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Tres

Pasó una semana y Minho no se acercó a la piscina, mirándola por la ventana de su habitación y deseando poder nadar en ella, pero sabía que sería una mala idea.

Después del incidente anterior, su padre lo había obligado a trabajar más, pensando que si el adolescente se mantenía ocupado, entonces no tendría que imaginar historias ridículas, porque al parecer estaba teniendo alucinaciones graves. La idea de que su padre no creía ni confiaba en él solo deformaba aún más su realidad, haciendo que su estado de ánimo cayera a un nivel más bajo, como nunca antes había sentido. Seguía llorando hasta dormirse en las noches y no salía de la casa a menos que tuviera que trabajar.

Minho ya no comía con su padre y Shayla, picoteando snacks durante el día cuando estaba solo para mantenerse funcionando, acumulando un pequeño escondite en su habitación, por si acaso. No podía decir que los culpaba por pensar que estaba loco. ¿Qué otro adolescente afirmaba que sintió algo invisible nadando cerca de sus piernas en la piscina del patio trasero? Todo sonaba tan ridículo incluso para él, y sin embargo, no podía olvidar la presencia que había sentido en la piscina ese día, lo misterioso de ello tirándolo para investigar qué era.

Siempre había querido una aventura, ¿entonces por qué no estaba persiguiendo a la que se presentaba tan claramente frente a él?

No lo hizo porque no necesitaba crear más problemas para quienes lo rodeaban ni ganarse más simpatía por lo que pensaban que estaba pasando por su cabeza.

Una tarde cuando regresaba de un turno en el trabajo a la hora del almuerzo, se percató de que iba a estar solo hasta la noche y se puso realmente contento por ello. Estaba sudando después de volver a casa caminando en el calor de otro día abrasador y no pudo evitar mirar melancólicamente a través del patio trasero donde obtuvo un vistazo de la piscina, esta invitándolo a correr el riesgo y saltar de nuevo a sus tentadoras profundidades.

Decidiendo que lo que había estado allí ya estaba muerto, se cambió y, sin camisa, tomó una toalla y salió a la piscina. Era peligroso, desde luego, pero, ¿qué era la vida sin otro riesgo? Y si sentía algo extraño otra vez, saldría y nunca le diría a nadie. La inspeccionó primero por precaución, revisando cada rincón y grieta del agua antes de convencerse de que era seguro nadar.

Dio unos cuantos largos sin prisas antes de meterse a la piscina menos profunda, recostándose en el asiento bajo el agua como lo había hecho la semana anterior, suspirando contento mientras miraba hacia arriba, sus ojos yendo más allá del toldo sobre él para observar las nubes blancas flotando contra el fondo azul brillante del cielo.

En ese momento sintió una presencia; era como si la súbita comprensión de ello le hubiera golpeado en la cara. Sentándose en un apuro, el agua chapoteando mientras miraba a su alrededor, esperó no encontrarse con nada ni nadie por el bien de su propia cordura.

Pero como si su mente le estuviera jugando malas pasadas, se encontró siendo observado por un par de brillantes ojos azules.

Dio un salto, soltando un grito y moviéndose hacia atrás para sentarse más cerca del borde de la piscina. La persona estaba en la pileta más grande, solo visible desde los ojos hasta el cabello castaño rojizo mientras lo observaba a través del espacio donde la cascada fluía desde la piscina donde estaba él, dos manos agarrando las baldosas mientras le parpadeaba unas largas pestañas mojadas en su dirección.

La persona no parecía australiana, ni siquiera occidental, de ninguna manera, sino coreana, como él.

—¿Q-qué estás haciendo aquí? —exigió, sin pensar mucho en que el coreano ahora sonaba tan extraño en su lengua—. ¡Esta no es tu piscina, fuera de aquí! —exclamó Minho, deslizándose del borde y caminando hacia la figura que chilló aterrorizada y desapareció bajo la superficie.

Inclinándose sobre el espacio para mirar fijamente la otra piscina, se dio cuenta de que ya no podía verla. Literalmente se había desvanecido.

Y acababa de perder la prueba de que no había estado imaginando cosas, prueba de que no estaba alucinando. Quienquiera que hubiera estado allí había sido tangible, estaba seguro de eso. Y él, como el idiota que era, la había asustado.

—¿Hola? —lo intentó—. ¿Estás ahí? N-no quise asustarte, solo... Me sorprendiste. Por favor regresa. No te haré daño, lo prometo.

¿Estaba hablando con una alucinación? ¿Realmente podía confiar en sus ojos cuando hasta ahora solo se había equivocado? ¿O en serio se estaba volviendo loco? Tal vez simplemente había pasado demasiado tiempo bajo el sol.

Pero le demostraron que estaba equivocado cuando la persona apareció de nuevo no muy lejos de él, esta vez sacando por completo la cabeza, mirándolo con el ceño fruncido y esos curiosos ojos azules.

—¿No vas a hacerme daño? —preguntó, su voz baja y ligera al punto que Minho todavía no podía descifrar su género, pero pudo confirmar que, de hecho, era coreana.

—Por supuesto que no —le aseguró, arrodillándose en el agua para estar más cerca de su nivel—. Pero estás en la piscina de otra persona, ¿no sabes que no deberías hacer eso?

—No tuve elección... —respondió en voz baja—. No le dirás a nadie que estoy aquí, ¿verdad? ¿Puede ser nuestro secreto?

Minho la miró con el ceño fruncido, sin saber por qué esta persona parecía tan decidida a quedarse en la piscina.

—¿Qué quieres decir?

—¡No se lo puedes decir a nadie! ¡Podrían encontrarme! —insistió, elevándose un poco más sobre la superficie y probando que en realidad era un chico. Su plano y pálido pecho expuesto adornado con dos pequeños pezones de color café atrajeron la atención del adolescente—. No puedo volver allí otra vez...

—¿Por qué te querrían? —preguntó Minho, acercándose un poco más. Este chico, niño incluso, se veía tan dulce y lindo con esas mejillas redondas y ojos tan brillantes que no podía imaginar por qué alguien querría hacerle daño.

—¿Quieres ver? —ofreció el otro, una leve sonrisa en sus labios regordetes.

Minho asintió.

El más joven extendió una mano hacia Minho, como si lo llamara de manera adorable para que se acercara a él. Minho obedeció y rápidamente se adentró en la piscina más grande, dejándose arrastrar debajo de la superficie del agua.

Con cautela, abrió los ojos, estos agrandándose al darse cuenta de que, incluso con la visión borrosa, este chico no tenía piernas. A la altura de sus caderas, su pálida piel blanca se desvanecía en una resplandeciente cola de escamas naranjas y amarillas del largo de lo que serían dos piernas, terminando con aletas blancas como un pez dorado que parecían estar hechas de la tela transparente más fina y suave que fluía y se balanceaba con la tranquila corriente del agua.

Minho casi perdió todo el aire en sus pulmones cuando gritó de sorpresa, antes de salir a la superficie y respirar desesperadamente, tosiendo el agua que había llegado a su tráquea.

—¡Dios mío! ¡Tienes una cola! —exclamó, poniéndose de pie para descansar una mano en el borde de la piscina.

La cabeza de la criatura se elevó sobre el agua, lenta y mansamente mientras observaba a Minho reaccionar casi de manera cómica a una parte muy normal de su cuerpo, al menos para él.

—Así es.

—¿P-pero cómo puedes tener cola? ¡Eso no es normal! Oh, realmente estoy alucinando esta vez —concluyó, con las manos cubriéndose la cara ante la vergüenza—. Como dijo papá, estoy viendo cosas. Tenía razón todo este tiempo. Oh por Dios, ¿qué me ocurre?

—No estás viendo cosas. Mira, siéntela —ofreció el joven, tomando la mano de Minho y haciéndolo arrodillarse en el agua que les llegaba a la cintura, llevando los dedos del mayor hasta su cola—. No hay nada malo contigo.

Los ojos de Minho se suavizaron ante la sensación. Había tocado escamas de peces antes y todas se sentían viscosas e incómodas al tacto, pero estas escamas eran lo opuesto. Eran suaves, casi lisas como si fueran piel de delfín. Hermosas.

—Es tan... —comenzó, quedándose mudo mientras el tritón frente a él le dejaba acariciar su cola sin ayuda.

El más joven alzó las cejas, esperando a que terminara.

—No sé lo que es... —admitió Minho.

El otro se sonrojó brillantemente, mirando la superficie del agua.

—¿Eso es algo bueno o malo?

Minho alzó la vista y sonrió, usando su mano libre para atraer la mirada del joven hacia él.

—Es algo bueno, en serio. Simplemente no puedo describirlo con palabras.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó repentinamente el tritón, nadando un poco más cerca hasta que sus caras casi se tocaron.

El mayor se encontró demasiado aturdido como para alejarse, respondiendo con un tartamudeo.

—M-Minho.

—Minho... Hmm, ¡me gusta ese nombre! —anunció emocionado—. Soy Taemin.

Después de presentarse, su cola automáticamente se enroscó alrededor de las piernas dobladas de Minho antes de continuar.

—¿Sabes? Eres la única persona que he conocido aquí que habla mi idioma. ¿Eres de la tierra de Corea? —preguntó, sus brazos doblándose sobre los hombros sobresaltados del adolescente—. Soy del Mar Amarillo; no está lejos de allí.

Minho asintió con la cabeza temblorosa.

—S-sí, soy de Corea del Sur. Me mudé aquí hace solo un mes.

—Wow, tenía razón... ¡Estoy tan contento de haber saltado a este mar! —Taemin se regocijó con una brillante sonrisa en sus labios—. ¿Cómo lo llamaste de nuevo? ¿Piscina? —cuestionó.

—Sí...

—Hmm, eso tiene sentido... —asintió pensativo—. Lo siento si te asusté la semana pasada —comenzó, cambiando de tema—. Solo quería mirarte más de cerca.

—¿Por qué no pude verte? —preguntó Minho.

—Puedo camuflarme en mi entorno si no es demasiado complicado —respondió Taemin—. ¿Sabes? Eres muy diferente a los otros dos piernas que he conocido antes.

Minho frunció el ceño al escuchar eso.

—¿Cómo eran los otros?

El tritón miró hacia otro lado, su brillante expresión cayendo al recordar el evento no muy agradable.

—Me sacaron de mi hogar y luego... —Hizo una pausa, cruzando los brazos sobre su pecho en una postura defensiva—. Me lastimaron...

Minho jaló a Taemin en un fuerte abrazo contra su pecho, sintiendo un deseo abrumador de proteger a esta hermosa criatura.

—Yo no te haré daño. Estarás a salvo aquí.

El menor zumbó de alegría contra el fuerte pecho de Minho, feliz de ser sostenido de esa forma. Además, la piel del moreno se sentía tan cálida y suave, la fuerza de sus músculos sutil debajo de sus dedos.

—Gracias, Minho. Estoy tan agradecido...

—¿Cuánto tiempo necesitas estar aquí? Si quieres ir a casa, te puedo ayudar. Hay una playa no muy lejos de aquí y-

Taemin presionó un dedo contra los labios del mayor, deteniendo sus palabras.

—No puedo irme a casa todavía. Es demasiado peligroso y no sé dónde están mis captores. ¿Está bien si me quedo aquí por ahora? ¿Hay algún problema?

—No, para nada —respondió con insistencia—. Haré todo lo que pueda para ayudarte.

—Gracias... —susurró el tritón—. Oye, ¿quieres ver algo genial? —preguntó, retrocediendo para sonreírle alegremente al humano, un brillo travieso en sus ojos.

Minho se encogió de hombros. ¿Qué tenía que perder de todos modos?

—Claro.

Sin previo aviso, el tritón se fue hacia adelante y chocó sus labios con los de Minho.

El adolescente chilló de sorpresa, pero no se apartó cuando Taemin presionó su pecho contra el suyo mientras su cola se apretaba casi dolorosamente alrededor de sus piernas. El tritón convenció a Minho de que abriera la boca para que pudiera arrastrar su húmeda lengua contra la suya, el beso volviéndose caliente y sensual mientras las manos del menor masajeaban suavemente su cuello, los pulgares tocando sus orejas en movimientos circulares.

Minho permaneció congelado, incapaz de responder mientras dejaba que esta perfecta criatura lo besara tan dulce pero deliberadamente en la piscina del patio trasero de su padre. Algo sobre eso no estaba bien, pero en su mayor parte se sentía completamente maravilloso.

Justo cuando estuvo a punto de devolverle el beso, Taemin se apartó. El tritón soltó una risita cuando vio la expresión en el rostro de Minho, sus mejillas levemente teñidas de rosa mientras evitaba sus ojos.

—¿P-por qué fue eso? —preguntó Minho, sus mejillas en cambio de un rojo profundo e intenso.

—Mira debajo del agua —respondió Taemin.

El mayor alzó una ceja escéptico. El tritón le devolvió una sonrisa descarada antes de que él hiciera lo sugerido, sumergiendo lentamente su cabeza debajo de la superficie. Y jadeó, una acción tan fácil como respirar aire ahora posible bajo el agua sin sentir como si se estuviera ahogando. Se había quedado sin aliento porque podía ver con perfecta claridad, sin necesidad de gafas, completamente maravillado mientras se encontraba con la mirada de Taemin sin poder creerlo.

—Háblame —instruyó el menor.

Oyó las palabras tan claras como lo haría sobre la superficie. ¿Qué demonios estaba pasando? Comenzó tentativamente, sin estar seguro de si debería intentar algo así. ¿No debería estar ahogándose justo ahora?

—¿C-cómo puedo hacer esto? ¿Qué me hiciste?

—Te transferí algunas de mis habilidades —respondió Taemin, acercándose más y acariciando la mejilla de Minho con el dorso de sus dedos, que tenían sedosas y transparentes membranas entre sí—. Durante un corto tiempo puedes respirar, hablar, ver y escuchar bajo el agua al igual que yo, sin esfuerzo. Aunque no sé cuánto tiempo dure porque nunca antes he realizado el hechizo.

—¿Entonces fue por eso que abusaste de mí?

—¡No abusé de ti! —respondió el menor—. Si tuviera más experiencia, realizaría el hechizo con solo un toque en tu cuello y orejas, pero tengo que transferir un poco de mi saliva como ADN para que funcione hasta que sea capaz de tales cosas.

—¿Un poco? —preguntó Minho, arqueando las cejas hacia el tritón que todavía estaba demasiado cerca de su cuerpo, pero estaba empezando a darse cuenta de que no le importaba en lo más mínimo.

Taemin se sonrojó.

—Bu-bueno, yo solo... quiero decir... ¡Ugh! Demándame, no me importa, no quise equivocarme con el hechizo, así que lo alargué un poco. No soy un experto, ¿sabes? Aún no.

Minho se rio entre dientes, sus mejillas todavía teñidas de un bonito tono rojo.

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N/T: Qué es esto.

ACTUALIZACIÓN DOBLE POR SER DÍA DEL 2MIN.

💙💛HAPPY 2MIN DAY.💛💙

Quería hacer algo bonito hoy, pero admito que hice este capítulo bastante rápido, así que perdón por los errores.

En fin, saben que sus comentarios me animan mucho. Ya tenemos a Taem bebé.🌱🐬

Por cierto, me olvidé de mencionar que este fic es M-preg. 👀 Nos leemos.

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