardados del sol incandescente del medio día, estábamos comiendo un poco de frutos secos con una liebre que asamos.
Mire en la dirección donde estaba el soldado antiguo vigilando por si alguien o algo se nos acercaba. El portaba su poncho como una capucha para proteger sus ojos del sol.
Allam no me había dirigido la palabra desde que le grite por tratar de domar un astado. Sabía que el había hecho una idiotez y deje que la ira y la preocupación sacaran lo peor de mí y empiezo a creer que herí sus sentimientos. Esa ira que había sentido antes había sido transformada en una inmensa culpa.
Me sentía culpable por haberle gritado, hizo una tontería, si, pero no merecía tener que ser insultado ni tuve que haberle gritado por eso, el quizás pensó que eran como los animales de antaño, además, nunca le expliqué cómo domar a las máquinas.
Termine mi almuerzo y salí de la sombra de la roca y me acerqué al soldado. No sabía por qué me estaba poniendo nerviosa y sentía que mis mejillas se enrojecían bastante.
Yo: Hey...Al-le salude al acercarme y el solo respondió con su cabeza, mientras miraba al horizonte en búsqueda de cualquier amenaza potencial.
Yo: Oye...lamento haberte gritado antes, no debí de haberte tratado así, después de todo no sabías y deje que mi preocupación se tornara en una rabia sin razón...por eso te quiero pedir perdón-le dije ruborizada por la vergüenza.
Allam: No te preocupes, se que tenías buenas intenciones, pero, ¿Estabas preocupada por mi?-me pregunto el soldado y juré que sentí que mis mejillas se tornaron en dos bolas de fuego.
Yo: P-Pues, s-si...no qu-quería que salieras la-lastimado por accidente-le respondí a ella, pero mi corazón me empezaba a latir a mis por hora y yo no tartamudeo, ¿que me está pasando?
Allam Pov
¡¿Aloy se preocupa por mi?! Sentía como un sonrojo se empezaba a formar en mi cara y el corazón se me aceleraba.
Yo: N-No sabía que pensabas a-así en mi-le respondí a la pelirroja que también estaba sonrojada a más no poder.
Trataba de componerme y recordar que no debería de enamorarme tan rápido.
Estábamos en un silencio vergonzoso e incomodo entre los dos. Pero una flecha pasó entre los dos y se incrustó en el suelo. Vimos de dónde vino la flecha y vimos a varios hombres acercándose a nuestra posición gritando cosas como 'Esa es la basofia', 'Por el Sol' o 'No defraudemos al Helis'.
Aloy: Rayos, son los que atacaron la Prueba-dijo Aloy mientras preparaba su arco con una mirada decidida y llena de odio hacia los atacantes.
Recierdo que Aloy me contó sobre lo qué pasó en la Prueba y sobre estos tipos, por lo que le quité el seguro a mi rifle, lo puse en semiautomático y empecé a dispara contra los enemigos, dando saltos dobles de vez en cuando, cosa que los asustaba. No pudieron con nosotros.
Yo: Aloy, será mejor que sigamos, estos de aquí son solo una patrulla, quien sabe cuántos más hayan esparcidos por el desierto-le dije a ella, a lo que asintió y fuimos a recoger nuestras cosas y resumir nuestro viaje a Meridian que según Aloy, estaba a solo dos horas de distancia.
Nota de Autor:
Gracias a todos los que leen y comentan ñ este libro, me sirve de mucha inspiración a la hora de escribir y se qué hay gente que les gusta🥰🥺🥺
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