Dicen que la vida es como el distribuidor; y tú, el jugador. Una vez que reparten las cartas, no hay vuelta atrás, y si la mano es dura, bueno, lástima de ti. Sin embargo, el concepto de lástima puede ponerle cara a todos los rostros sin problemas, de ahí la gente quebrantada vagabundea por las calles, acechando en los espacios vacíos y mirando anhelante hacia el cielo, esperando algún tipo de milagro. Pero la vida no era tan dulce. ¿Desde cuándo ha sido justa?

Tsuna sentía que estaba en lo más bajo, pero al mismo tiempo, no estaba peor que la mayoría de la gente. Sí, su vida fue injusta. Él tuvo la peor suerte en el mundo. La gente lo intimidaba, le costaba hacer amigos, y apenas podía relacionarse con su inocente e ingenua madre y su padre perezoso y poco bueno. La chica que amaba no se preocupaba por él. Él falló la escuela. Pero, por encima de todo, estaba siendo atacado por la mafia italiana para hacerse cargo de una familia poderosa como el infierno solo porque él y el primer jefe estaban emparentados por la sangre.

¿Seriamente? En serio?

Fue suficiente para hacer que quisiera arrastrarse bajo una roca y deseara nunca haber nacido, pero la llegada de su Tutor Hitman Reborn, también conocido como el tutor del infierno, entrenador espartano, sensei malvado, profesor de demonios, etcétera, etcétera, que dejó en claro el día de su aparición que, en primer lugar, los futuros jefes no se escondían y, en segundo lugar, Tsuna iba a asumir su papel, le gustara o no.

Dentro de los diez minutos de su reunión, Tsuna ya había sido arrastrado fuera de la roca imaginaria en la que se encontraba.

Al principio, Tsuna había estado en completa negación, pero a medida que pasaba el tiempo, incluso él tuvo que admitir que las cosas lo estaban buscando. Y le gustara o no, Reborn había jugado el papel más importante en hacer lo imposible más que posible. Por una vez, tenía amigos, cercanos y lejanos, todos los que lo aceptaban por lo que él era y lo cuidaban a pesar de sus fallas. Hizo muchos enemigos en el camino, pero a medida que los vencía uno a uno, Tsuna se dio cuenta de que cada día se volvía más y más fuerte. Y un día, finalmente entendió cuánto había hecho Reborn por él.

Pero no fue hasta que fue demasiado tarde que se dio cuenta exactamente de cuánto había subestimado los sacrificios incondicionales de su tutor por su bienestar, y la comprensión lo golpeó entonces como una bofetada del destino.

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Ciao!! Dejaré esto por aquí y me retiraré lentamente.

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