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Era encantador pasar su tiempo con ella. Sai e Ino caminaban por las oscuras calles después de una taza de té que el azabache le había invitado, para desaparecer su nostalgia.

Conversaron y Sai pudo saber aún más sobre Ino, la chica que lo había cautivado con su esencia tan única.

— Gracias por todo Sai, aunque no debiste molestarte.

— ¿Molestarme? Al contrario, ha sido un verdadero placer compartir una taza de té sin tener que preocuparme por ser regañado o despedido. Pude saber más de ti, pude conversar tranquilo, pude verte una vez más, pude admirar tus ojos una vez más... por supuesto que no ha sido molestia.

Ino rió, en verdad le agradable esa manera "directa" que Sai poseía para hablar, incluso y llegaba a pensar que él tenía sentimientos hacia ella.

— Bueno, que halagador.

Se detuvieron al estar frente a la banca de su encuentro, Ino le dedicó una sonrisa a Sai y éste simplemente se perdió allí.

¿Cómo una sonrisa podía hacerlo sentir que no necesitaba nada más para ser feliz? Sin ningún permiso Sai sujetó la mano de Ino y la vio directamente a los ojos; queriendo saber lo que su alma sentía, añoraba y deseaba en la oscuridad de aquellas calles que pese al frío de la noche se sentía abrazado por el manto de una fuerza inefable que lo transportaba a un espacio finito, donde sólo estaban los dos, juntos.

— ¿Puedo verte mañana? Tengo el día libre. — preguntó, sintiendo su corazón en la garganta.

— Claro, no veo el porqué no.

Sonrió victorioso y beso la mano de Ino. La rubia sintió recorrer por cada célula de su piel un toque electrizante,
Él ya lo había hecho antes, más no entendía porqué en esa ocasión sentía tan cálido el contacto.

— Bueno, me he de ir ya. Tengo trabajo por hacer. Nos veremos mañana en... Izanagi's.

— Hasta mañana, entonces.

Sonrió y se despidió con un agite manos, entrando al edificio.

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No había podido dormir mucho durante la noche, sentía ese hormigueo en su piel al pensar que pasaría con ella, sin embargo la falta de sueño no fue impedimento para empezar su día con el mayor de todos los ánimos.

Hacia mucho no se sentía así, con ganas de vivir.

Se vistió casual, y teniendo en cuenta la hora estipulada durante mensajes de texto, Sai tomó sus llaves para salir y asegurando todo las guardó en su bolsillo.

Mientras caminaba respiraba hondamente y con ganas. Sentía que sería un gran día, y se aseguraría de que así sería. Llegó a la cafetería Izanagi's y fuera de ésta Ino esperaba con los auriculares puestos, su pie se movía al compás de la canción que ella escuchaba, se acercó llamando la atención de Ino que de inmediato guardó sus cosas.

— ¡Hola Sai! — saludó energéticamente.

— Veo que no soy el único animado hoy.

— ¿De verdad? Bueno, no te culpo — sonrió y sacó su teléfono — hoy es un lindo día como para estar amargado. ¿Te tomarías una foto conmigo?

— Sólo si me la envías después. Necesito un nuevo fondo de pantalla.

Ino rió y colocándose delante de Sai elevó su teléfono para tomar la foto.

— ¡Salió perfecta! — tecleó unos segundos con la lengua a un lado — listo te la he enviado.

Sai sacó su móvil y sonrió al ver la foto.

— ¿A dónde iremos? — preguntó Ino colocando colocando sus brazos tras de ella e inclinándose un poco hacia adelante.

— Elige tú.

— ¿Seguro?

— Sí.

— Bueno, me gustaría ir al museo de arte.

— Me parece maravilloso, entonces vayamos — dijo y ofreció su brazo el cual Ino abrazó juguetonamente.

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