Capítulo III:

Se había dormido, el movimiento del auto, ahora que el chofer había disminuido la velocidad del mismo, pasando las fronteras de Rusia hacia Polonia, solo quedaba cruzar por aquellas tierras, los Puestos de Control estaban quedando atrás y gracias a sus papeles falsificados, el vehículo consiguió salir de allí. Hacia las 12 de la Medianoche, Helena se despertó, frotó sus ojos con las manos y miró a su alrededor, en donde su amigo había parado el vehículo en plena carretera, topándose con que todo estaba vacío, no se veía ni un solo coche pasar por allí. Estaba en calma, por lo que tomó su maletín y de ahí vio al chofer conversar con alguien por la radio.

- De acuerdo. Sí, éste es el "Punto de Reunión".- Informó y la chica fue tomando sus pertenencias.- Ok, los esperará aquí.- Anunció y colgó.

- ¿Qué pasó? ¿Nos han seguido?.- Preguntó la joven.

- Todo lo contrario: La misión que hiciste ha llegado hasta el Cuartel General del Mariscal Tito, te envían sus felicitaciones, así como también han ordenado de que permanezcas aquí, ya que un avión ha despegado desde Moscú y aterrizará en esos campos para esperarte.- Le comunicó a la muchacha, entregándole una Pistola de Bengalas.- Ten, úsala para cuando lo veas, será el único que aterrizará aquí.

- Gracias, pero ¿y tú?.- Preguntó ella al chofer.

- Debo seguir, hay otros Camaradas que esperan ser sacados de aquí. Después de la Segunda Guerra Mundial, Stalin se ha vuelto muy paranoico y más ahora, con la "Ruptura con Yugoslavia", está intentando todo por anexionarse esos territorios al "Imperio Soviético".- Le explicó el otro, con cara seria y mostrando un cierto desprecio hacia el Líder Soviético.- El punto es que él hará todo lo posible para conquistar Yugoslavia, por eso deben evitar cualquier intento de magnicidio contra Tito.- Le explicó el chofer, sacando un cigarrillo, ofreciéndole fumar un rato hasta que llegara el avión para realizar la extracción.

Helena tomó uno, el joven se lo encendió y comenzó a fumar, teniendo las ventanas abiertas, a pesar de que el frío se hacía sentir en los campos de Polonia, no importaba. Ella dirigió una mirada hacia el exterior, notando los vestigios de la contienda bélica. Aún habían enormes cráteres producidos por la "Luftwaffe", la "Fuerza Aérea Soviética" y los intercambios que se dieron entre los tanques de ambas Naciones junto a la Artillería, sin olvidarse de los enfrentamientos que tuvo el Ejército Polaco, muy mal preparado para la contienda y en el que tuvo que capitular, viendo cómo aquella Nación era repartida, como si fuera una torta (o pastel) entre la Alemania Nacionalsocialista y la Unión Soviética, en un claro acto de colaboracionismo para obtener territorios y expandir su influencia Comunista en el lado Oriental del mismo. 

- Una locura.- Miró Helena y redirigió sus ojos hacia el interior del coche.

- Sí. Maldita guerra y malditos sean los Aliados.- Apuntó el chófer.-

- ¿Qué quiere decir?.- Inquirió la joven Aristócrata.

- No es que esté a favor de lo que hicieron los Alemanes pero...¿dividirse aquella Nación igual que hicieron los Rusos con los Polacos? ¿Acaso estamos tan mal de la cabeza? ¿Arrojar dos bombas nucleares contra ciudades japonesas que no tenían nada de importancia?. No habían ni bases militares, eran Centros civiles. Lo mismo que hicieron los Norteamericanos con el Monasterio de Monte Casino, destruyeron una joya de la arquitectura y luego hablan de que "los alemanes eran todos unos salvajes". La Historia, un día, los va a juzgar. Lo mismo que hizo Stalin: ¿Qué necesidad había de violar a las alemanas?. Ninguna. Conocí a muchos Soldados de la "Wehrmacht" y las "SS" que fueron auténticos Caballeros, no todos fueron unos monstruos, hubo muchos que tuvieron honor y preservaron las vidas de las mujeres Eslavas pero, gracias a la propaganda de Stalin, ahora ellos son los malos y los Aliados son los "buenos".- Sentenció con asco.- Como si el muy infeliz no tuviera las manos manchadas de tanta sangre, sobre todo cuando mandó a fusilar a todos esos intelectuales, militares, Aristócratas, científicos, sacerdotes y demás en Kathyn.- Rememoró los acontecimientos habidos en aquellos bosques de Polonia.- Locos, todos ellos, eso es lo que son, solo piensan en el poder, a quién sentar cuando ya no estén. ¿Crees que Stalin va a durar para siempre?.- Indagó el muchacho, lanzando una pitada de humo que desapareció en el exterior. 

- Para nada.- Respondió Helena, mirando hacia el techo del auto.- Esas locuras, paranoias de ser superior. Juzgamos a los Nazis pero...¿quién dice que los "Aliados" hayan sido unos "Angelitos"?. Tú has dicho la verdad.

El chofer dirigió su mirada hacia el campo a oscuras, esperando a que llegara el avión, siempre atento.

- El Mundo de la Pos-Guerra siempre ha sido una mierda. ¿Qué sigue después?. Tenemos a los Chinos envueltos en la "Guerra Civil". Dicen que Mao va a llegar al poder, ganará la lucha, pero también contamos con Movimientos Nacionalistas en América Latina como en Argentina, así como también son admiradores de las políticas de Hitler, Franco, Mussolini y Tojo.- Sentenció el muchacho.- El tema va a ser el Futuro de esos Líderes. Nadie es eterno en esta vida y siempre estarán aquellos que traicionarán y querrán su porción del pastel.-

- Es posible, pero mientras ellos sepan cómo debe dirigirse el poder y en quién depositarlo, las cosas mejorarán.- Auguró Helena.- Además, la "Guerra Fría" es algo que no debemos temer. Sabemos muy bien que ni Truman ni Stalin se tirarían con "Bombas Nucleares" para quedar ellos dos vivos. No, lo buscarán de otros medios: Influencias, golpes de estado, las mal llamadas "Revoluciones". ¿En serio crees que lo de China es de ese tipo?. No, están equivocados y más esos estúpidos "intelectuales" de las Universidades de Italia y Francia. Desconocen que una "revolución", ahora, es tirar abajo a un gobierno e instalar otro por medio de la fuerza. En el Futuro será un problema.- Señaló la muchacha castaña oscura y de ahí abrió la puerta para salir.-

- ¿Adónde va, Señorita?.- Preguntó el chofer.

- Necesito estirar las piernas. No te preocupes, si ya no hay rusos persiguiéndonos, entonces vamos por buen camino.- Le tranquilizó y empezó a caminar un poco por la carretera y los campos cercanos.

A su vez, en Moscú, el Capitán Vaughan había conseguido encender los motores, siendo protegido por Olek, Ditar y Liam, quienes dispararon y causaron serias bajas a la "Policía Secreta Stalinista", además de destruir varios vehículos de éstos, mientras que el joven norteamericano les llamaba.

- ¡Suban, de prisa!.- Pidió el rubio de lentes y de ahí comenzaron a ascender por la escalerilla, uno por uno. El último en subir, ya que se quedó cubriendo a su hermano y amigo, fue Olek, el cual tiró una granada de humo, consiguiendo darles la oportunidad perfecta para salir de allí.

Los Soviéticos les disparaban sin cesar, aquello parecía ser una verdadera "lucha", una en donde habían pedido por apoyo aéreo pero el Comandante de la base más cercana lo tomó como un "chiste" y les colgó sin darles lo que necesitaban. Por su parte, una vez alcanzada la altura convenida y fuera de los radares enemigos, el grupo festejó por su reciente victoria.

- ¡Jajaja, en su cara, Rojos de mierda!.- Se burló Asa de los citados, dirigiéndoles un gesto obsceno con el dedo del medio. 

- ¡Te has lucido hoy, Capitán Asa Vaughan, todo un as, igual que en la guerra!.- Le felicitó Ditar.- No mentía Olek sobre ti y el papel que ejerciste en la "Operación Águila".

- Oh, por favor, haces que me sonroje, pero te diré esto: Tuve miedo de que algo fuera a salir mal, pero ya quedó atrás. Hemos conseguido perder a esos malditos y...- En aquellos momentos, después de haber atravesado las fronteras entre Rusia y Polonia, el radar comenzó a mostrar una serie de "Ecos" que alertaron al piloto, deteniendo todo tipo de celebraciones.- ¿Qué?. No puede ser.- Intentó corroborar si todo iba bien, pero parecía que algo se estaba acercando hacia ellos.

- ¿Qué sucede?.- Se acercó Olek cuando un sacudón lo tiró contra el suelo junto a Ditar y Liam.

- ¡Mierda, esto no pinta bien!.- El Nor-Irlandés se puso de pie, ayudando a los dos hermanos y miró por una de las ventanas, en donde notó a un II-2, del tipo "Caza de Ataque" disparó una ronda de misiles, los cuales explotaron en el aire.- ¡Tenemos compañía!.

- ¡Voy a perderlo a ese infeliz! ¡Si quieres jugar, entonces te voy a devolver las veces en las que casi me matas cuando combatía contra ustedes en los Bosques de Varsovia!.- Juró el americano rubio, girando bruscamente en el aire, mientras que los hermanos y el pelirrojo se dirigían hacia las ametralladoras que tenían como "Defensa Anti-Aérea".- ¿Qué dicen? ¿Lo llevo para Sarajevo y y que lo derriben?.- Preguntó Asa pero se contuvo.- No, es una estupidez, después tendremos al insoportable de Stalin jodiendo nuestra existencia...¡Ya sé!.- Exclamó y de ahí tuvo un nuevo plan, mientras que comenzaban a dispararse las primeras líneas de metralla contra el avión de combate, el cual no era ningún lerdo ni perezoso su piloto.

- ¿Creen que habrán más con ese tipo?.- Inquirió Ditar.

Olek fue hasta el radar y vio que habían otros detrás del oponente, pero estaba en dudas si eran más aviones de esa categoría, ya que la niebla podía provocar que el sistema se volviera "loco" y que mandara cualquier tipo de información sin sentido. En un momento dado, el Capitán de la "Luftwaffe" trazó un círculo violento en el aire, dándoles tiempo a sus ocupantes para que se agarraran a todo lo que hubiera allí fijado, mientras que la metralla enemiga iba hacia ellos.

- Carajo, si sigue así, nos joderá en Sarajevo también. Hay que perderlo o averiarlo pero es demasiado rápido.- Observó Liam al oponente, viendo que estaban ante uno formidable.

- Aún así hay que dar todo lo que tengamos para que no nos venga a perseguir: Lo contendremos mientras que me dirijo hacia los Montes Cárpatos, allí le podremos dar su merecido.- Prometió Asa, mientras que regresaban los disparos contra el II-52, en donde, sumando a la nieve y el viento blanco, el piloto debió regresar por donde vino, ya que el avión fue "tragado" por aquella tempestad gélida pero desconociendo las habilidades secretas del Capitán rubio, el cual enfiló hacia el Suroeste y en poco tiempo pudieron divisar las luces de Sarajevo junto al Aeropuerto.

Asa pudo respirar con tranquilidad, ya con ver el asfalto de la pista del Aeropuerto, la cual les fue asignada por uno de los Operadores de Radar en la "Torre de Control", fue iniciando el descenso, sacando el tren de aterrizaje, reduciendo la "Velocidad de Crucero" y verificando que todos los instrumentos estuvieran funcionando sin ningún problema.

- ¿Todo bien?.- Preguntó Liam.- Le dimos su merecido a ese imbécil Comunista.

- Por suerte, salvo algunos impactos de bala en el fuselaje, dándole gracias a Dios y a mi experiencia de que no nos alcanzó por un milímetro, llegamos de una pieza.- Informó el joven rubio de lentes Americano.

- Gracias, amigo.- Le agradeció Olek a éste.

- No hay de qué, pero lo que han conseguido allí, en Moscú, de la conspiración contra Tito, me temo que esto nos podría llevar a nuestra propia "Guerra Fría" contra ellos, cosa que a Stalin no le agradará. Aún así, para este tipo de misiones, cuenten conmigo, siempre.- Prometió Asa, mientras que se ponía en contacto con la "Torre de Control" y de ahí comenzaban a tocar el asfalto de la pista de aterrizaje.

Volviendo a los campos de Polonia, tanto el chofer como Helena permanecían allí, a la espera de que llegara el arribo para sacarla de allí. Por la radio, la cual tenía encendido el primero, oía las novedades acerca de lo que estaba ocurriendo en el Mundo.

- "Un misterioso atentado se ha cobrado la vida de un antiguo miembro del Partido Comunista, alguien que estuvo allegado a Lenin y Stalin desde 1917, partícipe en el fusilamiento de la Familia Imperial Romanov, Yakov Yurokvsi ha sido asesinado esta madrugada al salir del Ministerio del Interior Soviético junto a varios miembros que lo escoltaban. En el tiroteo, los atacantes emplearon armas de largo alcance. Un sobreviviente relató haber visto fusiles "Sten", Pistolas Makarov, Luger y Parabellum, así como también el empleo de granadas de procedencia desconocida, con la cual destruyeron varios vehículos estacionados. Las otras víctimas han sido agentes de la "Policía Secreta" del Líder Supremo Soviético. Todavía desconocemos los motivos del atentado, así como también del número de muertos y heridos. Hoy, la Capital de la Unión Soviética, vive una jornada de luto apenas transcurrido un nuevo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Más información en breve".- Comunicaron las emisoras de la Capital Rusa, cosa que sorprendió a Helena y a su chofer.

- ¿Qué no era solitaria esta misión?.- Preguntó, cosa que el joven estaba en dudas.

- Me parece que había más gente metida en esto.- Resaltó éste con seriedad.

- Aún así, ya deben estar pasando las novedades de lo que pasó con aquellos que maté hace pocas horas.- Sostuvo la peli oscura, mientras que apagaba su cigarrillo, cosa que el chofer fue buscando, en otras emisoras, si había noticias de ello.

- "A pocas cuadras del atentado que se cobró la vida de Yurokvsi y de un número indefinido de agentes de la "Policía Secreta", se ha producido una misteriosa explosión en un edificio, en el cual fueron hallados los cuerpos de varios hombres, incluyendo uno que, al parecer, fue baleado y cayó desde las alturas hasta dar contra un auto del exterior. Entre los fallecidos se encuentra el de Mistislav Bregovich, un antiguo Comandante de los "Partisanos" pero que desertó tras la "Ruptura Tito-Stalin" para servir al Comunismo Ruso".- Pasaban en aquella estación de radio polaca. 

- Esto se puso serio, demasiado.- Argumentó Helena, mientras que apagaban la radio, ya que aquello era sumamente raro y más para una misión en la que solo ella estaba metida.

- Tú lo has dicho.- Le respaldó el chófer y justo en esos momentos en los que terminaban de hablar, un sonido rasgó la Oscuridad y el silencio de aquella noche de Febrero.

Una luz irrumpió desde los Cielos, un sonido de hélices y rotores llamó su atención, describiendo una serie de círculos en el aire, allí, emergiendo de entre las Sombras y la Penumbra, una misteriosa máquina voladora fue aterrizando en el campo, siendo su piloto y dos Soldados con uniformes del Ejército Yugoslavo los que les estaban haciendo señas a ellos.

- Llegaron.- Le informó el chofer a Helena, siendo acompañada hacia ese "Punto".

Acercándose, pasando por la tranquera de aquellos campos abandonados, la madera carcomida por el paso del tiempo y por el frío, destruida y sus alambradas oxidadas, ambos cruzaron aquel tramo que los separaba. Debían de ser unos 300 metros desde la carretera hasta el Centro del campo, por lo que era una buena distancia. El sonido de los zapatos que llevaba la chica y las botas del chofer eran los únicos allí presentes, mientras que el helicóptero había apagado sus motores, las hélices dejaron de girar y de ahí solo quedaban las luces de la cabina encendidas como única "Guía" para llegar hasta allí.

- ¿Son ellos? ¿Estás seguro, Wlazytz?.- Preguntó la muchacha al chofer polaco.

- Lo estoy, al 100%, además, ellos son los únicos, además de nosotros, que conocen de esta ubicación.- Le respondió y de ahí su brazo al aire, llamando la atención de los dos Soldados allí apostados, vigilando, armados con los primeros rifles automáticos AK-47 y portando un uniforme de campaña, de los Paracaidistas, incluyendo el camuflaje sobre sus ropas y cascos.

- Allí vienen, Teniente Markirk.- Informó uno de los efectivos, por lo que el asignado piloto asintió en silencio y de ahí se preparó para volver a encender los motores.

Les faltaba la mitad del trayecto cuando notaron el característico sonido de las hélices del helicóptero que se encendían, rotando y de ahí los dos Soldados que volvían a subirse al aparato.

- Bueno.- Sostuvo Wlazytz a su amiga.- Fue un gusto el haberte acompañado. Yo seguiré mi camino hacia Sarajevo en el coche.- Prometió el chico y de ahí tuvieron un fuerte abrazo de reencuentro.

- Te deseo lo mejor, amigo. Cuídate y así será.- Le deseó la joven, mientras que le daba dos besos en las mejillas y la frente, subiéndose al helicóptero, uno de los primeros que había surgido: Se trataba de un "Bell 47 OH-13", cuyas luces estaban encendidas en su interior.

El chofer de Polonia la miró una última vez, mientras que la aeronave iba tomando altura, ascendía y con ello desaparecía, en mitad de la Madrugada, hacia su próximo destino. Pronto, una vez que el helicóptero hubiera iniciado su viaje, Wlazytz sonrió, tranquilo, seguro cuando una serie de martilleos, provenientes de armas de largo alcance le apuntaron.

- Dese la vuelta.- Le ordenó uno de los enviados y el joven accedió, poco a poco, mostrándose tranquilo. El Comandante de aquella tropa, pertenecientes a la "Policía Secreta" de Stalin se acercó, encañonando al mismo con su arma.- ¿Hacia dónde va el helicóptero?. Hable y se le respetará su vida.

Sin embargo, el polaco se mantuvo tranquilo consigo mismo.

- Un hombre de honor jamás vendería a sus Camaradas a los verdugos.- Respondió con serenidad.- 

El Comandante de la "Policía Secreta" estuvo por golpearlo pero se contuvo, lo dejaron allí, sin tirarle un solo balazo, permaneciendo allí y de ahí desaparecían por la misma ruta que habían tomado, dejando al polaco solo en los campos.

- Habrá que informarle a Stalin de que no pudimos alcanzar a esa perra.- Dijo el Comandante a su Lugarteniente, de apellido Brunelesky. 

 - ¿Qué hacemos con el colaborador, Señor?.- Inquirió el otro, el cual le dirigió una última mirada.

- No vale la pena pero que se cuide. Puede que, un día, algún accidente vaya a cobrarse su vida.- Anticipó y de ahí pusieron el coche en marcha para volver a Varsovia y llamar a Moscú con el fin de informarles acerca de lo ocurrido en los campos.

Pronto, el polaco desapareció en su coche, enfilando con rumbo hacia los Balcanes, tal y como había prometido a su amiga de reunirse en la citada Capital.

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Iosif Stalin, el hombre más poderoso de toda la Unión Soviética, aquel que había conseguido expulsar a las "Hordas Bárbaras" de Hitler de las puertas de Moscú, se hallaba reunido con sus colaboradores y miembros tanto políticos como militares en el Kremlin. Se lo podía notar muy agitado al respecto, sosteniendo en sus manos una serie de cartas que tenían la firma, clara y concisa del Mariscal Tito, por lo que, en un acto de rabia, las tiró contra la mesa.

- ¡Esto es un ultraje, un escándalo y todo por culpa de ese maldito de Josip que ha rechazado todas mis ofertas para que se una a la causa de Rusia!.- Exclamó, exacerbado, rojo de la ira, reflejando lo disgustado que estaba.- ¡¿Cómo es posible que nadie haya advertido o visto lo que le pasó a Yurokvsi y Mistislav?!.- Preguntó a todos ellos.- Primero el Mariscal Zhukov se niega a reconocer que gracias a mí salvamos a Rusia de las garras de los Fascistas y él se atreve a plantearme en cara que fue él. Ahora me toca este maldito de Tito. Miren bien el contenido de estas cartas: Todas ellas son de rechazo y burla hacia mi persona. 

- Señor.- Intervino Gueorgui Malenkov.- Lo ocurrido con Yurokvsi y Mistislav se debió a la participación de algún grupo paramilitar, tal vez partidarios a favor del Nazismo pero recuerdo también hay mucho descontento entre los militares por lo ocurrido con Zhukov. Todo es posible pero el plan debe seguir en marcha.

- Sí.- Ahí Stalin se calmó y miró a su colaborador de mayor confianza.- Es verdad. La "Operación Amanecer Rojo" seguirá adelante.- Ahí miró a los presentes, pidiendo un tiempo para conversar con sus Comandantes y de ahí, entre los que salieron, se hallaba Nikita Jrushchov, el cual salió acompañado por varios colegas suyos y pertenecientes al Partido Comunista.

Se detuvieron en un pasillo, libre de cualquier presencia y vigilancia, por lo que procedieron a fumar un rato.

- Está más loco que una cabra.- Objetó el General Konstantin Pedegrov a los presentes.- Meternos en una locura así nos va a llevar a una guerra. Tito no es ningún estúpido.

- Lo sé.- Recalcó Jrushchov con frialdad.- Su salud mental tampoco es de las mejores que digamos y ha mostrado signos de padecer esquizofrenia y paranoia. Mandó a matar a su propia esposa porque dijo que ella era una "traidora", abandonó a su único hijo a manos de los Alemanes, mató de hambre a Leningrado y casi la manda a destruir con bombas debajo del suelo, al igual que Stalingrado. ¿Estamos todos locos o qué?. Ahora meterse en una "Guerra Interna" contra Tito, va a salir todo mal, se los advierto. Tengo contactos y me han dicho que la Familia Ivanisevic está con él, lo protegen. Son sus "Guardianes y Centinelas", si Tito cierra un trato con los Nacionalistas Griegos, los Ivanisevic van con él. Si uno de ellos va a un restaurante, Tito lo sabe. Si un Ivanisevic se casa, él va allí. Siguen el viejo modelo de los Zares y de sus Antepasados.- Rescató con orgullo aquel Héroe de la "Gran Guerra Patria".

La conversación se detuvo cuando vieron que la reunión volvía a su cauce normal, por lo que apagaron sus cigarrillos y de ahí ingresaron en la Sala de Reuniones.

[La conspiración contra el Mariscal Tito ha tomado un camino mucho más serio y sin vuelta atrás. Stalin está decidido en cumplirla al pie de la letra para anexionarse los Balcanes, mientras tanto, ¿qué pasará en Sarajevo? ¿Cuántos implicados y sicarios estarán metidos para llevar a cabo el atentado? ¿Qué plan tendrán los Ivanisevic para hacerles frente?. Todo esto y mucho más en el próximo capítulo.

Mando saludos y agradecimientos para eltíorob95, MrR199, erickshakespare20089, EduardoOrejuelaCorte, shadowbellatrix, LucasAbad0, 55margarita y los demás seguidores.

Buen inicio de semana, Camaradas.].