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Familia feliz

Una fría noche invernal, el viento soplaba con intensidad, congelando a cualquiera que estuviera sin un refugio. Los copos de nieve cubrían la tierra con capas de esta, enterrando cualquier pasaje o planta baja que estuviera ahí.

La noche estaba tranquila y un silencio, relativamente irrompible, reinaba sobre la noche.

Se nos muestra una casa, cubierta de nieve. El patio delantero estaba cubierto de tanta nieve que te podía llegar hasta las rodillas, cortesía de la tormenta de nieve actual.

De dicha casa emanaba una tenue luz y humo salía de su chimenea, significando que quien vivía ahí estaba tratando de mantener el calor dentro de la vivienda.

La vivienda estaba organizada, con uno que otra herramienta tirada por ahí. Dentro de una de las habitaciones dormía una pareja plácidamente.

La mujer, era una pelirroja, de ojos verdes y sus mejillas estaban decoradas por pecas, esa era la Ungida de la Madre y la Redentora de Meridian, Aloy Blake, o Aloy simplemente, para los amigos.

El hombre, era de cabello negro y algo crespo, ojos marrones y piel bronceada, con una barba completa adornando su rostro, ese era el general Antiguo, Allam James Blake, o Allam, para los amigos.

Aquel silencio que reina fue perturbado por un llanto, el llanto de un bebé.

La pareja empezó a retorcerse, despertándose por el repentino llanto.

Allam Pov

El llanto de Eli me acaba de levantar, será mejor que vaya a atenderla.

Me empecé a levantar de la cama, aún adormilado. Sentía como Aloy se iba a levantar también, pero le puse una mano en su hombro y levemente la volví a recostar.

Yo: Tranquila, yo me encargo -le dije a ella con la voz algo ronca, por haber despertado de la nada.

Aloy: Allam, ella debe de tener hambre -dijo mi esposa, aún algo adormilada.

Termine de levantarme y me estire un poco, para salir de la habitación y atender a mi pequeña hija.

La sala estaba iluminada por el tenue brillo de la fogata, servía para mantener el calor dentro de la casa. No quiero que nos muramos de el frío aquí.

Entre a la habitación de Elizabeth, la cual tenía una pequeña antorcha en una de las paredes, para mantener el calor y un poco de luz.

La habitación de Eli tenía todo lo necesario para una bebe de 6 meses.

La cuna estaba cerca de la antorcha, con la intención de que ella le de el suficiente calor a mi hija. Al lado de la cuna, había una vestidor de ropa, lleno...muy lleno, de ropa para bebé, cortesía de Talanah y Erend. Al otro lado de la habitación, había un peluche de unos 4.3 pies, con la forma de un Avempestad, un regalo de Avad.

Me acerqué a la cuna y vi a mi pequeña llorando desconsoladamente. Agarre a la bebé con cuidado y la recosté sobre mi pecho. Empecé a arrullar la pequeña niña, tratando de calmarla.

Yo: Ya mi amor, ¿que tienes? -le hablé a mi bebé con tono infantil.

Me acerqué a su pañal y me fijé que no apestaba, por lo que no se había hecho popó. Revise su temperatura y vi que no estaba caliente, pero tampoco fría.

Yo: ¿Tienes hambre? -le pregunté a la beba, no esperaba una respuesta.

Aloy: Te dije que tenía hambre -dijo mi esposa, haciendo que me voltee a verla, recostada en el marco de la puerta de la habitación, con una sonrisa orgullos plasmada en su rostro.

Agarre la pequeña Eli y se la pase con cuidado a Aloy, la cual balbuceó con felicidad al ver a su madre.

Aloy: Hola bebé, ya se que tienes hambre, pero tú papi no me hizo caso -dijo la pelirroja con tono juguetón hacía la bebé.

Aloy se sentó en la mecedora y empezó a alimentar a Eli, la cual se escuchaba muy feliz de recibir su comida.

Los últimos seis mese han ido de ensueño, con unos cuantos altibajos de vez en cuando.

Mi relación con Aloy iba de maravilla, además de que ambos nos habíamos vuelto más experimentados en el arte de ser padres. Aún faltaba mucho por aprender, pero todo a su tiempo.

Me había perdidos tanto en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que Aloy estaba tratando de llamar mi atención.

Aloy me pasó a la pequeña Eli, la cual estaba desesperada por volver a mis brazos.

Yo: ¿Ahora que ya comiste, serás menos mala con papi? -la bebe soltó un chillido de felicidad, agarrando mi nariz con fuerza.

Yo: Nope, aún sigues siendo igual de mala -le dije con una sonrisa.

Me solté del agarre de mi hija y empecé a arrullarla, para hacer que se vuelva a dormir, no pasó mucho para que se volviera a dormir.

Luego de que me asegurar de que la pequeña se había dormido, la recosté en su cuna y la arrope. Aloy se acercó a mi y ambos veíamos a nuestra hija dormir plácidamente, sin importarle nada.

Bese la yema de mis dedos y se los puse en la frente con suavidad.

Yo: Dulces sueños, calabacita -le dije a ella con amor y un tono paternal.

Aloy beso la yema de sus dedos y los puso en la mejilla de Eli.

Aloy: Yo te amo más, mi pequeña cazadora -dijo la mujer con una sonrisa.

Nos retiramos de la habitación de Eli y volvimos a la nuestra, nos recostamos y nos acomodamos, con tal de conciliar el sueño, el cual no tardamos en conciliar.

A la mañana siguiente...
Pov General

Era la hora del desayuno, la comida demás importen del día para unos, la comida menos importante para otros.

Mientras Allam preparaba el desayuno para el y Aloy, la mencionada trataba de acostumbrar a Elizabeth a comer comida normal, en vez de leche.

La pequeña pelirroja estaba sentada en una silla para bebé, un regalo de Teb. La pequeña movía su cabeza de un lado a otro, tratando de alejar su boca de la cucharada de papilla de manzana.

Aloy: Vamos cielo, tienes que comer comida normal. Ya te estás poniendo grandesita -dijo la pelirroja con tono maternal.

La bebé se negaba a comerse la papilla, al punto que por accidente golpeó la cuchara, enviando la papilla contra la cara de Aloy.

Eli, Al darse cuenta de lo que había hecho, se hecho a reír. Aloy se limpió la cara y se le veía molesta. La mujer agarró otra cucharada de papilla y la acercó devuelta a Elizabeth, esta vez teniendo cuidado de que ella se la vuelva a lanzar.

Aloy: Elizabeth Lenora Blake, te vas a comer esa papilla, te guste o no -dijo la madre, algo frustrada por la negación de su hija.

Allam salio de la cocina y se acercó a la mesa con dos platos que tenían huevos fritos, pechuga de pollo y guisantes verdes hervidos.

Allam: ¿Aún no se ha querido comer la papilla? -le preguntó su esposo, a lo que la pelirroja asintió.

Aloy: Si, nada de lo que hago funciona. Esta decidida a no comérsela -dijo la cazadora algo frustrada.

Allam: Déjame intentar -pidió el soldado, sentándose al lado de ella.

Allam agarró la cuchara y la empezó a mover de un lado a lado, haciendo que la bebé se concentrara en esta.

Allam: Aquí viene el avioncito -dijo el hombre de manera juguetona.

Mientras Allam movía la cuchara, el lentamente la acerca cerca del rostro de su hija, hasta que por fin, ella decidió abrir la boca y tragarse casi toda la cucharada de papilla.

Aloy veía con asombro como su pequeña hija se comía la papilla sin ningún problema.

Aloy: ¿C-Como? -preguntó la pelirroja, sorprendida.

Allam: Es muy fácil, solo juega con ella. Se la comerá más fácil así. Creo que podemos seguir haciendo eso hasta que ella pueda por fin comer comida sin necesidad de que haga un berrinche -le explicó el hombre a su esposa, a lo que está asintió.

Aloy copió la acción de Allam y Eli se comió la cucharada de papilla sin problema.

Allam: Parece que le gusta -dijo el soldado con una sonrisa.

Aloy: Después de todo lo que se quejó -dijo la pelirroja, mirando a su hija disfrutar de la papilla con mucho gusto.

Después de un rato...

Allam se encaminaba afuera, portando su atuendo de invierno, este intento abrir la puerta, pero no cedía.

Después de varios intentos, él por fin abrió la puerta, con algo de dificultad, dejando que la luz del sol entrara a la casa.

Allam: Maldita tormenta de nieve -maldijo el soldado antiguo en voz baja, mientras veía como todo el patio estaba cubierto de nieve, la cual le llegaba hasta las rodillas.

El hombre volvió dentro de la casa y se acercó al depósito, de este saco una pala y volvió afuera para empezar a quitar la nieve de el patio.

Mientras el quitaba la nieve, se fijó en que Charlie, su Vigía, no estaba por ninguna parte.

Allam: Huh, que extraño. Quizás se fue devuelta al caldero para ser reparado -dijo el soldado antiguo, sin mucha preocupación.

Cuando dieron las once de la mañana, Allam había apilado casi toda la nieve en montones alrededor del patio. El soldado veía con algo de ensueño uno de los montones, donde el se imaginaba en un par de años haciendo una guerra de bolas de nieve con Elizabeth y Aloy.

Allam: Algún día -dijo el hombre con una sonrisa, mientras tenía una mirada de ensueño plasmada en su rostro.

El hombre escuchó pasos detrás de él y se fijó que era Aloy, la cual traía un abrigo de invierno hecho de piel de jabalí. En su espalda, traía a Elizabeth en su cargador, abrigada de pies a cabeza.

Aloy: Voy a ir a cazar un poco. Necesitamos más carne y algo más de pieles para Eli. Este invierno se va a poner más frío y no quiero que mi bebé se enferme -le explicó ella al hombre, a lo que el hombre la miró no muy seguro.

Allam: ¿Quieres que vaya con ustedes? -preguntó el hombre algo preocupado.

Aloy: Tranquilo Al, estaremos bien. Ambas somos fuertes -le dijo la pelirroja, mientras ponía una mano en su mejilla, haciendo que el hombre se sonroje un poco por el tacto de ella.

Allam: Está bien, aún así, tengan cuidado ahí afuera -dijo el soldado antiguo, aún preocupado, a lo que su esposa simplemente asintió.

Aloy besó la mejilla del hombre y se empezó a encaminar hacia los bosques del Abrazo, la pelirroja mayor se volteó y se despidió, para ser seguida de la pequeña, que abría y cerraba su mano. Allam se lo tomó como si fuera un despedida también.

El soldado también se despidió de ambas pelirrojas y las vio alejarse hasta que el las perdió de vista. El soldado antiguo soltó un suspiro y siguió limpiando la nieve, hasta que por fin dejó el patio prácticamente limpio, no del todo, pero al menos ya no era un mar de nieve.

El hombre vio la hora que era en su foco y sabía que su esposa e hija no volverían hasta dentro de un buen rato; y el no sabía que podría hacer.

El hombre se detuvo un segundo a pensar, hasta que por fin tuvo la magnífica idea de practicar su puntería.

Allam volvió a entrar a la casa y se acercó a la estación de trabajo. El soldado agarró las armas que el estaba buscando, un revólver, que estaba guardado dentro de una pistolera de cuero de color marrón; y una carabina. El hombre se colocó la pistolera alrededor de su cintura y enganchó su carabina en su espalda.

Allam agarró dos cajas de municiones y salió devuelta al patio.

Al salir, el soldado puso las cajas una al lado de la otra y preparó los muñecos de práctica, que tenían forma de humanos y de máquinas, poniéndole piezas falsas y colocándolos a diferentes distancias.

Allam se enganchó la carabina en su espalda y sacó el revólver y empezó a inspeccionarlo.

Revólver Schofield

El revólver Schofield es un revólver plateado de seis disparos de acción simple y una de las pistolas más poderosas jamás creadas. Combinado con un gran poder de frenado, el Schofield también tiene un alcance de alrededor de 50 yardas, por lo que cualquier enemigo a una distancia un poco más larga, deseará que su adversario sea un mal pistolero.

Allam no sabe con certeza que tan viejo es este revólver, pero si sabe que es lo suficientemente viejo.

Allam apuntó con el arma y apretó el gatillo, un estruendoso disparo resonó y uno de los maniquíes jumamos cayó desplomado al suelo, para después apuntar a los cuernos falsos de un maniquí de un Cuernilanza, Allam disparó al otro y después al centro del ojo del maniquí, haciendo que caiga desplomado al suelo.

Allam apuntó a un maniquí humano blindado y le disparó a quemarropa, trayéndolo al suelo al quedarse sin balas.

Allam: Bien, si sigo así me convertiré en el pistolero más rápido de este lado del Mississippi -dijo el soldado antiguo con acento granjero, de manera burlona.

Allam recargó su revólver y lo puso en su pistolera, después agarró su carabina y se la desenganchó.

M4A1

La carabina de asalto M4A1 es un arma automática compacta alimentada por cargador con una alta cadencia de fuego y una dispersión relativamente baja. Es una de las armas automáticas más precisas del mundo antiguo y se puede utilizar con eficacia en combates a corta y media distancia. Allam no está muy claro de cuando fue creada, pero sabe que fue el arma standard para el ejército americano años de su nacimiento.

Allam puso su carabina en semiautomático y empezó a disparar a los objetivos humanos, acabando con ellos con disparos precisos, pero a después enfocarse en las máquinas y sus diferentes partes, trayendo todas y cada una de ellas abajo.

Al soldado solo le quedaba un objetivo, un maniquí blindado. El soldado cambió su cargador vacío por uno lleno y puso su carabina en automático.

El soldado antiguo lleno de balas al objetivo blindado, haciendo que pierda piezas rápidamente hasta quedarse sin munición. Rápidamente el soldado agarró su revoler y le disparó en el pecho al maniquí, haciendo que este caiga desplomado al suelo.

Allam enfundó su revólver y recargo su rifle, para después ponerle el seguro, el soldado se reprochó al hacerlo.

Allam: Recuerda Blake, pone el seguro primero antes de recargar -dijo el soldado, recordando que debía de asegurarse que el arma está asegurada antes de recargarla.

Allam agarro las cajas de municiones y las llevo dentro de su casa, para después el sentarse en la mesa y empezar a desarmar la carabina, con la idea de limpiarla.

Hace unos meses atrás, Sarah y Janet habían vuelto de su búsqueda de la copia de GAIA, no era más que una parada para descansar y reponer suministros.

De su viaje, trajeron varios planos de diferentes equipos militares, sacados de una antigua armería de la Guardia Nacional en Virginia Occidental.

Aquellos planos traían armas, maquinaria que podían usar para crear balas y explosivos más avanzados, además de modificaciones para exos, pero que no servirían de mucho sin un exoesqueleto, aún así, Allam y Aloy lograban modificarlos para usarlos como armas normales.

Lo más llamativo de aquel tesoro armamentístico eran las especificaciones y planos, o lo que queda de ellos, de armaduras antidisturbios, útiles para el grupo en su búsqueda de GAIA.

Con Aloy...

La pelirroja y la pequeña Eli estaban caminando por el bosque congelado de las tierras Nora, o mejor dicho, Aloy estaba caminando y Eli venia muy cómoda en su cargador.

Aloy llegó a su destino y vio el cadaver de su caza, ella deseaba tener a Charlie aquí, pero al estar en el caldero no lo tendrían disponible. Aloy reprogramo a otro Vigía y lo estaba usando para cargar sus suministros. Allam agarró el cadaver del jabalí y con esfuerzo lo subió sobre el Vigía, ya que no quería lastimar a su hija por accidente.

Luego de asegurar al jabalí sobre el lomo de la máquina, los tres emprendieron el viaje devuelta a la cabaña.

En su trayecto devuelta, Aloy recibió una llamada.

Aloy: ¿Janet? -dijo ella sorprendida.

Aloy Pov

Respondí la llamada y empecé a escuchar la voz de la hermana de mi esposo.

Janet: Hey Aloy, lamentó molestar, pero necesitamos ayuda -dijo la adolescente.

Aloy: ¿Que pasó? ¿Están bien? ¿Alguna está herida? -le pregunté a la menor con preocupación.

Janet: No, no, no. Creo que encontramos una pista sobre una copia de GAIA, una de verdad -explicó la adolescente con entusiasmo.

Janet: Hace un par de días encontramos un centro de datos antiguo y encontramos varias menciones a Zero Dawn, seguimos el rastro de datos hasta una instalación de pruebas, quizás aquí haya una copia de GAIA, pero no podemos acceder a ella -explicó la adolescente, dejándome algo confundidas.

Aloy: ¿A que te refieres? Ustedes son capaces de entrar a cualquier instalación de Zero Dawn Que ustedes deseen -le respondí a ella, no entendiendo el porqué ella me decía eso.

Janet: Lo se, pero la instalación requiere de una autorización de la mismísima doctora Sobeck -explicó la adolescente, cosa que me dejó aún más confundida.

Aloy: Eso es muy extraño, ninguna instalación pide eso. La única que han pedido la autorización directa de Elizabeth ha sido el control maestro, ninguna más -le explique a la adolescente.

Janet: Eso lo se, pero te necesitamos aquí. Ya estamos cerca de encontrar la copia -dijo la dolescente con emoción, yo simplemente suspiré.

Yo: Bien, envíame tu ubicación -le dije a la adolescente y al decirlo, me la había enviado al instante.

Yo: Eso fue...rápido. Bien, ustedes están a tres días de aquí, en máquina. Hablaré con Allam y las veré allá -dije, para después despedirme y cerrar la llamada.

Solté un suspiro y mire al cielo.

Aloy: Espero que este ahí...Elizabeth -dije al aire, esperando a que de alguna manera ella escuchara mi plegaria.

Decidí seguir caminando devuelta a casa con el jabalí que case. Además, ya va siendo hora de poner a Eli a dormir, ella necesita su siesta de las tres o estará despierta toda la noche y estar molesta.

Pov General

Mientras Aloy caminaba de vuelta a la casa, a lo lejos, sobre un risco, una figura destruía un Foco con su bota. El hombre se veía de unos 40 y tantos años, con ojos azules y una barba. Varias cicatrices adornaban su rostro, escondidas detrás de la barba.

El hombre media 6.2 pies, portando una gabardina desgastada de color café, con pantalones de cuero negros y botas de combate antiguas. Un chaleco antibalas antiguo adornaba su pecho, con una bandolera llena de pequeños bolsos, posiblemente cargados de municiones o suministros. De su cuello colgaban unos binoculares desgastados.
El hombre tenía unos brazales, hombreras y rodilleras, como protección.

A su alrededor, yacían dos Valientes Nora muertos, emboscados en el lugar.

Nash: Entonces aquí es donde te estabas escondiendo Blake -dijo el hombre con algo de burla y veneno.

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