Arco VI: 1900
Capítulo I:
El Siglo XIX había finalizado con la "Guerra de 1898" entre España y EEUU, donde se firmó el "Tratado de Madrid", en el cual, el decadente Imperio Español tuvo que ceder Filipinas, Guam y Puerto Rico a su adversario. La "Paz Armada" había llegado a Europa y con ello estaba la creación de los "Sistemas de Alianza" entre los Imperios y la protección de sus Colonias en África. En América Latina se acrecentaba la inmigración europea y el alza del Movimiento Obrero con represiones que se vieron en Argentina con la "Semana Roja" pero el más grande de todos los sucesos fue con la inauguración de un famoso transatlántico en Southampton, Inglaterra y al cual asistió mucha gente importante.
"Desde que el Zar Alejandro II murió y asumió Alejandro III el Trono Imperial hasta su deceso, el cargo estuvo ocupado por Nicolás II, quien rige el país, envuelto en un desastre económico, político, social y hasta militar. Las revoluciones de 1905 y la "Guerra Ruso-Japonesa" nos dejó mal parados, perdimos buena parte de nuestra flota ante el Imperio del Sol Naciente y las amenazas Anarquistas no paran de crecer. Trato de no pensar en ello pero, desde que te fuiste, hermana mía, las cosas se han vuelto muy frías y hasta una monotonía, una de la cual estoy harto de tanto repetir. Mi corazón pide de que te cuides en este viaje, pase lo que pase, yo estaré a tu lado, al igual que nuestra familia y lo mismo Luykan, quien ya ansía volverte a ver. Espero que, a pesar de todas las cosas, puedas pasarla bien en tu viaje de regreso en el "HMS Titanic". Te deseo lo mejor
Cuídate y te quiere mucho: Tu hermano, Fiodor Ivanisevic, Archiduque de la Familia homónima"
Una vez que selló la carta y la envío por Correos, la escena se había cambiado en una donde todo cambiaba: El escenario era en el "Titanic", donde se podían oír gritos de desesperación, disparos de advertencia, por parte de los Oficiales que intentaban controlar a los pasajeros exaltados por la falta de botes salvavidas. El choque contra un iceberg y el posterior daño que sufrió la estructura, había provocado que sus compartimientos empezaran a inundarse y con ello vino el hundimiento de la proa.
Desde uno de los botes salvavidas, una chica rubia y ojos ambarinos se hallaba sentada, a la espera de que bajaran el bote al agua. Dos marineros de la "White Star Co" subieron y estaban listos para abordar otros tres para tomar los remos junto a un Oficial designado. En una de las cubiertas donde ella se hallaba, los pasajeros de la "Tercera Clase" habían conseguido llegar y fueron abordando los botes cuando una familia de Italianos, compuesta por los padres y el niño les permitieron subir menos al padre, quien fue retenido por dos marineros.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué no lo dejan subir?!.- Preguntaba la joven esposa, en un pobre acento inglés mezclado con su lengua natal, mientras que su hijo se abrazaba a su padre.
- Por favor, Gino, cuida bien a tu madre. Los quiero mucho.- Le decía éste, despidiéndose de ellos.
La joven rubia que se encontraba allí, se puso de pie y bajó del bote a toda prisa.
- ¡Señorita, ¿qué hace?! ¡Vuelva a su asiento!.- Le pidió uno de los marineros.
- ¡Ustedes dos, suelten a ese hombre!. Cederé mi puesto para que se suba con su esposa e hijo.- Les señaló a los otros que impedían que el padre accediera. Al oír eso, los dos hombres que los sujetaban, terminaron por liberarlo y de ahí fueron subiendo.
- ¡Gracias, muchas gracias, Condesa Camila, que Dios la bendiga!.- Le agradeció la esposa.
- No me tienen que agradecer a mí. Ahora suban y ustedes también.- Dijo ella con tranquilidad, habiendo cumplido con su acción y de ahí iban los otros marineros.
- ¡Con permiso, con permiso!.- Se oyó la voz del Teniente Charles Lightoller, quien se abría camino entre los pasajeros y llegaba hasta donde se hallaba la joven rubia, mientras que un Oficial de nombre Mallory había tomado el mando del bote. Al descenderlo, ésta pudo ver a los tres italianos a salvo y el pequeño que le agradecía, despidiéndose de ella.- ¡Camila! ¡Camila!.- Corrió el joven rubio hacia él y le tomó de las manos.- Por el Amor a Dios, niña, ¿qué haces?! ¡Debiste irte en ese bote, esto ya no tiene solución!.- Exclamó Lightoller pero ella negó con la cabeza.
- Tú sabes bien, Charles, que está en mi sangre el honor y no podía permitir que esa familia sufriera. Además, hay gente de mi Patria aquí a bordo, me niego a irme hasta que pueda salvar a todos los que pueda.- La explicación que ella le dio y el recuerdo que Charles tuvo al respecto de lo ocurrido, un día antes de zarpar el navío, donde tuvo una conversación telefónica con Fiodor.
Flashbacks:
- Su hermana está a bordo del "Titanic", Archiduque Ivanisevic. No tiene de qué preocuparse.- Le contó el Oficial rubio a él.
- "Me hubiera gustado ir allí pero no podía hacerlo, debido a que tengo muchos asuntos por atender. De igual manera, espero que la cuiden bien a mi hermana. Confío en ustedes".- Depositó el rubio aquella esperanza en Lightoller y su gente.
- No tiene por qué alarmarse, joven. Este será un viaje tranquilo.- Prometió y de ahí colgaron.
Fin del Flashbacks:
Ahora, con ver y oír sus palabras, Charles tuvo que reconocer que aquella fuerza de voluntad que tenían todos los Ivanisevic era inquebrantable, no se podía hacer nada cuando uno de sus integrantes tomaba la bandera y luchaba por quienes sufrían. Eran los Héroes. A través de sus ojos celestes divisó a los suyos que preparaban los "Plegables A y B" ubicados en el "Castillo de Oficiales", haciendo un gran esfuerzo por prepararlo antes de que se hundiera el barco.
- Escucha, Camila, le prometí a tu hermano que te protegería y lo haré. Pero viendo de que estás decidida en salvar a tu gente, no te detendré.- Le dijo el rubio y ella se fue yendo para allá, no sin antes ser agarrada del brazo.- Los "Plegables A y B" estarán listos, en cuanto termines, búscame en el "Castillo de Oficiales".- Le señaló aquella edificación y ella asintió en silencio, partiendo para sacar a todos los que pudiera.- "Se suponía que iba a ser un viaje tranquilo. Chocamos contra un maldito iceberg y eso de que habíamos recibido varias advertencias al respecto pero no hicimos caso. Hasta hace unos minutos, en los cuales usamos la "Lámpara de Socorros" y lanzamos bengalas al Cielo, tratamos de captar la atención de un barco pero no sé qué mierda les pasa: ¿Están muertos? ¡¿Acaso nos toman de que esto es un "Ejercicio Naval?! ¡Por Dios, nos hundimos, que muevan el maldito culo y traigan sus botes salvavidas!".- Pensaba Charles, quien veía correr a Camila junto a varias familias Eslavas y las instalaba en los botes junto a otras personas.
- ¡Oiga, ¿qué hace?! ¡Estos lugares son para las mujeres y los niños!.- Bramó una inglesa pero cuando la joven le dirigió su mirada, fría, ésta se calló.- Oh, disculpe, Condesa Ivanisevic, no sabía, yo...
- Mejor no diga nada y hagan espacio para que ellos se sienten.- Pidió la rubia con seriedad y de ahí acomodaba al último integrantes.- Listo, ¡ustedes, por aquí!.- Llamó a varios marineros, dos engrasadores de la "Sala de Máquinas" y un Oficial de apellido Pittman, quien tomó el mando.- ¿Sabe remar?.-
- Sí, Señorita.- Respondió Herbert Pittman a ella.
- Muy bien, entonces ya sabe qué hacer. Buena suerte, Señor Pittman.- Le deseó la joven y comenzó el descenso del bote.
Cada familia salvada significaba una baja que no se concretaría allí, en el "Titanic". El "Barco del Futuro" como muchos lo llamaron. Ingenuos que se dejaron engañar por el desarrollo tecnológico y con su lema: "Ni Dios podría hundir este barco". Estaban equivocados. Los Titanes habían osado en desafiar a los Dioses del Olimpo y fueron castigados, encerrados en el Tártaro donde pasarían la Eternidad pagando por su osadía.
En el "Castillo de Oficiales", varios marineros habían colocado unas rampas de madera para descender uno de los botes y así prepararlo. El propio Lightoller, acompañado por el joven Oficial James Moody y otros tantos, se encontraban liderando el descenso.
- ¡Sostengan! ¡Sostengan bien! ¡Mantengan firmes las líneas! ¡MANTÉNGALAS FIRMES!.- Daba gritos de orden Lightoller a sus hombres pero cuando el bote bajó, las barras se partieron y éste se volcó.- ¡Olvídense de ese, tenemos que preparar el siguiente, rápido!.- Pidió y le siguieron a toda prisa.
El último bote había sido arriado y con ello, las últimas familias Eslavas, españolas, irlandesas e italianas fueron puestos a salvo, sin embargo, al momento de que se dio la orden de preparar el "Plegable B", el Capitán John Smith, quien se hallaba de pie en el "Castillo de Proa", notando que el agua ya había alcanzado la proa y subía más sin detenerse, alzó su megáfono para los dictar su última orden.
- ¡Abandonen el barco! ¡Cada uno por su cuenta!.- Exclamó y pronto cundió el pánico.
A los pocos segundos de haberlo dicho, Camila lo vio descender por la escalerilla hacia el "Puente de Mando", mientras que los Oficiales, marineros y civiles preparaban el bote para escapar de allí, haciendo todo un esfuerzo para levantar al "Plegable A". Con el agua que llegaba hacia esa zona, una mujer de cabello rubio y con su bebe en brazos fue hasta Smith.
- Capitán.- Le llamó ella con su acento francés.- Capitán, ¿adónde debo dirigirme?. Dígame.- Pidió pero el pobre hombre estaba abatido, destruido y se retiró de allí.
- ¡CAPITÁN! ¡CAPITÁN!.- Corrió uno de los remeros con un chaleco salvavidas.- ¡Señor!.- Exclamó y le intentó entregar uno de éstos pero fue en vano, éste se dirigió al timón y cerró la puerta, mientras que el lugar se iba inundando sin parar.
Pronto, el agua alcanzó y sumergió las últimas cubiertas y con ello separó a Lightoller de sus hombres. El hombre había nadado hasta llegar al bote volcado y veía a Camila, quien luchaba contra la corriente, intentando alcanzar el objetivo.
- ¡Camila! ¡Camila, por aquí!.- Exclamó el rubio y cuando estuvieron a escasos metros de distancia, listo para tomar su mano, una de las chimeneas se vino abajo, provocando una ola que los separó a ambos.- ¡No! ¡NO!.- Gritó pero cuando quiso zambullirse para salvarla, los que se subieron le detuvieron.
- ¡No, Teniente, imposible, se ahogará usted también!.- Exclamó el Coronel Archibald Gracie IV.-
- ¡Es mi responsabilidad, ella es una Ivanisevic!.- Sostuvo el hombre con desesperación pero nada se pudo hacer. Solo pudieron observar cómo el "Titanic" se hundía en las profundidades del Océano Atlántico con más de 2000 personas que perecieron en sus gélidas aguas.
El rescate solo dio siete supervivientes, nada más que eso y cuando el "S.S Carpathia" los sacó de allí, no pudieron dar con Camila Ivanisevic. La dieron por desaparecida en el hundimiento y la noticia llegó hasta Moscú, donde su familia recibió aquella tristeza pero no todos creyeron que eso era verdad. Era imposible, sobre todo para Fiodor y Luykan, prometido de Camila.
Aún así, a pesar de todo ello, la joven no había muerto en el naufragio, sino todo lo contrario: Había sobrevivido y cuando se despertó, ésta se hallaba en Irlanda, cuidada por una familia Católica y quienes se hicieron cargo de atenderla cuando estaba inconsciente tras ser hallada a la deriva.
- ¿Qué? ¿Qué me pasó?.- Quiso saber la joven rubia.
- Tranquila, has estado a la intemperie y con este frío. Pero descuida, somos de confianza. Mi nombre es Billy Black. Ella es mi esposa, Sharon.- Se presentó el hombre de boina irlandesa y un tanto obeso.-
- Un placer en conocerlos. Yo soy...- Iba a dar su nombre completo pero sintió un dolor en el cuerpo que la obligó a tomar descanso.
- Lo sabemos: La Condesa Camila Ivanisevic. Un honor en tenerla con nosotros.- Habló Sharon, quien la recostaba.- Despacio, tienes unas heridas en el cuerpo por algún escombro caído.
- Oh, gracias por ello.- Agradeció la muchacha cuando notó que se abría la puerta de la casa.
Se trataba de un muchacho pelirrojo y armado con una carabina. Se lo notaba muy agitado y no venía solo, sino de que varios jóvenes le acompañaban.
- Ya está. Hemos cumplido con la misión.- Dijo uno de los colegas del pelirrojo.- La carga explosiva detonará en ese maldito barco en unos minutos.
- ¿Qué está pasando?.- Preguntó Camila con asombro.
- Digamos de que nuestro hijo mayor, Michael Collins, está metido en la actividad guerrillera contra los malditos ingleses.- Le contó Billy Black, mientras que se oían disparos desde la lontananza.- Ahí vienen, ¡todos a sus puestos!.- Ordenó el irlandés y apagaron las luces de la localidad para no llamar la atención de las patrullas armadas que ingresaban en el sitio para hallar a los culpables del atentado.
Los civiles habían metido a sus niños dentro, mientras que los Soldados británicos descendían de sus coches, armados con fusiles y las primeras ametralladoras "Browing" con las que mantenían sus posiciones. Sus caras expresaban asco y furia. Uno escupió contra el suelo, mientras que otros amenazaban con sus armas de fuego a los niños y sus familias. De inmediato, bajando del coche principal, un hombre joven y de cabellos pelirrojos se acercó hacia los presentes.
- ¡En el Nombre de Su Graciosa Majestad Eduardo VII, nos han llegado informes sobre posibles avistamientos de guerrilleros del IRA que han sembrado varias bombas en los Puertos del Ulster! ¡Será mejor que entreguen a los responsables o de lo contrario atacaremos!.- Exclamó el Comandante Timothy McCann, quien no se iba con tonterías ni tapujos.
- Miserable.- Dijo Camila con bronca hacia aquel hombre.
- No, no, no se mueva, quédese aquí y descanse.- Pidió la esposa de Billy Black, quien fue para encarar a McCann.
- ¿Qué desea?. Aquí no hay insurgentes, somos gente de bien, trabajadores, no prepotentes como ustedes.- Dijo con un tono afilado contra el pelirrojo, quien lo hizo a un lado.
- Que registren las casas y si hallan algún arma, no me importa qué edad tengan, los matan.- Ordenó Timothy al Capitán Evans, quien asintió y con una seña, sus hombres iniciaron con el operativo.
Dentro de una de las casas, el hijo mayor de los Black, quien se encontraba con sus Camaradas, sostenían el detonador a distancia. Sean Patrick, quien actuaba como el "Vigía", alertó de que los ingleses ya habían llegado y corrió para tomar su rifle.
- Espera, amigo, no hagas nada.- Pidió Michael Collins al otro joven.- Aguarda.
- ¿Cuánto más, Michael?.- Preguntó Seamus O 'Brian.
- Un poco más.- Dijo el amigo de ellos.- ¡Ahora!.- Ordenó y cuando los ingleses estaban por registrar las casas, un eco proveniente desde los Puertos se hizo sentir. Parecía como si Zeus hubiera bajado a la tierra y de ahí se elevaron varias columnas de humo desde los barcos.
- ¡Miserables! ¡Vuelvan para los Puertos, ahora!.- Ordenó el Capitán Evans.- De la que se salvaron, malditos brutos.-
- ¡Sí, sí y no vuelvan, par de putos!.- Les maldijo un hombre mayor, quien agitó su bastón en el aire.
Camila vio alejarse a las patrullas inglesas y respiró hondo. Siendo ayudada por el matrimonio para ponerse de pie, la joven salió al exterior y un perrito Schanauzer Miniatura se le acercó, ladrando amistosamente y ella lo acarició.
- ¿Cómo pueden vivir así?. Esa gente...Es de lo peor y lo reconozco. Mi país, el Imperio Ruso, pactó con Inglaterra y Francia en la "Triple Entente" para hacer frente a los "Imperios Centrales de la "Triple Alianza".- Preguntó al matrimonio, mientras que sostenía al perrito en sus brazos.
- Llevamos mucho tiempo levantándonos pero siempre nos han reprimido. Muchos de los que conocíamos se han ido para otros países, en especial EEUU y Argentina. Incluso mi marido y yo hemos pensado en irnos pero tras el desastre del "Titanic", preferimos esperar y ahorrar.- Le contó la mujer de Billy.- Además, niña, esta guerra no es tuya. Nuestros hijos están dando todo por nosotros.
- Aún así, yo también quiero pelear. Soy una Ivanisevic y está en mi sangre luchar contra escorias como los ingleses. Mi tarara abuela, Tanya Ivanisevic, luchó contra Inglaterra a favor de Gaucho Rivero y sus Camaradas Argentinos. Conozco de combate y también de manejo de armas. Puedo ser útil.- Le explicó la rubia a todos ellos, cautivando su atención.
Desde aquel día, la "Estrella" de la Condesa Camila Ivanisevic, como Defensora de Irlanda, había iniciado su camino.
Y mientras tanto, en Rusia, dos jóvenes preocupados por aquella chica: El primero siendo su hermano y el segundo su prometido, preparaban lo que sería un viaje con el fin de encontrarla y traerla sana y salva a su Patria.
Un viaje en el que se iban a ver, todos ellos, envueltos en uno de los hechos más importantes y a la vez trágicos de la Historia del Siglo XX.
[Y con este nuevo Arco doy la bienvenida a una nueva generación de Ivanisevic, así como también anunciar que se terminó el relleno que ha atrasado, demasiado, este fic. Espero que les guste este inicio, amigos.
Mando saludos y agradecimientos para MrR199, shadowbellatrix, LucasAbad0, eltíorob95, EduardoOrejuelaCorte y demás seguidores. No olviden de comentar y seguir esta historia.
Cuídense y que tengan un buen día Jueves de mi parte, Camaradas.].
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