Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Partido

Ya no había vuelta atrás, con el beso que terminó de firmar su sentencia Katsuki no dejaba de observar al Omega tembloroso frente a él, cada pequeño detalle era analizado, cada facción ahogada en lágrimas por las genuinas emociones que Izuku tenía, le hacia sentirse cada vez más extraño al alfa que jamás había estado en una Situación similar.

Sus dedos empaparon en las lágrimas que bajaron por los ojos del menor, eran tibias y ligeras, cristalinas como un bonito diamante que brillaban a la luz de la puesta de sol.

Escuchar las palabras que salieron de la boca del Omega hicieron al rubio abrir sus ojos un poco aturdido. No había duda alguna, Izuku fue claro al mencionar lo mucho que gustaba de él y lo profundamente enamorado que se encontraba desde hacia un tiempo. Katsuki dibujó una leve sonrisa ladina, sus sospechas eran ciertas, el menor se sentía sumamente atraído hacia él como alfa y había rechazado a Shoto por él.

La confesión del Omega era cada vez más intensa, el alfa no dejaba de observar esos orbes jade y escuchar la voz acompañada de jimoteos al momento de decirle lo mucho que temia ser rechazado y perder la amistad una vez más. El alfa arrugó un poco el entrecejo ante ese comentario.

"¿Lo hubiese rechazado si no se tratara de una apuesta?"

Pensó confuso, Izuku era algo extraño, al inicio juraba que lo odiaba y lo asqueaba, no aguantaba tenerlo cerca ni respirar el mismo aire pero ahora era distinto, el tampoco se había dado cuenta en qué momento Izuku le había empezado a ser agradable, si todo ese asunto no se hubiese tratado de una apuesta quizá ni siquiera se hubiera interesado en acercarse a él sin otro motivo que no fuera agredirlo o molestarlo, nunca hubiera dado oportunidad a qué una amistad volverse a surgir ni mucho menos una relación, tampoco se hubiera dado cuenta que aquel fatídico día en que espero en el parque solo había sido un malentendido. Izuku jamás quizo traicionarlo ni abandonarlo. ¿Cierto?. sin embargo ahora sin tener en cuenta la apuesta el alfa se sentía bien al lado del Omega. Le gustaba su compañía y había empezado a darse cuenta de esos pequeños dotes que el menor tenía. Cómo esa cara que ahora le parecía adorable o esa maldita actitud amable y alegre que lo hacía derrochar luz por todos lados haciendo al rubio chasquear la lengua.

Sus manos fueron apartadas del rostro del menor y dirigidas al frente enlazadas con las ajenas. Podía sentir la fuerza y temblor en el agarre de Izuku al mismo tiempo que observó sus lágrimas brotar aún más con las emociones a flor de piel.

"Dame una oportunidad, dejame demostrarte quien soy, quiero hacerte feliz Kacchan"

El rubio parpadeo un par de veces sorprendido por la determinación con la que el menor le hablaba.

— Pero que estás... Diciendo —

Apenas murmuró con un leve apretón en las manos del Omega que parecía no estar bromeando.

"¿Mi felicidad? ¿Tu quieres hacerme feliz?"

Katsuki no sabía que decir, estaba acostumbrado a la soledad y a ser independiente, nunca antes necesito a nadie más en su vida, la felicidad era relativa para él, podía estar feliz con un buen fajo de dinero, algo de polvo y algo de sexo, también se sentía feliz cuando peleaba en la jaula o molestaba a otros, incluso al jugar football... Pero Izuku... ¿Que clase de felicidad le daba ese chico?... Eran sensaciones muy distintas.

"Daré todo de mi para cosechar tu felicidad, me encanta Kacchan sonriendo, quiero darte motivos para eso"

Katsuki suspiro bajando la mirada un tanto pensativo, sentía una punzada algo dolorosa en el pecho que no supo interpretar. Izuku parecía estar realmente enfocado en ser su Omega, en "hacerlo feliz", en una relación con él sin embargo el alfa solo habla sido guiado por el interés de la apuesta pero también habia algo más. Una sensación de atracción realmente genuina hacia ese Omega que con esa confesión deseando hacerlo feliz terminó por confirmarlo.

"Si descubre que esto empezo por una apuesta... Seguramente se pondría triste, no... No tiene por qué enterarse... No dejaré que se enteré... No quiero que se aleje de mi ahora... Lo quiero solo para mí... Es mío... Solo mío... "

El cargo de consciencia estaba empezando a instalarse en el alfa al saber que todo había sido hecho en base a un simple engaño, sin embargo también lo hacía la atracción que había empezado a nacer por el pecoso. Una cosa contradictoria a la otra. Su propia regla de no enamorarse de su "víctima" se estaba rompiendo.

"Que más da si todo empezó por una apuesta..¿Por qué no darle una oportunidad? Después de todo creo que él también me gusta"

Pensó sonriendo levemente, había cosas que Izuku tenía que le gustaban a Katsuki en especial esa tremenda falta de experiencia en el ámbito amoroso. Llevaba al alfa a sentirse curioso respecto al Omega. Él era tan distinto a todas las personas con las que alguna vez se besó o se acostó. De todos, solo Izuku tuvo esa chispa de ternura y torpeza que en cualquier otra persona el alfa hubiera reprochado pero en él... Era diferente.

— Bien entonces inténtalo... Aunque debes comenzar por aprender algunas cosas... ¿Ese fue tu primer beso? Estuvo pésimo —

Bromeó ladeando el rostro con diversión al notar la reacción ajena.

— No mientas, Solo admite que no sabes besar —

Se burló por el comentario de que había tomado por sorpresa al menor. Era evidente que el Omega jamás había besado, el mismo le aclaro momentos atrás que jamás había estado con nadie. El Omega parecía estar avergonzado por eso asegurándole que practicaria y aprendería a besar.

— ¿Practicar?... ¿Y como harás eso?, será más fácil si te enseño yo mismo, ven acá —

Le dijo con una ceja en alto y una sonrisa traviesa tomandolo de las muñecas para acercarlo de un suave jalón. Era divertido que Izuku fuese tan ingenuo y principiante en ese ámbito. Podía darse el gusto de ponerlo nervioso y verlo temblar. Entre más lo hacía más le gustaba. Habia cierta adrenalina en el alfa que le hacía sentir dichoso y pervertido con Izuku siendo tan inexperto y sin poder evitarlo también le excitaba que fuera tan torpe y dulce al mismo tiempo.

Al diablo la apuesta y al diablo el equipo de americano, le gustaba más lo que Izuku le hacía sentir a cada estúpida reacción tierna. Era como un lienzo en blanco listo para poder plasmar lo que el quisiera. Vaya que iba a disfrutar de eso. No como las prostitutas o sus exs, todos eran igual que él, pero Izuku no, era virgen en todos los sentidos. Un dulce y valioso Omega que podía dejar marcado como suyo sin que nadie más lo hubiese tocado antes. Tan limpio y virgen listo para ser ensuciado a su gusto.

— Es simple... Solo debes acercarte —

Murmuró acortando la distancia entre ambos hasta que sus labios volvieron a tocar los ajenos en un sutil roce que liberaba sus alientos para chocar entre si con calentura.

— saborea los labios del otro, robale al aliento y abre tu boca un poco... Solo déjate llevar así como la noche del baile —

Murmuró por último para volver a unir sus labios con los de Izuku en un nuevo beso suave y gentil al principio. Katsuki saboreo aquellos labios tensos y apretados haciéndole abrir un poco uno de sus ojos solo para poder ver por dónde caminar.

Empezó a empujar al pecoso despacio sin romper el beso por completo solo para despegar y ladeae a la contraria del otro una y otra vez con cierto deseo. El pecho del alfa latía con fuerza y una emoción creciente en su bajó vientre. No permitió al otro despegar mucho de su contacto.

Lo empujó hasta llegar al borde de la amplia cama de la suite en donde despacio lo hizo recostar sobre la cama guiandolo por su mano en la espalda y su boca en los labios aún tensos del menor.

El calor entre ambos afloró como una tetera hirviendo, el alfa sentía esos espasmos internos que liberaban feromonas para atraer y relajar al pecoso al mismo tiempo. Feromonas de cortejo y atracción, Katsuki deseaba saber que se sentía hacerlo con alguien virgen. Que clase de rostro pondría en su primer orgasmo, que tipo de reacciones tendría su cuerpo. Ansiaba conocerlo. Quería saber más de lo que el cuerpo del menor escondía.

Se posicionó encima del Omega con cuidado sin dejar de besarlo mientras llevaba sus manos al cabello y oreja del pecoso sintiendo lo tenso que aún estaba. Eran claras sus intenciones y el menor lo entendió pues de inmediato intento pausar indicándole que "No podía hacerlo" pero el rubio le miro a los ojos con cierta chispa de lujuria.

— Si puedes —

Le sentencio callandolo con un beso más agresivo, está vez los labios ajenos finalmente le dieron acceso a poder introducir su lengua en el interior del otro. No tardío ni perezoso movió su lengua buscando la ajena para acariciarla en movimientos suaves y circulares y como esperaba el menor estaba tan tenso y quieto como una maldita roca.

— Relájate... Deja de estar tan tenso... Solo deja que las cosas fluyan —

Murmuró con calma y su gran talento para crear una voz generosa y amable, ronca y grave al oído ajeno que para su fortuna dio efecto. El Omega finalmente relajo y el alfa por fin pudo darse gusto con su boca.

Inclinó despacio para besarlo una vez más, está vez pudo acariciar la lengua ajena con la suya sin problema y sintió un poco de movimiento del menor. Era bastante agradable además de percibir las feromonas del menor que revoloteaban con el rico aroma de cedro y manzanilla. El olor que ahora se estaba volviendo una adicción. Eran tremendamente compatibles genéticamente.

Se concentro en esas extrañas sensaciones que estaba sintiendo, la corriente eléctrica que viajo por su espina dorsal y el frío que le hizo erizar los bellos de la piel. Jamás había sentido alfo así.

Beso con mayor profundidad al menor recorriendo y saboreando su boca a su antojo y danzando con su lengua sobre la ajena que correspondió como pudo. Sus manos calientes bajaron a tomar al pecoso por la cintura apretujandole un poco jugueteando con los bordes de la camisa, las yemas de sus dedos andaban adentrarse bajo la prenda pero pronto el beso acabo haciendo que separaran un poco.

El alfa le miro muy de cerca hasta que el hilo de saliva rompió y sus alientos acalorados relajaron despacio. Ia imagen que Izuku regalo de su rostro fue adorable. Rojo como una fresa entre jadeos tibios y las pupilas dilatadas y brillantes. Katsuki sintió un vuelco en el pecho que le hizo chaquear la lengua en el mejor de los sentidos.

—Ya estás así y eso que aún falta mucho que quiero enseñarte.—

Sentenció con malicia relamiendo sus labios, el comentario del pecoso indicando que esa forma de "aprender"había sido mejor de lo que pensaba hizo al rubio sonreír ladino e inclino de nuevo a iniciar un nuevo beso. Aunque el menor ya estaba más accesible aún se seguía sintiendo algo inmóvil con esa maldita actitud sumisa y adorable. El rubio no pudo evitar sentír como una necesidad de agredirlo recorrió todo su cuerpo, agredirlo sin hacerle daño. ¿Que diablos era eso?

Lo único que tenía a su alcance fue la lengua del Omega la cual se llevó un fuerte mordisco en la que el rubio depósito ese extraño impulso con una satisfacción enorme y liberadora. Separó con una sonrisa ladina y burlona por la queja ajena.

"Te lo mereces por ser tan tierno en un momento en que debería ser caliente"

Pensó divertido pero entonces se dio cuenta de algo. Era la primera vez que agredia a Izuku sin la intención de herirlo por maldad. El impulso surgió meramente por tener la sensación de quererlo y desear morderlo. Quizá si estaba empezando a sentirse "feliz".

Ser el "Novio" de su ex mejor amigo de la infancia era algo raro, realmente katsuki no había tenido muchas relaciones amorosas como para tratar de ser empatico con los sentimientos de alguien ajeno. Bien le decía Kirishima que era "en el amor un novato pero del sexo un experto". Pues nunca había estado interesado en crear una relación formal con alguien. Mucho menos un hombre Omega. El rubio siempre buscaba relaciones abiertas o donde simplemente se buscará el placer físico de ambas partes sin ningún sentimiento de por medio sin embargo... Lo que estaba haciendo con Izuku era distinto a todo.

Si lo elegía a él, sería la primera vez que estaría en una relación más "formal". Ahora las cosas estaban tomando un rumbo realmente serio que incluso a el mismo le estaba generando cierto ruido. Una extraña vocecita en su cabeza le decía que detuviera ahí las cosas y que no las hiciera crecer más. Que después algo muy malo ocurriría pero como siempre ignoro su lado lógico. Silencio su conciencia y solo suspiro.

Admitía que el pecoso era lindo para ser un chico Omega, con facciones suaves y un cuerpo torneado y pequeño, tenía lo suyo. Al alfa no le gustaban las chicas tiernas y dulces, vírgenes ni torpes e Izuku quizá entraba en esa categoría. Un chico demasiado gentil para su gusto. Tenía todo lo que detestaba de una pareja y aún así... Le gustaba.

Estaba aturdido por lo que empezaba a sentir. Se quedó pensando en eso en su burbuja hasta que la voz de Izuku logro llamar su atención y lo miró a los ojos con una ceja en alto, notando como seguía más que rojo luchando por no atragantarse con los besos profundos y húmedos. Indicando que estaba bien.

—Deku... —

Murmuró apenas antes de sentir las manos del menor que acariciaron su cabello y un gentil beso fue depositado en su mejilla con cariño. Un amor que el alfa jamás había tenido haciéndole sentir el pecho contraer adolorido.

"Solo soy un Omega que quiere demostrarte lo mucho que te quiere y valora, lo mucho que me importas, por favor no seas tan duro con mis sentimientos"

El alfa sintió aún más esa sensación de culpa ante esas palabras, estaba a tiempo de evitar una catástrofe, de echar para atrás el plan o bien de decirle al Omega que en realidad todo empezó por una apuesta, pero quién ahora sentia incomodidad ante el posible rechazo era él. No podía decirle y ya. ¿Y si tomaba el riesgo de continuar?. Ya encontraría la manera de decirle la verdad en algún momento no? Pero ese momento aún no era. Tragó saliva.

"¿Que diablos estoy haciendo?... ¿Por qué me siento tan mal?..."

Despacio llevo su mano a la del menor que seguía en su cabello y la entrelazó con la suya.

—¿Estas seguro de querer elegirme a mi?. El bastardo punk es fácilmente mas acertado a lo que tu buscas y necesitas... Alguien "bueno" de buenos sentimientos... Yo soy un hijo de puta que solo podría llegar a romperte el corazón... ¿Que hay de bueno en mi eh?. Estas jodido —

Le dijo con una voz tranquila, sonriendo de lado, quizá el nerd lo tomaría a juego, sabiendo que su humor no era el mejor pero prácticamente le estaba advirtiendo.

—Lo único que tengo es esa maldita casa, no tengo mucho dinero, ni mucho menos buenos hábitos y creo que ya lo tienes más que claro... Sabes de mis peleas, la droga y que me gusta acostarme con quién sea... Aun así... ¿Por que me elijes a mi? —

Le pregunto curioso, sabía que el Omega seguramente le devolvería la pregunta a él y para ello ya había formado un pequeño sermón en su cabeza pero no fue necesario, Izuku fue sincero expresando como en momentos atrás lo mucho que le importaba y admiraba aún sabiendo sus malos hábitos, resaltando los buenos como ser tan protector, fuerte y atractivo.

El alfa solo suspiro y clavo su mirada en la ajena y llevó su mano al cabello del pecoso para acomodarselo detrás de su oreja y descubrir su rostro para verlo mejor. Evidentemente paso lo que pensó y el menor cuestiono por qué gustaba de él.

El alfa lo medito un segundo, aún eran sensaciones muy nuevas para él. Pero no fue difícil llegar a una conclusión.

— Me has ayudado sin esperar nada a cambio, has tratado de apoyarme y cuidarme e incluso tras todos estos años aún sigues llamándome "kacchan", eres la única persona que me ah visto roto y que soporta mi mal humor. Me aceptas como soy... ¿Como no gustarme alguien así?. —

Le dijo con calma, para despues alejar su mano.

El reloj en la pared comenzó a sonar con un par de campanadas suaves, daban ya las 7 PM.

Las iris rojas del alfa miraron el reloj, era temprano aún, tenían todo el tiempo del mundo, regreso la vista al mejor antes de verlo sonreír torpemente con esa estúpida hilera de dientes perfectamente blancos y alineados que le hacian sentir un ligero hueco en el estómago.

— Entonces es oficial pequeño nerd.... Soy tu novio ahora, tu eres mío ¿Entendido? —

Sonrió ladino dando un ligero golpecito en la punta de la nariz del menor antes de inclinarse para besarlo una vez más, le estaba empezando a gustar de más esa acción con él en específico. Sin embargo a escasos milímetros de conectar sus bocas su teléfono móvil empezó a vibrar.

El tono que reconoció de una llamada le hizo blanquear los ojos y gruñir molesto. Se separó para tomar el teléfono y mirar al remitente de la llamada. Su entrenador.

— ¿Que demonios quiere ese idiota a esta hora? —

Confuso respondió la llamada de mala gana. No duró mucho tiempo antes de que finalizará con una ceja en alto. Arrojo el móvil a un lado y regreso toda la atención al cuerpo bajo el suyo que le miraba embobado.

— Es nuestro día de suerte... El partido se recorrio, Será a las 6 PM —

Informó al Omega y volvió a inclinar hacia el de forma peligrosa y nada cautelosa.

— Así que tenemos toda la noche para disfrutar sin prisas.... Ahora, ¿En qué estábamos? —

Murmuró travieso volviendo a acercar con el menor, con un movimiento un tanto agresivo se hizo espacio entre sus piernas apegando su pelvis a la ajena e inclino más recorriendo el torso del menor con sus manos a los costados hasta subir al cuello acariciar con las yemas de sus pulgares.

Todo el cuerpo ajeno era interesante. Si tamaño y forma parecía como si lo hubiesen hecho a su medida para encajar perfectamente. Sus dedos palparon la nuca dándose cuenta que el Omega no llevaba puesto ningún parche supresor como otras veces que le miró usar.

Alzo una ceja y sonrió divertido, acerco su rostro al cuello expuesto del Omega en donde apego su nariz para olfatearlo, llenarse de su aroma que le removía todo el corazón y sentidos.

— Joder... ¿Por qué hueles tan bien? —

Gruño relamiendo sus labios, deslizó su nariz por la piel de esa zona tan delicada y sensible para un Omega y entreabrio los labios para besar su cuello con suavidad. Uno, dos, tres besos fueron depositados en el cuello ajeno con hambruna.

Katsuki adornaba tener sexo, era una de sus formas favoritas para desfogar el estrés, izuku era dulce y perfecto para ello, pero parecía seguir tensando cada vez más conforme intentaba algo más íntimo. Los besos sobre el cuello lo demostraron. Pudo escuchar su aguda voz jadear un poco de forma jodidamente erótica pero también mantenía esa vergüenza en su rostro y el cuerpo tieso como una roca.

"Era de esperar... Es su primera vez estando así con alguien... Es malditamente adorable"

Katsuki pensaba que podría lograr que el Omega se relajara y accediera poco a poco a sus intenciones, pero no tenía en cuenta que el menor realmente era demasiado tímido. Apenas y estaba aprendiendo a besar de forma decente y ya quería tomarlo. Estaba siendo demasiado rápido con todo.

— ¿Tienes miedo? —

Cuestionó separando un poco para verlo el menor nego pero afirmó y reitero que no tenía experiencia en nada de eso. El alfa negó levemente con la cabeza y acaricio la mejilla acalorada del menor.

— Tranquilo... Seré gentil contigo —

Sonrió coqueto comenzando a quitarse la camisa hasta arrojarla al suelo sin cuidado. Exponiendo el bien trabajado torso adornado con algunas cuantas cicatrices y los moretones que ya está en sanando. Movio su cuello en un círculo liberando el estrés y reclino de nuevo sobre el menor con calma.

— ¿Te gusta lo que vez?... Adelante... Tócame —

Le insinuó tomando la mano del Omega para guiarlo hacia su torso dejándola sobre sus pectorales. La cara del menor era divertida de ver. Nerviosa, roja y mareada.

El alfa río bajo antes de retomar el rostro ajeno por la barbilla y plantarle un beso húmedo y profundo. Nuevamente encontrando sus lenguas en un baile de caricias que por fin el omega correspondió un poco mejor, estaba aprendiendo bastante rapido.

Sus manos viajaron con una lentitud suave a los costados del Omega aferrabdolo por la cintura y está vez ya no se resistió a deslizar sus dedos bajo la camisa. Tanteo a ciegas bajo la tela el torso del tremulo Omega, pudo sentir la firmeza de su abdomen pero la suavidad de su piel, a palma abierta recorrió hasta subir al pecho donde pudo sentir sus pezones que atrapó con sus dedos para acariciarlos y volverlos erectos.

Las reacciones del menor eran dignas de un maldito angel. Tembló y jadeo con erotismo mucho más que cualquier otra persona con la que estuvo, o era que más bien le gustaba Izuku. Pero cada dominuto espasmo y temblor le parecían deleitables y perfectos. ¿Cómo rayos había terminado gustando de casa reacción de ese chico?.

Silencio los lloriqueos ajenos con más besos y deslizó su mano hacia abajo volviendo al abdomen, tanteo el ombligo y con la punta de los dedos amenazó con introducir su mano bajo el elástico del pantalón de gimnasia del pecoso. Sin embargo esta vez fue abruptamente frenado por la mano ajena quien rompió el beso también en un jadeo horrorizado.

Katsuki alzo una ceja confuso por ello pero lo entendió cuando salió a flote el ruego del Omega pidiéndole que por favor se detuviera, que no estaba listo aún para llegar a tener sexo. El alfa suspiro rendido.

La paciencia no era la mejor virtud del alfa, de hecho carecía de ella pero no tuvo más opción que acatar la petición del menor y apiadarse de el al menos por esa noche. Después de todo apenas y se habían confesado. Era de esperar que el Omega no accediera a algo como acostarse con el tan rápido. Al menos no aún. Literalmente el menor apenas y había aprendido a besar.

— Bien... —

Le dijo alejándose un poco y dándole espacio para que pudiera respirar, el pobre diablo se veía tan nervioso, avergonzado y algo preocupado por no haberle dejado ir más allá de solo besos y caricias. Katsuki arrugó el entrecejo confuso.

— No estoy enojado.Ya habrá tiempo para pero te advierto que no eh tenido sexo en semanas así que cuando lo haga contigo tendré que hacerlo hasta saciarme por completo —

Le amenazó con diversión y una voz coqueta, le gustaba seguir bromeando con él de esa forma y verlo arder en vergüenza por la forma descarada de hablar. Se quitó de encima por completo y recostó al lado del Omega, con su sonrisa burlona y le miro de reojo.

— Eres realmente un novato —

Murmuró divertido antes de levantarse y caminar hacia la puerta del balcon para cerrarlo y correr la cortina traslúcida. Ya estaba anocheciendo ahora y la puesta de sol habla acabado.

Se paseo por la habitación sin camisa sabiendo que seguramente el menor lo miraba sin parpadear y eso le gustaba. Alcanzo su mochila y saco los analgésicos que la anciana le dio debía tomar uno más y descansar según ella. Tomo una cápsula y la guardo en su pantalón. Miro a Izuku notando que seguía mirándole con atención mientras abrazaba una almohada.

— ¿Si tanto estás mirando por qué no vienes y me tocas? No te quedes solo mirando... Soy tu maldito novio ahora ¿no? Date el gusto —

Invitó con una sonrisa ladina acercando a tomar al Omega y jalarlo para levantarlo de la cama lo atrapó entre sus brazos y lo apego a su cuerpo estrellando la cara del Omega entre sus pectorales. La habitación ya mantenía el aroma de ambos en el aire.

— Yo voy de ese lado de la cama —

Anuncio para darle a entender que el menor estaba del lado de la cama que el quería pero además de eso aprovecho para que el Omega pudiera tocarlo un poco. El tampoco desaprovecho la oportunidad y deslizó sus manos por la espalda ajena bajando hasta sus glúteos donde dio apenas un ligero apretón haciendo sobresaltar al otro. El alfa negó sin dejar de sonreír altivo antes de alejarse y empezar a acomodar las mantas y sábanas de la cama.

— Usa el servicio a la habitación y pide lo que sea para cenar... Ya que aún no voy a tomarte... Vamos a dormir temprano para tener energía mañana —

Dijo mientras se acomodaba en la cama y esperaba a que el pecoso hiciera lo que le pidió.

Minutos después el menor tomo asiento al borde de la cama. Katsuki chasqueo la lengua.

— No voy a morderte de nuevo ven acá —

Le dijo perdiendo un poco la paciencia y tomo al menor de las muñecas para jalarlo hacia con el y lo hizo caer recostado sobre su cuerpo. El peso de Izuku era poco, el alfa aprovecho para sacar la cápsula de analgésico y acercarla a la boca del Omega.

— Dame mi medicina —

Le ordenó apretando la cápsula contra la boca del pecoso que parecía no entender la indirecta. De lo que se refería.

— Métela en tu boca y dámela con un beso —

Tuvo que ser específico pero sonrió victorioso al ver al menor llevarse la capsula a la boca para después observarlo acercarse lento y algo torpe aún. El alfa solo bufo desesperado y tomo la nuca del menor para acortar la distancia más rápido y pronto lo beso recibiendo la pastilla en el acto.

Separó relamiendose los labios y mastico la capsula para después tragarla. Izuku seguía sobre su cuerpo con las manos apoyadas en su torso y una pierna a cada lado de su pelvis. Desde su lugar la visita era interesante. Se empezó a preguntar cómo se vería el nerd sin ropa alguna en esa misma posición llevándolo a imaginarlo así y alzo una ceja con curiosidad ya había visto el torso del menor sin ropa el día que lo curo de las heridas de los Yakuza. Pero no había podido ver más allá de eso y deseaba hacerlo.

— Si no podemos tener sexo aún... Al menos déjame verte —

Solicito con calma tomando la camisa del menor para elevarla hasta despojarla de su cuerpo. Pudo observar las marcas de las heridas que ya eran solo cicatrices y los moretones habían disminuido casi por completo.

Delineó despacio con la punta de los dedos las curvas de su torso hasta rosar los pezones con cuidado acariciandolos en círculos. Eran suaves y pequeños, el alfa sentía un impulso por morderlos que trato de aguantar pero además de eso empezaba a excitarse naturalmente.

No pudo explorar más allá pues la puerta de llamada con el anuncio de llevarles la cena. El alfa chasqueo la lengua y se movió dejando a Izuku acostado a un lado y acudió a recibir la bandeja.

La dejo en el mueble ladero de la cama y tomo asiento mirando al Omega cubierto hasta la cabeza con una almohada. ¿Realmente estaba tan avergonzado?.

— No tienes remedio —

Murmuró volviendo a ponerse la camisa y tomo la almohada que usaba el menor para cubrirse arrojandola a un lado.

— Llegó la cena ¿No piensas comer?... O prefieres que te coma a ti —

Volvió a bromear riendo entre dientes para empezar a comer con calma y poco después el Omega se le unió también.

El tiempo voló mientras cenaban hablando al mismo tiempo de cosas triviales. Entre ellas salió el tema del partido de football y lo mucho que el alfa aseguraba que ganarían.

Cuando dieron las diez de la noche decidieron ir a la cama en donde fue otra odisea pues el menor parecía estar mucho más nervioso aún.

— ¿Dormirás conmigo o en el sofá?... Ya te dije que no voy a intentar nada —

Aseguro cruzándose de brazos a la espera de la respuesta que para su fortuna el Omega decidió dormir en la cama con él. Le hubiese ofendido que no. Ambos se metieron bajo las sábanas y apagaron las luces. Solo entraba el tenue brillo de la luna y el ruido de las calmadas aguas en las que navegaban.

Izuku estaba recostado de frente a el pero separado hecho un ovillo y el alfa estaba boca arriba mirando al techo.

Había una sensación extraña en ambos, ya habían dormido una vez juntos esa noche en que se quedó a hacerle compañía y termino en un abrazo guiado por el celo se Izuku.

Esta vez estaban conscientes y en sus cinco sentidos. Katsuki sentía el deseo de acercarse al Omega y sabía que este también lo quería así que se removió un poco para girarse frente al Omega y extendió el brazo bajo el cuello del menor para apagarlo a su pecho, con la otra mano lo abrazo por la cintura.

— No digas nada... Solo cállate y duérmete —

Murmuró sin sonar molesto ni agresivo más bien divertido y también un tanto avergonzado pero claro que no al grado de Izuku. Recargo su mentón sobre la cabeza del menor y suspiro profundo. Ambos liberaban sus aromas en un cortejo delicioso que hizo gruñir bajito al mayor.

Cerro sus ojos y comenzó a quedarse dormido en medio de ese agradable aroma y reconfortante sensación que solo tenía una ligera brecha a pasar a un deseo mayor. El alfa tenía ganas de tomarlo si, estaba siendo realmente paciente. Cómo jamás fue con nadie ni nada.

Cuando sus ojos volvieron a abrirse aún era de noche y el Omega aún estaba aferrado a su torso completamente dormido. Acerco a olfatear su cabello y de forma casi automática le dio un beso en la frente. El alfa reacciono segundos después con un rostro descolocado.

"¿Que diablos me pasa?... Jamás había hecho algo así, ¿ que rayos me estás haciendo nerd?"

Pensó extrañado mientras observaba el semblante relajado y dormido del otro. El rubio trago saliva y mordió su labio enfocando la mirada en la boca entreabierta del menor la delineó despacio con su pulgar y acercó a besarlo con suavidad. El sabor de su boca realmente le estaba empezando a gustar. Era aún más adictivo que la droga o el alcohol.

"El solo busca hacerme feliz... Yo ni siquiera sé cómo haré para devolverle algo como eso... ¿Que voy a decirle a los demás?... ¿Cómo pude caer ante sus encantos?... Jamás pensé que iba a enamorarme también. Esto esta mal"

Pensó serio suspirando con pesadez. Cada vez sentía una mayor culpa. Debía decirle al Omega la verdad antes de que ambos salieran lastimados.

"Quizá mañana después del partido... Le diré lo de la apuesta... Pero que también me gusta de verdad..."

Estaba decidido a hacerlo, debía admitir que su primo tenía razón. Había terminado dejando entrar al Omega a su corazón por mas que intento negarlo o hacerse a la idea que solo seria para su beneficio. Termino perdiendo ante la esencia del Omega y su tonta y bonita sonrisa.

Al la mañana siguiente despertaron al mismo tiempo al sentir remover al otro. El ferry ya estaba de regreso y no tardarian en llegar. Los ojos rojos del alfa clavaron en los verdes del Omega.

— Hey Pequeño brocoli.. ¿Dormiste bien? —

Le cuestionó con una ceja en alto y sonrió a su respuesta afirmativa y tímida. Acarició su cabello con calma y se levantó despacio estirando su espalda. El sol de la mañana ya iluminaba afuera.

Ambos prepararon sus cosas y decidieron salir a dar un último recorrido al ferry para terminar en la zona de comida y desayunar algo ligero.

Caminaban uno al lado del otro, el alfa no se animaba a tomarlo de la mano pues ahora ya tendría otro significado y ciertamente sentía cierto bochorno avergonzado aunque no lo demostrará. El no era de ser alguien romántico ni mucho menos cariñoso en público e izuku era una maraña de timidez y vergüenza andante. Apenas atinaron a entrelazar sus meñiques y caminar así solo unos minutos.

Cuando finalmente llegaron a la ciudad de nuevo ya era medio día y bajaron del ferry con una cara de satisfacción. Había sido una buena experiencia sin mencionar el inicio de esa curiosa relación.

Tomaron un taxi a casa en donde al bajar miro la casa del menor. Su madre los saludo desde el jardín ya que estaba regando las plantas.

— Buenos días señora... —

Saludo el alfa con cortesía y la mujer ondeo su mano con alegría acercándose a ambos y preguntándoles como había estado el viaje en el ferry.

— No estuvo mal... Lo disfrutamos mucho... ¿No es así Izuku? —

Le dijo con una sonrisa cómplice.

— Katsuki muchas gracias por cuidar de Izuku, te lo encargo más tarde en el partido de football mucha suerte está noche —

Dijo la mujer con entusiasmo, el alfa solo asintió y miro al pecoso con una ceja en alto.

— Lo haré... Cuidare bien de él no se preocupe... Nos vemos está noche Izuku. —

Se despidió del Omega con una palmada a su hombro que deslizó sutilmente por el brazo hasta rozar su mano a escondidas de la vista de la mujer. Se dio media vuelta y se fue a casa mirando de reojo al mejor con su madre que lo llevó dentro también con una sonrisa divertida.

Katsuki suspiro borrando la sonrisa y entro a casa. Cerro la puerta y recargo la espalda y la cabeza en esta.

— Mierda... Debo decirle la verdad está noche sin importar que.... —

Murmuró decidido.

Un par de horas más tarde su teléfono vibró recibiendo un mensaje de un número desconocido.

Afilo la mirada y abrió el mensaje, supo de inmediato que provenía del nerd al leer lo que decía, ese debía ser su número y se preguntó de dónde había obtenido el suyo hasta que recordó que se lo había dado a su madre el día del altercado con los yakuza.

Tras ver el mensaje sólo suspiro y dejó el teléfono al lado de su cama. No pensaba responder por qué ni siquiera sabría que decir. El mensaje solo decía lo mucho que el menor agradecía que le diera una oportunidad y le deseaba buena suerte en el partido y que se iría antes por una reunión con la escuadra para dar un último ensayo.

Un par de horas más tarde llegó la hora de ir a la escuela para el partido. Al llegar se dirigio a los vestidores junto a los demás y comenzar a ponerse el uniforme oficial negro con las letras y los números en color naranja. Al frente llevaban el nombre del equipo los "wolves" de la UA. y su numero de jugador, katsuki llevaba orgullosamente el número 5. Mientras que en la espalda llevaban el número de jugador más grande y su apellido Bakugo. Finalmente lo estrenarian esa noche.

Al ser el mariscal de campo debía portar una pequeña toalla blanca colgada a la cadera para denotar que el era el capitán. También había sido idea del pelirrojo que todos se dibujaran un par de líneas negras bajo los ojos para verse más "varoniles y rudos".

El football americano era un deporte muy agresivo. No por algo debían tener una apariencia así y la mayoría de los miembros del equipo debían ser chicos fuertes y grandes.

Tras dar sus últimos toques notaron que ya había sido hora acercarse a la salida, ya se podía oír a las personas en las gradas, entusiasmadas por qué el partido comenzará.

Se escuchaba la voz del presentador que hablaba desde una pequeña cabina sobre las gradas de concreto hablando por un micrófono que se escuchaba por un par de altos parlantes hacia el público.

El equipo rival fue anunciado primero, la gente estalló en aplausos y gritos. Se trataba del equipo de la universidad Minghe quienes salieron desde un extremo del campo hacia el centro, de su lado su equipo de animadores también había comenzado con una corta rutina de presentación, Katsuki supo que no sólo ellos competirían por ganar si no también los animadores de Minghe contra los de UA. El campo sería una completa zona de guerra y eso lo emocionaba.

Cuando fue su turno de salir, todos corrieron siguiendo a katsuki, sus uniformes ajustados brillaban ante el brillo de las potentes lámparas que alumbraban el campo, marcando los músculos de todos los jugadores que se veían realmente bien.

Ya llevaban sus cascos puestos. Pero katsuki era fácilmente reconocible por la toalla en su cadera y por el apellido en su espalda. Mientras tomaban sus lugares los animadores les hacían la rutina de presentación seguido de frases que combinaban con sus bailes.

"Con wolves mucho cuidado, si quieren guerra se las daremos al fin y al cabo les ganaremos. Vamos lobos de la U.A"

Gritaban los porristas mientras bailaban y katsuki no evitó reírse. Esas frases eran realmente tontas aunque era interesante ver al nerd en acción. Su mirada dijo en la verde a la distancia. El pecoso se veía adorable con su uniforme oficial y un poco de brillo en sus pómulos que seguramente alguna de las chicas le puso. El alfa le sonrió desde su lugar bajo su casco y no evito observar las acrobacias.

Una vez que la porra terminó ambos equipos se posicionaron en el centro del campo y tras el silbato del árbitro el partido dio Inicio.

Tal como lo habían practicado, Katsuki logró meter la primera anotación a los 5 minutos de haber iniciado y la segunda fue hecha a los 10 minutos por Kirishima. Sin embargo sus rivales eran duros. Katsuki no evitó ser tracleado un par de veces por uno de los más fuertes del equipo rival. Un grandote con el numero 30 y nombre Inasa, pronto el tablero se vio empatado al término del primer tiempo y la tensión no podía ser peor entre todos.

Por cada tacleada el rubio no evitaba sentir que alguna costilla se rompía en pedazos pero no se quejaria jamás. En su mente no habia otra cosa que no fuera ganar y eso harían sin importar que.

El peor momento fue en un ataque que recibió en donde su casco golpeó contra su frente haciéndole una herida encima de la ceja. Todos habían notado que el rubio parecía tener una pequeña mancha roja que bajaba por su sien. Pero al preguntarle si estaba bien el rubio solo gruñia y decía que si y que dejaran de molestar.

A la mayoría le pareció increíble que aun lastimado el rubio tuviera la firme decisión de jugar hasta ganar eso les inspiraba pues estaban nerviosos.

Cuando el segundo cuarto de tiempo inició todo se volvió complicado pues los del equipo contrario habían comenzado a jugar sucio, uno de los rivales jalo al rubio de su camisa con la mano para tumbarlo y así lograr quitarle el balón. Desde luego fueron señalados por el árbitro como faltas.

—Bastardo hijo de puta. Juega limpio ¡¿ o acaso tienes miedo?! —

Le grito el rubio quien casi se lanzaba a golpes contra el que lo jalo, incluso contra algunos de los demás pero fue detenido por sus propios compañeros quienes le decían que se calmara.

Con mirio y Kirishima como sus principales defensas le era sencillo obtener el balón, pero era difícil anotar cuando estaba en la mira de toda la línea ofensiva del equipo rival.

En el último cuarto de tiempo, con una anotación más de cada equipo y con el tiempo limitado a solo 3 minutos para acabar el partido, quien hiciera la última anotación ganaría. La escuadra gritaba tratando de animar a su equipo. Entre ellos los gritos de Izuku llegaron a sus oídos dándole un aire más grande de valor.

Con su última jugada el rubio se las ingenio y corrió por todo el campo lo mas rápido que pudo y cuando fue tecleado notaron que no tenía el balón y quien lo llevaba era sero, aprovecho para ponerse en pie de nuevo y corrió logrando atrapar el pase lanzado por sero desde la línea de meta y con toda su fuerza corrio en línea ofensiva hasta llegar a la zona roja y todos miraron el alfa avanzaba lo más rápido posible esquivando a la defensa del equipo contrario mientras que el reloj llegaba a sus últimos cinco segundos de tiempo.

Justo en el último segundo el rubio llegó a la zona de meta marcando el último touch down, el tiempo llegó a 0 marcando el final del juego y con esa última anotación wolves se coronó como ganador.

El comentarista estalló en palabras enérgicas y entusiasmadas mientras que todos en el público también gritaban de emoción. El equipo de animadores realizó una última rutina de celebración.

— ¡se acabó! Señoras y señores los ganadores, Los lobos de la U. A!! WOOW su mariscal es una bomba! ¿Vieron esa anotación?! Fue increíble! —

Todos los del equipo incluyendo el entrenador corrieron a abrazar a Katsuki lanzándose contra el para tirarlo al piso y felicitarlo por tan increíble juego.

El equipo perdedor simplemente se retiro con semblante decaído pero satisfecho.

— ¡¡Quitense de encima idiotas!! —

Les grito el rubio antes de que finalmente se alejaran y se puso de pie con algo de dificultad por su cuerpo golpeado que seguramente ya se había vuelto a poner morado. Se quito el casco y sacudió su cabeza dejando volar varias gotas de sudor de su cabello húmedo y dejando al aire libre la pequeña herida en su ceja , entonces miró directamente hacia los animadores clavandole la mirada al pecoso junto a una sonrisa victoriosa antes de darse la vuelta y acercarse a los demás que ya bebían agua y bebidas energéticas de la mesa que antes habían colocado para ellos.

— Hey... ¿Notaste que el mariscal no dejó de verte en todo el partido? ¿Y si lo invitas a salir? —

Le dijo Ashido al pecoso. Le guiño el ojo antes de unirse a los demás que también festejaban el triunfo de su equipo.

Con la victoria asegurada y su pase directo al campeonato estatal, el equipo se fue directo a los vestidores con duchas, tras hidratarse.

Algunos jugadores se desvistieron para meterse directo a las regaderas que solo eran separadas por cubículos semitransparentes.

Algunos otros prefirieron recuperar el aliento mientras descansaban sentados en las bancas de los vestidores. Todos estaban felices por el triunfo del juego en especial el entrenador quien le dio a katsuki el balón con el que ganaron alardeando que sin él no hubiesen podido ganar.

Katsuki por su parte no le interesaban esas cosas así que solo tomó el balón y no dijo nada. Tomó asiento, sintiendo el dolor en su costado izquierdo cada vez más punzante. Así que cuando cada quien se concentró en sus asuntos, aprovecho para quitarse la Jersey y las protecciones de los hombros y el pecho, por último la playera sin mangas que tenía puesta de fondo y dejó todo a un lado, se miró el costado notando que estaba enrojecido pero lo peor era la herida sobre la ceja. Llevó su dedo apenas rozando el lugar y soltó una grosería con enojo pues había dolido demasiado.

Kirishima quién estaba a su lado noto la herida y lo miró preocupado.

— Bro... Eso no se ve nada bien... Necesitamos llevarte al hospital o a la enfermería —

Le dijo el pelirrojo pero katsuki negó y lo aparto cuando quiso acercarse.

—No necesito ningún estúpido hospital... Estoy bien es solo una simple cortada —

Gruñó mientras se sostenía la herida, y pensaba en alguna manera de curarse. Pensaba en ir a la enfermería de la escuela eso debía bastar.

Kirishima le miró preocupado pero antes de poder decirle algo más escucho las risas de los demás y el alboroto, ambos miraron hacia el frente y entonces notaron el por qué de tanto alboroto.

Ahí estaba Izuku, asomando en la entrada de los vestidores y con algo de miedo paso en medio de todos los jugadores que no tardaron en burlarse de él y decirle cosas de mal gusto.

— Vaya... Esto es inesperado —

Murmuró Kirishima sonriendo levemente para voltear a ver a katsuki. Este por su parte alzó la vista y al notar que el nerd había ido a buscarlo de forma inmediata frunció las cejas y enfrió el rostro.

"¿Quién se creía para buscarlo así por qué si?"

Le clavo la mirada con firmeza hasta verlo frenarse casi junto a él y al oír sus palabras no evitó abrir los ojos en sorpresa mientras apretaba la mandíbula. Parecía ser que el Omega estaba preocupado por su estado de salud.

"Miren katsuki ya tiene niñera"

"vaya Katsuki no sabíamos que te gustaba que te cuidaran como a un niño"

"Oye lindura, ven a ver estas heridas de aquí eh... Seguro las puedes curar"

Las burlas de los demás chicos hicieron al rubio chasquear la lengua y gruñir, ciertamente el nerd era en extremo entrometido y preocupon como su maldita madre así que no supo que decir. Le había ido a ver sin importar que seguramente sería molestado por los demás. ¿Por qué?. ¿Era por qué ahora estaban saliendo?

Apenas abrió la boca para háblar cuando rápidamente el nerd le ganó la palabra despidiéndose y prácticamente salio casi corriendo de ahí. Parecía que se había percatado de lo que había hecho.

"¿Viste? Salió corriendo seguro se excito y no quería que lo viéramos"

"cumplió su sueño húmedo al entrar a las duchas de los jugadores"

Comentarios así fueron solo algunos de los que el rubio escucho tras la huida del nerd y solo pudo suspirar y negar con la cabeza. Kirishima se quedó en silencio y miró a su primo. Ignorando a los demás.

— Parece que Midoriya se preocupa mucho por ti... ¿Estas seguro de querer seguir con tu apuesta? Vas a hacerle mucho daño. —

Le dijo el pelirrojo en voz baja, pues el era el único que se estaba dando cuenta de que tanto katsuki como izuku estaba comenzando a actuar diferente. Conocía bien a su primo y sabía que aunque él asegurará que sólo fingía. Estaba comenzando a tratar diferente al pecoso.

—¿Ah? Dejate de idioteces. Ese es mi problema. —

Kirishima solo suspiro y negó con la cabeza. El entrenador llegó para mirar la herida del alfa y lo curo de forma muy simple solo para que no se infectara. El hombre invito pizzas y cervezas para todos pero el rubio decidió negar la invitación. Solo quería ir a casa y descansar.

Kirishima lo acompaño a la salida del gimnasio y allí miraron al pecoso sentado cerca de la salida.

— ¿Ese no es Midoriya? Que hace ahí sentado? —

Murmuró Kirishima para acercarse a él y tocarle la espalda para llamar su atención

— ¡Hey Midoriya! ¿Que haces aquí? Ya todos se fueron a festejar o a sus casas... ¿Esperas a alguien? —

Le preguntó sonriendo. Luego miró a Katsuki y se le ocurrió algo.

— El idiota de mi primo se abrió la ceja... Yo.. Debo ir a arreglar unos asuntos, ¿podrías acompañarlo a casa? —

Se apresuró a decirle al menos para luego casi salir corriendo ignorando las amenazas e insultos del rubio dejándolos solos.

—Tsk... Ese idiota. —

Murmuró el rubio mientras suspiraba y luego miro al nerd, suspiro y aunque hubiese querido sentirse molesto fue todo lo contrario. Verlo allí sonriéndole como tonto le hizo suspirar resignado con una sonrisa ladina mientras le escuchaba alardear lo genial que se había visto en el partido.

—No podía perder... Yo nunca pierdo, pero.... ¿Que diablos fue eso en los vestidores?...—

Murmuró el rubio para entonces caminar despacio dejando que el pecoso cargará su maleta y caminara a su lado.

El camino de regreso fue tranquilo mientras hablaban. Al llegar a casa frenaron justo afuera de la casa del alfa en donde el rubio tomo de los hombros al menor y lo giro para plantarle un beso callandolo del parloteo que tenía. Separaron después se un momento en donde el menor parecía haberse puesto nervioso de que algún vecino los mirará.

— ¿Quieres pasar un rato? —

Le invito señalando su casa con una sonrisa divertida. Al lado la casa del menor lucia apagada. Seguramente su madre ya estaba dormida.

꧁_____________꧂

Había sido tan honesto como pudo serlo, expresarle completamente a Katsuki lo que sentía por él, lo bien que era quererlo y anunciarle que gustaba de estar a su lado. Conocer que era correspondido lo hacia tan feliz.

Tuvo el enlace de la mano de Katsuki que apartaba la suya de la rubia cabellera, el gesto del alfa era complicado de indagar pero se dio cuenta de su advertencia algo seria. Izuku arrugó un poco el entrecejo sin entender del todo, ¿qué tenía de malo? Ambos se gustaban y era suficiente.

—¿Cómo es asumes que busco y necesito alguien diferente a ti? —Defendió intranquilo de notar como se comparó con Shoto que lo veía más ideal para él—, no creo que seas malo...

"Solo alguien incomprendido..."

La amenaza de que podría romperle el corazón le dio un vuelco amargo de esa posibilidad, pero continuaba renuente. Dio un apretón al enlace de sus manos.

—Bueno, desde un inicio me arriegué a que podría ser rechazado. De todos modos quise apostar todo en declararme contigo. Está bien, quiero estar junto a ti.

Volvió a recargar completamente en la cama por la preguntar de porque lo elegía a él. En realidad nunca se planteó esa pregunta, solo se cuestionó desde cuando empezó a gustarle, ¿pero por qué?

—Debe sonar insolente que diga conocer todos tus defectos, pero también conozco tus virtudes, desde siempre te he admirado, eres seguro de ti mismo, fuerte, y deseas superar cualquier obstaculo... —inseguro de continuar pasó saliva por su garganta y sonrojó desviando la vista del mayor—, me pareces sumamente atractivo, tu aroma de alfa es sumamente compatible conmigo, me gusta tu porte protector... Cualquier omega quisiera algo así...

Se escuchaba tan incómodo mencionar todo lo que atraía de Katsuki, pero debía ser explícito en responder su pregunta, después de todo él mismo se promulgó hacer todo lo posible por cosechar la felicidad del alfa. No quería tener ningun filtro con él.

Los dedos que recorriendo su cabello por detrás de la oreja le provocó livianos suspiros tratando de mantenerse con un gesto lo más tranquilo posible, pero tener a Katsuki tan cercano invadiendo espacio personal luego de una ronda de besos era algo que no acostumbraba, después de todo era la primera vez que besaba a alguien.

Su lucidez espabiló al llegarle algo a la cabeza, esa misma pregunta que le hizo Katsuki la invirtió queriendo indagar con el alfa.

—¿Y tú, Kacchan? —Mencionó con la vista hacia los ojos rojos del mayor, preocupado de saber la verdad—, ¿por qué decides elegirme a mí?

Los ojos fueron ampliando con la respuesta, su ayuda incondicional y pese a todo lo que pasó siguiera diciendole por ese mote infantil que hoy en día dificilmente podría quitarse de la boca. Las veces en que lo vio decaído y roto en sus peores momentos, como al estar bajo efectos de sustancias ilícitas. Quería convencerlo de cambiar un poco su calidad de vida, que se alejara de las peleas clandestinas o las drogas, debía tantear el tema despacio, después de todo esas cosas no eran lo adecuado para la felicidad del alfa, o al menos Izuku lo percibía así.

Bajó las cejas con una extraña resignación pero osciló una sonrisa parsimoniosa de conocer sus motivos de atracción le parecieron genuinos. Oir que oficialmente saldrían como novios era algo dificil de carburar, pero lo último que lo tomaba de forma posesiva le sorprendió al decir que era suyo.

—Ah... claro... —asintió la cabeza un par de veces llevandose el antebrazo a obstruir su visión.

Varias veces de niños Katsuki decía cosas así cuando lo defendía de otros: "Deku es mío", ahora no sonaba al mismo contexto. Le resultó vergonzoso.

Ante el golpecito en la punta de su nariz apartó el antebrazo para mirar, Katsuki le provocaba sacar sonrisas aturdidas por la cercanía, estuvo a nada de tomar sus labios o al menos acariciarlos con los suyos. Era el momento mejor preparado que estaba para eso a diferencia de antes, sin embargo, el sonido de una llamada dejó a ambos estáticos e incómodos.

La idea de ser observado o que estuviera alguien presente interviniendo puso sus nervios invadiendo.

—Se-será mejor que respondas...

Oyó a Katsuki maldecir mientras estiraba el brazo para alcanzar el teléfono del mueble conjunto. Ni siquiera tomó la molestia de apartarse de encima, Izuku se quedó tan inmóvil como podía, si pudiera dejar de respirar lo haría para ser lo más sigiloso posible. Ese lapso fue idóneo para admirar a Katsuki, concentrado en su porte sin sentirse mal por la mirada contraria.

Ese semblante serio, o más bien molesto por haber sido interrumpido le provocó a Izuku permanecer deleitado cuestionandose si Katsuki todo el tiempo fue guapo o recientemente se dio cuenta. Sabía lo mucho que hacía ejercicio, tanto para el equipo de la escuela o por las peleas, tenía buen volumen muscular, cosa que podía apreciar en los brazos ese momento.

Se dio cuenta del excepticismo en ese momento al verlo alzar una ceja, algo estaba fuera de sus planes por lo que parecía. Cuuando colgó le dio la noticia como forma de buena noticia. El partido fue recorrido a la tarde, no faltaría mucho para que recibiera una notificación también en el equipo de animadores.

—Ah... Que bien, así no estaríamos tan apresurados, ¿no?

Dijo recordando que el ferry volvería a su muelle hasta la mañana, evadió la vista al techa con el nerviosismo encima mientras jugueteaba con sus dedos en su vientre.

La invitación de retomar lo que estaban haciendo le formuló una sonrisa tambaleante y avergonzada, aunque pronto respingó por el brusco movimiento que separó sus piernas y apegaron pelvis, su rostro estaba tan rojo. El recorrido de las manos de Katsuki fueron subiendo por su costado como si quisiera grabarse su figura, Izuku procuró no emitir ningun ruido extraño o queja solo permitiendo su trayecto hasta que alcanzó a su cuello que fue acariciado. Fue entonces que jadeó con asombro, puesto que se trataba de una zona bastante íntima para un omega.

—...Soy demasiado sensible... ¡Ahí! —Intentó advertir de las yemas que delineaban su cuello, pero dio un sobresalto al ver el rostro de Katsuki acercar peligrosamente también.

Sus manos quedaron en los hombros del mayor a punto de empujarlo con pánico, pero cesó de la idea solo sintiendo las respiraciones calientes recorrerle la piel. Por un momento pensó que lo mordería repentinamente como en la lengua, le escuchó en un gruñido interesante que olía demasiado bien.

—No traje más parches supresores, el que llevaba se estropeó en la piscina... —apenas logró decir con un balbuceo frágil ante la nariz pegada a su cuello.

Le hacía demasiado feliz escuchar que a Katsuki le encantaba su aroma, ya que cuando apenas se percató de que era un omega le recriminó que no podía ocultar sus feromonas, más nunca le especificó si su esencia de cedro y manzanilla era algo que le gustara.

El recorrido de besos solo le provocaba jadeos entrecortados tratando de contener movimiento, ladeaba la cabeza intentando ocultar el cuello. Una voz que no acostumbraba con claro signo de alarma pero tenía una intervención algo erótica. ¿En qué momento pensó que podría estar en una situación tan comprometedora con Bakugo Katsuki sin que fuera una burla de él?

Indiscutible en sus espasmos empezó a temblar, cosa que le hizo al alfa interrumpir su tarea y preguntarle si tenía miedo.

—No... No es eso... Estoy nervioso, te dije que ni siquiera besé a alguien en mi vida... Es algo nuevo...

Dijo intentando llevarse las manos al rostro con vergüenza, pero luchaba consigo mismo por no hacerlo. Solo las dejó contra su torso en puños temblorosos.

Katsuki le dijo que sería gentil, pero ¿de qué manera se refería? ¿Gentil en que?

Casi explota el omega cuando vio al otro erguirse y deshacerse de su propia camisa quedando la mitad del cuerpo expuesto. Ahora sí se llevó las manos a ocultar su boca abierta, sus dedos estaban desordenados sin poder articular bien.

—¡¿Q-qué estás haciendo?! —Tartamudeó intentando desviar la mirada del alfa, pero era imposible, tenía completamente su atención.

Deleitarse con la figura del alfa, no era la primera vez, desde que lo vio el fin de semana devolviendo los productos de limpieza, curandolo de su pelea, había otros escenarios donde pudo apreciarlo, pero no tenía el mismo término que ahora donde ya eran pareja.

Katsuki llevaba algunas marcas aun de sus heridas, incluso por el entrenamiento de esa mañana podían acentuarse más, aunque eso no le quitaba nada lo atractivo.

"¿Qué si me gusta lo que veo? Estoy seguro que sabe la respuesta luego de lo que he dicho, mi cara... No sé fingir algo así"

Pensó Izuku alterado, intentando encogerse en la cama. Una de sus manos fue tomada provocandole tragar saliva y nuevamente respingó al ver que fue llevado al torso del alfa.

—Eh... E-eh... Yo.. —tenía la cabeza tan caliente, rojo como una fresa, incluso podía sentir humo salir—. ¿Puedo...?

Su mano temblaba intentando recorrer los pectorales del alfa, algunas lesiones persistente estaban ahí, procuraba ser cuidadoso, pero aprovecharía esa oportunidad. El alfa tenía mucha musculatura rígida, era bastante evidente el ejercicio que hacía para eso.

—Eres fuerte...

Susurró sin lograr decir nada más, puesto que su mentón fue alzado e inmediato correspondió el beso con cariño al tiempo que su mano serpenteó a la espalda desnuda del alfa, una piel tersa con ciertos rasgos de cicatrices de lucha, ¿desde cuándo inicio con esa tendencia de las peleas clandestinas?

Todo iba en orden, Izuku ya sabía otorgar esos gestos de amor como ser besado. Era delicioso saborear los labios y lengua de la persona que quería, ser correspondido era tan mágico. Sin embargo, su terso recorrido de lenguas fue interrumpido con un gemido asustadizo del pecoso al sentir una invasión debajo de su camisa, la mano de Katsuki estaba manoseando su vientre y subía peligrosamente a su torso donde dio un pellizco sorpresivo a un pezón.

Izuku ni siquiera sabía que tenía ese punto erótico en sus pezones, o es que Katsuki sabía estimularlo tan bien. Separó completamente del beso al ladear el rostro rudamente entre gemidos y espasmos por las caricias agradables.

—Es demasiado... Kacchan... —contrajo el rostro entre sus gemidos, ¿eso era la forma gentil que dijo el alfa?

Pareciera que su advertencia no fue escuchada, Katsuki seguía estimulando sus pezones ahora erectos, las feromonas de ambos revoloteaban en ese camarote. Las falanges de Izuku no podían articular como deseaba, con una mano en la espalda y la otra en el hombro del mayor.

Le encantaba Katsuki, se notaba su experiencia en ello, aunque eso lo ponía un poco triste también agradecía como sabía hacerlo sentri bien.

El calor de la palma bajo su camisa descendió con caricias de sus yemas por el abdomen, hasta llegar a su pantalón subiendo un poco el elástico para adentrarse, eso fue demasiado para el pobre Izuku que saltó sorprendido.

—¡Espera! ¡No! —comunicó con miedo empujandolo de los hombros.

Su rostro continuaba sonrojado con jadeos por todo el estímulo, incluso su entrepierna estaba algo abuntada pero apenas perceptible por el tamaño de su ropa deportiva.

—No me siento listo para algo así... —dijo con un gesto de suplicio para que detuviera. —No quiero... No ahora...

Era una oportunidad genuina, no eran bromas o burdas insinuaciones de Katsuki para fastidiarlo como antes. El alfa quería hacerlo, o al menos llegar tan lejos, pero Izuku consideraba ir rápido.

Quería tomarse su tiempo, disfrutar salir con Katsuki, pasear juntos, charlas tan casuales como ya habituaban, le gustaría que ese punto tan especial e íntimo se concediera en otro lugar, sin embargo, tenía algo de miedo en que Katsuki rechazara su declinación, la paciencia no era una virtud del alfa y le decía lo mucho que le gustaba el sexo, le asustaba no cumplir con sus expectativas.

Desvió la vista hacia un lado con una mueca inseguro de lo que dijo y su punto de vista, estaba seguro que Katsuki se enojaría por su paciencia, pero no fue así, cedió alejandose y dandole espacio.

—Lo siento. ¿Estás enojado? —Preguntó preocupado y la mueca entristecida de tener una afirmación.

Tuvo como respuesta que no estaba enojado, pero además una coqueta advertencia de que cuando llegara el momento iba a desahogarse por las semanas que no había tenido actividad sexual. Izuku apretó las manos contra su pecho perturbado de la amenaza.

—Es-está bien... —Balbuceó dando a saber que estaba de acuerdo.— Te agradezco... Escucharme...

Katsuki se quitó de encima y se acostó al otro lado de la cama mirandolo de reojo, Izuku no sabía que hacer por lo que solo trató de distraerse peinando un poco sus mechones verdes de la frente esperando a que sus feromonas excitadas y su erección desapareciera.

Cuando el alfa le dijo que era un novato tal cual se llevó las manos a ocultar el rostro con mucha culpa.

—Te dije que no fueras tan duro conmigo, no estoy acostumbrado a estas cosas como tú, preferiría que fueras más despacio conmigo...

Dijo bajó las palmas de sus manos, asomó un poquito mirando al rubio a su lado y volvió a ocultar la visión con pena. Segundos después sintió el colchón moverse, Katsuki se había levantado, Izuku estiró una mano para alcanzar una almohada y abrazarla como una especie de escudo, seguía algo nervioso mirando al alfa pasearse con total libertad por ahí sin camisa.

Su sonrojo seguía vigente, recordando los besos húmedos de antes y como las grandes manos de Katsuki estuvieron recorriendo su piel. De solo pensarlo la sensación nacía por donde tuvo las caricias en el vientre y pecho.

Tal parece y era bastante obvio como le observaba, incluso Katsuki le dijo que no solo se quedara mirando, eran novios. Izuku seguía sin creerlo.

—S-sí... lo somos, pero es que... ¡Aguarda! ¡¿Qué piensas hacer?!

Su voz fue alterando al ver a Katsuki acercarse, lo tomó de la muñeca forzandolo a levantarse de la cama, le arrebató su escudo personal esponjoso que era la almohada para intercambiarlo con un abrazo rotundo que le apegó el rostro con los pectoras del mayor.

—Es repentino... Sabes que soy tímido, no puedo solo... —susurró cohibido, antes era tan fácil hablar con Katsuki, ahora era más difícil expresarse, irónicamente por la mayor libertad que tenían ambos.

Las palmas de Izuku estaban al aire, lentamente las dirigió con el alfa, se sentía algo mareado pero agradable por las deliciosas feromonas, el alfa rebosaba de ese aroma dulce y picante con toques cítricos de naranja. Tan compatibles, encajando a la perfección con las suyas.

La mención de que estaba del lado de la cama que el alfa quería le hizo reconocer porque lo levantó, pero de paso agradecía haber cambiando esa almohada por los pectorales del mayor.

—Ah... Claro, me moveré al otro lado entonces ¡Ihhhh!

Gritó en voz aguda y asustado por el repentino apretón que sintió en su trasero, percibiendo el gesto divertido del rubio.

Por fin separó con la mención de que debería pedir algo para cenar, Izuku miró dudoso a Katsuki tender las sábanas para instalarse.

"Ya que no voy a tomarte vamos a dormir temprano para tener energía mañana"

Claro, el partido de mañana sería muy desgastante, no era adecuado desvelarse o ir sin capacidad necesaria, pero fuera de eso sonaba a regañadientes ese "ya que no voy a tomarte".

"¿Realmente querías hacerlo ya? ¿No es... muy pronto?"

Pensó con inseguridad, ahora se sentía un poco arrepentido de su negación, no quería obligarse a hacer algo que no quería aún, pero era triste tampoco no complacer a la persona que supuestamente le prometió hacerlo feliz.

—Entonces... veré que puedo pedir...

Susurró cabizbajo hacia el mueble donde estaba un teléfono instalado y una carta con los servicios que podía llamar.

El menu de comida continuaba con la misma gran variedad con la del restaurante. Si iban a descansar de forma provechosa no debían cenar algo tan pesado, además de tener un partido importante el día de mañana, ordenó una sopa y puré de verduras con la proteina adecuada. Nutritivo, bajo en calorías y ayuda a saciar el apetito, era perfecto para Katsuki.

Colgó el teléfono con un sutil gracias a la persona que le atendía.

—Listo, dijo que en unos minutos llegarían tocando la puerta con el encargo —dijo con un tono emocionado, poco después acercó a la cama y tomó asiento en el límite, palmeando algo ansioso sus rodillas.

"Lo frené abruptamente... ¿Ahora que se supone que haremos?"

Pensó avergonzado luego de como culminó esa ronda de besos y caricias, también fue muy especifico en que no quería ir rápido. Katsuki dijo que no estaba enojado, pero percibía algo que le incomó.

Intentó mirar hacia el balcón pero con las cortinas cerradas no había mucho más por hacer. Su atención pasó al comentario de que fuera de nuevo con el alfa, que no lo mordería.

—Eh... ¡Un momento...! —suplicó nervioso por el repentino tirón que lo llevó a estar recostado encima del mayor.—¿Que haga qué...?

Susurró extrañado de la petición de que debía darle su medicamento, la misma capsula que fue puesta entre sus labios. Estuvo a punto de retirarla por si mismo con su mano pero escuchó los detalles de como Katsuki la quería y empezó a sonrojarse.

—De acuerdo, entonces... Allá voy...

Con timidez y sosteniendo la capsula en labios con los dedos le dio un empujón a su lengua, no podía creer lo que estaba por hacer. Cerró los ojos e inclinó para sumergirse en otro beso, ese tacto era tan mágico. Sus labios abrieron despacio y con su lengua empujón la capsula a la boca del alfa, en esta ocasión fue él quien adentró a la cavidad bucal con su lengua.

Sonidos obsenos de un candente beso emitieron, sus manos apretaron a los hombros del mayor para sostenerse. Tras varios segundos separó abriendo despacio la vista para deleitarse con Katsuki, aun sentía una terrible sed por besarlo, estuvo a punto de inclinarse de nuevo con cierto arrepentimiento por separar sus labios, pero al ver que el alfa estaba masticando el medicamento se frenó.

—Ya no estás tan mal de la pelea pasada, ¿cierto? Creo que en el entrenamiento tampoco lo hiciste mal, solo me gustaría que mañana no vayas a lesionarte...

Su comentario fue interrumpido ante la solicitud nueva del alfa.

"Si no podemos tener sexo aun... Al menos déjame verte"

—¿Eh? —Balbuceó abriendo un poco más la mirada con sorpresa, pronto respingó al sentir como su camisa fue tomada siendo jalada hasta su cabeza—, ¡Kacchan! ¡¿Qué haces?!

Estaba sentado en parte del abdomen y pelvis del alfa, una corriente helada corrió por su espalda al estar desnudo, quiso llevarse los brazos contra sí con vergüenza, no tanto por estar al descubierto del pecho, pero sí por las marcas que llevaba de las agresiones pasadas. Ahora eran delgadas líneas un poco más oscuras que su propia piel.

Las manos del alfa recorrieron su cuerpo hasta subir a su pecho, dando suaves circunferencias con las yemas a los pezones, cosa que hizo al menor encogerse de hombros y apretar los labios tratando de reprimir sus gemidos que escapaban por el estimulo. Se sentía bien, demasiado bien.

Para su fortuna o lo contrario, la puerta fue llamada con un par de golpes anunciando su pedido. Miró por encima del hombro debatiendose en ir a atender, pero Katsuki fue más rápido en responder por lo que lo hizo a un lado dejandolo en la cama para levantarse y abrir la puerta.

Izuku sujetó una almohada con su pecho y echó la cara ahí con vergüenza.

"Eso no es solo dejarlo mirarme"

Recordó las amplias manos acariciarlo y estimular sus pezones, ¿qué más hubiera hecho si no tocaban la puerta?

Cuando Katsuki retomó dejando la bandeja de comida le dijo que no tenía remedio por la posición defensiva que tenía, le arrebató su único escudo que era la almohada para dejarlo a la vista.

La amenaza de que si no iba a comer o prefería comer otra cosa le dio un escalofrío con nerviosismo que le hizo levantarse para acompañar a Katsuki a cenar.

"Es más paciente de lo que cree..."

Miró con discresión al mayor que inspeccionaba lo que había ordenado. En seguida empezaron a cenar juntos, con una conversación más tranquila dando alusión de lo ajetreado de mañana, también Izuku checó su teléfono móvil solo para cerciorar que ahí estaba el mensaje notificando el cambio de horario del partido.

Un par de horas transcurrieron hasta que llegó el momento en que irían a dormir. Inicialmente Izuku consideró dormir en el sofá para dejarle la cama al alfa, pero ahora luego de que las cosas afloraron de una manera en que terminaron siendo pareja eso ya era debatible. Seguía sin creerlo.

Katsuki le reiteró que estaba esperando ahí de pie recordandole que no le haría nada. Izuku asintió sin cuestionarselo más y adentró debajo de las sábanas con él.

—Puede que me vea algo incómodo o nervioso todo este viaje, pero debo decir que me gusta tu compañía. Me la he pasado bien contigo —confesó con un agradable gesto mirando de frente a Katsuki mientras apretaba la sábana en sus puños—, descansa Kacchan.

Quiso conciliar el sueño de inmediato, pero el aroma de Katsuki no lo dejaba caer directamente en eso, provocandole arrugar la nariz. Repentinamente tuvo un brazo pasando por debajo de su cabeza y otro que le sujetó la cintura impulsandolo hacia el frente, el omega quedó conmocionado por el repentino abrazo.

—¿Qué estás...? —Silenció a la orden de que solo se callara y dejara fluir eso.

El peso de la barbilla de Katsuki encima de su cabeza le generó un revoloteo, nuevamente estaba envuelto en sus brazos, ¿esto se haría costumbre? Esperaba que sí.

Intentado corresponder a eso uno de sus brazos recorrió los costados del alfa y su otra mano permaneció cerca del torso sintiendo el bombeo de su corazón que se sentía un poco acelerado.

"¿Kacchan también se pone nervioso con estas cosas?"

Asumió confundido, trataba de mirarle el rostro en busca de un sonrojo pero por la prisión que tenía era imposible indagar. Suspiró bajito y acurrucó con él.

—Buenas noches...

"Me diste esta oportunidad y estoy tan feliz por eso. Te prometo no fallarte en tu felicidad"

Sus dedos arraigaron con la tela de la camisa del alfa, poco a poco su gesto relajó hasta quedarse dormido.

Al día siguiente, abrió los ojos perezosamente con ese enriquecido entorno que revoloteaba con sus feromonas y otras más. Lo primero que encontró a la vista fue el rostro directo de Katsuki enfocandolo, retrocedió un poco avergonzado, acababa de despertar era evidente que olvidaría con quien compartió cama.

—Sí, dormí bien... Espero que tú también... —susurró en respuesta rascando timidamente su mejilla.

Ambos levantaron escuchando el anuncio de que no faltaba mucho para volver al muelle, Izuku se estuvo cuestionando de como podría ser más afectoso sin llegar al punto en que su pareja le parecería meloso. De hecho, era algo que estaba debatiendose mucho, ¿qué tanto podría demostrar su afecto con el alfa? Sabía lo orgulloso que era, jamás daba ese tipo de escenarios en publico por mínimo que fueras, tal vez no tenía motivos con alguien, pero tampoco fue muy afectuoso con su familia a lo que recordaba.

"En privado es demasiado atrevido, pero en público dudo que sea lo mismo..."

Antes de que aparcar en el muelle decidieron dar una ultima vuelta por ahí además de desayunar algo. En lo que cruzaban por el sitio había muchas parejas, abrazadas de la cintura, agarradas de la mano o aferrado a un brazo. La mano de Izuku tembló intentando acudir a la del alfa que estaba a su lado, pero lo descartó, al sentir un movimiento distinto en el alfa miraba de reojo a otro lado nervioso.

Lo que recibió fue un pequeño enlace con los dedos meñique, al menos percibió lo que podían ir desembocando.

La mañana continuó en el trayecto de regreso hasta desembarcar, tras los protocolos y otras cosas que registraban de salida se dio el medio día hasta que volvieron a casa. Al bajar del taxi Izuku puso un gesto inquieto de ver a su madre barriendo la entrada, por lo que acercó acompañado de Katsuki.

—Fue algo repentino, pero ya estamos de vuelta... —dijo con un intento de verse relajado.

A Inko no le gustaba esos avisos repentino por teléfono, pero al saber que estaría con Katsuki no fue problemático, de por sí la mujer lo tenía en alta estima y luego de haberla ayudado contra los maleantes que invadieron su hogar confiaba completamente en él.

Al oir como su madre le encargaba a Katsuki cuidar también de Izuku en el partido de esa tarde le hizo avergonzar, no estaba seguro en que sentido el alfa le respondió que cuidaría muy bien de él, hasta parecía una conversación cómplice e indirecta entre ellos dos.

—Te veo luego, Kacchan —despidió girandose hacia él, solo para recibir una caricia gentil recorrer su brazo hasta la mano.

Eso fue tan dócil y gentil, menos atrevido que anoche y aun así sentía que fue sumamente denso. Caminó como robot hasta dentro de la casa, subió los escalones a su habitación dejando la mochila en la silla del escritorio y él tomó asiento en la cama masajeando sus sienes.

—Tengo que ser más fluido con él, somos novios... Debo dejar de comportarme como un idiota embobado...

Giró un poco el cuello para mirar por la ventana en busca de algún indicio, pero parecía que el alfa aun no subía a su habitación como él.

—No es justo dejar a Kacchan toda la carga de una relación...

Tenía cierta decepción en sí mismo, a pesar de todo su parloteo en ningun momento tuvo una iniciativa como Katsuki en toda la noche. Lo único que se atrevió fue a darle un beso en la mejilla, pero eso no era nada comparado a todo lo que el alfa hizo. No deseaba verse como una carga.

Estiró su mano para alcanzar su teléfono de la mochila y empezó a buscar en internet cosas de noviazgo. Cuando era adecuado dar muestras de afecto o cuando saber que tan lejos llegar, los foros tenían muchas opiniones.

En ese lapso de investigación se dio cuenta de algo, no tenía el número de Katsuki. Tanto tiempo congeniando por una cosa u otra y ninguno tuvo la necesidad de registrarse en su agenda. Con el telefono en manos acudió con su madre que estaba en la sala.

—Oye mamá, tienes el número de Kacchan, ¿verdad?

Recordaba haber oido que luego del incidente con los yakuza tuvo una referencia a eso. Inko le miró algo confundida cuestionandose que quería si acaba literalmente de estar todo un día con él, aunque sin más lo buscó en la agenda del suyo recitandoselo a Izuku.

—¿Acaso perdiste algo en tu viaje? ¿Por qué no vas a preguntarle directamente? Está aquí al lado... —señaló con curiosidad a la casa de a lado solo divididas por un jardín y un cerco.

Izuku negó la cabeza con el telefono contra su pecho al terminar de agendar el número con el distintivo "Kacchan".

—Erh... No, no, solo quiero saber a que hora irá al partido, como cambiaron el horario puede que lo hagan de nuevo...

Rió nervioso volviendo a su habitación con una victoria por tener guardado en contacto, aunque hubiera preferido pedirselo directamente.

¿Qué mensaje le daría primero? No quería atarearlo o sorprenderlo por tener el número de la nada, pero quería ser apropiado, eran novios después de todo.

Tecleó una y otra vez, nada de lo que ponía le convencía. Primero decía que era su numero y como consiguió el suyo, otro preguntando si podrían irse juntos al partido, otro borrador en mencionarle lo bien que se la pasó ayer, o preguntarle por sus heridas y si pensaba poder participar en el juego completamente. Estaba seguro que Katsuki se molestaría de ser subestimado.

"Kacchan, soy Izuku, solo quería agradecerte de nuevo por lo de ayer, la pasé increíble contigo. Lo del partido estaré sin falta apoyandote, después de todo soy animador de los Wolves, pero me enfocaré completamente en ti. Me iré un poco más temprano para prepararme con la escuadra. Mucho éxito, te quiero."

Una vez que envió el mensaje se llevó las manos al rostro sonrojado, ¿qué tan meloso puede leerse eso? No hubo palabras tan cariñosas, no debía verse tan exhaustivo para alguien como Katsuki.

Una hora antes del partido Izuku debía ir a la escuela con la reunión de la escuadra para prepararse, además de que a veces solían dar algo de apoyo moviendo algunas cosas a los manager.

Se puso el uniforme en los vestidores acompañado de los otros animadores varones, era un segmento de dos piezas negras con lineas blancas y naranjas, además de las dos muñequeras oscuras de elásticas. No era tan emocionante dar porras a la mayoria de personas que se dedicaba a hacerle la vida miserable, pero Yuga Aoyama y Kaminari Denki fueron renuentes en que ignorara ese aspecto y solo se centrara en su trabajo. La victoria era para la U.A. y eso era lo más importante, además de que no podían quedar atrás con la escuadra de los visitantes.

Cuando salió de los vestidores considerando que ya estaba preparado fue llamado antes de ir a las canchas por el resto de las animadoras en el gimnasio, decían que debían darles un "retoque". Izuku no supo a que se referían hasta que estuvo sentado rodeado de varias chicas que estilizaron su cabello y le dieron un brillo con maquillaje a sus pómulos, su pretexto era que tanto hombres como mujeres debían lucir bien y llamar más la atención que el otro equipo, ya que debían ganarse al público.

—Midoriya, vas a tomar el otro extremo de esta lona.

Le mencionó Denki desdoblando con ayuda de Satou una larga lona con el logo de Wolves y su nombre de equipo. Izuku hizo caso de la indicación escuchando también que con eso darían presentación de la entrada del equipo. En un inicio pensaba que darían una de las coreografías o algo de lo que estuvieron ensayando con su "coro de guerra".

Cuando salieron a la cancha las gradas ya estaban llenas de público, se notaba lo popular que era el equipo por su racha invicta. Fueron hasta la sección que les correspondía y al momento en que les hicieron señal levantaron la lona con apoyo del resto además de que chicas levantaron encima de los hombros de algunos para hacer altura.

El grito del narrador en la bocina llamó al equipo, la gente se volvió loca gritando y aplaudiendo. Izuku por otra parte sorprendió del grito a su espalda de sus compañeras, la entrada del equipo fue directamente desde la lona que fue destruida en su estampida. Casi se iba de boca al cesped por el repentino empuje, Denki a su lado carcajeó por la reacción asombrada del pecoso.

—Por eso te dijimos que la sostuvieras con firmeza.

Al quedar la lona partida en dos la dejaron en el suelo yendo a su punto delante de las gradas para enfocar con el partido que estaba por comenzar. Izuku rapidamente buscó con la mirada quien era Katsuki, era dificil diferenciarlo con el mismo uniforme, hasta que encontró el Bakugo a su espalda. En el momento en que ellos se reunieron en un circulo para idear su primera jugada lo percibió de frente, a pesar del casco y ese tinte oscuro en las mejillas a forma de batalla era fácil enfocar en su mirada roja. Sonrió algo tímido por darse cuenta que lo estaba mirando también.

Recibió un codazo de Aoyama algo discreto antes de que alguien más notara que estaba embobado, pronto dirigió a su posición para iniciar con la primera coreografía apoyando a los Wolves.

Como era de esperar para todos Katsuki dio la primera anotación, los gritos en gradas rugían bañados en victoria, los animadores daban su porra también con aplausos y su canto alardeando del capitán.

Llegaron al punto en que el equipo visitante se concentró en quien llevaba la mayoría de las anotaciones, Katsuki recibió muchas embestidas que lo tumbaron al suelo sin darle oportunidad de avanzar unas yardas. Izuku no podía evitar hacer un gesto de dolor por los impactos, pero para un deporte tan agresivo eso debía ser normal. Solo que llevaba la inquietud de saber que el alfa tenía otros antecedentes de golpes, ¿en serio estaba en forma para continuar así?

Las quejas y bofeos empezaron al percibir al equipo visitante hacer jugadas sucias, jalando al rival, tropiezos apropositos y llamados de atención que tumbó el límite a una lesión en el rostro del mariscal.

—Eso debió doler...

Susurró Hagakure empezando una oleada de queja con resto de las animadoras hacia el árbitro para cesar ese desplome de sucias jugadas. Izuku desde luego que estaba indignado también, pero oscilaba más la preocupación al ver el rastro de sangre correr por la sien de Katsuki cuando se quitó el casco para que el entrenador revisara. Pensó que con ello se retiraría del partido para ser atendido adecuadamente, pero como hubiera esperado de Katsuki Bakugo hizo alusión a continuar cuando se puso el casco y volvía a zancadas con su equipo.

Se dio cuenta que los movimientos del alfa eran lentos a lo inicial, tampoco hacía jugadas tan arriesgadas, como si con eso aminonara algun dolor. Izuku estaba seguro que se había lastimado más de lo que aparentó.

Si Katsuki no dejaba el partido entonces podría seguir, tenía que continuar también dando sus palabras de aliento, así que con el resto de la escuadra empezaron con su vitoreo por la victoria. Era extraño, Izuku nunca fue alguien apasionado para gritar así en algun deporte o cuando se trataba de una competencia, tampoco daba ánimos en medio de una contienda del alfa, más bien solo felicitaba luego de cada predecible victoria, por alguna razón ahora consideraba que podía darle mayor fuerza con sus palabras de aliento.

El último touchdown se dio segundos antes de terminar el último cuarto, la gente en las gradas levantó asombrada, el propio comentarista alardeaba de la increíble jugada. Las animadoras también hicieron lo suyo saltando con emoción y dando un último espectaculo.

Sonrió con alivio, aunque pronto desvaneció al ver como el equipo se le echaba encima al rubio elogiando su victoria más.

Exhausto, herido pero con la victoria encima, era un buen mérito. Izuku no podía esperar para hablar de todas las geniales jugadas que vio y como se defendió, sin embargo, el codazo de Ashido mencionando la atención particular de Bakugo con él le hizo espabilar.

"¿Y si lo invitas a salir?"

Las porristas ya andaban con esa imagen luego del baile entre ellos, ¿cómo les diría directamente que de la noche a la mañana ya estaban saliendo? De respuesta solo rio un tanto incómodo rascando su nuca y poco después deslizó su muñequera por la frente para desaparecer el sudor.

Miró al equipo retirarse por la salida en camino a las duchas, Izuku quería alcanzar a Katsuki y saber como estaba pero fue sostenido del brazo para acercarlo en una hilera con el resto de la escuadra para inclinarse y agradecer el apoyo de los espectadores. Recogieron las cosas que usaron y fueron hacia los vestidores algunos minutos después.

"Si no está en la enfermeria debe de seguir en los vestidores"

Considero caminando en dirección a donde estaba su mochila con los otros animadores, sin embargo, al momento de entrar cambió su dirección a donde estaba el equipo secandose o vistiendo. Izuku asomó dubitativo en la puerta encontrandose algunos en toallas presumiendo sus jugadas, en los que estaban en una banca se dio cuenta de Katsuki tanteando su frente con un gesto de dolor al igual que salía una maldición de su lengua. Cosa que le hizo apresurar y adentrar al sitio.

—Oye, tenemos que llevarte a revisar, quizás necesitas puntos si no deja de sangrar.

Exclamó preocupado levantando los brazos para inspeccionar por su cuenta, pero al percibir como el alfa enfrió la mirada sin responder notó lo lejos que llegó por su cuenta.

Estaba rodeado en el lugar por los otros jugadores del equipo, apenas percibió los comentarios burlones y obsenos. Realmente nadie sabia de ellos y su relación, ¿qué explicación daría? Por el silencio siniestro del alfa no pretendía aclarar algo con los jugadores.

Bajó sus brazos a los costados inquieto de no tener una explicación adecuada a lo que acababa de hacer. Si los jugadores empezaban a ser tan bruscos como en el baile Katsuki volvería a intentar frenarlos, ¿no? No era buena idea iniciar un conflicto luego del extenuante partido.

—Yo... me equivoqué de lugar —balbuceó nervioso dando media vuelta y saliendo de allí con las risas de fondo.

"¿Qué rayos estaba pensando? ¿Quién me creía para entrar así a indagar con Kacchan? Somos novios, pero... no se siente como en el ferry. ¿Acaso le da vergüenza?"

Suspiró intranquilo por lo que acababa de pasar, esperaba que el resto del equipo de futbol no hostigara respuestas de eso con Katsuki.

—¿Qué rayos estabas pensando? —Preguntó Denki en los casilleros de sus vestidores, había visto a Izuku entrar con los demás.

—Acabo de preguntarme lo mismo... —Susurró Izuku entrecerrando los ojos.

—Los jugadores deben estar engrandecidos alardeando sus jugadas, creen que pueden comerse al mundo por la victoria y te atreves a entrar ahí, es como meter carne a una jaula de leones —Regañó preocupado de la impertinencia de Izuku. —No vuelvas hacer algo así, novato.

Con una mueca alargada por los regaños consecutivos se desvistió y secó con una toalla, posteriormente se puso la ropa informal con la que llegó. A pesar de que tuvo una entrega buena para la escuadra tuvo muchos llamados de atención dentro y fuera.

—¿Qué harás? ¿Vas a quedarte aquí? —Llamó Denki levantando su maleta deportiva al ver a Izuku en el teléfono— si te quedas aquí corres el riesgo de ser fastidiado de nuevo, además usualmente los jugadores en cada partido celebran con el entrenador.

Izuku alzó las cejas sorprendido de saber eso, estaba a nada de enviarle un mensaje a Katsuki para decirle que lo esperaba afuera, tampoco recibió un mensaje de respuesta al anterior, ¿tal vez estaba siendo muy insistente?

Salió con los demás de la escuadra de los vestidores yendo a la salida del instituto por los campus. Escuchaba vagamente sus planes para cenar o que tomarían un baño relajante antes de ir a dormir, Izuku se quedó quieto unos pasos atrás siendo llamado por los otros que giraron hacia él.

—Ustedes sigan, yo... Me quedaré un poco más —insistió despidiendo con la mano ondeando, se dio media vuelta para ir a la salida del gimnasio. Quería saber de la condición de Katsuki al menos a lo lejos.

Tomó asiendo en el borde de las bancas a la puerta de salida, quería cerciorar como quedó luego del partido, al menos oirlo por su boca.

"Estoy exagerando con mi preocupación, si sigo así Kacchan va molestarse, creerá que lo subestimo..."

Suspiró decaído de lo preocupón que estaba siendo, pretendió levantarse y salir otra vez, sin embargo, fue llamado con un tacto a su hombro que le hizo sobresaltar. Era Kirishima.

Iba responder su saludo de que hacía ahí, pero de nuevo emitió su reacción perturbada de ver a Katsuki, no pudo evitar dar un jadeo conmocionado.

"¿Por qué solo lleva una bandita encima de su herida? Quien trate a los jugadores no tiene ni una pizca de empatía"

Quejó en sus adentros por ver la simpleza en que quisieron cubrir la lesión que ni estaba bien puesta. Estaba seguro que el resto de las lesiones ni siquiera fueron revisadas. Arrugó el entrecejo ansioso de decir algo, pero no quería sonar indignado con el manager o quien tratara esas heridas sin ir a enfermeria.

—Hola —carraspeó tratando de mantenerse con una impresión tranquila a lo que inicialmente dio en los vestidores con el equipo—, solo... hacia algo de tiempo aquí, estaba hablando con los otros de la escuadra...

Defendió evasivo, pero al oir que debía acompañar a Katsuki a casa y un poco de información de su herida en la ceja llevó al menor a sorprender.

—Habia escuchado que irian a celebrar su victoria, pero... claro, puedo acompañarlo —respondió a Eijiro ignorando la rabieta de Katsuki. Como se imaginaba.

En su camino fuera de la escuela escuchó varias veces a Katsuki suspirar, una y otra vez. ¿Eran suspiros cansados? Se sintió un tanto tenso.

—El partido fue bueno, demasiado brusco para mi gusto... —dijo con una risa nerviosa mientras rascaba su mejilla—, pero las jugadas que hiciste fueron geniales, los largos pasos hasta como los recibias, incluso como enfrentabas a la ofensiva que empezaron a jugar sucio pero respondiste con honor.

Trató de suavizar el entorno recordando como estuvo el partido, más cosas buenas que malas, aunque en varias ocasiones estuvo a punto de escapar las escenas en las que fue tacleado o agredido.

Su sonrisa extendió con dicha por la victoria y el comentario del rubio afirmando que no iba a perder por nada del mundo, no obstante, salió el tema de lo que pasó en los vestidores. Cosa que hizo al omega bajar el rostro arrependido con una mueca en labios.

—Perdón, fue un reflejo que salió cuando te vi lastimado... Quería saber como estabas —dijo cabizbajo de reconsiderar que tipo de relación tendrían en público.

Ajustó las correas de su mochila adecuadamente en sus hombros y extendió las manos para tomar la maleta deportiva de Katsuki, así le ayudaría con ella en el camino, estaba seguro de lo molido que se sentiría luego del partido. Hizo un gesto sorpresivo al cargarla completamente él, no esperaba que fuera tan pesada, después de todo llevaba varias cosas que utilizaba en el uniforme como los protectores.

—Kirishima-kun dio a entender que fuiste el que se llevó la peor parte al tener tanto enfoque por el equipo contrario. Lo doy la razón, tuviste muchas tacleadas y cuando empezaron a jugar sucio... —refunfuñó con cierta indignación.

El trayecto de vuelta al vecindario fue tranquilo, con ambos caminando en tranquilidad, todo lo contrario a la tensión de antes en los vestidores. Cuando llegó frente a su casa no supo que decir, si despedirse o insistir en que revisara mejor sus lesiones, sin embargo, fue repentinamente girado de los hombros recibiendo un beso que silenció su murmullo dubitativo.

El omega se encogió de hombros nervioso y por reflejo soltó la maleta deportiva en manos entre ellos. Miró de un lado a otro esperando que nadie hubiera pasado por ahí, por alguna razón le parecía prohibido besar a Katsuki en público.

Al oir la invitación de pasar un rato a su casa elevó las cejas con sorpresa, ¿por qué le aturdía aun una indicación como esa? Después de todo ya eran pareja.

—Ah... sí, claro... —susurró cohibido asintiendo con la cabeza. Se agachó a recoger la maleta y caminó con Katsuki.

Antes de entrar a la casa del alfa miró de reojo la suya, los domingos en la tarde su madre se iba a una reunión de amigas, asumió que no había vuelto aun.

Al entrar a la casa encendieron la luz, a Izuku todavía le parecía demasiado espaciosa por el hecho de no tener muebles. Pareciera que Katsuki tenía un sentido de vivienda extremadamente minimalista.

Miró la espalda de Katsuki y avanzó hasta alcanzarlo de frente con las cosas en mano aun.

—Kacchan, no sé como te trataron las heridas, ¿puedo revisarlas? Luce como algo... Superficial...

Dudoso de que decir miró las condiciones en el rostro, si quería quitarse ese gesto preocupado debía checarlo.

—Como ayer también seguías tomando desinflamatorios, p-puedo darte de nuevo... —balbuceó evasivo de mirarlo por la mención de como le dio el medicamento en el ferry.

Todo indicaba que Katsuki cedió con un suspiro resignado, para quitarle ese peso de preocupación a pesar de que él insistía que estaba bien. Subieron las escaleras hasta la habitación del alfa, Izuku por hábito cerró la puerta detrás de sí y al girar con Katsuki lo vio quitarse la camisa que llevaba.

A diferencia de ayer no se puso nervioso, contrario a ello el gesto de Izuku enfocó en la irritación que llevaba el alfa en un costado, los golpes que recibió en el partido tomarían consecuencia con moretones.

Tomó asiento a su lado percibiendo el disimulado quejido de dolor del alfa al levantar los brazos sacandose la camisa. Levantó una mano y despacio la acercó a la piel tanteando el área que estaba inflamada, escuchó a Katsuki maldecir entre dientes por el dolor al simple tacto, cosa que le hizo arrugar el entrecejo.

—Kacchan, has tenido lesiones consecutivas aquí, ni siquiera termina de sanar y estás de nuevo lastimandote. Por eso duele tanto...

Recordó cuando lo curó de la pelea clandestina de la última vez, incluso tuvo que luchar de nuevo contra los yakuza que invadieron su casa. No había tenido descanso.

—Con el entrenamiento, los partidos, las luchas... No tienes cautela...

No quería ni pensar que llegaría a fracturarse una costilla a ese ritmo u otros problemas que si no tenía precaución tendría graves consecuencias.

—No quiero tener a mi novio golpeado.

Dijo entre dientes con un puchero infantil deslizando su mano por la espalda del alfa dandole una caricia. Resopló despacio inclinandose a levantar su mochila del suelo y sacar los tipicos primeros auxilios que llevaba consigo, iba mejor preparado que el botiquín mismo que estaba en los vestidores.

Despejó la herida poniendo un parche de gasa revestida con un gel desinflamatorio y analgesico encima de la lesión principal que tenía en el costado. Su mirada buscaba otra lesión similar en el torso pero solo eran menores las demás.

—El equipo de futbol depende mucho de ti, lo cual me irrita... —confesó entrecerrando los ojos con un berrinche—, eres quien más recibe los ataques, los pases, eres el blanco principal para ser agredido, sé que eres el mariscal de campo pero no es justo.

Terminó con el torso y espalda del alfa, así que se levantó apoyandose en las rodillas al colchón para ganar altura y acudir al rostro del alfa, sin previo aviso retiró de un brusco tirón la ridícula banda que le pusieron en la herida de la ceja.

—Y por si fuera poco, te dejan a tu suerte, esperando que para mañana en las practicas seguramente estés bien.

Tras la brusquedad inicial con la curación de la herida limpió con cuidado la ceja, despejando el pequeño sangrado que continuaba hasta que coagulara adecuadamente. Tal vez le quedaría alguna cicatriz apenas perceptible en la ceja por eso.

Tomó una bandita de tamaño adecuado cubriendo la lesión inclinandola en la sien. Acarició con cuidado para ajustar el pegamento en la piel, su semblante tedioso ablandó por fin, así que culminó dando un beso encima de la bandita.

—No porque quieras llevarte la victoria debes arriesgarte así, se supone que como equipo deberían respaldarte, pero te dejaban la mayoría del trabajo. Sé que eres la estrella pero sigue sin parecerme justo...

Su rostro quedó a la altura del otro denotando su preocupación. Una de las manos de Katsuki levantó a tantear también su mejilla, deslizando suavemente el pulgar por sus pecas con un gesto extraño, aunque al ver que separó la yema se dio cuenta que llevaba ese brillo que le retocaron el equipo.

—Ah... eso... Creí que me lo quité todo... —susurró con pena—, las chicas dijeron que debía usar algo así en cada partido...

Sus manos acudieron a rodearle en un abrazo desde el cuello, inclinando la cabeza a su torso. A pesar de que estuvo dando una exhaustiva investigación tras volver del ferry en como dar afectuosos detalles a una pareja sin lucir meloso o cargante, todo lo anterior nació por sí mismo evadiendo las barreras que se estaba imponiendo para no incomodar al alfa.

Aun así, existía el pensamiento de como sería Katsuki por su lado. Lo que sucedió en los vestidores fue un claro ejemplo de su impertinencia y más el reclamo de camino a casa.

—Kacchan... —llamó rozando los labios a la cabellera rubia ceniza—, no hemos tratado esto, ¿pero que tan lejos podemos-...? —negó la cabeza corrigiendo su pregunta—, ¿está mal que nos tomemos de la mano, darnos la palabra o tratarnos como pareja en público?

Sabía que tan lejos quería llegar Katsuki con él cuando le frenó en el camarote del ferry anoche, lo que desconocía es que si el alfa avergonzaría de tener tratos como pareja. Si le daba pena que los demás supieran que sale con un omega varón, ¿qué tanto podría afectarle eso?

—¿Es tan malo que la gente sepa lo de nosotros?

Escarbó el tema que le inquietaba, no quería fomentar algun disgusto de nuevo con él, deseaba que todo marchara perfecto para mantener dichoso a Katsuki.

—Incluso si llegaramos a formalizar más esto...

Un hormigueo le recorrió la nuca de solo imaginar tener una marca de lazo por Katsuki reclamandolo como su omega. Estaba apresurando mucho las cosas.

.

.

.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro