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Capítulo IV

Capítulo IV:

El Almirante Canaris había regresado al Cuartel General de Cherburgo para ver al Coronel Radl, no se lo veía, en lo absoluto, satisfecho con los resultados obtenidos en la selección de "candidatos" para llevar a cabo la "Operación Albatros", el nombre en clave que emplearían los infiltrados dentro del territorio británico con el fin de secuestrar y traer a Winston Churchill desde Norfolk hasta Berlín. Subió las escaleras, llevaba en su poder una carpeta gris como la niebla y al llegar al piso en el que estaba el Oficial a cargo, abrió la puerta sin decir palabra alguna de saludo hacia éste y su Ayudante.

- ¿Se puede saber qué es esto, Herr Oberst?.- Preguntó con frialdad, mostrando el contenido, los papeles que llevaba dentro.- ¿Desde cuándo estamos tomando a gente que no conoce este tipo de situaciones?.- Inquirió sobre el archivo y ficha de aquel encontrado.- 

- Esa decisión no ha sido mía, Herr Almirante.- Respondió Radl, fumándose un cigarrillo y lanzando una nube de humo al aire.- Debería preguntárselo a Himmler por lo que ha elegido.

- ¿Himmler?. Que el Cielo y Dios nos ayuden. Ha tomado a un chico que no conoce la guerra, él no es un experto en los combates...- Habló el hombre, cansado de tantas estupideces que el Gobierno Central estaba tomando.

- Viene de una familia con bastante sangre guerrera. Nacieron con un amor hacia su Patria y este chico, Oleksandr Ivanisevic, es el perfecto candidato para nosotros junto al Coronel Kurt Steiner y sus hombres del "12*Destacamento de Paracaidistas".- Llevó la calma al presente Comandante.- Créame, esto a mí tampoco me conviene pero no se puede cuestionar una simple orden de Himmler, ya que sería atacar al propio Führer y no queremos que ninguno de los acabe en el paredón de fusilamiento o la horca.- Advirtió, mirándolo fijamente.

- Entiendo pero ¿a qué costo?. El General Walter Steiner, su padre, ha sido procesado por conspiración en un intento por matar a Hitler. Hace...Hace poco me enteré de que...bueno, ha muerto.- Dio aquella información acerca de la familia del Coronel de la "Luftwaffe".- 

- ¿A qué viene eso?.- Preguntó Radl, sorprendido y tratando de unir las piezas.

- Que me refiero de que esto no es más que una misión suicida. Está jugándose usted su cabeza, su vida, Coronel Radl, no intente nada estúpido. Himmler puede pedir la pena de muerte por si hay fracaso.- Advirtió el Almirante Canaris, mientras que se retiraba, en un sentido de que le deseaba suerte pero cuidado.

Radl se despidió de él con un silencioso gesto de cabeza, mientras que Karl sacaba un nuevo expediente de entre las carpetas que tenían consigo.

- Hay que traer a este Colaborador.- Señaló y en la foto se pudo ver a un hombre joven y pelirrojo.- Da clases en la Universidad de Berlín, ha estado metido en el "IRA" durante la "Campaña de Bombardeos de los Años 30" contra Londres.- 

- ¿Seguro, Herr Oberst?.- Preguntó Karl.- ¿No cree que sea un poco imprudente traer a un terrorista a nuestras filas?.

- No importa lo que él sea, sino de lo que valen sus funciones y el papel suyo. Nada más que eso, Karl.- Le explicó el Coronel, dándole una nueva bocanada a su cigarrillo.- 

- Sí, Señor. Oh, por cierto, el joven que le ha contado el Herr Almirante esté en camino. Me lo acaban de avisar desde el Cuartel General de Himmler.- Informó su Ayudante, cosa que al oír ese apellido, Radl sintió que se le revolvía el estómago y mostró una expresión gélida en su rostro.

- Cuando llegue, hazle pasar y que permanezca junto a nuestro invitado en la "Sala de Espera".- Pidió el militar del parche, mientras que Karl asentía en silencio, comprendiendo sus órdenes.

El coche se detuvo bajo una lluvia fría, casi convertida en nieve por esos parejas costeros de Francia. Olek se bajó, siendo recibido por uno de los miembros del equipo de Radl, mientras que era ingresado en el edificio hasta que llegó a una Sala de Estar muy rica en decoración del estilo Siglo XIX Victoriano tirando al del Segundo Imperio Francés. Miró los cuadros que se encontraban allí y de ahí quedó impresionado por los autores que se encontraban en ese sitio, tales como Claude Monet. 

- Interesantes, ¿no cree?.- Oyó una voz y el peli blanco, cuando se volteó, sintió que esa persona tenía un acento inglés pero proveniente de Irlanda. Dándose la vuelta, encontrándose con un hombre, de cabellos pelirrojos, ojos celestes, piel blanca, vestía una camisa negra con corbata, saco color vino como los pantalones y zapatos del segundo color. Éste se hallaba sentado y mostraba una clara expresión de conformidad.

- Lo son.- Respondió el muchacho.- Señor...

- Oh, ¿dónde están los modales para este Caballero de la Vieja Isla Eire?. Mi nombre es Devlin, Liam Devlin.- Se presentó, estrechando su mano.

- Un placer, yo soy Oleksandr Ivanisevic, 4*Conde de la Familia y también Caballero de la "Orden de Sarajevo".- Saludó el joven ante ese otro que se encontraba allí.

- Wow, pero mira lo que estos tiempos tan convulsos nos traen hasta aquí. Se nota que debiste de haber causado algo tan importante como para los Alemanes te tengan aquí.- Señaló Devlin, invitándole a sentarse pero, cuando lo iba a hacer, la puerta se abrió y emergió Karl, quien se paró frente a ellos.

- Caballeros.- Dijo con educación y detrás suyo, saliendo de la Oficina, emergió Radl, quien los miró a ambos. Un gesto suyo les invitó a sentarse en los sillones que habían allí, mientras que el militar les ofrecía unos cigarrillos. Olek los rechazó, ya que él nunca había fumado pero sí lo hizo Devlin, caso contrario, por lo que encendió uno pero al probarlo casi se ahoga.

- ¡Por Dios! ¡¿Qué mierda es este tabaco?! ¡Es horrible!.- Exclamó, asqueado.

- Los traje desde Rusia durante la "Campaña de Invierno".- Respondió Radl con tranquilidad y fumando el suyo.- Ahora, yendo al grado, Caballeros. Veo que ya se han conocido ustedes dos, Señor Devlin, Conde y Caballero Ivanisevic.- Señaló a ambos, los cuales se miraron entre sí.- Señores, lo que les informa es que, a partir de este momento, ustedes quedan bajo mi total autoridad para cumplir con la "Operación Albatros".

- Perdón, Coronel, ¿no es así?.- Levantó Olek su mano, preguntando por el rango del militar.- 

- Así es, soy el Coronel Max Radl. Pregunte.- Le dio éste su permiso.

- Sí, bueno, con respecto a lo que usted ha dicho, Señor, ¿cómo que "Operación Albatros"? ¿Qué quiere decir todo esto?. Himmler me había dicho que me pusiera bajo su autoridad pero sin darme muchos detalles.

Radl se puso de pie y caminó hasta donde se encontraba el joven.

- Desgraciadamente, para el "Reichsführer", hay veces en las que es mejor mantener "un momento de silencio teatral" para cuando salgan todos los actores al escenario. Pero, en cierta forma, esto nos compete y mucho a la hora de empezar con los preparativos para lo que llevarán adelante. Señor Devin, usted ha servido en el "IRA", ¿no es así?.- Inquirió y miró al irlandés pelirrojo.

- Uno nunca puede salir del mismo, Coronel.- Respondió Devlin con sinceridad en su voz.- Pero lo que el chico ha dicho es verdad, ¿cómo podremos atravesar las líneas enemigas?. Yo no puedo volver a Irlanda, no tardarían ni un día en darme caza y encerrarme en la prisión.- Señaló ese punto en contra.

- No hará falta que vaya a su Patria natal, Señor Devlin, sino de que lo enviaremos, junto al Conde Ivanisevic, para Norfolk. Allí tendrán que reunirse con una colaboradora nuestra y llevarán a cabo las labores de vigilancia y preparación del terreno.- El militar hizo una pausa para pensar mejor en sus palabras hasta que dio en unas que resultarán más "digeribles".- Su misión será de capturar a Winston Churchill, quien pasará por Studley Constable, el pueblo al irán a instalarse y de ahí lo traerán a Berlín.- Dijo ante ellos, revelando el claro objetivo de la misión.

Devlin parecía querer reírse, no podía creer que aquello, una completa fantasía de un loco como Hitler podía permitir algo así. Se mantuvo tranquilo pero una risilla se le escapó, llevando a que se pusiera de pie para servirse una copa de Whisky Irlandés.

- Veo que estamos todos ante un juego del que no podemos darnos marcha atrás.- Apuntó el pelirrojo.-

- Me temo que no pero sus acciones serán recompensadas. Tanto usted como el joven Ivanisevic recibirán una importante suma de dinero que serán depositados en una cuenta bancaria anónima en Suiza. Así que, si ya no hay nada qué decir, vengan conmigo.- Pidió y de ahí fueron dejando el Cuartel General de Cherburgo para dirigirse hacia las "Islas del Canal", las únicas de posesión británica ocupadas por los Alemanes.

El viaje en avión fue tranquilo, siendo recibidos por el característico día nublado y frío que oficiaba a esas regiones del Atlántico Norte. Al descender, pusieron rumbo en coche hacia el pueblo de Jersey, en donde, en el Centro del pueblo, se detuvieron ante el malecón, los muelles y un bar donde asistían parroquianos locales y alemanes, sin distinción alguna. Entre militares, civiles, marineros y pescadores, de los dos países en pugna, no parecía haber reyerta alguna, a menos de que alguien se pusiera ebrio y comenzara a causar problemas en el interior del bar.

Una vez que se bajaron del coche, vieron llegar a un Oficial Naval, el cual les dio la bienvenida.

- Muy buenos días, Herr Oberst.- Saludó éste.- Soy el Capitán Jürgen.

- Un placer, Capitán, pero no tenemos tiempo. He venido a ver al Coronel Steiner, ¿sabe dónde puedo encontrarlo?.- Preguntó Radl, cosa que no vio a Jürgen dirigirles la mirada a Devlin y Oleksandr.- Vienen conmigo, luego habrá tiempo para preguntas.- Prometió y con rápido movimiento, dándose la vuelta, el Oficial de cabello negro señaló hacia el muelle, justo cuando veían llegar a una torpedera, una embarcación de mediano tamaño y en la cual estaba izada la Bandera del Reich. 

Ésta fue deteniéndose, poco a poco, gracias al Comandante, quien ancló en los muelles y, para sorpresa de ellos, la cubierta estaba repleta de sangre. Dos hombres bajaron a uno que había caído en combate, situado en una camilla y en el puente de mando pudieron divisar a otros dos hombres más, de cabello rubio siendo el primero con más apariencia inglesa que los demás alemanes allí reunidos.

- El "Tribunal Militar" que juzgó el "Caso Steiner" los ha castigado con ser "Torpedos Humanos", dirigir los proyectiles contra los barcos enemigos. De sus veinte hombres que tenía en total, solo quedan 13.- Informó Jürgen con las manos en la espalda, relatándoles el destino de aquellos miembros del "12*Destacamento de Paracaidistas" por haber sido "cómplices" en el acto que realizó Steiner en Varsovia.

Olek prestó atención a las palabras de aquel Capitán de la "Kriegsmarine" Alemana. Oteó y miró la cubierta cubierta de sangre, el cuerpo exánime de uno de los caídos. Era joven, de su edad, cosa que le causó un cierto temor, algo en el interior que le llevó a que un escalofrío recorriera su espalda hasta el final. Respiró hondo, vio descender, desde el puente de mando, a los camilleros y luego al citado militar de cabello rubio y con gorra M43 junto a sus colegas, incluyendo al Teniente Ritter Von Neudast, mejor conocido como "Hans", nombre amistoso que el citado le daba por sus lazos de camaradería que tenían.

- ¿Es él?.- La voz de Olek se hizo sentir pero en un susurro hacia el Coronel Radl, quien giró la mirada.

- En efecto: Es él.- Respondió el militar del parche y de ahí hizo la venia ante el personaje recién llegado.- Oberst Kurt Steiner, bienvenido de regreso.

- Herr Coronel.- Saludó el rubio, mientras que ojeaba a los dos extranjeros.- ¿Y quiénes son sus acompañantes?.

- Liam Devlin, doy clases en la Universidad de Berlín.- Se presentó el irlandés pelirrojo, estrechando su mano y luego dirigió la mirada al joven Eslavo.

- ¿Y él quién es?.- Se acercó Hans para ver al recién llegado.

- 4*Conde y Caballero Oleksandr Ivanisevic.- Hizo su entrada el muchacho, entrechocando los talones y de ahí estrechaba su mano con la de Steiner y el Teniente Ritter.

El militar rubio no tuvo tiempo de poder hablar con aquel joven, vio que Radl les estaba haciendo una seña con su cabeza, pidiéndoles que se movieran para dar por iniciada la operación, mientras que el caído era llevado hasta el hospital para trasladarlo a Alemania.

- Mantente cerca de ellos, ¿sí, chico?.- Le aconsejó Devlin por lo bajo a Olek.

- Lo tendré en cuenta, gracias, Señor Devlin.- Respondió el ruso, mientras que el otro ingresaba en el bar para beber algo pero terminó metiéndose en una pelea que lo tiró por la ventana.

Una vez que las cosas se hubieran calmado, tanto Olek, Devlin, Steiner y sus hombres partieron para Cherburgo en avión y de ahí se instalaron en el aeródromo que utilizaban los alemanes para los bombardeos contra Inglaterra. Desde ese sitio ubicado en las Costas de Francia, era una buena posición para llevar a cabo la operación de infiltración. Radl se hallaba presente y con ello les estaba mostrando lo que tenían que hacer.

- Caballeros, la "Operación Albatros" es una de las más arriesgadas y por la cual Hitler se la ha encomendado a gente como ustedes, ya que cuentan con experiencia previa en los operativos lanzados desde el aire, al igual que nuestros rivales, los Paracaidistas Británicos. La misión que llevarán a cabo será de ingresar en Inglaterra, secuestrar al Primer Ministro, Winston Churchill y de ahí llevarlo, en formato de cautivo, para Berlín con el fin de que los ingleses se rindan y así causar un golpe en la moral de EEUU y la Unión Soviética.- Les explicaba el militar del parche lo que tenían que hacer.- Antes que nada, primero enviaremos al Señor Liam Devlin, quien ya tiene experiencia en este tipo de guerras por su papel en el "IRA" y al Caballero Oleksandr Ivanisevic. 

- ¿Cómo será el procedimiento nuestro en territorio inglés, Coronel Max Radl?.- Preguntó el chico y de ahí el citado le dio un "Punto a favor".

- Tenemos a nuestro contacto, una joven mujer que ha estado trabajando para nosotros y se identifica bajo el nombre en clave de "Emperatriz". Ella mantiene contacto con nosotros por radio y ya está más que informada de su llegada. Ustedes, para agregar, serán lanzados en paracaídas desde el Norte de Norfolk y caerán a 7 kilómetros del poblado de Studley Constable. Allí se reunirán con nuestra espía, harán un informe de la geografía local y sobre todo sus playas, ya que muchas han sido minadas para evitar cualquier tipo de desembarco a futuro por parte de Alemania.- Dio Radl sus instrucciones.- Sumado a ello, tendrán que buscar un camión y un jeep que unos colegas del Señor Devlin han preparado en un garage de la localidad, ¿quedó claro?.- Finalizó y ninguno de los dos tuvo dudas.- Muy bien, así me gusta: Vayan preparándose, partirán en unas horas para Inglaterra.

Mientras que el Teniente Heydrich, un hábil piloto de la "Luftwaffe" preparaba un C-47 "Dakota" que habían conseguido arrebatarles a los Británicos tiempo atrás y que sería el avión de camuflaje para que pudieran infiltrarse, Olek veía todo aquello y pensaba en el peso de sus acciones.

- "¿Cómo pude terminar metiéndome en una cosa así? ¡¿Secuestrar a Churchill?. Lo odio al igual que a Roosevelt y Stalin pero tampoco estoy del lado de Hitler. Aún así, no puedo fallar, mi familia, los refugiados y las tropas alemanas que están en "Constantinopla II" cuentan conmigo...Solo espero no caer en combate...Ancestros, protéjanme y guíenme en esta guerra".- Lanzó un ruego, una oración que se perdió y con ello, justo al momento de querer retirarse, vio que alguien iba hacia él.

- ¿Problemas con las "SS", muchacho?.- Preguntó aquel militar rubio. Olek lo reconoció: Era el Coronel Kurt Steiner, por lo que el joven le hizo la venia militar para mostrar sus respetos.- 

- Sí, Mi Coronel.- Respondió con educación hacia el Oficial, quien le invitó a tomar asiento mientras que sus hombres estaban preparándose en una serie de maniobras tales como lanzarse en paracaídas siguiendo las reglas inglesas y que emplearan uniformes del "Cuerpo Libre de Paracaidistas Polacos", una Unidad de Élite que se hallaba en el exilio junto al gobierno de dicho país tras la captura de Varsovia y la división de Polonia en 1939. 

Tanto Steiner como Olek observaron ese despliegue. Notó, aquel joven, el rostro cansado de aquel Oficial, ya que había estado instruyendo a sus Camaradas y ahora, oyendo los gritos y voces de mando, era el Teniente Ritter, aquel que era apodado "Hans" por el Coronel alemán, el que tenía que seguir guiando a los efectivos. De su uniforme de la "Luftwaffe", el rubio extrajo un paquete de cigarrillos, tomó dos y el encendedor, alcanzándole uno al 4*Conde de los Ivanisevic.

- ¿Fumas?.- Preguntó.

- No, nunca lo he hecho pero...- En ese momento, el joven sintió una presión en su cuerpo que lo llevó a guardar silencio, por lo que tomó aquel que le ofrecía aquel Germano.

- Nunca has estado en algo así. Yo también sentí lo mismo que tú cuando es tu primera misión: Un cúmulo de emociones que parecen una olla a punto de salir volando. Y...- En aquel momento, con el cigarrillo sostenido en sus labios y encendiéndolo, la punta comenzó a tener un resplandor amarillo por el fuego, formándose un fino hilo de humo blanco tirando a azulado.- Y cuando te lanzas, es como todo tu cuerpo se desconectara, te mantienes tranquilo. Al principio cuesta y mucho, sobre todo en operaciones de infiltración y sabotaje, como ocurrió en la Isla de Creta al sorprender a las tropas británicas apostadas allí. 

- ¿Nunca fue herido, Coronel?.- Fue la pregunta que le hizo Olek.- Oh, disculpe.- Ofreció perdón pero Steiner lo calmó.

- Tranquilo, ¿sí?. Que yo no soy como esos locos de las "SS", no tienes por qué temer. Y con respecto a tu pregunta, sí, fui herido una vez, justamente en Creta en el año 1940.- Respondió y de ahí lanzó otra bocanada de humo.- Dime: ¿Por qué te mandaron aquí?.

- Salvé a una chica de nombre Anna, era polaca y la estaban por llevar a un campo de concentración. En el ínterin, le dio un puñetazo, en la cara, a un Oficial de las "SS" y estuvieron por matarme al dejarla ir pero el Comandante Stroop los detuvo, dejándome sacarla de allí a la chica y luego me llevaron a Cherburgo para que me reuniera con Himmler. Él me metió en esta misión para "purgar mi crimen", cosa que solo hice lo que era lo correcto.

- Aún así, con toda esa banda de enfermos mentales, empezando por el mismo Himmler, él es capaz de obtener lo que desea enviando a gente como tú a una guerra. Pero, igualmente, hiciste bien, tú mismo lo dijiste, hiciste lo correcto.- Le defendió Steiner, dándole una palmada en la espalda.- A mí me mandaron a un "Batallón de Castigo", lo que viste en la Isla de Jersey, tanto a mis hombres como a mí y Hans nos enviaron para que fuéramos "Torpedos Humanos", debíamos lanzarlos contra los buques enemigos con el fin de hundirlos. Y todo porque le salvé la vida a una niña judía inocente. No podía dejarla morir a manos de esas bestias.- Resaltó el rubio alemán, dándole ánimos.-

- El Mundo se ha vuelto loco para creer que lo que uno hace bien, está mal y al revés.- Alegó Olek, mientras que se fumaba su cigarrillo, aunque casi se ahogaba, cosa que llevó a que Steiner le diera un golpe en la misma zona para que expulsara el humo.

- Con calma, ¿sí?. No vas a morir, vive tu vida, recuerda a los que amas y los volverás a ver. Si pasa algo, cualquier cosa, en Studley Constable, quédate cerca de nosotros. Al menos sabrás disparar, ¿no?.- Inquirió él, hablando con un tono que parecía más paternal que de alguien que estaba formando una amistad.

- Sí, sé disparar.- Respondió él.- 

- Cuando lleguemos allí, ya veré qué tipo de arma te doy. Pero descuida, por ahora, solo haz lo que hay que hacer, cuando nos reunamos allí, las cosas se irán poniendo más intensas.- Señaló, ahora con un tono serio.- Oh, vaya, ahí vienen.- Señaló a un Soldado, el cual llegó hasta donde estaban Steiner y Olek.

Éste se detuvo, mostró sus respetos hacia el rubio alemán y al peli blanco.

- Ya es tiempo de prepararse, Herr Conde Oleksandr.- Informó y un Suboficial de Radl le dio un paquete, al abrirlo, éste tenía el uniforme de un Oficial inglés capturado y debajo yacía otro en donde podía verse que era uno perteneciente al "British Free Corps", una de las "Unidades Extranjeras" de las "Waffen-SS" con el escudo de la "Unión Jack" y la Esvástica con el Águila bordados tanto en uno de los hombros como en el Centro junto a la gorra de plato Oficial. Respiró hondo y fue a cambiarse, en donde guardó el segundo en una mochila militar y de ahí partió hacia el exterior, luciendo el británico.

- Nos estamos viendo en Inglaterra, Herr Oberst.- Se despidió Olek de Steiner. Ambos se dieron un apretón de manos junto a un abrazo y de ahí se subió, acompañado por Liam Devlin, a un "Focke-Wulf Fw 200", el cual despegó hacia los Cielos Nocturnos de Francia hacia Inglaterra.

La "Operación Albatros" había comenzado.

[Como dije anteriormente, tal y como hice en las otras Sagas o Arcos, voy a desarrollar la amistad y la camaradería entre Olek con Steiner, Devlin y los Paracaidistas, en donde se verán inmersos en una misión sumamente peligrosa y que puede traer grandes consecuencias para todos.

En el capítulo que viene veremos su llegada a Inglaterra y también qué está pasando en los Balcanes con los Ivanisevic allí y el refugio que han montado junto a los alemanes para defenderse de los "Ustachas".

Ahora que han despegado, tanto Devlin como Olek con rumbo hacia Inglaterra, ¿qué sucederá allí?.

Eso lo veremos en el capítulo que viene, amigos.

Mando saludos y agradecimientos para shadowbellatrixMrR199erickshakespare20089eltíorob95LucasAbad055margarita y los demás seguidores.

Cuídense y que tengan un buen inicio de día Domingo de mi parte, Camaradas.].


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