
Bakugo vs Todoroki
Izuku era una víctima fácil de predecir, Katsuki se retiró del protico de la casa vecina con una sonrisa divertida sabiendo que liberar sus feromonas dominantes era una forma más rápida de ganar esa batalla.
El pecoso era un Omega ya no había duda, lo había sospechado desde que lo miro por primera vez de vuelta, incluso cuando eran niños solía creer que Izuku era muy débil, pequeño y torpe para ser alfa. Ahora estaba corroborado y claro que no se quedaría con los brazos cruzados con una información tan valiosa.
Los omegas eran cada vez más escasos en el mundo, de 10 niños, tres serían alfas, seis betas y solo un Omega. Al ser los más débiles de la rama solían recibir mucha discriminación y acoso. Era tan divertido saber que ese torpe nerd era uno de ellos.
"Ya quiero ver la cara de los demás cuando les diga que es un Omega"
Río para sus adentros, pero lo mejor de todo era que podía manipular a Izuku con su aroma. Tenía muchas cosas a su favor y quizá llevar a cabo su plan sería más fácil de lo que creyó.
Se encerró en casa decidido a descansar un poco, solo estaba la cama de su infancia que ya había quedado con las sábanas limpias y recién lavadas. Debía conformarse con eso por el momento mientras conseguía una nueva y se llevaba todas sus cosas allí.
Pasaron unos minutos y el alfa había cerrado sus ojos tratando de calmar su dolor de cabeza justo cuando estaba comenzando a dormitar el sonido de alguien tocando el timbre le hizo despertarse.
Frunció las cejas y gruño girandose boca arriba y llevándose la única almohada encima de la cara.
El segundo llamado del timbre le hizo soltar una maldición al aire y arrojar la almohada con fuerza hacia la pared.
—¡¿Quién putas esta llamando a la jodida puerta? Carajo! —
Grito completamente furioso mientras se ponía los pantalones a tirones, bajo las escaleras a zancadas y gruñia con enojo rumbo a la puerta.
Quién fuese el idiota que se había atrevido a despertarlo no viviria para contarlo y lo haría puré a golpes. Se suponía que la casa estaba abandonada y nadie debía ir. Así que pensó que se trataría de algún vendedor.
Abrió la puerta de un tirón tan fuerte que la hizo golpearse contra la pared.
— ¡¿QUE MIERDA QUIE...?! —
Grito furico pero se detuvo al notar a la figura temblorosa frente a él, no se trataba de un maldito vendedor, era el idiota nerd que sostenía entre sus manos lo que parecía ser comida.
Katsuki parpadeo un par de veces mirando los sandwiches y alzo una ceja clavando la mirada en los ojos ajenos.
"¿Que hace aqui?"... Bien debo aprovechar está oportunidad"
Pensó liberando solo un poco de su aroma.
Por un segundo casi mandaba a la mierda todo lo que había avanzado en su plan. El muy tonto le había llevado comida. Ah que divertido hubiera sido arrojarle su propia comida a la cara y correrlo a patadas de su pórtico. Pero no... Ahora debía tratar de controlarse. Sin querer el idiota de Izuku se estaba encadenando a su condena pues con esos actos el rubio solo debía fingir ser agradecido y amable. Pan comido.
—¿Que quieres?... Es de noche... Ya estaba dormido —
Alzo una ceja recargando su brazo al marco de la puerta y arrugó leve el entrecejo cuando una felicitacion llegó.
"¿Quién mierda te pidió que me felicitaras?, ¿Por qué crees que necesitaría tu ayuda?"
Pensó molesto, por dentro deseaba con toda su alma lanzarle un buen puñetazo al idiota por pensar que necesitaba su elogio o ayuda, solo suspiro. Había algo que el rubio odiaba y era que los demás sintieran lástima o compasión por él y el idiota de deku ahí estaba dándole comida por verlo hambriento. Que idiota, al menos con ello confirmo que ese torpe omega aún mantenía cierto aprecio por él.
Cuando el menor le extendió la mano para que tomará la comida, el rubio tiro un fuerte suspiro y no le quedó de otra que tomarlos no le gustaba deberle favores a nadie pero debía darle por su lado para avanzar con el plan.
— No sabía que estabas tan al pendiente de mi... ¿Acaso me espías por tu ventana? Ya debes saber que tienes la vista directa a mi habitación —
Le dijo en broma, pero a la vez era una trampa para darle una sugerencia de forma inconsciente. El menor ahora tenía esa información. Katsuki sonrió de lado de forma divertida mientras observaba la forma tan nerviosa y torpe en qué Izuku le respondía, apenas formulando palabras lógicas. Su aroma lo aturdia y eso era divertido de ver. No había nada mejor que jugar con un omega.
— Lucen bien, ahora vete. —
Le dijo con voz neutral dándose la vuelta y empujando la puerta con su pie para cerrarla pero se detuvo volviendo al menor.
—Ah... Oye idiota....—
Le llamo para que el menor le mirara antes de irse. Así que lo vio a los ojos y alzó una ceja una apenas visible sonrisa ladina.
— Gracias —
Fue todo antes de cerrar la puerta. Katsuki soltó el aire que había estado guardando sintiéndose asqueado de haberse tenido que comportar de esa forma pero no tenía de otra. Miro por la ventana observando al Omega alejar y suspiro negando con la cabeza.
Camino hacia la cocina y dejó los sandwiches sobre la barra, no tenía refrigerador pero tampoco quería comer eso que ese perdedor le había preparado por qué claro.... Era más que obvio que fue el quien los hizo con sus propias manos, regreso a las escaleras con la intención de volverse a acostar pero se freno al sentir un dolor en su estomago.
Normalmente era muy orgulloso como para aceptar esa comida. No... Ni aunque muriera comería esas cosas... Negó con la cabeza y dio un par de pasos más pero luego suspiro y regresó.
— Sólo será esta vez... Después manda a la mierda todo —
Murmuró mientras destapa los sandwiches y los observo atento, relucian y estaban frescos e impecables. De inmediato se le hizo agua la boca así que comenzó a comerlos con prisa llenandose la boca. No estaban mal, el nerd había sido generoso con la cantidad de queso y jamón que les puso, al menos de esa forma recuperaría un poco más de energía.
Una vez que devoro los cuatro sandwiches y la botella de agua, se sintió ligeramente satisfecho.
—Tch... Ese idiota... —
Murmuró riendo leve. Ahora que su estómago estaba lleno comenzó sentir sueño y el dolor de cabeza se empezó a quitar por lo que subió a la habitación, pero antes se acercó a la ventana y miró al balcón de la habitación del nerd, pudo ver que algo se movió rápido detrás de la cortina.
— Si que es un pervertido... Eh. —
Murmuró chasqueando la lengua y le levanto el dedo medio.
—¡Ya duérmete idiota o iré a golpearte! —
Le grito haciendo ladrar a algunos perros de los vecinos y luego cerró las cortinas para entonces irse a tumbar a la cama. Esta vez no tardó en quedarse dormido.
Al día siguiente ya era sabado, desperto cerca del medio día. No había mucho que hacer ese día así que había pensado en simplemente relajarse, afortunadamente había luz eléctrica y agua potable en su casa pese a no ser usada ya que su padre había pagado un contrato por años y solían tener la idea en mente de rentarla o volver a ella.
Así que puso a cargar su teléfono mientras escuchaba música y comenzó a ejercitarse haciendo algunas abdominales y lagartijas en el suelo de la habitación, después se vistió con la misma ropa del día anterior y salió de la casa, tenía pensado divertirse.
Cuando la noche llegó, el cenizo regresó a la casa con la ropa hecha un desastre, el cabello aún más despeinado y con ligeros raspones en el rostro, las heridas más graves estaban en sus nudillos que sangraban un poco y parte de la camisa estaba teñida del mismo líquido aunque esté último no era suyo.
Se le veía cansado pero con una sonrisa victoriosa, a su lado iba una mujer, incluso menor que el, vestida con ropa diminuta y provocativa, adornada con algunas joyas y mucho maquillaje.
Las peleas clandestinas eran una forma de desestres para el cenizo. Ya tenía fama en ese mundo, era arrojado a una jaula junto a otro sujeto y los hacían pelear por dinero como perros.
El cenizo casi siempre ganaba otras veces perdía pero lo que siempre era seguro era que llegaba con severos golpes que escondía bajo su ropa y cuando iba bien, un buen fajo de dinero por cada pelea ganada mismo que se gastaba en alcohol y prostitutas tal como esa noche. El resto que le quedaba lo ahorraba para comprar comida o cigarrillos.
Cuando llegó sacó su teléfono mientras subía las escaleras notando una llamada perdida de su madre. La ignoro por completo, se imaginaba que ya había descubierto que no estaba en casa de sus tíos así que por nada del mundo le contestaría.
Subió a su habitacion quitándose la camisa sucia y algo rota por la pelea de esa noche y con la cual limpio la sangre que bajaba por los nudillos.
Al entrar miró a la ventana por reflejo notando la habitación del menor también al frente y suspiro para seguir caminando dejando su camisa en el piso y mientras aflojaba su pantalón miró de nuevo desde su lugar pero esta vez le pareció ver una figura desde el otro lado de las cortinas.
Enfoco más su mirada, era Izuku parecía estar haciendo algo en la habitación así que cerro las cortinas y volvió a la cama en donde la mujer ya lo esperaba.
Al día siguiente desperto un poco tarde. La mujer ya no estaba al igual que la mitad del dinero de su billetera, en el piso había varios preservativos usados, habia tenido una buena ronda de sexo ocasional, se sentía molido pero debía irse a casa de Kirishima por el resto de sus cosas.
........
Shoto había pasado todo el fin de semana pensando sobre lo que había hecho con Izuku el último día de clases. Haberle besado en la mejilla y proponerle lo del baile, ahora se arrepentía pues sentía que había actuado un tanto precipitado. Su plan era ir despacio y en realidad parecía más desesperado que antes.
De verdad quería a Izuku y su aroma le gustaba, solo lo había podido oler aquella vez que lo salvó de los bravucones en la secundaria. Un dulce aroma a cedro con manzanilla, estaba seguro que Izuku sería su omega, quería estar junto a él.
Pensó en que no debía presionarlo y se la había pasado en Internet leyendo blogs y consejos para conquistar. Entre tantos consejos leyó uno que decía que debía ser detallista y con ello el bicolor pensó en darle pequeños regalos a Izuku. Pero... ¿Que le gustaba? Se estaba rompiendo la cabeza pensado en que poder darle.
Shoto era demasiado malo con esas cosas del romance así que comenzó a ver ideas de regalos notando que decía que la comida nunca fallaba.
Con ello el alfa bicolor sonrió y todo el domingo se la había pasado buscando en las mejores tiendas lo que tenía en mente, terminando por conseguir una cajita blanca decorada cuidadosamente con un lazo de color rojo y en su interior habían chocolates gurmet de lujo.
Pensó que eso sería perfecto así que al día siguiente alistó todo y acudió a la escuela con algo de nervios. Sabía que Izuku gustaba de llegar temprano por lo que desde su aula miraba directo a la entrada del campus. Cuando noto la pequeña figura de risos verdes llegar al edificio sonrió y sacó de su mochila la cajita.
Esperaba que eso funcionará. Pará su buena suerte la escuela aún estaba prácticamente vacía así que bajo despacio hasta el primer piso y se dirigio directo al aula del menor.
Cuando llegó, se freno en la puerta y lo noto sentado el sólo, leyendo algo. Entonces suspiro y escondió la cajita detrás de su espalda en una mano y con la otra toco la puerta con algo de pena un par de veces llamando la atención del menor.
—Buenos días Midoriya —
Le saludo sonriendo suavemente y mirándolo con cariño. Se veía muy adorable esa mañana. Bueno, en realidad se veía adorable todo el tiempo, al menos ante los ojos del alfa.
— ¿Como estuvo tu fin de semana? —
Le pregunto una vez lo miró acercarse, se sentía un ambiente tonto y bochornoso entre ambos tan cual como niños de primaria en su primer cita. Shoto sentía que ese chico era realmente especial y lindo, uno de los blogs que había leído hablaba sobre las parejas destinadas, que solo se daban entre alfas y omegas. Un beta no era capaz de tener una. Se creía un mito, pero el bicolor se había hecho una ilusión imaginando que tal vez podría llegar a ser destinado de Izuku.
El menor le pregunto que hacia allí así que el bicolor suspiro nervioso.
—Bueno yo... Quería pasar a saludarte antes de ir a mi aula, y bueno aprovechar que no hay nadie aun para darte una pequeña sorpresa —
Le dijo sonriendo suavemente.
—Cierra los ojos... Porfavor...—
Le pidió con timidez y cuando el menor obedeció le tomó una mano y le coloco la cajita de chocolates
—Ábrelos... —
Le pidió suavemente y al notar la reacción del menor sonrió. Todo parecía que le había gustado.
—Compré esto para ti... Espero que te guste —
Le dijo amable para después acercarse y acariciarle la cabeza con suavidad como ya se le estaba haciendo costumbre. Cuando shoto noto la pequeña pero linda sonrisa de lzuku formarse en su pecoso rostro no evitó sentir latirle el corazón más rápido de lo usual. Estaba feliz de que su regalo le gustará. Ver aquella sonrisa acalorada había válido por completo el riesgo.
—No fue nada, nos veremos entonces Midoriya —
Le dijo con calma tras haberle dado aquella caricia sobre su verde cabello para después irse de nuevo a su aula. Ese chico le robaba el aliento, hacia que sus pupilas se dilataran. Realmente le gustaba. Quizo preguntarle si ya había tomado una decisión sobre ir al baile juntos pero pensó que ya le preguntaría después, no debía presionarlo así que por ese momento se dedico únicamente a prestar atención a sus clases sintiéndose alegre por haber visto esa hermosa sonrisa que le iluminó su día.
Por otra parte desde el edificio de en frente el mariscal caminaba a pasos firmes por el pasillo buscando con la mirada al idiota enano que hacía sus tareas hasta que pudo localizarlo intentando huir de él por lo que corrió y lo atrapó sosteniendolo de la camisa y azotandolo contra los casilleros.
— ¡¿En donde esta mi maldito proyecto?! —
Le grito al tembloroso chiquillo que sacó rápidamente de su mochila un folder con varías hojas y se lo entrego.
— Aquí esta... Ahí esta todo... ¡Por favor no me rompas la cara Bakugo! —
Le rogó por lo que katsuki sonrio y le arrebato el folder para después arrojar al chiquillo al suelo y solo irse.
Kirishima iba tras el, siempre lo seguía como una especie de guardaespaldas, para suerte del rubio el pelirrojo no le había dicho nada en camino a la escuela. Después de aquella pequeña discusión que tuvieron el viernes a causa de la "apuesta" que el cenizo hizo con los demás del equipo, kirishima no volvió a tocar el tema, dejaría que katsuki hiciera lo que quisiera después de todo los problemas que causara el debería resolverlos por si mismo. Ya no era más su asunto y no quería problemas con su tía Mitzuki, era bien sabido en toda la familia de ella era la del carácter más pesado de todos.
Por algo también katsuki era como era.
— Tú madre me llamó, no supe que decirle... No sabía dónde estabas así que le invente que habías tenido que ir a casa de un compañero para hacer un proyecto, Bro es la ultima vez que te cubro la espalda, no quiero mas problemas, mis padres, también me preguntan por ti —
Le dijo el pelirrojo y Katsuki suspiro.
— Nadie te pidió que le respondieras las llamadas, si me echas de cabeza sabes que yo lo haré contigo también, ¿Quieres que tus padres sepan que vendes droga? —
Kirishima rodo los ojos, hablar con el rubio era inútil. Katsuki se cerraba al diálogo era como hablarle a una pared.
— Lo hago porque me preocupo por ti... Solo intenta no meterte en más problemas. Tienes las manos llenas de golpes... ¿Que fue lo que paso?—
Le preguntó kirishima y el rubio solo suspiro y soltó un leve gruñido.
— Sabes que me gusta pelear... No es difícil imaginar lo que paso... Cómo sea nos vemos —
Le murmuró serio para después ir al aula primero. Kirishima solo negó con la cabeza y soltó un pesado suspiro. Quería ayudar a su primo, pero este simplemente le hacía las cosas más dificiles.
Katsuki camino por los pasillos nuevamente atrapando las miradas de todas esas chicas calientes que lo desnudaban con la mirada y deseaban estar en los vestidores y las duchas de los chicos después del entrenamiento del equipo,
Muchas solo podían conformarse con imaginar el cuerpo perfecto que se escondía bajo su ropa. Katsuki siempre las ignoraba, mientras caminaba miró a su alrededor y a lo lejos pudo ver a Tetsu y a Zero caminar hacia el.
— Hey que tal Capitán ¿como va la apuesta? ¿En donde esta el idiota del equipo de porristas? No te vemos de la mano de nadie —
Le dijo burlon el pelinegro, katsuki lo ignoro haciéndolo enojar.
— Tal parece que el quarterback no es tan bueno como dijo ser... No se ve que haya logrado engañar a ninguno de esos idiotas aún —
Katsuki se freno y cerró los ojos para después girarse hacia el par de chicos dedicándoles una mirada afilada y fría.
—Escuchen bien idiotas... Estoy haciendo las cosas a mi manera... Ya tengo en la mira a uno... Mas les vale ir preparando su maldito dinero —
Los dos chicos reaccionaron con sorpresa.
— ¿En serio?, ¿Quien es? —
—Un inútil Omega, Izuku Midoriya —
Los chicos de quedaron boquiabiertos, si de por si les gustaba molestar a Izuku ahora que sabían que era un Omega sería mucho más divertido.
— ¿Es un Omega? Joder eso lo hace aún más divertido, que maldito perdedor! —
Se burló Tetsu con diversión.
— Como sea... Ese nerd es mío, ya verán que pronto lo voy a someter —
Les respondió para entonces seguir su camino y al hablar de Izuku lo busco con la mirada, no lo veía por ningún lugar por lo que chasqueo la lengua.El idiota aún era ingenuo, se lo había demostrado al llevarle la cómida el otro día. Eso era un punto bueno para su plan. Solo debía moldear esa voluntad que el menor tenía hacía el. Moldearla a su beneficio claro. Así que mientras las clases avanzaban, el cenizo ideó un plan para dar el siguiente paso a su meta.
Tomo un bolígrafo y escribió algo en un trozo de papel que guardo en sus pantalones.
Horas después cuando el almuerzo llegó
Tetsu, Zero, kirishima y katsuki caminaron hacia la cafetería. Al frente como siempre estaba el rubio, se hacían paso entre la multitud de jóvenes que ya hacían fila y se sentaban en las bancas del comedor.
Los jugadores tenían privilegios, mismos que ellos se auto proclamaban.
Tal era el quitar a los demás de la fila por medio de amenazas, las personas eran como borregos. Obedecían sin chistar para evitar problemas. Tan idiotas.
Cuando llegaron casi al frente de la fila el cenizo noto la presencia de cierto pecoso y una sonrisa alargada se le dibujo en la cara.
"Con que aquí estas estúpido nerd de mierda"
Pensó acercándose al pecoso.
— Mira a quien tenemos aquí, el novato Omega... Ya llego la hora de patear traseros, no puedes ocultar más que eres uno de esos perdedores omegas —
Dijo Tetsu tornándose los nudillos. Katsuki lo miro fulminandolo haciendo tensar al pelinegro, luego tomó al menor del hombro para girarlo hacia ellos y alzó una mano en forma de saludo.
—Saludos... Lindos trapos perdedor —
Le dijo katsuki mirándolo directo a los ojos y liberando su aroma con suavidad.
— El pobre idiota está loco... Tanto como pasa usar ese atuendo —
Secundó Zero.
—¡Es suficiente... Callense idiotas! —
Advirtió el cenizo a su par de amigos que tensaron quedándose al margen y se acercó al pecoso, lo acorralo contra la pared, pasando su brazo por encima de la cabeza del menor y recargandose sobre el con su sonrisa bien dibujada.
Sus cuerpos estaban muy cerca el uno del otro tanto que katsuki pudo detectar el ligero aroma del menor que por alguna razón habia notado que afloraba un poco cuando estaban cerca incluso sin que el tuviese que usar del todo sus feromonas de alfa.
Todos veían incluso las cocineras que no sabían si debían llamar al director o dejarlo pasar pues no había golpes ni alboroto.
— La tensión no es buena para ti... Deberías relajarte un poco nerd —
Le sugirió mirándole con calma luego miró a la barra de comida notando un guiso de brócoli en los compartimientos. Pensó que izuku le recordaba a un brócoli también y sonrió con diversión.
— Por cierto... Brócoli, habrá una reunión esta tarde, entregarán los uniformes al equipo de americano y a los animadores juntos... Así que si no te veo ahí yo—
— te patearemos el culo —
Agregó e irrumpió Tetsu haciendo blanquear los ojos al cenizo quien sólo volvió a verlo con una sería advertencia de que se callara antes de regresar la vida al menor y entonces metió la mano en sus bolsillo sacando el papel que con anterioridad había preparado con un poco de adhesivo.
—Debería asistirte si es algo difícil de recordar para ti... Así que... Las estadisticas han demostrado que la mejor forma de retener información es por medio de la presión. —
El rubio pego directo en la frente del menor el trozo de papel pero sacó un segundo papel el cual dirigió a la entrepierna del pecoso y de un movimiento brusco lo pego allí sobre el pantalón haciendo reír a los demás. Tener a Izuku bajo su perfil, completamente nervioso y sumiso era delicioso, le gustaba esa sensación de dominancia sobre él. Le hacía vibrar cada maldita molecula de su cuerpo.
— Aquí hay otro amistoso recordatorio —
Le dijo para luego apartarse e irse junto a los otros que lo siguieron como abejas a su reina dejando al pecoso en su lugar con ambos papelitos pegados.
El primero de ellos pegado en su frente decía "Reunión hoy a las 5:00 p.m en el gimnasio de la escuela" y el segundo pegado en la entrepierna decía.
"Me gustaría verte ahí, no faltes"
Ese fue más un mensaje personal del rubio para el peliverde quien erra ahora el centro de todas las miradas.
Con aquella advertencia pública, katsuki sabía que el idiota del brócoli iría a la reunión de la entrega de los uniformes. Parecía ser que no había notado sus nudillos heridos o al menos eso esperaba.
Todos se quedaron confundidos al ver qué el temible mariscal no había golpeado a ese chico, pero el alfa sabía que era parte de su táctica. Si quería gustarle al nerd, lo primero que debía hacer era dejar de golpearlo, hacer que ya no le temiera.
Los otros jugadores entendieron rápido eso, dándose cuenta de que era Izuku el blanco de Katsuki para la apuesta y lo confirmo esa mañana al decirles eso.
No se interpondrian. Además de que el cenizo les hizo una severa advertencia. "Nadie tocará a ese idiota cabeza de brócoli".
Más tarde cuando las clases terminaron y llegó el momento de ir al gimnasio el rubio salió del aula con calma siendo seguido como siempre por algunos otros del equipo de americano.
Al alfa ya le estaba comenzando a cansar que siempre fuera seguido por los demás.
Cuando llegaron al gimnasio de la escuela fueron reunidos al centro, frente a las gradas. Poco a poco comenzaron a llegar los demás.
Katsuki estaba junto a los del equipo hablando de tonterías. Cuando sintió la mirada de alguien, al girarse despacio noto al pecoso y le miró por unos segundos desde su lugar. Internamente sonrió. Sabía que iría después de sus advertencias con doble intención además era parte de su compromiso con el equipo de porristas.
Pronto los directivos comenzaron a repartir los nuevos uniformes, para los fútbolistas eran de color negro con los números y letras naranjas, casco y guantes negros mientras que para los porristas eran de color negro también con una franja y líneas naranjas, hacían juego con los de los futbolistas.
Cuando fue nombrado pasó con todos sus aires de grandeza. Aunque pudo oír como algunos cuchicheaban por el par de heridas en sus nudillos. Le resto importancia.
Tomo las piezas que constaban del camisón, protecciones y licras, además del brillante casco
Después de él tocó el resto del equipo y luego a los porristas, al oír que pasara el nerd y miró como él chico camino por su uniforme, solo chasqueo la lengua y desvío la mirada al notar la cara roja del pecoso.
Después de que el último traje fue entregado, les explicaron que debían cuidarlos bien pues no había más repuestos y en caso de que dañaran sus uniformes debían pagarlos para solicitar un nuevo repuesto ya fuera desde lo más básico hasta lo más caro y tras un pequeño mensaje motivador sobre superarse día a día, la reunión terminó.
Todos salieron en orden con sus uniformes en mano guardandolos en sus mochilas y otros irían a guardarlo en sus casilleros como fue el caso de Katsuki, había seguido a Izuku a los casilleros que estaban al lado del campo de football.
— No me sigan, larguense a otra parte idiotas —
Advirtió a los mismos tres que siempre le seguían, incluyendo a Kirishima quien sólo suspiro.
Los jugadores de americano y los animadores compartían los mismos casilleros para las prácticas y las mismas duchas así que sabía exactamente en donde estaba. Solía ver al pecoso dirigirse a la fila de casilleros adelante de donde estaba el suyo. Claro que siempre lo veía rápido pues este parecía huir siempre después de los entrenamientos y no siempre terminaban al mismo tiempo.
Rápidamente busco el suyo para guardar su uniforme que apenas y cupo pues las protecciones de los hombros eran voluminosas.
Cerro la puerta con calma y caminó unos metros más adelante logrando ver al pecoso cerrando la puerta de su casillero.
Katsuki sonrio y pensó bien su siguente maniobra pero justo cuando estuvo por acercarse logró notar como el pecoso metía una cajita de chocolates en su mochila. Aquello le pareció extraño. La caja parecía haber sido un regalo por tener un pequeño moño pegado a él. Afilo la mirada y se acercó al menor.
—Hey brócoli... Hiciste caso a mi mensaje entonces eh. —
Le murmuró parándose detrás de él y cruzando sus brazos.
— Te vez muy tenso siempre que estoy cerca... No siempre voy a golpearte sabes —
Le dijo con calma. Luego suspiro y le miró aunque esté le desviará los ojos. Era algo que odiaba de él. Que jamás podía mantenerle la vista a los ojos ni por dos segundos seguidos.
—¿Quien te dio eso? —
Le preguntó señalando la cajita de chocolates con su dedo y acercándose se la arrebato de las manos moviendola un poco como queriendo adivinar que tenía adentro con el sonido.
Cuando escucho que había sido un regalo el alfa arrugó las cejas.
— ¿Ah si?, ¿De quien? Acaso ¿Fue ese idiota con cabello rojo y blanco? —
Le murmuró alzando la cajita para que no la alcanzara e ignorando sus súplicas para que se la devolvería.
— ¿Te gusta ese maldito punk?. No mientas, lo vi besándote la mejilla el otro día — .
Le preguntó sin dejar que obtuviera la cajita de vuelta aún. La respuesta a ello sería importante pues si el pecoso le decía que si le gustaba tendría un verdadero problema.
Como haría caerlo en su trampa si ya gustaba de alguien más. Bueno solo había una forma de saberlo. Suspiro y le devolvió la cajita para después tomarlo de la mochila cuando esté quizo huir.
—¡Deja de huir de mi, maldición! —
Le dijo en voz más alta y algo frustrado por temer a que su plan fallará. El rostro desconcertado del menor le hizo sentir molestia y desvío la mirada chasqueando la lengua al mismo tiempo.
Su rostro aún dolía un poco por los golpes del día anterior en la pelea clandestina y sus marcas seguían frescas,hacer muecas era molesto.
Soltó al menor con lentitud y tiro un suspiro.
— Si tienes algo con ese idiota no es problema mio... Pero dimelo. ¿Están saliendo? —
Le pregunto con más tranquilidad la mejor qué pudo disimular.
Izuku le respondió que solo eran amigos y no había nada más. Esas palabras habían sido un alivio para el cenizo, necesitaba ese dinero de la apuesta y el idiota de deku era el único que podría darle la oportunidad de ganar.
—Bien, es mejor que te alejes de él. Su familia tiene negocios con los yakuza, no querrás meterte con ellos —
Le soltó, katsuki no era tonto, con anterioridad ya había visto a ese idiota en otra parte y no fue hasta ese momento que recordó que kirishima tenía tratos con Dabi, el hermano mayor de ese idiota. Ya los había visto una vez.
Kirishima sabía de eso, los Todoroki tenían contacto con los yakuza de la zona y les ayudaban a esparcir sus mercancías en distintos puntos. No estaba seguro de si el idiota de Shoto también estaba igual de involucrado que su hermano mayor pero ese dato era un punto extra para alejar al idiota de deku de él ya que hasta ese momento, sentía que Shoto era su mayor competencia. Una maldita piedra en el zapato.
Tras un silencio incómodo el nerd parecía haber fijado su mirada a sus manos y el alfa alzo una ceja.
— No es nada.. —
Suspiro suavemente antes de ver cómo el pecoso se acercó un poco a él sacando lo que parecían ser algunas cosas para curación. Se preguntó por qué el pequeño perdedor tenía esas cosas en su muchila. No fue difícil adivinar que debido a los constantes golpes que recibía de parte suya y de los otros jugadores, era de esperar que cargará con ello.
—¿Que mierda crees que haces? —
Le preguntó alzando una ceja cuando noto la cercanía sobre su manos. No evitó hacer un pequeño gruñido al sentir la bandita sobre sus heridas. Estuvo a nada de empujarlo y tirarlo al piso, ¿que mierda pensó al atreverse a acercarse a él de esa forma tan confiada?, ¿Por qué había hecho eso? Jamás le pidió su ayuda.
Nunca lo haría. Pero claro había olvidado que ese idiota era muy servicial y amable. Ya se lo había demostrado cuando le llevó la comida y ahora lo confirmaba ahí en ese momento mientras le curaba sus heridas. Solo atinó a apartar la mano del pecoso antes de que terminara, con un leve golpe.
—Estoy bien...—
Le dijo apretado y con un poco de dificultad, otro silencio se instaló entre ellos antes de que el tema de shoto volviera a salir a flote con la pregunta del menor sobre el por qué le había dicho todo eso.
Katsuki medito en qué responder. Sabía exactamente lo que tenía que hacer. Lo tomó de los hombros y lo empujó despacio contra los casilleros haciendo un sonido metálico. Lo aprisiono con ambos brazos. Uno a cada lado de su cabeza risada.
—Te advertí todo eso por que... Quería protegerte de ese idiota.—
Le dijo sonando perfectamente tranquilo. Tanto que pensó que podría ganarse el Oscar a la mejor actuación. Ese era el detonante. Ya había colocado la dinamita en su lugar ahora sólo faltaría encenderla y hacerla explotar.
—Pero.. Si no quieres que este cerca... Me alejare de ti entonces. ¿Eso quieres? —
Le pregunto mirándolo a los ojos fijamente comiéndoselo vivo con aquella mirada profunda.
Entonces se alejo y le dio la espalda para caminar rumbo a la salida con una sonrisa victoriosa sin que el menor se diera cuenta.
Al salir se topo con el susodicho bicolor quien iba llegando a penas. Ambos cruzaron miradas, el odio que sentían el uno por el otro era casi palpable. Katsuki solo desvío la mirada con lentitud como dándole a entender que su sola presencia le molestaba. Shoto le miró con calma. No confiaba en el y nunca lo haría. Entonces volvió el rostro al frente y pudo ver a Izuku saliendo algo embobado.
—Midoriya. Supe que les entregaron los uniformes, ¿Cómo les fue? —
Saludo el bicolor acercándose a él con una suave sonrisa, Serena como su misma esencia.
—¿Estas bien?, Te vez raro, ¿Ese tipo te hizo algo de nuevo? —
Le pregunto tomándolo de un hombro y mirándolo ahora un poco preocupado, pudo detectar algo inusual en el Omega, una mirada extraña que no había tenido hacia con él lo que le preocupo.
— ¿Que pasa?... ¿No te gustaron los chocolates? ¿Te hicieron daño? —
Cuestionó confuso sin saber que más decir pero el pecoso recogió sus cosas con la intención de irse asegurándole que todo estaba bien. Más el alfa no lo sentía así. Antes de que el menor se fuera el bicolor le alcanzó
— ¿Desayunamos juntos mañana? —
Cuestionó y el Omega asintió para entonces irse. Shoto se llevó una mano a la barbilla pensativo.
"Me preguntó de qué estaban hablando... Ese sujeto no es bueno..."
Pensó por último antes de salir de allí.
8:30 p.m casa de los Kirishima
Katsuki pensaba en que podría hacer para dejar que el pecoso hablara con el idiota de ojos bicolor. El "maldito Punk mitad y mitad" le llamaba.
Ciertamente el menor le había dicho que sólo eran amigos y que no ocurría nada entre ellos por lo que pensó en si realmente le decía la verdad.
Esa tarde el cenizo empaco sus cosas. Se mudaria de forma definitiva a su antigua casa. Había dos cosas que le beneficiaban, la primera era que estaba cerca a la universidad y la segunda era que tenía al nerd como vecino y seria divertido molestarlo. Sin embargo sus tíos no se hablan creido el cuento que les dio el alfa así que llamaron a Mitzuki para corroborar.
Tras varias horas de una pelea al teléfono con su madre el cenizo logró convencerla de que sería más responsable vivir por su cuenta y de esa forma aprendería a ser mas autosuficiente.
Que ingenua mujer. Había caído redonda en sus palabras.
Tras despedirse de kirishima, salio cargado con su par de maletas y una caja para irse finalmente a su vieja casa. Todo iba al pie de la letra. Sus tíos incluso le habían prestado algunos aparatos para el hogar como una estufa eléctrica pequeña, un refrigerador y una lavadora. Al menos tendría lo básico para vivir el solo. Le demostraría a todos que no necesitaba de nadie para estar bien.
Nadie más que el mismo.
Después de acomodar las cosas salió al patio a tomar un respiro y fue que miro a Izuku regando las plantas del jardín. Ambos se miraron mutuamente por unos segundos.
— Oye brócoli, oficialmente somos vecinos de nuevo, me mudé, dale mis saludos a tu madre. —
Dijo con una sonrisa ladina antes de regresar adentro. Al día siguiente como siempre en su rutina se levantó temprano para salir a correr y dar un par de vueltas a la manzana.
Volvió a la casa solo para bañarse y entonces subió a su habitación, de forma inconciente miró a la ventana del pecoso. Estába cerrada.
Se preguntó si ya se había ido, quizá podría aprovechar la oportunidad y esperarlo para irse juntos pero al acudir a la casa de los Midoriya la señora regordeta le indico que su hijo ya se había ido a la escuela.
Más tarde a la hora del almuerzo, shoto caminaba aún con un poco de sueño en su mirada, boztezaba haciendo que una lagrima se asomara por su ojo de color azul. Las primeras clases hacían sido aburridas. Se sentía cansado pero todo valdría la pena si encontraba al pecoso en la cafetería como habían acordado el día anterior .
Así que se encamino ahí. Había preparado con anticipación unos cuantos bocadillos para compartirlos con él.
Entró a la cafeteria, busco con la mirada hasta que encontró al pecoso sentado en una de las mesas junto a su par de amigos, el alfa sonrio y se acercó.
—Buenos días Midoriya —
Saludo el bicolor sentándose a su lado para después darle una caricia en su cabeza. Momentos más tarde llegaron Momo y Tokoyami a hacerles compañía también.
—¿Dormiste bien ayer?... Yo no pude dormir por estar pensando en que hoy almorzaremos juntos así que prepare esto desde temprano —
Le dijo algo avergonzado para entonces sacar uno de los bocadillos y entregárselo al menor.
—Aquí tienes, son rollos de huevo con jamón y un poco de queso... Los hice yo mismo.—
Le dijo sonriendo, Shoto parecía estar embelezado con la linda sonrisa de su acompañante. Verlo comer era algo que le gustaba pues le parecía que el pecoso se veía adorable mientras comía. Había válido la pena haber tenido que repetir la receta por tres ocasiones hasta que finalmente a la cuarta los rollos le salieron perfectos.
Cuando vio que el menor le ofreció uno, sonrio y en vez de tomarlo con la mano se acercó y abrió la boca para dejar que izuku se lo diera directamente. Momo alzo una ceja con una sonrisa divertida.
El pecoso tardo unos segundos pero le brindo el bocado con calma y lo mástico, estaban buenos incluso el se había sorprendido de lo rico que le habían quedado y entonces una idea pasó por su mente.Si el menor le daba la oportunidad y si algo surgía entre ambos el bicolor tenía por seguro que quería aprender a cocinar muchas cosas más para él. Lo consentiria, le cumpliría sus caprichos.
—Soy un buen chef —
Le dijo con alegría mientras recogía los palillos de la mesa junto con el pequeño bento vacío. Estaba feliz de que el pecoso finalmente decidiera dejarlo ser parte de su día a día. Su corazón latia lleno de esperanza en que cualquier momento el menor lo dejaría ser más que un amigo.
—Midoriya... Prueba esto...esta rico. —
Le dijo al pecoso mientras le ofrecía un bocado directo a la boca esperando a que el menor lo aceptará y cuando fue así el bicolor sonrio aún más.
— ¿Te gustó? Mañana puedo traerte más si quieres —
Le pregunto con curiosidad sin darse cuenta que era objeto de la vista afilada de Katsuki desde el otro lado de la cafetería.
—Ese maldito nerd de mierda. Le dije que se alejara de ese idiota. ¿Esta haciendo eso para provocarme?. —
Murmuró llamando la atención de sus secuaces quienes solo se confundieron.
— Hey capitán ¿no piensas comer? —
Le preguntó Sero siendo completamente ignorado por el alfa que no dejaba de picar la comida en su plato con molestia.
Shoto logró notar una pequeña mancha de salsa de tomate en la mejilla del pecoso y no dejó pasar la oportunidad, acercó su mano con una servilleta para limpiarle el rastro de salsa de la comisura del menor.
— Tenías una pequeña mancha —
Le dijo con calma. Esa fue la última señal de advertencia que el cenizo necesito para entrar en acción. Si el nerd no se lo dejaba fácil no tendría otra opción más que usar sus propias palabra en su contra.
Se levantó de golpe llamando la atención de sus amigos y camino a zancadas hasta pararse frente a la mesa de Izuku. Sus amigos se habían quedado en la mesa al ver que el rubio les hizo una clara señal con su mano de que se quedarán ahí. No los necesitaba ni los quería cerca.
— Vaya vaya... El nerd y su grupo de tontos —
Saludo moviendo su mano y clavo los ojos en el pecoso que le miraba fijamente también pero solo por unos segundos antes de verlo desviar la mirada.
— ¿Acaso ya olvidaste lo que te dije ayer? Por que yo no he olvidado lo que me dijiste a mi —
Se dirigió hacia Izuku y luego hacia shoto a quien le miró de forma despectiva aunque confusa por el comentario del rubio.
— Te dije que te alejaras de este idiota... Es un Yakuza —
Advirtió Katsuki, Shoto frunció el entrecejo y enfrió su rostro, se puso de pie haciendo que la silla en la que estaba sentado se hiciera hacia atrás en un rechinido.
Katsuki era bueno provocando a los demás aunque en ese momento esa no era su mayor meta. El ambiente era tenso. Tanto que muchos se quedaron callados mientras ambos desplomaron en feromonas dominantes y retadoras. No había nada más peligroso que dos alfas dominantes a punto de pelear.
— Oye tú... Cuidado con lo que dices, ¿Quién te crees para adornar eso de mi? —
Advirtió Shoto acercando al rubio, imponiéndose uno al otro con una mirada furtiva.
—Eso no importa, lo que realmente importa es que se lo has estado ocultando a tus "amigos"... O ¿acaso ya lo saben? —
Se dirigió esta vez al pecoso y sus amigos que miraban preocupados e incrédulos a Shoto.
—¿No lo sabían?. El podría secuestrarlos y vender sus órganos clandestinamente si se le da la gana o si su padre lo ordena... No es así.. ¿Todoroki Shoto?. —
Se dirigió ahora al bicolor quien apuño las manos con fuerza, era la primera vez que estaba furioso. Furioso de verdad. Tanto que ansiaba con ganas romperle la cara al cenizo pero solo una cosa lo detenía. Izuku.
Shoto volteo a ver al Omega. Más que preocuparle que el rubio lo estuviera exponiendo ante todos, lo que más le preocupaba era la reacción de Izuku y lo que esté pensaria de él. No lo iba a negar, su familia tenía tratos con gente peligrosa pero él no se metía en esos embrollos.
— Midoriya...No lo escuches yo jamas te haría daño. Lo sabes, eres muy importante para mí, yo no te lastimaria nunca. —
Le dijo al menor acercándose a él pero katsuki se interpuso.
—Si claro... Eso mismo le dijiste a esa chica que tu familia y tu secuestraron para volverla ¿prostituta?... Vamos no nos hagas reír, Deku te dije que el era una mala persona. —
— ¡No es verdad!, ¡Yo no tuve nada que ver con eso!, eso fue... Cierra ya tu maldita boca o juro que yo —
— Que tú que... ¿vas a mandar a matarme? —
Interrumpió el cenizo con una sonrisa ladina.
Shoto era fácil de predecir. Katsuki podía notar lo mucho que el bicolor ansiaba golpearlo. El rubio solo suspiro y cerró los ojos por unos segundos. Estaban cayendo directo a su trampa, era muy simple provocarlo.
—¿Por qué no me golpeas?, ¿Te detiene que el nerd vea tu verdadera personalidad?,¿Te gusta no? —
Cuestionó Katsuki y Shoto se sentía acorralado, miro de nuevo al menor y chasqueo la lengua. Luego miró retador al rubio.
—¿Y que si me gusta?... —
Katsuki soltó una carcajada sonora, se encogió de hombros y ladeó el rostro con una ceja en alto.
— Tú no podrías gustarle a ese nerd nunca.... Mejor rindete basura —
Shoto sonrio.
—¿Ah si?... Entonces ¿Por que me invita a comer juntos?. Tú no sabes nada de nosotros, ni mucho menos de él.. —
Katsuki se sorprendió un poco por lo que escuchó, el nerd parecía estar dando luz verde a ese tipo para juntarse más. Era una señal de peligro para su plan. Eso no era bueno la apuesta. Sin embargo mantuvo la calma y aunque su sonrisa se había borrado, la recuperó a los pocos segundos.
—Si crees que le gustas a este idiota estas equivocado... Ayer me dijo que no hay nada entre ustedes. El dijo... "solo somos amigos"... O no, ¿Deku? —
Le dijo al bicolor quien se quedó helado y miró al pecoso a los ojos. Shoto pensó que eso no podía ser cierto. No tras todo el interes que el menor le estaba mostrando.
— ¿Es cierto eso Midoriya? —
Shoto le preguntó al menor mirándolo a los ojos sintiendo que su corazón latia fuerte, pensaba que se lo estaba ganando y parecía ser que estaba equivocado. Ahora entendía por qué el día anterior le vio tan extraño cuando lo encontró en los casilleros de los vestidores.
—Anda dile lo que me dijiste ayer en los casilleros... ¿O acaso me mentiste deku? —
Le pregunto al pecoso mirándolo también a los ojos. El silencio dijo más que mil palabras y katsuki supo que ya no había más que hacer, había logrado crear una leve brecha entre esos dos tal como se lo había propuesto. Sonrio y soltó un pesado suspiro. Shoto sólo bajó la mirada. Sintiéndose completamente roto por dentro.
—Los dejaré solos para que aclaren eso —
Dijo el cenizo, pero antes de que este pudiera irse shoto no lo soporto más. Lo alcanzó a tomar de la chaqueta para jalar de él y conectarle un golpe directo en la mejilla. Katsuki aterrizó sobre la mesa de al lado, se limpio la sangre con el dorso de la mano y sonrio.
Claro... Amaba las peleas y si el idiota bicolor quería pelear claro que le daría el gusto. Se lanzó sobre el tacleandolo sobre la mesa y rompiendola en el acto. La fuerza de Katsuki era bestial. No era una buena idea buscar pelea con el mariscal de campo.
Todos comenzaron a gritar animando la pelea y algunos otros a grabar entusiasmados con sus teléfonos, aquella pelea a golpes que parecía más una clara propuesta de guerra siendo declarada.
Todo era un caos, el alboroto era tal que ya se había formado la multitud y Momo gritaba asustada que alguien los detuviera.
Shoto lograba conectar puñetazos en la cara del cenizo pero este lograba dejar sin aire al bicolor al golpear su torso y conectarle fuertes ganchos al hígado y esófago. Se notaba la experiencia del rubio en las peleas en comparación al bicolor. El alboroto era tal que de inmediato llegaron más de cuatro maestros para intentar de detener la pelea.
En medio de la euforia y la adrenalina que Katsuki sentía no se dio cuenta de que Izuku estaba cerca y por poco lo golpeó también de no ser que se frenó justo a tiempo.
—¡Muévete nerd! —
Le grito para entonces sentir un puñetazo de parte de Shoto. Ambos estaban tirados en el suelo, dándo vueltas y lastimandose cada vez más al punto de que el bicolor tuvo que optar por cubrirse la cabeza con ambos brazos pensando más en protegerse que en defenderse.
Entre varios maestros los lograron frenar con algo de dificultad, Katsuki entre respiros agitados escupió un poco de sangre y chasqueo la lengua, le habían arruinado la fiesta.
Busco con la mirada al pecoso y quiso acercarse a pedirle que no volviese a juntarse con shoto.
No tuvo oportunidad, ambos alfas fueron arrastrados a la enfermería para después ser llevados a la oficina del director unas horas más tarde.
Shoto se había fracturado una costilla. Era su fin. No podria volver a nadar en mucho tiempo. Lo que significaba adiós a los campeonatos de temporada. Fue entonces que el bicolor pensó que había sido una idiotez haber caído en las provocaciones de ese rubio que estaba sentado al lado de él y mirando al director con un rostro tranquilo. ¿Realmente le importaba poco su futuro?. No le sorprendia.
— Ustedes dos han causado muchos problemas... Nuestras normas institucionales dictan que a alumnos así de problemáticos como ustedes hay que expulsarlos —
Sentencio el director de la escuela. Un hombre pequeño y de cabello blanco llamado Nezu.
— Sin embargo... Ustedes dos son un caso especial. Shoto tu padre es nuestro mayor benefactor, por lo tanto no podemos expulsarte o perderíamos gran parte de nuestro sustento para la escuela y tu Katsuki, eres el mejor jugador del equipo de americano, además de ser el capitán. Sin ti el equipo sería una miseria y no ganarían ningun campeónato. Necesitamos que ganen para obtener más apoyos. Así que tampoco puedo expulsarte, Sin embargo... Si podemos suspenderlos —
Anunció el hombre tirando un suspiro después.
— Hay testigos que dicen que fue usted señor katsuki quien se acercó a agredir al joven shoto y sus amigos. Así que usted será suspendido una semana. Usted joven shoto será suspendido solo por tres días solo por que fue quien inició con la violencia física... Ahora... Váyanse —
Anuncio el hombre para después darse la vuelta en la silla giratoria de su escritorio y ambos chicos salieron de la dirección en silencio.
Shoto solo miraba de reojo al rubio quien parecía estar con un semblante relajado y triunfal, sabía bien desde antes que no sería expulsado así que podía sentirse confiado.
Al salir cada uno se dio la espalda para tomar un rumbo contrario pero shoto se detuvo y se giro para ver de nuevo al rubio que de alejaba despacio.
—Oye idiota...—
Le llamo Shoto, Katsuki se freno despacio y volteo hacia atrás un poco para poder verlo por el rabillo del ojo.
— No se que te traes entre manos... Pero ten en cuenta esto. No pienso alejarme de Midoriya a menos que el me lo pida y te advierto que si le haces daño yo me encargaré de que te devuelvan el mismo daño al doble, ¿ Fui claro?...—
Amenazó el bicolor. Por lo regular el solía ser tranquilo y apacible pero se estaban metiendo con la persona que quería, con su vida y con su reputación y una vez que encendían la llama en el, no pararía hasta llegar a la dinamita y hacerla explotar. Así era Shoto. Cuidadoso y vengativo, en silencio. Pesé a no hablar siempre estaba en todo.
Katsuki sonrio ante la amenaza, le gustaban los retos.
— Más claro que la puta agua... Pero escucha bien, tampoco pienso alejarme —
Respondio alzando una ceja y sonriendo de lado de forma amenazante. Era una clara declaracion de guerra. De eso no había duda. Ambos se miraron por unos instantes antes de seguir con su camino.
Más tarde Shoto fue recogido por su padre en uno de sus tantos autos blindados, al verlo herido y tras saber de la suspencion no evitó molestarse con él.
— Dime quien fue... Lo mandare a matar, pagará por lo que te ha hecho. Nadie se mete con los Todoroki —
Dijo el corpulento hombre pelirrojo mientras le miraba a su lado e indicaba al chófer que arrancará. Shoto solo suspiro, se veía decaído no por qué ahora todos sabían que era hijo de un peligroso mafioso, ni tampoco por que ya no podría nadar, lo que más le oprimía el pecho era saber que Izuku no le correspondía como el pensaba.
No entendía entonces el por qué le estaba mostrando interes si realmente no quería nada con el. Era extraño. Debía hablar con él en persona y a solas para poder aclarar bien todo lo que estaba pasando. No podía solamente dejarlo pasar y seguir como si nada hubiese pasado. Por el momento lo que más le importaba era sanar sus heridas. Aprovecharía esos tres días de suspensión para recuperarse.
Por otra parte katsuki no tenía otra opción más que irse a casa también así que camino de vuelta. A diferencia del bicolor el se había ido caminando. Aunque sus heridas y moretones dolían podía moverse sin problema.
Despacio llegó hasta la casa y entró subiendo directo a la habitación, se encerro y se dejó caer soltando un suspiro.
—Tch... ¿Que haré en una maldita semana entera sin ir a la estúpida escuela?
Se dijo a sí mismo pensando en que haría, no había muchas opciones, lo más seguro es que iría a las peleas clandestinas a seguir ganando un poco de plata. No lo sabía con certeza. Pero lo que sí sabía era que su acción había logrado empeorar la situación de su plan.
No sabía si el nerd confiaría más en el o por el contrario se alejaría más. Solo debía seguir usando la psicología inversa, aunque por un breve segundo pensó en que quizá sería mejor dejar de lado la apuesta y asumir las consecuencias. Aunque en ese mismo momento se abofeteo, el no era así, jamás se rendía y siempre conseguía lo que se proponía así que no se rendiria con su plan.
Horas más tarde, se puso en pie y miró por la ventana notando a la habitación de Izuku encendida. Pensó en sí sería buena idea hablarle o esperar hasta que las cosas se enfríaran un poco. No quería dar un paso en falso y cargar todo el jodido plan así que decidió esperar.
En ese momento su teléfono sonó, al ver el identificador de llamadas noto que era el número de su madre. Seguro que ya había sido notificada de lo ocurrido así que solo suspiró y respondió la llamada.
Sin embargo lo que escucho venir detrás de la bocina no era la voz de su madre si no de su padre quien le dio una noticia que lo dejó completamente helado.
—¿Que mierda... Dijiste?...
Preguntó de nuevo sus ojos estaban fijos sin parpadear del otro lado parecía porque un suave llanto.
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Al día siguiente, todoroki llamó al pecoso. Fue hasta la quinta llamada que pudo oír la voz del pecoso responderle.
—Midoriya... Soy Shoto, tu amiga Tsuyu me dio tu numero, Quería saber cómo has estado... Se que lo de la última vez fue incómodo. Me gustaría verte para poder aclarar todo... No quiero estar mal contigo, pero he sido suspendido por tres días, ¿nos podríamos ver esta tarde en el café de la tercera avenida?—
Pregunto sincero esperando que el menor aceptará.
—Por favor... prometo que te contare todo. —
Cuando el menor accedió el bicolor soltó un suspiro de alivio y con una sonrisa indicó verse a las 6 pm, faltaban cuatro horas así que comenzó a alistarse desde ese momento para llegar a tiempo. No quería tener algún tipo de retraso.
Mientras tanto en el parque de juegos infantiles cerca a la casa de katsuki e Izuku. Katsuki estaba sentado en uno de los viejos y oxidados columpios del pequeño parque ahora abandonado, en el cual solia jugar de niño junto a sus amigos e Izuku.
Se balanceaba muy suave como apenas tratando de intentarlo y su mirada estaba fija en un punto invisible frente a él. Apenas cabía en el pequeño columpio que rechinaba fuertemente con cada mínimo movimiento pero eso ni siquiera le importaba.
Parecía verse disperso en sus pensamientos. No podía creer que de la nada y sin previo aviso su madre estaba al borde de la muerte. Si bien su relación con ella nunca fue la mejor y siempre vivían como perros y gatos el cenizo la amaba a su manera. Era su madre y se negaba a creer que realmente estaba pasando. Ella había tenido un accidente, un auto en movimiento la había arrollado y se dio a la fuga.
El alfa estaba tenso, con un rostro inexpresivo mientras pensaba como tratar de darle un leve consuelo a su padre. El rubio no sabía que hacer o decir, no había llorado en ningún momento, de nada servía llorar sobre la leche derramada. Aunque por dentro sentía un profundo estres que claro jamás le mostraria a nadie. Katsuki siempre era así. En frente de otros era frío e impenetrable pero a solas no evitaba volverse vulnerable pero ese lado siempre lo escondía. No dejaba que nadie lo viera así.
Sabía que ese pequeño parque que en su tiempo estaba lleno y bien cuidado, ahora estaba vacío y desgastado por el tiempo y la falta de mantenimiento. Todos los niños de la cuadra habían crécido y ese lugar ahora estaba vacío. No había más niños que lo habitaran y nadie frecuentaba ese lugar. Era su nuevo refugio para estar solo.
Ese lugar parecía haberse vuelto su punto de malos recuerdos pues también había sido el mismo lugar en el que izuku jamás lo fue a ver para despedirse años atras y hora estaba ahí de nuevo tratando de dejar salir el estrés.
El cenizo pensaba que la forma en la que había ocurrido el accidente había sido extraña, conocía bien a su madre y sabía que ella siempre era cuidadosa cuando cruzaba las calles era imposible que la arrollaran... Algo no le cuadraba.
— Idiota... Siempre... Fuiste una Idiota vieja —
Murmuró sonriendo forzadamente recordando a su vieja bruja regañandolo en la esquina de ese parque como si fuera un fantasma. Aunque claro no era a él quien regañaba si no a su viejo yo de 5 años al haber tumbado a Izuku del columpio.
Los recuerdos lo atacaban, no quería flaquear. No lo haría aunque sus ojos estaban ligeramente irritados. Su cuerpo le pedía a gritos desahogarse pero el cenizo no era capaz de romper esa barrera.
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Era un fin de semana tranquilo, Izuku se quedó en casa pretendiendo terminar algunos pendientes. Su madre, Inko Midoriya aun no volvía por lo que estuvo mucho tiempo solo.
Ya había dejado un aperitivo para Katsuki, aunque mentalmente quería pensar que los comió, pero también estaba la idea de que pudo tirarlos. Suspiró con desánimo por eso último.
Con más calma se hizo una cena para sí mismo con el suave ruido de la televisión encendida para no sentirse tan desolado. En medio de su comida llegó Inko con una bolsa de compras en su brazo.
—¿Todo en orden, hijo? Katsuki-kun vino a dejar las cosas, ¿ya se fue?
Preguntó la mujer al notar las cosas que le había prestado de nuevo en sus lugares correspondienes.
—Hace rato, vino a dejarlas y se fue. Debe de estar descansando, no lo sé.
Dijo cortante queriendo evadir el tema de conversación, pero Inko se notaba muy feliz de que la casa de a lado ya no estuviera olvidada, incluso aliviada de ver que se trataba de un viejo conocido apegado a su hijo.
—Lo hubieras invitado a cenar contigo, no debe tener despensa en ese lugar.
—Le di unos sandwiches, dio las gracias.
Inko levantó una ceja por la irregularidad en que Izuku daba respuestas cortantes. Siempre creyó que si volvía a ver a Katsuki estaría contento, su amigo de la infancia del cual nunca se despegaba... ahora era evasivo.
Estuvo un rato terminando de comer acompañado de su madre, posteriormente levantó los platos y los llevó al fregadero, subió a su habitación y lavó los dientes.
Se dispuso a continuar leyendo un poco y terminar una tarea de historia, iba a sentarse frente al escritorio, sin embargo, vio al cerdito de cerámica que Katsuki le dio esa mañana.
Arrugó el entrecejo y levantó la alcancía mirandola con mayor enfasis.
—Él recuerda todo... ¿Entonces que hay diferente para que me trate así?
El comentario que le dio Katsuki respecto a tener ventanas continuas le hizo mirar de reojo, pasó saliva por su garganta y acercó al cristal. Suavemente movió la cortina de seda notando el paisaje que tenía, parte del jardín de su casa que estaba verde y lleno de macetas floreadas, al otro lado del cerco estaba un cesped árido por estar desabitado, también una ventana al mismo nivel que su habitación.
"Era el cuarto de Kacchan..."
Recordó esos momentos sutiles donde ambos niños se gritaban desde los balcones para invitarse a jugar o ir al parque. Una sonrisa nostalgica se dio en su rostro, pero tan pronto se dio cuenta de una silueta al otro lado prestó atención, pudo ver a Katsuki encender la luz y tomarse la cabeza con una visible queja.
"Quizás fue demasiado trabajo para una sola persona limpiar esa enorme casa..."
Pensó preocupado y atento, no obstante, al ver que Katsuki acercó a la ventana rápido cerró su cortina nervioso.
"Dios, que va pensar si me ve husmeando. No, no estaba haciendo eso... solo... me asomé en mi balcón... No tiene nada de malo"
Quizo corregir su culpa alejandose de la ventana y acudió a cambiarse para dormir por fin. No se quito de la cabeza como estarían sus condiciones, si tendría donde dormir apropiadamente, la casa lucía sin muebles, ¿realmente se estaba quedando allí?
A la mañana siguiente se despertó un poco más de las ocho, en medio de su somnolencia mientras frotaba un ojo fue a la ventana para abrir un poco la cortina y dejar entrar luz natural, aunque rápido se mentalizó en que la casa continua ya tenía un inquilino.
Carraspeó la garganta y asomó con cuidado esperando no fastidiar, pero no notó ninguna anomalía, todo estaba oscuro y silencioso.
"¿Se habrá ido?"
Bajó a desayunar precavido de no volver a tener una sorpresa como encontrar a Katsuki en la mesa de su casa acompañando a su madre, pero Inko estaba sola en la cocina.
La mañana estuvo relajada, por así decirlo, Izuku se cuestionaba si Katsuki seguía en la casa de a lado. No había ningún ruido o indicio de nada, pasado el mediodía volvió asomarse por su ventana dándose cuenta de foco encendido, un extraño alivio lo acompañó.
Ocasionalmente cuando estaba en su habitación, ya sea leyendo o estudiando, asomaba discretamente curioso por la ventana esperando ver a Katsuki, preguntandose si ya había comido o si estaba bien por sí mismo, llegó a verlo ejercitarse, cosa que hizo al menor sorprender.
"Sin importar si está en rutina del equipo, él trata de mantenerse en forma... por eso es tan fuerte..."
La imagen del escultural cuerpo del alfa le hizo calentar la cabeza por el sonrojo de sus mejillas, prontamente negó la cabeza golpeandose con las palmas para reaccionar. Katsuki sin camisa y con la piel brillante en sudor fue algo repentino que recibió en la puerta de su casa.
"Él tiene un aroma delicioso..."
Determinó con vergüenza por lo aturdido que estuvo cuando acercó mucho con él. No podía hacer nada para detener ese reflejo omega que se sentía particularmente atraído.
En secundaria muchos alfas se entretenían intimidando a quienes descubrían ser omegas, hostigarlo con feromonas o su voz era un tormento para ellos, por eso Izuku tenía mucho cuidado en no dar a saber su género. Shoto fue el único alfa que nunca abusó de esos privilegios, contrario a ello se volvió una especie de protector.
Ese día salió a visitar el local donde trabajaba su madre, era una florería, estuvo un rato con ella y luego fue al centro comercial a buscar algunas cosas de apoyo para las acrobacias en el club de animadores, vendas, cinta kinesiológicas y parches para aminorar dolores.
Volvió a su casa cuando ya había anochecido, cuando pasó por la casa Bakugo vio las luces apagadas como era habitual, salvo que ya no había hojas dispersas en el árido jardín.
"Me preguntó si también salió... Es lo más seguro, ¿qué más haria en un sitio sin nada?"
Negó la cabeza para sí mismo y entró a su hogar. Subió las escaleras a tomarse una ducha, cuando salió en toalla buscó ropa en sus cajones, pero al percibir como la luz en su costado fue un poco más fuerte giró a la ventana dándose cuenta que había movimiento.
Sonrió satisfecho de darse cuenta que tuvo razón, Katsuki no estuvo y acababa de llegar, asomó curioso por la pequeña bregadura de la cortina con el cristal, pero su rostro deformó aturdido de darse cuenta que había una mujer.
"¿Quién es ella?"
Era una chica joven, con mucho maquillaje y un rojo labial, percibió como ajustaba su largo cabello e inclinaba mientras se llevaba las manos a la espalda pareciendo que desabrochaba algo. Izuku rápido cerró la cortina y se alejó de la ventana.
"Quizás... si tiene novia pero no es de la escuela, ¿o sí? No recuerdo haberla visto o acercarse a Kacchan"
Jugueteó con sus dedos nervioso de la conclusión, la mujer se veía joven, tal vez de su edad. Sujetó su cabello y lo agitó tedioso tratando de secar la humedad que quedaba.
"Si tiene novia, no debería importarme, aunque él nunca mencionada nada de eso... Tiene mucha gente que lo ve con interés en el instituto, incluso Yaoyorozu..."
Mordió su mejilla interna incómodo y empezó a cambiarse con un puchero.
"¿Será omega esa mujer? ¿Tendrá un lazo con ella?"
Las preguntas de una formalidad en Katsuki con esa mujer no dejaba de cruzar por su cabeza, incluso estando en la cama mirando el techo.
"Es un alfa, debe estar interesado en omegas aunque haya pocos... Si esa chica lo es..."
Hizo una mueca acostandose de lado abrazando una almohada con cierto disgusto.
Al día siguiente se levantó temprano por su alarma y se preparó para ir a sus clases. Cuando salió de la casa miró a la continua, no había signos de movimiento o alguien saliendo, se preguntaba si esa chica estuvo toda la noche con Katsuki a solas. Negó la cabeza y emprendió su camino al instituto U.A.
Le gustaba llegar temprano, sin el tráfico de personas por los pasillos y la comodidad de estar en el aula sin inconvenientes. Decidió terminar unas tareas que adelantaría de la siguiente semana, así podía tener más tiempo libre en las tardes y noches.
Era el único que estaba en el aula, así que tomó asiento en su pupitre cerca de la ventana y sacó su cuaderno empezando a hojear un libro conjunto mientras transcribía unas cosas.
Estaba tan centrado en lo que hacía con murmuros para sí mismo recordando algunas cosas que releía. El sonido de la puerta siendo tocada a pesar de estar abierta le hizo alzar el rostro.
—Todoroki-kun... Buenos días —dijo con una sonrisa suave.
"Ah... si viene por una respuesta por su invitación... Dije que lo pensaría el fin de semana pero con lo de Kacchan lo olvidé por completo"
Bajó la vista a la mesa un poco nervioso, rezando que Shoto no hiciera ninguna mención de esa invitación aun.
—Estuvo tranquilo mi fin de semana... Me la pasé en casa y salí a comprar unas cosas que necesito para el equipo de porristas... ayudé a un vecino...
Susurró eso último divagando en si darle detalles de quien era ese vecino.
—¿Qué hay de ti, Todoroki-kun? Llegaste temprano también y viniste hasta acá, ¿pasa algo?
Ladeó la cabeza curioso de ver que el bicolor fue hasta el segmento de aulas de primer año teniendo su facultad al otro lado de U.A.
El comentario de que le llevaba una sorpresa le hizo parpadear confundido, pero se volvió obediente con las indicaciones, cerró los ojos con paciencia, sintió su mano extender con un pequeño peso, al abrirlos se dio cuenta de una cajita con un listón rojo.
—¿Esto es...? —abrió la caja dándose cuenta que eran chocolates con formas diferentes, algunos con nueces o rellenos de alguna mermelada. —Cielos, muchas gracias.
Dijo aturdido dándose cuenta del logo de la chocolatería que era de prestigio y alto costo.
—Lucen ricos, ¿podemos comerlo juntos después?
Recibió una caricia en su cabello que le hizo reir bajito, despidió con una afable sonrisa dandole nuevamente las gracias. Miró el bonito presente frente a él en su mesa y los volvió a envolver en la cajita con el listón guardandolo en la mochila.
Las clases matutinas fueron regulares sin ninguna anomalía, Izuku trató de mantenerse atento a lo que decían los profesores pero su mente distraía en otras cosas.
"Me pregunto si esa chica y Kacchan se quedaron juntos incluso en la mañana..."
Cuando se retiró el último maestro era mediodía. Izuku descansaba la cabeza en su mano con un suspiro mirando a la nada hasta que Tsuyu le sujetó el hombro para llamarlo.
—No olvides que hoy es la entrega de uniformes.
—¿Qué? —dijo Izuku aturdido, Tsuyu arrugó en ceño preocupada.
—Los uniformes de la escuadra de animadores. No me digas que se te olvidó.
—No, pero es más tarde, ¿cierto?
—Luces en las nubes, ¿qué piensas?
—No es nada, solo recordaba el fin de semana, estuve un poco ajetreado... —disculpó negando con la mano.
—¡Tengo hambre, vayamos a la cafeteria! —Voceó Mineta con desesperación.
Izuku guardó sus cosas en la mochila y se levantó para acompañar a los demás. En el camino hablaron cosas triviales de que hicieron el fin de semana, desde Mineta mencionado su recurrente visita a ciertas librerías, hasta Tsuyu diciendo que fue a ver a su abuela en el campo. Izuku le dijo lo mismo que a Todoroki, prefería no dar detalles de que el agresivo queakerback vivía al lado de su casa.
Llegando a la cafetería tomaron una de las últimas mesas disponibles, Mineta y Tsuyu se quedaron apartando en lo que Izuku iba primero a hacer fila. Comenzaba a cuestionarse si debía traer mejor su propio bento, apenas llevaba unas semanas en la cafetería y comenzó aborrecer la misma comida, Todoroki tenía razón.
Podría invertir el tiempo que llegaba más temprano para hacer comida para llevar. En lo que estaba haciendo fila comenzó a idealizar un menú para la semana.
El sonido vacilante y áspero de los chicos del equipo de futbol le hizo tensar. Miró al chico de cabello plateado etiquetandolo de omega y una amenaza hostil. Iba a llevarse una mano al cuello corroborando que se puso el parche para ocultar su olor, sin embargo fue repentinamente sujetado del hombro para girarlo con ellos encontrandose directamente con el rubio al frente.
—Kacchan... —Lo llamó bajito y nervioso.
Si no había olvidado el parche para omegas entonces fue el hecho de que Katsuki le dijo a los demás ese detalle que le pidió no anunciar, bajó la vista con desconfianza y desilución.
"Seguramente Kacchan les dijo... Espero no haya más alfas..."
Apretó sus labios incómodo de percibir el atractivo olor de Katsuki, arrugó su entrecejo y cerró los ojos nervioso por la cercanía.
Los comentarios despectivos se dieron a luz, un acosador siempre encontraría cualquier detalle para burlarse. Ya sea su complexión delgada y curvilinea, su menor altura, su piel parchada en pecas, el cabello encrespado, sus ojos, cualquie nimiedad era perfecta para decir con defecto. Ahora era burlar de su atuendo, nada nuevo, una camisa blanca acompañada de un saco negro, así como pantalones holgados y los usuales zapatos rojos.
No había segundo en que Izuku deseara que eso sujetos se aburrieran de él, pero ahora sabiendo que era un omega dificilmente se despegarian.
—Si lo que quieren es dinero, no traigo mucho, incluso mi lugar pueden tomarlo.
Trató de negociar ladeandose para permitirles adelantar su lugar en la fila de la cafeteria, pero eso no fue suficiente, Katsuki lo empujó contra una pared y rodeó su cuello con un brazo. Izuku quedó pasmado por la cercanía sintiendo el contacto directo del alfa con sus feromonas suaves revoloteando a su nariz.
—¿Podrías... alejarte un poco?
Balbuceó con una voz robótica encogido en su lugar, los comentarios de Katsuki para relajarse eran nulos. Le tenía un cierto miedo luego de lo molesto que fue los días anteriores
Cuando Izuku escuchó como fue mencionado: "brocoli", frunció el ceño con resignación, la gente se tomaba la libertad de llamarlo de tantas maneras que se le ocurriera menos su nombre.
El recordatorio de la entrega de los uniformes solo le hizo asentir la cabeza de forma afirmativa para que lo dejara en paz, pero recibió un severo manotazo en la frente que le hizo quejar en silencio ante una molestia pegada que parecía ser una hoja, sin tiempo que reaccionar una sensación implantó en su entrepierna que le hizo dar un pequeño grito alarmado.
Miró con horror a Katsuki y el resto que se alejó por fin entre risas burlescas. Izuku se quedó un par de segundos inmóvil en la pared para no llamar la atención que los hiciera volver.
"¿Por qué tiene que comportarse así?"
Al notar que ya no corría peligro suspiró, se apartó de la pared y despegó el papel de su entrepierna con tristeza. Iba desecharlo en el cesto, pero se dio cuenta que tenía algo escrito.
"Me gustaría verte ahí, no faltes"
Izuku respingó en su lugar con un sonrojo prolongado en sus mejillas.
—¿Ehhh?
Miró hacia la dirección que se fueron los jugadores y mordió su labio disgustado, rápido se quitó el papel de la frente, el cual le hizo relajar más su reacción al leer que era un recordatorio de la entrega de uniformes.
—Con que se refería a esto...
"¿Qué rayos estaba interpretando?"
Deslizó una mano por su rostro haciendo sus mechones hacia atrás con estrés por entender otra cosa inicialmente.
"Kacchan está interesado en mujeres, estoy seguro, anoche estuvo..."
Bajó las cejas decaído y suspiró haciendo bola los papeles en su puño, luego los arrojó al cesto.
Cuando volvió a la fila a recoger su charola de comida volvió con sus compañeros a la mesa que miraban con tristeza el semblante alargado del pecoso.
—Diablos... Estoy harto de esos presumidos —maldijo Mineta exasperado.—Creen que pueden hacer lo que quieran por ser fuertes y más grandes.
—Aunque ahora saliste ileso, eso es bueno, ¿no? —Planteó Tsuyu llevandose un dedo a los labios mirando a Izuku en buen estado.
El pecoso tomó asiento pensativo de ese comentario, a diferencia de otras ocasiones en las que era brutalmente empujado contra los casilleros, que le ponían un pie en su camino para que cayera, lo ensuciaban con las charolas de comida o recibía zapes en la nuca.
"Ahora no me golpearon..."
Hizo una mueca pensativo mientras se llevaba un bocado de su almuerzo a la boca.
"Pero siguen siendo una molestia"
El resto del mediodía fue tranquilo, sin irregularidades u otros encuentros incómodos. Pasaron las horas y el punto de reunión se dio en las canchas, Tsuyu e Izuku acudieron puntuales al sitio correspondiente de los animadores.
Las filas eran largas con el hincapié de los encargados de cuidar las pertenencias, ya que en dado caso que necesitaran un repuesto tendrían que pagarlo.
Izuku estaba tranquilo en su lugar mirando descuidadamente a todos lados hasta encontrarse la fila de los jugadores. Enfocó a Katsuki mirandolo a la espalda, pronto notó que giró hacia su fila percatandose de él, rapido desvió la vista sonrojando por recordar lo que había hecho en la cafeteria.
"De todos modos tenía que venir, no era necesario que hiciera eso..."
La fila fue avanzando hasta que le tocó su turno, de unas cajas de cartón sacaron un uniforme doblado dentro de una bolsa de plastico, pudo notar que era negro con detalles naranjas haciendo juego con el de los jugadores de futbol.
—Sigo sin creer que estoy en el equipo de animadores...
Susurró con un suspiro, Tsuyu que estaba a su lado recogiendo el suyo solo palmeó su hombro para darle ánimo.
—Pero lo estás haciendo bien, encajas bien aquí.
La asamblea dandoles la bienvenida oficial a los equipos con discursos motivacionales les consumió parte de la tarde, cuando terminó las personas se dispersaron. Izuku miró su uniforme en manos y decidió llevarlo a los casilleros de los vestidores para además dejar unas cuantas cosas más que cargaba en la mochila.
Lo que menos deseaba era encontrarse con el equipo de futbol, así que tan rápido y sigiloso como pudo entró a los vestidores en busca de su casillero en el segmento del fondo.
Lo idoneo era dejar todo tan rápido como pudiera y salir directo a su hogar. Ya no quería más problemas el día de hoy.
Para su sorpresa escuchó un casillero estrellarse como si fuera cerrado con brusquedad, cosa que le hizo respingar en su lugar y pasar saliva nervioso.
"Podría jurar que vi a todos los jugadores irse y no entrar a los vestidores"
Si de por sí estaba nervioso, el escuchar la voz de Katsuki le hizo saltar en su lugar como un gatito asustadizo, giró parte de su cuerpo para corroborar que Katsuki había llegado con él y su comentario de que hizo caso a su mensaje. Recordó como es que le había dejado ese par de notas en la frente y entrepierna, cosa que le hizo ruborizar.
—D-de todos modos tenía que venir, soy del equipo de porristas... —susurró cabizbajo y evasivo tratando de guardar rápido las cosas en el casillero sintiendo la pesada sensación de la sombra de Katsuki en su espalda por su acercamiento.
Izuku se hizo pequeño en su lugar por lo tenso que se sentía ante esa presencia. Estaban solos, nadie más indagaría lo que podría sufrir allí, pero Katsuki le mencionó que no debía ponerse así, que no siempre iba a golpearte.
"¿Entonces si vas a golpearme después?"
Pensó ajustando las cosas en el casillero con orden mientras lo cerraba por fin, tratando de no ver nuevamente a Katsuki. Sacó el obsequio de Shoto y lo guardó en su mochila, fue suficiente para que el otro le echara un vistazo.
"Oh, no..."
La pregunta de quien le había dado esa caja se dio como un interrogatorio, le fue arrebatada dejando sus manos vacías, se puso nervioso por el brusco movimiento que tenía tratando de hurgar lo que llevaba dentro.
—Son chocolates, fue un regalo esta mañana, vas a maltratarlos si sigues agitandolos —advirtió nervioso cerrando sus puños inquietos de no alcanzar la cajita.
Izuku ni siquiera dio detalles de quien pudo ser, pero parecía ser un libro abierto para Katsuki quien describió el cabello bicolor de Shoto, con su reacción obvia había acertado.
—¡Por favor devuelvemelo! —Suplicó estirando las manos tratando de alcanzar la caja de nuevo, eso ya parecía un deja vú de ellos en la infancia discutiendo por un juguete.
El comentario de si le gustaba Shoto lo dejó en blanco dejando de brincotear y quedó rígido en su lugar.
—Todoroki-kun es solo un amigo... —respondió con torpeza y evasivo, pero Katsuki le insistió en ver que le dio un beso.
Izuku descolocó su reacción con vergüenza por darse cuenta de ser visto.
—E-eso solo fue... Se estaba despidiendo para sus clases... —balbuceó tenso por la pena.
Tuvo la fortuna de que la caja de chocolates se le devolviera, Izuku ni siquiera quiso tomarse su tiempo en guardarla. Sujetó su mochila a su hombro y quiso escapar del cuestionario de Katsuki, pero facilmente fue detenido del agarre a su mochila, ¿por qué las cosas no podían ser tan fácil?
—¡No estoy huyendo! Ya me iba a mi casa —refunfuñó con el rubor en su rostro, ya no quería hablar de eso, así que encaró a Katsuki.
El gesto perturbado de Izuku suavizó al darse cuenta de algo, tal vez en la mañana por andarlo evadiendo en la cafeteria no lo vio en su acercamiento, pero Katsuki llevaba algunas pequeños rasguños.
"No los tenía el fin de semana cuando limpió su casa..."
Resopló con cierta resignación rasgando su nuca.
—Todoroki-kun es un viejo amigo, lo conozco desde la secundaria... No estoy saliendo con él.
No le daría detalles como que el bicolor antes se le habia declarado o que incluso lo invitó al baile de bienvenida, pero tuvo como respuesta una extraña advertencia que lo dejó sorprendido, sobre el antecedente de Shoto con yakuzas. Alzó una ceja incredulo.
—No... no lo creo, Todoroki-kun jamás ha mencionado nada de eso, es un buen chico, siempre me trató bien.
Intentó escudar lo que decía Katsuki como falacias, ¿por qué iba a creerle con lo mal que estuvo tratandolo antes? Se notaba al rubio divertirse molestandolo. Que levante falsedades de su amigo hasta le parecía más creíble.
Bajó la vista tratando de analizar lo confesado, nunca vio ninguna anomalía o algo malo que tuviera que ver Torodoki o su familia, Shoto solo le mencionó a su madre enferma o que su padre era un gran patrocinador del instituto.
Sus ojos verdes dirigieron al dorso de la mano en el rubio, arrugó el entrecejo dándose cuenta que llevaba los nudillos también lastimados.
"¿Se habrá peleado?"
Su mirada era muy obvia como para que Katsuki asumiera que no era nada relevante sus lesiones. Ladeó su mochila para abrir un de los cierres sacando las cosas que recientemente compró el fin de semana para alguna lesión que sufriera en las practicas, entre ello sacó el paquete de venditas nuevas sacando un par.
—No pases desapercibido tus heridas, podrían infectarse y será un problema...
Insistió y con cuidado levantó la mano de Katsuki en espera de alguna otra advertencia salvo un chasquido de lengua inconforme.
—Sé que no necesitas mi ayuda, pero no puedo solo ignorarte así —determinó totalmente centrado en poner las banditas en las costras de sus nudillos.
Ni siquiera se le permitió terminar de poner en la otra mano, ya que fue alejado con un manotazo. Izuku levantó los hombros resignado de intentarlo.
—Deberías-... no, nada —silenció su consejo de moderar su fuerza que podía ser autodestructiva, claramente Katsuki no quería nada de él.
En lo que guardaba las cosas apropiadamente en su mochila se quedó un silencio abstracto entre ellos.
—¿Por qué me dices eso de Todoroki-kun? ¿Cómo es que sabes eso?
Preguntó ingenuamente en lo que cerraba su mochila, pero en su momento de distracción fue tomado de los hombros siendo empujado hasta atrás despacio, quedando aprisionado y con su atención completa en el rubio.
Las delgadas cejas de Izuku levantaron por su respuesta.
"¿Protegerme? Pero si Todoroki-kun no ha sido más que bueno conmigo, en cambio, tú..."
Izuku hizo un puchero inseguro, Katsuki de niños siempre fue protector con él, claro que llegaba a molestarlo ocasionalmente pero tampoco dejaba que nadie más lo hiciera. Estaba seguro que ya no era lo mismo, puesto que varios fastidiaban a Izuku frente al alfa y no frenaba en nada, ¿entonces por qué exclusivamente con Shoto?
Bajó la cabeza apartando de mirar los densos ojos rojos del alfa.
—No te escuchas congruente...
Dijo con algo de ironía, ya que mayoritariamente había sufrido en U.A. por Katsuki y sus compañeros del equipo de futbol americano.
Al escuchar que entonces podría alejarse de él activó un botón de pánico en Izuku confundido.
—¡Y-yo no dije eso! —balbuceó asustado de haber sido malinterpretado—, es que... Tú... Kacchan es... —tartamudeó sin tener una respuesta adecuada levantando la vista para afrontarlo, pero al darse cuenta de la cercanía apretó los labios nervioso y sonrojó un poco.
Se sintió completamente pequeño con esa mirada fija y centrada en él, además de ese olor a dulce picante y toques de naranja que le hacían pasar saliva aturdido por las feromonas del alfa.
Por suerte Katsuki le dio un respiro de alivio cuando se apartó sin esperar una respuesta congruente, el omega casi de desploma sentado en el suelo por los nervios, su pecho estaba acelerado. Se quedó unos minutos más allí esperando a que Katsuki adelantara a irse, no tenía más valor de reserva para salir juntos continuando con esa conversación.
Cuando tuvo oportunidad suspiró y caminó también a la salida de los vestidores, se sentía cansado con eso último, tenía más que meditar para esa noche con lo que Katsuki le dijo.
Iba distraído en sus pensamientos mientras pasaba unos mechones atrás de su oreja hasta que la voz de Shoto le hizo reaccionar, lo había buscado para saber como le fue en la entrega de uniformes.
—Ah... Todoroki-kun, estuvo... Bien, supongo... Jeh... —respondió limitado y nervioso. Luego de lo que Katsuki dijo estaba una pequeña espina incómoda en cerciorar que no era verdad.
"Siempre se preocupa por mi, siempre ha sido amable... No debería desconfiar de él"
—Estoy un poco cansado, los chocolates... Ni siquiera los he probado —respondió con una risa nerviosa. —Nos vemos mañana...
Quiso despedir de forma apresurada, pero Shoto interceptó con una invitación a desayunar juntos.
—S-sí, claro... Hasta luego.
Aceptó con algo de evasión apartando la mano de su hombro y caminando a paso apresurado.
Cuando llegó a su casa dio otro vistazo a la de a lado, lucía de nuevo deshabitada esa tarde.
"Por supuesto que no iba a quedarse tanto tiempo sin nada allí"
Suspiró con algo de alivio adentrando a su hogar. Tras cenar y ayudar en limpiar la cocina su madre lucía cansada, así que decidió terminar todas las tareas restantes para que se acostara temprano. Sacó la basura y tomó una regadera del cuarto de lavado que llenó con agua de grifo para rociar las plantas en la noche, su madre le tenía mucho apego y estaba sumamente orgullosa de lo que parecía un vivero su jardín.
Avanzó por cada maceta de las decena que había, con la iluminación de los faroles de la calle así como el foco de la fachada de su casa. Tarareó con la boca cerrada apreciando las flores que estaban desbotonando, el sonido de unos cuantos perros ladrar en la calle así como el ruido de una puerta al lado le hizo girar. Sus ojos ampliaron al ver que Katsuki estaba ahí de nuevo, al otro lado del cerco.
—Volviste... —susurró entre dientes con sorpresa.
El anuncio oficial de que ya se había mudado por completo lo dejó aturdido, solo dignó en asentir la cabeza a la petición de saludar a su madre.
—Le diré...
Mencionó evasivo dando media vuelta para volver adentro, la regadera se había quedado vacía e iba a rellenarla. Cuando volvió a salir ya no encontró a Katsuki afuera, solo apreció los focos encendidos por las ventanas.
—Realmente será mi vecino, de nuevo...
Hizo una mueca inseguro de como reaccionar, tenía un cóctel de miedo y dicha por eso. Una parte de su ser estaba feliz de volver a tener a Katsuki cerca, pero otra no estaba del todo segura por el martirio reciente tras su reencuentro.
"Te advertí todo eso porque quería protegerte de ese idiota"
Negó la cabeza frenéticamente casi abofeteandose por despejar la mirada densa de Katsuki cuando lo acorraló en los casilleros.
"Miente, Kacchan solo quiere molestarme"
Suspiró arrugando el entrecejo y volvió de nuevo adentro cuando terminó de regar las flores de su madre. Al subir a habitación tomó asiento en la cama y sacó la caja de chocolates pensativo, la inspeccionó y abrió para checar el producto, tomó uno entre sus dedos, tras pensarlo mucho lo probó, saboreandolo con cuidado.
"Si Todoroki-kun estuviera implicado con algo así, creo que ya me lo hubiera dicho..."
Determinó con alivio de despejar su idea, comió un par más y fue a lavarse los dientes para dormirse más tranquilo.
Al día siguiente se levantó temprano como habitualmente lo hacía y acudió a la escuela, pero un poco más tarde ya que se dedicó a preparar un bento luego de tratar de probar cosas más allá de lo que servían en la cafetería.
Cuando llegó a la escuela ya estaba más transitada, tomó sus clases matutinas y la hora del almuerzo se dio, así que fue al comedor a tomar una mesa con sus compañeros de aula. Todo estaba más tranquilo, aunque estaba ese extraño pendiente de ayer, recordaba a Todoroki citarlo para comer juntos, miró de un lado a otro sin tener noticias del bicolor hasta que lo percibió acercar.
"Él no oculta nada, Todoroki-kun sigue igual que siempre conmigo, es leal y sincero"
Se dijo internamente tratando de comportarse genuinamente con él. Levantó su mano para darle señal y saludarlo efusivamente, dándole un espacio a su lado. Algunos minutos después llegaron los compañeros de Shoto, su prima Momo y Fumikage para tomar lugar con él.
El sitió se volvió ameno, como cuando fueron al restaurante juntos con una agradable convivencia. Izuku sorprendió de ver que Shoto también llevaba un bento, pero el hecho de que no haya podido dormir por estar pensando en que llevar y prepararlo.
—No debiste esforzarte así, necesitas dormir bien. Por cierto, los chocolates de ayer... Están deliciosos, aun no me los acabo, los estoy disfrutando despacio —susurró eso último apegando a Shoto con una risa complice. —Esto también se ve delicioso, ¿qué tal si lo pruebas conmigo?
Invitó empujando el bento de Shoto, pero al ver la suave invitación con abrir la boca se dio cuenta de lo que buscaba, así que fue accesible en tomarlo con los palillos y guiarlo a su boca.
—Sabe bien, ¿verdad? Cocinas muy bien.
Elogió con unas bromas de Mineta curioso en probarlo, pero la burbuja de atención estaba más centrada en esos dos, Izuku y Shoto que la manera en que hablaban tan cercanos y compartiendo almuerzos parecían una pareja.
—Ahora entiendo porque dices que la comida de la cafetería es insípida, Todoroki-kun eres bueno cocinando —siseó llevando una mano a cubrir su boca mientras masticaba con discreción.
Cuando estaban cerca de terminarse los almuerzos Shoto se acercó un tanto peligroso con una servilleta cruzando por la comisura de los labios en el menor que quedó confundido.
—¿Eh? ¿Qué?
Balbuceó confundido, pero al escuchar que llevaba una mancha de salsa de tomate sonrojó un poco apenado de su descuido.
—Oh, gracias... —respondió tomando una servilleta por sí mismo cubriendo nervioso sus labios.
Era una reunión relajante a pesar de la cierta tensión que desbordaban eso dos con los demás. Izuku estaba bastante entretenido con su charla hasta que una presencia invadir la mesa les silenció a todos. Reconocer la voz de Katsuki llevó al menor en alzar la vista desde su asiento, recordó la charla que tuvieron en los vestidores, pero mas que nada se preocupó por que incluyera al resto de sus amigos en su hostigamiento.
—Hola, Kacchan... —susurró bajito descendiendo la servilleta de sus labios.
Se encogió de hombros por el comentario de Katsuki dándole hincapié a su charla de ayer, estaba seguro que era por eso.
—No, yo no... No lo olvidé, pero no creo...
Respondió tímido por la áspera voz que le interrumpió dando hincapié de que era un yakuza Shoto, Tsuyu y Mineta parpadearon con cierta sorpresa mirando de reojo al bicolor.
Katsuki había hablado sin pelos en la lengua, como era de esperar, Izuku miró los recipientes del vento medio vacíos sin tener valor de responder algo o negarlo, notó incrédulos a sus amigos, hasta que sintió al alfa levantarse a su lado para encarar al otro.
Shoto se escuchaba con fastidio e incluso indignado por esa falacia, Izuku se sentía algo aliviado, pero el hecho de resentir las feromonas dominantes de ambos alfas a un metro de él le piso apretar sus manos en la mesa tenso.
—¿Midoriya-chan? —Susurró Tsuyu a su lado preocupada por verlo nervioso e incluso más palido—, ¿te sientes mal?
Izuku negó la cabeza de forma robótica tratando de soportar el horrible ambiente que le daba temblores finos, era raro que dos alfas estuvieran así, pero allí estaban a su lado mareándolo con sus feromonas.
Katsuki volvió a escupir una severa afirmación de que era un peligroso yakuza que si quisiera podría desaparecerlos y distribuir sus órganos. Le generó nauseas al pobre omega que solo levantó la mirada hacia el bicolor en espera que negara, sin embargo, no tuvo la respuesta que esperaba, sino una de que nunca lo lastimaría.
—Entonces... ¿es cierto?
Su rostro descompuso con una reacción desalentada, y las frías referencias que daba Katsuki de cizañas horribles que la familia Todoroki había hecho con una chica.
"Kacchan no estaba mintiendo..."
Miró preocupado al heterocromático que no negaba esos acontecimientos, solamente se defendió diciendo que él no tenia nada que ver. Izuku pasó saliva y se llevó su palma a la boca y nariz tratando de aminorar las feromonas que le producían espasmos.
El tema fue cambiando hasta centrarse en Izuku y el comentario despectivo de Katsuki asegurando que no sería correspondido, a pesar de que tenía un punto cierto, Izuku frunció el ceño incómodo por la seguridad en que alguien mas decía eso.
—Kacchan, por favor, ya es suficiente... —imploró por lo bajo, quería evitar más discusiones, pero había tocado una fibra sensible con Shoto en busca de que le afirmara si era cierto.
El menor no se atrevió a responder, Katsuki tenía razón citando que le dijo que solo eran amigos, pero no buscaba volver a romperle el corazón a Shoto. Bajó el rostro con culpa, ya que se daba cuenta que no sentía lo mismo hacia el bicolor y quizás solo le daba alas tratando de ser amable, pero eso era más doloroso.
Cada vez que Katsuki le insistía en que le dijera lo mismo que le dijo a él en los casilleros hacia que bajaran más sus cejas incómodo.
—Yo... No lo dije de manera despectiva, te estimo mucho Todoroki-kun, pero... —pausó antes de decir algo hiriente. —¡¡Todoroki-kun!!
Su tono de voz agravó sorprendido con los gritos de sus compañeras en la mesa al ver como Shoto sujetó la chamarra del otro alfa para tomarlo y propinarle un puñetazo en el rostro. Se llevó las manos a la cabeza preocupado de ver a Katsuki caer en la mesa conjunta, pero Shoto lucía diferente a lo que solía ver, era completamente un alfa colérico desplomando feromonas iracundas contra su adversario.
Katsuki no tardo en corresponder levantándose del lugar y yendo a taclear al otro haciendo que ambos cayeran en su propia mesa y quebrara, todos se levantaron retrocediendo de sus asientos con horror.
—¡Ya basta! ¡Los dos deténganse! —Llamó Izuku una y otra vez en vano, sus manos fueron a sus ojos asustado del sonido de los golpes y el desastre que se estaba generando.
Izuku miró de un lado a otro en busca de ayuda, pero todos hicieron un circulo animando el encuentro o se quedaba con el mismo gesto de sorpresa por ver la paliza que se daban como animales enjaulados. Trato de inclinarse y jalar a Shoto para levantarlo, que se apartara pero en su acción percibió a Katsuki ir directo a ellos con sus puños irritados. Izuku solo encaminó sus brazos como defensa a su rostro de forma patética sin intención alguna de moverse o corresponder la agresión.
—Por favor détente...
Suplicó nervioso y aturdido todavía por las feromonas, la amenaza de Katsuki solo le hizo encogerse en hombros, pero no se movió, sin embargo Shoto sí, se levantó para devolverle un puño. Izuku apenas logró salir del perímetro al ser jalado de la camisa por Tokoyami.
Tras unos momentos de escándalos acudieron varios maestros y con mucho trabajo lograron separarlos. Izuku logró verlos retirarse siendo jaloneados por ellos, con moretones y sangre en la ropa. Dibujó un puchero triste mirando la mesa destrozada y bentos regados.
—Midoriya... ¿te sientes enfermo?
Llamó Mineta a su lado al darse cuenta de los temblores finos que llevaba los hombros del pecoso. La pelea sin duda fue horrible y hasta cierto punto grandiosa para testigos que grabaron, pero para Izuku y uno que otro omega por ahí fueron minutos de tortura con ese desplome de feromonas de alfas dominantes.
Fue guiado con ayuda de sus compañeros de vuelta al aula, estresado hurgó en su mochila sacando un par de píldoras supresoras y con una botella de agua las pasó por su garganta derramando el líquido con torpeza por su barbilla. Su celo no estaba ni cerca, pero estaba seguro que algo como eso podría adelantarlo, así que decidió tomar cartas en el asunto de una vez.
El tema de conversación en boca de todos fue la pelea que hubo en la hora de almuerzo en la cafeteria entre el capitán del equipo de futbol contra un atleta prodigio del equipo de natación, ambos alfas. El cuchicheo y pasando videos desde diferentes angulos fue la comedilla de todos.
El día fue largo con el mismo tema de conversación, incluso en las practicas vespertinas en las canchas había un cuchicheo entre las porristas buscando entre el equipo de futbol en la otra cancha si estaba Bakugo, pero evidentemente no por sus heridas y suspensión.
—Ustedes estuvieron cerca, ¿no? ¿Cómo inicio esa pelea? ¿Por qué? —Preguntó curiosa Mina y Hagakure acercando a los novatos de primer año.
Tsuyu no tuvo la osadía de responder, solo miró a Izuku a su lado con un silencioso señalamiento, aunque tampoco le daría la culpa completamente al pecoso.
—Bakugo hostigó mucho a Todoroki, mencionó algunas cosas sobre yakuza en su familia y pues...
Izuku ya no quiso escuchar más eso y se apartó con una mueca decaído por lo real que se escuchaba eso, ya que otras porritas mencionaron que sí existía un cierto rumor sobre ello.
Cuando estaba atardeciendo las clases prácticas culminaron, Izuku fue rápido a los vestidores y se puso su ropa informal llevandose el uniforme de la escuadra para lavarlo.
Caminó en dirección a su hogar evasivo de los comentarios que continuaban por otros estudiantes en la banqueta hablando de la hazaña en la cafeteria. Unos minutos después llegó a su casa, su madre no había llegado así que se puso adelantar la cena, también poner la lavadora a trabajar. Tenía una cara larga en lo que estaba guisando y poniendo la arrocera.
La puerta principal se abrió con Inko llegando, se quitó los zapatos y el delgado saco notando el rico aroma de la cocina.
—Izuku, hola, ¿cómo te fue? —Saludó con una sonrisa acercandose a él.
—Bien, sí...
—¿Tuviste alguna novedad? —Preguntó mientras ordenaba las bolsas de mandado en la alacena. Izuku se quedó meditabundo en dar una respuesta relajada.
—Estrené el nuevo uniforme de animador, me quedó a la medida.
Inko asintió tranquila acompañandolo en poner la mesa.
—¿Por qué no invitas a Katsuki-kun a cenar? Ya debe de estar en casa, vi las luces encendidas.
Eso provocó en el menor respingar turbado, pronto negó la idea con la excusa de que debe estar cansado o ya había comido puesto que debió regresar más temprano a su casa. Lo que menos deseaba era que su madre viera la negasta condición de Katsuki lesionado, ya que eso generó mucho ruido en el instituto.
Cenó con tranquilidad acompañado solo de su madre en la mesa, una vez que terminó de comer y terminar de limpiar la cocina, tender la ropa, subió a su habitación. Percibió la luz en la casa continua encendida, su madre tenía razón y el rubio estaba allí.
"Espero y no esté tan mal... Si está solo es un problema."
De repente le llegó a la cabeza la imagen de esa chica que vio hace un par de días llegar con él.
"¿Seguirá allí?"
Deslizó despacio la cortina tratando de indagar algo, pero no veía nada más allá de la luz de una habitación vacía. Suspiró con desgano.
"Todoroki-kun también terminó muy herido... Ya no supe como está luego de que fue llevado a enfermeria por los maestros"
Torció sus labios en un puchero y fue al baño a prepararse para dormir, poniendose ropa más cómoda y cepillandose los dientes.
Al día siguiente fue al instituto puntual en la mañana, cuando estuvo en el almuerzo con sus compañeros todo en sitio estaba con normalidad, la mesa que fue quebrada en el pleito simplemente se retiró dejando un espacio extra, pero todo circulaba como antes, el auge de la pelea ya estaba disminuyendo en los demás.
Miró de un lado a otro en busca de indicios de alguno de los alfas, pero el equipo de futbol estaba sin su capitán, tampoco vio al bicolor.
—Shoto estará suspendido dos días más —mencionó Momo en la mesa picando su comida con melancolía—, por si te lo preguntas, se lesionó una costilla y se perderá asistir al campeonato de natación.
Izuku asintió la cabeza cabizbajo, podía decirse que ahora tenía mejor conocimiento por la prima de Shoto, pero aun perduraban dudas en su cabeza que Momo se dio cuenta con esa mirada titubeante en preguntarle cosas.
—Si quieres aclarar cosas de la vida de Shoto, deberías preguntarle a él, lo de ayer fue denso pero él no te ha mentido.
Sinceró Momo tratando de relajar a Izuku, mientras esporadicamente revisaba mensajes de su teléfono en la mesa, que era Shoto preguntando la situación.
El tiempo pasó, terminaron las clases y se dieron las practicas esta vez en el gimnasio con colchonetas y techo. En su momento de descanso Izuku estaba sentado en las gradas más bajas acompañado de Denki y Satou, hablando de lo bien que emplearon esta vez el ritmo para las coreografias y hacer piramides.
Izuku sonrió con mejor ánimo, estar ahí no era tan malo, el detalle era lo hostiles que eran el equipo de futbol con ellos, pero ajeno a eso todo era bueno. El sonido leve y la vibración del teléfono a su lado le dieron notar que tenía varias llamadas perdidas de un teléfono desconocido, por su insistencia decidió responder por fin.
Reconoció la voz de Shoto, por lo que se quedó en silencio escuchandolo. El aliento apenas pudo sostenerlo para hablar.
—¿Estás mejor...? Yaoyorozu me dijo que tú... —entrecerró los ojos con tristeza por saber lo mal que le fue.
La invitación para hablar esa tarde le dejó helado, más que nada le preocupaba si podía caminar bien el alfa con su condición, pero también quería verlo por sí mismo su estado, además, Shoto se mostró muy renuente en aclarar todo el lío que motivó a la pelea.
—Si te sientes adecuado, entonces te veo allí —respondió con un tono de voz apagado, despidió y colgó la llamada.
"Debería estar feliz por que Todoroki-kun quiera aclarar las cosas y podré ver como se encuentra, pero..."
Suspiró estirando el cuello para ver el techo encima de él.
"Kacchan también fue suspendido, si está solo... No quiero acercarme al equipo de futbol a preguntar, tal vez me encuentre con Kirishima-kun a solas"
Cuando las prácticas terminaron fue a las duchas, se cambió y huyó tan rápido como sus piernas podían cuando supo que los de futbol estaban por llegar.
Se vería con Todoroki más tarde, así que volvió a su casa. Como era de esperar, su madre aun no regresaba así que esta vez no pudo adelantar la cena, le envió un mensaje diciendole a donde iría con un amigo, a lo que ella solo le dijo que volviera con cuidado.
Tomó algunas cosas que no estaba seguro si Shoto llegaría a necesitar, pero quería hacerle saber que preocupaba por su condición, así que metió en su mochila un spray para heridas, gasas y adhesivos. Faltaba un cuarto para las seis, podía llegar a tiempo si salía de una vez, cuando salió de su casa dio un vistazo a la casa de Katsuki notando todo a oscuras.
"¿Habrá salido? O probablemente esté descansando"
Suspiró apegando la correa de su mochila amarilla en ambos hombros y caminó por la banqueta mientras los faroles de luz pública encendian por el desceso del crepúsculo.
Miró la hora de nuevo en su teléfono asegurando que iba puntual, cuando lo guardó en su bolsillo cruzaba por el parque del vecindario. Ya no era tan reluciente como antes, ahora se veía descuidado y un poco olvidado, pero Izuku tenía recuerdos enternecidos de sus buenos momentos.
El rechinido de las cadenas oxidadas le provocó enderezar y centrarse en el área de los columpios notando a alguien que apenas cabía en ellos mientras mecía despacio con sus pies plantados en el suelo.
"¿Kacchan? ¿Es Kacchan?"
Enfocó extrañado reconociendo la silueta desde su amplia espalda y los cabellos puntiagudos. Miró de un lado a otro en busca de alguien más, pero el sitio estaba desolado salvo por ellos dos.
"¿Qué hace aquí?"
El silencio sepulcral que rompía con el sonido del metal meciendo le generó un extraño aire melancolico, notó a Katsuki irradiar algo diferente a lo que acostumbraba. El pecoso arrugó el entrecejo extrañado y sin darse cuenta acercó despacio.
Arrastró sus pisadas hasta sostener una mano a uno de los soportes metálicos de los columpios y asomarse.
—Kacchan... —Llamó suavemente indagando con él, tenía rasguños y sitios amoratados en el mentón, no quería pensar como estaría lo que ocultaba su ropa—, ¿no deberías... estar guardando reposo, o algo así?
Preguntó timidamente con la esperada respuesta bronca de ser un entrometido.
—Ayer fue algo llamativo, la gente en U.A. sigue hablando de eso, pero ustedes dos, hablo de Todoroki-kun y tú... No hubo ganador, ambos terminaron mal y suspendidos de la escuela.
Agachó la cabeza incómodo mirando la tierra seca en sus pies mientras golpeaba uno de sus dedos en el metal de la barra.
—Incluso tú ya te habías peleado el fin de semana, lo digo por tus nudillos, ya estaban lastimados...
Cuando eran niños, Izuku hablaba hasta por lo codos con Katsuki, pero ahora le costaba mucho decir algo por manejar el ambiente con cautela, no quería molestarlo.
—Lo que dijiste en los vestidores... supongo que tiene algo de razón, por como Todoroki-kun reaccionó. Te agradezco tu preocupación por mí, pero él no me haría daño, siempre ha sido muy bueno conmigo.
Defendió cabizbajo inclinando la cabeza en el frío metal oxidado, miró de reojo las manos desastrozas de Katsuki con sus costras más grandes que cuando lo atendió la ultima vez.
"Realmente no se está atendiendo como debe"
Aseguró por ver como estaban las heridas, estaba seguro que solo tuvo la atención de enfermeria del instituto hasta ahora.
—¿Por cuanto tiempo te suspendieron? —Preguntó con cautela—, bueno, en todo caso tienes tiempo para curarte adecuadamente, deberías aprovecharlo.
Izuku ladeó su mochila para abrir el cierre mas grande y tomar las cosas que llevaba, parecía un botiquín andante.
Se inclinó frente a Katsuki y sin previo aviso tomó una de sus manos tomando el antiseptico y rociando un poco, posteriormente fue con la venda para envolverle parte de los nudillos. Las manos del alfa eran enormes, a comparación de las del menor que parecian pequeñas y delicadas. La textura de las yemas de Katsuki se sentían callosas corroborando lo mucho que manipulaba sus manos para los entrenamientos y ejercicios.
Recordó como es que Katsuki no lo dejó continuar con la otra mano en los vestidores cuando le puso las banditas adhesivas, así que solo sonrió resignado y dejó el resto de la venda y el spray frente a él para que continuara por su cuenta, él solo dio una demostración en la diestra.
Sin embargo, Katsuki no se mostró renuente o agresivo como aquella vez, al contrario, lo veía distraído y bastante melancólico.
—¿Te preocupa lo que pasó ayer? ¿Entonces por qué luces así ? —Preguntó interesado en saber que podría tener a Katsuki de esa manera.
Y como era de esperar, Katsuki no diría nada y le regañaría por querer inmiscuirse en sus cosas. Izuku descendió sus cejas resignado, estaba seguro de que respondería eso y aun así trató de intentarlo.
Dejó de estar hincado y se levantó, en ello su teléfono sonó tomando su atención, lo sacó del bolsillo viendo que era Shoto.
—¿Hola? Yo ya iba para allá, solo detuve unos minutos para... —silenció, no quería decirle que estaba con el sujeto que se acababa de pelear.
Desvió un poco el teléfono para ver la hora, las 6:12 PM, sin notarlo el tiempo se le consumió en ese parque, incluso el cielo ya estaba a nada de oscurecer completamente.
Tras unas palabras para afirmar su asistencia colgó el teléfono y suspiró, aseguró de cerrar completamente la mochila y se la puso en su espalda.
—Tengo que irme, Kacchan te veré después...
Despidió incómodo de darse cuenta de que dijo eso último cuando el rubio probablemente ni quería verlo. Sin embargo, al momento en que se giró para retomar a la banqueta e irse fue frenado por el agarre suave a su muñeca.
Giró confundido y un poco alarmado, pero su gesto suavizó al escuchar al alfa decir que no se fuera, así como mencionar que sentía solo. Izuku arrugó el entrecejo, bueno eso sí se lo esperaba al vivir por sí mismo en esa gran casa, pero fue repentino.
"Entonces por eso salió a pasear, debe aburrirse y ahora que está suspendido..."
Su impresión extrañada giró completamente con Katsuki tratando de separar su mano del suave enlace que lo sostenía, y ahí estaba de nuevo esa extraña inquietud que percibió del alfa cuando lo encontró.
—¿Realmente no es nada, Kacchan?
Volvió a insistir con esa pregunta que ya esperaba la misma respuesta molesta en que no se entrometiera, no obstante ahora si tuvo otra respuesta y fue algo que jamás se imaginó, la madre de Katsuki sufrió un accidente ese día y estaba grave en el hospital.
Izuku pasó saliva por su garganta turbado de escucharlo y ese tono decaído. Recordaba a la señora Mitsuki como una mujer energica y con caracter, era dificil asumir a alguien así en cama inconsciente.
—Lamento escuchar eso, los accidentes siempre son repentinos e inesperados. Deseo desde lo más profundo de mi corazón que se mejore... —susurró notando a Katsuki cabizbajo mirando las cosas que había dejado frente a sus pies.
Izuku mordió su mejilla interna reconsiderando, así que volvió a ponerse de cuclillas frente a Katsuki en el columpio y así atenderle la otra mano.
—Recuerdo a la señora Mitsuki como alguien muy fuerte, doy por hecho que puede salir adelante, ¿Sabes? Incluso se menciona que si quieres que alguien mejore debes irradiarle tus mejores vibras.
Mencionó con una suave voz en lo que terminaba con los nudillos de Katsuki dandole vueltas a la blanca venda.
—Así como yo aspiro a que alivies tus heridas, lo deseo con ella. Es lo único que podemos hacer ahora...
Determinó alzando la vista con Katsuki y esbozando una tibia sonrisa, mientras le sostenía su mano con las suyas, terminó de atar la venda con un pequeño nudo y se levantó.
—¿Tu padre está con ella? —Siseó caminando al columpio conjunto para tomar asiento—, la compañía es bueno para esos casos. Si pudieras estar allí, estoy seguro que tu madre lo agradecería.
Dijo con un tarareo de nostalgia recordando el suceso con su padre, se columpió con un poco de impulso arrastrando los pies en la tierra.
—Hay que esforzarnos en darle fuerza para que se recupere desde aquí —dijo con un intento de hacerlo sentir acompañado, al frente de ellos estaba una caja de arena que reconocían bien como uno de los sitios que de niños recurrían a jugar.
Unos minutos después volvió a sonar su teléfono, Izuku respondió preocupado de darse cuenta que el tiempo se volvió a escapar, eran las 6:40 PM.
—Ah... disculpa, es que... Tuve un pequeño percance. Estoy bien, pero... —miró de reojo a Katsuki debatiendo si dejarlo o quedarse un poco más.
La voz de Shoto se escuchaba preocupada al otro lado de la línea, sabía lo anormal que era el hecho de Izuku retrasarse en puntualidad. En medio de su pequeña intercambio de palabras Katsuki habló relativamente alto mencionando que sus heridas estaban mejor con su ayuda y haciendo hincapie de lo suave que eran sus manos, como si quisiera que fuera escuchado.
Izuku se quedó congelado con el teléfono en la oreja volviendo a mirar por el rabillo del ojo a Katsuki a su lado. Eso lo tomó por sorpresa, pero además a Shoto cuestionandole por qué estaba con Katsuki.
—Estoy bien Todoroki-kun, Kacchan no ha hecho nada malo, solo estabamos charlando —insistió a la voz al otro lado de la línea que estaba renuente en saber porque estaba con él.
El ceño de Izuku arrugó incómodo por lo desconfiado que se oía Shoto de su palabra, o más bien de Katsuki, así que suspiró silenciando su respuesta.
—Creo que mejor nos vemos otro día, deberías preocuparte por sanar primero Todoroki-kun... Lo lamento.
Sentenció apartando el teléfono de su oreja con una cara larga y el inquietante silencio. Comenzó a flexionar de nuevo sus piernas para mecerse un poco inclinando su cabeza a una de las cadenas que cargaban el columpio.
Si lo que quería Shoto era hablar tranquilamente para aclarar las cosas ya no era el momento por como logró escucharlo algo alterado y hasta cierto punto molesto.
"Debe de estar enojado ahora conmigo..."
Cerró los ojos y suspiró cansado. Había echado a perder las cosas, se sintió culposo por como terminó ese día con Shoto.
Duró unos minutos más en el lugar con la culpa encima hasta que no pudo más.
—Debo volver a casa, ¿estarás bien solo?
Preguntó a Katsuki con compromiso por recordar lo decaído que estaba, pero el alfa dijo que también volvería para descansar, así que ambos volvieron juntos a sus casas.
—Mejórate pronto y... también tu madre... —animó con una sonrisa triste.
Continuó su camino cuando Katsuki ingresó a su jardín, cuando iba a entrar a su casas la culpa no pudo más con él y volvió a llamar a Shoto.
—Todoroki-kun, lo siento por lo de hace un rato, ¿sigues ahí?
Insistió decaído, para su suerte continuaba allí, así que se dio caminó a la cafetería, ya no era una reunión vespertina, la noche ya estaba encima.
Se encontró a Todoroki en una mesa apartada de la terraza con algunas vendas encimas, incluso se veía peor de que Katsuki, él se llevó la peor parte de la pelea.
—Perdón por lo de hace rato, es solo que me encontré a Kacchan en el camino, él vive cerca de mi casa... Estaba solo y lesionado, quise hacerle un poco de compañía.
El tiempo pasó en el local, con una sencilla taza de té sin apetito para lo que estaban hablando, desde lo que ocurrió en el instituto, las heridas y aclarando (si se puede decir así) lo que Katsuki le dijo. Lamentablemente era cierto que Shoto tenía cierto "acercamiento" con los yakuza, pero no directamente por él, algunos en su familia tenían esa rama.
Con las manos en la mesa jugueteando con sus dedos Izuku escuchaba tratando de razonar en esa verdad. Por un lado se sentía aliviado, por otro también estaba cerciorando que Katsuki era honesto también, tal vez todo fue un malentendido.
—Está bien Todoroki-kun, te creo —le silenció parando su habla—, sé perfectamente que tú nunca me harías daño, siempre has sido bastante amable conmigo y te lo agradezco. También creo que no he sido justo contigo, no he intentado abrirme con sinceridad hacia ti, tal vez porque todo este tiempo estuve con expectativa de algo que nunca llegó, pero ahora...
Calló sus palabras llegando a su cabeza los alfas que había conocido, ninguno se parecia a Shoto que siempre mostró interés en él.
"Supongo que llegó la hora de intentarlo..."
Alargó su brazo hasta alcanzar con cuidado el antebrazo del bicolor y sujetarlo teniendo presente sus heridas.
—¿Qué te parece si quedamos a mano si vamos juntos al baile? C-claro, si sigue en pie esa invitación... —dijo con timidez y sonrojando un poco sus mejillas.
Esperaba enmendar lo injusto que era con Shoto, cuando el bicolor se esforzaba tanto en que lo quisiera y fuera notado.
El tema entre ellos fue suavizando, la tensión de los días previos fue terminando volviendo a tener mayor acercamiento.
Cuando se levantaron de la cafetería Shoto insistió en acompañarlo a casa pero Izuku le negó con amabilidad. Puede que las cosas hayan mejorado entre ellos, pero Izuku estaba algo renuente al sentir más agudo las feromonas de Shoto.
Al regresar a su casa fue recibido por su madre que estaba relajada mirando televisión, mencionandole que había cena para calentar en el microondas, así que Izuku accedió. En lo que tomaba los alimentos en los palillos se quedó meditabundo por Katsuki.
"Dijo que estaba solo, ¿habrá cenado? Pero dijo que estaba cansado, tal vez ya se durmió..."
Inconcientemente giró a la parte de la cocina que estaba la dirección de la casa vecina.
"Mañana lo invitaré a cenar"
Pensó decidido con el intento de animar a Katsuki y saber como estaba sus heridas y la señora Bakugo.
Al día siguiente acudió con normalidad a las clases, el día pasó relativamente tranquilo, apenas era el segundo día desde que Katsuki y Shoto fueron suspendidos, los rumores del inicio de la pelea entre el cuerpo estudiantil había terminado.
En la tarde cuando estaba practicando sus acrobacias con las porritas se veía más agitado y se cansaba más fácil, en un intento de levantar a una de sus compañeras casi causa un accidente.
—Es suficiente, ve a enfermería o vete a casa a descasar, no quiero que terminen lesionados antes de primer juego —reclamó Ochako notando a Izuku agitado. Le señaló la salida del gimnasio.
Izuku sujetó su cabeza aturtido y asintió, así mismo disculpó con Mina que casi la hacia caer. Caminó hacia los vestidores a recoger sus cosas, pero empezó a sentirse peor.
Los mechones verdes empezaron a pegarse en su frente por el sudor y sentía que el aire no estaba llegando a su pecho, así como una palpitación exagerada que le hizo sostenerse de la pared.
Ya se lo temía, luego de lo que pasó en la cafetería hace un par de días con el desplome de dos alfas furiosos peleando y desplomando feromonas dominantes le sometió a caer en celo. Los últimos dos días estuvo tomando supresores con antelación, ese día no lo había hecho, así que trató de apresurarse en alcanzar su casillero.
"Debo tomarlos y salir de aquí"
Sin embargo, para su infortunio el ruido de una multitud adentrando a los vestidores lo dejó paralizado recargando su antebrazo a la pared. Se trataba del equipo de futbol que adentró para cambiarse e iniciar sus ejercicios de rutina, al ver a Izuku allí la atención se implantó en ellos.
—Hey, pero que tenemos aquí. Una de las nenas del equipo de porristas, ¿no deberías estar practicando con las demás en el gimnasio?
Saludó con sarcasmo Sero acercandose curioso a Izuku, ya que lo miró tambaleante hasta inclinar un hombro a la pared.
—El entrenador ha estado con sus absurdos sermones luego de que el capitán y el yakuza se pelearon frente a todos, nosotros estamos pagando los platos rotos. Alguien más debería pagarlo, ¿no crees?
Exclamó Tetsutetsu también acercandose con queja, quiso tomar de la camisa a Izuku pero este enseguida dio un manotazo y con un intento de alcanzar su casillero, donde rápido sacó su mochila buscando los supresores.
—¡¿Quién te crees para querer huir así, mierdecilla?!
Reclamó Tetsu cerrando bruscamente el casillero de Izuku acorralando su escape, los otros jugadores en su mayoría llegaron rodeando a Izuku, quien bajo espasmos y temblores empezó a hurgar en su mochila procurando ignorar las amenazas primero debía atenuar su malestar.
—¡¿Qué rayos buscas?! Deja de ignorarme —reprendió Tetsu arrebatandole la mochila y empujandolo bruscamente contra el casillero.
Hurgó en la mochila tratando de encontrar lo que sea que buscaba Izuku, y al ver un blister de pastillas lo entendió. Izuku estaba tambaleante, con el rostro rojizo y empapado en sudor.
—Devuelvemelo... por favor... —dijo con un patético hilo de voz y un llanto aflorando.
—¡Ah ya entiendo! Eres una perrita en celo, ¿hay algun alfa interesado en esta perra cachonda? —Burló mirando de un lado a otro, pero allí solo se encontraban betas que apenas y sentían las densas feromonas que Izuku estaba desplomando.
Izuku jadeó intentando alcanzar la mano de Tetsu, pero fue tomado del antebrazo por Sero quien lo volvió a empujar bruscamente contra el casillo haciendo que desplomara sentado al suelo. Los instintos omegas de Izuku estaban a flor de piel, estaba sumamente sensible con el dolor de el celo desplomando, estaba empapado de sudor y su entrepierna estaba volviendo traslucido sus pantalones. Los del equipo empezaron a carcajear.
—¡Carajo Sero, controlate! ¡Ya hiciste mojar a esta perra! —Burlaron por la patética condición de un omega en celo que ni siquiera podía huir, lo tenían arrinconado.
—Si quieres tus supresores gatea como la perra que eres.
Indicó el peliplata dejando caer el blisted a sus pies, a un par de metros de Izuku en busca de humillarlo aun más. Izuku gimoteó parpadeando en un intento de hacer visible su visión a través de sus lagrimas, obediente y despacio gateó, estiró su brazo para recoger los supresores, pero en ese momento fue detenido por uno de los pies de Sero que le pisó el antebrazo haciendo que cayera al suelo. Las risas volvieron a sonar cuando oyeron el grito adolorido de Izuku.
—Tal vez si mojas más tu coño y lloriqueas más fuerte un alfa venga a enterrarte la verga que tanto buscas. Así que quedate ahí.
Exclamó Tetsu pisando el blisted hasta destruir las pildoras y pateó lejos del alcance de Izuku.
—O puedes buscar un dildo en los casilleros de los otros maricas de tus amigos —exclamaron apartandose de ahí para volver a sus respectivos casilleros a tomar sus cosas y salir a la practica, ignorando el gimoteo de Izuku quien se quedó en el suelo tratando de atenuar el dolor.
Unos veinte minutos después la practica de los animadores terminó, fue Aoyama quien se encontró a Izuku hecho un ovillo en el suelo dándose cuenta de su terrible condición de celo. Inmediato lo levantó con ayuda de Satou llevandolo a enfermeria.
La vieja enfermera le dio un supresores de emergencia, luego de unos minutos la fiebre de Izuku bajó como su incapacidad de movimiento.
—Como omega debes llevas siempre supresores, ¿cómo es que los olvidades? Dios, que suerte llevas, al menos no había ningun alfa cerca.
Los sermones y regaños de Chiyo fueron como un taladro para la cabeza de Izuku, quien no dio detalles de lo que realmente pasó. Por lo dicho con Aoyama, en cuanto llegó a los vestidores su celo desplomó y no llevaba supresores en la mochila, es todo.
—¿Estás seguro que no quieres que llame a un familiar para venir por ti? —Insistió Chiyo en su silla de escritorio al lado de la camilla. Izuku asintió la cabeza, no quería alarmar a su madre.
—Puedo irme solo...
Chiyo suspiró recargandose a su respaldo.
—De acuerdo, pero necesitas cambiarte —señaló las ropas casuales de Izuku para que se quitara el uniforme de animador que estaba húmedo por su celo y bañado en sudor. —Sigo sin encajar como es que te hiciste ese moretón...
—Ya le dije que cuando me caí al intentar sostenerme golpeé con el casillero abierto.
Escudó Izuku mirando el enorme moretón morado que tenía en el antebrazo.
Al cambiarse tras las cortinas aseguró de envolver su ropa sucia en una bolsa y cerrar bien la mochila. Ya era el último día de su celo y aun así tuvo que pasarla horrible. Agradeció a Chiyo, Aoyama y Satou con una reverencia y se retiró caminando a su casa con un gesto plano e indiferente, en esta ocasión ni siquiera dio un vistazo a la casa de Katsuki.
Adentró a su casa, que como esperaba por la hora estaba sola, subió a su habitación de manera lenta por sus pasos en los escalones, al llegar dejó caer la mochila al suelo y cerró la puerta con un empujón de su espalda quedandose unos segundos allí.
Cuando por fin se sintió seguro pudo desahogarse como necesitaba, recordando el tormento de ese día sus ojos volvieron a humedecer en lágrimas que dejó surgir sin restricción.
Lloró abiertamente llevando las manos al rostro y deslizando hasta sentarse en el suelo. Acababa de pasar una de sus peores pesadillas que era ser arrinconado en pleno celo sin respaldo de nada ni nadie. Tenía tanto miedo.
En medio de su lamento observó su antebrazo, tendría que ocultarlo, así que sacó una venda de su cajón y ató dandole vueltas, le daría excusa a su madre de una lesión en la practica, solo un moretón. Solo eso.
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