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"No quiero que la gente sea agradable, así me ahorra el problema de cogerles cariño."

—Jane Austen.

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Su mano se entrelazó con la de él al terminar la visita al museo, se había entretenido admirando tanta belleza, incluyendo la que le había acompañado todo el tiempo. Fueron después a Izanagi's para tomar una taza de té, en el camino conversaron más sobre ella que sobre él.

Y esto es lo que ahora Sai sabía: Ino estudiaba administración de empresas aunque siempre le había llamado la atención el área médica, prefiere el té más que el café, su pasatiempo favorito es la jardinería y que posee la más encantadora mirada, tan maravillosa que sería su lugar favorito para perderse.

Dos tazas de té yacían en la mesa, su dedo delineaba el contorno de la taza, dejó caer dos terrones de azúcar y delicadamente revolvió el té junto el contenido, podía observar como se deshacían los terrones en el té y decidió hacer lo mismo.

— Hoy me la pasé muy bien — dijo, y Sai sonrió asintiendo. La verdad era que él lo había pasado de lo mejor.

— Excelente, mañana volveré a mi rutina de trabajo y hoy obtuve mi merecido descanso.

— Y qué lo digas.

— Quisiera volver a repetir lo de ésta ocasión.

Ella le vio amargamente, Sai sintió un revuelco en el estómago, el rostro de la rubia expresa disgusto ante tal confesión.

— No, gracias. Salir hoy fue suficiente. — dijo golpeando suavemente las palabras mientras tomaba la taza en manos sin tener la intención de beber nada, y sólo se quedaba viendo un punto fijo en la mesa.

No entendía el tono áspero de aquellas palabras, Ino carraspeó y tomó su bolso para caminar hasta afuera, Sai reaccionó y en un impulso la siguió hasta llegar a la salida del local, ya era tarde y comenzaba a anochecer.

— ¿Hice algo mal? — Preguntó tratando de no escucharse desesperado, como en realidad se sentía, desesperado como si fuese a perder lo más preciado que tenía.

— Para nada — Ino sonrió amargamente y luego borró la sonrisa para acomodar el bolso sobre a hombro, entendía el comportamiento de Sai, aun que quería simular que no sabía nada — Es sólo que... No creo que sea buena idea seguir conviviendo contigo, además no es que yo sea tu única amistad, puedes salir con quien quieras.

— Yo tan sólo quiero seguir hablando contigo... porque me gustas.

La chica dio vueltas en su mente, Ella ahora sabía porqué. Ya Sabía que Sai gustaba de ella, así como él a ella le comenzaba a atraer y eso le incomodaba, porque no quería eso, no quería que alguien se interesa en ella y viceversa. Debatía mentalmente sobre si decirle la verdad a aquel chico que la veía destrozado por sus palabras ó inventar alguna otra excusa. Recordó amargamente que ya estaba harta de excusas y mentiras, prefirió decir la verdad aunque eso le costase el aliento a ambos.

— Sé que te gusto. Pero creo que no es conveniente, por lo que es mejor ya no hablar. Te aseguro que esto es lo mejor para ambos.

Sai abrió un poco la boca queriendo expulsar las palabras que en esos instantes estaban atoradas.

— ¿Cómo puedes saber que es lo mejor para ambos? Estás pensando en ti nada más, crees tomar mis sentimientos en cuenta pero no es así.

Sai apretó los puños e Ino desvió la mirada.

—Entonces tómalo de ésta manera: elimina esos sentimientos hacia mí. Vamos, dilo, di que todo eso que dijiste es una broma.

— No puedes decirme que hacer, ni que decir, ni mucho menos como sentirme — espetó furioso, pero lo había dicho con toda la calma que le quedaba para no verse frustrado ni llamar la atención, tomó la mano de Ino y la llevó consigo hasta alejarse de la cafetería.

— Sueltame por favor — suplicó la rubia.

— Si hice algo mal... Si yo soy el problema dímelo, pero por favor no me pidas que ya no nos hablemos.

Ella podía ver el dolor y la frustración reflejado en los ojos de Sai.

— El problema somos ambos, no soy lo que mereces ni lo que crees ni lo que esperas, y tú, te enamoras muy rápido. Estoy segura que se te pasará rápido, esto es efímero Sai, nada dura para siempre.

— En verdad creí que sentías lo mismo, por la forma en que hablábamos, nuestras miradas, creí que también sentías esa conexión.

— No confunda coqueteo con interés.

Ella le vio molesta, era obvio que había coqueteado pero no por interés, era parte de su personalidad coquetear ¿A caso ya no podía decir l apuesto que era alguien si que pensaran que estaba enamorada? Ino se zafó del agarre de Sai, dispuesta a irse y dejar por terminado la discusión. Todo lo que había pasado era lo que menos quería.

— ¿Cuándo volveremos a vernos? — preguntó Sai más calmado, pero sobre todo humillado y avergonzado.

— Quisiera que nunca, pero es algo inevitable. Esto es un error, yo iré a mi casa y mañana será otro día.

Sai la vio irse comprendiendo que no todo era como lo pensaba su mente, creyó haber tenido una conexión, pero sabía aunque fuera mentira que Ino estaba confundida, ó quizá estaba saliendo de un mal rompimiento ó inclusive tenía la moral baja, y él simplemente esperaría a que la tormenta que azotaba su alma en esos momentos se calmase.

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