Capítulo IX
Capítulo IX:
Himmler estaba serio, callado. Había pasado un mes desde la "Operación Albatros", su posterior fracaso y con ello la captura del Coronel Steiner junto a la destrucción de sus "Comandos" que habían cubierto la retirada de su Comandante junto a la de Liam Devlin, Oleksandr Ivanisevic y el Teniente Ritter/Hans Von Neudast. Hallándose reunido con sus Oficiales de las "SS", el "Reichsführer" había recibido las últimas novedades del Agente Manuel de la Embajada de España en Londres y Berlín, quien le había contado acerca de que Steiner estaba vivo y que eso podía considerarse una valiosa oportunidad con iniciar una operación de rescate para traerlo de regreso a Alemania.
Una vez que la reunión hubiera terminado, el citado Jefe de las "SS" llamó al General SS Walter Schallenberg para que fuera a su Despacho y de ahí mantuvieron una reunión de vital importancia entre los dos. Para el segundo, las palabras que Himmler le estaba describiendo parecían haber sido sacadas de algún cuento de Hadas. Era una completa locura, recordaba muy bien el fracaso de la "Operación Albatros" y que el Coronel Radl había fallecido, recientemente, por su precaria salud que acarreaba.
- Necesito que vuelvas a reunirme a Liam Devlin y al 4*Conde y Caballero Oleksandr Ivanisevic, Walter. Es una orden y tú estarás a cargo de la "Operación Águila".- Le encomendó Himmler. Schallenberg tragó saliva, ¿acaso estaba soñando? ¿Él iba a convertirse en un segundo Coronel Max Radl?. Meneó la cabeza y con ello cerró los puños pero tuvo que ponerse de pie, responder a la orden y de ahí se retiró del lugar, prometiendo cumplirla al pie de la letra.
Una vez que dejó el Despacho, bajó las escaleras, dejando el Cuartel General de Cherburgo y se encontró con su chofer que lo llevó en su coche hasta el Aeropuerto de allí y con ello tomaría un vuelo directo hacia los Balcanes.
- ¿Cómo fue la reunión, Herr General?.- Preguntó el chofer, mientras que conducía por las frías calles costeras de Francia. Walter no tenía palabra alguna que le ayudara a describir lo que acababa de presenciar y encima lo que le encomendaban para la misión que tomaría bajo su mando.
Pensó en el pobre Radl, muerto en una cama de hospital tras sufrir un infarto al corazón. Por lo menos, su muerte había sido tranquila pero para él, si fallaba, podría ocupar el lugar que Max no pudo tomar: El Paredón de Fusilamiento.
- ¿Cómo?. Demasiado activa. Me ha encargado una misión muy importante, por lo que estaré en los Balcanes y de ahí iré para Lisboa, Portugal.- Respondió Walter, dándole a entender, a su chofer, que aquello era cosa seria y era mejor no hacer tantas preguntas porque podía convertirse en un mal augurio.
- Entiendo, Herr General.- Sostuvo y apoyó el hombre, mientras que iban llegando al Aeropuerto de Cherburgo y de ahí tomaba un vuelo con destino a Sarajevo, Capital de Bosnia-Herzegovina.
Esperaba no tener que toparse con los "Ustachas", los reportes que recibían parecían ser descritos por algún loco. No podía creer las atrocidades que éstos cometían y Pavelic no parecía tener el más mínimo sentido de la compasión para frenar a su gente, la cual se ensañaba contra los que no eran Croatas Católicos.
Pronto, una llegado al avión y que éste despegara bajo una fría mañana del 23 de Diciembre de 1943, con destino a Sarajevo, Schallenberg esperó que Olek estuviera allí. El tema sería Devlin, ese sujeto había borrado sus huellas tras lo ocurrido en Studley Constable.
La nieve caía sobre Sarajevo mucho más temprano que antes. Parecía que el Espíritu de las Fiestas se había adelantado, a pesar de la guerra que todavía seguía latente en Europa. Mientras tanto, en la "Zona de Seguridad Constantinopla II", en medio de los preparativos para la Nochebuena y con aquellos refugiados, entre Eslavos, Judíos e incluso alemanes que habían huido del Frente Oriental junto a unos cuantos "Ustachas" arrepentidos que pasaban allí con sus familias esos momentos, Oleksandr se encontraba ayudando a un Soldado de Alemania, quien estaba volviendo a caminar tras pasar un buen tiempo en cama por su herida en la pierna.
- Eso es, muy bien, Utter, muy bien.- Le decía el joven albino, sosteniéndolo y de ahí apoyaba el pie en el suelo.- ¡Perfecto!. Así se hace, amigo, ahora podrás quitarte el bastón de encima.- Le felicitó éste.
- Muchas gracias, Olek, te lo agradezco.- Dijo el Soldado y tras dirigirse con sus colegas para caminar por los alrededores, sobre todo los parques que estaban dentro de la "Zona de Seguridad", el chico miró a sus sobrinos que jugaban con otros niños a las escondidas y de ahí venía Irina, abrazándolo por detrás y dándole un beso en la mejilla.
- Has trabajado mucho, Olek, deberías darte un descanso.- Le propuso su prometida.
- No, no puedo, Mi Amor.- Dijo, tomando sus manos.- Tengo que seguir adelante, recuperar el tiempo perdido tras lo ocurrido allí.- Alegó con calma, mientras que ella lo besaba en los labios.
- Lo sé, pero ya has hecho mucho, sin embargo, también tenemos que ir planeando la boda, ¿no crees?.- Dijo y eso era un punto verdadero, por lo que él asintió con la cabeza.
- Cuando esta maldita guerra termine, nos casaremos. Es una promesa.- Le dio su palabra y ambos se quedaron allí, bajo la nieve que caía, rodeados de esa gente sin embargo, en aquellos momentos, un mensajero llegaba corriendo hacia ellos, deteniendo toda charla y momentos románticos entre ambos.
- 4*Conde Ivanisevic.- Dijo el militar, haciendo el "Ave Cesar".- Alguien quiere verlo.- Informó y eso llevó a que el muchacho alzara una ceja por lo sorprendido que estaba.
Irina temió, él la tranquilizó de que todo estaría bien y acompañó al militar recién llegado hasta las puertas de la "Zona de Seguridad". Al llegar, delante de las mismas, hallándolo con el chofer que lo trajo y dos Soldados alemanes en motocicleta "Sidecar", un militar de elevado rango lo estaba esperando para hablar con él.
- ¿4*Conde y Caballero Oleksandr Ivanisevic?.- Preguntó aquel aleman.
- Sí, ¿quién es usted?. Si puedo saberlo.- Respondió el muchacho y de ahí notó que el Oficial le extendía su mano para estrechársela.
- General SS Walter Schallenberg. Mucho gusto en conocerlo.- Se presentó éste con educación.-
- Un placer, General, por favor, pase, pase, no hay problema.- Le invitó y el militar hizo su entrada, acompañado por aquellos dos Soldados y de un joven de las "SS" que tenía el lado izquierdo de su rostro quemado. El joven lo miró pero el otro no emitía palabra alguna, parecía un "Autómata" a la espera de órdenes frescas para cumplir.
- Oh, por cierto, él es el Mayor SS Horst, viene conmigo.- Lo presentó Schallenberg al acompañante suyo.-
- General Walter Schallenberg, ¿podría decirme qué está ocurriendo?.- Fue el chico al grano, cosa que el militar supo que no podía mantener esa "fachada" de calma, así que le pidió que lo condujera hacia un sitio privado para que pudieran hablar.
Se reunieron en la Casa Ivanisevic, allí, mientras que se tomaban Walter y Olek un café, el Oficial alemán supo que tenía que ir al grano, al punto Central del asunto, por lo que dejó su taza a un lado y comenzó a hablarle.
- ¿Recordará usted la última vez que estuvo con el Coronel Steiner?.- Preguntó Walter, llevando a que Olek asintiera en silencio.-
- Sí: Dijo que iba a capturar a Churchill a como de lugar.- Respondió el joven.
- En efecto. Bueno, digamos que "lo hizo" pero no resultó ser el verdadero.- Relató el General de las "SS", cambiando su tono a uno frío.
- ¿Qué quiere decir?. Pero si habíamos oído que a "Meltang House" lo iban a instalar allí, ¿cómo es posible?.- Inquirió Olek, sintiendo esa rabia ya que, recordando bien las cosas, él no simpatizaba, al igual que toda su familia, con el Primer Ministro Británico ni con Roosevelt, al igual que mostraban una férrea resistencia hacia Stalin pero tampoco congeniaban con los Nazis.-
- Lo que sucedió fue que el supuesto Churchill que estaba allí no era el verdadero, sino un doble que pusieron allí, un actor que contrataron y con ello llevó a que le dispararan a Steiner, quien se encuentra recuperándose de sus heridas y está en Londres. El tema es que, al parecer, el Gobierno Británico lo ve como un prisionero de gran valor y no lo quieren perder, sin embargo, Himmler ha estado presionando para llevar a cabo una misión de rescate, igual que la que hizo Skorzeny en Italia con Mussolini.- Le contó el Oficial y de ahí Olek respiró hondo, "leyendo" los pensamientos de su invitado lo que le iba a comunicar.-. Va a tener que ir allí, Caballero.- La respuesta de Schallenberg no se hizo esperar.
Cerró los ojos, respiró hondo y volvió a abrirlos.
- El Coronel Kurt Steiner de la "Luftwaffe" ha sido un gran amigo mío. Entablamos amistad, al igual que con sus hombres que dieron sus vidas para cubrirnos la retirada. No puedo dejarlo allí, pero...- En ese momento, el chico oyó y miró a su prometida, quien conversaba con varios civiles y Soldados alemanes, riendo, viéndose tranquila y ayudándoles en lo que necesitaba. Walter tampoco le quitó la mirada de encima a la chica y de ahí notó esa expresión de angustia.- ¿Qué tan complicada es la misión?.
El General de las "SS" se encogió de hombros y luego lo miró fijo.
- La "Operación Águila" está catalogada como una de sumo sigilo e infiltración pero las probabilidades de caer en combate o prisioneros son muy elevadas.- Respondió el rubio, llevando a que Olek se quedara pensativo un buen rato, meditando y tomando, de a sorbos, su café.- Una cosa: No irá solo, ya que, luego de esto, iré por Liam Devlin. Tengo entendido de que se encuentra en Lisboa, Portugal, trabajando como músico para un bar de la Capital Lusitana, así que no será difícil hallarle pero, por otro lado, voy a darle hasta la Medianoche del 24. Luego de ello volveré con Devlin y nos iremos para Berlín. La "Operación Águila" tendrá, como fecha de inicio, los primeros días de Enero, ya que el Führer piensa reunirse en un Chateu de Cherburgo junto al Mariscal Erwin Rommel, el Almirante Wilhelm Canaris y el "Reichsführer" Heinrich Himmler.- Dio a entender el plan.
- ¿Planean que volvamos para esos días?.- Preguntó el chico albino con algo de sorpresa en su tono de voz.
- Tendrán que regresar para el 27 de Enero, día en el que se llevará a cabo esta reunión en Cherburgo y no estarán solos, también hemos reclutado a un piloto de EEUU, un joven de la "Legión General George Washington", una de las tantas Organizaciones a favor del Reich, se llama Asa Vaughan.- Dio a conocer el nombre junto a la foto de aquel muchacho que sería el piloto que los llevaría para Inglaterra y sacaría de allí.- Sumado a ello, contamos con dos Agentes y Fascistas, los hermanos Sir Max Shaw y Lavinia, quienes se encuentran en la Mansión de su familia en Romney Nash, Kent.- Contó más detalles acerca de esa misión y el tiempo que tenían.
Olek contempló el cuadro en el que estaba, la hora y también el día: Era el 23 de Diciembre, las 9 de la mañana en Sarajevo. Tenía tiempo hasta las 12 de la Medianoche del 24 de ese mismo mes para dar su respuesta, aunque una sensación de temor le invadía, su consciencia le hizo recordar a sus amigos, tanto Steiner, Devlin y los Camaradas del Coronel que estuvieron con ellos en Studley Constable. ¿Qué sentido tenía en dejarlo allí, en manos de los ingleses?.
Fue entonces que el Mayor SS Horst llamó a la puerta e ingresó, susurrando algo en el oído a Schallenberg, quien le hizo un ademán de que enseguida salía y que prepararan todo.
- ¿Ya se tiene que ir, General?.- Preguntó Olek y éste asintió, terminando el café y de ahí iba por su gabardina y la gorra de plato Oficial.
- Me temo que sí. Debo partir a Lisboa ya mismo, así que ya sabe: Hasta la Medianoche del 24, sea cual sea su respuesta, avíseme. Buena suerte, 4*Conde y Caballero Oleksandr Ivanisevic.- Respondió y tras estrecharle la mano, mostrando su respetos, al igual que hizo el albino, dejó ese mensaje que debía responder.
- Fue un gusto verlo, General SS Walter Schallenberg, ha sido un placer. Y descuide, yo le avisaré.- Prometió el joven y tras acompañarlos a las puertas, éstos tomaron el vehículo y la escolta los llevó hacia el Aeropuerto de Sarajevo, dejando a un Olek callado, pensativo y mirando hacia el Norte, para Inglaterra.
Al momento en el que se cerraron las puertas de "Constantinopla II", el joven volvió sobre sus pasos hasta su hogar, cerrando la puerta ante la mirada de todos los presentes. Subió las escaleras, fue hasta su habitación y encontró, guardado en una maleta que tenía, debajo de la cama, los uniformes que usó, tanto el del Oficial Británico como el del "British Free Corps"; por lo que respiró hondo, justo cuando alguien llamaba a las puertas.
- ¿Sí?. Está abierto.- Respondió éste y de ahí entró Irina, quien caminó con paso cautelar.
- Olek, ¿va todo bien? ¿Qué...qué quería ese militar?.- Quiso saber ella y él notó, a espaldas suyas, ese tono de voz que expresaba preocupación. Respiró hondo, tomó a la joven de las manos y de ahí la miró un rato.- Olek, por favor, dime...dime que no es cierto...dime que no tienes que ir para allá de nuevo, ¿es verdad?.- Preguntó, casi rompiendo en llanto, mientras que el chico enjuagaba sus lágrimas.
- Me temo que es verdad, cariño mío.- Al decir eso, Irina ahogó un grito de dolor, siendo abrazada por su pareja.-
- No, no, ¡no, por favor, no! ¡No vayas, no quiero perderte!.- Rogó la muchacha.- ¡Estamos por casarnos, ¿por qué te necesitan allí? ¡No es tu guerra! ¡Steiner te lo dijo!.-
- Por eso mismo.- La voz del joven caló en los pensamientos de la muchacha.- El Coronel Steiner sigue vivo y ha sido un gran amigo, al igual que Devlin, Hans y los hombres que nos acompañaron en la "Operación Albatros". Pero me han llamado para salvarlo y ya sabes que no podemos dejar a un Camarada atrás, está en mi sangre, en la de todos mis Ancestros, Irina, al igual que en los tuyos.- Recalcó, tomándola de las manos, besándolas y teniendo los ojos empapados por las lágrimas.- Una parte mía quería imponer el "no ir" pero es mi amigo y si a mí me hubiera pasado lo mismo, de seguro él hubiera ido a sacarme junto a Devlin e incluso tú.- Señaló y eso llevó a que la muchacha, aún con los ojos lagrimando sin parar, lanzara una risilla, acariciando los cabellos de su prometido.- Te prometo que volveré, tengo que responderle hasta las 12 de la Medianoche del 24. Sé que será en Nochebuena pero te prometo que volveré, celebraremos la Navidad Ortodoxa y de ahí nos casaremos más adelante, te lo prometo.- Juró, sin soltarla por un buen rato.
- Creo en ti, como tú siempre creíste en mí.- Dijo ella.- Aunque será un poco duro no poder pasar las Fiestas contigo, por lo menos cuento con tu familia, la mía y todos los refugiados que se encuentran aquí, sean Eslavos o militares alemanes. Pero solo prométeme una cosa, Amor.- Pidió como recado.
- Como dije la última vez: Dímelo y te lo cumpliré.- Hizo su promesa.
- Vuelve sano y salvo.- Fue el pedido que ella le hizo y éste asintió.
- Tienes mi palabra de que lo haré.- Finalizó y tras decir aquello, informárselo a su familia, redactar dos cartas, una para ellos y la otra para Irina, hacer las maletas y demás, había llegado la hora de responder a Schallenberg, quien ya había conseguido, aunque con muchos inconvenientes por la personalidad de matón que el Mayor SS Horst tenía hacia Devlin, llevando a que se desarrollara una feroz pelea en un bar de Lisboa pero consiguiendo al terrorista del "IRA", quien se unió a la "Operación Águila", quedando, como último integrante, el traer al Piloto y Capitán Asa Vaughan, el cual estaba combatiendo en las fronteras polaco-rusas del Este contra la Fuerza Aérea Soviética, consiguiendo derribar a varios cazas y demás aviones enemigos, lo que lo llevó a ser condecorado con la "Cruz de Hierro de Primera Clase con Hojas de Roble y Espadas", una de las más altas medallas que pudiera recibir un miembro extranjero de las "Legiones" con las que Hitler contaba en esos momentos.
Habiendo vuelto a Berlín y con Devlin bajo su "bandera", Schallenberg había recibido las nuevas novedades de su Secretaria Elsa, una joven viuda de guerra, quien trabajaba sin descanso en las Oficinas de la Cancillería y el Cuartel General de la Capital.
- ¿Necesita algo más, Herr General?.- Preguntó aquella muchacha rubia y siempre lista para todo.
- No, tranquila, estoy bien. Ya es muy tarde, deberías darte un descanso. Trabajaste muy bien, como todos los días.- Le respondió éste con tranquilidad, mirándola y siendo como un marido que se preocupaba por su esposa.
- Usted no se preocupe, yo estaré bien, quizás más tarde pero, por ahora, continuaré con unos asuntos que me quedan pendientes.- Dijo ella con tranquilidad y agradeciendo por ello al General de las "SS".
Éste, sin más que decir, se dirigió a su Oficina y esperó a que fueran las 12 de la Medianoche para que respondiera Olek a su llamada.
Él, por su parte, viendo que tenía todo listo y empacado, se hallaba teniendo una cena de despedida hasta su regreso con los suyos, además de que habían encendido las luces navideñas en el interior de la casa, el exterior y el Árbol que adornaba el Gran Salón.
Parecía como si la guerra hubiera desaparecido, por un tiempo y tras los festejos, la comida, la bebida y otras cosas que tuvieron lugar allí, el muchacho albino subió las escaleras, en donde llegó hasta su cuarto, miró el reloj: Las 12 AM del 24 de Diciembre de 1943. Asintió con la cabeza y pidió a la operadora que lo pusiera en contacto con Berlín, Alemania.
Esperó y de ahí se produjo la unión telefónica.
Schallenberg se encontraba en su Oficina, despierto todavía, aún quedaban unos cuantos que trabajaban sin cesar y cuando estaba pensando en irse a dormir un rato para recuperar sus fuerzas tras sus viajes sin descanso, el teléfono lo sacó de su adormecimiento. Lo tomó y de ahí llevó el auricular cerca de su boca.
- ¿Diga?.- Preguntó, a la espera de que fuera la persona que esperaba.
- Acepto la misión, General "SS" Walter Schallenberg.- Oyó la voz de Olek, dándole un impulso para que sus energías físicas se renovaran y con ello adoptó una postura seria para ocultar la emoción que lo embargaba.
- Excelente, sabía que haría lo correcto.- Dijo éste.- Bueno, escuche, ahora mismo salgo para allá, a los Balcanes, usted espéreme en el Aeropuerto de Sarajevo y de ahí nos iremos con rumbo a Berlín.- Le dio sus instrucciones.- Y por cierto: Feliz Nochebuena y también una muy Feliz Navidad, Caballero Ivanisevic.- Finalizó, deseándole lo mejor.
- Lo mismo para usted y su familia, General. Allí estaré.- Prometió el joven y tras colgar, tomó su maleta, iba de civil y llevaba aquellos dos uniformes en la misma. Se despidió de los suyos, prometiéndoles volver sano y salvo, mientras que una escolta lo llevó hasta el citado Aeropuerto.
Unas horas después, para las 3 de la mañana, un avión desde Berlín aterrizaba y con él venía Schallenberg, en donde se saludó con Olek y ambos partieron para la Capital de Alemania.
[Y aquí comienzan los eventos de este Arco, dos capítulos más, que también serán largos y terminará el citado Arco de 1920-1945, quedando otros dos más que abarcarán, el primero, desde 1945 hasta 1996 y el último será el de Alexander (además de que pienso poner también el de Alexandra en el citado, obviamente aparte y dentro de su Universo Alterno).
Olek se ha preparado para ir a rescatar a Steiner, partiendo para Berlín junto al General "SS" Walter Schallenberg. ¿Cómo será el reencuentro con Devlin? ¿Lograrán cumplir con la misión?. Eso lo veremos en el capítulo que viene.
Cuídense, amigos. Mando saludos y agradecimientos para shadowbellatrix, erickshakespare20089, 55margarita, LucasAbad0, EduardoOrejuelaCorte, Eltíorob95 y los demás seguidores.
Buen comienzo de día Miércoles de mi parte, Camaradas y hasta el próximo capítulo.].
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