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Una cara conocida

Allam Pov

Yo: ¿Talanah? -dije con confusión al ver a la cazadora Carja.

Talanah: ¡¿Allam?! -dijo ella con sorpresa.

Ambos nos separamos del choque de espadas y nos recompusimos. Guarde mi cuchilla y ella guardó su espada. La mujer tomó mi rostro en sus manos y ella lo acariciaba y tocaba con asombro.

Talanah: ¡Estás vivo! ¡Gracias al Sol y la Sombra, estás realmente vivo! -dijo la mujer con felicidad, una sonrisa de par en par decoraba su rostro.

De la nada, Talanah me engullo en un abrazo aplastante, tomándome por sorpresa y casi sacándome todo el aire.

Talanah: Aloy nos contó a todos lo que te había pasado. La ayudamos a buscar por casi todo el Solminio por aquel malnacido -dijo la mujer con impotencia, recordando aquel fatídico día.

Yo: E-Es un gusto v-volver a verte Talanah...pero necesito...respirar -le dije a la mujer, mientras respiraba forzadamente.

La mujer me soltó del agarre y se disculpó conmigo por el exceso de fuerza.

Yo: Tengo tantas preguntas -le dije a la mujer con algo de incredulidad, a lo que ella esbozó una sonrisa.

Talanah: No eres el único. Ven siéntate -dijo la mujer con una sonrisa, para después sentarme en la piedra que estaba enfrente de la fogata y que servía como una silla.

Talanah: Así que; ¿Cuando te despertaste? ¿Como te sientes? -me preguntó la mujer con curiosidad.

Allam: Hace casi un mes. Cuando me desperté, me sentía débil y todo parecía ser surreal. Estaba completamente confundido en un principio, solamente quería ver a mi hija -le respondí a la mujer, aún recordando vívidamente el día en el que desperté.

Yo: La situación podría ser muchísimo peor, pero las cosas se están poniendo mejor -le respondí a la mujer, tratando de sonar lo más sincero y convincente posible.

Yo no creo que las cosas estén mejorando. Entre las pesadillas, la falta de sueño y el estrés de no poder encontrar a Aloy, encontrarme con Talanah ha sido uno de los pocos buenos momentos que he tenido desde que me fui de casa.

Siendo sincero conmigo mismo, yo esperaba que ella se tragara esa respuesta...y yo esperaba creérmela, también.

Talanah: ¿Seguro? -me preguntó ella nuevamente, a lo que desvíe mi mirada hacia otro lado.

Talanah posó su mano sobre mi hombro y trató de hacer que la viera. Ella mantenía su distancia y de no tratar de irrumpir en mi espacio personal.

Talanah: Sabes que me puedes contar lo que sea Allam. Somos amigos -dijo la mujer, a lo que solté un suspiro cansado.

Yo: La situación está mejorando, pero no al ritmo que yo quiero. Aún no encuentro a mi esposa y no tengo ni una pista de donde podría estar Nash. Solo puedo pensar en el tiempo que perdí, en las cosas de las que me perdí y en el dolor que le cause a ustedes y a mi familia. Trato de no pensar en lo que pudo ser, pero se me es imposible hacer eso -le dije a la mujer, mi enojo aumentando cada vez que pensaba en ese día.

Yo: Pero en cuanto lo encuentre, Nash va a desear nunca haber nacido -dije con molestia y enojo, recordando la cara de aquel hijo de puta.

Talanah: ¿Ese es el nombre del hombre que te atacó? -me preguntó la mujer, a lo que asentí.

Yo: Si, él y yo nos conocemos desde antes, muchísimo antes de que tú y Aloy nacieran. Lo conozco desde que éramos simples soldados en mi época -le respondí a la mujer, aún recordando el primer día en que lo conocí en la oficina de reclutamiento del ejército.

Talanah: Me imagino que él fue sometido al mismo programa que tú y tus hermanas fueron; ¿no es así? -analizó ella, a lo que asentí.

Aún recuerdo cuando Aloy le contó a Talanah y a Erend sobre cómo yo llegue a esta Era. Aloy les contó cuando estaba embarazada, durante los inicios del verano ellos nos fueron a visitar, para checar el estado de salud de Aloy y ayudarnos con la llegada de Eli.

Yo: Esa es la cuestión, no recuerdo haber visto en ningún registro el nombre de él. No me sorprendería que él haya matado a alguien para tomar su lugar -le dije a la mujer, a lo que ella me miraba con confusión.

Talanah: ¿Habían más de esas instalaciones? -me preguntó la mujer, a lo que asentí.

Yo: Yo había encontrado datos sobre el proyecto cuando visite unas viejas instalaciones corporativas. Habían alrededor de quince de esas instalaciones, las cuales estaban supuestas a albergar unas veinte personas. El objetivo primario del experimento era ver cuánto tiempo podía sobrevivir el cuerpo humano en temperaturas bajó cero. El objetivo secundario era que nosotros fuéramos a ayudarlos a ustedes con nuestros conocimientos -le expliqué a la mujer, la cual estaba pensativa, analizando la información que le había contado.

¿Aquella instalación corporativa? Era Mirian Technologies, la antigua mega-corporación que manejaba la Dra. Elizabeth Sobeck, mi tía de familia. Ese fue el primer lugar donde podríamos encontrar una pista sobre la copia de GAIA, en vez de eso, encontré la verdad sobre el proyecto criogénico en el servidor centrar de la compañía, o lo que quedaba de él, por decirlo así.

Talanah: ¿Entonces hay más gente como tú? -me preguntó la mujer, a lo que negué con la cabeza.

Yo: No, mis hermanas buscaron en todas las instalaciones. Solo seis de ellas habían sobrevivido el pasar del tiempo y sus habitantes habían salido cientos de años antes que nosotros. La última que encontraron, solo uno sobrevivió y había salido veintidós años antes que yo. En aquel momento no le di importancia, pero luego de ver a Nash y lo mayor que se veía, al pasar el tiempo me hice la idea de que él era aquella persona que había salido hace veintidós años antes -le contaba a ella sobre lo que había descubrido en aquellos datos hace tiempo.

Talanah: ¿Pero por qué te atacó y aún más importante, como te encontró? -pregunto la mujer a lo que suspire.

Yo: Por la misma razón que me pidieron que me congelara. El...quiere algo de inmenso valor, algo que...lamentablemente no te puedo decir. Es tan valioso que afectaría  mundo si él llegase a conseguirlo -le respondí a ella, ocultándole la verdad sobre las bombas nucleares.

Yo: Y con respecto a quien le contó, se quien fue. Yo también estoy buscando a ese hijo de perra. Se hace llamar Sylens, un calvo cabeza de huevo que ha sido como una hemorroide en el culo, para mí y para Aloy. Él fue quien le dijo a Nash en donde vivíamos, pero no se por qué. En cuanto lo encuentre, lo voy a despejar vivo -le respondí a la cazadora, mi sangre hervía en tan solo pensar en aquel calvo de mierda.

Talanah: Huh, Aloy mencionó algo sobre un tal Sylens. Ella estaba detrás de él. De lo poco que me contó ella, ese tal Sylens está en el Oeste Prohibido y ella lo está buscando, porque le debe respuestas -me comentó la mujer, lo que me dejó pensativo.

Así que Aloy también está persiguiendo a Sylens, además de Nash. Ella quizás esté más cerca de él que yo.

Yo: Es bueno saber eso, si encuentro a Sylens, encuentro a Nash. Ya estoy cerca de encontrar a Aloy y en cuanto la encuentre, voy a acabar con este problema -le comenté a la mujer, enojado, pero con lo susodicho sobre Aloy, capte la atención de la pelinegra.

Talanah: ¿Espera, sabes hacia donde se fue Aloy? -me preguntó la Halcon Solar, a lo que yo moví mi mano en señal de "más o menos"

Yo: Me dijeron que vaya a una tal Arboleda Conmemorativa, que ella debía estar allá ayudando al Jefe Hekarro armar el Kulrut -le expliqué a la mujer, a lo que ella asintió.

Talanah: Me estaba dirigiendo más al Oeste para encontrarla. Ella me dejó en la base con los demás y decidí perseguirla para ayudarla. Ya sabes cómo es, le encanta hacer todo sola -dijo la mujer, pero la palabra "base" captó mi atención.

Yo: ¿Base? ¿Los demás? -le pregunté a la mujer a lo que ella asintió.

Talanah: Si, Aloy se consiguió una base en las montañas, más al Este y si, Varl y Erend también están aquí. Ellos están esperando nuestro regreso devuelta en la base -me explicó la mujer, dejándome sorprendido.

Así que Aloy tenía un lugar para resguardarse y los demás estaban aquí para ayudarla a encontrar a Sylens y a Nash. Perfecto, mientras más armas, mejor.

Guíe mi mirada a los ojos de la cazadora Carja y note algo de lo que no habíamos hablado...

Yo: Ahora que lo pienso, los Carja no son bienvenidos en el Oeste Prohibido. ¿Qué haces tan lejos del Solminio? ¿Aloy te trajo? -le pregunté a la mujer con curiosidad.

Vi como Talanah se sonrojó un poco ante la pregunta, algo poco habitual en ella.

Talanah: No, yo me la encontré por pura sorpresa. Pues...yo vine buscando a un cazador Carja, llamado Amadis. Necesito encontrarlo -me explicó la mujer, a lo que asentí.

Yo: ¿Un cazador Carja? Eso es extraño. ¿Hay un motivo especial por el qué lo estás buscando? ¿Es tu novio? -le pregunté a la mujer, causando que toda su cara se le ponga roja como un tomate.

Talanah: N-No, es solo un amigo. Me salvo la vida durante una cacería -explicó la mujer, tratando de esconder su sonrojo.

Allam: ¿Alguien salvo a la maestra cazadora Talanah Kane Padish? ¿Será posible que la Halcón Solar de la prestigiosa Logia de Cazadores de Meridian, por fin haya decidido encontrarse un novio para dejar de estar vieja y soltera?-dijo el soldado burlescamente, causando que la mujer se ría y sacudiera su cabeza entre risas.

Talanah: Vete a la mierda Allam, si apenas tenemos la misma edad -dijo la mujer entre risas.

Talanah: Al menos no ando de desorientada como el temible Terror de los Eclipse, al cual cabe recalcar, le teme a los feroces y horripilantes Atronadores -dijo la mujer burlescamente, mientras hacía muecas y se ponía sus dedos a los lados de su cara, haciendo una imitación a la susodicha máquina.

Me empecé a reír ante las muecas y morisquetas que Talanah hacía. Era gracioso, necesitaba reírme así, desde hace mucho.

Yo: Gracias por hacerme reír Talanah. Necesitaba reírme -le agradecí a la mujer.

Talanah: Hay veces que puedes ser algo cansón, pero para eso están los amigos Al -me respondió la mujer con una sonrisa, la cual reciproque.

Yo: Mañana a primera hora partiremos hacia aquella Arboledad Conmemorativa y vamos a encontrar a mi esposa -le dije a la mujer, decidido.

Talanah se sorprendió al ver el subidón de ánimo que recibí luego de haberme reído y tener aquella conversación.

Love General

Ambos se prepararon para dormir, ambos sacaron sus sacos de dormir de sus mochilas y los colocaron paralelos a la fogata.

Ambos se desearon las buenas noches y Talanah no tardó en caer dormida, pero Allam no parecía poder conciliar el sueño, su cuerpo estaba cansado, pero su mente no parecía querer detenerse.

El estar durmiendo mal y por pocas horas todos los días por dos semanas, le estaba tomando factura al soldado antiguo, pero no podía detenerse. No ahora.

El estaba cerca de encontrar a Aloy y el lo sabía, solo era cuestión de tiempo para encontrarla.

El soldado antiguo desconocía la ubicación de Sylens y de Nash, cosa que aún le quitaba el sueño. No era la primera vez que el paralelo desconocido de sus enemigos le quitaba el sueño.

Allam trataba de calmar y callar a su mente, solo era cuestión de tiempo para que el cansancio le ganara. El soldado se giraba dentro de su saco de dormir, buscando una posición cómoda para dormir.

Lo que le tomaba minutos le había tomado una hora y media. El soldado antiguo cerró sus ojos y se adentró en el mundo de los sueños.

La poca calma que consiguió fue interrumpida por el crujir de la arena y la tierra.

El soldado antiguo abrió sus ojos y lo que se encontró fue el barril de un revólver, con Nash apuntándole.

Nash sonrió y apretó el gatillo antes de que Allam tan siquiera pudiera hacer algo...


















Allam abrió sus ojos de repente y se levantó con rapidez, buscando al enemigo invisible que lo "atacó". Allam se salió de su saco de dormir y observó que la fogata estaba a punto de apagarse y observó que eran las tres de la mañana.

El soldado antiguo sentía como el frío sudor le bajaba por la nuca y su cabeza palpitaba como si alguien estuviera golpeándosela con un martillo, desde adentro.

El soldado antiguo soltó un suspiro y se secó el sudor.

Allam: Está maldita pesadilla otra vez -dijo el soldado antiguo, molesto y aún escalofriado por la pesadilla.

Allam: Tengo que encontrar a Nash y a Sylens -dijo el soldado en voz baja, levantándose del suelo y empezando a empacar su saco de dormir.

Luego de haber empacado sus cosas, el hombre dirigió su mirada a la cazadora Carja, con tristeza, le escribió una nota y la dejó entre sus brazos.

Allam: Gracias, Talanah -dijo el hombre con una sonrisa a su amiga durmiente.

El soldado le hecho más leña al fuego y se montó en su Embestidor y siguió adentrándose más en territorio Tenakt.

0605 AM

Allam iba montado sobre su Embestidor, llegando a un monte, donde podía ver el camino adelante.

Allam observaba cómo una frondosa jungla se había formado a unas diez millas de la posición donde él se encontraban. El soldado antiguo abrió su mapa y observó que el estaba a cuarenta y siete millas de la frontera estatal entre Nevada y California.

Para el soldado antiguo, se le hacía fascinante como GAIA había transformado un desierto en una frondosa jungla. Sin lugar a dudas, el sistema de terraformacion era algo inigualable.

Al adentrarse en la jungla, el cambio de escenario y de temperatura golpeó a Allam como si fue un bate de baseball, la humedad era algo que Allam no estaba acostumbrado desde hace muchísimo tiempo, inclusive desde antes de despertarse en la Era de Aloy.

Allam: Este debe de ser el territorio del Clan de las Tierras Bajas. Me imagino que esto iría hasta la costa del Pacífico. Necesito encontrar esa tal Arboleda Conmemorativa. Según lo que me conto Jetakka, Hekarro vive en una especie de palaci, aunque será algo difícil encontrar algo así entre todos estos árboles -dijo el soldado antiguo, mientras escaneaba el paisaje con la mirada.

Allam abrió su mapa y trató de referencias su ubicación actual con la del mundo antiguo, buscando lo que posiblemente sería aquel "palacio". El soldado observaba el mapa con detenimiento, hasta encontrar algo llamativo.

Allam: ¿El Museo Conmemorativo de la Batalla del Mojave? Sería un buen lugar para empezar, como cualquier otro -dijo el soldado antiguo, marcando su ubicación y siguiendo su GPS.

El soldado seguía el GPS con atención, hasta que sintió un dolor punzante en su brazo derecho. El soldado miró su extremosidad y vio cómo había un cuchillo clavado en su brazo.

Allam se sacó el cuchillo del brazo; una mueca de dolor decoraba su rostro. De la nada, su visión empezó a ponerse disparejo y se empezaba a marear.

Allam se cayó del Embestidor y miró al bosque, donde veía unos pies descalzos acercándose a él.

Allam: Malditos...hijos de...su madre -murmuro el soldado antiguo, para después caer rendido.

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