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Amigos y aliados

Allam y Aloy llegaron al risco Este de la Aldea, para revisar las defensas de la ciudad contra las fuerzas de Helis. En su camino se encontraron con Teb, dejando unos suministros debajo de unas banderas azules.

Aloy: ¡Teb, si viniste!-saludó la pelirroja con una sonrisa.

Teb: Aloy, te dije que vendría-saludó el joven a la pelirroja y al soldado antiguo.

Aloy: ¿Y tú herida?-le preguntó la cazadora Nora.

Teb: Estaré bien, yo estaré aquí dejando suministros en estos postes con banderas azules. Búscalos cuando estés en batalla-le explicó el joven a la pelirroja.

Teb: Además, los Carja me hicieron un oficial de intendencia honorario, sea lo sea eso. Pero se oye bien-dijo el joven Nora con una sonrisa.

Allam se alejó un poco y se encontró con Vanasha y Uthid hablando.

Vanasha: ¿Enserio puliste...tu armadura?-dijo la morena con gracia.

Uthid: Si, ¿y que?-pregunto el hombre confundido.

Vanasha: No nada, nada, es solo que es...muy brillante-dijo la morena viendo al soldado de pies a cabeza.

Allam: Hey-saludó el soldado antiguo.

Vanasha: Hola de nuevo Antiguo, vine aquí como me querías-saludo la morena al ver al soldado antiguo.

Allam: ¿Lista para pelear?-le preguntó el soldado con media sonrisa en su rostro.

Vanasha: ¿Pelear? Yo pensaba que venías a tomar el té y a conversar. ¿Va a ver una batalla? No fui informada de eso-dijo la mujer con una falsa inocencia, el pelinegro solo esbozó una sonrisa siguiéndole el juego.

Allam: Eso no puede ser posible, tu siempre estás informada de todo-le respondió el soldado siguiéndole el juego.

Vanasha: Ah, solo nos hemos visto unas cuantas veces y aún así me conoces tan bien-dijo la mujer con una sonrisa.

Allam: Ni tanto-respondió el soldado.

Vanasha: ¿Te puedo contar un secreto?-pregunto la mujer y el soldado simplemente asintió.

Vanasha: He esperado toda mi vida por este momento. El enemigo al que nos enfrentamos hoy fue el mismo que convirtió a Meridian en un pozo de esclavos y a Ocaso en un baño de sangre. Fanáticos que masacraron familias enteras, niños incluidos, todo porque era "la voluntad del Sol". Los odio...a todos ellos. Tengo esas marcas en mi espalda y hoy es el día en el que todo se acabará....En parte vine aquí por ti, pero la verdad es que vine aquí por ellos. Ninguno escapara vivo de aquí-dijo la mujer con veneno en su voz, veneno de un dolor que hace años la estaba carcomiendo por dentro.

Allam: No eres la única que se siente así Vanasha. Ninguno de esos cabrones saldrá vivo de aquí-le respondió el soldado, simpatizando con la mujer.

Vanasha: Que así sea Allam. Lucharemos por un mejor mañana-dijo la espía.

Uthid le puso una mano en su hombre a Vanasha, para reasegurarla.

Uthid: Allam-saludó el hombre con un saludo militar, el cual Allam copió.

Allam: Uthid, me alegra que estes aquí. Meridian se beneficiaría muchísimo de tu experiencia militar en esta batalla. Me alegra que esté de nuestra parte-le dijo el soldado antiguo con una sonrisa.

Uthid: El honor es mío Allam, tú me salvaste de que mi epitafio dijera "Un gran soldado pero un hombre tonto"-dijo el soldado con una pequeña sonrisa.

Allam: Y espero que no necesite ninguno por ahora-le dijo el soldado al hombre.

Uthid: Como lo desee el Sol. Cuando me encontraste, yo estaba en busca de una muerte gloriosa, pero ahora...una vida gloriosa es más preferible-dijo el soldado mientras veía a Vanasha.

Al soldado antiguo no le costó mucho unir las piezas del rompecabezas y ver lo que estaba pasando. El soldado solamente sonrió.

Uthid: Ver a Itamen jugar en los jardines del castillo, aunque sea rodeado por un monton de guardias...me trajo felicidad. Lo que hiciste por ellos...fue algo excepcional-le dijo el hombre agradecido con el soldado.

Vanasha asintió junto a él.

Uthid: Aunque...no puedo quitarme a esta pícara de encima. Ella se jacta cargándome como olas de colores descarados ante un Behemoth-dijo el hombre con una pequeña sonrisa en su cara.

Allam: ¿Quieres que le deja que pare?-le preguntó con una media sonrisa al soldado.

Uthid: Nah, lo aceptó-dijo el hombre, pra después mirar a Vanasha y ambos sonreírse.

Uthid: Bu-Bueno, pues te veré en combate hombre antiguo. Meridian se alzara y la Sombra caerá. Lo juro-dijo el hombre, para después hacer un saludo militar.

Allam respondió con un saludo igualmente.

Allam: Los tragos van a mi cuando esto acabe-dije y fui a buscar a Aloy.

Allam Pov

Aloy: Hey, ¿donde estabas?-me preguntó ella con curiosidad.

Yo: Hablando con Vanasha y Uthid. Sabes, los que me ayudaron en territorio Eclipse-le explique a ella y ella entendió, sabiendo de que hablaba.

Aloy: Ah ya...¿Esa morena no te hizo nada verdad?, ¿No te manoseó ni nada?-preguntó ella mientras me miraba de arriba a abajo. Aloy había entrado en su modo celoso.

Yo: No cariño, solo hablamos. Además, creo que a ella le gustan mayores-dije yo mientras alzaba las manos mientras ella me miraba.

Aloy entrecerró los ojos y acercó su rostro al mío, poniéndose de puntillas para tratar de estar a mi altura. Me dio un pequeño beso que me saco una sonrisa en mi rostro.

Mientras caminábamos, me contó que se encontró con Elida, que estaba ayudando a recolectar flores y raíces medicinales para Teb. Seguimos revisando las defensas y nos encontramos con una Oseram probando una especie de cañón. La mujer tenía el cabello negro y corto, con una banda en su cabeza para el sudor. De piel blanca y ojos marrones.

Aloy: ¡Petra!-dijo la cazadora con una sonrisa, llamando la atención de la ingeniera Oseram.

Pertra: Vaya, vaya, vaya. Miren quien se decidió aparecer, la cazadora cabello de fuego-dijo la mujer saludando a mi novia con una sonrisa.

Petra: Iba a volver después de la siguiente tormenta de arena, pero Marad me comentó lo que iba a pasar y decidí chequear en los viejos cañones. Los limpié y ahora rugen como nunca-dijo la muchacha con una sonrisa, pero después ella notó mi presencia detrás de Aloy.

Petra: Huh. Tú debes ser el famoso Allam. Ya veo por que Aloy hablaba tanto de di...desearía que hubieran más de ti-dijo la mujer parándose al frente mío...demasiado cerca diría yo.

Yo: ¿Más...de mí?-le pregunté, no entendiendo mucho de lo que hablaba.

Petra: Si. Grueso, supongo. Eres como una rueda de engranaje y tienes menos rizos. No me malinterpretes, te ves mas grande y...grueso~... que un Oseram cualquiera...rawr~-decía la chica mientras se acercaba a mi peligrosamente.

Aloy: ¿Enserio Petra? ¿Y es que todos los Oseram coquetean en los peores momentos?-dijo la cazadora algo molesta por las acciones de la Oseram.

Petra: ¿Mal momento? Ha, pero la batalla ni siquiera ha empezado. Además, no es mi culpa que andes con este bizcocho y aún no te lo hayas comido-dijo la ingeniera mirándome con una sonrisa seductora.

Esta tipa está loca...locamente caliente. Maldita sea. Siento un sonrojo formarse en mi cara.

Aloy: Petra, ese es mi novio-dijo la cazadora cruzada de brazos con una mirada no tan amigable en su rostro.

Petra: ¿Y quien dijo que no podemos compartir?-le dijo ella con gracia a mi novia. Juro que puedo ver un aura asesina detrás de ella.

Momentos más tarde...
Pov General

Allam y Aloy caminaban por las calles de la aldea de Meridian. Estos se dirigían hacia la aguja para hablar con los aliados que habían llegado para asistir en la batalla.

Subieron la escalera y estuvieron en plazoleta de La Aguja y ahí vieron a los Nora, las hermanas de Allam, a Tanalah y a la Vanguardia de Erend. Cada quien estaba en lo suyo, preparándose para la batalla a su manera.

Sarah y Janet estaban hablando con los Nora, estas escucharon pasos y vieron a nuestros protagonistas.

Sarah/Janet: ¡Al!-dijeron ambas chicas al ver a su hermano. Estás lo abrazaron con fuerza, Allam se rio un poco por las acciones de sus hermana.

Sarah: Hola Aloy-saludó la adolescente dándole un abrazo a la cazadora Nora, la cual devolvió el abrazo.

Ambas chicas portaban sus armaduras Ultrawave sin el casco puesto. Con pistolas en las fundas de sus cinturas y lanzas en la espalda.

La cazadora Nora fue a hablar con su tribu mientras que Allam resolvía la situación con sus hermanas.

Allam: Chicas, ¿que están haciendo en Merdian? Es muy peligroso que estén aquí-les dijo su hermano de brazos cruzados mientras miraba a sus hermanas.

Janet: Pues, queríamos ayudar a todos en lo más que podamos. Nosotras también podemos pelear-dijo la pelinegra con mirada decidida.

Allam: No es que no sepan pelear. Mi problema es que ustedes están en la línea de fuego-dijo el soldado antiguo mirando a sus hermanas.

Sarah: Venga Allam, no puedes hacer todo esto solo. Somos una familia y la familia debe estar unida. Sea para reírse o para pelear-le dijo la castaña de forma decidida a su hermano.

Allam sabía muy bien que no las convencería de irse o no pelear, es más, ya estaban aquí.

Allam: Bien, pueden quedarse. Pero manténganse fuera de combate el mayor tiempo necesario. Protéjanse entre ustedes, ¿Fui claro?-les ordenó su hermano mayor a las chicas. Ambas asintieron y le dieron un abrazo a su hermano mayor, este se lo devolvió y les dio un beso en la frente a cada una.

Allam dejó que sus hermanas se alistaran y el fue a hablar con los Nora. Que rodeaban a Sona y a Aloy. Los guerreros abrieron paso al general antiguo para que viera lo que estaba pasando.

Aloy tenía pintura de guerra con los colores azules. Tenía varios sets de esquinas en su frente y cachete, con pintura azul dejando de sus párpados.

Aloy: ¿Como me veo?-pregunto la pelirroja con una sonrisa. El soldado antiguo estaba sonrojado a más no poder y está tartamudeando.

Allam: T-T-T-Te ves he-hermosa Aloy-dijo el soldado con un sonrojo y vergüenza en su rostro.

La chica solo hecho una pequeña risita y el general antiguo se dirigió hacia los Valientes.

Allam: Realmente agradezco que hayan decidido venir, no saben la inmensa ayuda que nos están prestando-les agradeció el hombre al grupo de Noras.

Sona: No nos agradezcas General Blake, vinimos por usted y por la Ungida...estoy deseosa por volver a las Tierras Sagradas-dijo la cacique de guerra con su tono autoritario de siempre.

La mujer morena realmente estaba incómoda al estar ahí, pero tenía que tragarse su deseo y cumplir con las figuras más grandes de su tribu.

La pareja se despidió de los Nora y fueron a hablar con Erend y su Vanguardia.

Erend: Hey, si son mis extranjeros favoritos. ¿Cómo están chicos?-dijo Erend abrazando a Allam y Aloy al mismo tiempo.

Erend: Otra vez nos unimos en batalla, pero esta vez parece ser que los enemigos tienen más potencia de fuego-dijo el Oseram mirándonos.

Aloy: Y nosotros tenemos a un Antiguo-dijo la cazadora con una sonrisa, sacándole una risa al capitán de la vanguardia.

Erend: Ha, en eso tienes razón-dijo el hombre con una sonrisa, pero está se desvaneció tan rápido como apareció.

Erend: ¿A que nos enfrentamos?-pregunto el hombre algo preocupado.

Allam: Ah máquinas de mi tiempo y a un grupo de cánticos religiosos. Si pasaran nuestras defensas, no solo caerá Meridian, caerá el mundo entero-le respondió el soldado antiguo al hombre.

Erend: Wao...eso es...grande-dijo el capitán con sorpresa, este cambio su expresión y se dirigió a sus hombres.

Erend: Suena como nuestro tipo de pelea, ¿no muchachos? ¡¿A donde se pone la guardia?!-clamo Erend para motivar a sus tropas.

Vanguardia: ¡Al frente de la línea!-gritaron las tropas.

Erend: ¿Y por qué?-clamo el hombre

Vanguardia: ¡Acero antes que hierro!-dijeron los hombres.

Erend: ¿Y que es lo que haremos?-volvió a clamar el hombre.

Vanguardia: ¡Pegarles como un martillo hasta que no puedan pegar más!-gritaron los soldados

Erend: Jodidamente cierto. ¿Ven? Nadie pasará a la Vanguardia. Pueden estar seguros de eso-dijo el hombre con una sonrisa segura.

Ambos jóvenes agradecieron al Oseram por su esfuerzo y se acercaron a Talanah. Allam dejó que su novia y la Halcon Solar de la Logia de Cazadores de Meridian hablaran, mientras que el iría al apartamento de Olin a preparar su mente, armas y equipamiento.

Un rato después...

Allam estaba sentado en la cama, mientras pulía su cuchilla con una piedra de afilar que dejaron en la casa para el. Allam no traía el exo ni nada. Estaba sin camisa y solo tenía su pantalón puesto.

Aloy entró a la casa y saludó al hombre. Esta empezó a quitarse su armadura para quedar en su ropaje interior.

Aloy: Oye Allam...¿Crees que podamos ganar?-le preguntó la pelirroja al hombre antiguo.

Allam: Si te digo la verdad...creo que tenemos oportunidad. Además...he estado pensando en algo-dijo el soldado y la cazadora se giró a mirarlo con curiosidad.

Allam: Es sobre algo que dijo Sylens. El mencionó que la confianza no era una buena base para una asociación, pero, después de ver a todas las personas que ayudamos estar aquí con nosotros para ayudarnos a pelear, dice mucho de lo diferente que somos de Sylens. Mientras el usaba a las personas para conseguir lo que el quería, nosotros las ayudábamos sin pedir nada a cambio y al final del día, el quedó solo y nosotros rodeados de amigos-le dijo a ella mientras ponía su cuchilla sobre la mesa de noche.

Allam se recostó en la cama y se cubrió con las sábanas. Aloy vino y se acurruco con el. El soldado antiguo trataba de calmarse para consolidar el sueño.

Aloy: Sabes...me preguntó cómo Elizabeth pudo con esta presión. Es tan...abrumante-dijo la pelirroja, Allam le besó la cabeza y esta lo miró.

Allam: Nadie dijo que ella no sintió la presión o si durmió bien. Tú no estás sola amor. Me tienes a mi-le dijo el soldado con una sonrisa a la pelirroja.

Aloy: Allam...pase lo que pase...quiero que sepas que te amo-le dijo la cazadora al soldado antiguo, ella estaba preocupada de que alguno de los dos moriría.

Allam: Aloy, no vamos a morir amor. Yo también te amo, hasta el fin del mundo-le dijo el soldado a ella mientras la besaba en los labios.

Aloy se estaba quedando rendida y antes de que se durmiera.

Allam: Aloy, por favor no le estampes la lanza directamente a HADES. Usa el control maestro como si estuvieras adiestrando a una máquina-le dijo el soldado y está solo asintió y se cayó rendida.

A los pocos minutos Allam se logró dormir, con su pareja en brazos.

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Una sonara explosión despertó a ambos protagonistas y un guardia entró por la puerta.

Guardia: Señor y Señora, están aquí-dijo el soldado y ambos jóvenes se miraron.

Se pusieron sus ropajes lo más rápido posible, cogieron sus armas y salieron despavoridos hacia el Palacio del Sol.

En su camino, vieron a los Kopesh en las montañas. Cayendo y lanzando misiles.

Allam: Esto es...el fin del juego-dijo el soldado mientras veía a las grandes máquinas de guerra atacar

Aloy: Estamos al borde de la extinción-dijo la pelirroja decidida.

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