Once
Unos días después de que hubieran intimado, algo en la personalidad de Taemin cambió.
Se había vuelto perezoso, malhumorado y demasiado afectuoso cuando Minho estaba cerca. Había arrastrado al mayor a la piscina completamente vestido con su uniforme escolar una mañana, y el adolescente tuvo que volver a cambiarse con la excusa de que había caído en la piscina por accidente. Cuando regresó para despedirse de Taemin, el tritón estaba sollozando en el fondo del extremo profundo y Minho no pudo alcanzarlo ni llamar su atención.
Al final, tuvo que irse a la escuela sin el beso que había venido a dar.
Otras veces, Taemin estaba distante, casi negándose a ser abrazado a menos que Minho insistiera y se rindiera ante sus besos tan fácilmente como un cuchillo caliente cortando mantequilla. Sus cambios de humor estaban preocupando muchísimo al adolescente, pero el menor se rehusaba a hablar, simplemente diciendo que estaba bien y que no debía pensar en ello.
Lo que Taemin no le había dicho a Minho era que también estaba físicamente enfermo, vomitando en los jardines junto a la piscina y sintiendo dolor en sus músculos hasta el punto de que prefería sentarse en el fondo del agua que nadar en ella. También estaba durmiendo más, a veces acurrucándose contra el costado de Minho y quedándose dormido antes de que el moreno pudiera terminar de contarle su día. Cuando esto pasaba, Minho tenía que despertar al tritón para que se camuflara y lo pusiera a dormir donde siempre lo hacía.
Minho no sabía qué hacer con Taemin. No quería preguntarle a Shayla, ya que no le parecía adecuado hablar con alguien sobre una persona que apenas conocían. Ella solo había visto a Taemin unas cuantas veces, por lo que sería ridículo intentar explicarle por qué este comportamiento era tan preocupante para él.
Taemin no solía tener estos bruscos cambios de humor. Era impredecible en algunos aspectos, sí, pero no de esta manera.
Incluso trató de preguntarle a uno de sus conocidos en la escuela, pero en realidad no fue de mucha ayuda y tuvo que insistir a cada rato de que no era un problema suyo, sino algo que ocurría con un amigo. Aún así tuvo la sensación de que nunca le entendían bien por la forma en que lo miraban cuando hablaba. Todo eso solo le recordaba lo inútil que era para él hablar con la mayoría de sus compañeros en la escuela.
Dos semanas después de que empezó el extraño comportamiento de Taemin, estaba regresando a casa después de sus clases. Ya se encontraban en pleno otoño, pero Minho estaba decepcionado de que hubiera muy pocos árboles que cambiaran de color para la temporada; cuando le preguntó a Shayla sobre esto, ella explicó que, debido al ambiente hostil de Australia, muchos árboles plantados eran de hoja perenne para que permanecieran luciendo bien todo el año.
No había vuelto a ver a los hombres sospechosos, así que había empezado a relajarse un poco más ahora que parecía que se habían retirado del área. No parecía haber ninguna otra preocupación para él más que descifrar la razón por la que Taemin actuaba de esa forma. ¿Tal vez se trataba de una especie de pubertad o algo por el estilo?
Aún rompiéndose la cabeza por una respuesta, casi no se dio cuenta cuando pasó por la cerca de que Taemin estaba parado en la puerta principal. No fue hasta que levantó la vista después de sacar las llaves de la casa de su bolsillo que se encontró con los ojos de Taemin y saltó un poco de sorpresa.
—Oh, Taemin-ah. ¿Saliste a recibirme? —preguntó con una amplia sonrisa. Quizás sus preocupaciones no habían sido tan necesarias si Taemin estaba esperando para verlo. Tomó la cintura del menor, acercándolo a su cuerpo, antes de inclinarse para darle un beso.
Taemin aceptó el rápido beso en sus labios, derritiéndose un poco, con las manos agarrando el blazer del uniforme del mayor.
—Minho, hay algo de lo que necesito hablar contigo.
El adolescente parpadeó cuando se alejó, pero siguió sonriendo. Quizás Taemin iba a explicarle por fin la razón de su extraño comportamiento. Si su novio quería hablar con él, entonces sería todo oídos. Si Taemin necesitaba ayuda, entonces él estaría allí para ayudarlo de cualquier manera que fuera necesario.
—Claro, ¿quieres entrar para tomar algo?
El más joven sacudió la cabeza, con la cabeza baja y el cabello cubriendo la expresión de su rostro.
—No tengo sed.
Las preocupaciones de las dos semanas anteriores volvieron en un instante. Pensó que tal vez una pared se había derrumbado alrededor de Taemin y que tal vez ahora había una posibilidad de entrar, solo para descubrir qué estaba pasando por su cabeza. Pero estaba equivocado. Esa barrera seguía igual de fuerte como siempre.
—E-está bien. ¿Qué sucede, Taemin?
El chico vaciló, moviendo sus pies descalzos y mirando al suelo con los brazos alrededor de su cintura.
—Es muy importante.
—Bueno.
—Solo espero que puedas entender. He estado pensando en esto por mucho tiempo y creo que es muy importante que lo haga de una vez. Posponer esto solo va a causar más problemas.
—Está bien —dijo Minho con una inclinación de cabeza, sin darse cuenta de lo que venía—. ¿Qué está pasando?
El menor levantó la vista lentamente, sus ojos tristes cuando dijo:
—Tengo que irme.
Minho se sintió aturdido, tanto que dejó caer sus llaves.
—¿Qué?
—Minho... me tengo que ir.
—P-pero no puedes-
—Llegó el momento, tengo que irme —insistió Taemin—. Estás asentado ahora. Tienes amigos en la escuela, tienes a Shayla en quien confiar. Ya no me necesitas aquí.
Las lágrimas comenzaron a picar en los ojos de Minho.
—Te necesito.
Taemin contuvo las lágrimas que amenazaban con aparecer.
—No. No, no me necesitas, Minho. Solo quieres que esté aquí. Lo siento... Llevé nuestra relación demasiado lejos y no debería haberlo hecho. Me aproveché de ti y lo lamentaré por el resto de mi vida.
—P-pero... dijiste que me amabas.
—Y funcionó, ¿no es cierto? —dijo Taemin con tono irónico—. Me dejaste entrar en tu vida así de fácil. ¿No pensaste que te ganaste mi confianza muy fácilmente? ¿Acaso no hubo algo que te hiciera pensar que mis sentimientos por ti se desarrollaron de forma muy rápida?
—Entonces... ¿me usaste? Todo este tiempo... ¿solo fui un juguete para ti? —preguntó Minho—. Y pensar que... solo querías mi cuerpo, alguien con quien divertirte —siseó, molesto consigo mismo por haber caído por algo así.
Taemin no respondió, frunciendo los labios ligeramente. Las lágrimas se abrieron paso por las mejillas de Minho.
—Supongo que debería haber sabido... —murmuró, inclinándose y buscando a tientas las llaves—. Todos los demás que amo me han dejado, así que, ¿por qué tú no lo harías?
—Minho-
—No. No quiero oírte —le interrumpió—. ¡Sabes qué, no te necesito! —dijo con la voz rota, girándose para ya no ver al chico—. Vuelve al océano al que perteneces.
Taemin se encogió.
Minho ni siquiera le dio una mirada, abrió la puerta principal y entró rápido, cerrándola de un golpe detrás de él.
Finalmente, dejando que sus ojos se llenaran de lágrimas, Taemin abandonó el jardín delantero, doblando la esquina de la cerca alta hasta que estuvo seguro de que el mayor no lo vería y se agachó contra ella, sollozando incontrolablemente en sus manos.
—Te amo, Minho. Te amo tanto. Lo lamento, me gustaría poder quedarme, pero... —Bajó una mano inconscientemente para presionarla contra su vientre plano—. No puedo hacer eso ahora.
—¿Disculpe?
Taemin apenas hizo caso a la voz, demasiado angustiado como para importarle si pensaban que era grosero por ignorarlos.
—¿Has visto a este niño? Lo hemos estado buscando por todas partes.
Alzó los ojos de golpe y jadeó, a punto de ponerse de pie y correr hacia la casa de Minho cuando fue apresado y arrastrado hacia una camioneta, pateando y gritando en vano.
~*~
Minho sentía cómo si se estuviera ahogando.
Las lágrimas corrían incontrolablemente por sus mejillas y su pecho se sentía apretado, su garganta contraída mientras sollozaba desesperadamente en su almohada. Necesitaba a Taemin en su vida, sin él se sentía solo otra vez.
Pero no lo quería de vuelta si lo estaban usando.
Ya no sabía lo que sentía por Taemin. Lo amaba, pero había sido herido tan profundamente. ¿Podría confiar en Taemin si el tritón regresara a su vida? No sabía si eso era posible. Cada toque, cada beso, cada sonrisa en su dirección... ¿todo fue falso? ¿Cómo no pudo darse cuenta?
¿Realmente era tan fácil caer en la trampa de un tritón? Había escuchado de historias y varios mitos que las sirenas eran el tipo de criaturas que emboscaban barcos en el mar y llevaban a los hombres a las profundidades del océano para ahogarlos, aprovecharse de ellos y luego comer su carne. ¿Debería considerarse afortunado por haber sido usado pero dejado con vida? No lo sabía.
Saltó cuando una mano se posó sobre su hombro y se levantó con sincera esperanza.
—¡Taemin! Oh...
Shayla frunció el ceño, sentándose en el borde de la cama, preocupación evidente en sus facciones.
—Minho... Cariño, ¿qué pasó?
Escondiendo su rostro de vuelta en la almohada, se apartó de la mujer. Ella era la última persona a la que quería tratar de explicarle todo esto. Pero no podía detener las lágrimas que continuaban fluyendo y supo por su comportamiento anterior que ella no iba a dejarlo solo si estaba triste.
—Es por Taemin, ¿no es así? —murmuró suavemente, regresando una mano a su hombro tembloroso—. ¿Tuvieron una pelea?
Quiso ignorarla, pero la mención del nombre de Taemin solo causó más lágrimas y se maldijo por el débil sollozo que salió de sus labios. Sentía como si lo estuvieran destrozando y llorar era la única forma de dejar salir ese dolor que lo comía por dentro en ese momento.
Shayla suspiró suavemente, frotando círculos de consuelo en su espalda.
—Estoy segura de que se resolverá pronto, cariño. Las parejas pelean, es normal.
—¡Él no va a regresar! —soltó al fin, levantándose de la almohada lo suficiente para hablar, sorprendido de que recordara el inglés en su afligido estado—. Se fue y nunca me amó. Me estaba usando y yo caí en sus mentiras...
—Oh, cariño, ¿es eso lo que te dijo? —preguntó Shayla.
—Cada palabra que salió de su boca.
—Cariño, no creo eso ni por un segundo. ¿Realmente Taemin diría ese tipo de cosas? Él parece un chico tan dulce.
—Apenas lo conocía antes de que comenzáramos a salir, no me sorprendería en lo absoluto.
Shayla suspiró de nuevo y le tocó suavemente el pelo.
—Minho, es posible que yo no haya conversado mucho con Taemin, pero una mujer sabe cuándo a una persona le gusta alguien más, aunque sea un poco. Taemin era tan transparente como el cristal, la forma en que te miraba, no hay forma de que no le importaras.
—¿Por qué mentiría entonces? —exigió Minho.
—¿Quizás ocurrió algo fuera de su control? —sugirió la rubia.
—¿Cómo qué?
Ella se encogió de hombros.
—No lo sé. Pero tal vez fue por eso que decidió que era mejor romper contigo y hacer que te enojaras con él, que dejarte añorando su regreso con un corazón ansioso. ¿Has notado algún cambio en él recientemente? ¿En su personalidad o físicamente? ¿Se ha visto mal o preocupado de alguna manera?
Minho frunció el ceño, mirando su almohada mientras hablaba.
—Estuvo un poco raro últimamente. Cambiaba de humor muy rápido. Como, un segundo quería mi atención, y luego quería que me alejara.
—Continúa, ¿algo más?
—No ha estado comiendo mucho —se dio cuenta—. Y lo vi vomitar el otro día.
Shayla se rio un poco, capturando la atención de Minho. Ella agitó una mano, restándole importancia.
—Lo siento, cariño. Esos síntomas me recuerdan a algo más. No te preocupes, no es nada por lo que debas sentirte afectado, estoy segura. Pero, cielo, la ansiedad puede causar estas acciones y lo que causó esa ansiedad le hizo sentir que tenía que decirte esas cosas. Por el momento, tal vez sea mejor hacer lo que él quería que hicieras.
—¿Y eso es...?
—Superarlo.
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N/T: Holi, holi.
Perdón por la demora. Ya las cosas se pusieron sad.😔
¿Qué les pareció el capítulo? Agradecería si me dejan un comentario.🐬
Siento que no queda mucho de la historia. La acabaré este mes sí o sí, pero no se preocupen que tengo otro 2min en mente. Gracias mucho por el apoyo, nos leemos.💖
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