Ferry
Había sido la noche más rara de su vida, jamás creyó que terminaria acudiendo a un baile escolar con su amigo de la infancia, mucho menos bailar con él y aún así había sido una noche divertida comparada a su rutina normal.
Katsuki volvió a su hogar con una sensación agridulce, debía estar feliz por qué su malicioso plan estaba funcionando, ya tenía en sus garras al Omega que prácticamente babeaba al verlo. Las señales eran claras y el omega era más que obvió con sus tontos sonrojos y balbuceos.
Debía estar tranquilo de que ganaría la apuesta y se llevaría un buen fajo de billetes.. entonces... ¿Por qué había esa sensación amarga que le causaba ansiedad?. ¿Se estaba arrepintiendo?. No claro que no, el era Bakugo Katsuki y jamás se retractaba de sus acciones. Era el maldito alfa más popular de la escuela. El número uno. Entonces... No había lugar para arrepentirse.
Izuku ya le había demostrado lo malditamente amable y adorable que podría ser, era atento y apegado como un maldito perro sin hogar. Eso causaba al alfa una inquietud muy adentro de su pecho. Negaba aceptar que se sentía "feliz" cuando el Omega estaba cerca. No aceptaba que le comenzaba a gustar su aroma o su compañía.
Toda la vida estuvo solo, entonces... ¿Por qué?, ¿Por qué ahora estaba empezando a disfrutar de la compañía de otros? En especial la de ese chico. Katsuki solo atino a echarle la culpa a los sentimientos de su infancia. Asegurando que solo era confusión por ese cariño que alguna vez le tuvo al pecoso. Con ese pensamiento se quedó dormido hasta que la alarma sonó a la mañana siguiente.
Se levantó con pesadez, aún le dolía un poco el cuerpo por las recientes peleas, pero eso no lo detendría de ganar otro partido consecutivo así que no hizo más que bañarse y prepararse el almuerzo ya tenía lo básico para cocinar y aún le quedaba un poco de dinero. Miró en la sala de estar su traje formal arrumbado de la noche anterior, sonrió de lado.
"¿Ya se habrá despertado el nerd?"
Pensó curioso y de inmediato negó con la cabeza.
"¿Que rayos estoy pensando?... No debe importarme lo que ese tonto haga..."
Se abofeteó mentalmente para continuar con lo suyo, debía tener energía de sobra ese día no podía darse el lujo de tener algún malestar así que trato de hacer una comida bien balanceada y nutritiva tal como Izuku le menciono cuando fueron de compras. Debía ser algo alto en proteínas con carnes y legumbres.
Término todo y luego preparó una botella con agua helada y subió de nuevo para cambiarse con el traje deportivo de la escuela mientras que en una maleta de gimnasio guardo parte de su uniforme de football como la camiseta y la licra, las protecciones estaban en su casillero en la escuela, tomo su billetera y la abrió para guardar un poco de dinero para el día, noto el par de boletos al ferri que Izuku le dio la noche anterior, los había guardado allí.
— Hmm.... Esto expira mañana... Será mejor usarlo hoy. No creo que el brócoli se niegue —
Pensó con una sonrisa ladina y guardo la billetera en el bolsillo trasero del pantalón, cuando vio que llegó la hora de irse tiro un fuerte suspiro y salió de la casa con la maleta colgada de forma lateral, era la práctica final antes del partido oficial así que debía dar lo mejor de si.
Al salir miro a su izquierda para observar encima de la barda y husmear en la casa Midoriya, todo parecía muy tranquilo. Tenía entendido que los animadores entregarían ese día también en las canchas laderas al campo de football así que si todo salia como esperaba y el Omega no era un cobarde seguramente ya se había ido.
Caminó rumbo a la escuela y al llegar se dirigió a las canchas pasando primero a los vestidores y regaderas en donde se cambió poniéndose las protecciones encima del traje de práctica y junto a él comenzaron a llegar el resto de los demás del equipo.
Tetsuo tenía un parche blanco en la frente de dónde la noche anterior fue golpeado contra los vidrios del baño.
— Idiota, tuvieron que darme cuatro puntadas...—
Reprochó el albino, Katsuki solo rodó los ojos mientras ajustaba las cuerdas de sus zapatos.
— Estabas abriendo el hocico de más, por poco arruinas el plan... Te lo merecias pedazo de mierda... ¿Me delataras? Si lo haces les diré a los maestros que tú metiste alcohol a escondidas al baile —
Tetsuo chasqueo la lengua por la frialdad y astucia del alfa. Solo negó con la cabeza mientras también se terminaba de cambiar.
Llegaron los demás hasta que todo el equipo estuvo completo y salieron a las canchas a calentar bajo la orden del entrenador, llevaba en mano su casco aún no lo necesitaba y su maleta la dejó de lado junto a otras más a la orilla del campo junto a una mesa en la que más tarde habría un garrafón de bebida energética y vasos para los jugadores.
A lo lejos se escuchaba la música electrónica que venía del equipo de animadores en la cancha de al lado. Katsuki no pudo evitar dirigir su atención hacia allá, volteo de reojo mirando como ellos ya estaban practicando y pudo detectar cierta cabeza rizada y verde tambalear al verle y distraerse.
Katsuki no evitó alzar una ceja ante la escena y negó levemente antes de regresar la vista hacia sus compañeros. Algunos parecían nerviosos. Katsuki se veía tranquilo, se sentía peor cuando tenía que pelear en la jaula de las peleas clandestinas, así que ese partido no era más que un juego de niños para el.
Cuando todos estuvieron reunidos el capitán dio los últimos repasos a la jugada. Recordándoles que debían ganar para pasar a eliminatorias y entrar al campeonato estatal, se juntaron todos en círculo y katsuki siendo el capital del equipo les recordó las posiciones y el primer movimiento, tras un golpe de sus palmas todos rompieron la formación y caminaron al campo para tomar posición en las líneas pintadas de blanco sobre el césped recién podado y húmedo por el rocio.
Katsuki se coloco detrás de Kirishima ambos con las piernas flexionadas, y tras el silbato del entrenador inició la práctica.
Kirishima quién era miembro de la línea de defensa le pasó el balón a katsuki por debajo de sus piernas y este lo atrapó para despues lanzarlo a Sero quien era el corredor, Katsuki corrió a la tercera línea y ahí fijo su mirada a Mirio, el principal de la línea de tacleo y ofensiva, y que era su "rival" en ese momento.
El balón pasó a manos de Tetsuo quien logró esquivar las tacleadas de la línea defensiva y finalmente lanzó el balón a Katsuki quién a pasos firmes corrió imponiendo sus hombros para evadir las tacleadas y cuando Mirio se le opuso corrió más rápido tomando impulso y fuerza de sus piernas en casa pisada. Mirio trató de taclearlo pero Katsuki con toda su fuerza choco con el y ambos calleron al piso de forma agresiva, pero Katsuki se levantó y aún con el balón abrazado a su pecho siguió corriendo hasta llegar a la penúltima línea del lado contrario y lanzó el balón el cual logró sobrepasar la última yarda para anotar el primer Touch down.
Katsuki no evitaba hacer un par de muecas, había olvidado que su torso apenas estaba sanando. Y los demás golpes de su cuerpo aunque ya estaban mejor aún dolían un poco con la fuerza que usaba al correr y esquivar las tacleadas de los demás.
Sin embargo canalizó el dolor tratando de ignorarlo y suspiro recibiendo un par de palmadas y gritos entusiasmados de sus compañeros y el entrenador que no dejaban de admirarlo por su fuerza y resistencia.
Katsuki volteaba a ver al equipo de animadores de vez en cuando enfocando y clavando su mirada en el omega. Verlo bailar en esa coreografía era muy diferente a cuando lo vio bailar la noche anterior. Parecía que la música electrónica acompañada de piruetas y saltos le iba mejor que un baile lento.
Además de la fuerza que debía tener para elevar a algunas de las chicas con sus manos, el pecoso parecía hacerlo bien a diferencia de como se habia movido en el baile la noche anterior, rígido y nervioso, se preguntó ¿desde cuándo un baile lento era más difícil que una coreografía de gimnasia?.
— Hey bro... Has estado mirando mucho al equipo de animadores... ¿Será que estas viendo como va cierto Omega? —
La voz de Kirishima se hizo presente a su lado pasandole el brazo por la espalda y el cuello. Katsuki le miró con seriedad y se cruzó de brazos.
—¿De qué mierda hablas?... Yo no veía a nadie... Largate a tu posición que debemos repetir la jugada una última vez —
Refunfuño empujando al pelirrojo de su espacio personal para volver a hacer posición en el campo. Kirishima suspiro negando con la cabeza y miro a Izuku también.
—Creo que eres el único que puede hacer cambiar para bien a ese gruñón... Ánimo Izuku —
Dijo el pelirrojo antes de mirar a Denki y sonreírle desde su lugar levantando una mano para saludarlo.
El entrenamiento siguió hasta que acabaron con la jugada por segunda vez. El alfa se veia cansado, no paso desapercibido por el entrenador quien de inmediato lo envío a la enfermeria después de que se ducharan en las regaderas. Debía cuidar de su jugador estrella.
A regañadientes el rubio fue llevado a la enfermería acompañado de Eijiro y Sero, allí una anciana que era la enfermera de la escuela se dedicó a revisarlo.
— Válgame dios chico, tienes más lesiones de lo que esperaba... ¿Esto fue hecho solo por las prácticas de football? Parecen golpes hechos a propósito. —
Anuncio con horror la anciana mientras revisaba los moretones en el torso del alfa. El bonito recuerdo que ese tal muscular habia dejado pintado en su piel.
— No creo que debas jugar mañana en esta condición, podrías herirte más y causarte lesiones aún más graves... —
— Ese ya es mi problema, solo haga su trabajo y deme algun analgésico o algo así... —
Gruñó el rubio y la anciana chasqueo la lengua algo molesta pero acató, sabía lo importante que era ese alfa para el equipo pero ya no quedaba en ella si sufría alguna lesión grave al día siguiente. Le otorgó una caja de analgésicos y una receta con las indicaciones para tomarlos pero antes le dio un ligero masaje con un ungüento relajante.
El dolor parecía comenzar a calmarse un poco gracias al masaje que la anciana le había dado. Pensaba que esa mujer era buena en su trabajo pero ella le decía qudt debía mantenerse sin pelear ni esforzarce demasiado por un tiempo y eso para nada era su estilo. ¿Quedarse en casa sin hacer nada? Claro que no.
— Entonces... Solo descansa todo el día de hoy para que mañana estés en mejor condición para el juego. —
Fue lo último que sugirió la mujer antes de que el alfa abandonará el lugar, quisiera o no debía obedecer así que sin más remedio se dirigió finalmente a casa.
Al salir al campo busco con la mirada al pecoso que seguía entrenando con la escuadra.
"¿Hasta que hora estarán ellos ahí?"
Pensó alzando una ceja. Kirishima quien iba a su lado sonrió amable.
— ¿Quieres que te lleve? Aún tengo el auto que rente. Lo regresaré hata mañana —
Dijo el pelirrojo pero el alfa negó, miro un gran árbol al lado de la entrada de la escuela y se acercó alli para tomar asiento en el pasto.
— Esperaré a alguien aquí, tú vete —
Kirishima alzo una ceja curioso. No había nadie más en la escuela ese día más que los del equipo y los porristas. No fue difícil adivinar a quien esperaba. El pelirrojo sonrió con suavidad.
— ¿Aún estás dispuesto a mentirle a Izuku? Parece que a el... Realmente le agradas —
Murmuró Eijiro rascando su nuca. Katsuki le miro desde su lugar con el ceño fruncido. No necesitaba ese tipo de comentarios. El sabía lo que hacía.
— ¿Que no te ibas ya?.. largo —
Sentenció el alfa con molestia y Eijiro solo suspiro retirándose del lugar con una mueca insatisfecha. El jamás aprobaría lo que Tetsuo, sero y el tenían en mente con su ridícula apuesta.
Por otra parte Katsuki se quedó sentado bajo la sombra del árbol esperando al pecoso, no dejaba de sentir esa sensación extraña que le hacía sentir ansioso, al inicio poco le importaba lastimar a Izuku con lo de la apuesta, abusar de su confianza y aprovecharse de sus sentimientos, al contrario deseaba verlo llorar y sufrir a venganza por lo que le habia hecho.
Sin embargo, después de que el asunto del parque fue aclarado, esa necesidad comenzó a desaparecer. El alfa estaba seguro de que sentía muchas cosas raras por el menor, ahora sentía esa necesidad de protegerlo y tenerlo tras de si siempre tal como cuando eran pequeños.
Esa sensación agradable y enaltecedora de alguien que siempre le decía lo genial que era y le miraba con admiración. Era como retroceder años atrás. Solo había una diferencia, el alfa era demasiado orgulloso como para admitir que había algo más allá que solo un interés monetario en los sentimientos ajenos. Era demasiado terco para aceptar que habría la posibilidad de que el Omega le comenzará a llamar la atención. Jamás fue muy empático con los demás y ahora lo era menos pero aún así... No podía evitar sentir que el Omega le estaba empezando a interesar más de lo que imagino. Suspiro pesado, ¿Que era lo que le podría llamar la atención de ese Omega? No era muy distinto a otros omegas de la escuela. ¿O si?.
Quizá era esa adorable sonrisa sincera, el sonrojo de sus mejillas o el agradable aroma de sus feromonas, tal vez era su amable actitud o la divertida forma de ponerse nervioso. Tan virgen y tan inexperto en todo... Era lindo, todo lo contrario a el y bien decían que los polos opuestos se atraían.
No se había dado cuenta de que últimamente la soledad que tanto le gustaba, estaba siendo opacada por la presencia del nerd en su día a día, en la escuela, de camino a casa, en sus tontos saludos a través de la ventana , se había descuidado, pese a que todo era solo parte de una farsa, no había pensando en que Izuku era su compañía más cercana y que además ni siquiera supo en que momento había dejado de molestarle su presencia.
"Esto solo es un juego, es una farsa... No dejes que ese idiota... Rompa tu muro"
El alfa parpadeo un par de veces algo confuso, intentando descifrar ¿Que era eso especial que tenía Izuku Midoriya que lo hacía volverse interesante de una noche a la mañana?. Interesante para alguien como él que jamás se había enamorado de alguien de verdad. Quién solo tenía sexo sin compromiso de una noche con desconocidas. Quién no le importaba herir a otros. Paso un buen rato pensando hasta que miro como ya los miembros de la escuadra iban rumbo a la salida y entre ellos Izuku.
El alfa se puso de pie ignorando a las chicas animadoras que al pasar a su lado en la entrada parecían emocionarse por algo para después ver a Izuku. El menor hizo contacto visual con el por fin y el alfa solo elevó su mentón a forma de saludo mientras lo veía acercarse aunque noto la mirada afilada se la capitana. Esa tal ochako que sabía bien la había visto varias veces andar por el pasillo de su salón. Parecía ser la pareja de uno de sus compañeros de clase. Un tal Tenya, de no ser por qué era un nadador hubiese tenido el físico perfecto para ser un futbolista.
Las chicas despidieron del menor dejándolo solo quien se acercó hasta con el alfa, Katsuki no le quitó la mirada de encima en ningún momento observando atento de pies a cabeza al menor, la firma en qué rebotaban sus mechones verdes en casa paso era tierno... La pregunta de que hacía allí si la práctica de football ya había acabado hace tiempo hizo al rubio encogerse de hombros.
— Te estaba esperando... —
Respondió con naturalidad. Por la reacción ajena supo que el menor no lo esperaba así que sonrió de lado y le tomo del hombro para empujarlo a qué comenzarán a caminar.
— Estuviste bien en tu práctica... Eres más fuerte de lo que pensé —
Murmuró con calma con la vista al frente, para despues oír decir al menor que había estado genial en el partido de práctica también y a eso no evitó dibujar una apenas visible sonrisilla, como siempre adoraba que le alabarán aunque al venir del nerd le hizo recordar inevitablemente cuando eran niños y el pecoso le decía lo increíble que era todo el tiempo y apenas iba a contestarle cuando el nerd siguió hablando y hablando sobre su rutina.
Ahí estaba de nuevo, balbuceando sin parar, cosa que le hizo arrugar un poco la ceja y torcer los labios en una mueca de disgusto pero suspiro volviendo a sonreír.
—No tienes remedio... ¿Por qué estás nervioso? —
Le cuestiono alzando una ceja.
— Hablas sin parar cuando estás nervioso... Te conozco mejor de lo que crees... además no estuviste mal... Para ser un Omega tienes fuerza en el abdomen, no todos pueden hacer esos mortales hacia atrás... Y.. —
Le dijo con calma y luego miró al lado contrario del nerd. Se sentía algo torpe, jamás había dicho ese tipo de cosas a alguien. Felicitar o reconocer un logro.
— Quita esa cara sonriente... Después querré morderte....—
Murmuró al ver como el menor le veía con un gran brillo y un torpe sonrojo, en el camino ya no se habló de nada, sin embargo el silencio ya no era tan incómodo como en días pasados, metió las manos a los bolsillos entonces recordó que llevaba consigo los boletos del Ferri en la cartera.
—Oye nerd... —
Le llamó dándose media vuelta y viéndolo desde su lugar.
— Quizá mereces una recompensa por tu esfuerzo... —
Murmuró sonriendo de lado para despues frenarse y tomar al menor de los hombros , se inclino hacia el pensando en tratar de repetir la acción de la noche anterior y darle un beso en la mejilla pero se freno a pocos milímetros de su cara, se quedó quieto como estatua y solo se alejó sin haberle besado.
"Parece que a él realmente le agradas"
Las palabras de Kirishima resonaron, haciéndolo sentir incómodo. ¿Realmente le importaba herir a ese Omega? Si no le interesaba nada que no fuera el dinero de la apuesta, por que había cierta opresión en su pecho al tratar de llevar a cabo sus acciones ahora.
"Estúpido pelos de mierda... No hubieras dicho nada"
Pensó en silencio con una mueca sería, su respiración se había agitado y lo veía con los ojos muy abiertos. Algo no andaba bien. ¿Por qué estaba dudando de sus acciones? No era algo normal en el, No le importaba si le hacía daño ¿no?.... Lo miró desde su lugar y suspiro tratando de calmarse.
No le gustaba tener tantos pensamientos en su mente. En si le dolería o no que lo usara como un simple juguete. En si realmente estaba logrando enamorarlo para llevar a cabo su cometido. Todo se estaba comenzando a volver confuso. ¿Que quería exactamente?. Seguramente lo perdonaría si se llegará a enterar que toda su atención e interés era mayormente para sacarle provecho. Si seguro lo perdonaría como hacía siempre. Por qué solo era eso... Un interés monetario... ¿Verdad?... No.. no era así. Ya no. El alfa intento convencerse a sí mismo pero cada vez era más confuso.
— Deku... —
Le llamo por su apodo de la infancia..
— ¿Quieres ir conmigo al ferry hoy? —
Le propuso con una sonrisa tranquila, el menor parecia estar inseguro pero la poca paciencia del alfa le hizo suspirar y tomarlo de la muñeca para avanzar al camino que los llevaría a tomar un taxi para ir a los muelles.
— Esa sonrisa otra vez... Anda camina... Tomaremos un taxi para llegar rápido. —
Hizo la parada de taxi y abrió la puerta trasera.
—Súbete... —
Le dijo para subir después del menor a su lado e indicó al chófer ir a los muelles que estaban a casi 15 minutos y en el transcurso hubo algo se silencio miraba de reojo al pecoso y entonces noto su mano. Sintió el impulso de tomarla pero aguanto con un ligero puchero.
Cuando finalmente llegaron al muelle se dirigieron a la entrada de la taquilla para el ferry, para su fortuna el siguente partia en cinco minutos así que era justo a tiempo para abordar.
Le entrego los boletos al hombre quien los reviso junto a sus pertenencias. Ambos iban literalmente sin nada más que sus maletas de gimnasio con un cambio de ropa deportivo. O al menos él. Izuku siempre llevaba su mochila amarilla con a saber quién sabe que cosas.
El alfa solo había viajado en ese tipo de embarcaciones una vez cuando era adolescente y su padre lo llevo con el un fin de semana a una isla donde debía trabajar y el único acceso era mediante estos pequeños cruceros. Por qué si...Eran como cruceros miniatura.
— Será mejor que llames a tu madre... Por qué no vas a regresar hasta mañana, regresaremos justo antes del amanecer —
Indico al menor quien pareció sorprenderse ante la advertencia.
— ¿No lo sabías? Estás cosas hacen viajes de 12 horas o más... Así que será mejor que te relajes desde ahora —
Indico al pecoso mientras abordaban al Ferry con cuidado. Miro de reojo al menor haciendo una llamada a su madre para avisarle. La mujer parecía haber estado de acuerdo al saber que iría con él. Esa mujer lo tenía en muy buen visto.
Cuando la llamada acabo el alfa se acercó al pecoso tocándole el hombro con su dedo.
— Vamos a buscar nuestro cuarto... Debemos dejar las mochilas allí..—
Le indico haciéndole una señal para que lo siguiera y ambos avanzaron hombro a hombro por los amplios pasillos del ferry iluminados por las paredes de grueso cristal que dejaban ver el mar en tosa su extensión. El interior del ferry tenía acabados de lujo, el suelo de metal y madera barnizada, pasaron por un amplio salón con una cafetería al fondo con bar. A Katsuki le llamo la atención que podrían volver a beber más tarde. Había mesas y sofas que lucían cómodos para sentarse a comer o simplemente platicar.
— Avanza, ya daremos un recorrido más tarde —
Le dijo con diversión, parecía estar de mejor humor ahora que sabía que había tantas cosas que podían hacer. No sería tan aburrido como pensó.
Dirigieron al número de su camarote indicado en el mismo boleto que fue marcado en la entrada. Al dar con el entraron usando una tarjeta electrónica que les entrego el hombre de la taquilla.
El alfa soltó un silbido al notar que era una mini suite, había solo una cama matrimonial, un sofá individual y una elegante alfombra además de burós con lámparas. Pero la mejor parte era un pequeño balcón con una mesa redonda y un par de sillas. El balcón tenía una bonita vista al océano, el ferry ya había partido así que al deslizar la puerta de cristal pudo sentir una agradable brisa fresca.
— Maldición se lucieron los de la sociedad de alumnos con los boletos... Jamás creí que sería una maldita mini suite —
Murmuró, era divertido imaginar que podría suceder en una habitación así. Miro a Izuku de reojo y sonrió divertido de forma ladina al verlo prestar atención a la cama.
— ¿En qué estás pensando? —
Cuestionó dejando su mochila en el suelo y acercandose al Omega quien retrocedió un par de pasos hasta topar en el muro. El alfa posicionó ambas manos a los lados del menor encarcelandolo entre el y la pared.
— ¿No crees que será divertido pasar la noche aquí?... Quizá podríamos tomar un baño juntos, sin nada de ropa... —
Le sugirió de forma coqueta inclinando hacia el invadiendo el espacio del menor robándole el aliento y tanteando los rulos verdes con la punta de su nariz, respirando su aroma y en cambio su cuerpo reaccionó liberando el propio en un intento de cortejo.
— Nunca lo eh hecho con un Omega varón... Debe ser muy interesante.... —
Separo un poco con diversión de volver a notar aquel bonito sonrojo en el menor que cada vez le gustaba más poder sacarlo a flote.
— Me refiero a estar en un ferry... deja tus cosas y vamos a dar un recorrido...—
Le invito dejándolo libre al fin y camino a la entrada, cuando el menor le alcanzó empezaron a caminar por el lugar observando lo grande que era con mejor detalle. Había muchos pasajeros de todas las edades. Niños corrían alegres por los pasillos con ropa de baño y flotadores. Quizá se dirigían al área de la piscina o al área infantil.
— Agh... Detesto los cachorros... Colman mi paciencia —
Gruño cuando uno de los pequeños casi choca con el alfa al doblar por un pasillo. Miro se lejos el restaurante y área de comida. Su estómago gruño después de todo el ejercicio de esa mañana moría de hambre.
— Vayamos a comer algo, espero que la comida de aquí sea buena —
Le dijo tomándolo de la muñeca para llevarlo consigo hasta una de las mesas al lado de una de las paredes de cristal. El mesero acerco con la carta, el menú era variado había se todo. Bebidas, postres, entradas y platillos fuertes.
— Para mí... Unos camarones salteados y una pasta Alfredo con pollo extra, para beber... Un vaso grande de te helado —
Ordeno saboreandose la comida y dejo que el hombre tomara la orden del Omega una vez que se retiró el rubio suspiro y se acomodo mejor en su lugar. Izuku parecía verse nervioso sin saber de qué hablar o hacer. El alfa suspiro. Sabia que debía tomar la iniciativa siempre.
— ¿Recuerdas cuando éramos pequeños y que soñábamos con subir a un barco?... Bueno creo que esto es lo más similar a eso es extraño como se cumplió muchos años después...—
Menciono con cierta nostalgia.
— Tengo que ser franco contigo... Cuando te volví a ver... Me sentí muy molesto... Quería hacerte daño y que sufireras por lo que me habías hecho en el parque... Sin embargo... —
Tomo un suspiro y miro al pecoso a los ojos.
— Después de aclarar el malentendido... Todo ese odio... Empezó a esfumarse y ahora creo.. que es agradable pasar tiempo contigo. No suelo tener compañía así que es algo nuevo para mi —
Dijo un poco serio, era la verdad, no mentia, le empezaba a agradar tener compañía en su día a día después de años de estar solo. Nunca creyó que el causante de su trauma la mayor parte de su vida ahora estuviera allí a su lado en un ferry a punto de compartir una comida.
El menor parecía algo interesado en su pasado. Katsuki alzo una ceja a la pregunta de cómo fue su infancia después de la mudanza.
— Pase la mayoría del tiempo solo, mis padres trabajaban y no había quien me cuidara así que ellos me instruyeron para hacerme autosuficiente desde muy pequeño... —
El alfa miro a un punto invisible recordando esa época solitaria de su infancia y parte de la adolescencia.
—En el vecindario solo había ancianos jubilados y parejas sin hijos así que no había más niños con los cuales salir a jugar... En el colegio era el nuevo así que solían molestarme... Solo tuve dos opciones —
Miro al pecoso de nuevo y golpeó la mesa sin mucha fuerza.
— Dejaba que los perros me comieran.. o me volvía un jodido león que se los comería a ellos.. y bueno... adivina qué pasó. Después de que le rompí la nariz con un pupitre a uno de los idiotas que me molestaban, dejaron de hacerlo y entonces yo me volví el más temido de allí —
Para Katsuki contar su pasado era algo nuevo, nadie se interesaba por escuchar algo así ni tampoco a él le aparecía hablarlo con cualquiera. Era la primera vez que se remontaba a esas cosas con Izuku. Por algún motivo el menor le daba esa sensación de comodidad que no sentía con alguien más. Era como contarle sus secretos a una pared. Una que no hablaría mal de el a sus espaldas o solo lo quería por su dinero o físico.
En ese momento la comida llegó, no dio tiempo a continuar con esa conversación ya que se inmediato la atención viajo a los platos de comida y empezaron a comer.
— Pareces un pequeño cerdo —
Murmuró riendo al ver al pecoso con las mejillas llenas de comida, parecía entusiasmado por el rico sabor y río aún más ante su puchero.
— Pero uno lindo... No uno de esos horribles llenos de lodo —
Corrigió tomando algunos camarones con sus palillos.
— Ten... —
Le dijo sirviéndole algunos de sus camarones a su plato. Se decía que el gesto de que un alfa compartiera su comida directo al plato de un Omega era la invitación de que quería salir con él.
Katsuki no supo si izuku entendería la referencia pero aún así dejo varios camarones en su plato antes de seguir comiendo.
En el transcurso ya no decían nada más que comer pero en un instante el rubio se le quedó viendo al pecoso, podía ver el brillo de sus ojos. Era asquerosamente lindo, ese pensamiento le hizo gruñir bajito. Continuaron comiendo hasta terminar, Katsuki había quedado más que satisfecho y pago la cuenta.
Se puso de pie invitando al menor a seguir con el para continuar con el recorrido del ferry. Caminaron con calma a otras zonas en donde descubrieron una sala de juegos y casino. El alfa se sorprendió de saber que también había lugares así dentro de un ferry.
— Te reto a que no puedes ganarme en Heros Fight —
Le dijo al Omega entrando con entusiasmo a la zona de videojuegos y allí justamente estaba la máquina con el juego que decía. El pecoso llegó a su lado con una curiosa mirada confiada.
Depósito una moneda en la máquina y comenzaron a jugar.
— Nadie me ah ganado en esto.. soy buenísimo.. —
Alardeo antes de tiempo pues el Omega ganó el primer round. El alfa se quedó estatico en su lugar con un pequeño tic en el ojo.
— ¡¿Ah?! Pero que mier.... Bah fue solo suerte te haré mierda en el siguiente round —
Murmuró llendo en serio y cuando el round inicio lo dio todo. Los botones y la palanca de la máquina sonaban con cliqueos y movimientos rápidos y tensos y nuevamente su personaje fue derrotado. Esta vez una vena salto de la frente del alfa.
— ¡Claramente está jodida palanca no sirve!, te estoy dejando ganar nerd.... —
Murmuró un poco avergonzado y molesto a la vez el siguiente round fue un empate y Katsuki grito frustrado alardeando que la máquina estaba fallando. Fueron a otros juegos en donde esta vez hubo más empates y otras rondas ganadas por el alfa. Se estaba divirtiendo.
Hacia años que no acudía a esos lugares, al menos no acompañado, su mente estaba tan distraída que había olvidado por completo la apuesta. Su diversión era genuina. Realmente estaba empezando a disfrutar de la compañía del Omega, de su risa, su sonrisa, su alegría que le contagiaba con esos enormes ojos verdes repletos de brillo.
Izuku era la única persona en el mundo que lo había visto en todas sus facetas, desde estar deprimido, drogado, molesto, y feliz. Nadie más había llegado tan lejos con él. El alfa no se daba cuenta que con su intento de manipulación el mismo había abierto su barrera a Izuku para dejarlo entrar. Tal era el ejemplo ese par de horas que estuvieron riendo y jugando con diversión en el arcade.
Después de ese lapso acudieron a la piscina en donde Katsuki rápido se quitó la camisa y los zapatos, también el pantalón dejándose únicamente los boxers y salto al agua de un clavado. Salió del agua sacudiendo su cabello y pasando su mano por si frente haciendo los mechones que se dejaron a su frente hacia atrás y entonces extendió la mano hacia el menor.
— ¡Entra deku el agua está refrescante! —
Le dijo con entusiasmo, espero a que el pecoso también desvistiera sus zapatos pero a diferencia de el solo dobló su pantalón hasta la rodilla y no quiso quitarse la camisa. El alfa recordó los moretones que probablemente también tenía debido al incidente con los todoroki. En su caso tenía los moretones de la pelea con muscular pero había olvidado por completo que debía tomar la medicina que había dejado en el camarote. Ya lo haría en un rato.
— ¿No planeas entrar al agua? ¿Si quiera sabes nadar? —
Cuestionó con una ceja en alto mientras flotaba en la superficie moviendo sus brazos en suaves ondas circulares. En menor indico que sabía nadar más no que entraría a agua haciéndole chasquear la lengua.
— Que remedio... Entonces ayudame a salir —
Le pidió ectendindole la mano de nuevo, cuando el menor la tomo con la intención de ayudarlo el alfa sonrió malicioso.
— Caíste nerd...—
Le dijo con travesura y de un jalón lo metió al agua con él. Izuku sumergió con fuerza y salió a la superficie jadeando y le encaro molesto. El alfa solo se hecho a carcajadas y después acaricio la cabeza del Omega.
— Nunca acepto un no por respuesta —
Se encogió de hombros.
— Solo relájate... Te preocupas demasiado. No enfermaremos... Pero si tanto quieres regresemos al cuarto a cambiarnos entonces eres un bebé llorón —
Le dijo en falso reproche acercando a las escaleras del costado de la piscina para salir de allí con el agua resbalando por su fuerte cuerpo y el boxer bien pegado a la piel dejando muy poco a la imaginación. Tomo su ropa y un par de toallas que estaban en una silla de descanso mismas otorgadas por el ferry y le dio una al menor cuando salió del agua. La otra la uso en si mismo para cubrirse de la cintura hacia abajo y regresaron al camarote.
Mientras caminaban el alfa no evitaba robarse las miradas de muchos que le veían con lujuria por su torso bien trabajado y alta altura. Era un alfa al derecho y al revés y todos podían notarlo.
Al entrar a la habitación saco el cambio de ropa que llevaba en la mochila. El uniforme deportivo escolar que constana de un pantalón y camiseta sin mangas. Fue al baño en donde se cambió y dejo al menor cambiarse en la habitación.
Cuando salió del baño miro al pecoso secando su cabello con la toalla y con ropa seca, suspiro profundo.
— ¿Estás molesto?... Solo fue una broma, no pasará nada... Si te enfermas me haré esponsable y cuidare de ti —
Le dijo con la intención de que sonara en doble sentido. Cualquiera hubiese pensado en eso como una propuesta. Para el alfa era divertido ver la reacción ajena a casa intento de coqueteo o insinuacion.
Miro a la ventana y noto que el cielo ya comenzaba a pintarse se tonos pasteles. El atardecer estaba llegando. Se decía que los atardeceres en el mar eran hermosos y románticos. El alfa nunca había pensado en que era la oportunidad perfecta. Se dirigió al balcón y abrió la puerta corrediza para salir, el viento fresco y salado del atardecer acariciaba su piel con gentileza haciéndole sentir libre y relajado. Se acercó al borde de la barandilla sosteniéndose con ambas manos y cerro los ojos sintiendo el viento acariciar su cabello.
Percibió el aroma ajeno a su lado y al abrir los ojos estaba allí. Izuku parecía maravillado por el bonito paisaje. El agua brillaba como si fuera hecha de diamantes que se fundían con el sol que se ocultába en el horizonte fundiendose con el mar. El ruido de las olas y el agua era relajante.
Parecía como su todo se hubiera puesto en coordinación para regalarles un momento así. Miro a izuku de reojo, la suave luz calida del atardecer adornaba la blanca piel de estelas pecosas y los tonos verdes en los ojos de izuku se transformaban en un bonito iris de colores.
— Hermoso... —
Murmuró Katsuki arrugando el entrecejo y desvío la vista rápido al notar a Izuku mirarle confuso. Su corazon latía con fuerza dentro de su pecho.
— El atardecer... Es hermoso ¿No crees? —
Las dudas abordaron su cabeza, en su debía aprovechar la oportunidad o no, estaba empezando a arrepentirse de verdad por haber decidido usar a izuku como su víctima en la apuesta. Estaba en un punto en que podía arreglarlo y dar marcha atrás a esa apuesta. Realmente empezó a apreciar la amistad del menor ese día. Desde días atrás en realidad pero su orgullo le impedía aceptarlo. Pero ya no había forma de negarlo. Le había empezado a gustar Izuku. Le llama la atención de formas que ni el mismo entendía. Su lado alfa siempre se sentía ansioso cerca de él. Cómo un extraño impulso de volverlo su Omega.y que nadie más lo tocará . Era suyo... Izuku era suyo... ¿Cierto?. Siempre fue así desde pequeños. Siempre fue suyo.
— Y tú también.... Lo eres —
Dijo en una suave voz sintiendo una agradable sensación que le recorrió la espina dorsal. Eran palabras que venían de su verdadera intención
Al oír la repuesta ajena frunció el ceño, al igual que en ocasiones anteriores el Omega había tomado a broma sus palabras pensando que se trataba de otro intento de coqueteo falso, oyendo el mismo "no bromees kacchan".
Siempre era igual, hablaba de forma nerviosa, con el cuerpo tenso y evitando el contacto visual. Katsuki solo negó levemente y tomó aire para hablar con voz grave y suave.
— ¿Piensas que eres poca cosa? tú eres... Lindo y eso... y si no lo fueras no le gustarías a ese bastardo mitad y mitad —
Gruño al mencionar al bicolor pero suspiro y miro las manos del menor aferradas al barandal. Sonrió suavemente apenas visible y llevo una mano sobre la de Izuku para llamar su atención haciendo que le viera a los ojos.
— Ni tampoco a mi. —
Sinceró con la mirada fija en el Omega, su reacción fue divertida y adorable, parecía que no creía lo que le decía. Quieto, sonrojado y nervioso. Una combinación que lo volvía tierno. Katsuki suspiro acercándose un poco más y deslizó la mano que tenía sobre la del pecoso hacia su brazo y después hasta su hombro en una suave caricia.
— ¿Yo te gustó no es así? Ya no mientas por que eres jodidamente malo para mentir —
Katsuki no dejaba de clavar su pesada mirada roja en su tembloroso y nervioso acompañante. El espacio personal no existía pues mantenía su rostro muy cerca del ajeno, examinandolo, prestando atención en especial a esas ridículas y tiernas pecas que daban un toque más infantil al menor. Le fue inevitable olfatear su aroma y arrugó la nariz con una agradable sensación.
Trató de entenderlo, pero el rubio no daba lugar a las excusas que daba el nerd. ¿Confusión? No era difícil... Solo era un me gustas o no. ¿Que era tan dificil?. Al rubio se le acababa el tiempo y con ello la paciencia.
— No estoy bromeando está vez—
Ya no había más tiempo para planear más citas románticas, acercamientos o ataques indirectos. Se las jugaría todas en ese momento. El lenguaje corporal del Omega le hacía tener la confianza suficiente para besarlo pues prácticamente le decía que lo deseaba con la mirada, con su respirar entrecortado y nervioso y el ligero sudor frío que bajaba por la frente bajo los rulos verdes.
Todo el era un "me gustas". Katsuki suspiro y ante la pregunta hecha por el nerd alzó un poco la ceja.
¿Que si en verdad le gustaba?. Era difícil responderlo, anteriormente diría que no, o un simple si para arrastrarlo a su apuesta pero ahora era distinto... Había un genuino sentimiento de atracción hacia el menor. Enamorarse de su ex mejor amigo de la infancia que además era un Omega hombre... Que idiotez más grande, y sin embargo había empezado a caer en dicha "idiotez".
Parpadeo un par de veces y relajo su rostro lo más que pudo notando la mirada curiosa sobre su persona y entonces dibujo una leve sonrisa de lado.
—¿En serio preguntas eso?... ¿Aun después de todas las indirectas que te eh dado.?... Si que eres un tonto...—
Murmuró con voz baja mientras quitaba la mano del hombro del pecoso y la dirigió a la cintura para rodearlo y acercarlo un poco a él mientras que la otra mano la llevó al mentón ajeno para pasar una vez más su dedo pulgar sobre los labios delgados y rosados del nerd. Delineandolos, eran suaves y tibios, se inclino despacio y conforme acorto la distancia cerró sus ojos, ladeó su rostro ya sin intención de frenarse por nada.
Su boca rozó suavemente la ajena sin llegar a besarlo. Tan solo una leve caricia moviendo su rostro de un lado a otro con suavidad para crear aquel rose que a la vez le robo el aliento al menor y finalmente culminó para besarlo en la comisura tal como el día anterior pero esta vez duro un poco más, con un suave desliz de su pulgar en la mejilla pecosa desvío sus labios está vez a aprisionar los de Izuku fundiendose en un beso delicado a la luz del atardecer que adornaba sus cabellos con un suave tono dorado.
El alfa recorrió la espalda baja del pecoso con calma volviendo a tener la oportunidad de tantear ese cuerpo pequeño y torneado, la otra mano la mantuvo bien aferrada al cuello y nuca del pecoso sin permitirle separarse, aspirando su aroma tan de cerca que se sintió marear en el mejor de los sentidos.
Le bastaron apenas unos segundos para notar lo inexperto que era el Omega, sus labios estaban tensos y quietos. La boca cerrada y sin dejarle avanzar más allá de los labios. El alfa sintió su pecho derretir. ¿Por qué era tan jodidamente adorable?. En su vida había besado a decenas de personas pero jamás había tenido una experiencia así, tan inocente y lenta.
El rubio sentia todo su lado alfa revolotear ansioso por ese beso, por tocar a Izuku, por probar su boca. Su corazón aceleró de forma inevitable con una extraña adrenalina y una sensacion curiosa. No había vuelta atrás estaba sellando su propia sentencia al besar a izuku, al haberlo enamorado y al haberlo dejar pasar su muro. Besar a su amigo de la infancia, no había sido tan malo como creyó si no todo lo contrario. Le había gustado. Eso no era bueno y sin embargo allí estaba moviendo sus labios besando y degustando los ajenos aunque no pudiera profundizarlo por ahora. Así estaba bien, era dulce e inocente tal como esperaría de alguien tan inexperto como lo era Izuku.
Luego de unos segundos se separo despacio, notando que el pecoso parecía un tomate humano con pecas haciéndole sonreír con diversión. Había algo en él que hacía a katsuki reír. Tal vez lo estúpidamente virgen que era, su inocencia y su torpeza. Aveces no lo soportaba pero otras veces le parecía gracioso y agradable tal como en ese momento.
Dio una leve caricia en la mejilla ajena antes de separarse por completo.
— ¿Eso respondió a tu pregunta?.—
Le cuestiono con calma suspirando con una leve sonrisa, llevo ambas manos al rostro del menor para acariciarlo con cuidado notando un par de lágrimas que asomaron por los ojos verdes repeltos de destellos.
— Me gustas Izuku... —
Le murmuró inclinando mirándolo fijamente, ambas feromonas revoloteaban en una danza interesante. Su lado alfa reaccionaba extremadamente positivo al Omega de Izuku. Cómo si fuesen atraídos por mero instinto puro.
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Las practicas fueron más amenas, la desconcentración pasó a segundo lugar luego de la conversación que tuvo Izuku con la capitana. No podía estar descuidando otras cosas por solo pensar en lo sucedido con cierta persona.
Se repitieron los ensayos y las coreografías que darían para el próximo partido. Con las porras entre aplausos sincronizando para dar ánimo al público y los jugadores del próximo partido.
―¡Bien! Mañana sean puntuales, los Wolves ganarán de nuevo.
Mencionó Ochako con un rugido entusiasta con los demás de la escuadra.
―Estén pendiente de los mensajes que envíe al grupo, ¿de acuerdo? Es todo por ahora.
Las chicas estaban contentas y emocionadas por el próximo partido de mañana. El ambiente en la cancha y las gradas era intenso, siempre estaba lleno por la fama que subió del equipo ante la racha de victorias que tenían con su fuertes integrantes de los cuales quien más resaltaba era el quaterback.
―Midoriya, ¿no te emociona ver jugar a Bakugo?
Dijo Hagakure con una risita cómplice, después de todo era un tema muy rebuscado entre ellas lo que sucedió en el baile de anoche, donde esos dos estuvieron coronados y verlos juntos últimamente.
―Es bastante rudo, hace unas jugadas que dejan boquiabierto a cualquiera, es muy fuerte ―aludió Hagakure con el vigente entusiasmo.
Izuku solo correspondió con una sonrisa en nerviosismo por la conversación que siempre iba a Katsuki entre las porristas con él, ¿en serio fue tan llamativo lo del baile? Pero fuera de eso, sabía que no exageraba la chica, conocía por las peleas clandestinas que vio a Katsuki, además de que ha tenido el privilegio de estar tan cerca de sus brazos cuando lo estuvo curando o cuando durmieron juntos.
―S-sí, es... Fuerte... ―balbuceó con vergüenza, Hagakure dio una risita por percibir el gesto en Izuku.
Recogieron sus cosas, entre ello Izuku su mochila y se dirigió a los vestidores a quitarse la ropa deportiva y ponerse una más casual. Como los vestidores estaban vacíos de los jugadores consideró que ya habían terminado y retiraron de la escuela.
"¿Habrá vuelto a su casa? ¿O tendría alguna programación para sus peleas? No creo que tenga algo así un día antes de un partido..."
Iba sumido en sus pensamientos, saliendo del instituto con el resto de la escuadra, escuchaba sin atención las conversaciones tratando de imaginar que estaría haciendo el alfa.
―Toma ―llamó Ochako alcanzando a Izuku a su lado, le extendió la mano con un pequeño recipiente―, estás lastimado, ¿verdad? A veces estabas algo rígido.
La castaña fue muy observadora en notar los ligeros gestos de molestia cuando Izuku llegó a cargar a alguna de las animadoras o hacia giros que demostró no ser dificiles en las elecciones de nuevos integrantes.
―Es un analgesico y te ayudará a desinflamar ―reiteró entregandole el pequeño recipiente a las manos―, aplicalo antes del partido para que puedas estar mejor.
―Gracias ―hizo un gesto formal y guardó el pequeño frasco en un compartimiento de la mochila.
Al oir a otras animadoras que iban al frente dar unas risitas emocionadas indagó de que se trataba, notó a Katsuki sentado en la macetera de un árbol. Su sonrisa expandió con dicha.
Ochako resopló discreta y le palmeó el hombro con signo de despedida.
―Nos vemos mañana, cuidate.
Cuando la chica separó Izuku correspondió y pronto aceleró el paso hacia el árbol.
―Hola, Kacchan-... ―dijo con una amplia sonrisa, estaba emocionado por verlo ahí todavía, exonerando cualquier otro motivo que cruzó por su cabeza.
Al casi llegar a él frenó un poco su paso apresurado y el último vistazo que se dieron lo recordó, el beso tan cercano que tuvo y como estaba considerando a Katsuki más como un alfa que su amigo.
Toda su tranquilidad terminó, se puso algo rígido, sus mejillas sonrojaron pero intentó conservar un intento de sonrisa agradable.
―¿P-por qué sigues aquí? ¿No se supone que el equipo terminó más rápido las prácticas que nosotros?
Preguntó desviando la mirada hacia un lado, pero al escuchar la respuesta de que lo estaba esperando le hizo retomar con él, viendolo con sorpresa.
―¿A mí?
Eso sonaba realmente bien, su instinto quería llamar la atención del alfa de cualquier manera. Su entusiasmo era tanto que sus feromonas emitieron un aroma más fuerte.
"¿Querrá hablar de lo que hizo anoche al despedirnos?"
Tal vez era él quien le daba una exagerada importancia, el alfa puede que le pareciera algo irrelevante pero a Izuku lo traía sumamente feliz. Por si fuera poco fue elogiado de sus prácticas mientras lo guiaba a continuar caminando, miró de reojo la mano posicionada encima de su hombro.
―¿Estuviste viendome?
Ahora era inquietante imaginar a Katsuki mirandolo mientras fue llamado de atención varias veces por la capitana o haciendo coreografias vergonzosas.
―Yo también vi un poco de tu práctica, como llevaste el balón para hacer un touchdown... Eres increíble.
Susurró cohibido frotando las yemas en la tela de su pantalón a los costados, no quería sonar tan insistente en que observaba mucho a Katsuki, de por si le llamaba acosador o pervertido en otras veces. No quería que pensara si quiera que estaba atraído, apenas había recuperado su amistad.
―Cuando embestiste a Mirio o hiciste el llamado para iniciar con la contienda fue muy llamativo, sin duda eres fuerte y me alivia saber que pude ayudarte aunque sea un poco para conservar tu físico, ya sabes, por curarte o ayudarte con una adecuada alimentación...
Balbuceó nervioso, intentaba no sonar tan interesado en el alfa pero solo su lengua alardeaba de Katsuki sin parar. Al ser detenido por el alfa preguntandole porque lucía tan nervioso calló, agachó la cabeza ruborizado. Volvió a meter la pata con sus murmuros.
―N-no estoy nervioso... ―intervino en un intento de defenderse, pero Katsuki anunció que lo conocía tan bien como para saber que eso era una forma en que sacaba sus nervios hablando sin parar.
Miró de reojo, solo un poco hacia el alfa al escuchar como elogiaba su fuerza y destreza para hacer mortales hacia atrás.
"Está elogiandome..."
Era una extraña sensación, normalmente Katsuki le decía insultos o enfocaba en su torpeza para hacer algunas cosas, pero ese momento fue especial escuchandolo decir sus proezas. Cosa que hizo en el menor sonreir más efusivamente confiado.
―Entonces no lo hice mal, eso me da valor para mañana poder acompañarte en tus jugadas.
Ajustó las correas de su mochila amarilla a los hombros y caminó entre saltitos al lado de Katsuki. Lo ponía feliz saber que podía caminar a su lado, no atrás o muchos metros alejado por miedo, las cosas habían ajustado para bien entre ellos.
Algunos minutos caminando a la casa fueron intervenidos por el llamado de Katsuki.
―¿Sí? ―Respondió atento, pero cuando oyó de una especie de recompensa elevó sus cejas.―¿Por mi esfuerzo?
Su cabeza revoloteó en todas las posibilidades, ¿qué podría darle Katsuki en un momento así? ¿Y si intentaba darle otro beso? Como aquellas películas donde una pareja recompensaba a otro así, o ese tipo de cosas. Izuku ya tenía muchas opciones de ese tipo (y que ciertamente le gustaría indagar con el rubio).
Apretó las manos a las correas de la mochila, ansioso de oir que sería de recompensa, sin embargo, su nerviosismo pasó a preocupación al notar Katsuki algo inquieto, ¿tanto le costaba decirlo?
―No tienes que darme nada si realmente no quieres... ¿Kacchan? ―Llamó una y otra vez extrañado por verlo dudar, era bastante inusual ver a Katsuki con ese porte.
Ya no lucía tan entusiasmado por una recompensa, percibió bastante la duda en Katsuki, si eso incomodaba al alfa no quería nada. Acercó una mano a tantearle el brazo en un intento de calmarlo.
―Está bien, no es como si necesitara una recompensa, tranquilo. Seguiré esforzandome en todas las prácticas.
Intervino las palabras de Katsuki invitandolo al ferry. Los dichosos boletos que ganó en la competencia de manzanas ayer. Parpadeó un par de veces conmocionado por la idea.
"¿Me está invitando a salir? ¡¿Salir cómo?! Amigos... ¿No? Pero un ferry... Suena a algo como una luna de miel o algo para enamorados."
Pasó saliva pesadamente por su garganta y rascó su nuca, no sabía si aceptar luego de ver el trabajo que le costó a Katsuki decirlo.
―¿Hoy? No estoy seguro...
"Piensa rápido en una excusa"
Se limitó a conseguir algo para evitar que Katsuki se sintiera más incómodo como hace unos segundos, ¿qué se supone que harían en un ferry más allá de ver paisajes? ¿Y si era incómodo para el alfa? A pesar de que dijo que el baile la pasó bien con él.
―Deberiamos descansar para mañana, el partido es...
La excusa más mala surgió, sin planes en realidad, fue jalado de la mano para guiarlo hacia una parada, cosa que le hizo torcer una sonrisa tambaleante considerando que no era mala idea.
―¿Te parece buena idea? Aunque me pone algo feliz...
En la parada un taxi los recibió por lo que subió en la parte trasera acompañado del rubio. En el trayecto no hubo muchas palabras entre ellos, Izuku meditaba en que podrían hacer, sonaba surrealista ir a un sitio como ese con el alfa por el que se sentía atraído.
Por más que intentara disimular su interés cada vez era más evidente, quiso ignorar a Katsuki, desviando la mirada al otro lado por la ventana o tratar de no pensar en sus deliciosas feromonas.
Al llegar al muelle donde estaban localizados vio que tenían varios horarios y la fortuna de que el proximo saldría pronto le asombró. Registró sus cosas y accedieron mediante el boleto que llevaba Katsuki consigo.
"¿Ya tenía el plan de invitarme hoy?"
Que llevara el boleto a las prácticas de la escuela le hizo asumir que estuvo contemplando buscarlo con antelación, parecía que nada era improvisado, por supuesto que sí, Katsuki siempre era muy precavido y meticuloso, cosa que le hizo extrañar de su duda por invitarlo antes en las afueras del instituto.
Al oir que debía notificarle a a su madre, Izuku entró en razón y sacó el teléfono dispuesto a llamarle, solo le diría que volvería unas horas después ya que decidió pasear un rato, no obstante al oir que durarían ahí hasta el día siguiente le dejó con el teléfono a medio camino a su oreja.
―¡¿Todo el día?! P-pero no vine preparado, solo traigo las cosas de la practica, tampoco traigo mucho dinero...
Tartamudeó nervioso urgante un bolsillo trasero en busca de su billetera, ya no pudo rechistar más cuando oyó la voz de su madre en el móvil así que lo pegó a su oreja.
Caminó unos pasos alejandose para tomar más centrado la llamada, diciendole a Inko lo que sucedió de imprevisto, la mujer no lo vio mal, tenía una confianza ciega en Katsuki que incrementó más cuando fue ayudada por los maleantes que invadieron su morada. Si Izuku estaba con él, todo estaría bien, eso consideraba Inko.
Cortó la llamada con un suspiro desaletador por oir a su madre tan feliz y emocionada por esa salida, solo le pidió que volviera bien y reportara cualquier anomalía. Sintió el tanteo en su hombro que le hizo girar con Katsuki.
―Dijo que estaba bien... Que me divierta... Te manda saludos... ―su tono de voz estaba más tranquilo, pero aun así existía una incomodidad.
A la mención de que debían buscar su camarote asintió la cabeza y siguió a Katsuki mirando lo lujoso y grande que era ese navío.
―No creí que fuera tan grande. Facilmente podría perderme aquí... ―con cierta admiración notó la arquitectura y las muchas salas interiores recreativas.
Fueron a los pasillos de camarotes, se quedó a un lado de Katsuki paciente por que abriera la puerta con la tarjeta que le cedieron, sin embargo, su sonrisa pasó a sorpresa a ver el lugar. Era una mini suite bastante cómoda para una pareja, era elegante y... Hasta cierto punto existía una tensión que solo Izuku acoplaba.
―Vamos a quedarnos aquí... ¿los dos? ―Balbuceó incrédulo. Miró la cama para dos personas imaginando ese hecho.
Ya había dormido con Katsuki un par de veces, ¿qué tenía de malo? Aunque la primera vez fue en una terrible situación donde el alfa estaba completamente drogado y la otra fue iniciando su celo en medio de una paranoia con miedo por quedarse solo.
Ahora ambos estaban cuerdos, integros de lo que sucedía. Pasó saliva nervioso, notó el sofá a un lado de las cómodas y suspiró en un intento de calmarse.
"Podría dormir allí..."
El transporte daba pequeños meneos porque comenzó a partir, miró la puerta de cristal del balcón y negó la cabeza para sí.
―Fue una recompensa bastante ostentosa.
Susurró al oir el elogio del cuerpo estudiantil por ese premio del concurso, fue algo casual que no esperó ganar y ahora estaba ahí, en un ferry lujoso con el alfa por el que estaba perdidamente enamorado.
El comentario sobre en que estaba pensando lo espabiló prestando atención en Katsuki quien dejó la maleta deportiva en el suelo y se acercó peligrosamente hasta él.
―El lugar es lindo... Nunca creí que fuera tan bueno.
Sus palabras atropeyaron al tiempo en que era arrinconado a la pared por los brazos del mayor. El gesto de Izuku descompuso completamente noqueado por la mención coqueta de Katsuki diciendole que incluso podrían tomar un baño juntos desnudos.
―Eso... Eso suena...
No pudo terminar su reproche nervioso, su cuerpo estremeció con un escalofrío agradable al sentir el cosquilleo del aliento del alfa golpeando su oreja y parte del cuello. De nuevo ese fascinante aroma del alfa lo tenía tan oportuno y solo para él. Empezó a salivar sintiendo tan pequeño en su lugar.
Su cara ardió cuando Katsuki mencionó el distintivo: nunca lo he hecho con un omega varón.
Sentía como su alma estaba por salir de su cuerpo al borde de colapsar, respiró agitado intentado dar una repsuesta oportuna. ¿Se estaba refiriendo a lo que él creía? Katsuki fue específico el otro día que se acostaba con mujeres, nunca hizo mención de otro hombre. ¿Acaso sería una oportunidad de expresarle lo que sentía en verdad?
Existía un porcentaje bajo, más no era cero, quizás tendría una oportunidad de expresar lo que realmente sentía sin miedo al rechazo o volver a ser apartado con asco.
―Yo... yo...
¿Por qué era tan dificil confesarse? Quería decirle abiertamente lo atractivo que le parece, no solo elogiarlo, deseaba decirle tantas cosas que le fascinaban sin miedo a verse extraño. Sus manos apretaron a los muslos tenso en querer abrir la boca y continuar, pero el alfa pronto separó terminando su mención.
La reacción de Izuku fue sumamente graciosa al espabilar, realmente era un pervertido por malinterprarlo.
―Ah... ¿entonces ya has estado en un ferry con otras omegas?
Balbuceó evasivo, dandole el tiempo a Katsuki para separarse completamente y le restregó una sonrisa nerviosa. Que nocivo era Katsuki con sus comentarios de doble intención.
"Estuve a nada de decirle algo que no debía..."
Apretó los labios con remordimiento y torció una mueca, aproximó a dejar la mochila al lado de la que dejó el rubio.
"No quiero separarme de ti... ¿Te enojarías bastante si digo realmente lo que siento? Ya no te veo como un viejo amigo, te veo como un increíble alfa que quisiera fuera para mí... Me gustas tanto, Kacchan..."
Por la actitud de Katsuki, que disfrutaba burlarse o hacia cosas para incomodarle con tensión sexual, debía tomar todo como era, bromas, pero desafortunadamente Izuku empezó a ver eso más como cortejos serios. Su instinto y su razonamiento daba ese apogeo de tener más de Katsuki Bakugo.
Al salir del camarote fueron a explorar mejor el ferry, paseando por los pasillos casi golpean con un par de pequeños que corrían entusiastas en bañadores hacia la piscina. Oir a Katsuki quejarse de ellos llamó la atención en el omega.
―Entonces... ¿no te gustaría tener tus propios cachorros?
Preguntó reservadamente, al menos tenía oportunidad de indagar un poco más con él a preguntas que había tenido de si tenía planteado a futuro.
―A mí me parecen lindos, tener paciencia con ellos es algo que deberíamos tener todos. Son pequeñas personitas que solo están aprendiendo a vivir, todos pasamos por eso alguna vez, ¿no crees?
Dijo con una suave sonrisa más amena mirando a los cachorros en la lejanía. El carácter se forjaba con esas experiencias desde pequeños, tal vez Izuku era demasiado blando por depender tanto de Katsuki desde niños.
―Hacerles sentirse seguros, divertirse con ellos, darles confianza-...
Su habla pausó y miró de reojo al rubio, se incomodó por lo que dijo dandose cuenta de su error, ya que por un malentendido Katsuki había crecido con un problema de confianza a otros, culpandolo y guardandole rencor por años, se lo dijo cuando estuvo drogado y después cuando le confesó más abierto todo en el parque.
―Lo siento... ―dijo nuevamente afligido por el caos que hizo en Katsuki todos estos años sin darse cuenta del malentendido.
Escuchó la invitación de ir a comer de una vez, así que afirmó con la cabeza siguiendo al alfa hacia el área del restaurante. Un sitio con la misma galardonería que el resto del ferry.
Tomaron una mesa disponible cerca de la orilla que daba planicie al paisaje por el que navegaban. Recibió el menu del mesero por lo que checó la gran variedad de aperitivos y platillos que tenía.
―Ah... Yo quiero esto... ―mencionó señalando con su dedo el menú con timidez. Un filete acompañado arroz y ensalada. Estaba acostumbrado a comer platillos tradicionales en lugar de lo que habitualmente tenían esos lugares. Hubiera preferido algo un katsudon.
Sujetó el vaso de agua entre sus manos y bebió un poco tratando de pasar el tiempo en lo que volvían con su comida. Miró por breves segundos a Katsuki e inmediato retomó a mirar el paisaje a un lado incómodo, ¿cómo podrían pasar el tiempo en un ambiente más adecuado? Tan solo venían segundos de silencio y se tornaba un ambiente denso, al menos para él.
Ante el comentario de que soñaron en algun punto subir a un barco le hizo erguirse aturdido.
―Lo recordabas... ―musitó sorprendido. Katsuki tenía más fijo situaciones de la infancia que Izuku creyó que ignoraría por completo luego de todo lo que había pasado entre ellos.―A decir verdad, es la primera vez que subo a algo así, tampoco esperé que fuera contigo...
Dijo con una risita timidamente, ablandó un poco su tensión, apreciaba como Katsuki tomaba iniciativa al percibir situaciones así.
El tema del pasado salió a flote, Katsuki confesó con mayor fuerza lo molesto que fue reencontrarse. No fue sorpresa para Izuku luego de como lo agredió en su primera vista en U.A., sin embargo, al conocer que deseaba hacerle daño y que sufriera con tanto rencor le hizo tragar pesado, arrugó el ceño perturbado.
"Eso explica porque fue tan cruel conmigo los primeros días..."
―Entonces... ¿Ya no me odias? ―Cuestionó apretando las manos al cristal con agua nervioso.―Si sigues molesto por lo que pasó, lo entendería...
Katsuki siempre le pareció alguien perfeccionista, firme y odia perder, por supuesto que pudo sentirse tan humillado al considerar que fue vilmente ignorado de su invitación de despedida.
―Si la pasas bien conmigo ahora... Eso se escucha mejor, quisiera ser una compañía más amena hacia a ti... Más y más...
Un pequeño rubor osciló en su rostro dandose cuenta de lo que estaba diciendo, si continuaba parloteando podria llegar a confesarse por accidente a algo que prefería sellar.
―Luego de que te mudaste no hubo mucho para mí, sin ti los otros niños seguían molestandome, preferiría quedarme dentro de casa ―mencionó con el rostro gacho no muy orgulloso de decir lo cobarde que se convirtió, pero pronto quiso mejorar el entorno―, ¿qué hay de ti? ¿Cómo te fue cuando te mudaste?
Al oir como fue de solitaria su infancia, sin amigos cercanos o alguien hizo un puchero triste, ahora entendía como es que Katsuki estaba tan acostumbrado a la soledad y le parecía sumamente agradable. Al llegar a la parte en que intentaron molestarlo por ser nuevo y se defendió le llevó a torcer una sonrisa satisfecho por ese esperado escenario.
―Entonces te volviste un bravucón para que no te molestaran... Entiendo...
Susurró no tan orgulloso de saber como desenvolvió a Katsuki a fastidiar a otros, como si se hubiera convertido en un desagradable hábito. Entendía que debía defenderse, pero logró percibir como es que molestó a otros que ni siquiera le hacían nada.
―No creo que tengas que demostrar lo que puedes hacer fastidiando a otros, eres un alfa que todos respetan... No deberías agreder a otros... Ya sabes...
Sugirió nervioso por no verse tan pedante en tratar de convencerlo de no ser tan agresivo, por lo menos Izuku salió de la lista negra con Katsuki.
La comida llegó sirviendo las platos humeantes frente a ellos. Olían bastante bien, el problema radicó en que eran tantos cubiertos de muchos tamaños para cada cosa, no sabía sus usos. Tomó el que le pareció más adecuado agradeciendo la comida y desempeñado en comer.
Cortó un trozo del filete y lo probó, inevitablemente hizo un gesto de delicia y con más confianza empezó a tomar trozos de mayor tamaño. A la mención de que parecía un pequeño cerdo pausó el masticar y prestó atención a Katsuki que le miraba atento el comer.
―No digas eso... ―murmuró con las mejillas hinchadas y evadió la mirada a un lado con vergüenza― es que sabe muy bien y luego de una practica así en la mañana...
Deglutió tomando una servilleta para limpiarse los labios del jugo que caía del jugoso filete.
―Solo... come... ―pidió nervioso por la atención que incluso Katsuki le dio en un momento así.
Nuevamente le dio un extraño halago, pero entre ello escuchó que le dijo lindo, se quedó estático carburando la mención.
―¿Tu crees... que soy lindo? ―Preguntó con un volumen de voz apenas perceptible.
Uno de los mayores méritos en un omega era que mencionaran características prestigiosas de su físico, ser atractivo, tener una figura esbelta, un agradable aroma que atrajera a los alfas como abejas sobre miel. Izuku siempre fue muy reservado en mantenerse al margen de esas cosas, ser un omega no era tan malo, pero hoy en día la sociedad daba más acceptación a las mujeres. Era usual ver como un alfa si tenía que elegir a un omega hombre o mujer se iría hacia la chica.
Continuaría comiendo (mas despacio y discreto), pero fue interrumpido por Katsuki que acercó los palillos con camarones para dejar en su plato.
―Gracias, los probaré.
Respondió condescendiente y con una agradable sonrisa que lucía desapercibida.
"¡¿Q-qué está haciendo?! Olvidó que soy un omega, ¡¿No?!"
Por dentro estaba procesando las cosas como si lo estuvieran cortejando. Shoto lo hizo en varias ocasiones y nunca lo percibió hasta que alguien le dijo que si un alfa hacia eso era porque estaba interesado en querer estar contigo de una forma más... íntima. Como una pareja con lazo.
La mano de Izuku tembló con el cubierto que acercó a sostener un camarón y los probó tratando de lucir lo más tranquilo posible ignorando cualquier sobresalto que pudiera tener.
―Está rico ―respondió luego de comer un par más.
Ese gesto del alfa pudo ser algo casual, pero Izuku lo valoraba, atesoraría cualquier circunstancia como esa. Tenía más curiosidad por ver ese lado afable en el rubio.
Al terminar de comer daba fugaces vistazos al gesto de Katsuki, tratando de indagar que cruzaba por su cabeza, no hubo más conversación entre ellos en ese lapso. La cuenta llegó, Izuku iba a sacar su billetera, no era mucho lo que traía pero suficiente para pagar la comida, pero Katsuki fue quien entregó el dinero.
No fue satisfactorio para Izuku, si Katsuki se quedaba sin dinero lo más idóneo era ir nuevamente a pelear, por lo que tendría posiblemente más heridas.
―Te daré mi parte ―insistió Izuku al ponerse de pie y salir del restaurante con Katsuki.
Continuaron recorriendo el sitio hasta llegar a un sitio que parecía un casino, con muchas maquinas tragamonedas y personas jugando cartas. Entre todo ello también existían maquinas de arcade, el sonido y logo de una la reconoció facilmente.
Al parecer no fue el único, puesto que Katsuki inmediato dio un reto al juego de peleas.
―Seguí jugandolo mucho tiempo, me supe todos los combos así que no te confíes.
Advirtió con una sonrisa agradable por el aire competitivo. Seleccionó a uno de los personajes y enfocó en la pantalla segundos para comenzar, la partida duró relativamente poco con una serie de combos que no dejó al personaje de Katsuki ni siquiera tocar el suelo.
―¿Lo ves? ―Una risita entusiasta apareció e intentó no prestar atención a la rabieta de Katsuki. ―Podemos intentarlo de nuevo, tomemos con un calentamiento entonces.
De nuevo inició la contienda pero Izuku no fue inmisericorde en volver apalear su personaje. Estaba tratando de contener la risa por las muecas que Katsuki hacía estupefacto por sus rondas.
No se contuvo más al escuchar que su lado estaba fallando y dio una carcajada, no por burlarle, le parecía sumamente interesante ver lo mal perdedor que era su amigo.
―Puedo cambiarte de lado si quieres.
En el tercer combate las cosas fueron más densas, no logró la victoria pero sí un empato. Levantó los brazos contento de tomar una victoria de 2 de 3 contra el alfa.
La rivalidad en los juegos de arcade no pereció, fueron a otros juegos intentando seguir con su corona de victoria. Se divirtió bastante entre los tramos donde daban un versus, quejando entre risas o celebrando la victoria. Lucían muy dichosos.
Al terminar con las manos acaloradas de tanto usar los mandos salieron hacia el área donde estaba una piscina. Izuku pretendía acercarse a la orilla de los barandales a mirar la interperie pero pronto respingó al ver a Katsuki quitarse la ropa.
―¡¿Q-qué haces?! ―Balbuceó avergonzado por ver como se quitaba los pantalones sin pudor.
Izuku no fue el único que respingó, varias ahí dieron un vistazo hacia el cuerpo trabajado del alfa, quien a darse un chapuzón el menor acercó a levantar su ropa y doblarla.
―No voy a entrar, no podría hacer algo como eso... ―balbuceó apenado mirando de un lado a otro.
Todavía continuaban algunas marcas en su torso y espalda por los yakuza, ¿qué pensaría la gente mirando las heridas que ya sanaban por fin?
―Yo estoy bien aquí en la orilla...
Apegó la ropa ajena a su pecho mirando a Katsuki nadar, con el brillo del sol en el agua y el cabello humedo, desalineado llevandolo hacia atrás despejando su frente, le provocó suspiros.
No quería ser un aguafiestas, Katsuki lucía verdaderamente divertido, y él también lo estaba. Así que dejó las cosas en una silla, se quitó los zapatos deportivos con las calcetas, subió un poco sus pantalones y sumergió sus pies sentandose en la orilla.
―Prefiero no mojarme del todo... sí sé nadar, no es como que le tenga miedo al agua... Es eso...
No se imaginaba nadando tan cerca de Katsuki con sus cuerpos cercanos y semidesnudos, además de sus lesiones que prefería no mostrar. Rascó su nuca apenado por la seductora imagen que tenía plasmada del alfa en el agua.
Al oir que entonces saldría asintió dispuesto ayudarle, así que inclinó con bondadosas intenciones a sujetarle la mano, pero al ver la sonrisa maliciosa del alfa pudo entenderlo.
―N-no me digas que...
Dijo preocupado por la advertencia tardía de que cayó en su trampa, su jalado sin pudor hacia el agua donde cayó completamente. Salió hacia la superficie con un jadeo por aire y tosió un par de veces sosteniendose de los hombros de Katsuki.
―¡¿Por qué hiciste eso Kacchan?! Te dije que no.
Farfulló con fastidio como un gato arrojado a una tina, su semblante molesto ablandó al escuchar que nunca aceptaba un no por respuesta.
―Pero no es como que vengamos preparados, sabes mi condición y la tuya... Mañana tenemos un evento importante, ¿Y si nos enfermamos?
Con un falso reproche nadó hasta la orilla sacando litros de agua escurriendo de su ropa trató de exprimir un poco su camisa. Al escuchar a Katsuki salir también giró de reojo con un respingo nervioso al verlo solo en ropa interior así que desvió rápido la vista tratando de concentrarse en secarse la ropa. Solo estiró la mano a recibir la toalla que le pasó, se rodeó con ella encima de los hombros acudiendo hacia la habitación.
Daba pequeños temblores por el viento fresco que le pegaba así que aceleró el paso hasta llegar a la puerta del camarote donde dejaron las pertenencias. Las miradas que tuvieron evidentemente eran centradas en el alfa que iba con la toalla en la cintura, los murmuros y halagos como si fuera un modelo hizo en Izuku retorcer sus labios con un puchero, no le era agradable como las vistas devoraban al alfa que él quería. Tampoco es como si pudiera reclamarle algo, no tenía el derecho de nada, solo eran amigos.
―Llamas mucho la atención... ―fue lo que pudo mencionar como una tibia advertencia de que debería cubrirse un poco más.
Al entrar a la habitación no hubo más palabras entre ellos, solo escuchó el movimiento de Katsuki levantando su maleta deportiva y encerrarse en el baño para cambiarse. Generó una mueca más molesto e inconforme al estar por fin a solas.
"¿Por qué estoy tan enojado? No tengo derecho de reclamarle nada... A Kacchan... Le gusta presumir..."
Suspiró degradante por recordar su realista posición. Se despojó de la ropa y sacó la deportiva de la mochila que llevaba en la mañana para la práctica. En lo que estaba hurgando sus cosas quiso buscar los parches supresores de aroma pero la caja ya estaba vacía, se quedó incómodo de darse cuenta que estaría sin uno ya que el puesto estaba inservible por mojarlo. Tomó la toalla para empezar a secarse adecuadamente el cabello que estaba aun destilando algo de humedad.
Todo iba de maravilla ese día hasta que tomó la cruel realidad de que no era nada relevante. No tenía algo especial que lograra cautivar a un alfa como Katsuki, ¿cómo pretendía confesarse sin dar nada a cambio? Era ridículo. Estaba seguro que el estándar de Katsuki era muy grande y él ni llegaba a lo mínimo.
"Un omega varón sin un aroma llamativo o una figura resaltante, dudo que Kacchan logre verme como quiero que me vea... Como las personas lo ven a él... O como yo lo veo..."
Entristeció por su pesimismo, aunque trató de disimularlo al escuchar el ruido de la puerta, el alfa salió del baño con ropa seca. Izuku hizo un puchero de la pregunta de porque estaba enojado.
―Sí, estoy molesto por lo de la piscina...
Respondió cortante y frotando con mayor fuerza su cabello a la toalla. En sí estaba celoso por las miradas que tuvo el alfa de otros más que por el chapuzón forzado.
Al escuchar que si se enfermaba tomaría responsabilidad y cuidaría de él le provocó un vuelco en el pecho ansioso que le hizo agachar la cabeza y ocultar su mirada con la toalla. Estaba sonrojado por interpretarlo de la manera en que un alfa cuida a su omega marcado.
―Entonces... ¿aceptarías cuidar de mí? ―Susurró con redundancia, sentía su corazón palpitar con fuerza.
Dejó la toalla a un lado y frotó despacio su cabello entre los dedos, ya estaba casi seco.
"No digas algo que no vas a terminar..."
Se regañó a sí mismo por las respuestas indirectas que estaba dando también. Conociendo a Katsuki todo era con doble sentido solo para divertirse por sus reacciones.
Katsuki abrió la puerta de cristal del balcón asomando con una agradable brisa que adentró al camarote.
―¿Ya es tan tarde? ―Preguntó con cierta sorpresa al darse cuenta que se le fue el día rápido por la compañía con Katsuki.
Los tonos naranjas adentraron por el balcón así que también se acercó para mirar el espectacular paisaje. El brillo de la puesta del sol con el balanceo del agua le dejó hechizado. Se quedó inmóvil al lado del alfa.
Al oir un murmuro de Katsuki giró hacia él extrañado.
―¿Qué? ―Farfullo confuso de percibir al otro evadirle la mirada y anexando lo hermoso del atardecer―, ah... sí, ya que lo mencionas estas puestas del sol son gratificantes, como si todo lo que hicimos en el día tuviera una recompensa como esta. Me alegra compartirlo contigo, Kacchan.
Se llevó una mano a los mechones para ajustarlos tras su oreja ante el viento que golpeaba de frente, sin embargo, retomó al alfa al escuchar que le decía que también lo era hermoso. Una comisura del labio gesticuló una mueca con una sonrisa extraña, le hacía feliz oir algo así pero aseguraba que solo era para hacerlo reaccionar de forma ridícula.
Esa mala costumbre de ser tan crédulo, ya no debía tomarlo desprevenido, pero toda esa serie de extraños coqueteos o situaciones comprometedoras le inclinaron a darse cuenta de que veía a Katsuki más allá que un amigo de la infancia.
―Ya, corta con eso... No caeré como las otras veces.
Indicó con un falso reproche intentando no parecer algo inquieto por el comentario, pero Katsuki sonaba más serio que las otras veces, incluso percibió su voz más suave. Frunció el ceño, solo un poco al comentario de que si no fuera lindo no le gustaría al bastardo mitad y mitad, era obvio a quien se refería.
―No digo que sea poca cosa, es solo... Uhm... Hoy en día los omega varones son algo... ¿Desapercibidos? ―Anexó un tanto nervioso jugueteando con su mano, cruzandola ansioso por su nuca y cabellera.
Ladeaba la cabeza fuera del margen de Katsuki queriendo saber como es que rayos terminaron hablando de algo como eso. Comenzó a sofocarse por tratar de retener todo lo que quería decirle.
Llevó las manos a sostenerse del barandal para mantenerse de pie por lo abrumado que se sintió. Tenso y sin saber como cambiar de tema, pero una sensación cálida acomodó encima del dorso de una de sus manos, era la de Katsuki que le provocó girar a verlo confundido.
"Ni tampoco a mí"
¿Se refería a gustar como Todoroki? Izuku intentaba unir la conversación para saber si no era una malinterpretación suya. Al ver como la mano de Katsuki le acarició subiendo hasta llegar a su hombro le dio un escalofrío, pero toda su quietud desapareció con pavor al oirle confirmar con seguridad que sabía que le gustaba.
―¡¿D-de dónde sacas eso?! ¿Gustarme? ¡Tú no me...!
Balbuceó con el rostro rojo y culpable de lo obvio, no podía ocultarlo y el alfa se lo insistió. ¿Qué se supone que haría ahora? No quería un rechazo, no quería ser visto como un raro y que cortara nuevamente su amistad.
―Siempre has sabido que soy nervioso, por eso te diviertes tratando de molestarme con este tipo de cosas, no es como si yo plasmara como tal... A veces simplemente no sé como reaccionar cuando bromeas...
Quejó nervioso de sentir las respiraciones del alfa golpeando su piel, con un agudo aroma de las feromonas tan cercanas que le hizo jadear nervioso. Katsuki le sentenció que no estaba bromeando esta vez.
―Jah... No te creo...
Insistió con un murmullo inquieto, queriendo seguir sellando todas sus emociones, a pesar de lo obvio que era no quería dar un espectaculo tan burdo. Su mente trataba de dar un porte serio, pero su cuerpo era todo lo contrario, reflejando con ese rubor en las mejillas, su fragil tambaleo y su mirada brillante que alzó en un intento de afrontarlo.
―Dices que te gusto... ¿Del mismo modo que Todoroki-kun? Gustar de... Ya sabes... romance...
Observó el rostro dubitativo del alfa, con esa sonrisa ladina exclamando que era un descuidado por no darse cuenta que todas sus indirectas. Dándole a saber que probablemente que eso de ir a buscarlo, llevarlo al baile, todos los momentos en que convivieron más ameno fue por eso. Izuku estaba desconcertado, ya no lucía como una broma.
Sus ojos brillaron con un centello por las suaves lágrimas, estaba al borde de estallar con todas esas emociones que acumulaban cada vez más en su pecho provocando un ahogo en su garganta por gritarlo también.
Cerró los ojos, apretandolos con fuerza al sentir los labios de Katsuki acercarse peligrosamente dando un roce a los suyos, una caricia que le paró la respiración, con su piel afelpada dando un desliz hasta besarlo en la comisura como la noche anterior.
La sensación del pulgar que delineaba su mejilla le puso rígido también sin moverse, pronto caminó la mano por su oreja hasta llegar a su nuca y otra serpenteó por su cintura.
El pobre chico no supo que hacer, sintió un ataranto, tal vez se le bajó la presión por la conmoción, pero el como Katsuki lo aferró con cuidado para tomar sus labios adecuadamente hizo su lado omega aflorar, sus feromonas correspondieron lo que el no podía hacer. No se movió de su lugar ni un milímetro, los labios estaban tiesos y tambaleantes con el contacto.
Sus manos subieron de forma robótica hasta alcanzar los hombros de Katsuki, sin saber si separarlo o solo dejarse llevar en ese beso, pero segundos después separaron. Estaba tan rojo, como una fresa, abrió despacio los ojos para encontrarse con el calmado gesto del alfa que le suspiró diciendo si eso respondía su pregunta.
Tanteó su frente con el otro mientras sus mejillas eran acariciadas en confianza, escucharle decir que le gusta le provocó un espasmo con un gimoteo abrumado en lágrimas. Ya no soportaba más esa asfixia.
Estaba sumamente feliz de oirlo, que la persona por la cual estaba enamorado le dijera esas palabras que fantaseó. Era irreal, como si continuara con esos tontos sueños que le hacía ahogarse en la almohada frustrado por como culminó su admiración por su amigo.
―Soy un omega, tarde o temprano llegaría al punto en que llegaría a estar atraído por un alfa. No soy bueno en esto, ni siquiera tengo experiencia... No sé mucho del coqueteo o como llamar la atención...
Dijo entre hipos por el llanto que trataba de contener, al igual que perdurar su vista con Katsuki.
―No quiero estar indagando hasta encontrar a alguien como suelen hacerlo, por eso a la única persona que antes me pretendió lo rechacé... No solo una vez... ―susurró decaído por las veces en que congenió con Todoroki―, si llegaba la persona correcta simplemente me daría cuenta, pero cuando empecé a notar que eras tú... Me dio miedo...
Apretó los ojos con fuerza en su parpadeo que liberó sus lágrimas a caer por sus mejillas hasta tantear los dedos del alfa.
―Temía el rechazo, que te burlaras de mí o hasta perder tu amistad otra vez... No tengo idea de como empezó todo esto, pero dejé de verte como amigo... Comencé a verte como un alfa... Que quiero para mí...
Jadeó tratando de apaciguar los lagrimas, negó la cabeza precipitadamente y tomó las manos ajenas para quitarlas y sostenerlas con las suyas al frente.
―Sonará precipitado, pero pienso todo el tiempo en ti, me siento ansioso sin tu aroma... ¡Así que por favor, dame una oportunidad! ¡Déjame demostrarte quien soy! Quiero hacerte feliz Kacchan, tener momentos tan agradables como el de hoy o en el baile, me siento realmente bien con tu compañía. ¡También me gustas mucho!
Sinceró apretando sus manos y con una vista determinada en lágrimas.
―Nunca he estado con nadie, no tengo mucho para ofrecer como omega tampoco, pero creeme que daré todo de mí para cosechar tu felicidad, me gusta Kacchan... ¡Y me encanta Kacchan sonriendo! Quiero darte motivos para eso.
Soltó todo sin reservarse nada, parecía una propuesta de matrimonio o íntimo, pero era todo lo que el omega estuvo acumulando estos días.
El comentario con cierta broma de que era un pésimo en los besos le hizo sobresaltar separando sus manos de las ajenas y llevarlas al rostro.
―¡Lo siento! ¡Me tomaste por sorpresa!
En realidad eso no fue una sorpresa, Katsuki se había tomado todo el tiempo para acariciar e implantar un beso, pero Izuku quedó tan descompuesto que no sabía carburar.
Descubrió despacio sus ojos asomando entre las falanges y posteriormente limpió sus lágrimas frotando con cierta rígidez.
―Mi pecho se siente más liviano luego de decirlo... Kacchan, en verdad estoy enamorado de ti.
Reiteró mirando al alfa, pasó saliva por su garganta y relamió los labios.
―Yo... yo practicaré, te mencioné que daría todo de mi, si no sé besar aprenderé.
Sintió sus rodillas flaquear ante la idea de que podría volver a besar a Katsuki en otra oportunidad. Sus intenciones fueron ingenuas, lo que pretendía Izuku era buscar información en internet de como besar, alguna guía absurda o ver videos de como corresponder más allá de quedarse como una roca, pero Katsuki le sujetó las muñecas para encararlo con una sonrisa y una particular invitación de que podría enseñarle.
Los labios de Izuku temblaron tratando de llamarlo con nerviosismo. Otra vez el alfa inclinó dando detalles de lo que haría, golpeando sus labios con pertinencia a los otros en cada palabra, desde inclinarse, tantear un poco el terreno y si veía oportunidad solo abriera lentamente la boca para dejarse llevar, así como el baile de anoche.
Se supone que ese instinto estaba bien implantado en cualquiera, no obstante Izuku era una maraña andante de nervios. Su cuerpo crispó electrizante por los labios que volvieron a golpear con suavidad los suyos. Continuaba sujeto de las muñecas, siendo llevado con pequeños empujoncitos hacia dentro.
Era una extraña sensación, sus labios siendo aturdidos por los ajenos, afelpados y húmedos. Tenía el cuerpo tan rígido sin lograr relajarse, casi haciendose bolita en sí mismo mientras retrocedía hasta golpear una pantorilla en la cama.
Miró de reojo, o al menos lo intentó, cuando su rostro quiso girar a indagar con el mueble el rostro de Katsuki lo siguió sin pausar. El agarre culmino hasta empujarlo con cuidado en la caída por la mano a su espalda hasta recostarlo con el alfa posicionandose encima.
―N-no puedo... No ahora... ―quejó entre beso tratando de tomar un poco de tiempo, pero Katsuki le silenció con un "si puedes".
Las manos ajenas viajaron por sus rulos quedando una en su nuca y la otra recorriendo su oreja. Lentamente fue cediendo por las feromonas del alfa que intentaban relajarlo de su tensión, su boca abrió con mejor confianza y al percibir la caliente lengua integrar en su cavidad respingó dejando la suya en el suelo para dejar que continuara, pero eso llevó a Katsuki darle una liviana queja en que dejara de estar tenso.
Apenas pudo asentir la cabeza cuando retomaron en lo suyo, Izuku se volvió más permisivo tratando de saborear con ese sigiloso temblor de su cuerpo, no podía creer que estuviera besando a Katsuki así.
Ruidos obscenos de sus lenguas movimiendo entre jadeos, separaron luego de una amplia transcisión con un hilo de saliva que cortó en la distancia. Sus alientos golpearon entre sí. Las iris de Izuku dilataron con sus mejillas aun rojizas, su piel ardía en pena, pero había sido deleitable.
La declaración de que tenía mucho por enseñarle le provocó evadir la vista al techo avergonzado de solo imaginarlo.
―No me refería aprender de esta manera... Pero... Está bien. Mejor de lo que había considerado...
Volvieron a retomar un beso a los labios, Izuku pretendió tomar lo anterior con más fogocidad pero respingó con una queja al sentir como parte de su lengua fue mordida, cosa que le hizo jadear sorprendido. La mención de que con eso debía relajarse más le hizo arrugar el entrecejo en confusión.
―Solo querías morderme, ¿no es cierto? ―Sonsacó por ver la cinica sonrisa del alfa que conocía cuando burlaba.
Nuevamente jadeó con cierto dolor sacando un poco la lengua y respirar agitado, como si se hubiera enchilado. Tenía un delineo rojizo en parte de la punta de los dientes delanteros del alfa.
Al no sentir ningun movimiento de la persona encima prestó mayor atención, por lo que subió la mirada a indagar, Katsuki parecía aturdido sin apartarle la vista.
―¿Kacchan? ―Llamó con una voz aterciopelada y preocupada.―No duele tanto, no te preocupes.
Indicó a su lengua con una sonrisa más tranquilo.
―Creo que sí me ayudó a espabilar, no me siento tan nervioso...
En un momento tan oportuno como ese, donde se sentía más confiado de sí mismo y bajo todo lo que habían hecho era más que idóneo. Se levantó un poco recargando su peso a los codos y dirigió al rostro del alfa para depositarle un dócil beso a la mejilla.
―Kacchan, también me gustas mucho ―siseó alzando la mano también para alcanzar su cabellera dorada―, siempre me has parecido increíble, pero todo indica que no conozco el límite cuando se trata de ti. Solo soy un omega que quiere demostrarte de lo mucho que te quiere y valora... Lo mucho que me importas. Por favor, no seas tan duro con mis sentimientos.
Su pecho ardía pero el alivio mesuraba encima, ya no era tan tormentoso, todos esos sentimientos reprimidos por fin pudo expulsarlos. El rechazo no estaba presente y eso lo hacía plenamente feliz.
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