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Bienvenido al Oeste Prohibido, Allam Blake

Allam Pov

Tome una bocanada de mi platillo, que consistía en jabalí rostizado, con papas aplastadas y verduras salteadas. Observaba el interior de aquel bar, apenas eran las siete y media de la mañana y ya habían Oseram bebiendo.

Con suerte, sacare algo útil de la conversación con Petra.

Petra: Bien, antes de que Aloy llegara, un tipo llamado Ulvund controlaba Cadena Chirriante, el se creía el jefe de todo estoy y el ejercía una especie de descuento, a todos los mercaderes de aquí. Además de aquel estúpido descuento, el también exigía un "seguro para daños" y si no lo pagabas, te hacía la vida imposible y jodía tú negocio -explicaba la mujer, mencionado el hombre y sus acciones con veneno.

Yo: Algo típico de un mafioso. ¿Él tenía "amigos" en ciertas posiciones? -le pregunté y ella asintió.

Yo: Un Al Capone Oseram, ahora la historia está interesante -dijo el soldado antiguo chistosamente, cosa que confundió a la mujer.

Petra: ¿Al Capone? -preguntó ella.

Yo: El era un mafioso, vivió muchísimo antes de que yo no naciera. Lo atraparon por no pagar impuestos -le expliqué a la mujer.

Petra: ¿Ustedes también pagaban impuestos? -preguntó la mujer con sorpresa, yo asentí.

Yo: Nos estamos desviando del tema -le dije a la Oseram, para que se concentrara.

Petra: S-así, tienes razón. Cuando aparecieron los Colmilludos, Ulvund planeaba en culpar a los Carja y hacer una revuelta de trabajadores -explicaba la mujer, mencionando con veneno el nombre de aquel hombre.

Petra: Pero Aloy había llegado antes de que Ulvind y sus seguidores intentaran seguir culpando a los Carja. Aloy se encargó de los Colmilludos y descifró de dónde venían. Ellos salieron de una mina que era propiedad de ese bastardo y por su avaricia, nos condenó a todos. Aloy lo delató y lo acusó con entregarlo a los Carja, cosa que hizo que el se fuera -explicó la mujer.

Yo: Y me imagino que al momento que el se fue, tú te volviste la líder de Cadena Chirriante -le dije y ella asintió.

Petra: ¿Como supiste? -me preguntó la mujer con curiosidad.

Yo: Era una acorazonada -le respondí con una sonrisa, a lo que ella rodó sus ojos de manera juguetona.

Petra: En todo caso, Aloy ya no está aquí en la Intimidación, ella me dijo que se iba para Luz Baldía a una especie de embajada -me explicó la mujer y yo asentí.

Yo: Eso escu- -le iba a decir a la mujer, pero esta me interrumpió.

Petra: Salió mal, Allam -dijo la mujer con una expresión seria.

Sentí que mi corazón se me había bajado hasta el estómago, mire a la mujer con sorpresa y la ansiedad empezó a recorrer todo mi cuerpo.

Yo: ¿A que te refieres? -le pregunté a la mujer.

Petra: ¿La embajada que envió Avada? Fue atacada por los Tenakt, escuché que nadie sobrevivió -dijo la mujer con tristeza.

Yo miraba a la mujer y su expresión triste. Miles de pensamientos pasaban por mi cabeza, todos relacionados a Aloy.

Me levante de la mesa abruptamente, decidido a ir hacia Luz Baldía, alguien allá tiene que saber qué pasó con mi esposa, yo se que ella no está muerta.

Petra se percató de mi repentino movimiento y empezó a seguirme, llamándome. Yo seguía caminando hasta salir de aquel bar y empecé a caminar hacia la salida del asentamiento Oseram.

Petra: ¡Allam! -me llamo la mujer y yo me giré a verla.

Petra: Yo tampoco creo que Aloy esté muerta...ve y encuentra a mi amiga, por favor -pidió la mujer y yo asentí, siguiendo mi camino.

Salí de Cadena Chirriante y a unos cuantos minutos me encontré un rebaño de Embestidores. Con mi Foco, escanee a la máquina y establecí una conexión temporal, donde empecé a hackear la máquina, dejándola en mi control.

Cuando la máquina estuvo domada, me acerqué a ella y me monte con rapidez.

Yo: ¡Hiya! -grito al agarrar los cables de la máquina y comandarla a moverla.

El viaje a Luz Baldía no me toma ni más de 20 minutos, podía ver al gigantesco fuerte Carja...la primera línea de defensa contra el Oeste Prohibido.

El lugar se veía destrozado, como si una batalla se habría librado aquí. ¿Será esto lo que quedó del ataque?

Me baje del embestidor y me adentré en el fuerte. Frente a este, había un campamento Oseram, obreros por lo que parecían ser.

Toda la instalación parecía estar en reconstrucción...necesito hablar con quien estuviera al mando.

Me adentre más en Luz Baldía y vi la gran puerta que se encontraba al otro lado, cerrada, claro esta. A mis costados, habían celdas, decenas de ellas. Conociendo la historia Carja, estás debieron de ser celdas para los Tenakts y Utarus que los Carja capturaron durante los Asaltos Rojos...solo Dios sabe cuántas personas quizás hayan muerto dentro de estas celdas o en el camino a Ocaso y Meridian.

Vi a un grupo de miembros de la Vanguardia de Erend sentados sobre unas cajas, hablando entré ellos.

Me acerqué al grupo de Vanguardistas y estos al verme se levantaron rápidamente, quedándose en la postura de atención.

Yo: Descansen muchachos -les dije al saludarlos, estos se calmaron y asumieron una posición más calmada.

Durante el tiempo que Erend y yo estuvimos acabando con los rezagados Eclipse, la información de que era un General de mi tiempo se esparció como el fuego, por lo que todas las tropas me saludaban y me trataban con cortesía militar, era algo agradable, pero realmente no me importaba. La nación por la que sangre y luche ya no existe, mi rango no vale nada en este nuevo mundo.

Trate de aclararlo en más de una ocasión, pero Avad me hizo miembro honorario del ejército Carja, por lo que se me hizo imposible hacerlo.

Yo: Tengo unas cuantas preguntas para ustedes -les dije y estos asintieron.

Yo: ¿Donde está el Capitán Erend? Escuche que él estaba aquí en la Intimidación -les pregunté y uno de los vanguardistas me respondió.

Vanguardista 1: El Capitán se fue al Oeste Prohibido junto a un Nora, persiguiendo a la Redentora, señor -dijo el hombre a lo que asentí, soltando un suspiro relajado.

Yo: Lo sabía -murmuré en voz baja, calmado, ahora que tenía confirmado que Aloy estaba viva.

Yo: Bien, necesito saber quien está a cargo aquí -les dije y estos apuntaron hacia lo más alto de la muralla, la cual miraba hacia el Oeste Prohibido.

Yo: Gracias, tengan un buen día -les agradecí y empecé a subir las escaleras.

Mientras subía, escuché a alguien gritándome, me giré en la dirección que escuché a los gritos y me fijé que venía de una de las celdas. El guardia Carja lo mando a callar, debería ver que el quería en cuanto hablé con el comandante Carja.

Seguí subiendo las escaleras y llegue al tope de la muralla. Al llegar al tope, podía ver hacia el Oeste Prohibido.

Me fijé en hombre que traía el atuendo de un oficial Carja de alto rango. Quizás sea el comandante. El hombre era de piel morena, con una barba en forma de candado decorando su rostro. Cabello crespo de color negro y ojos marrones.

El hombre se giró al escuchar mis pasos y se tenso al verme, yéndose a la posición de atención, yo simplemente le ordené que se calmara con mi mano.

Yo: ¿Estás al mando? -le pregunté al hombre, a lo que el asintió.

??: Así es señor, Comandante activo al mando del Centésimo sexto Batallón Expedicionario hacia el Oeste Prohibido, soy el Mayor Lawan -se presentó el hombre, dando toda información sobre su unidad.

Yo: Veo que es con nombres completos, bien -dije yo al estar un poco abrumado por todo lo que dijo...solo quería su nombre.

Yo: General Allam James Blake, Ejército de los Estados Unidos de America y General Adjunto del Ejército del Sol...llámame Allam y ya, todo eso es muy largo -me presente con rango y todo...odio hacer eso.

Lawan: Bien, Allam, ¿que te trae tan lejos? -me preguntó el oficial con curiosidad.

Yo: Una pelirroja -le dije y el hombre asintió.

Lawan: ¿Habla de la Redentora de Meridian? -el me preguntó, a lo que le asentí, como si no fuera obvio.

Yo: Si, escuché que ella estuvo aquí para la embajada, pero dicha fue atacada por los Tenakt, si no me estoy equivocando -le respondí, a lo que el asintió.

Yo: ¿Por que los atacaron? Pensé que Avad estaba haciendo las pases con ellos -le pregunté y vi como el hombre se tensó un poco al ver en cómo usaba el nombre del Rey Sol tan deliberadamente...me importa un carajo, le reto a que me diga algo.

Lawan: El Rey Sol Avad si está haciendo las paces con los clanes, no fueron exactamente ellos los que nos atacaron -explicó el hombre, haciendo énfasis en el título del magnate.

Yo: ¿A que te refieres? -le pregunté con curiosidad.

Lawan: Fue una facción ajena a los clanes, por lo entendido, fueron unos rebeldes -explicó al hombre, dejándome sorprendido.

Yo: ¿Los Tenakt están teniendo una guerra civil? -le pregunté y este asintió.

Eso complica las cosas. Si hay rebeldes sueltos por ahí, entonces eso significa que no todo el mundo está de acuerdo con la decisión de hacer las pases con los Carja. Debo de cruzar esa puerta, a cómo se lugar.

Yo: Tengo que ir al Oeste Prohibido, necesito que habrán la puerta, por favor -le pedí al hombre y este negó.

Lawan: Lo lamentó, pero eso no se va a poder -dijo el hombre.

Yo: ¿Por qué no? -le pregunté al hombre.

Lawan: No podemos darnos el lujo de que los rebeldes se infiltren al Solminio, ademas, no quiero provocar a los Tenakt -explicó el hombre.

Yo: Mira, entiendo tu posición, créeme, se lo que es tener una misión en juego. Pero yo estoy en una misión también y necesito cruzar para aquel lado -le expliqué y el volvió a negar.

Lawan: Lo lamentó Allam, quizás sea el Héroe de Meridian y un alto mando del ejército, pero aún así. Nada entra y nada sale de Luz Baldía. Punto y final -dijo el, acabando la discusión.

Solté un suspiro molesto y mire al balcón, quizás pueda lanzarme por ahí y usar mi gancho para evitar matarme...pero los chances de que se acople a algo...son dudosos. Será mejor buscar otra manera de pasar.

Recordé a aquel prisionero de hace un rato, el quizás sepa cómo salir de Luz Baldía.

Yo: Bien, lo que tú digas -dije y me fui, dándole la espalda y caminando hacia aquel prisionero.

El guardia se percató de mi presencia y antes de que pudiera ponerse en posición de atención, lo detuve.

Yo: Si te me pones en atención, yo mismo te rompo el hocico. Háblame como una persona normal, carajo -le dije y este asintió.

Prisionero: G-General Blake, Luz Baldía corre peligro, señor -dijo el prisionero agitado y su expresión era preocupada.

Yo: Cálmate, vamos por partes. ¿Como te llamas y por qué estás aquí? -le ordene y este asintió.

Conover: M-Me llamó Conover, señor. Formó parte de la guardia y fui encarcelado por un malentendido -se presentó el joven.

Conover patentaba ser de unos 19 años, casi de la misma edad cuando me enliste en el ejército. Era de piel clara, quemada por el sol, de cabello marrón lacio y ojos verdes. Un muchacho bien parecido.

Guardia: Fuiste encarcelado por asesinar a Laruvik -le grito el guardia al muchacho.

Yo: ¿Mataste a un compañero? -le pregunté con curiosidad y este negó con su cabeza.

Conover: N-No señor, fue en defensa propia -me dijo el joven.

Yo: A ver, cuéntame tu historia -le pedí y el asintió.

Conover: Hace un par de días, unos intrusos entraron a Luz Baldía y cruzaron las puertas hacia el Oeste Prohibido, durante el cambio de turno. Yo no podía dejar de pensar en el incidente, yo dudaba que la puerta se había dejado abierta deliberadamente, nunca la abríamos. Empecé a sospechar que alguien había dejado la puerta abierta para los intrusos -me explicaba el joven, escuchándolo con atención.

Conover: Mis sospechas solo crecieron cuando noté que uno de mis compañeros, Laruvik, se volvió inusualmente silencioso y nervioso después del incidente. Hace un par de días, Laurvik se escapó después de su turno y lo seguí -me contaba el joven, pero el guardia lo interrumpió.

Guardia: Para matarlo -dijo el hombre.

Yo: Cállate la maldita boca -le ordene y el se callo.

Yo: Prosigue Conover -le dije y este asintió.

Conover: Como seguía diciendo, lo seguí por un rato hasta que él llegó a un cruce no lejos de aquí, donde se encontró con alguien. Observé cómo Laruvik discutía con el extraño y escuché la palabra "Eclipse". Traté de escuchar más de cerca, para asegurarme de que había escuchado bien lo que el había dicho, pero accidentalmente alerté a los dos: el extraño salió corriendo y Laruvik se abalanzó sobre mí...tenia que matarlo -me explicó el hombre, pero en cuanto mencionó la palabra Eclipse, capto mi atención.

Yo: ¿Crees que Laruvik era un miembro de los Eclipse? -le pregunté y el asintió.

Guardia: Te hemos dicho que no hay Eclipses en la Intimidación. El Capitan Erend, el General Blake y la Vanguardia se encargaron de ello -dijo el hombre, pero lo mire con molestia y se volvió a callar.

Yo: Bien Conover, iré a investigar el área. ¿Donde estaba Laruvik? -le pregunté y este me miró con ojos esperanzados.

Conover me explicó donde había matado a Laruvik y emprendí mi viaje hacia aquel cruce. Si traía pruebas de que habían Eclipses en el Oeste Prohibido, podría hacer que el Comandante Lawan me deje pasar sin ningún problema.

Camine hasta llegar al cruce, vi manchas de sangre y señales de que hubo una pelea. Empecé escanear con mi Foco lo que veía y encuentre unas pisadas que se alejaban de la zona y al juzgar por la distancia entre ellas, asumía que la persona estaba corriendo.

Yo: Bingo -dije, mientras seguía las huellas.

Si verdaderamente hay rezagados Eclipse, entonces tendré que avisarle de esto Avad, para que se ande con cuidado. Aún recuerdo todo el sufrimiento que los Eclipse y HADES le causaron a todos...en especial a mi y a Aloy.

Flashback

Infiltración al campamento principal de los Eclipse, donde tenían a Hades.

Hades: La entidad...¿ha venido aquí?...El Alpha Prime ha venido...error imprevisto...Entrega los codigos Alpha...La entidad no puede destruirme...estoy fuera de su alcance-decía la voz, pero de que códigos estaba hablando esa porquería.

Aloy: Tu lo estás...¡Pero esto no!-dijo ella mientras empalaba su lanza contra el módulo.

Yo saque mi cuchilla y la clave en el módulo también, para asegurarme de que estuviera destruida.

Hades: DESTRUYAN A LA ENTIDAD Y OBTENGAN LOS CÓDIGOS DEL ALPHA-ordenó la voz molesta.

Un Kopesh nos disparó y destruyó al cuellilargo. Aloy y yo empezamos a resbalarnos, di un salto doble y caí en el risco que tenía en frente y atrapé a Aloy cuando esta cayó. Empezamos a escuchar explosiones y un montón de soldados Eclipse empezaron a dispararnos con flechas de fuego y los Kopesh nos disparaban.

Sylens: ¡Salgan de ahí corriendo, les dije que no se distrajeran!-dijo el hombre histérico.

Corríamos y trepábamos los obstáculos. Casi me caigo una que otra vez pero gracias al gancho me podía mover más rápido. Observé que Aloy se estaba quedando atrás, tenía que hacer algo para apresurarla.

.....................

Sede del Proyecto Zero Dawn

Una explosión hizo que saliera volando y que me golpeara contra una pared, dejándome una concusión y sentía como algo me bajaba por detrás de la cabeza. Me toque la parte de atrás y vi que era sangre.

Me levante y trate de buscar a Aloy con la mirada, la vi al otro lado de la habitación tirada en el suelo. Un soldado Eclipse se iba a cercar a ella, pero lo agarre por detrás y lo tiré al suelo, para después empezar a golpearlo en la cara con todas mis fuerzas.

Yo: ¡Aléjate de ella!-grite matando al soldado.

Pero no escuché al Eclipse venir detrás de mi y clavarme su espada en mi costado, para después lanzarme al suelo.

...............

Asalto Eclipse a las Tierras Sagradas

Mi ametralladora ligera llenaba de agujeros a los sectarios y a las máquinas corruptas que tuvieran el infortunio de estar en mi campo de visión.

Cambie de la ametralladora ligera a pelear con la cuchilla, para no tener que recargar. Sangre, viseras y gritos era lo que se veía y escuchaba fuera de la seguridad de la montaña.

Oficial Eclipse: La pelirroja esta dentro de la montaña, maten a ese bastardo y vamos a por esa perra, maten a cualquier salvaje que vean -comando uno de los oficiales Eclipse, pero yo lo escuché.

Yo: ¿Que dijiste? -le amenace mientras decapitaba a un soldado Eclipse.

El oficial me vio y este agarró su hacha de guerra, yo simplemente fruncí el ceño, molesto.

Allam: Te voy a rajar un nuevo culo y te convertiré en un tipo tipa -le amenace con veneno.

Batalla de Meridian

Yo: Como te dije, prefiero la tercera opción Helis...mira al Sol y deja que tú fanatismo te mate- le dije mientras lo forzaba a mirar al cielo, para después cortarle la cabeza con su propia espada.

Fin del Flashback

Salí de mis pensamientos...ya tendré tiempo de recordar el pasado, por ahora tengo una misión que cumplir.

Los pasos terminaron en un viejo túnel. Entre por el agujero y veía que estaba iluminado con ciertas antorchas, me bajé y me escondí detrás de los carros antiguos. Yo caminaba en silencio hasta que escuché unas voces hablando, me asomé un poco y reconocí los atuendos de colores rojizos y negros, con collares de casquillos de balas y esas estúpidas máscaras blancas...sectarios Eclipse.

Eclipse 1: ¿Crees que sea buena idea hacer el ataque mañana? Escuche que el Antiguo estaba aquí en la Intimidación -dijo uno de los sectarios.

Al parecer ya están al tanto de mi presencia en el valle.

Eclipse 2: Tranquilo, nadie sabe que estará pasando. Entraremos, robamos los suministros y nos vamos al Oeste Prihibido, así de sencillo -dijo el hombre, calmando a su amigo.

Ya había escuchado suficiente, estos hijos de puta están muertos. Eran cuatro, pueden haber más, pero ya me encargaría yo de eso.

Saque mi pistola y le quite el seguro, esperando al momento indicado. Agarre mi cuchillo y me acerqué lentamente hacia uno de los sectarios.

Salí como un fantasma y le clave el cuchillo en el costado a uno de los sectarios, el hombre se giró y le corte la garganta. Los demás sectarios miraban la escena estupefactos, tratando de agarrar sus armas.

Yo apunté mi pistola a otro sectario y le di un tiro en la frente, cayendo muerto al suelo. Me acerqué a otro sectario y clave el cuchillo a través de la garganta, para después dispararle en la frente con la pistola.

Saque mi cuchillo y empuje al cadaver lejos de mi, el último sectario logró poner algo de distancia entre nosotros y empezó a gritar.

Eclipse: ¡El Antiguo está aquí! -grito el hombre histérico. Evite una de sus flechas y le dispare en el brazo.

Le quite el arco de las manos y le di un puñetazo, para después agarrar al hombre y mantenerlo como un escudo humano. Me fijé en el rayo de luz que entraba al túnel y salí por el, llegando a un pequeño claro, lo más distintivo de esto, era la antigua torre de radio y el otro grupo de Eclipses, que se escuchaban aterrados con tan solo saber que yo estaba ahí.

Ellos me disparaban con flechas, pero solo lograron darle a su amigo, dispare unas veces más hasta vaciar mi cargador, matando a tres sectarios en el proceso.

Agarre una de las bombas del cinturón del sectario y se la metí en la boca, para después empezar su detonación.

Le di una patada al hombre y este cayó cerca de dos sectarios más, los cuales reventaron también, junto con la cabeza de aquel sectario.

Recargue mi pistola con un nuevo cargador y le dispare cuatro veces en el torso al último sectario. Todos los Eclipse estaban muertos.

Me acerqué al último que maté y tomé su máscara, que estaba empapada de sangre. Había una pequeña tienda de campaña y decidí investigarla. Vi unos pergaminos y empecé a leer lo que decían.

Yo: ¿El Imperio Eclipse? Estos hijos de puta están más locos que una cabra -me dije en voz baja, mientras escaneaba el mapa que ellos tenían ahí, donde habían puesto su base de operaciones.

Decidí investigar un poco más y asegurarme de que no quedaba nadie más.

Vi la torre de radio y decidí analizarla con mi foco, quizás podría contactar a casa si la activó. Me puse a revisar los alrededores y podía ver que solo necesitaba ajustar las antenas y las direcciones, cosa que no fue tan difícil Gracias a mi foco y a mi gancho, para poder asegurarme.

Al entrar en la red, podía escuchar viejas comunicaciones antiguas y podía establecer nuevas líneas de comunicación.

Torres de radio:
Con las torres de radio, Allam puede llamar a casa y verificar en cómo está su familia. A la vez, aumenta el alcance de que tan lejos los envíos de municiones pueden llegar.

Me baje de la torre y volví a Luz Baldía, el Comandante Lawan deberá dejarme pasar si o si.

Un rato más tarde...

Al entrar a Luz Baldía, camine directamente hacia la celda de Conover. Saque la máscara Eclipse y el joven y el guardia miraban con sorpresa.

Yo: Al parecer decías la verdad Conover. Habían sectarios Eclipse en la Intimidación. Tomó énfasis en el hecho de que habían; están todos muertos -les dije a los soldados, aún asombrados.

Yo: No te preocupes muchacho, te sacaré de ahí -le dije al soldado y este asintió, feliz de que haya probado su inocencia.

Camine hacia el tope de la muralla y vi al Comandante Lawan hablando con unos soldado. El hombre se fijó en mi presencia y mandó a los soldados a seguir sus actividades.

Antes de que el hombre tan siquiera pudiera hablar, le mostré la máscara del soldado Eclipse al hombre, el cual miraba con asombro la máscara.

Yo: Tenían un grupo de remanentes aquí, ya me encargué de ellos. Deberías agradecerle a uno de tus soldados, Conover. Y que mejor manera de agradecerle que sacarlo de aquella celda en la que lo tienen encerrado -le dijo y este me miraba sorprendido, pero asintió.

Yo: Además, aquella intrusión que tuvieron hace un par de días, eran Eclipse. Están formando algo en el Oeste Progubido y debo de ir a detenerlos. Te estoy dando más de una razón el por qué debo de cruzar esa puerta Lawan -le dije y el hombre suspiro.

Lawan: Si los Eclipse están en el Oeste Prohibido, no hay mejor persona que mandar que al mismísimo Terror de los Eclipse...bien Allam, abriremos las puertas de inmediato y liberaré a Conover -dijo el comandante y yo simplemente asentí.

El hombre sabía que tratar de disuadirme o negarme el paso sería una pérdida de tiempo. El hombre le grito a los guardias para que me abrieran la puerta y sacaran a Conover de su celda.

Lawan: Espero que el Sol te proteja, General Blake. En cuanto llegues a aquel arco destruido, verás una línea marcada en el suelo, esa es la frontera entre el Solminio y el Oeste Prohibido -me explicó el hombre, a lo que asentí.

Me despedí del moreno y empecé mi descenso a la planta baja y empecé a caminar hacia la puerta, los guardias se pasaron en atención y me desearon un buen viaje. Camine hasta que pase completamente por la puerta.

Seguí mi camino y crucé un pequeño puente, hasta llegar al arco destruido que mencionó Lawan, el cual tenía aquella dichosa línea.

A la distancia veía banderas que no reconocía, destrozadas y raídas, quizás aquí fue donde la embajada se encontró...y murió.

Cruce la línea y el arco y me detuve pasados de ella, me giré a mirar como las puertas de Luz Baldía se cerraban tras de mi.

Solté un suspiro. Estaba ansioso, emocionado...o quizás un poco aterrado, por lo que voy a descubrir. Es un sentimiento que no he sentido, desde el día en que me desperté...desde el día en el que Aloy me salvó.

Yo: Bienvenido al Oeste Prohibido, Allam Blake -me dije a mi mismo con algo de bufonería.

Camine hasta encontrar un rebaño de Embestidores, domando uno y siguiendo aquel camino de arenisca por un rato, hasta llegar a una colina, donde al fondo de esta podía ver un campamento lleno de Oseram y las ruinas de un Horus a la distancia...conocía muy bien este lugar.

Yo: La Batalla de Hoover y Zion -dije en voz baja, mientras los gritos de guerra humanos y el sonido de cañones de plasma resonaban en mi cabeza.

Sacudí mi cabeza para sacar aquellos pensamientos de mi cabeza. Solté un suspiro y me dirigí hacia aquel campamento, ellos quizás hayan visto a Aloy.

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