Drama Tenakt [1/3]
Allam era un hombre que estaba acostumbrado a estar en situaciones muy poco cómodas, su tiempo en la guerra le había enseñado a adaptarse a todo tipo de terrenos y ambientes, en especial al estar batallando de Estado a Estado, donde el clima era diferente en cada uno de ellos.
A pesar de su experiencia, él nunca buscaba en estar en dichas situaciones.
En este caso, son las once de la mañana, Allam se encontraba cabalgando sobre su Emebestidor y sentía como el salado sudor le bajaba por la frente. El hombre movió su cabeza para tratar de quitarse el sudor y no echárselo en los ojos.
Las ardientes temperaturas del desierto eran una de las tantas cosas que Allam no extrañaba de aventurarse por el nuevo mundo. Allam abrio la interfaz de su foco y revisó la temperatura, marcando unos 102 grados Fahrenheit.
Allam: Un poquito más de calor y te juro que paso de ser un rico bombón a chocolate derretido -dijo el soldado antiguo, quejándose de las temperatura.
Allam cerró la interfaz y a la distancia vio humo saliendo detrás de unas colinas rocosas; captando su atención.
El soldado antiguo guió a su máquina hacia el origen de aquel humo, hasta que después de unos veinte minutos, llegó a una especie de asentamiento.
El asentamiento se encontraba construido en la ladera de una montaña rocosa de color rojo. La estructura era cruda y más primitiva que la arquitectura Nora, las paredes que rodeaban al asentamiento consistían de troncos, afilados y colocados de una cruda manera.
Dichos tronchos estaban pintados de colores rojo, negro y amarillo, haciendo que el soldado bajara un poco la guardia al fijarse que esos no eran los colores de los rebeldes.
Allam: Ese asentamiento debe de ser parte del Clan del Desierto. Quizás pueda encontrar algo de información sobre el área ahí -dijo el soldado antiguo.
El hombre empezó a acercarse a la entrada del asentamiento, donde habían dos guardias frente a la entrada. Allam se bajo de su montura y empezó a caminar hacia la entrada. Los guardias traían una armadura rústica y ligera de color rojo con negro y amarillo, ambos traían espadas en sus cinturas, algo destacable de ellos era la pintura que traían en la cara, con los mismos colores que aquella pared.
Los guardias prepararon sus armas y se pararon de manera defensiva frente al soldado antiguo, el cual levantó sus manos al aire, en señal de paz.
Allam: Woah, Woah, se que quizás me vista un poco raro, pero no los voy a lastimar -dijo el soldado antiguo, sorprendido por la repentina muestra de agresividad.
Guardia: ¿Quien eres forastero? ¿Como osas entrar en tierra Tenakt? -le preguntó el guardia con autoridad.
Allam: Mi nombre es Allam Blake y vine buscando información -se presento el hombre, tratando de de-escalar la situación.
Guardia: ¿Buscando información, eh? Pues te daré un dato. Has traspasado tierra Tenakt, un crimen que se paga con la vida -dijo el guardia, para empezar a cargar contra el soldado antiguo.
Al ver esto, Allam desplegó su cuchilla y detuvo la espada del guardia Tenakt. Allam giró su brazo hacia un lado, haciendo que la espada del guardia quede a puenteando al suelo, para después darle un puñetazo en la cara a aquel guardia. El otro guardia intentó abalanzarse sobre Allam, pero el soldado retrocedió, evitando la punta afilada de la espada a pura suerte.
Allam le agarró el cabello a aquel guardia e hizo que el rostro de aquel guardia y su rodilla colisionaran, dejando su nariz sangrando.
El primer guardia volvió a atacar a Allam, pero él volvió a bloquear el ataque, volvió a girar su brazo y apuntar la espada al suelo, pero esta vez lo desequilibró al empujarlo con su hombro, haciendo que caiga al suelo.
El segundo guardia intentó cortar a Allam nuevamente, pero el soldado antiguo retrocedió unos cuantos pasos y sacó su pistola, disparándole en la pierna a aquel guardia.
El hombre empezó a gritar de dolor, mientras se agarraba su pierna y maldecía entre sus gritos.
Allam guardó la pistola y le clavó su gancho en el hombro del primer guardia, jalándolo hacia donde el soldado estaba. La suela de la bota conectó con la cara del guardia, haciendo que el gancho se saliera del hombro del guardia y este cayera al suelo, a punto de caer inconsciente.
Allam veía como ambos hombres estaban tirados en el suelo, una agonizando y el otro sin saber si estaba en Narnia o no.
Allam: Y por ahí se va mi primera impresión. Derechito para el carajo -dijo el soldado antiguo, mientras veía a ambos hombres.
??: Al contrario, quizás seas justamente lo que necesitamos -dijo una voz masculina, de la nada.
Allam miró en la dirección en la que vino la voz y se encontró con un hombre algo mayo, de piel morena y ojos marrones, con aquella pintura tribal, del mismo color que la de los guardias, cubriéndole toda la cara.
El soldado antiguo miraba con precaución al hombre, preparándose para un ataque sorpresa en cualquier momento.
??: Tranquilo, no vine a atacarte. Vine a hablar -dijo el hombre, tratando de calmar al hombre.
??: Lamento el comportamiento de estos jóvenes, pero son...tiempos difíciles. Con los rebeldes merodeando por ahí y la escasez de agua, la gente tiende a estar más paranoica de lo usual -explicó el hombre, mientras miraba a ambos guardias tratar de levantarse.
Allam: Sea cual sea la crisis, atacar a alguien solo por verse diferente es algo...difícil de explicar -dijo el soldado, mientras los guardias se levantaban con lentitud.
El hombre se acercó a los guardias y los ordeno a retirarse y hacer cambio con otro equipo.
Jetakka: Sería bueno que me presente como es debido, este lugar es Manoflecha y yo soy Jetakka, el Capellán y la mano derecha del Jefe -se presentó el hombre.
Allam: Allam Blake, simplemente llámame Allam -se presentó el soldado antiguo.
Jetakka: Bien, ahora que nos hemos presentado. ¿Podrías decirme cómo llegaste tan lejos sin un pase; y el por qué estás aquí? -le preguntó el hombre al soldado.
El soldado antiguo estaba algo confundido con el término Capellan, además, no entendía sobre aquel pase del que él hablaba, pero ya le preguntará al hombre sobre el significado de aquel título y sobre el pase.
Allam: Estoy buscando información sobre el terreno y estoy rastreando a una mujer. Tiene el cabello rojo como el fuego, de ojos verdes, tez clara y trae un arco -le explicó el hombre.
Jetakka: ¿Hablas de la Campeona? -pregunto el Capellán, a lo que el soldado antiguo lo miró con confusión.
Allam: ¿La Campeona? -le preguntó el hombre al Capellán.
Jetakka: Si, estas hablando de la pelirroja que vino del Este y venció al campeón de Regalla -dijo el hombre, dejando confuso al hombre.
Allam: Entonces, me imagino que si, ella es mi esposa. ¿Pero quien carajos es Regalla? -dijo el hombre antiguo con una mirada incrédula.
El anciano miraba al joven soldado con interés y le pidió que lo siguiera. Allam empezó a caminar detrás del capellán en total silencio. El hombre caminaba a través del asentamiento, observando a cada esquina con atención y detenimiento.
Jetakka: Regalla es la líder de los rebeldes. Cuando ella atacó la Embajada, la Campeona derrotó al campeón de ella, ganándose ese título -explicó el hombre, respondiéndole la duda al soldado antiguo.
Allam no dudaba de las habilidades de su esposa, él ha visto de lo que ella es capaz. Los Tenakt tienen una cultura guerrera y sea quien haya sido aquel campeón, era alguien de renombre y derrotarlo le ganó fama entre los Tenakt a Aloy.
Allam sentía orgullo por su esposa.
Además, eso responde a la pregunta de quien era el líder, o mejor dicho, la líder de los rebeles.
Allam: Mencionaste algo sobre un pase; ¿a que te referías con eso? -le preguntó el soldado al hombre.
Jekatta: Un pase es cuando un Tenakt rinde respeto a otro guerrero y le otorga el derecho de caminar en nuestras tierras. Es común que el soldado le de algo personal de su persona, como un arma o una pieza de su armadura. Pero, aquel pase también puede ser ganando en combate. A eso llamamos pase por combate -le explicó el hombre al soldado, el cual escuchaba con atención.
Allam: Entonces, como puedo ganarme el derecho al pase -le preguntó el soldado al anciano, el cual apuntó a algo enfrente de él.
Allam rastreo la mano del hombre y vio en la dirección que el apuntaba a un grupo de soldados Tenakt heridos, junto a un hombre revisando las heridas de ellos.
Allam miró Jekatta con confusión, no entendiendo que le quería decir con. El hombre se acercó al Tenakt que estaba atendiendo a los soldados heridos y carraspeó su garganta, llamando su atención.
El soldado Tenakt se giró y Allam vio a un joven hombre, de su misma edad, de piel quemada por el sol, cabello marrón y trenzado y de ojos verdes. Con pintura amarilla cubriendo su frente, sus mejillas y su barbilla y cuello, junto a su torso. La pintura roja marcaba su mandíbula, su nariz y su boca. La única parte con pintura negra era en sus ojos, que servía como una máscara.
??: ¿Jekatta, quien es este forastero? -le preguntó el hombre al anciano.
Jekatta: Jefe, él es Allam. Fue quien causó todo ese desorden en la entrada, pero la situación ya está resuelta y el ha decidió ayudarnos con nuestro pequeño problema -dijo el hombre, cosa que llamó la atención del soldado antiguo, el cual nunca había aceptado a hacer nada.
Allam miró al hombre, creyendo que él era el líder del Clan del Desierto.
Drakka: ¿Enserio? Ahora mismo nos vendría bien toda la ayuda posible. ¿Que tan bueno eres cazando máquinas? -le preguntó el jefe al soldado.
Allam sabía que tenía que seguir el juego, quizás si los ayudaba, él podría conseguir aquel dichoso pase y seguir su búsqueda.
Allam: Tengo algo de experiencia -dijo el soldado antiguo, recordando las veces que él lucho y cazó máquinas desde que se despertó.
Drakka: Con eso me basta. ¿Cómo te llamas, forastero? -le preguntó el hombre al soldado.
Allam: Allam -le respondió el hombre.
Drakka: Yo soy Drakka, el líder de esta valiente comunidad -se presentó el hombre ante el soldado antiguo.
Allam: Un placer. Así que, que clase de problema tienen ustedes, por lo visto, hay un montón de heridos -preguntó el soldado antiguo, dándose cuenta de la salud de aquellos guerreros que Drakka estaba ayudando.
Drakka: En eso tienes razón, la última cacería casi acaba con nosotros. Mi gente necesita agua. En términos simples, nosotros cazamos máquinas y extraemos sus corazones, a cambio, la capital nos da agua. Por aquí cerca hay un rebaño que mi gente siempre ha cazado, pero con el pasar del tiempo, máquinas mata-cazadores han estado apareciendo para proteger el rebaño -explicó el hombre, creando un sentimiento de curiosidad hacia aquellas máquinas mata-cazadores que Drakka estaba hablando.
Drakka: Las máquinas ya están muertas, pero necesito que alguien me cubra para que pueda terminar de extraer los corazones de ellas -explicó su petición.
Allam: ¿Pues a que esperamos? Vayamos a buscar esos corazones -dijo el soldado antiguo, con una sonrisa plasmada en su rostro.
El hombre asintió y señalo a Allam para que él lo siguiera, pero antes de irse, fueron detenidos por el Capellan.
Jetakka: Que los Diez los protejan. Te esperare aquí y volveré a la capital en cuanto vuelvas -le dijo el hombre al jefe Tenakt, a lo que el asintió.
El soldado antiguo miraba con algo de confusión ante aquella expresión.
Allam: ¿Los Diez? -dijo mentalmente el soldado antiguo.
Ambos hombres salieron del asentamiento y empezaron a caminar hacia el área de caza del rebaño.
Drakka: El lugar no está tan lejos, por lo que no nos tomará mucho llegar hasta allá -dijo el hombre, encontrándose con el silencio del soldado antiguo.
Drakka: Me da curiosidad. ¿Cómo lograste llegar tan lejos dentro de tierra Tenakt? Los forasteros no llegan muy lejos, muchísimo menos sin un pase -comentó el jefe Tenakt.
Allam: No encontré a ninguna patrulla por el camino y aunque hubieran, no creo que me hayan podido detener -dijo el soldado antiguo engreídamente.
Drakka: Aquellos guardias eran novatos. Aún no tenían sus marcas. No deberías subestimar al clan del Desierto -dijo el hombre con algo de veneno, dejando en claro que las palabras de Allam no fueron de su agrado.
Allam carraspeó su garganta, este decidió hacerle una pregunta al Jefe Tenakt, para tratar de romper el hielo.
Allam: Así que...la capital les da agua a cambio de corazones de máquina. ¿Por qué? ¿No debería de la capital proveer dicha agua a sus ciudadanos? -preguntó el soldado antiguo con curiosidad, el hombre suspiro.
Drakka: No nos la dan, tenemos que rendir tributo para poder obtenerla y créeme, yo opino lo mismo. La Comandante, Yarra, dice que todos somos una familia y que la familia debe de ayudarse entre sí, pero me preguntó que clase de familia le niega el libre acceso al agua a su propia gente -dijo el hombre con algo de veneno.
Allam: ¿La Comandante? Yo pensaba que tú eras el líder del clan -dijo el soldado antiguo con algo de sorpresa.
Drakka: Si lo fuera, no estuviera enviando a mi gente a morir por agua -el hombre comentó, soltando un suspiro pesado.
Drakka: Soy el Jefe de Manoflecha, pero Yarra es la Comandante de todo el clan. Ella es la jefa de jefes -explicó el hombre, a lo que el soldado simplemente le agradeció por la explicación.
Allam: Tengo otra pregunta -dijo el soldado antiguo.
Drakka: Dispara -le respondió el hombre.
Allam: ¿Que es un Capellan? -le preguntó el soldado.
Drakka: Un Capella es un consejero para el clan. Es alguien que ha vivido más tiempo que lo que un Tenakt normalmente vive -explicó el hombre, a lo que Allam asintió.
Allam le agradeció nuevamente al jefe Tenakt, por responderle su pregunta.
Momentos después...
Drakka y Allam llevaban rato caminando debajo del calor abrasador del desierto, con ninguna palabra sacada de boca de ambos hombres desde la ultima conversación que tuvieron.
Ambos hombres divisaron una especie de campamento a un lado del camino.
Drakka: Lamentó el desorden, pero mis soldados suelen prepararse para la caza aquí. Siéntete libre de abastecerte con lo que ellos hayan dejado -dijo el hombre, para después mirar al soldado antiguo, el cual estaba dándole la espalda.
Drakka se fijó en las armas del soldado antiguo, dándose cuenta de que no eran armas como las que tenían los Tenakt. Pero lo que más le llamo la atención al hombre fue el símbolo que estaba plasmado en la gabardina del soldado antiguo, un símbolo muy hablado entre los Capellanes.
El jefe Tenakt sentía aún más curiosidad por la procedencia de aquel forastero.
Allam abrió un baul y sacó unas cuantas pociones medicinales y las guardó. En cuanto estuvieron listos, ambos hombres prosiguieron su camino.
Drakka: Oye, nunca te pregunté, pero, ¿de donde eres? -le preguntó el hombre al soldado antiguo.
Allam: Vine de las tierras Nora -le respondió el hombre antiguo.
Drakka: ¿Eres un Nora? No te lo creo, no te pareces a uno -dijo el hombre con algo de sorpresa.
Allam: Yo nunca dije que era un Nora -dijo el soldado antiguo con una pequeña sonrisa confiada, causando la mirada confusa del jefe Tenakt.
Allam: Soy un Antiguo. Fui un soldado hace más de mil años, estoy vivo ahora, porque me congelaron -le explicó el soldado antiguo al hombre, el cual lo miraba con algo incredulidad.
Allam ya se había acostumbrado a que la gente supiera que él era un Antiguo. Luego de la Batalla de Meridian, los Carja y los Oseram empezaron a esparcir la historia sobre el soldado del pasado que mató a Helis; y con la campaña militar que Allam, Erend y Uthid hicieron contra los Eclipse, solo término de confirmar los hechos.
Drakka: ¿Un soldado del pasado? Si claro y yo soy el jefe Hekarro -dijo el hombre con burla, una sonrisa de come mierda plasmada en su rostro.
Drakka: Si no me quieres decir de donde eres, esta bien, pero al menos podrías decirme por qué viniste al Oeste Prohibido -le preguntó el hombre al soldado.
Allam: Vine buscando a alguien, quizás hayas escuchado de ella -le dijo el soldado antiguo, a lo que el Tenakt lo miró con confusión.
Allam: Es de mediana estatura, cabello rojo como el fuego, ojos verdes y piel blanca. Mató al campeón de Regalla -le describió el soldado, haciendo que el hombre por fin se diera cuenta de quien él le hablaba.
Drakka: ¿Hablas de la Campeona? -preguntó el hombre, a lo que el soldado antiguo asintió.
El soldado simplemente asintió.
Drakka: ¿La conoces? -le preguntó el hombre al soldado.
Allam: Podría decir que somos cercanos -dijo el soldado antiguo con algo de misterio, no dando todos los detalles.
Ambos entraron a un pequeño cañón, donde había una barrera rocosa en frente de ellos.
Drakka: Detrás de aquel risco están las máquinas del rebaño, no me sorprendería si más aparecieran, así que prepárate para una pelea -le dijo el hombre, a lo que el soldado asintió en silencio.
Drakka: Estoy emocionado por ver al forastero "Antiguo" en acción. Yo te sigo -dijo el hombre con algo de burla, a lo que Allam asintió.
Drakka empezó a escalar las rocas, mientras que Allam disparó su gancho al tope y empezó a escalar usando su gancho y cuerda.
Drakka veía con sorpresa como el soldado antiguo subía con mera facilidad la pared, él decidió guardar sus comentarios para después.
Al llegar a la cima, se podía ver cómo el claro estaba encerrado entre las gigantescas paredes rocosas, con varias rocas de mayor tamaño adornando el área. Ambos hombres se asomaron y vieron varios cadáveres de máquinas y cazadores tirados en el suelo, pero aún habían máquinas, unas nunca antes vistas por el soldado antiguo.
Allam Pov
Pero que cara...
Ese Demoledor tiene una armadura negra...no blanca. ¿Será una de esas nuevas máquinas mata-cazadores de las que hablo Drakka?
Escanee al Demoledor con mi Foco y se añadió a la base de datos, buscando cómo llamarlo.
Yo: ¿Demoledor Alfa? Sería un buen nombre como cualquier otro -dije mientras escribía el nombre de la máquina.
Yo: EFESTO está haciendo nuevas máquinas asesinas...creo que esta debe de ser su nueva forma de mandarnos al carajo -dije en voz baja, para que Drakka no me escuchara.
Escanee el terreno y vi a una especie de cuernilanza, pero que parecía más un ciervo por sus cuernos afilados.
Yo: ¿Drakka, que rayos es esa cosa? -le pregunté al Tenakt, mientras apuntaba a la máquina.
Drakka: Eso es un Cuernocolmillo, veo que no tienen de esos en el Este -dijo el hombre con algo de gracia.
Mire a la máquina y escaneaba sus patrones, sería mejor que acabáramos con el Demiledor primero y después nos encargamos del Cuernocolmillo.
Drakka: ¡POR LOS DIEZ! -grito el jefe Tenakt.
Yo: O al carajo la caza metódica -dije con incredulidad, preparando mi lanzagranadas.
Pov General
Allam apuntó su lanzagranadas al Demoledor Alfa, agrietando partes de su armadura, para sorpresa del soldado antiguo.
Allam: Eso usualmente hace que su armadura se caiga -dijo el soldado antiguo en voz baja, mientras miraba incrédulo el poco daño que la explosión le hizo a la máquina.
Drakka disparaba flechas contra el Cuernocolmillo, tratando de traerlo al suelo, pero la explosión del lanzagranadas de Allam no pasó desapercibida ante sus ojos.
Allam recargó su lanzagranadas y volvió a disparar contra la máquina, destruyendo parte de su armadura. Allam recargó su lanzagranadas y cambió de armas a su carabina, acribillando a la máquina hasta destrozarle su cañon.
El Demoledor le rugió al soldado antiguo y se abalanzó contra él. Allam rodó a un lado, esquivando el ataque de la máquina por los pelos.
Con su gancho, Allam disparó a una roca alta y retrajo su gancho, trayéndolo hacia arriba. Con su mano libre, Allam se puso la carabina sobre su hombro y agarró su lanzagranadas, disparandole al Demoledor Alfa, la granada explotando en el rostro de la máquina.
Drakka corrió sobre una roca y saltó encima de la máquina, golpeándola con su espada, incrustándole su espada en sus músculos mecánicos.
El Demoledor Alfa intentaba quitarse al cazador Tenakt de encima, mientras que Drakka trataba de mantenerse sobre la máquina, a duras penas.
Allam se fijó que la cabeza de la máquina estaba expuesta, por lo que colgó su lanzagranadas de su cinturón.
Allam: Por favor diosito, protégeme -dijo el soldado antiguo al aire, para después arrancar su gancho de la roca y lanzarse al vacío.
Allam desplegó su cuchilla y se la clavó en la cabeza a la máquina. El Demoledor Alfa rugió de dolor y logró quitarse a ambos hombres de encima.
Allam se levantó con rapidez y se lanzó contra el Demoledor, usando su cuchilla para pelear contra el.
Drakka veía con asombro al hombre antiguo pelear, creyendo aún más que aquel forastero decía la verdad sobre su precedencia Antigua.
Drakka agarró su espada y se la incrustó en el pecho a la máquina, para que después Allam le clavara la cuchilla en el ojo y este sacar su pistola, Allam empezó a disparar a través de la boca de la máquina, por fin acabando con ella.
Allam soltó un suspiro cansado y saco su cuchilla de la cabeza de la máquina. El soldado antiguo recargó sus armas y se las colocó en sus respectivos lugares.
Drakka: Estoy empezando a creer que eres un Antiguo de verdad, Allam -dijo el hombre con algo de sorpresa, causando que Allam se ría.
Allam: Te lo dije -dijo el hombre antiguo entre risas.
Drakka: Ayúdame a recolectar los corazones, yo buscaré las placas de mis cazadores caídos...sus familias las querrán devuelta -dijo el hombre sombríamente, a lo que Allam accedió.
Allam empezó sacar los corazones de las máquinas con su cuchilla y al sacarlos, este volvió con Drakka, el cual estaba al lado de un soldado Tenakt caído.
Drakka: Vuela en las alas de los Diez -dijo el hombre con pesar, pra después arrancar las placas del cuello de aquel soldado.
Allam: Tenemos los corazones y las chapas de tus hombres, será mejor volver a Manoflecha -dijo el hombre antiguo, mientras cargaba los corazones de las máquinas en una bolsa.
Drakka se levantó y con mirada triste se dirigió hacia el soldado.
Drakka: Mira, se que es mucho pedir, pero eres bueno matando máquinas. ¿Me ayudarías a acabar con el Atronador que acabo con mi escuadra? Hay más muertos por allá y no pienso dejar a mis hombres pudriéndose en medio del desierto, ellos merecen ser enterrados cómo se debe -pidió el hombre a lo que el soldado asintió.
Allam: Se lo que sientes...guía el camino -dijo el soldado antiguo, a lo que Drakka sonrió.
Drakka: Gracias, eres el mejor -le agradeció el hombre, para después señalara para que él lo siguiera.
Mientras iban de camino al área donde el Atronador acabó con la escuadra de Drakka, el jefe Tenakt venía caminando con una mirada enfurecida.
Drakka: Tanta gente muerta por una mísera de agua -dijo el hombre con molestia, cosa que no pasó desapercibida por el soldado antiguo.
Allam: ¿Has intentado hablar con tú Comandante? -le preguntó el soldado antiguo, a lo que Drakka soltó una risa sarcástica.
Drakka: Ja, no le hagas reír. Lo único que Yarra escucharía sería como alguien tensa un arco hacia su cabeza...si aquel día alguna vez llega, me encantaría que estuvieras conmigo -dijo el hombre con sinceridad.
Allam: Solo estoy de paso Drakka -le dijo el soldado antiguo al jefe Tenakt.
Drakka: Lo se, pero la idea de tener a alguien como tú de camarada en un momento tan difícil como este, me da paz en mi mente -dijo el hombre con sinceridad nuevamente.
Allam: Eres un buen tipo Drakka. Un líder con pasión y que piensa en su gente...me recuerdas a alguien que conocía, hace un tiempo -dijo el soldado antiguo, recordando a su antiguo Sargento de escuadrón, Jhon Doe.
Ambos hombres llegaron a un claro, donde antiguamente había una carretera. Mientras Drakka buscaba alguna señal del Atronador, este vio a añguien moviéndose en unas rocas.
Drakka: ¡Hay alguien vivo, detrás de esas rocas! -grito el hombre y emprendió en carrera hacia aquella persona, Allam siguiéndole por detrás.
Soldado Tenakt: S-S-Suel-Suelo...E-El -trataba de articular aquel soldado.
Drakka: Habla con claridad soldado -dijo el hombre, pero al decir eso, varías máquinas salieron de la tierra.
Allam: ¿Pero que carajos? -dijo el soldado antiguo con sorpresa al nunca haber visto máquinas así.
Drakka: ¡Cavadores! -dijo el hombre, alistando su espada y cargando contra las susodichas máquinas.
Allam: Espe- Maldita sea, Drakka -maldijo el soldado al ver cómo el jefe Tenakt salió a pelear contra las máquinas.
Allam alistó su carabina y empezó a disparar contra las máquinas, acabando con ellas en pocos disparos. De los cinco cavadores que salieron, Drakka sólo pudo matar dos, Allam acribilló a los otros tres.
Draka miraba al soldado antiguo con asombro, mientras que Allam recargaba su carabina. El soldado bajo a encontrarse con el guerrero Tenakt.
De la nada, un fuerte rugido metálico se escuchó por el área, significando la llegada del Atronador.
El soldado antiguo soltó un suspiro pesado al ver a la máquina, cosa que no pasó desapercibida por Drakka.
Allam: Odio a los Atronadores -dijo el soldado antiguo, sabiendo que esa debía de ser la pregunta que el jefe Tenakt se estaba preguntando.
Drakka: Creeme, no eres el único -dijo el hombre, preparando su arco, sabiendo que su espada no le haría nada a la gigantesca máquina.
Allam cambió de su carabina a su lanzagranadas y lanzó una de las bombas al lanzaminas del Atronador, trayéndolo al suelo.
La máquina rugió enojada y se preparó para el combate.
Allam recargó y volvió a dispararle al Atronador, dándole en la pata izquierda, dañándola un poco.
Draka disparó una flecha explosiva contra la cara de la máquina, tirándole uno de sus cañones.
El Atronador cargó contra los guerreros y estos lo esquivaron por los pelos. Allam utilizó su gancho y se acopló a un costado del Atronador.
El soldado antiguo retrajo su gancho y se empezó a acercar a toda velocidad a la máquina, en el proceso, disparó nuevamente al Atronador, dejando su núcleo expuesto.
Al estar sobre la máquina, Allam cambió a su carabina y empezó a acribillar la cabeza del Atronador, el cual intentaba sacárselo de encima. La máquina arremetió contra el suelo, haciendo que Allam volara un par de metros sobre la máquina.
Allam disparó su gancho nuevamente y se dejó caer nuevamente al suelo. Allam siguió disparándole a la máquina.
Drakka logró darle con una de sus bombas a su paquetes de agua refrigerante, debajo de su panza. El Atronador bateó su cola, tratando de golpear al Tenakt, pero Drakka la evitó a pura suerte, cayendo fuertemente al suelo.
Drakka se levantó del suelo y vio cómo el Atronador lo iba a intentar aplastar, pero la explosión de una granada del lanzagranadas de Allam hizo que la máquina se tambaleara y cayera, salvándole la vida a Drakka.
Drakka miraba al hombre en shock y el creía que él estaba diciendo la verdad, aquel forastero era un soldado antiguo.
Drakka agarró su espada y aprovechó que el Atronador estaba derrumbado para acabar con el. El hombre corrió hacia la máquina y subiéndose por sus piernas saltó hacia el núcleo de la máquina e incrustó su espada hasta el fondo de este, matando a la máquina.
Drakka se bajo de la máquina y vio cómo el soldado antiguo se acercaba a él.
Drakka: Allam, debo de agradecerte, me salvaste la vida -le agradeció el hombre al soldado antiguo.
Allam: No hay de que -le respondió el hombre, con una sonrisa amable.
Drakka sacó su cuchillo y se lo mostraba a Allam.
Drakka: Toma mi cuchillo. Salvaste mi vida y esta es mi forma de pagártelo. En cuanto terminemos aquí, podrás seguir en tu busque y con ese cuchillo, evitarás que los demás miembros de mi clan y de los demás clanes te ataquen -le dijo el jefe Tenakt al soldado.
Allam: Gracias Drakka, lo cuidare como es debido -le agradeció el soldado antiguo.
Ambos hombres volvieron con el soldado y Drakka lo cargó sobre sus hombros devuelta a Manoflecha, mientras que Allam cargaba los corazones de máquina, junto al corazón del Atronador, el cual acababa de sacar.
Después de un rato...
Allam y Drakka volvieron a Manoflecha, donde vieron a Jekatta hablando con un soldaod Tenakt.
Jekatta: Han regresado -dijo el hombre con una sonrisa calmada.
Drakka: Te dije que lo conseguiríamos. Jekatta, lleva estos corazones devuelta a Lanza Hirviente; y dile a la Comandante cuántos tuvieron que morir por esa agua -dijo el jefe Tenakt, mientras dejaba al soldado herido con los médicos.
Drakka: Gracias nuevamente por tu asistencia, que vayas con las Alas de los Diez, Allam el Antiguo -dijo el hombre con una sonrisa, para adentrase en la enfermería y checar en los heridos.
Allam estaba sorprendido porque el hombre había reconocido que él en realidad era un Antiguo. Allam se giró, listo para seguir su camino, pero Jekatta lo interrumpió.
Jekatta: ¿Eres un Antiguo? Eso explica muchas cosas -dijo el hombre con algo de risa, ante la ironía.
Jekatta: Necesito tú ayuda, nuevamente. Si realmente eres un Antiguo y el esposo de la Campeona, entonces eres la persona indicada para esto -dijo el hombre, a lo que Allam lo miró con curiosidad.
Allam: ¿Cual es el problema? -le preguntó el soldado antiguo con curiosidad.
Jekatta: Los problemas del clan no se resolverán tan fácilmente como Drakka piensa. No te puedo decir aquí, ven a verme a Lanza Hirviente y te lo explicaré todo -le respondió el hombre.
Allam: No lo se Jekatta, estoy tratando de- -le comentaba el soldado, peor el Capellán del Clan del Desierto lo interrumpió.
Jekatta: Quizás haya alguien en la capital que sepa algo sobre tu esposa y hacia donde fue. No pierdes nada con investigar -dijo el hombre, clamando un buen punto para el soldado.
Allam no tenía idea por donde empezar, pero aquella "Lanza Hirviente" sería un buen lugar para empezar.
Allam: Está bien. ¿Donde está? -le preguntó el soldado antiguo, derrotado.
Jekatta: Está más al oeste, cuando veas una lanza clavada en la arena, habrás encontrado la capital. Se que no tendrás problemas, ahora que tienes un pase gracias a Drakka -dijo el hombre, viendo el cuchillo del jefe Tenakt amarrado en el cinturón de Allam.
Allam: Bien, te veré allá -dijo el soldado antiguo, para despedirse del hombre y emprender camino a la capital del Clan del Desierto.
Al anochecer...
Se estaba poniendo oscuro y Allam necesitaba encontrar aquella capital, Allam cruzó un risco y la vio, una gigantesca torre con un centenar de paneles solares rodeándola.
Allam abrió su mapa y se encontró con que era el antiguo Proyecto de energía solar Crescent Dunes, era uno de los parques de paneles solares más grandes del mundo antiguo.
En su mapa, Allam podía ver la antigua ciudad de Tonopah y más al Noroeste, Las Vegas.
Allam: Así que estoy en Nevada -dijo el soldado antiguo, al desmontarse de su montura y se acercó al risco, donde podía ver el asentamiento en todo su esplendor.
Allam saco las cosas para empezar a montar campamento, de la alforja de su Embestidor.
Allam: Será mejor que descanse, ha sido un día agotador -dijo el soldado, mientras preparaba la fogata para su campamento.
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