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Harry estaba demasiado aturdido mientras Draco prácticamente le exigía a Severus que se apresurase con los hechizos para tenerlo "presentable". Se dio cuenta de que su voz tenía una nota de desesperación y decidió quedarse quieto y ayudarlo. No le gustaba que Draco sonase así ni la idea de que lo forzaran a hacer cosas que no quería.
—No soy un estilista mágico, Draco —refunfuñó Severus, varita en mano.
—Se nota —le respondió Draco, haciendo que el mago entrecerrase los ojos en su dirección. Lo ignoró y cambió de tema de inmediato—. Sev, tú sabes qué cosas debe decir, dale consejos.
Severus suspiró. Ya había transformado la ropa de Harry en un traje negro de dos piezas y aplacó el cabello Potter tanto como era mágicamente posible.
—Bueno...—El mago movió un par de veces la varita que sostenía, sin hechizar nada—. Cuando tuve que enfrentar a las casamenteras Black, lo que hice fue fingir que me caían bien y dejar que Sirius hablase...
Esto capturó la atención de Harry.
—¿Cuando tú qué cosa?
El mago le frunció el ceño.
—Severus ayudó a Sirius a evitar que lo comprometieran de adolescente, por eso le pedí ayuda hoy —explicó Draco.
—¿Por qué lo hizo usted? —preguntó Harry, ahora que Draco intentaba aplacar su cabello de forma manual y debía continuar inmóvil. Era mejor concentrarse en el mago adulto que en los dedos de Draco entre su cabello—. ¿Y por qué no sabía eso?
Severus adoptó una expresión de disgusto.
—Potter se había ido de viaje con su padre esa semana y Lupin no es de una familia considerada "apropiada" para un Black. El apellido de mi madre servía. Black dejó de comportarse como un idiota conmigo después de eso —Severus hizo una pausa y pareció lamentar algo—. Nos lanzamos obliviates uno al otro para olvidar esa experiencia tan repugnante, pero los de Sirius no son los mejores y algunas partes han regresado a mi memoria con los años...
—Dile qué hacer —insistió Draco.
Entonces el mago lo observó en silencio durante unos segundos y exhaló.
—Haz como que no odias cada segundo entre sangrepuras anticuadas y deja que Draco hable. Y deja tu varita. No dará una buena impresión si les lanzas un hechizo a las casamenteras.
—No creo que...
—Hazme caso, sé por qué lo digo.
Harry le entregó la varita, inseguro.
Veinte minutos más tarde, entendió por qué era mejor que Severus guardase su varita.
La reunión se llevaba a cabo en la biblioteca de la mansión. Lucius no estaba invitado por alguna tradición o protocolo sangrepura que especificaba que los hombres sangrepura no eran los que decidían sobre este tema, sino las mujeres sangrepura. También era la razón por la que las tres casamenteras eran mujeres sangrepuras que le duplicaban la edad a Narcissa.
Cada una era más desagradable que la anterior.
La primera había comentado que recordaba a Fleamont Potter y su linaje había sido puro y admirable antes de ser "ensuciado".
La segunda insinuó que la familia Potter fue arruinada porque la madre de James se negó a "aceptar" la ayuda de las casamenteras para su hijo y lo dejaron casarse con una bruja hija de muggles, lo que hizo que la familia se aislase de su antiguo círculo.
La tercera incluso preguntó, sin mucho disimulo, si de verdad Harry era hijo de James Potter y una hija de muggles, porque lo "lógico" sería que el que venció a Voldemort fuese un sangrepura, ya que "tenían más poder y habilidad por su sangre".
Narcissa se había puesto más pálida de lo usual y parecía demasiado aturdida hasta para saber cómo detenerlas.
Harry apretó la mano en un puño y Draco la envolvió con sus dos manos. Le daba leves apretones y frotaba el pulgar contra el dorso, pero por la mirada que tenía, estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no sacar él su propia varita.
Cuando ya no aguantó, fue una suerte que madre e hijo reaccionasen a la vez, porque Draco tenía aquella expresión que ponía antes de insultar "educadamente" a alguien y la voz de Narcissa lo interrumpió, haciendo que no pudiesen oírlo.
—Creo que el punto principal es que Draco todavía es muy joven, y si quiere estar con alguien que no ha sido elegido por casamenteras, hay que permitírselo...
Las casamenteras comenzaron un sermón sobre lo terrible que era la idea, pero Narcissa consiguió sacarlas de la biblioteca y le dio una mirada de disculpa a Harry antes de salir. Claramente no había sido su intención que un amigo de su hijo escuchase ese tipo de cosas.
Cuando al fin se encontraron solos, Harry relajó un poco los hombros y suspiró.
Sirius le había contado que todavía había familias así. Las tonterías del Draco de primer año (por las que se había disculpado al cabo de un tiempo) y de otres Slytherin en el colegio eran sólo comentarios de adolescentes que creían entender la situación fuera de Hogwarts. Aún estaban mal, pero no eran ni de cerca el despliegue de odio y prejuicios que podían tener magos y brujas mayores como las casamenteras o la familia Black.
En realidad, Draco estaba incluso más tenso que él en este momento. Todavía no le soltaba la mano y no paraba de fruncir el ceño.
—No debí pedirte esto.
Sólo cuando lo dijo, le dio un apretón a la mano de Harry para después soltarlo.
—Lo siento.
—Ya Snape me había advertido —le recordó Harry.
Draco sacudió la cabeza.
—No, lo siento. Debí mandarlas a callar en cuanto abrieron la boca. No esperaba...mi madre tampoco, estoy seguro, tenía esa cara que pone cuando disocia, debía estar recordando a su madre...te aseguro que ni ella ni yo...
—Lo sé, Draco —La voz de Harry se tornó más suave, pero esto no ayudó a que el otro se relajase—, está bien. Ya se-
—No está bien —Draco lo observó con el ceño muy fruncido—. Dejé que te insultaran. No está bien.
Harry sabía que el más enojado en ese sitio debía ser él, pero que la misma Narcissa Malfoy hubiese sacado a las brujas como podía y ver la actitud de Draco lo hacía sentir mejor.
Casi nunca se animaba a hacer algo así, mucho menos desde que se percató de lo que sentía, pero en ese instante, Harry pasó un brazo alrededor de Draco y apoyó la cabeza en su hombro.
—Tienes razón, no estuvo bien, pero ya está mejor. Gracias.
—Debí mandarlas a la mierda de una vez...
Harry sólo lo apretó un poco más para que dejase de culparse y refunfuñar.
—Lo siento —La voz de Draco se convirtió en un susurro.
—Nunca había oído a Draco Malfoy disculparse tantas veces y tan seguido —se burló Harry.
Sintió que el estómago le cosquilleaba cuando notó que uno de los brazos de Draco también lo rodeaba.
—Es porque nunca me equivoco tanto como para disculparme —razonó Draco, intentando volver a su actitud altiva usual, pero era obvio que seguía preocupado.
¿Podré...?
Harry se dijo que se merecía una recompensa por haber lidiado con esta situación y se movió lo justo para besarle la mejilla. Presionó los labios contra su piel un poco más de lo que era necesario para un beso normal y volvió a enterrar el rostro en su hombro.
—Lo que digas, novio.
Ya que Draco lo había presentado así frente a las casamenteras, intentó que sonase como una broma mientras todo dentro de él sentía que se colapsaba.
Draco soltó una risita y le dio un golpe sin fuerza en la espalda.
Narcissa también se disculpó cuando consiguió echar a las casamenteras y Harry sonrió, enternecido porque tuviese la misma mirada preocupada que su hijo. Recibió la varita de regreso de Severus, que sólo hizo una expresión de desprecio y le dijo que no valía la pena escuchar la opinión de la mayoría de sangrepuras.
Narcissa lo dejó utilizar la chimenea para regresar a su casa. Remus y Sirius ya estaban desocupados y Remus lo esperaba en la sala.
Luego de una leve vacilación, Harry se sentó con él en el sofá y le contó lo que ocurrió en la mansión. Sirius se había acercado al enterarse de que él había regresado y tuvieron que sostenerlo entre los dos cuando quiso ir a buscar a las casamenteras a medianoche para lanzarles un hechizo.
Remus le preparó chocolate caliente y se aseguró de repetirle tantas veces que esas cosas no importaban que incluso Sirius también se quedó quieto, de mala gana.
Lo más curioso sobre esto es que Draco y él no se vieron durante el resto de las vacaciones. Harry asumió que estaba ocupado con otros asuntos "sangrepurezcos", pero cuando le preguntó sobre sus materiales para el siguiente año, sólo recibió una escueta nota diciendo que ya lo tenía todo.
Para el final de las vacaciones, Harry se encontraba algo preocupado y no estaba seguro de qué debía hacer.
A) Buscar a Draco para hablar en el tren.
B) Esperar a llegar al colegio y acercarse a Draco en Hogwarts.
C) Enviarle una nota en secreto estando en el tren.
Cuando escribí la primera parte de esto, me dije "¿qué podría haber unido a Sirius y a Severus sobre todo para volverse algo cercano a amigos de adultos?" y fue como "ah, sí, claro, homosexualidad y unas inexistentes ganas de contraer matrimonio por conveniencia con una chica", jAJAJA.
Siento que tendré que guardarme la idea porque ahora quiero escribir algo de Merodeadores + Lily + Severus haciendo desastres en Hogwarts.
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