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Se terminó

El pecho de Katsuki bombeaba con una cálida sensación que jamás había experimentado, se sentía feliz, completo y tranquilo cuando estaba con Izuku a solas, solo expresandose lo mucho que se amaban. El plan que su madre había sugerido parecía haber sido un éxito, notaba en la mirada húmeda de Izuku lo mucho que le había gustado y eso era lo único que le importaba. Ambos ahora tenían una promesa que cumplir, que serían felices y estarían juntos siempre, el enlace era la prueba más clara, pintada en una cicatriz en el cuello del menor.

Al separar sus labios y retomar un poco de oxígeno a sus pulmones abrió sus ojos con sorpresa por la solicitud del menor. Asintió dejándole hablar y presto atención a cada una de sus palabras. Eran tan dulces y románticas, Izuku era sumamente emocional, no era la primera vez que le confesaba cosas tan melosas y tiernas a su parecer. Izuku le profesaba ser el dueño completo de su mente y corazón, al siempre pensar en el, al quererlo tanto. Culminando su promesa con un dulce beso sobre el dorso de su mano. El alfa contempló cada detalle de ese rostro que torno rojizo entre el brillo de los ojos llorosos.

— Entonces, seamos felices mi Omega —

Respondió antes de corresponder al abrazo que izuku inicio al recargar en su pecho y rodearlo. Lo abrazo con fuerza y recargo su barbilla en la cabeza del chico mientras su mano daba suaves caricias en la espalda y besos en la frente. Nadie creería que él compartiera momentos así con el Omega. Su fama de bravucón y alguien meramente frío y desinteresado era quiza una ventaja. Solo el Omega conocía ese lado de él, solo con él había decidido mostrar sus debilidades y su verdadero ser. Solo con Deku.

Al separar después de un momento tomo de la mano al menor y lo guío hasta tomar asiento para cenar. Sonrió con diversión de recordar cómo es que había dejado todo absolutamente acomodado antes de irse para que al llegar solo tuviera que encender las velas y colocar la cena, misma que había pedido con claras instrucciones de ser dejada en la ventana que dejaría abierta junto al dinero. De esa forma simplemente la recalentaria en el horno mientras Izuku esperaba afuera. Todo había sido cuidadosamente planeado.

Acomodo al menor en uno de los cojines y luego tomo asiento también, destapando la jugosa cena, corto un trozo de la carne que acomodo en el plato del menor junto al puré de papa, pasta y vegetales y se lo entregó. Ante la pregunta que le fue hecha el alfa rasco su nuca y desvío la mirada.

—Eso... Bueno tuve que hacerme el tiempo, es un secreto —

Respondió con una leve sonrisa para luego comenzar a comer, la risa de Izuku le hizo alzar una ceja y voltear a verlo con curiosidad.

— ¿Que es tan divertido? —

Cuestionó con la ceja en alto recibiendo la respuesta de que no era su sazón. Había sido descubierto, Izuku lo conocía mejor de lo que pensaba. El alfa solo suspiro con una sonrisa ladina y encogió de hombros.

—Bien... me descubriste pero después te hare una cena con toda esa mierda que te gusta.—

Bromeó con diversión para continuar comiendo en calma junto al pecoso quien hizo un comentario respecto a que no era lo único que había probado de él. El alfa casi atraganta al oírlo. ¿Desde cuando el Omega se había vuelto tan atrevido?, no sabía pero le gustaba. Solo río y negó con la cabeza.

— Maldita sea, si dices esas cosas no podré resistirme... Come y despues, ya veremos qué sabor te gusta más. —

Respondió con el mismo tono pícaro y divertido, poco después notó como el pecoso intentaba darle de comer en la boca, el alfa parpadeo un par de veces y miró al menor con una ceja en alto. Le daba vergüenza ser tratado con tal mimo al grado de ser alimentado de esa forma tan melosa. Se sentía como un niño pequeño.

—¿Que haces? Yo puedo comerlo solo, dame el tenedor —

Respondió con cierta pena, pero el Omega insistió, Katsuki no podía negarse a esos enormes ojos que le pedían con brillo que atendiera su petición. Sin más solo chasqueo la lengua y arranco el trozo de carne del tenedor con rapidez y desvío el rostro a su plato. No evito dibujar una muy leve sonrisa ladina con un apenas visible sonrojo. Era la primera vez que Izuku hacia eso.

Minutos después tomó las copas de vino y entrego una al menor, era vino de uva, se había tomado el lujo de elegir una botella de la mejor calidad que le fue posible adquirir. Sabía que Izuku no bebia pero solo era un pequeño trago para celebrar no tenía por qué terminarse la copa completa.

— Hagamos un brindis, por el futuro.. por nosotros, felices dos meses Izuku —

Anuncio chocando copas con el menor y meneo la suya antes de dar un sorbo. Miró a su acompañante intentar hacer lo mismo pero parecía que el simple aroma no me agradaba. El alfa río con diversión, era tan tierno como Izuku era tan inexperto aún con la bebida.

—Si no te gusta, no lo bebas—

Le dijo dando otro sorbo a su copa y observando al menor dando su primer trago también. No evito burlarse ante la mueca graciosa que el Omega hizo, suspiro y ladeó el rostro mirándole mientras se quejaba del fuerte sabor.

— No lo tomes como si fuera agua, tienes que agitarlo en la misma copa un poco y dar un sorbo pequeño... —

Indicó mostrándole como giraba el líquido dentro de la copa con un suave movimiento de su muñeca.

— Así, muévelo un par de veces y luego siente su aroma, y toma un sorbo pequeño apenas pegando tus labios al cristal —

Indico demostrando lo que decía con acciones, su familia era de clase alta, en especial su madre quien siempre le enseño los modales a la mesa, entre ellos como debía beber de una copa adecuadamente. Jamás pensó que esas enseñanzas le servirían en un momento así. Con el vino en la boca miro al pecoso y sonrió acercándose para tomar su rostro acercándolo a él. Beso sus labios abriendo su boca para brindarle del vino dentro del beso.

Su mirada estaba bien plantada en la ajena con una expresión difícil de descifrar. Suave y tan roja como la misma sangre. Separó del beso relamiendose los labios con suavidad.

— ¿Que te pareció ahora?, ¿Mejor? —

Cuestionó divertido, antes de recibir más besos a sus labios, ain embargo está vez puso notar cierta necesidad en la manera en que el pecoso le besaba. Su lengua conectando con la suya con deseo y un sutil toque de desesperación que hizo gruñir al rubio dándole un par de mordidas suaves.

— ¿Que pasa?... ¿Acaso te has puesto ebrio tan rápido? —

Susurró a la boca ajena con una ceja en alto y una suave rasposa voz. El Omega le indico que no faltaba mucho para su celo y que deseaba ir a la cama. El alfa no necesitaba oír eso dos veces, incluso dejaron la cena a medias.

Se levantó tomando a izuku entre sus brazos y lo cargo con cuidado llevándolo a su habitación en donde una cama tibia los esperaba. Allí lo depósito con suavidad sobre los cobertores y una ardiente sesión de besos y caricias comenzó abriendo paso a un encuentro íntimo por lo mucho casi perfecto como todos los demás.

Para Katsuki, tomar a Izuku y hacerlo suyo era siempre fantástico, tan ardiente y erótico, adictivo en más de un sentido.

Cuándo el anochecer llegó, no tuvieron más opciones que despedirse, ninguno de los dos quería separarse esa noche pero Inko esperaba por su hijo en casa, además ahora ya se habían prometido que algún día, vivirían juntos. Debían ser pacientes.

—Mas vale que lo hagas... No fue nada barato —

Bromeó al comentario ajeno respecto a atesorar el anillo y su promesa mutua.

Acompaño al menor casi hasta la puerta de su hogar en donde despidió con un abrazo y un beso se parte del pecoso en una de sus zonas más erógenas haciéndolo gruñir, sabía que había sido intencional. Ese Omega era cada vez más atrevido y no negaria que le encantaba.

—Si.. hasta mañana.. Tambien te amo. —

Despidió despeinado un poco del cabello ajeno antes de darse media vuelta e irse. Se sentia feliz,

Aunque sanamente cansado por el partido, la cena ya ronda de arrumacos con su pareja. Aún así había valido por completo la pena.

Con una sonrisa serena regreso a su hogar y limpio la sala. Apagó las velas y barrio los pétalos de rosas finalmente tomo un baño en donde aprovecho para verse los moretones que todo su torso tenía por los entrenamientos y la pelea pero también notó los araños que dejó Izuku a su espalda y sonrió negando con la cabeza, fijo la mirada a su mano con el anillo que brillaba con la luz del focó.

— Creo.. que he llegado a un punto en el que ya no puedo vivir sin ti... Es aterrador... Pero me siento tan bien... Deku, no te dejare ir jamás —

Murmuró acariciando su anillo, estaba perdidamente enamorado y no podía negarlo. Al salir de la ducha dirigió a su habitación para cambiarse pero al buscar la ropa que siempre solía ponerse después de bañarse arrugó el entrecejo al no encontrarla. Urgo en los cajones en el clóset y en su mochila del gimnasio. No había nada, No solo eso, faltaban aún más prendas de las que imagino.

— ¿Dónde diablos está mi ropa?... Faltan muchas cosas. —

Pensó con sospecha, nadie entraba a su casa más que Izuku, cayó en cuenta que tenía cierto sentido que Izuku pusiera tomar su ropa pero al menos le hubiese gustado que le avisará. Ahora tenía que dormir sin camisa.

A la mañana siguiente se levantó a la misma hora de siempre, sabía que no tenía clases hasta un par de horas después de la entrada normal. Era un gran beneficio que la escuela les daba a los jugadores después de cada partido ganado pero Izuku tenía horario normal así que no le importaba levantarse temprano y estar dos horas sin hacer nada con tal de ver a su novio y acompañarlo de camino a la escuela así que salió a esperarlo como acostumbraba, recargando afuera de su casa.

El Omega no tardó en llegar saludándolo con esa suave sonrisa que le encantaba.

— No importa... Quiero acompañarte a la escuela — Katsuki correspondió dándole un beso en la frente y rodeandolo del cuello para empezar a caminar.

Era una mañana algo fría y nublada como de costumbre en la temproada de lluvia que azotaba a la ciudad ese año. Hacia un viento ligero que dio pase al tema perfecto para que el alfa pudiera averiguar realmente que paso con su ropa.

—¿Hace frío no crees?, debí abrigarme mejor, pensaba usar una camisa más gruesa, la negra con naranja... Pero no la encontré... Quizá la dejé en la escuela... ¿Tú no la has visto? —

Cuestionó con la ceja en alto y mirando de reojo al Omega quien se puso tenso y no paso desapercibido para el alfa. Al escuchar su respuesta de que la prenda estaba en su casa el alfa elevó ligeramente la comisura derecha. Había dado en el clavo.

— ¿En serio?... Y no estará allí también... Mi chamarra del equipo... ¿O si?... —

Cuestiono con falsa curiosidad, la respuesta fue la misma. El alfa sonrió negando con la cabeza.

—... Mis pantalones de pijama, tampoco los encontré y quería lavarlos ayer... —

La respuesta fue la misma haciéndole aguantar las ganas de reírse. Ya era más que claro que el misterio de su ropa era ese... Izuku se había llevado casi toda su ropa a su casa a escondidas. Anteriormente eso le hubiera molestado pero por alguna razón ahora le parecía divertido y adorable. Había empezado a sentir su lado alfa más protector y cariñoso desde hacía un par de semanas atrás, sentía la necesidad de cuidarlo más y mimarlo.

— ¿Mis calzones sucios también están en tu casa?... —

Esa última pregunta fue la gota que derramó el vaso para el menor quien estalló diciendo que todo estaba en su habitación. La reacción avergonzada y tímida le hizo al alfa reír en sus adentros ya no era necesario seguir cuestionando el paradero de su ropa.

—Ya veo, entonces tendré más cuidado para no olvidar mi ropa en tu casa —

Respondió sin reclamarle nada a Izuku, no podía, no con esa tonta y linda cara roja como un tomate. Simplemente lo dejaría pasar, caminaron hasta el colegio con calma, disfrutando de esa mañana fresca y nublada. Al llegar no había muchos estudiantes aún comparado a otros días, frenaron cerca del edificio de Izuku.

—Sabes que si —

Indicó cuando Izuku le pregunto si se verían en el almuerzo, ya era su rutina diaria comer juntos.

—Nos vemos —

Respondió a la despedida correspondiendo al abrazo y el beso que solían darse, era tan natural entre ellos aunque le causaba gracia como las demás personas seguían sin creerlo a 2 meses de verlos juntos.

Separaron y el alfa suspiro observando a su lindo Omega alejarse en el pasillo para ir a su aula, el alfa tenía ahora dos horas libres hasta su primer clase, ¿Que podría hacer?.

Suspiro con algo de sueño y decidió irse al aula a dormir un rato.

El sonido de sus demás compañeros al llegar fue lo que le hizo despertar un par de horas después, Kirishima entró mirándolo de reojo. Aún no se dirigían la palabra, ambos eran tan orgullosos.

Las primeras clases pasaron aburridas como siempre, el alfa solo podía pensar en Izuku deseando que llegara la hora del almuerzo para verlo, era lo único bueno de ir a la escuela. Sin embargo cuando el receso llegó, su teléfono vibró mientras se dirija a la cafetería.

Al leer el mensaje arrugó el entrecejo, Izuku jamás había cancelado su almuerzo juntos. Por muy importante que fuese un asunto. Una sensación amarga y molesta lo invadio.

"¿Un percance?, ¿Que mierda es más importante ahora?... Detesto que no sea claro, me quedaré con la maldita incógnita hasta después de clases"

Pensó frustrado y suspirando, pensó en llamarlo o buscarlo, quería saber que rayos había pasado, pero no lo encontró. Acudío al aula del menor y ya no había nadie, fue al gimnasio y a los campos de entrenamiento y nada. Finalmente termino sentado en uno de los jardines con el rostro de pocos amigos. De pronto llegaron Tetsu, sero y Ojiro quienes lo rodearon.

—Hey Bakugo, ¿Por fin pudiste deshacerte de esa perra? —

Cuestionó Sero al suponer que el alfa había terminado con Izuku, siempre estaban juntos y esa mañana no fue así. El alfa lo fulminó con la mirada haciéndolo callar.

—Es mejor así, ya no tienes que soportar su horrible aroma... Ni sus asquerosos labios —

Burló Tetsu, Katsuki se puso de pie alertando a todos con el ahora que desprendia. De un momento a otro el alfa se sentia realmente molesto y frustrado. Cómo si algo más le hiciera sentir así. Era Izuku, o al menos eso quiso interpretar. El lazo le hacía sentir más las emociones ajenas como la conexión que era.

— Mueranse —

Les escupió a todos antes de alejarse con las manos en los bolsillos. Dejando a todos confusos por la reacción.

— ¿Cuál es su maldito problema?. Ya no le hemos hecho nada a ese Omega idiota como nos pidió, ¿Por qué sigue tan enojado con nosotros? —

Cuestionó Sero, no entendían de la actitud fría del alfa hacia ellos que antes eran muy unidos, siempre iban juntos de un lado a otro.

— Tal vez no sabe cómo quitarse de encima a ese maldito perdedor, después de todo ya pasaron dos meses —

Dijo Tetsutetsu con un semblante confuso.

—Quiza podríamos darle una mano, ¿Aún tienes la fotografía que te envió? —

Cuestionó Sero y el peliplata asintió.

— Tengo una idea, Si funciona, el idiota de Midoriya se alejará, le estaremos haciendo un enorme favor al capitán —

Mencionó con una risita maliciosa para después dirigirse a la sala de informática siendo seguido por los demás.

El resto del día paso con rapidez, Katsuki se sentía impaciente, deseaba que la maldita hora de salida llegará ya, necesitaba ver a Izuku, por algúna razón sentía esa necesidad más marcada ese día que otras veces. Quizá era por el mensaje que recibió. Tenía la duda de que era lo que había pasado como para no verse en el almuerzo.

Tras un par de horas, empezó a escuchar murmullos de todos en el aula, parecían revisar sus teléfonos y luego le miraban con sorpresa y hasta muecas extrañas. El alfa arrugó el entrecejo sin saber que pasaba y tampoco le importo, aunque pudo notar la mirada de Kirishima clavarse encima de él desde su lugar con un rostro ensombrecido.

"¿Que diablos pasa con esa jodida expresión?"

Pensó desviando el rostro hacía la ventana y suspiro cansado. Cuando finalmente llegó la hora de salida el alfa fue el primero en tomar sus cosas y salir del aula, sin embargo apenas dio un par de pasos en el pasillo sintió el jalón de alguien a su brazo. Al girarse noto que se trataba de Eijirou.

—Pero que... Sueltame pelos de mierda ¿Que haces? —

Forcejeo el alfa logrando safarce del agarré del pelirrojo que lo había llevado a una zona despejada en el pasillo, Kirishima tenia un rostro lleno de pánico.

— ¿Y esa cara?... ¿Que diablos te pasa?. —

Le preguntó el rubio y su primo sin decir nada solo sacó su teléfono para mostrarle la pantalla. En ella se podía ver la página oficial de la escuela, su más reciente post, una imagen que reconoció de inmediato junto a un título que lo dejo completamente perplejo. El rubio perdió todo el color en su rostro y una tremenda sensación de pánico inundó su pecho.

—Esa foto... No puede ser... ¡¡¿Por qué carajo está en la página de la escuela?!! —

Una sensación agobiante lo domino, miró a su alrededor y todos parecían ver sus teléfonos. El pánico llegó queriendo ir y arrebatarle el teléfono a todos. El alfa no entendía por qué diablos la foto estaba en la página escolar. ¿Que no se suponía que había personas a cargo de dicha página?, ninguno de los jugadores de americano tenía contacto con administración.. entonces, ¿Cómo rayos había llegado la fotografía allí? Necesitaba explicaciones.

—Tengo que ir con Deku y explicarle... Joder esto es malo... ¡¡Es jodidamente malo!!! —

Se llevó la mano a la frente haciendo su cabello hacia atrás con ansiedad, y empezó a lanzar golpes a los casilleros completamente furioso y estresado, Kirishima se acercó tratando de calmarlo pero era en vano, Katsuki sabía que si el menor veía ese post todo se iría a la mierda. Lamentablemente el post se había hecho viral en segundos y otros usuarios ya habían descargado la foto y subido a otras plataformas con títulos como "Katsuki el semental". "La puta del mariscal es izuku Midoriya de la clase 1A".

Katsuki sintió que la sangre le hervía. Quería matar a Todo aquel que se atreviera a mirarlo en ese momento.. Pero más le preocupó la reacción que tendría el pecoso al ver el post.

— Yo tampoco entiendo que hace la foto allí, debió ser Tetsuo o alguien del equipo... Pero ¿Por qué lo hicieron? —

—¡¡No me importa por qué lo hicieron... Voy a matar al responsable!! —

—¡Calmate!... Mejor busca a Midoriya. Piensa bien lo que le diras, será mejor que le confieses la verdad, Te lo advertí hace tiempo —

Le dijo el pelirrojo y el rubio suspiro con un rostro afligido, saco el teléfono y marco al número del pecoso pero la llamada no entraba, parecía estár ocupado o apagado.

—Mierda... ¿Y si ya lo vio? —

—Tranquilo... Es día de prácticas quizá ya está en el campo... Vamos —

Le dijo el pelirrojo y ambos Se dirigieron a ese lugar, Katsuki comenzó a correr apresurado para llegar rápido pero también buscaba con la mirada al Omega por si acaso, sentía una opresión en su pecho. Una que jamás había sentido... Era quizá la primera vez que sentía miedo. Miedo a que el pecoso lo odiará, se molestará y se alejara.

En el camino miro de lejos a algunos de los amigos del menor quienes lo vieron con rostros llenos de odio. Quizá ya era tarde. Habían visto el post y seguramente Izuku también.

Al llegar a los campos, los animadores apenas llegaban, no veía a Izuku por ningún lado y al desviar la vista a los vestidores noto al grupo de idiotas entrando, furioso apretó los puños y gruño llendo en dirección hacia ellos. Al entrar abrió las puertas de una fuerte patada que hizo sobresaltar a todos.

— El capitán llegó.. y parece estar enojado.—

Bromeo Tetsu mientras se quitaba la camisa pero pronto un fuerte golpe lo empujó contra el casillero haciendo que todos se quedarán perplejos. Kirishima lo detuvo de los brazos antes de que siguiera golpeándolo.

— ¡¿QUIEN CARAJO FUE?! —

Grito el alfa con su voz de mando haciendo sentir nerviosos a todos allí.

— ¿D-De que hablas?... — Cuestionó Sero con una gota de sudor bajando por su frente. Katsuki lo fulminó con la mirada.

—Saben bien de que hablo... La maldita fotografía, ¡¡¿Por qué mierda está en la página de la escuela?!! —

Grito Katsuki colérico, los demás se miraron unos a otros con algo de nervios.

—Solo ustedes la vieron, en el grupo del equipo de football... ¿Quién la filtro? — Secundo Kirishima.

— ¿Y por qué tanto alboroto?... Fuimos todos.. solo queríamos ayudarte Bakugo... La apuesta termino hace tiempo y aún sigues saliendo con él... Pensamos que tal vez no sabías como quitartelo de encima y solo queríamos ayudar —

Confeso Sero, siendo secundado por los demás, diciéndole al rubio como es que se habían filtrado a la sala de informática y posteado la imagen desde la computadora de una de las administradoras que fue distraída por uno de los jugadores, también le recordaron las cosas que dijo alguna vez, aquellas que pensaba al principio de todo, cuando aún no se enamoraba de Izuku y solo deseaba hacerle la vida un martirio. El alfa negó con la cabeza y bajo la mirada, sabía que el había dicho esas cosas pero también tenía la culpa por no haber sido claro con nadie de ellos respecto a lo que ahora sentía. Todo era simplemente consecuencia de sus propios actos y errores.

— Aún así, ustedes no debieron hacer eso, van a meter en problemas a esa mujer, a Bakugo y a Izuku... ¡no saben medir lo que hacen idiotas! —

Recriminó Kirishima, pero a los chicos parecía no importarle.

—¿Fue asqueroso cierto? Hacerlo con un idiota como Midoriya. Seguro mi abuela lo haría mejor —

Dijo Tetsuo con una sonrisa maliciosa.

—¿De verdad era virgen? Que pedazo de idiota.. ¿Como soportaste hacerlo con ese perdedor? —

Preguntó Sero.

— Seguro que tuvo que hacerlo con la luz apagada o seguro vomitaria — Se atrevió a decir Ojiro haciendo reír a los gorilones quienes no paraban de burlarse y decirle al rubio que ya le habían enviado el dinero, demostrando que habia ganado. Ese último comentario fue la gota que derramó el vaso para Katsuki quien iba a ir directamente a romperle la cara a Ojiro, cuando noto que todos desviaron la vista a las espaldas del rubio y Tetsuo señalo con la mirada.

—Hablando del rey de Roma... Ahí viene ese perdedor, ¿insiste aún después de ver el post? —

— Miren quien vino... Es la zorra del capitán... ¿Buscas un poco de sexo cariño? —

Bromeó uno de los chicos y todos se burlaron. Siguiéndole la corriente. Kirishima sorprendió por la presencia del Omega allí y solo murmuró un apenas audible "Oh no".

Katsuki quedó helado al percibir el aroma de Izuku detrás suyo, efectivamente él estaba allí, a sus espaldas, cuando escucho su voz preguntando si lo había marcado por una apuesta, sintió que el mundo se le pauso por un segundo.

Se giró despacio con los ojos bien abiertos en horror y enfoco en Izuku. Allí estaba parado con un rostro completamente roto y decepcionado que le calo en el alma. El alfa no podía respirar... ¿Que tanto había escuchado?.

— Deku.... —

Su voz apenas se escuchó, podía notar en la mirada ajena algo que le hizo doler el pecho como mil puñaladas.

—No.. Deku yo... —

Murmuró con el corazón en la garganta cuando el Omega le cuestionó si aún lo detestaba como para llegar a ese límite. Definitivamente había escuchado gran parte de las burlas, lo estaba malinterpretando todo. Katsuki dio un par de pasos tratando de acercarse pero el menor retrocedió.

— Déjame explicarte... Deku escúchame..—

Pidió pero el Omega parecía ignorarlo, estaba en shock mencionandole aquellas palabras dichas en el ferry, que no fuera duro con sus sentimientos. Para ese entonces el alfa ya estaba seguro de estar enamorado de él, Izuku estaba malinterpretando todo. Tenía que explicarle.

"Te entregué todo de mi... Mi amor, mi admiración, mi cuerpo... Llegué a engañar a personas tan cercanas que solo quieren lo mejor para mi, me aparté de cualquiera que me advirtió de ti... Y tú..."

El alfa sentía que su corazón latía con tanta rapidez, la ansiedad, el miedo y el estrés se juntaron, sentía náuseas.

—No... Lo del ferry... yo, no mentía —

Susurro con dolor, no tenía palabras para responder a eso, todo estaba retorciéndose de forma macabra ante sus ojos, podía sentir el dolor de Izuku también junto al suyo volviéndose una sensación casi insoportable, asfixiante.

"Dije que haría lo posible para cosechar tu felicidad... Si unos cuantos yenes, vengarte de nuestro pasado, o haberme marcado sin dejarme alternativas lo cosecharon... entonces pude cumplirlo"

Las palabras de Izuku perforaron con dolor su pecho, todo el tiempo había tenido tanto miedo de que algo así ocurriera, que Izuku saliera lastimado por haberle ocultado lo de la apuesta, el alfa pensaba que lo tenía todo bajo control, que nada pasaría, que esa apuesta no saldría a la luz, que ingenuo había sido, la culpa que lo inundaba ahora era colosal junto a la sensación agobiante de sentir como Izuku poco a poco cambio su semblante hacia el. Sus ojos siempre llenos de brillo y cariño, le miraban por primera vez con odio y decepción congelando su alma.

— Izuku... Escúchame —

Rogó con la voz temblorosa a esos ojos húmedos que estaban a punto de llorar sin embargo el Omega se dio media vuelta para salir de allí. Katsuki sentía que lo estaba perdiendo todo, que lo más importante de su vida iba rumbo a la salida, no podía dejarlo ir, tenía que hablar con él.

No lo pensó dos veces y corrió tras el menor logrando detenerlo en la entrada. No le importaba como es que los demás lo veían, lo que dirian, solo le importaba explicarle las cosas a Izuku.

—¡Espera, por favor Izuku, déjame explicarte, tengo que aclararte las cosas! ¡todo esto no es lo que tú crees! —

Pidió el rubio con la amarga sensación de rechazo al sentir el forcejeo, el menor no quería verlo ni escucharlo, pero el rubio no lo dejaría ir sin antes explicarle. El llanto ajeno le hacía sentirse ansioso con su lado alfa luchando por consolarlo aún en una situación tan crítica.

—¡Basta tienes que oírme, maldita sea, te amo y eso no es mentira! ¡Por un carajo solo escúchame! —

Le dijo desesperado justo antes de recibir una advertencia junto a una fuerte bofetada que hizo eco en todo el lugar. El agarre finalizó y el rostro de Katsuki quedó de lado con la mejilla enrojecida por el ardor del golpe y un zumbido en el oído, se quedó completamente paralizado ante esa acción llevándose apenas la mano a tantear el área herida.

"No vuelvas a dirigirme la palabra jamás"

Katsuki había recibido decenas, cientos de golpes que incluso lo habían hecho sangrar, pero ninguno había dolido tanto como esa bofetada. Despacio giró su rostro nuevamente con los ojos bien abiertos y un gesto angustiado, ardían, empezaban a sentirse húmedos mientras observaba a Izuku quitarse el anillo que una noche antes le dio junto a la promesa de un futuro juntos.

"Desaparece de mi vista"

El anillo fue arrojado con odio contra su pecho, la pequeña joya rebotó y cayó al piso, parpadeó apenas mirando el anillo en el suelo y percibió al menor huir. El alfa se sentía abrumado al escuchar las palabras de Izuku. Se dio cuenta de que había causado un daño profundo y que no podía simplemente "arreglarlo" con un lo siento. Se sentía tan arrepentido por su comportamiento, por no haber hecho las cosas como eran debidas, por simplemente no haberle dicho la verdad antes de que las cosas escalaran así.

Rápido recogió el anillo y corrió tras el Omega, logró alcanzarlo en medio del campo de fútbol a la vista de todos los porristas, los jugadores y más estudiantes que se acercaron curiosos a ver el escándalo.

—¡Deku! —

Le gritó tomándolo del hombro, apenas y pudo acercarse al menor pues Ochako inmediatamente se acercó y se interpuso, quitándole la mano de encima, insultandolo y diciéndole que no lo tocara, eso lo termino de alterar.

— ¡Muévete si no quieres que te rompa la cara! —

Le gritó a la chica tomándola del brazo y haciéndola a un lado con facilidad.

—¡Yo no subí esa foto! ¡Deku mírame! —

Le dijo al pecoso, nunca lo había visto llorar tan amargamente, le dolía verlo así. Quería abrazarlo, besarlo, rogarle por su perdón. Había un semblante en el menor que le hizo sentir temeroso.

Quiso acercarse a él para tomarle el rostro y hacer que le mirara pero entonces las burlas comenzaron por parte de los que estaban ahí en ese momento diciendo que Izuku era "un Omega interesado", o que él era un maldito por exponerlo así en una red social.

Los insultos y palabras que decían de sus bocas hicieron que el rubio gruñera y frenara su acercamiento al menor para ahora dirigirse a ellos. Con los ojos bien afilados y un aura casi diabólica se acercó al pobre diablo que había dicho tal cosa de Izuku.

— ¿Que dijiste? Vuelve a repetirlo pedazo de mierda. —

El chico se encogió en su lugar pero el rubio ni espero por una respuesta lanzó un golpe al estomago del chico quien solo jadeo y cayó al piso. Quizá tenían razón con todo lo que decían de él, que sólo se acostaba con prostitutas, que uso al menor para su antojo. Todo lo que dijeran sobre él podía ignorarlo pero estaban insultando al Izuku también.

—No me importa lo que digan de mi, pero cuidado con lo que digan de él —

El rubio debía dejar en claro que todo el problema había sido suyo y no del nerd. Se giró para ver al Omega de nuevo pero apenas pudo dar un par de pasos cuando este salió corriendo haciéndose paso entre la multitud una vez más.

—¡Izuku!

Le grito queriendo seguirlo pero la castaña volvió a interponerse y además de ello Shoto llegó, y al igual que ella también se interpuso.

— Déjalo en paz, ¿Quieres empeorar las cosas? Midoriya ya tuvo suficiente de tu asquerosa actitud.—

Le dijo la castaña y el bicolor se puso tras de ella.

—Lo sabía desde un principio, alguien como tú solo jugaría con los sentimientos de Midoriya... Traté de advertirle y aun así lo obligaste a alejarse de sus amigos. Eres egoísta, orgulloso, mentiroso... Un asco de persona... ¡Aléjate de todos nosotros y en especial de él! —

Le gritó el bicolor con una mirada tan fría como el hielo. El rubio chasqueó la lengua. No podía reprochar nada. Eran sus verdades y aceptaba que era una persona echada a perder. Siempre lo había visto de esa forma y era precisamente eso lo que le hacía ser como era, sin embargo había cosas que nadie sabía ni entendería, suspiró y miró a ambos con algo de furia.

— Ustedes... No saben nada de lo que ha pasado entre nosotros. Voy a hablar con él y no me lo van a impedir. —

Advirtió y empujó a la castaña para que el bicolor la atrapara y entonces corrió hacia el rumbo donde vio que se había ido el menor. Sin embargo ya no había señales de él por ninguna parte.

Comenzó a buscarlo por todos lados, ni siquiera le importó faltar al entrenamiento. En la cafetería, la biblioteca, los laboratorios, los jardines, las canchas, las duchas, lo buscó sin parar, sin lograr verlo. Llamó decenas de veces a su teléfono sin obtener una respuesta.

"Respondeme, ¡¿En dónde estás?! ¡Necesitamos hablar!"

Mensajes de texto uno tras otro. Fue entonces que el subdirector y el entrenador del equipo lo encontraron bajo el árbol donde siempre se veía con Deku al salir.

— Joven Bakugo, venga con nosotros —

Le dijo el director y el rubio bufó cansado, sabía que solo significaba más problemas. No tuvo otra opción más que ir con ellos y por la mirada molesta del entrenador supo que sólo sería para reportarlo, seguramente era relacionado al maldito post.

Caminó hasta la dirección mirando a todos lados en el camino buscando al Omega y al entrar logró ver a Tetsuo y Sero sentados frente al escritorio con un semblante preocupado.

—Ustedes... ¡Los voy a matar aquí mismo imbeciles! —

El rubio se lanzó sobre el albino y entre el director y el entrenador tuvieron que detenerlo para que no siguiera golpeando al albino quien comenzó a sangrar de un solo golpe en su pómulo.

—¡Basta Bakugo, este comportamiento es inaceptable, Siéntese y ya no hable! —

Ordenó el director y el rubio fue sentado a la fuerza, agitado y realmente frustrado.

— Cómo ya sabran... Están aquí por el "famoso" post que se hizo viral esta mañana. La reputación de nuestra escuela es de las mejores, después de ese incidente hemos recibido llamadas de padres de familia que desean retirar a sus hijos de nuestra institución por pensar que fomentamos ese tipo de cosas —

— Lo hicimos nosotros, el capitán no tuvo nada que ver —

Defendió Tetsuo con nervios en su voz, el director negó con la cabeza.

—Si pero el de la foto es él, ¿Por qué comparte fotos íntimas con su pareja de esa forma?... ¿Fue con el consentimiento del chico en la foto?, si no es así tendría severas consecuencias joven Bakugo, ya que usted es mayor de edad podria incluso enfrentar cargos legales... —

Dijo el entrenador, el alfa tragó saliva, nunca pensó en todas las consecuencias, lo único que quería era que los dejaran en paz, poder estar tranquilo con Izuku. ¿Por qué cada vez que era feliz, el destino se lo arrebataba?

— El post ya fue eliminado... Pero lo que realmente me preocupa son los rumores que se han esparcido, ¿Realmente hicieron una apuesta ridícula en la cual se vería involucrada la integridad de otro de nuestros estudiantes, joven Bakugo... ¿Se acostó con el joven de la foto a base de engaño?.¿Tiene la idea de la gravedad de esa situación?. —

Aseveró el subdirector, Katsuki suspiro, debía enfrentar finamente las consecuencias de haber sido un completo idiota al creer que nada pasaría.

—La apuesta fue real... Pero él y yo sí estamos saliendo, es mi Omega... La marca en su cuello lo demuestra, lo lleve a la cama sin engaño —

Explicó el rubio sorprendiendo a Tetsuo y Sero de saber que en realidad estaban saliendo y su relación si era real. El subdirector suspiro y negó.

—Los tres tendran un reporte y una carta en su expediente. Tetsuo, Sero ustedes serán suspendidos una semana ya que fueron los que subieron la imagen. Usted bakugo solo se llevará la advertencia está vez, otro reporte más y será expulsado. El post fue eliminado e hicimos un comunicado donde expresamos que cualquiera que hable del tema o resuba la foto será reportado. Hemos buscado al joven Midoriya pero no lo encontramos. Por su bien espero que el no desee hacer alguna demanda —

Sentenció el subdirector. Era un castigo muy suave según el ojirubi. Los tres salieron de la dirección con un semblante serio.

— No sabíamos que realmente estabas saliendo con ese idio... Quiero decir, con Midoriya, pensamos que era parte de tu fachada para la apuesta... lo sentimos—

Murmuró Sero sin ver a los ojos al alfa quien chasqueo la lengua y se fue sin decir nada. Las cosas ya estaban hechas y no servía de nada llorar sobre leche derramada. Debía buscar la solución al problema. Hablar con Izuku.

La escuela estaba ya casi vacía y mientras caminaba miraba tratando de ver al menor pero pensó que probablemente ya se había ido reviso su teléfono para ver si tenía algún mensaje pero no había nada solo un par de llamadas de Kirishima que no se molestó en devolver.

Estaba casi seguro que en la escuela no estaba, así que quiso pensar que se encontraba en su casa así que se apresuró a llegar. Estaba empezando a nublarse, el cielo anunciaba que una fuerte tormenta estaba por llegar.

Al llegar a casa corrió directo a la puerta de la casa del menor y empezó a tocar con desesperación.

— ¡Deku! ¡He estado buscándote por todos lados! ¡No contestas mis llamadas! ¡Estoy preocupado! — su voz sonaba tan fuerte que varios vecinos asomaron. —¡Por favor! ¡Hablemos! ¡No puedo vivir sin mi Omega! ¡Mi vida no tiene sentido sin ti!

¡Por favor, Deku! ¡Abre la puerta! —

Por más que insistía no había respuesta.

— No puedo dejar las cosas así entre nosotros. Necesito saber que podemos arreglar las cosas. ¡Por favor, Deku! ¡Hablemos! —

Se sentía abatido, con los ojos ardiendo y la cara mojada por la lluvia, de pronto la puerta se abrió y el alfa levanto el rostro con esperanza pero se desvanecio al notar que era Inko quien atendia.

— ¿Que ocurre Bakugo-kun? ¿Por qué tanto alboroto? —

Cuestionó la mujer confundida y al ver el rostro del alfa empezó a ponerse nerviosa.

— Señora Inko... por favor... quiero ver a Deku... necesito hablar con él —

Rogó el rubio pero la mujer parpadeo confusa y nego.

— ¿Eh?.. Izuku aún no ha llegado, pensé que estaba contigo, ¿Que está pasando? ¿Dónde está mi hijo? ¿Se pelearon? —

La mujer empezó a ponerse nerviosa, tras los ataques de los Yakuza ella solo tenía un peor escenario en la cabeza si su hijo no llegaba a casa, lo que más le preocupaba era que Katsuki tampoco sabía dónde estaba. Su hijo no era así, el jamás escaparía sin dar señales. El alfa suspiró frustrado.

—Voy a buscarlo, si vuelve dígale que lo siento mucho... Que no sabe cuánto lo siento y que... Lo amo con todo mi corazón... —

Pidió el rubio con voz tremula e Inko asintió con firmeza pidiéndole que porfavor lo encontrará, sin embargo pese al esfuerzo de Katsuki, Izuku no apareció por ninguna parte. Ya había caído la noche cuando el alfa regresaba del parque infantil donde solían verse, era la última opción que le quedaba, no había señales del Omega y eso lo tenía realmente alterado y tenso. Sobretodo el lazo haciéndole sentir la desesperación y dolor de Izuku en donde quiera que estaba sabía que estaba sufriendo.

—¡¡MALDITA SEA!! —

Pateó con furia uno de los juegos viejos del parque y se tumbó al suelo llevándose las manos a la cabeza con estrés.

— Lo arruine todo, debí decirle la verdad antes... Soy un maldito cobarde. Mierda, ¿Que he hecho? ¡Lo he estropeado todo! ¡Lo he perdido! ¡Mi omega... Mi Deku —

Se culpo acidamente mientras veía el anillo en su mano recordando que en el bolsillo del pantalón llevaba el de Izuku. Tenía la esperanza de que aún podían solucionar todo ese problema, después de todo eran una pareja con un lado de marca, iba a ser muy difícil que pudieran separarse o estar lejos el uno del otro por mucho tiempo. O al menos eso es lo que el rubio creía.

Sin más que hacer volvio a casa y estuvo en vela toda la noche, esperando por alguna señal o noticia del menor, Inko no fue la excepción, podía ver la luz de la sala encendida desde la ventana de su sala también, ambos esperaron despiertos casi toda la noche, Inko en la sala de su casa y el alfa decidio salir a sentarse al pórtico de la casa, trató de mantenerse despierto hasta el amanecer, hasta que sus ojos pesaron tanto que le fue imposible no quedarse dormido en las escaleras de la entrada recargando la cabeza contra la madera y apenas cubriéndose de la lluvia con el techo.

Cuando abrió sus ojos fue debido al ruido de un auto que cerró sus puertas, era el vecino que ya estaba yendo a trabajar, miro a la casa del Omega pero parecía no haber señales de él. Volvió a tocar la puerta pero Inko atendió con ojeras en sus ojos, era evidente lo preocupada que estaba.

— ¿No has sabido nada de él? Esto es muy inusual, ¿y si algo le pasó? ¡Llamaré a la policía! —

Grito Inko completamente tensa y alterada, el alfa la tomo de los hombros y la hizo verlo a los ojos.

—Tranquila, él esta bien... Aparecerá pronto... Iré a buscarlo de nuevo a la escuela —

Aseguro el alfa, él sabía que nada malo había ocurrido o de lo contrario lo hubiese sentido por el lazo que lo unía con Izuku, solo podía sentir lo triste y adolorido mentalmente que estaba. Más no algo peor por ello también estaba "tranquilo" por una parte.

— ¡¿Y como sabes eso?! ¿Y si esa gente mala lo volvió a secuestrar? No responde su teléfono... Ni siquiera entran las llamadas, ¡no puedo estar tranquila! —

La mujer lloriqueo nerviosa pero Katsuki solo pudo suspirar dándole un par de palmadas, no le podía decir la verdad, que lo había marcado y estaban enlazados. Solamente saco de su bolsillo el anillo de promesa de Izuku y se lo entrego en las manos a la mujer.

— Lo traeré de vuelta, lo prometo, todo esto es culpa mía... Pero sé que todo estará bien, si regresa antes... por favor dele esto, y dígale que lo amo. —

Explicó el rubio sin dar mucho detalle, logrando relajar al menos un poco a la mujer. Poco después el alfa solamente se cambió de ropa y corrió a la escuela. Una vez allí empezó a preguntar a cualquiera que pasaba por su lado si había visto al Omega, maestros, vigilantes, intendentes, ninguno le daba alguna respuesta afirmativa. Lo busco por todas las aulas, todos los edificios, los campos, los talleres, y el gimnasio, nada.

Cansado pero aún sin darse por vencido, decidió sentarse un momento bajo el árbol donde siempre esperaba al menor con la esperanza de verlo si es que salía del lugar o si es que llegaba, igualmente esperaba por ver llegar a sus amigos y compañeros de clase con la idea de que tal vez alguno sabría algo de él.

Poco a poco los estudiantes empezaron a llegar, noto un auto negro de lujo estacionar en la entrada y miro a Shoto bajar de él, claro era un chico adinerado, no le sorprendió, pero lo que lo tomó por sorpresa fue ver a Izuku bajar también del mismo auto.

Su rostro se deformó en una mueca de molestia al ver al otro alfa. No importaba si Izuku no quería verlo, seguían teniendo el enlace y estaban unidos, por lo tanto el rubio no toleraba la cercania de otros alfas con su omega.

—¡Deku! —

Se acercó a ellos y tomó a Izuku del brazo apartandolo del bicolor.

—¡¿Que mierda haces con el?! Estuve preocupado toda la maldita noche, te he buscado hasta el cansancio, y tú ¡¿estabas con ese idiota!? —

Le reclamó, entonces el bicolor llegó contra el y lo empujó tirándolo al suelo.

— ¡¡No tienes derecho de decirle eso!! Midoriya no quiere verte. ¡Eres un maldito enfermo! —

Le grito el bicolor y el rubio sintió como si una mecha se encendiera. Una mecha que haría explotar a la dinamita. Sin decir nada lanzó un golpe a la cara del bicolor pero este alcanzó a cubrirse con el antebrazo.

— ¡Ya le hiciste suficiente daño! Alejate de él —

Le grito Shoto y el rubio solo gruñó más lanzando una patada al bicolor para quitárselo de encima y se levantó para acercarse de nuevo al menor.

Shoto desde su lugar miró en los ojos del peliverde el peor dolor reflejado nunca antes visto. Quería alejar a Bakugo de ahí, pero sabía que quizá necesitaban hablar, aún pese a todo lo que había ocurrido, Shoto sabía que el menor probablemente aún estaba confundido y dolido. Se levantó sin apartar la vista de esos tristes ojos verdes.

—Midoriya, no soporto a este imbécil que se hizo llamar tu alfa y te engaño... Date cuenta de que él no es alguien bueno para ti... Él no te merece y todos te lo advertimos, que te lastimaría ¿Vas a escucharlo? —

Le dijo casi en un ruego para hacerlo reaccionar, el bicolor odiaba ver al pecoso tan roto, ya no lo soportaba.

—Por favor... Por tu propio bien alejate de él. No aguanto verte así. —

Le dijo el bicolor y Katsuki le miró con un claro odio en su rostro.

—¡Callate, no te metas! ¡Esto es algo entre él y yo! ¡Largo déjanos solos! —

Shoto negó, miró a Izuku y tragó saliva, sabía bien que ambos aún tenían cierta relación que debían hablar. Retrocedió solo un par de pasos más no se fue, solamente les dio espacio. No se iría y menos ahora que Izuku necesitaba de su ayuda. Katsuki por su parte gruñó y volvió hacia Izuku. Lo miró también a los ojos y suspiró acercándose un poco de forma lenta.

—Izuku... Yo no subi esa foto... La apuesta fue real solo al inicio. Lo admito, te mentí para ganar dinero... —

Le confesó con la mirada en el suelo, era la primera vez que Katsuki Bakugo hacia una mueca de completo arrepentimiento, vergüenza y dolor. Sus cejas estaban ligeramente fruncidas junto a unos ojos que rogaban por perdón.

— Al principio... No me importaba nada ni nadie y quería vengarme por nuestro pasado... Se que fue algo completamente estupido y que te heri...Pero por favor escuchame... Luego cambió y después del ferry todo fue completamente real... ¡yo te amo! Te marqué y te amo como mi Omega, tienes que creerme...—

Le dijo con algo de esfuerzo por primera vez en su vida estaba diciendo lo que sentía sin nada de por medio, desnudando su alma. Miró al pecoso pero este parecía verlo con un rostro que jamás le había hecho. Una mueca de desconfianza y temor, eso quizá le había calado aún más que las palabras del bicolor.

—¡No le creas Midoriya no sabemos si esta mintiendo de nuevo! ¡No confíes en él! —

Gritó Shoto con los puños apretados, intentaba no meterse en esa conversación pero no podía escuchar esas palabras hipócritas del rubio y creerle, no después de lo que había pasado y no deseaba que Izuku volviese a caer en sus garras. Katsuki gruñó y negó, se veía preocupado y parecía que estaba a punto de explotar.

—¡No estoy mintiendo. Lo que digo es cierto!, Si.. envié la foto a los idiotas pero era por qué estaban exigiendo que enviara alguna evidencia, si no lo hacía ellos iban a decirte la verdad y molestarte... yo.. ¡yo entré en pánico y no quería perderte! Por eso fui un imbecil y la envie... fue un error y lo lamento—

Tomó una pausa para respirar se sentía nervioso y tenso, sobre todo porque Shoto seguía insistiendo en que todo lo que decía eran mentiras e Izuku continuaba mirándolo con el mismo gesto horrible, como si fuera un completo desconocido.

—¡Di algo maldita sea! Debes creerme, no estoy mintiendo. Te amo... SOY EL ÚNICO QUE PUEDE PROTEGERTE! ¡NO ME RECHACES! ¡YO SOY KACCHAN, TU ALFA! —

Tomó al menor con desesperación de una mejilla para que lo mirara completamente. Ya no podía soportarlo más.

— No puedo perderte, eres el único que puede entenderme, el único que conoce mi verdadero yo. No me dejes... ¡No puedo vivir sin ti! —

Se golpeó el pecho con los puños, como si tratara de sacar el dolor de su corazón

— No puedo expresar cuánto lo siento. Fui un idiota y me equivoqué. Pero te amo y no puedo perderte. Por favor, dame otra oportunidad. Haré cualquier cosa para recuperar tu confianza... Dame una oportunidad para demostrarte que puedo cambiar. ¡Por favor! —

Pidió en una súplica lastimera. El alfa sabía que no era una buena persona. Tenía vicios, malos hábitos, una actitud nada amigable, era un completo idiota y nunca se preocupó por cambiar ni un poco hasta los últimos días, apenas estaba comenzando a tratar de ser una mejor persona por Izuku, pero ahora que el menor le miraba con rechazo no sabía que hacer.

La compañía del Omega, su sonrisa y su calidez. Era algo a lo que se estaba acostumbrando, tomar su mano y caminar de regreso a casa. Oír su voz diciéndole "Kacchan". En ese momento se dio cuenta que no quería perder nada de eso, tampoco quería que fuera el fin de su relación además estaba en lazo de por medio.

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Varias veces recibió en su vida un trato muy grotesco por el hecho de tratarse de esos pocos omega varones que permanecían en la sociedad. Las palabras despectivas de ser innecesarios, ya que la mayoría preferiría a las mujeres omega por el hecho de encontrarse más atractivas y perfectas para dar a luz a sus hijos.

Los omegas son débiles, necesitados y molestos con sus periodos de celo. Eran las quejas que solía escuchar, por lo que siempre estuvo en el margen discreto ocultando su género. Los parches supresores siempre fueron ideales a eso, aminoraban su aroma y dificilmente lo detectarían.

Ahora todos sabían su verdad, no solo eso, también que fue marcado con una mordida y el morbo de la imagen que desataba los susurros y risas de saber de la vida sexual de Izuku.

Se supone que debía tener a su alfa para ayudarlo, consolarlo y hacerlo sentir seguro, sin embargo, fue el mismo alfa quien armó todo. Esa humillación pública, ya no tenía ningún lugar seguro Izuku.

La amarga y agónica sensación de ser traicionado era un enorme peso que llevaba en su espalda. Un extraño dolor en general le adormecía el cuerpo, pero quería salir de ahí, escapar lo que más pudiera de ese humillante entorno.

Al salir de los vestidores caminó hasta acelerar el paso y dirigirse hacia las canchas. El equipo de animadoras seguía en el lugar hablando del tema, no obstante, al ver que Izuku volvía siendo un mar de lágrimas silenciaron preocupadas, no sabían que decirle.

Izuku alzó la vista dirigiendo con malestar a todas esas caras, muchas de ellas le habían advertido, sobretodo la capitana, quien tuvo la iniciativa en acercarse a él buscando consolarlo.

El llamado desde su espalda con ese apodo y la voz del alfa que le siguió, le provocó un espasmo asustado. Encogido sin querer darle la cara solo sintió el peso de la mano tocarle el hombro para girarlo, pero inmediato Ochako interceptó arrebatando el agarre y obstruyendo el paso del rubio.

—Ya hiciste suficiente con él. Ya déjalo en paz.

Farfulló con un tono agravado y severo bloqueando el paso de Katsuki. Izuku por su parte seguía dándole la espalda y mirando el suelo, tratando de disminuir sus gimoteos lamentables.

Además de la escuadra de animadoras, cerca había otros estudiantes en las gradas mirando lo sucedido, los comentarios burlescos se dieron lugar, tanto para Izuku aclamandolo como un omega interesado o Katsuki por ser un maldito cruel por filtrar esa foto.

Se llevó una mano al rostro tratando de quitar las lágrimas, pero no paraban de salir. Los comentarios continuaban acercandose más y más con ellos, ya no pudo más y solo avanzó entre la multitud para salir de ahí.

Escuchar a Katsuki llamarlo una y otra vez con 'Deku' solo le provocó taparse las orejas intentando no oirlo más, era sumamente doloroso.

Fue hacia unos de los sanitarios, se puso frente a los lavados para mojarse la cara, traía los ojos sumamente irritados y rojos por su lamento, el agua fría era un alivio temporal. Al secarse el rostro se miró al espejo con ese deplorable aspecto, analizando cada parte de su cara donde recordaba besos, el movimiento de una palma removiendo su cabello juguetonamente o hasta espóradicas mordidas a sus mejillas.

"Así que... todo fue mentira"

Irguió el cuerpo con las manos en el borde del lavado, en ese momento su cuello se visualizó. Ladeó un poco la cabeza notando el inicio de la marca que llevaba en la nuca. Sintió una punzada tormentosa en el pecho.

"No puedo creer que llegó tan lejos como para marcarme como su omega y hacer todo eso..."

Las palabras amorosas que Katsuki raramente le decía, fueron contadas las ocasiones recapitularon en su cabeza afligido de solo imaginar que todo fue una buena actuación.

"Debió ser asqueroso hacerlo con un omega varón, pero demostraste que puedes enamorar a cualquiera"

Recordó una de las frases que oyó del equipo en los vestidores, un escalofrío le recorrió la espalda y se abrazó a sí mismo apretando sus dedos en sus propios brazos.

—Soy un idiota... Caí completamente en su trampa.

Las palabras que sus amigos le dijeron todo el tiempo, que no era normal que alguien que te hostigaba cambiara su comportamiento así, incluso comenzar a salir. Su relación nunca tuvo una naturaleza adecuada. Izuku siempre les reprochó que no hablaran mal de él, incluso alejó de ellos por no aceptar a su alfa.

—Un completo idiota.

Permaneció meditabundo mirando su reflejo solo maldiciendose por lo ingenuo de fue y que tan grave había sido el rencor que tuvo el alfa como para hacer todo eso.
La puerta principal del baño abrió y un estudiante adentró percibiendo a Izuku ahí, se le quedó mirando hasta reconocerlo.

—Oye... tú eres el de la foto en la página de la escuela, ¿no?

Mencionó con un tono juguetón y morboso dispuesto a sacar su teléfono del bolsillo e indagar la imagen. Izuku no respondió, meramente salió con prisa del baño con la cabeza cabizbaja. ¿Iba a ser todo el tiempo así? La gente se acercaría a burlarse, preguntar detalles o por su marca, no iba a soportarlo.

Lo mejor sería irse de la escuela, quería desvanecerse, desaparecer de todos. Iba con las manos vacías, ni siquiera tomó sus cosas de las canchas.

Si iba a casa se encontraría con su madre, no quería darle explicaciones aun. Realmente quería estar solo, ironicamente el único que podía consolarlo era la misma persona que lo lastimó, era tan contradictorio lo que sus instintos querían hacer.

Al llegar a la salida miró el árbol donde usualmente Katsuki lo esperaba, no estaba ahí. Dio un suspiro vacío y débil de sus labios, se sentía aliviado y también desilucionado. Ya no sabía que pensar.

Avanzó por la acera del instituto para alejarse a quien sabe donde, solo quería caminar sin rumbo y huir del problema, sin embargo, cuando pasó cerca del árbol percibió a Shoto al otro lado con una mirada seria.

Los ojos cansados de Izuku lo miraron, no supo que cara puso pero no tenía energía para nada. Logró darse cuenta que llevaba la mochila con sus cosas que había dejado en las canchas con las animadoras.

"¿Sabes que pienso? Que te quieres poco... Porque sigues dándole tu corazón a la persona que más te ha herido"

Su cabeza solo citó lo que Shoto le dijo alguna vez, todas los comentarios de advertencia, solo podía imaginar al bicolor decirle "te lo dije" de forma grotesca.

"Si él te rompe el corazón no quiero que vuelvas llorando, porque de lo advertí".

La forma ruda en que aceptó la relación de ellos dos y ese comentario final, a pesar de que tiempo después con la cabeza más fría se disculpó y se acercó nuevamente no tuvo escrúpulos; hasta esa misma mañana le dio un último llamado de advertencia contundente que Izuku vilmente indignó por escuchar blasfemias de su alfa.

No tenía que darle cara a todas esas personas que le insistieron que su relación no era sana. Siempre tuvieron razón con Bakugo Katsuki, sobretodo Shoto que por más rechazos e intentos de advertencia siempre lo ignoró.

Apenas miró los ojos heterocromaticos desvió la vista y quiso al sentido contrario con la mirada al suelo. Realmente pasó, le rompieron el corazón en base a ser usado para una apuesta y un rencor vengativo.

—¡Midoriya, aguarda! —Llamó Shoto de forma precipitada siguiendolo.

Izuku quiso acelerar el paso y evadirlo, pero rápido el alfa le sujetó la muñeca para detenerle. Hubo unos segundos silenciosos en que ambos no se movieron de esa posición, no estaban seguros de que iniciativa dar.

—Midoriya, yo...

—¿Qué pasa Todoroki-kun? ¿Quieres que te dé la razón? Pues la tuviste todo este tiempo, tú y todos los demás... Kacchan... —decir ese mote solo le rompía el alma más, su voz comenzó agrietarse con el lamento—, Kacchan solo jugó conmigo.

A pesar de que ya intentaba no llorar nuevamente le ganó el sentimiento, decir ese apodo infantil era desgarrador, le provocó aflorar su llanto. A Shoto le dolía ver el estado del omega, nunca le tocó ver algo como eso, su agarre seguía firme.

—¿Qué es lo que quieres hacer?

—Quiero desaparecer, no quiero estar aquí —lloriqueó llevando su mano libre al rostro con desilución—, no quiero ver a Kacchan, tampoco a todas esas personas que se burlan de mí o a quienes traté tan horrible ignorando sus advertencias. Eso te incluye a ti, Todoroki-kun.

Una punzada doliente emergió en la garganta de Shoto, estaba tan molesto por lo que habían provocado en alguien tan amable como Izuku, lo habían destruido en cualquier parametro que deseaba 'desaparecer', esa palabra sonaba sumamente peligrosa como para dejarlo solo.

Shoto estaba temeroso del rechazo, para su mala suerte lo tuvo en más de una ocasión con Izuku, pero debía intentarlo por el bien del omega, así que lo jaló despacio consigo para otorgarle un abrazo. Solo le sentía temblar en su llanto contra su torso.

—¿Quieres que te lleve a tu casa?

—No quiero ir, encontrarme con mi madre así... También... él vive al lado, no quiero verlo...

—¿Tienes otro lugar a donde ir?

Preguntó en busca de alternativa para hacerlo sentir mejor, pero el menor solo negó la cabeza dentro del abrazo. Shoto le frotó la espalda con una caricia tratando de reconfortarlo, también percibió lo que le parecía una nefasta marca, aquella que llevaba en la nuca sellando un lazo.

"¿Cómo pudo llegar tan lejos ese maldito?"

Estaba furioso, realmente quería propinarle más de un golpe al rubio, pero eso no arreglaría nada ya. Antes de separar un poco del abrazo para encarar a Izuku, relajó su semblante.

—En ese caso vamos, te llevaré a mi casa —al percibir la inquietud perturbada de Izuku por considerar volver a ese lugar negó la cabeza con una sonrisa relajada—, no a ese lugar, salí de mi hogar hace tiempo, vivo solo en un departamento. ¿Te parece bien?

El menor miró de reojo la entrada de la escuela, esa opción era la más adecuada para alejarse de ese horrible entorno, así que asintió la cabeza.

—¿Estás bien con esto? A pesar de que hice oídos sordos todo este tiempo, te aparté, me alejé de cualquiera que no aceptaba a Kacchan... ¿cómo puedes acercarte a mí luego de eso?

Dijo entre lamentos arrepentidos de comportarse como un tarado con todos. Shoto nuevamente negó y levantó un poco el rostro de Izuku para retirar parte del rastro de lagrimas.

—Está bien, ya abriste los ojos... Me duele verte así, no puedo solo dejarte en ese estado. Ya te lo había dicho, me importa tu felicidad.

Izuku hizo un puchero afligido, todo este tiempo creyó que su felicidad certera era Katsuki, pero fue todo lo contrario, ahora solo mencionarlo le hacía romper en llanto.
Shoto lo guió de la mano hacia el estacionamiento donde tenía su auto, dejó su mochila y la de Izuku en la parte de atrás y cedió el asiento de copiloto.

En el trayecto el bicolor miraba de reojo ocasionalmente a Izuku, quien llevaba una mirada vacía ni siquiera miraba el camino, los ojos verdes dirigían a las manos encima de los muslos, en especial a sus dedos mientras tanteaba con sus yemas uno de ellos.

—¿Perdiste algo? —Preguntó Shoto con algo de extrañeza— puedo regresar a buscarlo.

—No, no es nada... Está bien —interceptó Izuku apretando sus puños entre sí queriendo erradicar la sensación del último golpe que dio y del anillo que apenas había acostumbrado.

Ese anillo lleno de promesas, el peso que tuvo por todo lo que Katsuki le dijo, ahora eran palabras vacías.

"Quiero estar contigo el resto de mi maldita vida, Izuku."

La determinación con la que el rubio le profesó su promesa, le provocó apretar los ojos frunciendo el ceño, aun sonaba tan real para su ingenuo pensamiento.

"Mentiroso..."

De solo darse la idea de lo meticuloso que fue para escalar algo como eso le generó nauseas. La manera en que pisoteó sus sentimientos y buscó que todos se burlaran de él también. Izuku se recargó al cristal de la puerta emitiendo un sollozo leve.
Shoto nuevamente lo miró de reojo mientras conducía, le resultaba muy doloroso verlo en ese estado tan afligido, quería erradicar cualquier malestar en el menor. Lo único que se le ocurrió en ese momento fue apartar una mano del volante y llevarla a la de Izuku tratando de hacerle saber que no estaba solo y todo mejoraría.

La mochila de Izuku en los asientos traseros emitía notificaciones de mensajes y llamadas una y otra vez. Procuró ignorarlos, conocía el tono exclusivo que le había puesto al alfa, solo correspondió por inercia en apretar la mano de Shoto con la suya.

—Sigo sin creerlo, tal vez alguien-... —su cuerpo y mente seguía aferrado en considerar que había un malentendido—, nadie más pudo tomar esa foto...

Él mismo callaba sus ruegos por atender a Katsuki, no necesitaba ninguna explicación ya que todo era tan claro. Todo el tiempo fue engañado a raiz de una apuesta por dinero, que se burlaran de él con el resto del equipo de americano, a pesar de que le dijo que ni los consideraba sus amigos y supuestamente se había alejado de ellos. Sintió tan vacío el imaginar lo superficial que fue su amistad y el inexistente amor correspondido.

Llegaron a un sector con varios edificios, Shoto estacionó en un sitio específico y apagó el motor, fue cuando tuvo oportunidad de mirar completamente a Izuku, totalmente desmoronado, inclinado hacia la ventana y con el llanto que continuaba silencioso por sus mejillas.

—Ven, te ayudaré a llegar.

Bajó las mochilas cargandolas en un hombro, luego fue a la puerta donde estaba Izuku y lo ayudó a bajar, comenzando a guiarlo hacia el enorme edificio en camino hacia el elevador.

—Desde que sucedió lo... Lo de mi padre y mi hermano, oficialmente me deslindé de casa. Tokoyami me ayudó con este departamento, es cómodo creo que agradará.

Shoto suavizaba la voz tratando de tomar algo de atención de Izuku mientras subían en elevador, pero el menor estaba con la mirada vacía mirando a la nada, como si su cabeza rondara en otra cosa.

Llegaron al 11vo piso, Shoto salió guiando de la mano a Izuku hasta llegar a la puerta que le correspondía. Metió la llave al cerrojo empujando la madera para adentrarse, encendió las luces y señaló el entorno.

—Bienvenido, espero que te sientas cómodo.

Ambos se retiraron los zapatos en el recibidor y adentraron. Por los comentarios de Shoto esperaba un departamento pequeño, pero era un sitio amplio, con su cocina y sala respectiva, donde tenía una gran ventana que daba panoraba hacia afuera con el resto de edificios y un pequeño parque.

—Puedes relajarte, nadie salvo Momo y Tokoyami conocen donde vivo —mencionó con intenciones de hacer sentir a salvo a Izuku, mientras dejaba las mochilas en el sofá.

Los párpados de Izuku estaban rojizos e hinchados de tanto llorar y frotarlos con sus manos intento secarlos. Lucía tan desgastado.

—El baño está en la próxima puerta del pasillo, puedes lavarte el rostro y-...

—Quiero tomar una ducha...

Susurró con cansancio, se sentía sucio en diversos aspectos. Shoto le analizó por breves instantes, al menos notaba más participativo a Izuku. Así que fue accesible a la petición.

—Hazlo, pondré agua para té.

Indicó con una sonrisa afable. Izuku dio una pequeña reverencia de agradecimiento y avanzó hacia el baño.
Lentamente se despojó de la ropa dejandola en el cesto que estaba ahí, volvió a mirar su reflejo en el espejo ahora sin ropa, era más visible la marca en su nuca y algunas otras en parte del pecho con pequeños moretones de besos y una que otra mordida. Todas aquellas fueron hechas en los momentos apasionados en que se acostó con quien era el amor de su vida. Su alfa...

Nuevamente sus ojos humedecieron con un gesto lamentable, ¿cómo era posible que la persona de quien más dependía lo haya apuñalado por la espalda de forma tan despiadada?

—Solo jugó conmigo...

"Soy un hijo de puta que solo podría llegar a romperte el corazón... ¿Qué hay de bueno en mí, eh? Estás jodido."

Bufó de solo recordar cuando se le declaró en el ferry, negó la cabeza.

—Hasta me lo advirtió. Realmente soy un idiota.

Entró a la regadera recibiendo el chorro de agua cálido en el rostro, estaba intentando limpiarse el llanto pero también cualquier rastro previo que tenía, recordando los últimos besos que obtuvo esa mañana cuando se despidió al ir a clases, los arrumacos del la noche anterior con esa cena celebrando su noviazgo, quería arrancarse la piel tratando de limpiarse todo, pero también dolía la idea, una parte de él no quería deshacerse de Katsuki.

En lo que estuvo enjabonandose tocó la marca en su cuello, permaneciendo abstracto queriendo recordar como fue ese desenfrenado momento.

"No quiero perderte, dime que vas a estar conmigo toda la vida... Quiero estar contigo para siempre Izuku, yo... Te amo".

La comisura de sus labios arqueó con una sonrisa irónica por lo crédulo que fue a eso, ¿cómo es que el alfa podía decir palabras con tanto impacto tan facilmente y ser tan vacías?

"Mentiroso..."

Se estaba planteando todas las veces que Katsuki hizo un mínimo esfuerzo por darle palabras dulces y añoradas, Izuku se dio cuenta que solo le dijo lo que él quería escuchar.

La puerta del baño fue tocada un par de veces hasta que Shoto abrió un poco.

—Voy a tomar tu ropa para ponerla a lavar, te dejaré un cambio que puedes usar, ¿de acuerdo?

Shoto miró la silueta por la puerta traslucida con vapor de la regadera, que solo le asintió sin dar más respuesta. Tomó el canasto de ropa y salió sin más.

Izuku se quedó un rato más bajo el chorro de agua pensativo de todos los escenarios que tuvo con Katsuki, desde su primer encuentro hasta lo que escalaron en ser un alfa y omega enlazados.

¿Qué iba a ser ahora en adelante con un lazo no correspondido? Con un alfa que desplomaría burlas y posible rechazo luego de que salió el resultado de ese maquiavélico plan. Probablemente Katsuki ya no sería el alfa cariñoso y protector que fue las últimas semanas.

Los ánimos de Izuku estaban por los suelos, con mucho esfuerzo salió de la regadera tomando la toalla que Shoto le cedió. Al terminar de secarse miró la ropa limpia que fue dejada para él, era una playera y un pantalón de algodón, las tallas eran mayores por ser de Shoto. En lo que comenzó a vestirlas le dio un malestar en el abdomen por recordar como ocasionalmente usó las ropas de su alfa luego de acostarse. No tenía el aroma de naranja y picante que su nariz acostumbró, no era de su alfa, eso lo volvió más triste de no estar cerca de él.

"Kacchan jugó conmigo, aplastó todos mis sentimientos a él... Y aun así lo extraño tanto..."

Las nauseas surgieron de nuevo, esta vez más y más fuerte por la extraña sensación de no estar con su alfa, sus instintos reclamaban que fuera con él, pero estaba en negación de ello. El reflejo de vómito se dio provocando que fuera al retrete a vaciar su estomago.

Con el amargo sabor y el mareo tiró la palanca y se puso de pie a enjuagarse la boca en la lavado. Se sentía realmente mal ahí, por un momento consideró volver a casa y tirarse debajo de sus sábanas, pero no, aun no debía regresar, necesitaba enfriar más las cosas.

Salió del baño con la ropa holgada encima, la playera azul marino y los pantalones grises, miró de un lado a otro en busca del bicolor. Notó en la cocina algo calentando a fuego lento en la estufa.

—¿Todoroki-kun?

Llamó un par de veces extrañado por el silencio del lugar, tomó asiento en el sofá con un suspiro, en ese escuchó otra vez su teléfono. Escarbó en la mochila hasta encontrarlo y notar el montón de llamadas perdidas y mensajes que tenía de varias personas preguntando como estaba, entre ellos miró furtivamente que también estaba Katsuki, no quiso leerlos, solo apagó el teléfono y lo metió de nuevo en la mochila.

"¿Qué tan miserable quería que fuera?"

Pensó mirando el techo, ¿cuánto fue el dinero que ganó para haberle marcado y acostarse? ¿Estaría en problemas por poner público una foto tan íntima en la página oficial de la escuela? ¿Qué estaba haciendo en ese momento?

El sonido de la puerta principal se dio, Shoto estaba entrando nuevamente con una bolsa de compras.

—Tuve que ir por algunos ingredientes para complementar —levantó la bolsa de plástico en manos y se acercó a Izuku en el sofá—, también no estoy seguro si traes más.

Hurgó en la bolsa de plástico sacando una pequeña caja que compró también en la tienda de conveniencia. Izuku abrió sus ojos un poco más de lo normal al notar que se trataba de una caja con parches supresores.

—Mis feromonas ya no son tan fuertes luego de que fui marcado...

—Usualmente los llevabas puestos y... Quiero que te sientas cómodo aquí.

Lo que menos quería Shoto era sentirse una amenaza, después de todo era un alfa e Izuku un omega.

—Gracias...

Susurró tomando la caja y sacó uno para instalarlo en su cuello cubriendo la marca.
No estaba seguro de toda esa aflicción que sentía, no se sentía exclusiva, parecía de Katsuki también, ¿qué estaría haciendo?

Shoto volvió a la cocina a terminar lo que estaba preparando, Izuku por otra parte permaneció sentado en el sofá con la cajita de parches en sus manos. Si tan solo hubiese sido tan cuidadoso como su madre le recalcó todo el tiempo, no estaría sufriendo así por esa marca.

"A partir de ahora solo debes llorar de felicidad"

Se llevó la mano al tabique nasal agachando el rostro, parecía una gran tontería recordar las palabras bonitas que Katsuki le dijo.

Shoto volvió minutos después cediendo un recipiente de cerámica con té humeante a la mesita al lado del sofá y tomó asiento al lado de Izuku.

—¿Puedo saber en que estás pensando?

Inquirió mirando al menor que persistía con esa vista ensombrecida.

—Tal vez es un malentendido. Él... Quería hablar y no le di la oportunidad...

Comenzó a surgir ese semblante de Izuku misericordioso, buscando el raciocinio del motivo detrás de todo esto. Solo quería dejar de sufrir.
Shoto arrugó el entrecejo apretando las manos a las rodillas entendiendo las intención de Izuku.

—Bakugo no merece tu perdón, lo hecho, hecho está. Claramente hizo las cosas con intenciones de dañarte.

Izuku apretó los labios frustrado de no poder negar eso, pero aun existían discordancias.

—Aun así, hay cosas que no entiendo... ¿Por qué arriesgó su vida así por mí? Cuando sucedió lo... Lo de tu familia... Kacchan cuidó de mí las dos veces...

El tema de conversación era incómodo, pero debía surgir para aclarar las cosas. Shoto ladeó la vista incómodo de recordar las veces que Izuku corrió peligro por malentendidos en su familia, tampoco tenía una respuesta concreta de las intenciones de Katsuki, pero sabía que al rubio le gustaba exponerse a peleas o peligro.

—Me hace pensar que él vio oportunidad de acercarse más contigo, luego del baile te acercaste más a él, seguramente ya estaba idealizando un plan tan asqueroso con su apuesta.

Izuku se reclinó en el sofá con cansancio en sus ojos por tanto llorar, cada vez que los cerraba solo podía ver a Katsuki. Recogió la taza de té y sorbió un poco, estaba dulce por los toques de miel que cedió.

—En la infancia llevabamos una curiosa amistad, siempre cuidaba de mi cuando otros niños más grandes me fastidiaban, pero cuando se mudó hubo un malentendido, todo el tiempo pensó que fui indiferente a que me esperó por horas bajo la lluvia en el parque para despedirse... Yo ni siquiera sabía que se iría, tuve que salir de la ciudad porque mi padre sufrió un accidente, estaba devastado... Y cuando volví, esperando ser consolado por Kacchan ya no estaba...

Carraspeó su garganta previo al siguiente sorbo del té, buscando que su voz no ablandara en el llanto. Shoto le escuchó atento de entender la vieja relación de ellos dos.

—Así que... Cuando lo vi el primer día de clases estaba tan emocionado, tan feliz de reencontrarnos, pero solo me recibió con un agresivo empujón contra los casilleros e insultos... Lo admiraba... No sé en que momento empecé a enamorarme de él.

Sus manos cerraron con más fuerza en la taza temblando frustrado de no tener explicación de como fue arrastrado a amarlo así; Shoto le apartó la taza antes de que tuviera un accidente con esta y la dejó en la mesa.

—No tienes la culpa de nada, los únicos crueles aquí fue el equipo de futbol americano.

Un poco más y la tristeza que emanaba Izuku podía ser tangible, no había algo que le hiciera cambiar esa faceta tan melancólica.

—¿Tienes hambre? Puedo empezar la cena, o si quieres llamar a tu madre, debe de estar preocupada...

Izuku entrecerró los ojos pensativo de esa idea, pero sabía la confianza que le tenía Inko al alfa, así que probablemente le solicitaría ir a por él o algo así.

—Solo quiero cerrar los ojos, dormir un poco...

Susurró con la voz cansada, entonces Shoto le señaló y guió hacia su habitación donde estaba una cama individual.

—Puedes descansar aquí, yo estaré en la cocina si llegas a tener hambre ten confianza en acudir.

Izuku hizo un gesto agradecido, cuando Shoto cerró la puerta se acostó en la cama sintiendo los párpados pesados por esa ajetreada tarde, ya no había luz del exterior por las nubes grises y el sonido de la lluvia, ni siquiera sabía que hora era.
La cama era cómoda, tanto el colchón como las almohadas afelpadas, sin embargo, el aroma era algo que no acostumbraba. Shoto como alfa tenía un aroma abrasivo como a la madera del sándalo, fresca y templada con un picor quemante al final. No era nada similar a lo que acostumbraba.

Removió una y otra vez ansioso solo encontrando ese aroma, no lograba reconfortarlo del todo, su lado omega le exigía que recurra al aroma de su alfa, ese de aroma a naranja cítrica con toque picante.

—Kacchan... —lloriqueo entre sus espasmos ansiosos.

Fue bastante incómodo, pero logró tomar sueño tiempo después debajo del cobertor asomando apenas el rostro recargado en la almohada.

Unas cuantas horas después el sonido de la puerta abrirse con la tenue luz filtrar del pasillo le hizo abrir los ojos aun hinchados por el llanto. Se encontró a Shoto hurgando en el armario en un nulo intento de ser sigiloso.

—Lo siento, no quería despertarte —susurró sacando unas sábanas dobladas.

—¿Qué hora es?

—Va ser media noche.

Izuku abrió más los ojos con sorpresa de darse cuenta que la pequeña siesta que planteaba se convirtieron en horas, saltó tomando asiento en la cama dispuesto a levantarse pero Shoto le hizo una señal con la mano que detuviera.

—¿Quieres que te lleve a tu casa? —Cuestionó cerrando el armario con un empujón de su espalda.

Izuku no quería volver aun, seguía con miedo de encontrarse de frente a Katsuki en la entrada de su casa o algo así.

—Si te soy franco, no quiero...

Shoto relajó el rostro preocupado con una sonrisa y pretendió salir de la habitación, pero Izuku le frenó llamándolo.

—Tomaré mis cosas y dejaré aquí, descuida —interceptó a punto de levantarse pero Shoto de nuevo le detuvo.

—Está bien, imaginé que estarías tan cansado. Solo vine a recoger unas cosas para irme al sofá, puedes quedarte en mi cama.

Dijo con tono de voz apacible dispuesto a empezar un tendido en la sala, eso removió la conciencia de Izuku.

—Todoroki-kun, no merezco que seas tan bueno conmigo, luego de que yo... Fui tan grosero... No tienes que hacer esto por mi.

Aun seguía vigente las ocasiones en que no defendió al bicolor de Katsuki o cuando reprochó sus advertencias. Shoto negó la cabeza caminando hacia la puerta siendo seguido por la mirada del menor en cama.

—Ya te lo había dicho, ¿no? Lo único que quiero es tu felicidad, de ser posible... Anhelo que recuperes tu sonrisa.

Fueron sus palabras antes de desearle buenas noches y cerrar la puerta. Izuku se volvió a acostar en la cama de forma abstracta por lo que cruzó en su cabeza esas palabras.

"Todoroki-kun... Se parece a mí"

Sus intenciones eran similares, sin ningun beneficio propio más que solo ver a la persona que quieres con dicha. Fue ahí que se dio cuenta de los sentimientos del bicolor y la gran escala que tenía si lo comparaba con el amor que tuvo a Katsuki, después de todo, alguien enamorado haría cualquier cosa para hacer feliz a su persona favorita.

Izuku intentó de nuevo dormir, cerró los ojos arropado en el cobertor de la cama, mientras su cabeza imaginaba todo lo que estaría sucediendo. Su madre debería estar muy preocupada, tal vez fue con Katsuki a preguntarle si sabía algo, ¿qué le habrá dicho el alfa? Si fue sincero en revelar lo que pasó ese día o acaso cubrió todo con alguna mentira. Le costó bastante en ese entorno, pero logró conciliar el sueño nuevamente.

A la mañana siguiente, salió de la alcoba para ir al baño, pero cuando justo abrió al puerta el aroma de la cocina le hizo asomarse con curiosidad. Shoto estaba guisando en el sartén de la estufa unas salchichas y omelette de huevo.

—Buenos días, ¿dormiste bien? Estaba haciendo el desayuno, tu ropa limpia la dejé en el mueble del baño puedes cambiarte, si quieres quedarte un poco más no tengo problema pero creo que deberías reportarte con los demás, tu familia o tus amigos deben estar preocupados.

Izuku bajó la vista, considerando lo mal que trató a todos dudaba que fuera así, perdió conversación con sus amigos luego de tantas discusiones defendiendo a Katsuki en vano. Suspiró un poco y tomó asiento en la silla de la barra en la cocina.

—No creo que les importe, tampoco puedo quedarme para siempre escondido... Debo afrontar todo, de alguna manera... Pero me da miedo...

Mencionó inseguro de como sería la escuela de ahora en adelante luego de que todos hayan visto una imagen tan íntima de él. Se suponía que su alfa era el único que podía verlo así, por lo mismo accedió a entregarse completamente, ¿cómo pudo compartir una fotografía así por una apuesta?

—Tranquilo, si quieres ir a la escuela te apoyaré. No dejaré que nadie te fastidie o hable del tema, ¿de acuerdo? —Indicó con una grata sonrisa dandole ánimo a Izuku en avanzar.

Ambos desayunaron juntos en la barra, intentando tomar otro tema que no fuera el mismo que deprimía al menor. Una vez terminó fue a alistarse con su ropa anterior ahora limpia y seca, tomó su mochila y revisó el teléfono por primera vez esa mañana encendiendolo. Como esperaba, tenía docenas de mensajes sin leer de su madre, pero también estaba ahí el chat con Katsuki con preguntas de donde estaba o que le contactara a diversas horas, desde la tarde en la madrugada.

Tuvo la dicha de solo reportarse con Inko, con un sencillo mensaje de "estoy bien, me quedé a dormir con un amigo, después de la escuela iré a casa, lo prometo".

Salió del departamento con Shoto en camino hacia la escuela, subió al auto con determinación, pero conforme se acercaba a su destino se volvía cada vez más tenso. Pasó saliva por su garganta una vez que estacionó y se quedó unos segundos estático en su asiento reconsiderando la idea.

—Estaré contigo, nadie va atreverse a meterse contigo —acentuó palmeando el hombro para darle ese empujoncito de bajar.

Izuku estuvo dispuesto a dar iniciativa una vez más, miró a los demás estudiantes entrar como cualquier día a día, quizás conforme pase el tiempo se irá olvidando el tema como cualquier chisme o novedad. Shoto bajó primero y rodeó para ayudarle a bajar del asiento de copiloto con cortesía, por lo que cedió la mano para descender.

—Te llevaré hasta la puerta de tu aula, si llega a pasar algo entre clases no dudes en mandar un mensaje e iré de inmediato.

El menor asintió la cabeza un poco, Shoto hacía todo lo posible por avivarle confianza, tenía que poner su parte también en corresponder, sin embargo, cuando avanzaron unos metros a la entrada una voz llamandolo lo alertó, se puso tenso deteniendo su marcha.
Un abrupto agarre del brazo lo jaló para alejarse del bicolor, al girar su cabeza hacia el lado a donde iba solo confirmó que se trataba de Katsuki indignado reclamandole porque estaba con Shoto.

No tuvo oportunidad de responder, solo jadeó conmocionado de tener nuevamente a Katsuki tan cerca, sus emociones estaban confusas de ello, por un lado estaba su lado omega que le exigia a gritos ir a por él y recoger parte de sus feromonas para estar mejor, pero por otro lado estaba asustado y el fuerte agarre contra su brazo no estaba ayudando.

—¡Espera, Todoroki-kun!

Llamó aturdido por el brusco empuje que hizo a Katsuki alejarse de él, más no era todo, el bicolor se había lanzado encima del otro amenazando que no volviera acercarse, ya había hecho suficiente daño y en eso tenía razón.
Esto era una especie de deja vu cuando tiempo atrás esos dos se habían peleado en la cafeteria, muchas personas empezaron a rodear especulando otro escenario como ese, pero prontamente Shoto bloqueó el primer puñetazo y la patada que le hizo apartarse, se puso de pie con intenciones de calmar los estribos.

Izuku no tenía idea de que hacer, naturalmente desearía apoyar en su alfa en una confrontación pero ahora mismo solo estaba paralizado, por la imagen de Katsuki se daba cuenta que tenía algo para decirle, ¿qué sería luego de todo lo que pasó? Ya había tenido suficiente humillación.

Que Katsuki le exigiera que no se meta entre ellos era algo que tenía un poco de razón, desafortunadamente estaban enlazados y nada ni nadie podía hacer algo al respecto, pero Izuku tampoco quería quedarse a solas con él. Cuando Katsuki dio un paso en acercarse tuvo ese reflejo de rechazo, retrocedió la misma distancia con las manos al nivel del torso.

Ni siquiera parecía haber descansado, la fatiga acentuó en ese encuentro, sus ojos se volvían un vacío mayor sin ningun resplandor hacia Katsuki. Al escuchar que no subió la foto le hizo elevar las cejas crédulo de la idea, pero el pequeño indicio esperanzador volvió a tornarse oscuro al saber que la apuesta fue real, que mintió para ganar dinero.

Irremediablemente sus ojos humedecieron con el ardor de confirmar lo sabido, fue engañado. Tenía la incógnita desde cuando, pero pronto tuvo respuesta: desde un inicio que quería vengarse. Supuestamente todo fue real luego del ferry, cuando se confesó, ¿qué sentido tenía eso?

"¿Por qué no me lo dijiste desde entonces? Solo seguiste con ese engaño."

La reacción fue deformando al oir que lo ama, que lo marcó con toda intención de tenerlo como su omega. Las manos le temblaron considerando creerle, asumir que eso era real, sonaba con una plegaria tan certera que le hizo dudar si lo que realmente pasó ayer no fue una pesadilla.

El corazón le palpitaba ansioso, aturdido de no saber que reacción darle, quería creerle todo su ser, pero también existía el miedo de que siguiera con una farsa, solo para seguir atormentandolo.

"¿Acaso quieres subir el monto con otra apuesta?"

La conversación que logró escuchar ayer en los vestidores recalaba de forma amarga en su cabeza, llevaba una mueca estresada en sus labios confundido de que hacer. Cuando estaba por acercarse a Katsuki las palabras de Shoto exclamando que no le creyera lo detenían.

Sabía lo engañoso que podía ser Katsuki, la manera formal y condescendiente que podía tratar si se lo proponía, lo experimentó cuando volvió a verse con Inko y lo trató tan agradable a pesar de que un día antes lo había fastidiado arrojandole la charola de la cafeteria o burlandose con el equipo de futbol. Ni siquiera le gustaba demostrar sentimientos "cursis" como el alfa le decía cuando advirtió que no era nada detallista o expresivo, de solo imaginar la cena romántica con el regalo del anillo de promesa fue falsa tuvo más sentido.

Los hombros de Izuku cayeron con sus brazos lánguidos al escuchar la confesión de que sí fue el alfa quien envió la fotografía. Era obvio, no había nadie más en la cabaña que lo hubiera hecho, sus ojos abrumaron con más lágrimas que logró escapar por una mejilla con tanto dolor por eso. Solo miró de reojo a Shoto continuando con sus palabras de que no volviera a caer, pronto retomó a Katsuki escuchando su disculpa.

"¡YO SOY KACCHAN, TU ALFA"!

El pecho de Izuku sentía oprimirse más, si es que era posible. No podía respirar debidamente se sentia asfixiado, atormentando de estar en una posición de decisión tan única. Rechazar a su alfa sentenciado a ambos o seguir con los ojos ciegos a su lado creyendo todo de él como antes.

Comenzó a respirar con prisa por el estrés, sobretodo cuando una palma se posicionó en su mejilla para que miraba directamente a Katsuki que le exigía dijera algo y dejara de verlo así.

Su lado omega lloraba por ceder, estar de vuelta en los brazos de su alfa, llevó su mano a la que le sujetaba el rostro, acariciando con sus yemas los nudillos, despacio la apartó con un sollozo.

—Sin esa apuesta... Ni siquiera te hubieras fijado en mí, ¿verdad? Solo seguiría siendo el blanco de tus agresiones, no te hubieras acercado a charlar, ni siquiera aclarar ese malentendido de niños...

Soltó la mano de Katsuki y retrocedió con esa mirada de desconfianza, ya que el dolor que sentía era tanto que incluso podía percibir una resonancia con Katsuki, pero ya no quería creer en él.

—Dices que no querías hacerme daño, pero lo hiciste... ¿Por eso me marcaste? Para sentir lo dañado que me has dejado.

Se llevó la mano al rostro tratando de limpiar las lágrimas, solo dejando irritada su piel.

—Si yo hubiera estado en tu lugar y "enamorarme" de mi víctima... ¿De qué estoy hablando? Jamás haría algo tan ruin, se escucha absurdo —dijo en un nulo intento de empatizar con el lado de Katsuki, pero era tan anticlimatico y retorcido el escenario que no podía procesarlo.—Y aunque fuera así, preferiste creer en los del equipo de americano mandando esa foto, en lugar de tu omega para confiar que te perdonaría si le confesabas el inicio de lo que se hizo "real"...

En su acercamiento con Katsuki, el modo en que se comportaba con Shoto o lo posesivo que era lo hizo considerar imposible que compartiera una foto así, ¿quien en su sano juicio enviaría evidencia como esa de quien supuestamente era su omega? Katsuki no lo celaba para nada, no lo protegería de otros en ninguna circunstancia, todo fue un teatro bien planteado.

De solo recordar como de mala manera lo protegió antes, cuando se quedó la primera noche con él luego del incidente de los yakuza, o los reclamos de que dejara de ser tan llorón. La tormenta eléctrica de la vez en que se entregó completamente incluso fue su complice. Se sentía usado y desechado, como cualquiera mujer que antes se acostó con el alfa. Tal vez su único premio de consolación era que se trató del primer omega varón, si es que eso también fue verdad.

—Se acabó, Kacchan. No quiero seguir con esta farsa.

Apiló su conclusión con pena y dolor, consideró la mejor alternativa. El dolor de la marca seguiría pero momentáneo hasta desaparecer, preferiría eso a quedarse con los ojos vendados con Katsuki siempre.

—El alfa que ha pisoteado mis sentimientos no puede ser quien me proteja como dices... No quiero amar a alguien así.

Las personas en la entrada estaban atentos e interesados en ver lo que estaba pasando, todo indicaba que Izuku terminó con Katsuki, lo había rechazado. Izuku dio media vuelta para entrar a la escuela ignorando los murmuros, Shoto suspiró con cierto alivio de notar que por fin abrió los ojos, pronto se puso detrás del menor para seguirlo y así impedir que Katsuki insistiera. Le observó de reojo con amenaza.

—Midoriya, hiciste lo correcto —exclamó acercándose al pecoso notando que seguía frotándose el rostro queriendo apaciguar el llanto.

—Quiero ir con él, no me dejes hacerlo por favor —rogó entre sus sollozos, caminaba con esfuerzo por el pasillo considerando el dar media vuelta.

Shoto le sujetó de los hombros llevándolo a los baños para que se lavara la cara y calmara ese reflejo de omega que tenía por ir con su alfa.
Había algunos alumnos en los lavados, al ver a Izuku entrar con el rostro lleno de lágrimas iban a preguntar por la foto, sin embargo, Shoto entró tras de él haciendo con la sola mirada que los demás salieran intimidados.

Se lavó el rostro con agua fría del grifo intentando tener buen aspecto para las clases, ¿pero como llevaría algo así con todo lo que estaba pasando? No prestaría nada de atención. Cuando estaba seco fue llevado hasta su aula en la puerta, Shoto le prometió venir por él en las horas libres, no lo dejaría solo y tampoco dejaría que Katsuki se le acercara.

Al ir a su asiento cerca de la ventana percibió las miradas curiosas de sus compañeros, era clara la comedera que sería con la foto de ayer en la página de la escuela. Su mirada cruzó con Tsuyu y Mineta en los asientos conjuntos, con un espectral silencio que extendió cuando Izuku se sentó.

Tenía la mirada cabizbaja a la mesa de madera, sin saber como proceder en hablarles, tal vez era mejor seguir como extraños. La humillación que llevaba era suficiente castigo como para que le encararan lo equivocado que estuvo con su novio.

—Midoriya, ¿cómo lo hace Bakugo? ¿Verdad que es rudo?

Preguntó uno de sus compañeros que pretendió acercarse con morbo a preguntar por detalles, Izuku estaba ensombrecido sin intenciones de responder, solo ignoraría.

—¡Callate! No seas un vulgar imprudente, ¿no tienes cabeza para leer la situación?

Gruñó Minoru arrojando su cuaderno a la cabeza del chico que frenó su andar, chasqueó la lengua y se fue a su lugar dejando a Izuku medianamente sorprendido por la acción, giró la cabeza para ver al más pequeño en el pupitre de atrás.

—¿Qué? Ya sufriste demasiado con ese idiota, no quisiera ser bocón, pero te lo dije-... ¡Ay!

Calló ante el repentino golpe en la cabeza que Tsuyu le dio acercandose también y enfocando en Izuku.

—Deberias irte a casa, deja que pase un poco de tiempo todo esto —mencionó arrugando el entrecejo— le diré a las animadoras en la práctica, ellas también están preocupadas por ti.

Izuku consideró que no volverían a dirigirle la palabra, luego del mal trato que hizo alejarlos, pero ambos seguían ahí al tanto de él.

—¿Por qué? Los traté tan grosero todo este tiempo, ¿está bien esto?

Dijo culpable de reclamarles por los malos comentarios que daban de Katsuki siempre, de la mala influencia que le decían que era y lo retorcido que se veía salir con quien te agredía antes.

—Si estabas bien con eso, nosotros te dimos tu espacio y dar una oportunidad, pero no fue lo mejor... —dijo Tsuyu ladeando el rostro con una sonrisa afable.

—Lo lamento chicos... Ustedes tenían razón... —mencionó con la voz fragmentada.

Tsuyu acudió hacia él para abrazarle la cabeza y darle unas palmaditas, podía sentir la voz arrepentida de Izuku y no podían dejarlo así, entendiendo a Shoto también cuando lo vieron en la puerta del aula y les hizo una mirada complice de no dejarlo solo.

En horas libres, en el almuerzo, todo momento siempre estuvo acompañado de ellos, así como Shoto que también iba a por Izuku y así tratarse de una especie de barrera para los estudiantes que daban susurros por donde cruzaba.

También hubo un nuevo rumor que creció más a la hora del almuerzo, las personas lo miraban con Shoto, desencadenando comentarios turbios del interés de Izuku de estar con otro alfa luego de evidenciar que logró estar con Katsuki, supuestamente su nuevo objetivo sería Shoto. Prefirió quedarse en el aula almorzando en lugar de la cafeteria.

A la hora de salida, no iría al entrenamiento de esa tarde con los animadores le dejó ese recado a Tsuyu para la capitana, cuando iba por los pasillos fue detenido del antebrazo por Shoto que le acompañaba como acordó.

—Aguarda... —solicitó con la mirada por unas de las ventanas.

Izuku le siguió con la vista hasta darse cuenta que desde ahí se veía el árbol de afuera donde normalmente se esperaba con Katsuki para volver juntos a casa. El rubio estaba ahí, mirando por donde salían los estudiantes como si esperara a por él. No supo que reaccionar.

"¿Me está esperando?"

Aunque le dijo que no quería verlo de nuevo, que ya había terminado su relación, pero un lazo no podían romperlo tan fácil, la marca hormigueaba con angustia de ir allí, pero Shoto concluyó en salir directamente por otra salida que no era la principal e ir al estacionamiento a su auto.

Así fue como evadieron a Katsuki y la gran mayoría. Shoto llevó a Izuku hasta su casa, llegando rápido en el vehiculo, cuando estuvo en la acera esperando que bajara se quedó un momento meditabundo.

—¿Estarás bien solo? Como dijiste que vive por aquí... —preguntó mientras le ayudaba a bajar y le cedía su mochila.

—No puedo quedarme siempre contigo, tengo que hablar también con mi madre... Debe estar angustiada...

En ese caso, Shoto despidió con cautela y partió en el auto con la idea de ir por él mañana a primera hora también.
Izuku miró su casa y pasó saliva ansioso, cruzó la pequeña puerta para cruzar el jardín mientras miraba de reojo a la casa conjunta asegurando que Katsuki continuaba en la escuela, ya que lo vio debajo del árbol.

Justo cuando abrió el cerrojo de la puerta principal y adentró escuchó los pasos de su madre bajando las escaleras a indagar, al ver que era su hijo que volvía íntegro corrió hacia él para abrazarlo.

—¡Izuku! ¡¿Dónde te habías metido?! —Llamó dandole besos en la cabeza y estrujandolo con alivio.—¡Estaba tan asustada no respondías llamadas ni mensajes! ¡¿Por qué apagaste el teléfono?!

Con ello, el menor estaba seguro que su mamá no sabía nada de lo que pasó en la escuela, trató de reconfortarla también en su abrazo para después separar y llevarla al sofá. ¿Qué debía decirle? ¿La verdad?

—No tuve un buen día ayer, pasó algo que... Solo quise irme, un amigo me apoyó...

—¿Por qué no volviste a casa? No pude dormir mirando el teléfono en busca de una respuesta, de no ser por Katsuki-kun hubiera llamado a la policia, él también te estuvo buscando.

El rostro de Izuku deformó con sorpresa, de saber que Katsuki estuvo por ahí... Fue buena idea el no ir a casa.

—¿No te dijo nada...? —Tanteó el conocimiento de su madre.

—Discutieron por algo, al menos eso entendí —respondió la mujer estirando un brazo a la mesa conjunta para recoger algo que tenía guardado en una cajita de madera de adorno. —Lucía muy desesperado, quería hablar contigo a como diera lugar, dijo que lo sentía mucho... Y que te ama con todo su corazón.

Citó Inko las palabras que Katsuki le había dicho el día de ayer, tomó la mano de Izuku para cederle algo pequeño, cuando el menor abrió la palma se dio cuenta que era el anillo que le arrojó en los vestidores.

De solo verlo le generaba mucho pesar, su vista se hizo borrosa en las ásperas lágrimas cansadas, rápido intento limpiarlas.

—¿Pero que fue lo que pasó? ¿Te hizo algo?

Ya no pudo más con el remordimiento, su madre era otra de las que estuvo siempre intentando darle un poco de sensatez a ir lento en su relación.

—Tenías razón mamá, no debí adelantar las cosas con él... —respondió afligido mirando el anillo, que ahora le parecía repleto de promesas vacías.—¡Kacchan solo jugó conmigo!

Gimoteó agachandose en su asiento con pena de contarle, pero debía saberlo, tenía que conocer la verdad también su madre. Inko alzó una ceja extrañada y perturbada de oir el llanto de su hijo, pero todo tuvo sentido cuando vio que el menor llevaba una mano a su nuca para mostrar la marca de una mordida.

Inko miró con sorpresa y algo de horror la marca, acercó a la nuca para enfocar y que sus ojos no la engañaban.

—¿Por qué tienes esto? Katsuki-kun... A ambos les dije, él me aseguró que así sería... —susurró tanteando el cuello de su hijo conmocionada.

—Él no es la buena persona que crees... Hizo todo esto por una apuesta...

Ya no quería mentirle a su madre, Izuku fue muy explícito de lo que pasó, desde como empezó a salir con Katsuki o como la engañó ese fin de semana para irse con él y estar solos, cuando terminó mordido. No paraba de disculparse.
Inko no estaba segura de como procesar todo eso, lo de su hijo era algo grave al tener una marca y ahora tener un rechazo con su pareja enlazada, debía buscarle ayuda de alguna manera. Pero lo que si estaba claro es que ella también terminó decepcionada de Katsuki al conocer su realidad, no dejaría que volviera acercarse a su hijo.

Cuando el menor subió a su habitación a cambiarse y descansar, tan solo abrió la puerta tuvo una sensación desesperada. Luego de que su ropa fue lavada y durmió en la cama de otro alfa su cuerpo emanaba otro tipo de aroma, rápidamente se dirigió bajo sus sabanas donde tenía toda la ropa que había recolectado de Katsuki. Era estresante tener que repecutir a eso cuando solo quería olvidarse de él, pero no podía, simplemente no podía.

Se estaba quedando dormido tan facilmente entre las ropas hasta que escuchó un pequeño golpe a su balcón y el llamado de su nombre. Al asomarse muy apenas entre la cortina se dio cuenta que era Katsuki desde el balcón de su casa mencionando querer hablar, que las cosas no podían quedarse así, sin embargo, Izuku fue bastante claro esa mañana cuando terminó con él, debía mantener la misma mentalidad, por lo que con esa vista cansada y decepcionada solo cerró completamente la cortina y se apartó de ahí.

El anillo lo dejó con descuido en su escritorio sin intenciones de cuidarlo, ni ponerselo de nuevo. Solo volvió adentro de su cama con culpa por permanecer en la ropa del alfa. Manteniendo una cruel determinación con el rubio, cuando a sus espaldas seguía siendo el omega dependiente que apenas y lograba refugiarse entre sus ropas, fue ahí que se preguntó quien de los dos era el más hipócrita ahora.

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