Capítulo VIII
Capítulo VIII:
Condujeron a los civiles y pocos policías hacia el interior de la Iglesia Católica del pueblo, depositaron el cuerpo sin vida de Otto, aquel miembro de los "Comandos" de Steiner en uno de los bancos y los otros fueron a parar adonde iba el Coro de la misma, a la espera de que algo ocurriera.
Por su parte, la Señorita Gray estaba enterada de los acontecimientos ocurridos, Devlin se había contactado con ella en la "Estación de las Marismas" por lo que tenía que estar atenta ante cualquier inconveniente que tuviera lugar en ese sitio. Sin embargo, para sorpresa de la joven Boers, ésta notó que Pamela había llegado hasta allí, tomando un coche que las llevó hasta el domicilio de la citada.
Ésta se encontraba con su perro, cuando vio llegar el coche y de ahí fue cuando notó que Pamela entraba y caía, agotada, presa de la tensión y la Adrenalina que corría por su cuerpo, teniendo a Molly en el coche con el motor encendido.
- Dios...Pamela, ¿qué ocurre? ¿Qué pasa?.- Preguntó Johana, en un intento por parecer preocupada y de ahí notó que la chica la miró a los ojos.
- El...El Coronel Miller....Él y sus hombres...son alemanes...piensan llevar a cabo un ataque contra nosotros o algo peor.- Relató la joven, mientras que era conducida por la Señorita Gray hacia el interior de su casa, pidiéndole que tomara asiento y se dirigía hacia la Sala de Estar, donde fue a buscar algo que se encontraba en uno de los cajones.
- No puedo creerlo. Es algo increíble lo que me cuentas, Pamela.- Señaló Johana, la cual estaba enfrascada en su "deber".
- Lo sé, parece una locura, como si esto fuera parte de una película pero...lo hemos visto, tienen uniformes de la "Luftwaffe", son Paracaidistas.- Contaba la muchacha, en un intento por calmarse, respirando hondo y de ahí quedaba en silencio por un rato.
¿Cómo podía resultar fallida esa parte?. Johana respiró hondo pero ya había puesto todo sobre la "Mesa del Juego". No iba a permitir que una integrante de la "Sociedad de Damas Voluntarias" fuera a arruinarle su objetivo. Mientras que Pamela se hallaba sentada, dirigió la mirada hacia donde estaba la holandesa, quien, de golpe, sacó un Revólver Colt 45 de su cajón y le apuntó, sacándole el seguro, oyéndose el martilleo y haciendo presente que estaba cargado.
- Johana, tú...- Quedó Pamela con las palabras colgada de la boca.
- Lo siento, pero, después de tanto tiempo el tener que aguantar y seguir como si todo fuera una especie de "Cuento de Hadas". ¿Sabes lo que significa el ser marginada, perseguida y tratada como una basura? ¿Lo sabes?. No, ¿qué vas a saberlo tú si eres la hermanita del Sacerdote?. No reconoces lo que es el pesar y más para mi familia, donde vi a mis padres y hermanos ser enviados a los campos de concentración de Sudáfrica por órdenes de tu maldito gobierno y ahora que tengo la oportunidad de ver a Inglaterra arder hasta que no queden ni las cenizas, con gusto vendí todo, incluso mi alma, a Hitler para que secuestraran a Churchill. Pero, contigo, lo siento mucho pero le diré a tu hermano que moriste de un infarto por el miedo.- Dijo y reveló sus verdaderos "colores", apuntándole con el Revólver, cosa que puso pálida a la chica, quien salió corriendo. El tiro dio contra el marco izquierdo de la puerta, haciendo eco y mandando a volar astillas por doquier.
Johana salió, corriendo a toda prisa y volvió a tirar contra Pamela. Una segunda bala rozó su cabeza, tuvo que agacharse para protegerse, sin embargo, el tercero dio un impacto contra el hombro derecho de la chica, quien llegaba hasta el auto y agarrándose dicha zona por el dolor y el calor que la balística emitía, se subió al asiento del acompañante.
La Boers volvió a tirar, Molly pudo ver cómo esa mujer les disparaba. Otra bala de la recámara salió e impactó contra uno de los ventanales, por lo que debió pisar el acelerador. Johana, por su parte, pensó que había conseguido en que la herida causada a Pamela fuera de consideración y, quizás, moriría por la misma. Ahora tenía que prepararse, por lo que volvió a su casa, corriendo y de ahí buscó más balas para el arma y de ahí fue hasta la radio que tenía consigo, comunicándose con Devlin.
Dentro del coche, Pamela estaba herida pero no era de consideración, tomando el camino principal, evitando el que llevaba a Studley Constable, se dirigieron para "Meltang House", en donde se hallaban los "Rangers" estacionados allí. El Centinela que montaba guardia en la entrada se sorprendió, primero tomó una posición de defensa y apuntó su arma pero, al ver que se trataba de Pamela y Molly, levantó la barrera y las dejó pasar.
Acto seguido, ambas se internaron en el enorme parque que daba hacia el Cuartel General. Allí estaban varios jeeps estacionados pero al detenerse, ambas bajaron. La primera, la hermana del Padre Verecker corrió hasta donde estaba el Capitán Clark, quien se quedó sorprendido al verla y más porque estaba sangrando.
- ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Quién te hizo esto?!.- Preguntó el joven "Ranger".
- Johana Gray...Ella...Ella...El Coronel Miller...¡son alemanes, han venido hasta aquí para secuestrar a Churchill!.- Relató la joven rubia, envuelta en lágrimas, mientras que Clark la abrazaba con fuerza.
- Pero, ¿es una broma todo esto?.- Quiso saber Harry sin poder dar crédito a lo que estaba pasando en esos momentos.
- No, no lo es: Lo escuchamos, hasta me disparó, quiso silenciarme...- Dijo Pamela, teniendo los ojos humedecidos y fue entonces que, dejándola a ella bajo el cuidado de Moss y un Destacamento, éste se preparó, corrió para tomar su casco y llamar a sus Camaradas de Armas, así como también preparar los jeeps.
El plan de asalto fue dirigido por el Grupo del Coronel Clarence Pitts, mientras que Harry tuvo que permanecer en el Cuartel General. Los que se desplegarían para rodear el pueblo y así forzar a los alemanes para que se rindan, incluyendo uno secreto, en donde enviaron a un Destacamento para que interrumpiera el avance de la comitiva en la que viajaba Winston Churchill hacia su destino.
Pronto, los jeeps junto a uno que tenía cubierta enfilaron hacia el pueblo para terminar con aquel asalto enemigo.
El Destacamento que se envío para frenar y desviar a Winston Churchill fue conducido hacia el Cuartel General, mientras que Clark permanecía allí, acompañando a Pamela, quien se recuperaba de su herida de bala. Molly, por su parte, había vuelto al pueblo pero llegó hasta la "Estación de las Marismas". Encontró la radio de Devlin pero un sentimiento de culpa la invadía. No podía entregarlo, ese hombre, a pesar de colaborar con los Nazis, era un Caballero. Él la había tratado como debía ser, con cariño, amabilidad y cordialidad en comparación con lo que Arthur Seymour intentó y que terminó por fracasar.
Sostuvo el aparato en sus manos, respiró hondo y fue entonces que marcó a una frecuencia que estaba instalada en la radio.
Volviendo a la Iglesia, Verecker no podía dar crédito, aún, de lo ocurrido. Olek había salido de la Sacristía, luciendo el uniforme del "British Free Corps", en donde se reflejaba el Águila junto al parche con la bandera de la "Union Jack" y la Esvástica en su Centro, ganándose las miradas de asombro y frialdad de los habitantes.
- Yo lo conozco.- Habló el sepulturero.- Leí sobre él, es un miembro de la Nobleza rusa, es Ivanisevic pero ¿por qué, muchacho? ¿por qué te uniste a ellos?.- Preguntó el pobre viejo.
- Se equivoca, Caballero, yo no me uní por simpatizar con el Nazismo ni nada por el estilo.- Respondió Olek, tomando asiento frente a ellos.-
- ¿Entonces?. Hasta hace unos momentos usted habló con nuestros hijos, ahora...ahora.- Dijo una de las madres, quien no se separaba de sus pequeños y su marido la ayudaba.
El joven Caballero y 4*Conde los Ivanisevic respiró hondo, alzó la cabeza y miró a los hombres de Steiner que tomaban posiciones en el Campanario de la Iglesia con sus armas. Pronto le darían una con la cual defender el sitio ante una posible invasión enemiga.
- Digamos que tuve un problema en Polonia, por hacer lo correcto, como también hizo el Coronel Steiner.- Respondió el joven.- Me podrán odiar pero lo entiendo, estamos en guerra pero, ¿quién es el verdadero culpable de todo esto? ¿Cuánto más quieren seguir metidos en una lucha que es totalmente estúpida?. Churchill es solo un viejo borracho que se metió él solito pero no mueve el culo para ir a combatir, como se hacía antes. Un Líder de verdad va al frente sin temor a nada ni nadie pero se nota que los tiempos cambiaron. Igualmente, no me importa si triunfa o no la operación, lo importante es que tengo a los míos a salvo y si hay que morir, lo hago sin miedo pero pueden estar tranquilos de que nadie va a sufrir ningún destino cruel. Steiner y su gente son hombres de palabra, verdaderos Camaradas, no como los políticos, sean Roosevelt, Churchill, Stalin que solo hablan mientras que los demás mueren. Piensen lo que quieran, pero aquí nadie va a morir, ninguno de ustedes, ¿de acuerdo?.- Dejó ese pequeño discurso y con ello volvió a ponerse de pie.
- El Coronel te busca.- Le llamó el Teniente Neuman a Olek, mientras que éste asentía y partía hacia donde éste se encontraba.
Asintió con la cabeza, caminó hasta donde se encontraba Steiner, quien hablaba con el Padre Verecker al respecto. Hizo un además con la mano y el segundo se retiró para atender a los otros que se encontraban allí, dejando al Coronel con el Caballero Ivanisevic a solas, por lo que caminaron por el estrecho camino que iba por la Iglesia hacia el Altar.
- Tú me dijiste que sabes disparar un arma, ¿no?.- Preguntó el alemán rubio a éste.
- Sí, así es, Mi Coronel.- Respondió Olek, siempre hablando con tono de respeto hacia la posición del otro.
- Bien, ten.- Finalizó Steiner y le pasó un rifle M1 Garand de fabricación británica al joven albino.- Ve al Campanario y ayuda a mis hombres, esto se va a volver un avispero.- Sostuvo con frialdad sobre el tema de que, posiblemente, ya estarían alertadas las fuerzas enemigas.
- A sus órdenes, Mi Coronel.- Acató Olek el llamado del deber y con ello partió hacia las escaleras, subiendo hasta la Torre del Campanario, donde estaban instalados y parapetados dos hombres de los "Comandos" con sus uniformes y cascos de Paracaidistas Polacos y los fusiles "Sten" en las manos.
Pronto, desde las otras posiciones como la Central telefónica y Correos, el bar y el molino junto al Campanario, desde el Norte y viniendo desde la carretera principal pudieron observar a un grupo de jeeps americanos que se dirigían hacia ellos. Dos grupos se dividieron, dando lugar al paso de los primeros que siguieron por aquel camino hacia el pueblo, siendo liderados por el Coronel Clarence Pitts, quien estaba al frente.
- ¡Adelante, Beck! ¡Adelante, Mallory!.- Dio Pitts sus instrucciones por radio, liderando a su grupo para llevar a cabo la contra-ofensiva.
Una vez que se internaran en las calles del pueblo, cuatro efectivos al mando de Steiner emergieron desde los edificios y fueron hacia ellos, disparando con sus armas automáticas, alcanzando a los jeeps, destruyendo las luces de los vehículos, haciendo volar sus restos por doquier y de que dos "Rangers" cayeran muertos del que estaba atrás, rodando por el suelo de tierra. Los disparos también vinieron desde el Campanario, en donde los dos colegas del Coronel alemán y Olek atacaron a la columna de Pitts, quien tuvo que girar hacia la derecha pero desde el molino también recibieron descargas de fusilería en una auténtica maniobra de emboscada al estilo guerrillas.
El jeep de Beck y Mallory chocó contra unas cajas y fajos de heno apilados, hallándose detrás del bar y con un atajo hacia la Iglesia. Los dos acompañantes descendieron con sus armas, cubriéndose de las balas que no paraban de lloverles. Desgraciadamente, el Soldado que iba con ellos en la parte trasera y que traía la radio fue alcanzado por la metralla que lo mató, quedando inclinado hacia adelante.
Pronto, desde el lado Oeste del pueblo de Studley Constable, otro jeep y un segundo con techo desplegable emergieron por un camino secundario, intentando pasar por el lado contrario al molino, sin embargo, uno de los alemanes apostados allí les tenía en la mira, así como también con el apoyo de sus colegas y desde el Campanario alcanzaron al segundo vehículo que iba adelante, por el camino del molino y el arroyo. Las balas destruyeron el vidrio y mataron a los dos conductores, saliéndose del mismo y cayendo en las aguas, quedando a flote. Por su parte, el otro jeep que venía atrás detuvo su marcha.
- ¡Vamos! ¡Bajen, bajen!.- Ordenaba el Sargento Beck a sus hombres para que buscaran refugio, teniendo el camino hacia la Iglesia supuestamente despejado. Dos Soldados se protegieron entre la chatarra y fueron hacia las rejas de la Iglesia, mientras que dos colegas de ellos iban por el Cementerio. Desgraciadamente, otros dos colegas de Steiner salieron por el lado Oriental del edificio y tiraron contra los invasores, siendo protegidos por sus Camaradas en el Campanario.
En medio de esa infernal balacera, uno de los "Rangers" recibió un tiro en la cabeza, penetrando el casco que salió volando junto a una nubecilla de polvo y rodó por el suelo, muerto. Olek disparó contra uno que había alcanzado las tumbas, dándole en repetidas ocasiones hasta que cayó muerto de un tiro fatal en el cuello. Un tercero fue alcanzado y se protegió contra un monolito pero quedando separado del resto.
A su vez, desde el Molino, los miembros de ese "Comando" aniquilaron a los "Rangers" supervivientes del jeep caído en las aguas, quedando sus cuerpo y las armas flotando hasta que las mismas se "pintaron" de rojo por la sangre derramada en su superficie.
De vuelta en la Iglesia, habiendo cesado el combate en el Molino, el Soldado que había conseguido llegar hasta las tumbas, salió de su escondite pero no tuvo ni un segundo para disparar, ya que Olek y los Alemanes terminaron por acribillarlo desde el casco hasta la espalda, la cual quedó empapada por su sangre y el uniforme lleno de agujeros.
- Alemán de mierda.- Quedó Mallory helado por ver esa resistencia y de ahí miró al camión que emplearon los "Comandos" estacionado cerca del lado Occidental de la Iglesia.- Trae un misil para el bazuca.- Pidió a su amigo.
El Sargento Beck se encontraba, aún, atrapado junto a sus hombres entre las barricadas de chatarra. Uno de ellos intentó aproximarse pero los Alemanes les volvieron a disparar, justo en el mismo momento en el que Mallory y su amigo disparaban el bazuca que impactó al camión, volándolo por los aires, haciendo saltar restos de telas y metal en llamas y un denso incendio junto a las columnas de humo negro se alzaron hacia los Cielos, dejando "satisfecho" al Americano.
Por su parte, el Mayor Pitts y su acompañante habían tomado un camino que los llevaba hacia la Casa Gray, deteniendo su jeep cerca.
- ¡Beck, conteste de una vez!.- Llamaba el hombre rubio por radio.
- Nos disparan desde el Campanario de la Iglesia, desde el Molino y desde la Taberna.- Le reportó el hombre al Mayor.- El otro jeep se ha caído al pantano, tenemos cuatro muertos y estamos cercados.
- ¡¿4 muertos?!.- Pitts no podía dar crédito al número de bajas que le estaban pasando en esos momentos, sabiendo muy bien que eso podía acarrearle severos problemas al fallar la operación.-
- ¡Aquí Fraser, Coronel: Tenemos tres muertos y nos están disparando desde tres sitios!.- Añadió el amigo de Mallory, utilizando la radio que llevaba el operador muerto en el jeep que iban ellos.
- No queda más remedio que reagruparse.- Impartió Pitts nuevas órdenes, viendo que todo se le estaba hundiendo.- Fraser, organice la defensa.- Le dio sus instrucciones y colgó la llamada.
El Cabo Fraser no podía creer la incompetencia de aquel tipo. Estaba consternado y aún con el sonido de las armas enemigas que no paraban de resonar por doquier.
- Que nos reagrupemos.- Protestó Fraser con bronca.- ¡Ese tipo es un inepto!.- Gritó y tiró los auriculares al vehículo.
- Aquí Mallory, nos han dado fuerte: Tenemos muchas bajas, he cazado al camión con el bazuca.- Reportó éste, hallándose con su amigo, preparando las municiones de aquel arma para proyectiles.
Pitts ya estaba harto, la misión había sido un completo fracaso y con el Soldado Henderson apagó la radio y se prepararon para arrestar a la colaboradora y Agente de los Nazis.
- ¡Será estúpido! ¡¿Qué querrá con eso?! ¡¿Una condecoración?!.- Bramó Pitts ante el éxito que Mallory había conseguido frente a su incompetencia y fracaso, por lo que aceleró el vehículo mientras que Fraser había conseguido rescatar las municiones y el segundo bazuca que llevaban en el jeep, consiguiendo parapetarse hasta que llegaran los demás.
Dentro de "Meltang House", la llegada de Churchill y su Comitiva, siendo llevado aquel hombre hacia una "Habitación Segura" mientras que un Soldado le traía las novedades de lo que estaba pasando en Studley Constable al Capitán Clark. Éste leyó el papel y suspiró hondo.
- Santo Dios.- Dijo y tomó asiento, mientras que uno de los Oficiales Británicos hablaba por teléfono, pidiendo por Hercher.
- ¿Sabe lo del Coronel?.- Preguntó el Capitán Clark al Soldado.
- No.- Respondió éste.- Tengo a toda la Unidad preparada.- Informó el efectivo y Clark comprendió lo que había qué hacer, por lo que miró al Oficial Británico.
- El Coronel Pitts es un hombre de...- Se detuvo para pensarlo mejor y no manchar la "Hoja de Servicios" de aquel sujeto.- limitada experiencia.
- Aparentemente ninguna.- Sostuvo el Oficial Británico con tranquilidad y esperando a Hercher; llevando a que Clark lo comprendiera mejor y se fuera de allí.- Aquí el Mayor Corkora: Estamos ante un incidente que concierne al Imperio.
El jeep que conducía el Coronel Pitts y el Soldado Henderson llegó hasta la entrada de la Casa Gray. Detuvo su marcha y ambos descendieron del mismo, subiendo por la escalera que daba acceso a la puerta principal. Con una serie de empujones, los dos efectivos irrumpieron en el domicilio. Pitts llevaba su Pistola 48 MM en la mano derecha y Henderson un "BAR" o "Subfusil Automático Browing". Johana Gray se encontraba en la planta alta, en el Ático, con su Revólver cargado y manteniendo a su perro tranquilo.
- ¿Señorita Gray?. Salga con las manos en alto ahora mismo.- Ordenó pero no hubo respuesta. Con un gesto de su cabeza, Pitts le encomendó a Henderson que le acompañara y fueron subiendo por las escaleras.- ¡Señorita Gray!.-
Por un momento, pensando que no había ni un alma por allí, el perro terminó por lanzar un ladrido que alertó a los dos "Rangers". Pitts corrió hacia arriba y abrió la puerta, listo para arrestar a la mujer pero al momento de abrirla, ésta ya se encontraba se encontraba de pie y con su arma en ristre disparó contra el casco del Coronel Clarence Pitts. La bala atravesó el acero y se internó en su frente, cayendo una fina línea de sangre y con ello el cuerpo sin vida del Oficial Norteamericano rodó escaleras abajo junto a una granada que la muchacha había tirado.
Henderson se cubrió tras unos sillones mientras que el artefacto explotaba, haciendo volar las ventanas y sus cristales, cubriendo todo con una densa cortina de polvillo y polvo que se elevó por el lugar.
- Traidora.- Dijo el joven con bronca y disparó su "BAR" contra el ático en repetidas ocasiones. En aquel momento, oyendo que algo caía contra el piso, éste subió y cuando encontró la puerta, las paredes adyacentes y el interior cubierto por los impactos de bala, la Señorita Johana Gray yacía en las últimas.- Te lo tienes bien merecido, puta infeliz.- Le dijo, escupiéndole, viendo que también había matado al perro de la Boers pero ella, antes de morir, tomó por sorpresa a su rival y lo último que el Soldado Henderson escuchó fue como una bala le daba en el pecho, cayendo sin vida cerca de la rubia, viendo que ella, a pesar de ser descubierta, por lo menos, vería el éxito de la "Operación Albatros", la captura y traslado de Churchill y el fin del Imperio Británico.
Pronto, la Casa Gray quedó sumida en el más profundo de los silencios junto a los cuerpos de los caídos en su interior.
Volviendo a Studley Constable, la calma yacía en los alrededores. El Coronel Steiner y sus hombres habían conseguido repeler a los "Rangers" y causarles serias bajas. En un momento dado, los hombres del Sargento Beck habían tratado, nuevamente, de avanzar pero el Teniente Ritter/Hans les disparó con una nueva ráfaga de su "Sten".
- Tengo que hacerle una sugerencia, Herr Oberst.- Habló aquel amigo a Steiner.
- Di, Hans.- Respondió éste.
- Deberíamos salir inmediatamente.- Fue la propuesta que dio su Teniente.
- Si, tienes razón.- Razonó Steiner y de ahí fueron subiéndose al jeep que tenían allí.
Pronto, Brandt y los demás Soldados Alemanes vieron avanzar el vehículo.
- ¡Vuelvan a la Iglesia!.- Ordenó el Coronel a sus efectivos.
- ¡Cúbreme!.- Pidió el Cabo Frederick a su amigo y fueron saliendo del Molino.
Un nuevo enfrentamiento se había desatado, dejando atrás a los "Rangers" abatidos por el camino principal y abandonando sus posiciones de defensa, el coche en el que viajaban Steiner y Hans alcanzó la entrada de la Iglesia. Los Soldados al mando del Sargento Beck no podían hacer nada frente a la terrible descarga de fusilería contra ellos pero cuando el jeep ingresó en el camino de la Iglesia, una explosión, proveniente de la bazuca que Mallory operaba hizo saltar por los aires al vehículo, lanzando una poderosa cortina de humo blanco.
- ¡Mierda!.- Gritó Olek, quien salió al exterior para ayudar a los Camaradas de Steiner para sacarlos de entre los escombros del coche destruido.
Salió abriendo fuego, conteniendo a los Americanos con su fusil M1 "Garand", sin dejar de disparar a todo momento, concentrado y de ahí fue hasta donde estaban los restos del jeep. Tanto los hombres de Steiner como el 4*Conde y Caballero Ivanisevic sacaron al Coronel y al Teniente Ritter de entre los escombros, llevándolos hacia el interior de la Iglesia.
Una vez dentro, con la ayuda de Olek, sentaron al amigo de Steiner en uno de los bancos mientras que Verecker corría hacia ellos, viendo que Ritter le salía humo, producto de la explosión de aquel proyectil.
- Cuando lo necesite, lo llamaré, Padre.- Dijo, tomando al Sacerdote por el hombro, yendo hasta donde estaba el acompañante de Ritter, quien había fallecido producto del choque.
Steiner se acercó hacia el Campanario y vio el exterior, el camión en llamas y desde otra de las calles vio llegar a dos jeeps y una tanqueta. El vehículo que comandaba la columna tenía una bandera blanca, por lo que fue a prepararse.
- Vienes conmigo, Olek.- Le habló el Coronel, tomándolo por sorpresa.- Hiciste un buen trabajo hasta junto a mis hombres pero necesito que me acompañes afuera.- Dijo con tono de autoridad, cosa que el chico respiró hondo y con ello agarró la gorra de plato Oficial, mientras que Steiner iba pasando del uniforme de Británico al de la "Luftwaffe".
- ¿Hice bien todo este tiempo, Mi Coronel?.- Quiso saber el joven albino, llevando a que el otro le pusiera una mano en los hombros.
- No te cuestiones a ti mismo por lo que hiciste: Velo por tu cuenta.- Señaló y de ahí recordó los momentos en que estallaron los combates. Tragó saliva, supo que así debían de ser las cosas, por lo que asintió con la cabeza, entrechocó los talones y le acompañó.- Así se habla, chico. Ahora andando.
En el exterior, bajando del jeep y con otros dos que se detuvieron junto a la tanqueta en el "Cruce de Camiones", el Capitán Harry Clark de los "Rangers Americanos" había llegado para tomar el orden tras el fallido intento de contra-ofensiva que el Coronel Clarence Pitts llevó a cabo y que solo trajo severas bajas. Con los supervivientes y los refuerzos reunidos, cerrando las principales arterias del pueblo, el joven observó al Campanario y cómo las tropas de Steiner se iban quitando los uniformes del "Cuerpo de Paracaidistas Polacos Libres" y pasaban al original, el de la "Luftwaffe". Pronto, regresando hasta su vehículo para hablar con el conductor y de ahí fue hasta la entrada principal de la Iglesia.
- Ha llegado otra bandera, Hans. Iré con Olek al exterior y dialogar con Clark. Se nota que ese hombre sí sabe hacer su trabajo.- Enfatizó, dirigiéndose con su amigo.
- Coronel, en vista de todo lo ocurrido.- Habló Verecker.- Es que gracias a mi hermana, su plan se ha venido abajo.-
- ¿Sí?. Pues yo pensé que había fracasado porque uno de mis hombres sacrificó su vida por salvar a esa pequeña.- Respondió Steiner con naturalidad.
Afuera, pasando por donde estaba el jeep incendiándose, Clark llegó hasta el punto indicado, miró por los alrededores y esperó.
- Padre, más le vale reunir a su rebaño.- Pidió el Coronel a Verecker, poniendo una mano en su hombro, dándole la señal para que los civiles y los pocos policías que estaban allí salieran.
Inmediatamente fue a cumplirlo. A su vez, Steiner, viendo cómo sus chicos terminaban de equiparse para resistir el asalto final, sintió orgullo de ellos y acompañado por Olek, ambos salieron al exterior, luciendo sus uniformes. Él con el de la "Luftwaffe" y el chico con el del "British Free Corps", quedando cara a cara con el Capitán Clark. Éste, al verlos, como todo un digno oponente, hizo la venia militar, cosa que ambos respondieron al saludo.
- Capitán Clark, ¿qué puedo hacer por usted?.- Preguntó Kurt con seriedad pero siempre manteniendo su calma y la postura.
- Rendirse.- Fue la respuesta que dio el joven Oficial Americano.
- ¿Rendirme?.- "Repitió" el británico-alemán esa pregunta con una sonrisa en el rostro, mirando hacia ambos lados.-
- Churchill está a salvo y bajo protección.- Le comunicó el castaño.- Su cómplice, la Señorita Gray, muerta y la emisora ha caído en nuestras manos. Todo ha terminado.
- Tengo rehenes.- Dio esa parte Steiner.
- La verdad es que no lo veo escudándose tras mujeres y niños.- Fue franco Harry con cordialidad que los Alemanes habían demostrado y sin que los civiles sufrieran.-
- No.- Respondió Steiner con su franqueza tras reír unos segundos.
- Y ese chico que le acompaña, ha demostrado ser un buen combatiente pero, como dije, todo ha terminado.- Dijo Clark con firmeza.
- Con el debido respeto, Capitán Harry Clark.- Habló Olek.- Esto no ha terminado, aún pero los civiles y los policías que están de prisioneros no deben sufrir.-
- Ya lo escuchó al chico.- Repuso Steiner, sintiéndose orgulloso de aquel Eslavo y de ahí se giró hacia la puerta abierta.- Que se vaya la gente del pueblo, Altmann.- Encomendó a uno de sus Tenientes.
- Padre.- Se dirigió aquel rubio pálido, quien había tocado el Órgano de la Iglesia tan bien.- Su gente, por favor.- Indicándoles el camino de salida con cordialidad.
Pronto, los civiles y los policías fueron dejados en libertad, quedando Verecker adentro junto a los hombres de Steiner. En medio de la salida, la madre de Susan, la Señorita Carolyne, se acercó hacia el Coronel para darle las gracias por lo que uno de sus hombres había hecho al salvar a su hija de morir ahogada en las aguas del Molino.
- Coronel.- Se acercó ella junto a su marido, su hijo e hija tras ver el jeep en llamas.- No entiendo todo esto, ni tampoco quiero entenderlo, pero estoy muy agradecida por lo que uno de sus hombres hizo al salvar a mi hija.- Agradeció ella, siendo aceptado por Kurt.
- Es nuestro deber.- Dijo aquel Oficial de la "Luftwaffe" con sinceridad y volvió adentro junto a Olek.
- Caballero.- Le llamó el padre de los niños, quien acompañaba a Carolyne.- Buena suerte.
- Gracias. Lo mismo para ustedes.- Sostuvo él, volviendo al interior de la Iglesia.
Dentro del edificio, una vez calmada las cosas pero con la reanudación de las hostilidades en camino, Verecker fue hasta la fuente de Agua Bendita y se hizo la "Señal de la Cruz", mojando su frente con la punta de los dedos hasta que oyó esa voz.
- No lo olvide, Padre: Los Últimos serán los Primeros.- Reapareció Devlin con su escopeta en la espalda y esa sonrisa burlona que llevó a que Verecker tuviera un estallido de Ira contra él.
- ¡Bastardo!.- Gritó el Padre por lo bajo, tomó una silla y se la estrelló contra Devlin, iniciándose un altercado, mientras que Olek corría para separarlos.
- ¡Ya, ya, Padre, basta, por favor! ¡Es un Hombre de Dios, no un pendenciero, cálmese!.- Pidió el chico, haciéndole recordar el papel que tenía.
- ¡Suéltame, Olek, le voy a dar su merecido a él por haberme engañado tanto a mí como a todo este pueblo! ¡Casi matan a mi hermana por su culpa!.- Bramó Verecker pero Devlin fue más rápido, lo agarró por el cuello y lo lanzó hacia dos de los colegas de Steiner, quienes lo sacaron al exterior, zamarreándose hasta que fue a parar a los brazos de Clark.
- ¡Padre, Padre!. Tengo que sacarlo de aquí.- Le comunicó el Americano.- Escuche, escuche: Pamela está bien. Está en el Hospital. Padre.- Una vez que se calmara, Verecker dirigió su mirada hacia donde estaban Steiner y los otros, quienes iban a prepararse la próxima oleada de ataques.
- Adiós, Capitán Clark.- Se despidió Kurt.
- Coronel.- Le detuvo el joven de EEUU.- No existe eso de "Muerte con Honor".- Intentó convencerle para que se rindiera y sus vidas serían respetadas pero la decisión ya estaba tomada.- Solo Muerte.
- No tengo ninguna intención de morir, pero si he de hacerlo, permítame hacerlo dónde y cómo.- Finalizó él con franqueza y cerró la puerta, llevando a que Harry empezara a dar las primeras órdenes para que sus tropas se prepararan para rodear a la Iglesia.
- Liam, ¿cómo has llegado?.- Preguntó Olek a su amigo pero no hubo tiempo para una respuesta.
- ¿Qué debo hacer con usted?.- Le interrogó Steiner.
- Traer las llaves del coche.- Respondió con esa sonrisa siempre victoriosa y como si la misma Diosa Fortuna le hubiera bendecido.
- He entrado por aquí, vengan.- Pidió el Irlandés y los guío hacia unos pasadizos secretos.- Es un túnel, pasa por debajo del Cementerio, atraviesa "Meltang House" y llega hasta la Vicaría. El coche está aparcado en la salida.- Contó éste, llevando a que Kurt examinara el sitio, siendo acompañados por Neuman, quien fue auxiliado por dos jóvenes efectivos que lo acompañaron.-
- Señor Devlin, es usted extraordinario para hablar.- Le felicitó Steiner y tras ello le pasó las llaves del coche.-
- Coronel Steiner, es usted un gran psicólogo.- Continuó el otro.- Y tú, Mi Buen Amigo "Lechucita", un digno militar a la hora de combatir.- Se dirigió a Olek.
Una vez visto que tenían una salida, Steiner fue hasta donde se encontraban sus hombres.
- Ya tenemos una salida. Todavía es posible que capturemos a Churchill.- Les comunicó sus órdenes a sus Camaradas, tomando el fusil "Sten".-
- Nosotros no, Herr Oberst.- Dijo Brandt con cordialidad.
- ¿Qué? ¿Qué están queriendo decir?.- Interrumpió Olek.- Ustedes también vienen con nosotros, podemos con ellos.
- Lo siento mucho, Joven Caballero Ivanisevic, ustedes deben seguir. Si salimos todos, nos descubrirán.- Comunicó ese problema Brandt.
- Muy probable.- Steiner fue caminando hacia ellos.- ¿Tiene alguna sugerencia, Brandt?.- Se dirigió hacia éste.- Que se vaya usted junto a Devlin, el Teniente Ritter y el Caballero Ivanisevic.- Resistiremos el mayor tiempo posible.- Sostuvo con firmeza y tras girarse, ver a sus hombres, todos ellos jóvenes y preparados, el militar tuvo que tomar una decisión.
- Empezaremos a disparar para cubrirlos en 30 segundos.- Añadió Altmann.
- Sí.- Comprendió Kurt la decisión final tomada por ellos, viendo su determinación y a pesar de que los ojos de Olek se habían empapado por las lágrimas, éste se despidió de Altmann, Brandt y los otros con un fuerte abrazo, siendo observado por Steiner, Devlin y Hans.
- Fue un gusto conocerte, amigo.- Le dijo Altmann.- Ahora tienes que volver a casa, tu familia te está esperando.
- No los olvidaré, Camaradas, lo juro.- Prometió y de ahí acompañó a Steiner y los otros hacia los pasadizos secretos, no sin antes despedirse de aquella nutrida "Tropa de Élite", recibiendo la venia militar por última vez.
- Ha sido un gran privilegio combatir a nuestro lado.- Dedicó Kurt unas últimas palabras para ellos, mostrando sus respetos y el cariño que todo Oficial tiene hacia sus hombres por el deber y el honor. Una vez concluido aquello, se fueron metiendo en dicho camino.
A su vez, en medio del escape, Altmann, Brandt y los otros tomaron posiciones, al igual que los demás en el Molino y la Taberna. Rompiendo los cristales de las ventanas, comenzaron a disparar contra los "Rangers", desatándose una feroz balacera, un tiroteo nunca antes visto. En medio de los intercambios de disparos, los proyectiles que la bazuca lanzaba y las granadas arrojadas dentro, pronto terminaron los enemigos por ingresar en la Iglesia, habiendo tenido que sortear la férrea resistencia de los Alemanes. Al entrar, dos de los hombres de Kurt quedaron con vida, consiguiendo herir a uno de los Soldados Americanos en el brazo hasta que fueron ultimados a tiros.
Sorprendidos, sin palabra alguna que les ayudara a aquellos "Rangers" con describir el estado en el que había quedado el interior de la Iglesia con la sangre, agujeros de metralla, pólvora y humo en suspensión, los cuerpos de los caídos, de ambos bandos, tanto dentro como fuera y la destrucción en los bancos de oración, aquello fue una victoria con sabor amargo para ellos.
Llegando hasta la "Estación de las Marismas", Devlin detuvo la motocicleta mientras que Kurt estacionaba el coche y bajaba acompañado por el Teniente Ritter y Olek. Abriendo la puerta, el Irlandés ingresó con su escopeta en ristre.
- ¿Creen que aún siga la radio?.- Preguntó Olek, mientras que ayudaba a Ritter a caminar por el estado de sus heridas, no eran graves pero le costaba moverse.
- Si sigue ahí, será una ventaja para nosotros.- Respondió Kurt.
- Suponiendo que el barco siga afuera.- Añadió Devlin e ingresaron al interior.
- Está fuera.- Dijo una voz familiar y se quedaron sorprendidos de toparse con Molly, quien estaba esperándoles allí dentro y con la radio en sintonía. Kurt la tomó y Olek junto a Ritter esperaron afuera, dejando a Devlin solo con ella, depositando la escopeta en el suelo.
Caminó y quedó cara a cara con él.
- Te quiero; aunque no me gusta lo que has hecho, ni lo que yo he hecho ni lo justifique. No hubiera podido vivir tranquila si te hubiera dejado morir sin intervenir.- Rompió ella el silencio, dejando a Liam sin palabras y helado por primera vez, perdiéndose esa sonrisa suya.
- ¿Has leído mi carta?.- Preguntó éste.
- Sí.- Respondió Molly, asintiendo con la cabeza y sin decir una palabra más, se fue de allí, dejando a Devlin en un estado de percance.
A su vez, de vuelta en "Meltang House", Moss se encontraba felicitando a Clark por su victoria, teniendo a Churchill a salvo.
- No han caído todos.- Advirtió el joven Americano.- Hay cuatro supervivientes: Steiner, Devlin El Irlandés, un Oficial alemán que sabemos está mal herido y el 4*Conde y Caballero Ivanisevic. Ahora, con su permiso, Señor, daré una batida por la carretera de la playa.
La noche estaba llegando y en la zona del Río que iba hacia el Mar del Norte, un E-Boot iba llegando hacia los Muelles. Con dos marineros en la cubierta junto al Capitán, éste pudo ver que llegaban una moto y un coche. Pronto, otros dos marinos y el Subteniente lanzaron la plancha de subida y de ahí Olek descendió junto a Steiner y Hans.
- No puedo quedarme más tiempo, Herr Oberst.- Le comunicó el Capitán del E-Boot.- La marea.
- Suba a bordo, Señor Devlin.- Ordenó Steiner.-
- Yo no me voy.- Respondió Liam con seriedad, tomando a todos por sorpresa.-
- ¿Cómo ha dicho?.- Preguntó Kurt.
- Que me quedo aquí.- Fue la respuesta que dio el pelirrojo y con ello Steiner miró a Ritter, quien no podía caminar mucho por sus heridas.
- Hans, Olek, súbanlos a bordo.- Les ordenó el rubio a los marineros.
- No me voy sin usted.- Se negó Ritter.
- Lo mismo digo: Estamos juntos en esto.- Añadió Olek con firmeza.
- Suban a bordo, Hans, Olek.- Volvió a impartirles su orden Steiner a ellos.
- ¡No, Señor, no lo haré! ¡El chico tiene razón! ¡Estamos todos juntos en esta misión!.- Exclamó y luego moderó su tono de voz.- Me quedo con usted.
- ¿Cuánto tiempo hace que nos conocemos?.- Le lanzó Kurt una pregunta.-
- Desde que me dio una patada para que saltara en Norwick.- Respondió Hans ante ese hecho gracioso.-
- Tres años, Teniente Primero Ritter Von Neudast, desde entonces no ha desobedecido una orden mía y no le permitiré que empiece a hacerlo ahora.- Se dirigió a éste con su voz de autoridad y mando.
- Herr Oberst.- Acató Ritter la orden e hizo la venia militar.
- Y en cuanto a ti, 4*Conde y Caballero Olek Ivanisevic, tú eres, desde que me conociste a mis hombres y a mí en Jersey, no has dejado de impresionarme. Eres una "reliquia", en el buen sentido, de alguien que este Mundo sabe lo que es el Honor y la Gloria.- Dirigió, ahora, su mirada hacia el chico, quien trataba de no llorar por la decisión tomada por su amigo.- Mírame bien a los ojos, alza la vista, hijo.- Pidió y él tenía lágrimas en los mismos, llevando a que Steiner las enjuagara antes de que él lo hiciera.- Tienes que hacerlo. Tu familia te espera, lo mismo tu novia. Vuelve a casa, vive, no mueras en vano. Mis hombres no lo hicieron, lucharon hasta el final pero ésta no es tu guerra. Aún así, diste lo mejor que un Soldado puede ofrecer.- Eres un Ivanisevic, de una familia milenaria, ahora es tiempo de volver con ellos.
- Herr Oberst Kurt Steiner.- Dijo Olek con la voz partida por el llanto, por lo que le dio un fuerte apretó de manos, un abrazo final y luego la venia militar.- Se lo prometo. Fue un orgullo haberlo conocido y peleado a su lado.- Acató éste, alzando la mirada y se despidió del alemán, ayudando a Ritter para que subiera la plancha y de ahí abordaron la embarcación.- Adiós, Liam Devlin, amigo mío. Fue un gusto haberlo conocido también.- Se despidió, antes de subir, del Irlandés.
- Lo mismo digo, "Lechucita".- Dijo el pelirrojo con cariño en su voz, haciendo alusión a ese apodo con respecto al ave favorita de Olek.- Un día de estos me paso por los Balcanes y me muestras tu Patria.-
- Así será.- Prometió Olek y subió junto a Hans a la embarcación.
- ¡Aleje el barco de la costa y espere a cuando sea posible!.- Le encomendó esa orden al Capitán. Acto seguido, fue hacia el coche pero Devlin se lo impidió.
- ¿Lo va a intentar?.- Preguntó el pelirrojo.
- Sí.- Respondió el Oficial.
- Ni siquiera sabe dónde esta.- Continuó.
- En efecto.- Alegó Kurt.
- Y aún así irá a buscarle.- Siguió hablándole.
- Ha llegado el momento, Señor Devlin, yo ya no controlo los acontecimientos, ellos me controlan a mí. Suerte, Señor Devlin.- Enfatizó y de ahí le tendió su mano.
- Es usted un tipo encantador.- Mostró su respeto y fue hacia la moto.-
- Espero que encuentre lo que está buscando.- Le deseó el rubio suerte.
- Ya lo he encontrado.- Dijo el otro con calma.- Y espero no haberlo perdido en la búsqueda.- Finalizó y partió con la moto. Steiner se subió al auto y el Capitán del E-Boot daba la orden de cambiar la bandera inglesa por la del Reich, poniendo rumbo hacia su destino.
Pronto, con las luces del nuevo día, Devlin fue avanzando por los bosques junto a su maleta. Un hombre irlandés en medio de territorio enemigo y con una guerra que aún perduraba en el Mundo. Los últimos acontecimientos habían sido de gran novedad, sobre todo para Steiner, quien había conseguido infiltrarse en donde estaba Churchill, noqueando a un Oficial de EEUU y robando su uniforme para de ahí, conseguir dejar inconsciente a un Centinela que vigilaba la zona y al ingresar en "Meltang House", se dirigió hacia el Primer Ministro, quien había salido a fumar al balcón y cuando lo mató, fue herido por los Americanos, quienes le dispararon pero no llegaron a matarlo, por lo que fue auxiliado por los médicos y tomado prisionero.
El supuesto "Churchill" que estaba allí era un doble mientras que el verdadero se encontraba de camino a la "Conferencia de Yalta", en Teherán, la Capital de Irán. Todo eso fue un gran asombro para el Capitán Clark, al cual le habían ocultado buena parte de la historia bajo sus propias narices y sin que se diera cuenta.
"Molly, Amor Mío, como un gran hombre dijo en cierta ocasión: He sufrido un gran cambio y ya no puedo ser el mismo. Vine aquí a Norfolk para hacer un trabajo, no para enamorarme, ahora ya sabes lo peor de mí. Una y otra vez quiero no pensar, dejarte es bastante castigo pero no terminará aquí. Como dicen en Irlanda: Hemos conocido días felices.
Liam."
Ella lo estaba leyendo en unas colinas, acompañada por su caballo, mientras que Devlin, quien había escogido dejar Inglaterra, al final, ante la posibilidad de que le reconocieran por ser miembro del "IRA" y de haber colaborado con los Nazis, era más que suficiente para que se fuera de allí con destino hacia Lisboa, Capital de Portugal.
https://youtu.be/iPK_IJ5e9tA
Sin embargo, las noticias del fracaso de la "Operación Albatros" no pasaron desapercibidas para Himmler, quien las recibió su Estudio Privado por un joven mensajero. Éste le entregó la carpeta con el reporte y tras leerlo, el Jefe de las "SS" adquirió una postura fría y severa con respecto.
- Póngame con el Haupterführer Fleischer en Cherburgo.- Le ordenó al joven.
- ¡En seguida!.- Acató este las órdenes y salió para transmitir las órdenes dadas.
En Cherburgo, el Coronel Max Radl no estaba bien de salud, su corazón comenzaba a tener inconvenientes y se lo veía muy debilitado, por lo que esperó a que hubieran resultados de parte de Steiner y los suyos. Pronto, irrumpiendo en su Oficina, dos Oficiales de las "SS" aparecieron ante él, quien los saludó formalmente.
- Herr Oberst Radl.- Se dirigió uno de ellos y éste asintió en silencio con la cabeza.- En nombre del Führer queda arrestado.
- ¿Podría saber los cargos de los que se me acusa?.- Preguntó el militar del parche con suma franqueza y sin importarle.
- De excederse en las órdenes hasta el punto de traicionar al Estado.- Respondió el compañero del otro Oficial de las "SS".
Sin más que decir, dejó su Pistola Parabellum, el arma reglamentaria que tenía, sobre la mesa y se despidió de Karl y los otros. Sin embargo, en el momento de ser trasladado para ser fusilado, sufrió un infarto al corazón que lo llevó a ser enviado al Hospital más cercano.
Pronto, unos días después, aconsejando a Hans para que se viniera con él hasta Sarajevo, accediendo al final y en donde serían tratadas sus heridas, tanto Olek como el Teniente Ritter Von Neudast arribaron a la Patria del primero, siendo recibidos por su familia y sobre todo por los sobrinos, Mirel y Demi, el Príncipe y la Princesa de la Familia Ivanisevic, los cuales abrazaron a su tío con fuerza y éste les trajo regalos desde París.
Aquel día, a pesar de lo ocurrido, unas horas después y mientras que se hallaba acompañado por su familia, los niños, Hans, los alemanes e Irina, su prometida, Olek recibió la visita de Karl, el Adjunto del Coronel Radl, quien le contó todo sobre lo ocurrido con el Oficial, que su estado de salud no iba a mejorar debido a los problemas cardíacos que sufría y que fue acusado de traición al Reich, por lo que iba a ser fusilado pero al final se tuvo que cancelar permanentemente. A su vez, Karl le explicó de que le había sido depositado el dinero por su participación en la "Operación Albatros" en una cuenta bancaria y que sería girada hacia Sarajevo en unas horas.
Sin más que decir y con un apretón de manos, aunque invitándolo al Adjunto de Radl para que se sumara a la fiesta de cumpleaños de los dos niños, hijos de Nikolay y Amel.
Sin embargo, con el Otoño instalado en Europa y la proximidad de las Fiestas de Navidad y Año Nuevo, aquello no era más que el fin de un capítulo y el comienzo de otro para la historia de Oleksandr Ivanisevic.
[Uffff, me tomó desde el Viernes pasado pero aquí termina esta "Primera Parte", mezclando tanto lo ocurrido en el libro como en la película "El Águila ha llegado", perteneciente a Jack Higgins.
Olek pudo volver junto al Teniente Ritter/Hans para Sarajevo tras el fracaso de la "Operación Albatros", sin embargo, habrá una sorpresa en el próximo que capítulo.
Solo les diré esto: Comenzará unos días antes de Nochebuena, el capítulo que viene, volveremos a ver a Liam Devlin, a Olek y otros personajes, tanto nuevos como viejos. Y otra cosa más: Ahora será con los eventos de la "secuela" que salió en 1990 de la novela de Higgins, llamada "El Águila emprende el vuelo". Muy buenas historias ambas, se las recomiendo.
Bueno, amigos, eso es todo por hoy. Espero que les guste. Mando saludos y agradecimientos para MrR199, erickshakespare20089, EduardoOrejuelaCorte, eltíorob95, 55margarita, shadowbellatrix y los demás seguidores.
Cuídense y buen inicio de semana, Camaradas.].
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