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2.

Harry estaba tan nervioso durante la cena que se le cayó el vaso. El vidrio se rompió y la bebida se derramó, pero viviendo con dos magos, no era un problema. Sirius enseguida hizo un hechizo que regresó el vaso a su estado original y restauró la bebida, mientras que Remus estaba más preocupado por revisar las manos de Harry en caso de que se hubiese lastimado.

Esto sólo hizo que se pusiera más nervioso.

Cuando terminaron, Remus envió a Sirius a hacer un mandado en su motocicleta mágica. Le gritó que no se dejase ver por muggles ebrios de nuevo porque ya corría un rumor en esa zona de la ciudad sobre un extraterrestre que viajaba en una moto voladora durante la noche. Sirius sólo se carcajeó y se marchó sin prometer que no se dejaría ver.

—Nunca cambia...—Remus suspiró con una mezcla de resignación y diversión.

Remus le daba turnos en las tareas domésticas para que trabajase en su sentido de la responsabilidad, pero no eran ni de cerca la misma cantidad de trabajo que tenía cuando vivía con su tía. De hecho, Remus estuvo tan horrorizado cuando Harry comenzó a contarle todo esto que apenas lo dejaba hacer gran cosa aparte de cuidar de los lirios, lo envió con un psicomago al que todavía veía y estaba bastante seguro de que había discutido con Dumbledore en más de una ocasión.

Siempre era tan atento que resultaba imposible que no se diese cuenta de que algo pasaba si Harry permanecía parado a unos pasos de él mientras lavaba los platos, los secaba y acomodaba con magia. El mago lo miró por encima del hombro y le mostró una sonrisita.

—¿De qué quieres hablarme, Harry?

Harry lamentó ser tan obvio y titubeó, pasando su peso de un pie al otro y jugando con su cabello.

—¿Recuerdas...la conversación esa...la de Draco? Lo que yo, uhm, los sentimientos, eso, sí...

—¿Qué acordamos sobre los sentimientos, Harry?

—Usar palabras más específicas si sabía cuál era el sentimiento y describirlo si no lo identificaba —musitó Harry. Era algo que el psicomago le había pedido a Remus que hiciesen en casa.

—¿Entonces...?

Harry emitió un sonidito frustrado.

—Que me gusta Draco. Eso.

Remus asintió y se dio la vuelta en cuanto todos los platos y utensilios estuvieron en su sitio.

—¿Qué pasa con eso, Harry? Creo...terminó con su novia, ¿no? Era la señorita Parkinson, ¿cierto?

Harry asintió y tardó un poco más en hablar.

—Quisiera...yo...a ti te ha gustado alguien antes, ¿verdad? Digo, cuando estudiabas...seguro te gustó alguien...

—Sí, había un "alguien" —Remus sonaba divertido ahora.

—¿Y...y qué hiciste?

—Le tiré un libro a la cabeza cuando tuve oportunidad de besarlo, salí corriendo y lo evité durante tres semanas porque estaba tan avergonzado que quería hundirme en el Lago Negro —Remus hizo una pausa—. No seas como yo, por favor.

Bien, eso no le decía mucho.

Harry tenía la idea de que Remus era un hombre inteligente, maduro, razonable y todos los demás adjetivos positivos que pudiesen aplicarse a un mago. Y por alguna razón, creyó que siempre había sido así.

Ahora no estaba seguro de si podía sacar algo útil de esta conversación.

—Draco se tomaría muy mal que le tire un libro a la cabeza —razonó en voz baja.

Remus asintió sin dudar.

—Creo que mi caso era diferente al tuyo —siguió Remus—. Draco y tú parecen llevarse bastante bien durante las vacaciones, aunque todavía no los veo juntos cuando estamos en Hogwarts...

—Todavía no hablamos en el colegio.

—Bueno, ¿y no te gustaría hablarle en el colegio? Me refiero a que...si quieres hacer algo sobre este tema, podrías comenzar por pedirle que ya se hablen en el colegio, pasar más tiempo con él, descubrir si le puede gustar un chico...en el mundo muggle, tienen un concepto llamado hebero o algo así...la verdad nunca pasé mucho tiempo con muggles después de empezar el colegio, pero se refieren a un hombre que no tiene interés por hombres. O una mujer que no tiene interés por mujeres. Sí, creo que los dos casos serían heberos...

Sí, Harry recordaba que en la escuela muggle a la que iba y en el barrio en que vivía su tía eso era lo normal y era mal visto que el género no fuese importante.

Que Draco fuese hebero no se le había pasado por la cabeza.

¿De verdad algo así era posible? ¿Draco Malfoy sin interés por los chicos?

Como esto era un problema que Harry no había contemplado antes, se pasó un rato meditando sobre el tema, muy aturdido, y no se dio cuenta de que una lechuza entró por la ventana. Saludó a Remus y se paró en el soporte especial para ellas, estirando la pata hacia Harry.

Al no ver reacción alguna, la agitó. Como Harry seguía meditando, la lechuza se enojó y fue a jalarle el cabello con las patas.

Harry se quejó y la miró. Era uno de los animales mensajeros de la familia Malfoy. Ahí sí la saludó, le acarició las plumas como disculpa y tomó la nota que llevaba atada.

Era de Draco.

"Mansión Malfoy. 9pm. No uses la chimenea, sin ruido.

Voy a dejarte sin dulces semanales de mi madre si no vienes. Es una emergencia"

El "es una emergencia" incluso venía con líneas de tinta roja que se movían para atraer la atención.

Ya eran casi las nueve. Harry no solía salir de noche para no preocupar a Remus.

—Remus, ahm...

Justo cuando estaba por decirlo, escuchó un ruido fuerte. Remus se asomó por la ventana para regañar a Sirius por casi chocar con la cerca que los separaba del vecino y le contestó otra risa y una broma sobre dos muggles borrachos que lo vieron, se arrodillaron y comenzaron a hablarle a un tal "Dios".

—Un día te va a llevar el Ministerio, Sirius Black, y cuando eso pase...

Harry continuaba con la nota de Draco en una mano cuando Sirius entró a la casa, le tendió a Remus la bolsa de papel con el encargo y le sacó la lengua por preocuparse tanto.

—RemuspodríairaveraDracohoy.

Ambos magos hicieron una pausa de su dinámica de regaño-risa y lo miraron. Harry se encogió un poco y titubeó.

—¿Quieres salir hoy? —Remus vaciló—. Creo que van a ser las nueve, ¿qué van a hacer a esta ho...?

—¡Buena idea! ¡Es el momento perfecto para practicar lo que te enseñé! —Sirius le arrojó las llaves de la moto, que Harry atrapó casi por accidente—. Es díficil practicar en el verano durante el día con tanta gente, pero si lo haces en la noche, a lo mucho habrá otro borracho hablando con ese "Dios". Sólo no hagas nada que le provoque un infarto a Rem.

Remus comenzó a discutir con él de inmediato, pero no le quitó las llaves a Harry.

Estaba seguro de que la moto estaba involucrada en las historias de Sirius sobre su época de "pulgoso rompecorazones", como le decía Remus.

¿Quizás...la moto podría ayudarle a él también?

A) Ir a ver a Draco en la motocicleta de Sirius.

B) Ir a ver a Draco utilizando otro método.

C) No ir a ver a Draco esa noche.

LES TENGO FE, FLANCITOS.

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