Capítulo 10
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Tiró al suelo una almohada del sofá con furia.
¿Qué rayos le pasaba? Había aceptado salir con Sai y éste totalmente satisfecho salió como si nada de su apartamento, dejándola desorientada y poco después enfadada.
— Estúpido Sai — Murmuró chillante — Si no hubiera visto tus nalgas esa día yo...
Se detuvo a mitad de la sala sintiendo una idea cruzar su decente mente, ya sabía lo que haría. Si ese apuesto mesero no iba a creerle de ser una mala influencia, ella lo demostraría.
Se comportaría como la degenerada de closet que era. O bueno, trataría de no pasarse tanto ya que muy en el fondo ella también era una delicada dama.
Desde los dieciséis años, Ino Yamanaka era la sensación entre sus compañeros y los chismes sobre ella no eran en vano. Poner en práctica su inexistente sutileza para devorar con la vista a otros seguro le garantizaría una pésima cita. Aunque pensaba que, darle una oportunidad a Sai no era del todo una mala idea, pero acababa de salir de una mala relación y sus ganas de entregar nuevamente su corazón a alguien más se habían esfumado.
Esbozó una traviesa sonrisa, se incorporó y caminó hasta el baño, se daría una ducha y esperaría al día de la cita para ver como le iría.
Si ligar la había metido en esto, ligar la sacaría también.
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Sai acomodó su corbata y tocó el timbre. Sonrió inconscientemente, haber actuado como un galán profesional le ayudó a conseguir su cita tan deseada, aunque le disgustaba el hecho de haberse comportado así con ella, Ino era una chica que de seguro tenía heridas que aún le ardían en carne viva, y él se aseguraría por todos los medios posibles de ayudarle a sanar.
— Ya voy.
Escuchó y eso lo hizo sentir más ansias, la puerta se abrió dejando verla en un divino vestido que le llegaba a la mitad del muslo, sus tacones plateados eran de un alto promedio y sus rojizos labios llamaban mucho su atención.
— Hola — dijo ella, sonando desinteresada y viendo la baba de Sai colgar de su labio, era un efecto que ella ya lo había visto venir.
— Estás... Maravillosa. Tu vestido es muy magnífico, el color rojo resalta tu figura.
— Ahm, sí es rojo... Rojo puta.
Su sonrisa se alargó al ver la incomodidad de Sai, segundos después le extendió su brazo y ella lo tomó. Se dirigieron a un restaurante popular en la ciudad, llamado Le kyubi.
El propietario Naruto Uzumaki y su esposa Hinata eran amigos de Sai, lo que había sido de gran ayuda para obtener una reservación a pesar del gran gentío que querían una también esa noche.
Ino recapitulaba todo en su mente, debía resultar su plan y si al final lo hacía, no había forma que ese azabache insistente la quisiese ver de nuevo, basado en experiencias anteriores se aseguraría de ser una pésima cita.
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Gracias a todos los que leen la historia por su apoyo.
—Zein✨
( ˘ ³˘)❤
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