Apuesta
Las primeras clases habían pasado rápido aunque Katsuki no había entrado a la primera, se había pasado toda la primer hora dando una vuelta a solas por el campus con el estrés de tener que volver a ver a ese idiota de Izuku. Aquel que llegó a considerar su amigo y que ahora se atrevía a sonreírle y llamarlo "kacchan" cómo si nada hubiese pasado.
Unas horas más tarde, Katsuki estaba sentado en una de las mesas del ala este de la cafetería, junto a él estaban Kirishima, Shinso, Sero y Mirio. Todos eran miembros del equipo de americano y llevaban puestas sus chaquetas que los diferenciaban del montón de estudiantes promedio, esas bonitas chaquetas color rojo con las iniciales de una universidad al frente y en la espalda el apellido de cada jugador. Al alfa le gustaba usarla y presumir de ella al igual que el resto de sus compañeros de equipo. La cafetería era enorme y atiborrada de alumnos de distintos grados, sin embargo la mirada carmesí estaba bien puesta sobre una maraña verde a varias mesas de distancia.
"Ahí está ese maldito Deku, tiene toda la pinta de un nerd... Es como una invitación directa a qué lo moleste"
Se sentía furioso y comía de mala gana moviendo los palillos de madera con brusquedad contra su plato. Los demás del equipo solo observaban con confusión y aunque le preguntaron que le pasaba el rubio no contestó. Entonces miraron a Kirishima quien se encogió de hombros al no saber que responder. Ciertamente sabía que algo le pasaba a su primo pero no sabía que y miro en dirección a la vista de Katsuki encontrando a ese chico que agredió en la mañana.
"¿Que estás pensando Katsuki?... ¿Por qué ese chico te pone de tan mal humor?"
Pensó el pelirrojo mientras daba un sorbo a su bebida y miraba como la comida en el plato del alfa rubio ya era más un picadillo que otra cosa.
Por otro lado, Shoto se encontraba al otro extremo de la cafetería sentado junto a otras dos personas, pero el bicolor mantenía su atención fija en el pecoso también.
—¿A quien miras con tanta insistencia estos últimos días?, Cada vez que te veo estás mirando a alguien. —
Le dijo Momo quien estaba a su lado, ella era la chica más sexy de la escuela segun los alumnos varones. Una Omega dulce y de curvilíneo cuerpo con un llamativo aroma a fresas con crema.
A su lado se encontraba un joven beta de cabellera negra y mirada roja, de nombre Tokoyami, era raro oírlo hablar pero su presencia era tranquila igual que la de Shoto. Eran amigos desde que entraron al primer grado de la secundaria.
— ¿Es alguien que te gusta? —
Cuestionó Momo. Shoto abrió un poco los ojos, reaccionando al fin a sus comentarios y negó levemente. Ella sólo sonrió y le dio un pequeño golpe en las costillas con el codo.
— No mientas, ¿me pregunto quien será?. dímelo. Esto solo pasa cada mil años.. Que alguien llame la atención de mi querido primo es un evento que solo veré una vez en mi vida —
Bromeó la pelinegra y Tokoyami soltó un par de carcajadas. Ambos lo miraron con sorpresa pues casi nunca lo escuchaban reír. El azabache sólo aclaró su garganta y desvió el rostro un. Poco apenado.
— Lo siento. Es que fue un buen chiste —
Dijo Tokoyami haciendo a Momo inflar las mejillas en un falso puchero. Shoto solo sonrió enfocándose en su plato de Yakisoba por fin.
— Solo es alguien a quien estimo mucho—
Respondió con calma haciendo que Momo alzará una ceja e intentará adivinar quién era esa persona que tanto veía shoto pero había demasiados alumnos era imposible atinar.
De pronto una voz se hizo presente con un alto parlante llamando la atención de todos.
Eran un par de miembros del consejo estudiantil que estaban por dar un aviso.
— Atencion a todos, el consejo estudiantil quiere anunciarles oficialmente el evento de bienvenida, será dentro de un mes, habrá comida, musica, concursos y nuestro tradicional baile y coronación al rey y la reina del baile, así que alisten sus mejores ropas para esa noche chicos, las fechas están pegadas en los tableros de anuncios. —
Anuncio la chica para después bajar de la mesa del comedor dejando a la mayoría muy entusiasmados por el evento. En el campus se solía hacer cada año un evento de bienvenida para los nuevos ingresos de ambos niveles, preparatoria y universidad, en los que todos estaban invitados.
— ¡Estupendo, un baile! Tengo que buscar el vestido perfecto hoy mismo, ¡que emoción! —
Gritó Momo saltando de su lugar y tomando a Shoto del brazo.
— ¡Acompáñame Shoto! También debemos buscar algo elegante para ti!, con ese porte estoy segura que cualquier cosa se te verá digna de un rey, tu también vienes Tokoyami —
—Espera yo ni siquiera planeo ir —
Dijo Shoto pero Momo le dio un golpecito en la nuca.
— No digas tonterías, eres el Alfa más guapo de toda la escuela, claro que tienes que ir, Además... Podrías invitar a esa persona que tanto has mirado —
La pelinegra le guiño un ojo y Shoto solo sonrió pensando en que no era una mala idea. Invitarlo al dichoso baile era un buen plan para poder acercarse de nuevo a Izuku y platicar con el de forma más tranquila.
Por otra parte Katsuki al escuchar el anuncio solo frunció el ceño y chaqueo la lengua. Ya había visto ese evento el año pasado y le parecía estupido en cambio los demás jugadores al oír la noticia se emocionaron pensando en a que chica invitarían al baile. La mayoría decía que debían invitar a las chicas del equipo de porristas ya que eran las más bonitas del campus.
— Vamos Bro seguro que muchas chicas hermosas morirían por ir contigo eres el más popular. ¿Por que no invitas a la sexy de Momo? Es un par de años mayor pero diablos se nota que le gustas —
Le dijo Sero a Katsuki y fue secundado por kirishima. El alfa gruño soltando un par de groserías. A él no le interesaban esas cosas. Las consideraba cursis y estúpidas además de que no tenía ropa formal toda la había dejado en casa de sus padres aunque ya sabía que el pelirrojo le prestaría algo suyo con tal de hacerlo ir, el año pasado no lo habían logrado convencer de acudir.
— Idiotas. Esas cosas solo las hacen para que gasten dinero en un tonto traje que no volverán a usar en su puta vida y para pedir dinero a los alumnos para la decoración y esas idioteces. —
Dijo el cenizo cruzandose de brazos. El no iría al dichoso baile aunque fuera lo último que hiciera.
El resto de las clases pasaron rápidamente, Katsuki en su mayoría no prestaba mucha atención aunque era bastante bueno en las materias. Un nerd de closet que reprobaba a propósito solo para mantener una faceta.
Cuando las clases terminaron llegó la hora de practicar asi que se dirigio junto a los demás al campo de Football para el entrenamiento del día.
Debían practicar cuatro días a la semana por 4 horas. Pronto se haría el primer campeonato de la temporada y debían estar más que listos. El entrenador no estaba en ese momento ya que se encontraba en las audiciones de los nuevos reclutas ahora que el gimnasio se había desocupado momentos atrás estaban llevándose a cabo allí mismo las audiciones para los animadores, pero ya se sabía la rutina.
Lo primero fue hacer abdominales y calistenia luego practicar tacleo contra un aparato acolchado especial para ello. El único que podía lograr moverlo de lugar al taclear era Katsuki.
Mientras entrenaban pudo notar que un grupo de personas estaban cerca no prestó mucha atención aunque Ejirou le estaba diciendo que eran los porristas que entregarían en el campo ladero al suyo.
El alfa no le tomó importancia hasta que le dijo que ahí estaba "el chico de cabello verde que había golpeado en la mañana" entonces el rubio observó al grupo de porristas. Pudo notar que en efecto ahí estaba el nerd junto a otra chica de cara redonda que no dejaba de verlo y otra más de cabello verde.
El cenizo no evitó formar una sonrisa amplia de burla y soltar un suspiro divertido.
— No hay nada más patético que un hombre porrista. No me sorprende que ese idiota se integrará a algo asi —
Dijo el cenizo negando con la cabeza y riendo, Kirishima suspiro al oirlo, no entendía por qué el alfa tenía tanto odio hacia ese pobre chico. El resto del entrenamiento el alfa rubio no dejaba de ver entre lapsos a Izuku tratando de acatar las instrucciones de la capitana, le daba risa verlo aunque al mismo tiempo quería acercarse y volverlo a golpear. Ese rostro repleto de miedo, lo llenaba de adrenalina y una sensación de extraño gusto.
Cuando el entrenamiento terminó, todos los del equipo terminaron exhaustos y bañados en sudor, se dirigieron a las duchas y a los vestidores, para ello tenían que pasar al lado de los porristas que estaban bebiendo agua para rehidratarse entonces Katsuki pudo notar como algunos de los jugadores del equipo se acercaron a los porristas varones que eran sólo 4, Izuku, un chico rubio y delgado llamado Denki, uno más alto y algo fortachon llamado Koda y uno mucho más afeminado y con facciones delicadas llamado Aoyama.
Comenzaron a ensuciarse dandoles golpes en la cabeza en especial a Izuku que era el más nuevo del equipo.
— Miren tenemos a las nenas y a las otras "nenas"... ¿Ustedes también usan pantis rosas?, malditos fenómenos —
Dijo Tetsu mientras le pasaba el brazo encima a Izuku para "abrazarlo de forma brusca y aunque las chicas quisieron pedirles que se fueran ellos las ignoraron, incluso uno de ellos levanto la falda de una de las chicas y con los chicos les levantaron la camisa burlándose de sus complexiones.
— Muestrenme las tetas, dicen que los maricas las tienen lindas —
Dijo Sero,
Katsuki frunció el entrecejo y kirishima le miró un tanto preocupado dudando en sí se uniría al acoso o lo detendría pero para sorpresa del pelirrojo y el rubio, Shoto apareció empujando a los sujetos y prácticamente salivando a Izuku y a Denki. Katsuki alzó una ceja.
—¿Quién es ese maldito punk? —
—Es Todoroki Shoto... Es de los más populares de la universidad, su padre y el director son amigos cercanos, pero nunca había visto que defendiera a alguien —
Katsuki alzó una ceja y miró con detenimiento al bicolor quien también intercambio una mirada con el desde la distancia.
— ¡Escucha será mejor que calmes a tu equipo o habrá problemas! —
Le dijo Shoto al cenizo quien frunció el entrecejo y se acercó a ellos para después clavar la mirada en Izuku unos segundos.
— Nadie me dice que hacer... Mucho menos una mierdecilla como tú —
Escupió Katsuki haciendo tenso el ambiente entre ambos alfas dominantes.
— Lo que hagan ellos no es mi jodido problema, así que muévete de mi camino niño "bonito" —
Le dijo Katsuki con voz cortante y miro de nuevo al pecoso para finalmente seguir su camino, los asuntos de los demás no le interesaban. No eran de su incumbencia aunque ciertamente ese tipo de cabello mitad rojo y mitad blanco le había hecho sentir molestia. Era un extraño llamado a la necesidad de demostrar que alfa era mejor. No eran muchos los que habían así que la competencia era clara entre géneros.
Se dirigio junto a kirishima directo a los vestidores siendo seguidos por los demás miembros del equipo relajando finalmente la tension.
Shoto suspiro una vez que todos se fueron dejando en paz a los porristas.
Las chicas gritaban de emoción al tener tan de cerca al tan soñado Shoto halagandolo por su apuesto físico y dándole las gracias por ayudarlos.
Shoto suspiro algo indiferente y sonrió para después ver a Izuku y a Denki.
—¿Están bien? —
Les preguntó con calma manteniendo esa suave mirada que derretia los corazones de casi medio campus.
Al ver qué todos estaban bien el alfa suspiro de nuevo y escucho la voz de su prima llamándolo desde lejos juntoba Tokoyami.
—¡Vamos Shoto! Debemos ir de compras! Mi vestido no se elejira solo! Date prisa —
Llamo la azabache y el bicolor suspiro una vez más antes de despedirse y dio una suave carica en la cabellera verde antes de irse.
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El pequeño incidente en las canchas sólo había hecho que el rubio se sintiera más enojado de lo que ya estaba.
Tetsu, Satou y Sero, ahora estaban en su mira, no le importaba que ellos fueran los más altos y fornidos del equipo, ya tenía en mente como amenzarlos pues ver aquella escena en la que molestaban a su examigo de la infancia le había hecho despertar cierto sentimiento de molestia.
Era como volver a tener 7 años otra vez y de forma casi inconsciente escucho aquella vocesita que le decía que nadie podia molestar a Izuku excepto él, aunque casi al mismo instante en que pasó por su mente aquella frase también lo hizo el recuerdo de aquel día en que estuvo solo esperando bajo la lluvia y chasqueo la lengua.
— ¿Por qué mierda pienso en esas idioteces ahora? Lo que le pasé a ese inútil no es de mi incumbencia —
Murmuró mas para si mismo mientras caminaba por los pasillos de las duchas con el cuerpo desnudo y una toalla enredada en su cadera.
Se encontró a Satou y Tetsu en el pasillo igual recién saliendo de las duchas y se cruzaron las miradas.
— Hey Bakugo... Fue un gran trabajo el de hoy, tenemos al mejor Quarter Back de todos, contigo en el equipo ganaremos el campeonato —
Dijo Tetsu sonriendo mientras pasaba una mano por su cabello blanco y katsuki solo le ignoro clavandole la mirada y pasándole de lado empujandolo con su hombro.No quería tratar con ellos. Ni siquiera le interesaba convivir con alguien.
Los idiotas que lo seguían a la hora del almuerzo y por los pasillos era por voluntad de ellos no suya, si fuera por él prefería estar solo siempre. Quiza solo con kirishima y eso por tratarse de un familiar suyo y por que era el único que lo conocía un poco mejor solo un poco por que al final ni siquiera el se conocía bien a si mismo.
Caminó hasta el casillero y abrió la puerta para sacar su cambio de ropa y vestirse para irse finalmente a casa. Afuera ya le esperaba Eijiro quien en todo el caminó de regreso le trató de convencer de ir al dichoso baile de bienvenida de nuevo.
— ¡Mierda si te digo que iré ¿puedes dejar de joder tanto?! ¡Eres insoportable! —
Le grito al pelirrojo quién sonrió amplio y asintió.
Katsuki no entendía por que el pelirrojo le insistía tanto en que acudiera, la razón era una sorpresa. Eijiro había hablado con él resto de los chicos del equipo para planear nominar a Katsuki como rey del baile y que ganará las entradas de cortesía para "La casa del pay Kuma" y así poder comer todos una rebanada de uno de sus famosos pays. Se rumoraba que eran los más ricos de todo Japón.
Horas más tarde Katsuki estaba acostado en la cama de la habitación de huéspedes que había sido acoplada para él en la casa de sus tios. Tenía los audífonos a todo volumen mientras escuchaba un buen rock cuándo de pronto Kirishima tocó la puerta y entró después de unos segundos.
El cenizo se quitó los audífonos con molestia y miró al pelirrojo quien cargaba un par de cajas de cartón de tamaño mediano que tenían escrito con un plumón "Basura de Katsuki".
— Mi tía te envió estas cajas bro las dejare aquí para que las revises —
Le dijo con su siempre calmada sonrisa y dejó las cajas al lado de la mesa de la cama. Katsuki sólo asintió y se incorporó para abrirlas, Recordando las amenazas que su madre le había dado sobre correrlo de verdad que al parecer eran ciertas pero no le importaba, Una vez que terminara la universidad tendría que mudarse el sólo si es que no lo hacía antes pues no planeaba quedarse en casa de Kirishima por mucho tiempo. Quería sentirse libre y sin reglas.
Se puso de pie y tomó las cajas para ponerlas sobre la cama y abrirlas para ver que cosas le había enviado dándose cuenta que prácticamente le había vaciado la habitación. Comenzó a sacar las cosas para tratar de acomodarlas, y justo cuando estaba por terminar con la primer caja pudo notar que había algo más al fondo.
—¿Y esto? Pensé que lo había botado a la basura hace años —
Aquella figura de All might que le había quitado a Izuku cuando eran niños estaba ahí. Misma que pretendía regresarle el día en que no pudo despedirse de él.
La contempló con un rostro serio y de forma inevitable pudo recordar aquella época de su vida en la que junto a ese mocoso de pecas salía a jugar todas las tardes. La forma en que tenía que defenderlo y animarlo cuando lloraba pero sobre todo la amistad que tenían en aquel entonces.
El rubio no evitó sentir cierta sensación de nostalgia, pensaba que ahora era parte del pasado y aunque se había reencontrado con el pecoso, ya no eran amigos. No después de que jamás acudió al llamado de su nota, Katsuki seguía sintiendo ese fuerte resentimiento por eso así que pensó que haber conservado esa figura había sido algo estúpido. la volvió a arrojar a la caja dejándola junto a otras cosas más que el consideraba inútiles y la pateo bajo la cama. Ya se encargaría de buscarles su lugar después.
Al día siguiente el alfa se desperto sintiéndose un poco más tranquilo que el día anterior. Ya se había hecho a la idea de que se estaria encontrando con Izuku todos los días. Lo molestaría cada vez que pudiera. Lo haría pagar por haberle generado ese trauma de desconfianza, trauma que lo persiguió toda su vida. ¿Acaso no tenía derecho de vengarse?. lo haría sin importarle lo que los demás le dijeran. Ese era asunto personal. Solo entre él y ese tonto y ahora que Izuku había regresado a su vida en bandeja de plata no aprovecharia la oportunidad.
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Shoto había llegado un poco más temprano al campus gracias a su padre que había decidió llevarlo a la escuela ese día pues su oficina le quedaba de paso.
Su relación con él no era del todo buena, tampoco lo era con su familia entera, Shoto era el menor de 4 hermanos, Sus hermanos mayores ya habían triunfado a excepción del mayor de todos que había decidido unirse a la Yakuza y no sabían de él desde hacía años.
Después de eso su hermana se graduó y era la jefe de chefs de un restaurante prestigioso y su hermano era un exitoso abogado.
El único que faltaba por ser alguien en la vida era él y por ende sus padres le presionaban para que se graduara de la universidad con honores además de ser un Alfa y debía mantener cierta reputación de su familia.
Shoto deseaba convertirse en un gran médico y buscar crear o mejorar un tratamieto que ayudara a su madre que padecía de una extraña enfermedad que le causaba deterioro cerebral y para la cual no existía aún algún tratamiento muy efectivo hasta ahora. Su padre era un poderoso político así que era un socio bastante importante con los directivos de la U. A. La familia Todoroki era su principal patrocinador.
Tras haber bajado del lujoso auto de su padre, se dirigió con calma hacia su aula para tomar su primera clase. Ingeniería genética.
Caminaba despacio sin ninguna prisa pasando por el amplio patio frontal hasta llegar a la zona de los edificios, atravesó los pasillos de los casilleros para finalmente llegar a las escaleras que daban a los niveles superiores donde tomaban las clases pero cuando estuvo a punto de girarse para subir el primer escalón volteo un segundo a su derecha notando que cierto pecoso se acercaba.
— Buenos días Midoriya. —
Le saludo con su siempre voz serena y a las palabras del menor que pregunto si estudiaba medicina el alfa sonrió suavemente y asintió
—Si quiero ser un buen médico para ayudar a mi madre que está enferma —
Le respondió mirándolo fijamente con detenimiento. Noto que aún era temprano asi que tuvo la idea de aprovechar ese afortunado encuentro.
—Aun es temprano las clases tardarán un rato en iniciar, ¿Has desayunado algo? Vamos a la cafetería —
Era una oportunidad de oro. Así que en cuanto Izuku acepto el alfa no dudo en asentir con la cabeza y comenzar a caminar junto a él.
La diferencia de altura era algo notable pues el menor apenas y le llegaba a los hombros. Caminar a su lado era algo que había extrañado y que lo hacía sentir tranquilo. Ver la sonrisa perfecta y ese leve tono rojo en las mejillas ajenas le hacía morir de ternura. Casi podía jurar que si tenía un mal día con tan solo ver esa hermosa sonrisa su mal día mejoraría.
Izuku tenía ese efecto en él además de llegar a detectar una leve muy leve estela se aroma suave a cedro con manzanilla.
Las ganas de tomarle de la mano y besarlo lo invadían como voces en su cabeza que le susurraba que era el momento ideal pues había pocos alumnos aún. Pero rechazo la idea. No quería cometer el mismo error que en el pasado. Esta vez haría las cosas bien y se ganaría el corazón de ese hermoso chico con calma y paciencia, o al menos lo intentaría.
— Te vez.. Bien esta mañana, llegaste muy temprano... Casi no sueles llegar temprano —
Oh no, su distracción le hizo revelarle de forma inconsciente que sabía incluso la hora en que el menor llegaba, por lo que sólo desvió la mirada un momento. Shoto tenía la inteligencia para ser el mejor médico del mundo pero cuando no se traba de cosas escolares solía ser algo ingenuo y hasta torpe. Tal como en ese momento en que sin querer el mismo se había atado la soga al cuello. Esperaba que el pecoso no captará aquello. Así que rápido cambio de tema.
—Eh... La comida de la cafetería no es muy buena pero no debes tener el estómago vacío. ¿Que te parece si a la hora de la comida vamos a un restaurante que está cerca de aquí?... Puedes llevar a tus amigos también... Si quieres. —
Le dijo algo nervioso y mirando al frente, pudo ver como algunos del equipo de americano ya iban llegando, pero al ver como Shoto iba junto a el no ocurrió nada.
Los sujetos pasaron de lado sólo dedicando miradas clavadas directo en los orbes verdes del menor y rechinando los dientes al saber que no podrían hacer algo. Si le tocaban un pelo a Shoto serían expulsados de la escuela. Era casi un decreto que todos sabían. Todos excepto Izuku y Bakugo claro.
Shoto sonrió ante la ingenuidad del menor al ver como por fin pudo pasar cerca de aquellos sin ser golpeado o molestado. Shoto solo se encogió de hombros. Aunque en el fondo sabía bien que se debía a su presencia.
— Tal vez están cansados, no te preocupes demaciado por ellos. —
Le dijo con calma aún que esos tipos no eran quienes le preocupa si no el tal "Kacchan" a quien todavía no veía por ningún lado esa mañana. Él en especifico parecía tener algo en contra solo de Izuku.
Cuando llegaron a la cafetería estaba prácticamente sola. Solo había un par de chicos comiendo dispersos entre las bancas y mesas del area.
Así que suspiro y tomó asiento en una de las mesas.
—Ve... Te espero aquí —
Le dijo esperando a que el pecoso fuera a la barra para pedir su comida.
Le observó con atencion, tenía un cuerpo tan bonito y un pequeño y redondo trasero que quiso acariciar pero se bofeteo al darse de cuenta del tipo de pensamientos sucios que estaba teniendo.
En ese momento sonó su teléfono, era Momo, le estaba pidiendo que la encontrará en el área de casilleros para prestarle la llave de su candado y hacerle el favor de guardar sus cosas en su casillero pues ella había olvidado su candado en casa.
Shoto suspiro cansado.
—Ya decía yo que... Era mucha buena suerte para un día —
Murmuró levantándose para acercarse a Izuku y tocarle el hombro mientras esté parecía escoger su comida.
— Debo irme.. Mi prima me llamó para prestarle mi casillero pero... ¿Te veo a las 12:30 para la comida? Te esperaré afuera de tu salón. ¿Estas en la clase 1-A no es así? —
Le pregunto siendo mas discreto esta vez aunque el ya sabia en que salón estaba el menor. Así que tras su respuesta sonrió y se retiro para ir hacia donde estaba la pelinegra.
Por otra parte Katsuki ya se encontraba llegando junto a Kirishima, Shinso y Sero, mismos que lo habían encontrado en los pasillos. Se dirigían a la cafetería para poder acompañar al pelirrojo a guardar su lonchera en los refrigeradores para los alumnos. Katsuki no se preocupaba por eso, ya le quitaría el almuerzo a alguien mas.
Cuando llegaron a la cafeteria no prestaron mucha atención dejaron que kirishima fuera a dejar sus cosas mientras que los demás estaban de pie cerca de la entrada.
Entonces Sero pudo notar la presencia de cierto pecoso que ya sabía que causaba cierta molestia hacia su Quarter back y no dudo en avisarle de la presencia de este.
— Capitán, mira hacia allá, carne fresca —
Susurró Sero con una sonrisa maliciosa, Katsuki alzo una ceja y miro hacia donde le dijeron notando a Izuku, le miró con los ojos afilados y al notar que ya le estaban entregando su charola con su comida sonrió amplio y miró a sus compañeros.
—Vean esto... —
Dijo el cenizo con malicia para entonces acercarse a Izuku quien caminaba entretenido mirando la comida en la bandeja, cuando estuvo casi en frente del menor, con la mano le empujó la bandeja hacia el frente haciendo que toda la comida se derramara sobre el pecoso y el resto cayera al suelo.
—Fijate por donde vas, idiota. —
Le dijo sonriendo ladino para entonces darse la vuelta. Las risas burlonas de Sero y Shinso no se hicieron esperar junto a la suya y las miradas de los pocos alumnos que también estaban ahi. Eijiro quien miró todo desde lejos solo suspiro y negó con la cabeza mirando a un tembloroso Izuku con la ropa llena de comida casi podía jurar que estaba a punto de llorar. Así que cuando vio a los demás irse entre carcajadas, se acercó a Izuku y le tocó el hombro.
—Ven conmigo... Tengo un cambio de ropa guardado en mi casillero, te servirá —
Le pidió con calma tratando de darle confianza y cuando aceptó sonrió más amplio y le llevó del hombro para dirigirlo directo a los vestidores de hombres en donde rápido sacó una hoddie con las iniciales de la escuela al frente y unos shorts que se ajustaban con un cordón.
—Es lo que tengo pero creo que es mejor que llevar comida encima todo el día.—
Le dijo alegre, entonces se dio media vuelta para dejar que el menor se cambiará. Kirishima sentía que ese chico era importante para su primo. Aunque este lo molestara siempre, sabía bien que Katsuki no se interesaba mucho en molestar a una sola persona en especial.
Tenía ganas de preguntarle que había pasado entre ambos, o como es que ya se habían conocido pero antes de que pudiera preguntarle noto como el chico de mirada verde le indicaba que le devolvería su ropa después de las prácticas por lo que solo le dio tiempo de poder asentir antes de verlo marcharse.
Un suspiro se le escapó a la vez que una expresión de compasión pues pudo notar la voz tan rota que el pecoso tenía. No era dificil adivinar que estaba triste o incluso que le dolía que fuera víctima de los constantes abusos de Katsuki y los otros tres idiotas. Trataría de hablar con él rubio al respecto.
Durante la primer clase pudo notar que su primo Katsuki se veía más distraído de lo usual, mirando hacia la ventana casi toda la clase y aunque el profesor le llamó la atención un par de veces le siguió notando igual de extraño. Ya hablaría con el terminando las clases antes de ir a las prácticas.
Cuatro horas pasaron rápido y llegó la hora de la comida finalmente, Shoto estaba listo para irse directamente con Izuku, había esperado con ansias que el reloj marcará las 12:30.
Sin embargo cuando la clase terminó y el se puso de pie para irse fue detenido por Momo quien le miró con una ceja en alto. Shoto pensaba que podía ser capaz de escaparse e ir a solas al restaurante con Izuku pero nada pasaba desapercibido para la mirada de la persuasiva pelinegra
— ¿A donde vas? ¿Acaso pensabas ir a comer fuera? Espéranos—
Le pregunto la chica y Shoto solo suspiro y asintio, al salir, como siempre el bicolor llamaba la atención de todas las chicas cerca suyo algunas hasta le tomaban fotografías. La pelinegra sólo rodaba los ojos cansada de esas molestas fans.
En el camino Shoto pensaba en cómo decirle a Momo y a Tokoyami sobre el hecho de que ese día iría alguien más junto a ellos a comer. Seguro que les parecería extraño pues nunca antes nadie había comido junto con ellos. En especial alguien que el bicolor invitará.
Así que cuando bajaron hasta el primer piso Shoto se detuvo y giro hacia la derecha sin decir nada pues había quedado de recoger a Izuku a su aula. Momo se detuvo junto al pelinegro y miraron confundidos al bicolor.
— ¿A donde vas? El camino es por acá —
—Yo... Invite a un viejo amigo a comer con nosotros hoy. Si es que no les importa claro —
Dijo el chico y Momo salto entusiasmada. Tokoyami no dijo ni expresó nada el siempre era muy callado así que sólo siguió a la chica quien emocionada preguntó a Shoto quién era su amigo.
Qué su primo invitará a alguien a comer era algo nuevo y maravilloso. Estaba feliz por él.
Shoto les dijo que se trataba de un viejo amigo de la secundaria y quien había entrado apenas al campus. Así que ambos jóvenes no dijeron mucho les pareció algo normal así que siguieron al bicolor quien se detuvo justo afuera del aula de Izuku y decidió esperar al ver que aún estaban adentro.
Muchos de los alumnos de primer año los veían con brillo en los ojos, sabían que ella eran mayores y por lo tanto eran un modelo a seguir.
No tardó mucho en ver que el pecoso ya salia junto a una graciosa niña de pelo verde y otro más bajito de cabello morado. Shoto ya sabía que esa chica era amiga del pecoso así que no dijo nada, pero lo que le hizo fruncir ligeramente el entrecejo fue ver que Izuku no tenía puesta la ropa que le miro en la mañana, si no un uniforme deportivo y que además parecía verse por lo menos dos tallas más grande y lo peor, reconocío el nombre del equipo de americano en el pecho.¿Que había pasado con su ropa?.
El menor le saludo algo nervioso y a su saludo Shoto ladeo su cabeza. Parecía que el menor había olvidado que habían quedado de ir a comer.
—Hola Midoriya... Vine por ti... Para ir al restaurante. ¿Lo olvidaste? Tus amigos también pueden venir.—
Invito con calma y noto divertido como los amigos del pecoso parecían emocionarse. Momo y Tokoyami se acercaron curiosos y el alfa los presentó.
—Midoriya.... Ella es mi prima Momo y mi amigo Tokoyami... Chicos el es Midoriya, el amigo del que les hable —
Momo sonrió alegre y saludó, mientras que Tokoyami no hizo nada más que sólo verlos de reojo pero de forma tranquila.
Los amigos del pecoso también se presentaron amables y entonces empezaron a caminar.
Momo se acercó a Tsuyu diciendo que finalmente habría otra chica en el grupo y comenzó a hablar y reír con ella sobre maquillaje, ropa y series de TV mientras que Tokoyami iba hasta adelante escuchando a Mineta hablar de comics y hasta atrás estaban Shoto e Izuku caminando en silencio a la par uno de otro.
Shoto quería tratar de hablar con él pero no sabia como o de que tema y bastaba decir que tenia mucha curiosidad sobre el por qué el menor tenía esa ropa. Se preguntó si sería un buen tema de conversación así que se aclaró la garganta mientras los demás iban adelante distraidos y platicando.
—Midoriya —
Le llamo en voz baja captando la atención del menor.
— ¿Que fue lo que te pasó realmente? Es decir esa ropa es... El uniforme deportivo de los wolves —
Le pregunto con curiosidad. A la mente solo se le venía la imagen de aquel sujeto rubio con complejo de Dios.
— ¿Fue ese tal "Kacchan"?... Si te sigue molestando dimelo y haré que lo expulsen. —
Le dijo con Seguridad aunque el menor parecía no estar muy de acuerdo.
El resto del camino fue tranquilo, a un par de cuadras estaba el restaurante, era pequeño y de comida tradicional, buscaron una mesa y tomaron asiento mientras un mesero les llevaba las cartas.
Mientras esperaban su comida, Momo había sacado el tema del baile que ahora estaba en boca de todos. Ella ya había recibido decenas de invitaciones por varios chicos guapos y sexys pero solo había alguien que le interesaba.
— Ojalá que me invite el capitán del equipo de Football... Es tan ardiente, tiene unos ojos y un cuerpo que... Me derrite —
Suspiro la azabache con una sonrisa ilusionada.
—Vamos Momo.. Ya estoy arto de oírte decir lo mismo por horas... Si tanto te gusta ¿por que no vas con él y se lo pides?... Yo no le veo nada de especial al idiota ese... Es quien molesta a Midoriya.
Dijo Mineta y Momo solo rio bajito para después ver a Izuku.
— ¿Es cierto Midoriya? ¿Ese bombón es quien te molesta?... Ojala me molestara a mi también —
Dijo bromeando con un falso reproche.
El ambiente era divertido pese a hablar de ese rubio malhumorado que sabía que Izuku conocía. Esperaba que no hubiese ningún problema con ello. La comida era deliciosa, tenían suerte de que existiera ese lugar tan cerca de la universidad. Así que con calma comieron casa quien sus órdenes mientras la conversación seguía espontáneamente y el tema del baile salío a flote, Izuku le pregunto si el asistiría. Shoto sonrió con suavidad.
— Bueno pensaba ir si tu ibas... En realidad quería preguntarte algo después—
Le respondió un poco inseguro pero quería preguntarle si iría al baile con el como su pareja en un lugar mas en privado. El tema cambio a como es que Izuku había entrado por error a los animadores. No tenía nada de malo ser un animador así que Shoto suspiro y con una mano acarició la cabeza del menor.
—Pues yo opino que los animadores son geniales —
Le dijo llamándo la atención del menor.
— Los animadores son gimnastas... Hacen acrobacias que no cualquiera logra puede. No te sientas mal por ser uno —
Le dijo con Franqueza para luego alejar su mano de los alborotados cabellos verdes.
—Yo formó parte del equipo de natación... No es la gran cosa. —
Dijo encogiendose de hombros cuando Tsuyu le pregunto a qué club pertenecía él.
—Quiza...despues te gustaría venir a una de mis practicas —
Le dijo al pecoso. Se sentía algo avergonzado. Pero el imaginarse tener al pecoso a su lado mirándolo nadar sería genial.
Luego de unos minutos todos terminaron y regresaron al campus, aún faltaban tres horas para terminar las clases y dar paso a las actividades extracurriculares. Las chicas para ir al baño mientras que Mienta y Tokoyami decidieron adelantarse al aula, dejando solos a Izuku y a Shoto quienes se quedaron en el pasillo y el alfa no desaprovechó la oportunidad.
—Te vere mañana Midoriya... Hoy debo quedarme hasta tarde para la practica con el equipo de natación.¿Estarás bien? —
Le preguntó preocupado pues sabía que los brutos del equipo de fútbol podrían arremeter contra él otra vez. Luego suspiro y se armo de valor para hacerle la propuesta que tanto había pensado.
—Oye Midoriya —
Le llamo antes de que el menor se diera la vuelta y se fuera, el bicolor respiro un poco nervioso y luego miró al menor a los ojos y resoplo.
—Yo... Me preguntaba si ya tienes pareja para el baile... —
Tuvo que hacer una pausa para tomar aire y metió las manos a sus bolsillos mientras desviaba la mirada.
—Si no es el caso, ¿Te gustara ir conmigo?—
Le propuso finalmente sintiendo que su pobre corazón explotaria y que casi devolvería la comida de los nervios. Volteo a los lados notando que estaban solos completamente. Era su oportunidad y ya no podía resistirse.
Se acercó al menor y con una mano lo tomó por la cintura sintiendo aquel cuerpo mucho más pequeño que el suyo y la otra mano la dirigió a su rostro para elevarlo un poco, seguido se acercó despacio y dejó un beso suave y cálido sobre la mejilla pecosa. Aprovechando que nadie los veía.
Se separó despacio notando el rubor ajeno y sonrió feliz de notar que esta vez el menor no había salido corriendo o algo así aunque claro no había sido un beso en los labios. Se alejó y suspiro nervioso avergonzado y feliz.
—Piénsalo...¿ Si?.. Nos vemos —
Le dijo en voz bajita y con una sonrisa galante para entonces irse rumbo a su aula dejando a un Izuku más quieto que una estatua a sus espaldas. Sin embargo desde los barandales del cuarto piso del edificio ladero, una mirada del color de la sangre había visto dicha escena.
Katsuki estaba recargado sobre la barandilla mirando desde la distancia aquella escena que parecía no haber sido captada por alguien más que él.
El rubio tenía la mirada entre cerrada y los labios apretados al igual que sus manos contra el frío metal del barandal de acero haciendolo rechinar. La escena que acababa de presenciar le resolvió el estómago y le hizo enojar sin saber ni por qué, pensó que no era su problema si el idiota de Izuku tenía preferencias por los hombres, pero estaba seguro de algo. Sentía una sensación de ir a darle una maldita lección. De que nadie podía acercarse a él. Era su juguete, solo suyo.
Formó una sonrisa ladina. Sin despegar su vista de aquel pecoso varios metros abajo.
Horas más tarde cuando las clases terminaron, Shoto se despidió de sus amigos para dirigirse a la piscina del campus en donde ya estaban el resto del equipo de natación, no eran muchos, un chico alto de complexión fornida de cabello azulados llamado Iida y otro chico de cabello negro llamado Tamaki.
Ellos tres conformaban el principal equipo de natación del colegio. Y los dos mejores eran el y Iida. Ambos serían quienes competirán en el siguiente torneo a forma de relevo mixto. Pensó que sería interesante ver a Izuku en su competencia, desde luego que ganaría si Izuku lo veía. Así que con entusiasmo comenzaron a calentar entrando al agua y nadando suavemente a lo largo de toda la piscina varias veces de un extremo a otro. Muchos apodaban a Shoto como el tiburón de la UA. Debido a su rapidez y cálculo al nadar. Era extremadamente bueno y estaban seguros que con el e Iida seguramente ganarían la competencia.
Por otra parte en el campo de foot ball, el equipo de americano entrenaba del lado este de la cancha, mientras que los animadores del lado oeste. El entrenador de americano apodado Vlad king por los mismos estudiantes habían acordado practicar separados lo más que se pudiera debido a los últimos encuentros problemáticos entre los jugadores y los animadores.
El entrenador Vlad gritaba alto mientras veía como los chicos trotaban por novena vez al rededor del perímetro.
— ¡Denme otra vuelta más inútiles, maldición mi abuela corre más rápido que ustedes! —
Les gritaba cruzandose de brazos y de vez en cuando pasándose la mano por su cabello gris o jaloneandose la camisa que se le pegaba a su cuerpo bien fornido y alto. Era el modelo perfecto de un jugador profesional.
Después del calentamiento inició en entrenamiento pesado, tacleadas y lanzamientos.
Kirishima estaba en la primera yarda y lanzó el balón hacia katsuki varias yardas adelante, el rubio salto para atraparlo y comenzó a correr evadiendo a los demás jugadores que estaban en el rol de los enemigos y trataban de taclearlo de forma inútil pues el rubio de un fuerte empujón con los hombros los lanzaba se lado. Era una completa bestia en el campo, no había nadie que pudiera frenarlo, ni siquiera Mirio, el jugador más alto y fornido del equipo logró detenerlo cuando estuvo a punto de hacer Touch down.
El entrenador sonreía con un brillo en los ojos, sabía que tenía entre manos a un completo diamante en bruto, un jugador estrella en ascenso y por lo tanto se ganó rápidamente la confianza del mismo y de todos los del equipo.
Katsuki había tenido que atravesar gran parte del campo para anotar el touch down y cuando llegó a la orilla miró de reojo a los animadores a poca distancia, afilo su mirada notando a Izuku entrenado con su equipo. Chasqueo la lengua al verlo dar un salto doble hacia atrás, el menor termino cayendo en la colchoneta sin terminar de ejecutarlo bien al notar su mirada sobre él. El alfa sonrió burlón y lanzó el balón de vuelta con fuerza haciendo salpicar su sudor al aire.
— Ese idiota... ¿Que tanto me mira? —
Murmuró mirando con los ojos bien clavados hacia el pecoso, suspiro para caminar de vuelta hacia donde sus compañeros y repetir de nuevo la jugada a la cual llamó "naranja 56" y que constaba de lanzarle el balón a Kirishima y despues a sero mientras el corría para atraparlo y proceder a correr y taclear a quienes tuvieran la desgracia de ser sus contrincantes.
Así puedes pasaron varias horas hasta que la práctica terminó y el entrenador Vlad los llamó a todos al centro del campo para darles un aburrido sermón sobre el baile de bienvenida.
Hablaba sobre idioteces de no acostarse con ninguna chica o embarazarlas, usar protección y todas esas mierdas que Katsuki pensaba eran tonterías. El ya lo había hecho tantas veces con un montón de chicas y omegas que había perdido la cuenta, sabía que quien embarazaba a alguien era por idiota. Katsuki volteo disimuladamente notando que el pelirrojo se dirigía con Izuku. ¿Que quería ese nerd de mierda?.
Notó que le daba ropa a Kirishima y entonces el rubio suspiro y frunció el ceño. El idiota de su primo era demasiado bueno con los demás. Le quitaba la diversión a las cosas pues hubiera sido divertido ver a Izuku lleno de comida durante todo el día, pero no había necesidad de desesperarse. En su mente ya se estaba cocinando un plan maestro para molestar a Izuku de una forma más interesante. Lo haría sufrir, lo haría llorar.
"Preparate Deku... Voy a destruirte"
Pensó sonriendo de lado y con la mirada afilada para después solo oír como el entrenador les decía que ya se fueran y que los veria hasta la siguiente semana pues ya era fin de semana y los alumnos no tenían clases hasta el lunes.
Todos se levantaron para ir directo a los vestidores y a las duchas que eran compartidas con los animadores pero ellos habían salido antes por lo que ya estaban vacíos.
Rápidamente los chicos comenzaron a desvestirse sin importar estar amontados en el pequeño espacio de los vestidores y lockers. Algunos ya estaban completamente desnudos y buscando una toalla para ir a las duchas. Katsuki no se avergonzaba, al contrario, mostraba con orgullo su bien trabajado cuerpo y algo más.
Cuando estaban todos en las duchas divididas por pequeñas paredes de cristal. comenzaron a hablar mientras se mojaban el cabello y tallaban sus cuerpos, entonces el tema del famoso baile salió al aire.
— No he conseguido pareja para ir al baile... Díganme ¿acaso no soy lo suficientemente apuesto? —
Dijo Mirio con desdicha haciendo reír a algunos.
— Yo iré con una linda omega de primer año—
Dijo Zero presumiendo cuando entonces Tetsu miró a Katsuki de forma retadora.
— Parece ser que ya todos saben a quien invitarán... ¿Pero que hay de ti Capitán?... La mitad de las chicas de la escuela se mojan de solo verte, seguro ya tienes a alguien en mente —
Le dijo el albino pero Katsuki le miró mientras tallaba sus brazos sin decir nada.
— Quizá nuestro Quarter Back es del "otro bando"... ¿Por que no invitas a uno de esos afeminados omegas porristas? —
Bromeó Sero y entonces todos comenzaron a reír.
— Pues con la forma en que los molesta dudo que alguno de esos fenómenos perdedores acepte salir con el capitán —
Dijo Tetsu pero Katsuki miró aquello como una oportunidad de mejorar aún más su plan de venganza y además beneficiarse de ello, mataría a dos pájaros de un tiro.
—¿Ah si?.. —
Respondio llamando la atención de todos ahí. Kirishima lo miro algo preocupado. Sabía lo que significaba ese tono de voz.
—¿Quieren apostar?... Me gustan los coños húmedos como a todos aquí.. Pero se que puedo hacer que cualquier verga de esos idiotas porristas se ponga dura —
El alfa miro a todos con decisión.
— Apostemos, Si logro hacer que uno de esos inútiles salga conmigo... Ustedes deberán pagarme cinco mil yenes cada uno ¿Aceptan o son maricas?...—
Propuso el rubio dejando a todos boquiabiertos e ingenuos. Entonces comenzaron a verse mutuamente y sonrieron excepto por kirishima que no parecía estar de acuerdo con esa retorcida apuesta.
— Bien... ¿Pero que hay para nosotros si pierdes y no logras salir con ninguno de ellos? —
Dijo Tetsu afilando la mirada y Katsuki sonrió malicioso. Esos idiotas habían caído redondos a su trampa. Eran tan estúpidos.
—Renunciare al equipo de football —
Solto sin pensarlo dejando a todos sorprendidos por la seriedad de su apuesta y sin duda alguna aceptaron. ¿Que era mejor que hacer apuestas idiotas sin razón?.Katsuki sentía que ese dinero ya lo tenía en el bolsillo y de paso lograría vengarse de Izuku. Sería tan fácil como quitarle un dulce a un bebé.
— Hecho... Para fin de mes tienes que estar saliendo con uno de esos idiotas o tendrás que renunciar al equipo después de que pase el partido —
Dijo Tetsu y Katsuki asintió para luego cerrar el grifo del agua pues ya había terminado de bañarse
—Si si.... Como sea. Trato hecho —
Dijo antes de salir con la toalla enredada a su cadera y fue alcanzado por kirishima casi de inmediato.
—Bro... ¿Estas seguro de lo que estas haciendo?... Es decir, lo que apostaste es algo muy arriesgado y además no es bueno que finjas querer a alguien... ¿Que hay de la persona que caerá en tu trampa? ¿Pensaste cómo se sentirá? —
Le susurro kirishima mientras ambos se vestían con la ropa normal de uso y guardaban el conjunto deportivo escolar en los lockers.
— No me vengas con tus sermones... Se lo que hago y mas te vale no meterte. Si intentas detenerme o arruinas mis planes le diré a tus padres tu sucio secreto. —
Advirtió katsuki de forma muy seria dejando a Kirishima helado.
— ¿De qué hablas? —
Katsuki sonrió con una ceja en alto.
—¿Crees que no estoy enterado de tu pequeño trato con los Yakuza? Se que cada fin de mes sales a ayudar con entregas a cambio de dinero. No soy idiota, llevo mas tiempo en esto que tu, estas advertido, no te metas —
Le dijo de último para azotar la puerta de su casillero e irse.
— Avisa a mis tíos que no llegare esta noche... Iré a mi antigua casa... Ahí pasaré el fin de semana. Mi madre me dio el permiso —
Le dijo al pelirrojo mientras le enseñaba una imagen falsa de una conversación en línea con su madre donde decia que podía ir a la antigua casa. Kirishima dudo pero asintió cayendo en su mentira.
— ¿Pero como vas a entrar sin la llave? —
— Como si no pudiera entrar por las ventanas... Como sea... Adiós —
Se despidió para entonces irse caminando con toda la calma del mundo con las manos en sus bolsillos y su mochila colgada de uno de sus hombros en donde ya llevaba un par de cambios de ropa. Ya había planeado fingir esa escapada un par de días atrás.
El clima del atardecer era perfecto. Aún recordaba el camino a su vieja casa, aquella que había estado más que sola durante los últimos casi 12 años.
Mientras caminaba logró ver a lo lejos una figura pequeña y familiar caminando por la misma dirección que el.
Una sonrisa se dibujo en su cara. Debió suponer que Izuku aún vivía en donde mismo así que apresuró el paso para alcanzarlo.
— Vaya vaya... ¿Que tenemos aquí?... Un asqueroso nerd caminando a solas... —
Dijo en voz alta haciendo saltar al otro quien de inmediato se giro para verlo. La reacción del más bajo al verlo fue epica.
—¿Por qué mierda estas en mi camino? ¿Acaso me estas siguiendo? —
Le dijo empujandolo de espalda contra la pared y se inclinó acercándose al rostro del pecoso. Pudo detectar un suave aroma a cedro con manzanilla y Katsuki se tenso de inmediato.
"Es un Omega... No cabe duda... Este olor es de un maldito Omega"
Pensó alterandose, no había estado tan cerca ni prestado la atención suficiente para darse cuenta de ese aroma suave que hizo cosquilla a sus fosas nasales. Ya tenía sus sospechas pero el aroma lo confirmo. Ese estupido nerd era un Omega. Poco peor que un maldito perdedor era ser un porrista y peor aún siendo un Omega. Era tan patético.
Pensó que sería el momento perfecto para iniciar con la primera fase de su plan. Así que se retiro dándole espacio de volver a recuperar el aire y volvió a guardar las manos en sus bolsillos. No atacó ni lo agredió más.
Cuántas ganas tenía de romperle la cara a golpes. De verlo llorar y hundirse... Pero debía ser paciente si quería que todo funcionará bien, debia hacerlo el también de su parte, conociendo a Izuku no sería muy difícil.
— Anda muévete... ¿Vas a tu casa o no?... Camina —
Fue su manera de decirle que podían ir juntos pues la casa del rubio estaba prácticamente al lado. Así que se dio media vuelta y siguió caminando. Sonrió ampliamente al notar que Izuku de inmediato lo siguió. Tal como en los viejos tiempos.
Mientras sus pasos eran marcados y seguros, los del contrario eran rápidos y algo torpes, podia notarlo por como los grandes y ridículos tenis rojos que Izuku usaba se arrastraban por el suelo a cada paso haciéndole poner los ojos en blanco más no dijo nada.
Recorrer las viejas calles de su antiguo barrio le hizo recordar aquella etapa de su vida en la cual la infancia parecía ser amena. A veces sentía que su vida era una miseria sin ninguna razón y en varias ocasiones incluso pensó en simplemente arrojar todo por la borda. Su destino estaba controlado por sus padres. Lo habían obligado a estudiar una carrera que no le gustaba cuando el sólo quería dedicarse a la maldita música y abrir un bazar de instrumentos o pertenecer a alguna banda de rock. Claro que era un sueño muy vago.
Sin embargo ahora comenzó a pensar en que haría para ganarse la vida, estudiar administración de empresas quizá no sería algo tan malo aunque la vida de los demás no le importaba estaba seguro que podría hacerlo con tal de ganar un buen sueldo y mantenerse a si mismo y quizá morir de viejo o de borracho en algún bar.
Realmente no le importaba siempre y cuando pudiese salir del techo de sus padres e independizarse.
Después de todo no era alguien importante para nadie. Nadie lloraria en su funeral. Nadie lo extrañaría. Katsuki sabía a la perfección que su actitud le causaría sus propias desgracias pero en ese momento no le interesaba. Solo se dedicaba a navegar sin rumbo siguiendo el camino que la vida le pusiera en frente. Fuera bueno o malo, intentando mover las cosas a su beneficio.
Mientras caminaba, el silencio entre ambos fue incómodo. Demasiado a decir verdad. El rubio sintió una ligera náusea que le hizo suspirar despacio. Ahí estaba de nuevo repitiéndose la misma escena de cuando eran pequeños. El idiota y miedoso de Izuku caminando a espaldas suyo, por que solo él podía ir al frente.
No supo que decir, se quedó en silencio también, hasta que logró ver la casa del pecoso y al lado su vieja casa, se veía algo descuidada en cambio la de Izuku se veía tal y como la recordaba. Pequeña pero acogedora con decenas de flores y macetas adornando la fachada.
Se detuvo en seco sin voltear a ver al menor o decir algo. Estaba pensando en cómo abordarlo. Pero cuando finalmente supo que iba a decir se giro para notar que ya estaba solo y el peliverde había entrado a su casa. El rubio frunció las cejas y chasqueo la lengua. Se había tardado y había perdido esa oportunidad.
Bien ya habría otra después de todo lo veía todos los días en la escuela. No había prisa.
Aunque pensó que él pecoso le diría algo antes de irse no fue así y supuso que había sido por que realmente no había nada que decir. Mucho menos cuando ya lo había convertido en su saco de boxeo personal. No lo culpó aunque le hizo pensar que llevar a cabo su plan sería sólo un poco más difícil de lo que pensó.
Resignado desvió la mirada al frente y siguió caminando hasta llegar a su vieja casa. Los barrotes de la cerca estaban cerrados pero eso no era un problema se desvió por la orilla para llegar al patio trasero y trepó la cerca de madera, camino hasta la puerta trasera en donde rompió el candado de una patada, entonces se adentro recorriendo los viejos y empolvados pasillos.
Prácticamente estaba vacía, no había muebles más que una vieja mesa en la cocina y una silla de plástico y en el segundo piso, en su habitación, estaba aquella cama en forma de automóvil que sus padres le habían comprado unos años antes de la mudanza. Habían dicho que era muy pesada para llevársela así que la dejaron ahí junto a otra caja de juguetes.
Katsuki estornudo un par de veces por el polvo que se expandió en el aire al sacudir la cama y al soplar sobre la caja para abrirla encontrándose con algunas cosas de su infancia.
Un pequeño disfraz de All might que solía ponerse para jugar con Izuku en las típicas pijamadas que solían organizar sus madres. Algunas figuras de acción y un par de comics arrugados y amarillentos por el polvo. Sacar todas esas cosas de aquella caja había sido como desenterrar una capsula del tiempo.
Hasta el fondo se encontró con algo que había olvidado por completo.
Una alcancía miniatura en forma de cerdito con los colores de All might. La miró en silencio entre sus manos recorriendola. Al girarla se escucharon algunas monedas chocar contra la cerámica.
"Aquí guardaremos dinero para cuando seamos grandes y viajaremos a América para conocer a All might"
La voz chillona de el aquel entonces Izuku de 5 años le atacó la memoria haciéndolo gruñir y suspiro dejando el cerdito en el piso.
No recordaba que cuando eran pequeños se habían prometido viajar juntos cuando fueran mayores para conocer a su heroe favorito que supuestamente vivía en América.
El rubio sintió vergüenza y náuseas de tan solo recordar aquellas torpes promesas que sólo un niño ingenuo podía hacer pero hasta cierto punto era un recuerdo que le removia algo en el pecho. Algo que no le gustaba y se negaba a sentir obligándose a ignorar esas emociones que pensó estaban muertas.
Ya era tarde estaba cansado así que lo único que hizo fue abrir la ventana para que al aroma a humedad y el polvo salieran con las corrientes de aire.
Al frente de la ventana de su habitación estaba el balcón de la habitación de Izuku y pudo notar la luz encendida aunque las cortinas cerradas. Después de todo no era como si le interesara lo que ese tonto nerd hiciera. No era de su incumbencia aún que no evitaba sentir una leve curiosidad.
Luego regresó a la cama mirando como las cortinas se mecian suavemente con el viento. Sus pies quedaban por fuera de la cama. Era demasiado grande para caber en ese pequeño automóvil rojo así que sólo gruño y cerró los ojos.
Preferia eso a tener que estar otro fin de semana en la casa de Kirishima y sus sermones o con sus tíos metiches y mientras no le avisaran a sus padres que estaba en esa casa no habría problema.
Esa noche durmió con algo de dificultad y a la mañana siguiente despertó adolorido de la espalda y algo cansado aún. Pensó en que podría hacer así que decidió tratar de limpiar un poco la casa pues y quizá llevar a alguna Omega esa noche para divertirse, ya había decidido pasar los fines de semana en ese lugar. Solo había un problema no tenía escoba, trapeador ni recojedor.
Solo tenía una única opción, ir a casa del nerd y pediré prestadas esas cosas después de todo debía intentar acercarse más si quería que su plan funcionará así que con ese pretexto bajó al primer piso y salió para literalmente caminar al lado y tocar la puerta un par de veces antes de ser atendida por la señora midoriya.
Katsuki casi no pudo reconocerla pues la recordaba como una mujer bella y esbelta y ahora era más chaparra y gorda, ¿que le había pasado? Ganarse a la madre iba a ser pan comido.
—Buenos días señora... Es bueno verla de nevó... ¿Me recuerda? —
Saludo Cortez inclinado con respeto. La mujer casi salta se asombro y soltó un chillido de emoción al reconocerlo que fue casi de inmediato.
—¡Pero por supuesto! Mirate, Katsuki has crecido tanto. Ya no eres para nada ese niño pequeño y adorable. Ahora eres un joven muy alto y apuesto. ¿Cuanto tiempo ha pasado?, Pasa por favor, Pasa! —
La mujer parecía tan feliz que Katsuki formó una media sonrisa. Por la forma en que la mujer había reaccionando supo que Izuku no le había contado absolutamente nada sobre las cosas que le hacia en la escuela.
—Muchas gracias, es muy amable pero en realidad solo quería pedirle prestada su escoba y recojedor. Estoy limpiando mi vieja casa y no tengo nada conmigo. —
Le pidió de forma serena y encantadora tal como solo un maestro del engaño podía hacer y la mujer obviamente cayó redonda.
— ¡Oh seguro!, ¿Estas tu solo?. Eso quiere decir que no has desayunado, Bueno ven acompáñanos a desayunar. Hice bastante y debes tener energía para poder trabajar en tu casa. Izuku se pondrá muy feliz de verte —
Katsuki sonrió aun mas. Si había algo que el rubio sabía hacer bien era fingir.
—No, No, no es necesario que se moleste... No quisiera importunarlo —
— Tonterías... ¡Ven! —
Le dijo la mujer tomándolo del brazo y prácticamente arrastrandolo a la cocina y obligándolo a sentarse a la mesa para después ver cómo corría a llamar a Izuku para bajar a desayunar.Katsuki bajo la mirada con una sonrisa ladina. Las cosas se pondrían interesantes después de todo.
Desde su lugar, Katsuki podía escuchar la voz entusiasmada de la señora Midoriya. No cabía duda de que en cuanto el nerd bajara se llevaría una gran sorpresa.
Así que en silencio se quedó quieto mirando a la mujer volver y sonreirle indicándole que Izuku ya venía y el rubio solo asintió con aparente calma aunque en el fondo sentía que ya querían irse de ese lugar que olía asquerosamente bien y tenía un aire demasiado purificado.
De reojo notó a una figura atravesar el pasillo y dirigirse a la cocina para lavarse las manos, el cenizo no evitó formar una sonrisa casi diabólica la cual disimulo al oír que el pecoso hablaba y conforme avanzó sus palabras se detuvieron en sorpresa.
Su mirada roja viajo hacia la verde clavandola con una ceja en alto y una expresión seria. Aunque por dentro estaba riéndose a carcajadas de aquella expresión que hubiese deseado grabar con su teléfono. Prácticamente la mujer tuvo que obligarle a sentarse pues el nerd parecía haberse quedado quieto como roca.
Katsuki solo blanqueo los ojos de forma sutil y sonrió girando su vista a la mesa para ver como la señora regordeta colocaba los platos y utensilios además de la gran olla con fideos listo para servir.
Realmente se veía delicioso no podía negarlo. Su madre rara vez cocinaba, nunca tenía tiempo, así que el rubio estaba acostumbrado a la comida rápida y a la comida chatarra que ordenaban a domicilio por años. Pero un buen sazón casero era algo que llegaba a probar una vez al año con suerte pues incluso aunque estaba en casa de Kirishima su tía no tenía un buen sazón y casi todos los días preparaba lo mismo.
La voz de Izuku sonó como un hilo tembloroso al saludarlo, que lindo momento, el alfa lo miró de reojo deseando poder darle un buen golpe en el estómago por haberse atrevido a hablar de esa forma tan estúpida. Pero sólo trago saliva suavemente.
—Hola Izuku —
Respondió serio para luego desviar la vista a la mesa mientras se servía la comida.
— Anda Izuku, reacciona, ¿No te la pasaste llorando por el cuando eras niño?, ahora está aquí en frente. No te pongas nervioso —
Katsuki, alzó una ceja y miro al pecoso.
—¿Ah si? —
Murmuró sin despegar la vista del menor, no evitó imaginar al nerd llorando a diario afuera de su casa, así que formó una leve y apenas notable sonrisa, Katsuki no sabía por qué el idiota de Izuku había ido a buscarlo hasta después de mudarse si había dejalo la nota en la puerta avisándole que debían verse. Encuentro al que solo katsuki acudió y mismo que causó la raíz de varios de sus problemas.
Oir a la mujer contar aquellos momentos que para a Izuku eran vergonzosos era oro para el rubio, que ganas de soltar una carcajada burlona en su cara, pero debía mantenerse tranquilo para aparentar lo que debía frente a la madre de Izuku. Y el hecho de que el pecoso estuviera tan tenso lo usaría en su beneficio así que cuando la mujer terminó de servir y comenzaron a comer el rubio tomó los palillos algo serio y comió sólo un poco antes de que el silencio incómodo fuera roto por la señora.
— Dime Katsuki... ¿Como están tus padres?. ¿Por qué te enviaron solo de vuelta a tu vieja casa?, ¿eres tan alto, eres un alfa verdad? —
Katsuki odiaba que le preguntaran cosas personales y de no ser por que se trataba de esa mujer hubiese respondido con un simple "Que te importa" pero debía tragarselo para fingir una sonrisa aunque sus manos apretaron con más fuerza los palillos de acero con los que estaba comiendo.
—Si, soy un Alfa y no hablo mucho con mis padres ya que nunca están en casa, pero supongo que están bien... Me enviaron para que estudiará en el colegio U.A ya que es de los mejores del país pero ellos no podían viajar por sus trabajos así que no tuve opción mas que quedarme solo.—
Respondió perfectamente tranquilo para después llevarse otro bocado de fideos y por un momento sintió envidia del nerd.
Katsuki hubiese querido tener a una madre igual de atenta y amorosa como lo era la señora midoriya pero a cambio tenía a su temperamental y agresiva madre que no hacía más que reclamarle lo inútil que era en la vida.
— Lo siento mucho Katsuki, pero al menos podrás ser independiente y eso es algo bueno, ¿que carrera vas a estudiar?, mi hijo también estudia ahí quizá puedan irse juntos a la escuela —
¿Que era eso? ¿Un maldito interrogatorio? Katsuki respiro pesado tratando de no perder el control de su farsa.
—Tomare administración de empresas, Y... Claro, Sería un placer caminar juntos a la escuela como en los viejos tiempos —
Respondió luego mirando a Izuku de reojo por unos momentos aunque sus manos ya estaban pálidas de la fuerza que hacía al apretar los palillos reteniendo las ganas de clavarselos a la mujer en la boca por ser tan preguntóna.
— Eso es increíble... Quizá puedas darle algún consejo a mi hijo para ser más fuerte como tu, miralo parece un espagueti, seguro que con lo guapo que te has puesto ya tienes una línda novia —
Y seguía, katsuki ya estaba comenzando a perder la paciencia, pero cerró los ojos y tomó un poco de aire para entonces sonreír suavemente y mirar a la mujer directo a los ojos.
—Disculpeme señora, creo que... Esa pregunta es algo personal... Espero que no le moleste si no respondo a ello —
Le dijo educadamente y la mujer se sonrojo de vergüenza cayendo en cuenta que estaba siendo muy atrevida. Pará su suerte se disculpo con una sonrisa y katsuki asintió aunque sinceramente habían perdido un poco el apetito al estar rodeado de dos personas igual de desagradables. Sin embargo no hizo nada más que concentrarse en el plato de fideos que insistía estaba muy bueno.
Termino de comer y para su suerte la mujer ya no le pregunto mas cosas estúpidas. Por lo que al terminar se levantó de la silla y tomó su plato para llevarlo al fregadero. Recordaba aún perfectamente como estaba distribuida la casa. Volvió de nuevo e hizo una venia.
—Gracias por la comida. Estuvo deliciosa... Ahora si me disculpa, ¿podría prestarme las cosas que le pedí? Se me hace tarde y tengo mucho trabajo de limpieza por hacer en la casa. —
Le pidió cordialmente a la mujer quien se sonrojo por lo educado que se veía el rubio y asintió gustosa para ir a buscar la escoba el trapeador, una cubeta y el recojedor. Dejándolos solos al pecoso y a él en la cocina.
Katsuki suspiro y miró al menor que parecía estar aún bastante tenso. La mujer no tardó nada en volver con todo de forma caótica pues apenas y podía.
— Izuku ayuda a Katsuki a llevarse alguna cosas son muchas para que las cargue el sólo —
Katsuki sonrió.
—No se moleste, yo puedo...—
— Tonterías... Anda Izuku toma esto y ayudalo a llevarlas a su casa —
La mujer le dio a él la escoba y el recojedor y a Izuku le dejó la cubeta y el trapeador luego la mujer corrió a la cocina y volvió con algo de jabón en polvo y a esponja y un par de guantes de hule de color amarillo y se los dio al mayor.
— Aquí tienes... Si necesitas algo más solo ven y pídelo —
Katsuki asintió e hizo una venia.
—Gracias, téngalo por seguro... Me retiro. Espero tener el placer de verla más seguido —
Respondió antes de ver la cara ingenua de Izuku y se giro saliendo de la casa queriendo reírse de nuevo y escuchando las réplicas del nerd hacia su madre sobre no querer ir a ayudarle a cargar las cosas pero no tuvo remedio que obedecer y en pocos segundos pudo oírlo caminar tras el la poca distancia que era de una casa a otra.
Katsuki abrió la cerca y la dejó abierta para que el menor entrará y luego abrió la puerta principal para entrar.
—Deja las cosas ahí —
Le pidió señalando el suelo de la sala en donde el también dejó la escoba y lo demás. Cuando Izuku dejó también las cosas lo vio ponerlas en el piso para girarse rápidamente e irse casi corriendo pero entonces frunció el ceño y camino tras de él deteniéndose en el marco de la puerta principal.
— ¡Oye nerd! —
Le grito haciendo frenarse al otro en un respingo y quien le volteo a ver despacio.
—¿De verdad lloraste por mi durante una semana entera?. —
Le pregunto con una sonrisa ladina.
—Espera ahí... No te muevas... Si te mueves te matare... !¿Esta claro?! —
Le ordenó de forma más sería para entonces meterse de nuevo a la casa.
Subió a la habitación y de aquella vieja caja de juegues sacó la alcancía de puerquito. No tenía la intención de conservar esa basura pero podía aprovecharla para su plan en vez de solo botarla a la basura.
Regresó de nuevo hacia abajo y atravesó el jardín hasta llegar al lado del pecoso.
De un movimiento brusco y rápido tomó su mano con la suya y le puso en la palma la pequeña alcancía para después alejarse dándole la espalda y metiendo las manos en sus bolsillos.
—¿Aun tienes el sueño de ir a América? —
Le dijo sin girarse como una pregunta capciosa, debía guardar un poco de misterio de esta forma el nerd se interesaría poco a poco en acercarse de nuevo. Era un maldito genio.
—¿Sigues aquí? Les devolveré las cosas en cuanto termine... ¡Ya vete! —
Le dijo mirándolo de reojo aun dándole la espalda. Aunque su tono de voz sonaba mucho más tranquilo a cuando realmente le gritaba en la escuela.
Su primera fase del plan había iniciado con éxito.
Pesé a verse más alto y ser un joven, el pecoso parecía seguir siendo igual de ingenuo. Eso era algo bueno al menos para el beneficio del rubio, entonces inició con la limpieza, empezó con las habitaciones del piso de arriba. Primero abrió las ventanas de toda la casa para que la humedad saliera un poco y después comenzó a mojar un poco los pisos para que no se levantará mucho polvo y comenzó a barrer bien los pasillos y los suelos de las habitaciones, sacando bastante basura y tierra. Además se aplastar arañas y algunos otros bichos que se habían anidado en las esquinas de los techos.
Luego tallo las paredes con la esponja y el jabón, y finalmente trapeo los suelos. Sin mencionar que debía bajar y subir a tirar el agua sucia y llevar limpia más de 15 veces. Llegó un punto en que comenzó a sudar mucho y tuvo que quitarse la camisa dejándose únicamente el pantalón y los zapatos.
Limpiar el segundo piso le tomó casi todo el día, cuando bajó a limpiar el primer piso noto que ya estaba atardeciendo así que siguió trabajando duro para dejar prácticamente rechinando de limpio.
Por último estaba barriendo la hojarasca que se había juntado en el patio trasero, la apilaba con una escoba de metal algo oxidada que estaba abandonada en el porche de su casa y por último lo clavo en el suelo recargandose un poco en el pues realmente estaba cansado sin mencionar que no había comido nada desde el ramen que le dieron en la mañana. Tampoco tenía dinero propio como para ir a comprar algo o ordenar pues su cartera la había dejado en casa de Kirishima y no volvería ahí hasta el lunes en la tarde.
Limpio el sudor que bajaba por su frente con el dorso de su mano y el antebrazo, aunque tenía todo el pecho y abdomen brillando del mismo. Necesitaba un baño.
Volteó hacia arriba directo al balcón de la habitación de Izuku notando que este estaba abierto y con la luz encendida. Pero el resto de la casa parecía estar a oscuras. Pensó en que quizá estaba el nerd sólo y una sonrisa se dibujo en su rostro. Debía ir a regresar todas las cosas después de todo, ¿No?.
Así que por último lavo el trapeador, la cubeta y la esponja y sacudió bien la escoba dejándolos limpios y tomó todo para ir directo a la casa del nerd, salió de la casa sin camisa y todo sudado sin importarle nada. Después de todo solo iba a un lado. Tocó la puerta con fuerza para que el nerd lo escuchara y se recargo en el mismo palo de la escoba y el trapeador, flexionando un poco su pierna mientras esperaba, sus músculos brillaban por el sol del atardecer y las gotas de sudor seguían bajando, su aroma de alfa salía como loco por sus poros además del sudor. Aunque realmente no había sido tan duro comparado a una tarde de entrenamiento completo en el campo de Football.
Espero un momento y volvió a tocar, hasta que en efecto el menor le abrió la puerta y entonces Katsuki le miró directamente a los ojos clavandolos en el otro con firmeza.
—Oye Nerd... ¿Está tu madre?
Le preguntó y al notar la negativa solo suspiro cerrando los ojos.
—Bueno.. Como sea... Ya terminé... Así que les regreso estás mierdas—
Le dijo dándole de golpe el montón de utensilios de limpieza ya limpios. Pudo notar en la mano del menor lo que parecía ser un sándwich y sintió como su estómago rugio. Miró luego al menor que se le había quedado viendo y frunció las cejas.
—¡¿Que estas mirando?! —
Le dijo de forma un poco más molesta pero luego formó una sonrisa y se acercó a él un par de pasos más pero sin pasar el perímetro de su puerta.
—¿Acaso te gusta lo que vez? —
Le dijo de forma más sería y traviesa, poniéndose las manos en los bolsillos y endureciendo sus brazos para marcar sus músculos.
— Eres un omega ¿No?... Aunque tratas de ocultarlo, yo lo noto... Tu aroma es igual de fuerte que el mío —
Le dijo en un susurro cercano antes de arrebatarle el sandwich y se dio media vuelta para irse. Si no hubiese estado tan cansado seguro que hubiera gustado de jugar con el nerd un poco más.
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Las audiciones estaban bastantes ajetreadas, no solo en ese lugar, en todo el campus en general era la fecha disponible para hacerlas y así los alumnos no se inscribieran en más de un curso.
Izuku no tuvo más alternativa, con el límite de tiempo en buscar un club extracurricular, así como la presión de sus amigos, se vio reflejado en acceder, ¿qué podía ser tan malo?
—Muy bien, entonces las personas que han sido calificadas acompañenos afuera, debemos desalojar para otros, el gimnasio no es solo nuestro —dijo la castaña haciendo una señal con una tabla en manos. —Iremos a las canchas.
Tsuyu se hallaba emocionada, puesto que fue una de las candidatas, además de estar acompañada de Izuku que le seguía hombro a hombro con algo de inseguridad.
—Tal vez lo mejor es que me retire y busque otro club el año siguiente...
Refirió con un murmullo bajito, no estaba seguro de seguir con esto, sin embargo, Tsuyu se mostró renuente en brindarle confianza.
—Nunca está de más salir de tu zona de confort, si vas a renunciar hazlo cuando lo hayas intentado.
En su camino hacia afuera recibió un precipitado abrazo siendo rodeado del cuello por uno de los animadores de antaño.
—Vamos, la novata tiene razón, es divertido estar en la escuadra, no solo es animar, hay que llevar acrobacias y movimientos que nadie más podría.
Exclamó el rubio de ojos ambarinos, su nombre era Denki quien logró escuchar un poco la conversación de esos de primer año. Izuku le devolvió una sonrisa tímida.
Al llegar a las verdes canchas tomaron la que estaba vacía ya que al lado estaban ocupadas con calentamientos del equipo de futbol americano, cosa que le provocó quedarse rígido en su lugar recordando el primer encuentro que tuvo con Katsuki y las advertencias que tuvo.
La capitana de la escuadra llamó la atención con un par de aplausos y empezaron a presentarse, ella era Ochako Uraraka de tercer año, siendo la subcapitana Mina Ashido del mismo grado. Había otras chicas de segundo como Tooru y Kyoka y de hombres unicamente Koda, Aoyama, Denki y ahora Izuku. Era muy complicado lograr que varones de unieran.
Ochako dio referencias de los ritmos habituales y seguimientos coordinado que se generaba para que las acrobacias fueran correctas. Lamentablemente Izuku llegó a desviar muy seguido la mirada hacia la otra cancha, tratando de razonar que cruzaría por la cabeza de Katsuki, lucía tan agresivo y dejaba abatido a cualquier con quien practicaba.
Suspiró con un liviano desánimo, insistía en que probablemente solo fue un momento que les hizo encontrarse de mala manera, Katsuki no debería tener motivos para tratar así.
Algunos minutos después (y con varios llamados de atención por su distracción a la cancha conjunta) empezaron con algunos estiramientos y ver más específico lo que los nuevos podían hacer. La ropa con al que iba no era la mejor para eso, pero no sé quedó atrás en las solicitudes de la capitana a pesar de lo cohibido que lucía.
En el momento que se tomaron un respiro el escándalo de los jugadores alertó al equipo de animadoras, percibiendo que ya habían terminado sus prácticas y se dirigían a las duchas, tenían que pasar cerca de ellos.
No tuvo oportunidad de reaccionar adecuadamente, ya que recibió un zape en su nuca y comentarios burlescos de los jugadores, y no era el único, en general parecía que disfrutaban burlarse de todos los hombres en la escuadra de porristas.
El pecoso trató de retroceder pero fue bruscamente tomado por un brazo alrededor de su cuello, estaba húmedo y apestaba a sudor. El acoso se volvió más hostil.
—Por favor no hagas esto...
Susurró incómodo por la serie de comentarios incómodos y afeminados, las porritas de mayores grados parecía que ya se sabían esa rutina y comenzaron a reprocharles que se largaran con advertencias. No parecían llevarse muy bien a pesar de que eran dos clubs que trabajaban en equipo, era irónico.
—¡Ya basta, van a asustarme a los nuevos reclutas! —regañó Ochako frunciendo el entrecejo. Otro motivo principal por el que nadie buscaba pertenecer a las porristas era el tema del acoso.
Izuku solo se quedó inmóvil evitando contacto visual con Tetsu y Sero, quien repentinamente le levantó la camisa para descubrirle el pecho. Eso fue la gota que derramó el vaso en su paciencia, pretendía arrebarse con brusquedad de ahí, pero fue interceptado por quejas del equipo de futbol quienes fueron empujados primero.
Aturdido Izuku buscó le motivo y se llevó una gran sorpresa de ver que era Shoto.
—Todoroki-kun... ¿Qué haces aquí?
No tuvo respuesta, puesto que el bicolor estaba enfocado y bastante molesto hacia una dirección, la cual Izuku siguió con la mirada, Katsuki estaba cerca y sin ningún movimiento, cuando sintió la afilada mirada roja clavarse consigo bajó la vista al cesped entre ellos intimidado.
Si bien, docenas de veces Katsuki lo sacó de apuros cuando eran niños por otros, ahora no parecía importarle en absoluto. Solo fue un espectador que no movió un dedo a las burlas de sus compañeros. Izuku arrugó el entrecejo afligido de corroborar que existía una grieta entre ellos que el tiempo formó.
Escuchando las advertencias de Shoto a Katsuki para que controlara a su equipo hizo que muchas animadoras quedaran fascinadas por la caballerosidad del mayor, pero a Izuku solo le generó más incomodidad por la insistencia de que Katsuki no le interesaba mantener a raya a nadie a pesar de los problemas que causaban.
Desánimado vio a Katsuki retirarse siendo seguido por los demás jugadores, solo acomodó su ropa adecuadamente con una mueca en labios. El llamado de atención de Shoto le hizo alzar el rostro y esbozar una sonrisa.
—Estoy bien, no llevaban mucho aquí, pero ahora entiendo porque advertías tanto de ellos... —respondió dando un vistazo rápido hacia la dirección en donde las espaldas de los jugadores desaparecían al entrar al edificio. —Gracias por tu ayuda.
Restregó con más alivio, una vez que Todoroki aseguró que los demás en sí estuvieran bien se retiró por el llamado de otras personas en el límite del campo.
—Veo que estás ocupado y aun así te tomaste la molestia de venir ayudarnos... Buena suerte, nos vemos después.
Despidió Izuku con mejor ánimo siendo correspondido con lo mismo más una suave caricia en su cabellera que le pareció hasta usual por parte del bicolor. Suspiró un poco cansado por los eventos de los últimos minutos y dio media vuelta con el resto de la escuadra que estaban con la misma cara de asombro.
—¿Eh? ¿Qué pasa? —Preguntó con ingenuidad.
—¿Conoces a Todoroki Shoto? —Dijo Mina con el mismo gesto impresionado. Izuku asintió extrañado.
—Creí que ustedes también, quiero decir... Vino aquí y nos apoyó.
—No se había asomado con las porristas en sí. Es un galán, pero nunca mostró interés en nadie —Voceó Hagakure repitiendo el movimiento que Shoto hizo acariciando el cabello de Izuku. —Si Midoriya está aquí entonces es más probable verlo más seguido —aludió con un gritito interno.
El motivo de tener a Shoto más cerca de las canchas fue algo que propició a las porristas recibir con mayores brazos abiertos a Izuku en la escuadra, con el bicolor existía una especie de respeto por ser un intimidante alfa que la mayoría de jugadores que acosaban se mantenían a raya, así como tener a vista al apuesto bicolor con ellas.
Izuku fue formalmente recibido en la escuadra con otros novatos, o diría novatas, ya que era el único varón nuevo entre ellas. Su talla fue dada a la capitana, sus uniformes nuevos de porritas se entregaría en los próximos días.
Todo terminó por fin, Izuku regresó a su casa caminando como ya había acostumbrado en los primeros días de clases. Ya tenía su sendero fijo para acortar el tiempo.
Cuando llegó a la calle de su domicilio, antes de estar frente a su casa pasó por la conjunta que lucía descuidada y abandonada, se quedó un breve periodo en frente del cerco meditabundo.
"Si Kacchan está de nuevo en la capital... ¿dónde está viviendo?"
Entonces recordó al pelirrojo que se presentó como un primo de Katsuki, lo más seguro es que estuviera con él en otro vecindario.
Recargó una mano al cerco de metal y sonrió con nostalgia recordando los momentos en que se podía decir que tenían una amistad, tratando de recordar cuando fue la última vez que se vieron antes de que se mudara. Entonces su sonrisa desapareció recordando que la última tarde de juegos en el parque fue cuando unos bravucones lo molestaron y fue defendido, también como un juguete no fue devuelto, además del triste incidente que fue reportado al día siguiente de su padre.
Incómodo de memorar todo eso se apartó del cerco y avanzó a su casa, adentró retirandose los zapatos en la entrada y dando su anuncio de llegada, era sumamente normal encontrar a su madre preparando la cena a esa hora.
—Hola Izuku, ¿cómo estuvo tu día? —dijo Inko con un mandil de colores claros encima y un cucharon en mano.
El pecoso optó por no dar malas noticias, prefería no preocupar a su madre, así que levantó los hombros.
—Bien, supongo... me aceptaron en el equipo.
—Oh, ¿volviste a entrar en atletismo? —Dijo entusiasmada mirando el mueble en la sala con algunas medallas de concursos que Izuku ganó en secundaria.
El chico negó la cabeza y suspiró resignado.
—No mamá, solicité en el equipo... de porristas. Lo cual dicen que no es muy diferente.
Unos segundos de silencio hubo, Inko ladeó la cabeza confusa pero pronto espabiló con una sonrisa.
—Bueno, si eso es algo que quieres intentar no está mal, recuerdo que cuando iba en la escuela todas las chicas morían por entrar al equipo de animadoras, es algo muy demandado, me alegra que te hayan aceptado al primer intento.
"El problema es que no soy una chica..."
Pensó Izuku mordiendo su mejilla interna con una mueca, los hombres no tenían la misma visión en estar en un equipo que aparentaba ser tan afeminado, lo corroboró en su primer día.
Subió a cambiarse así como retirarse el largo parche color piel que aminoraba el aroma de sus glándulas en su cuello. Al estar en casa podía darse esa libertad, después de todo solo vivía con su madre.
Cuando ya estaba con ropa más informal bajó de nuevo hacia el comedor ayudando a poner la mesa y contar como estuvo las audiciones y detalles curiosos que le preguntaba, contó todo a excepción de las hostilidades que sufrió. Terminando con su comida limpió la cocina, se lavó los dientes preparandose a ir a la cama, no estaba con mucho ánimo para quedarse despierto más tiempo, arrastró los pies hasta desplomarse boca abajo en el colchón con un suspiro.
"Solo espero que eso no sea el día el día..."
Quejó ahogado en la almohada considerando que todas las prácticas con las porristas tuviera episodios similares, no podría depender de que Todoroki lo ayudara siempre. Le llegó a la mente Katsuki y giró su cabeza a un lado para respirar.
"Ya deja de llorar Deku... si alguien te pega, regresas el golpe sin miedo, ¡¿Está claro?!"
Su cabeza citó lo que alguna vez le dijo Katsuki de niños, cuando todo el tiempo dependía de él ante los bravucones de más años. Hizo una mueca trémula en sus labios, nunca se había animado a defenderse a sí mismo, y menos cuando se reveló su segundo genero que le daba un reflejo sumiso a la mayoría de situaciones así. Tenía que intentar cambiar un poco ese panorama...
A la mañana siguiente se preparó, despidió de su madre y acudió a la escuela a primera hora. Las primeras clases empezaban muy temprano.
El campus estaba algo solo por la hora matutina, así que eran pocas personas que merodeaban los pasillos. Izuku seguía perdiendose entre los edificios correspondientes, pero el principal de mayor tamaño en la entrada el que generalemente todos los grados y sectores debían pasar primero.
Percibió una cabellera distinguida a unos metros y aceleró el paso tratando de alcanzarlo.
—¡Todoroki-kun! Buenos días —saludó con entusiasmo aferrando la correa de su mochila al hombro—, llegaste muy temprano también.
Su simpatía se plasmó en darse cuenta el sitio a donde se dirigía el bicolor y alzó las cejas con asombro.
—¿Estudias medicina? No recuerdo que me hayas mencionado eso...
Sonrió más tranquilo de ver como le corroborara que así era y sus motivos personales por querer ayudar a su madre con alguna enfermedad, eso le parecía una razón más que suficiente y se enorgullecía de Shoto con ese reflejo en postura heroíca de su persona.
La invitación a buscar algo para desayunar en la cafetería le hizo aceder, aun era muy temprano para ir al aula y matar el tiempo, por lo que acudió al lado del alfa.
Lo miró de reojo con mayor confianza, al inicio consideraba un reencuentro algo incómodo luego del rotundo rechazo que le dio en secundaria, pero Todoroki se denotaba muy disperso de ese tema, no había cambiado su trato con el menor, algo que le preocupaba mucho a Izuku desde el primer contacto en ese campus.
—Creciste bastante, eres muy alto... —bromeó con una relajada sonrisa, no recordaba haber quedado tan cortos en secundaria.
Caminando por los pasillos escuchó el comentario de que era inusual que llegara a esa hora. Izuku parpadeó algo aturdido, pero lo tomó con ingenuidad.
—Estoy tratando de ajustar los horarios ya que entré a un club, no estoy seguro de que días debería llegar más temprano... La capitana no nos dio horarios aun.
Al omega le parecía bastante habitual que Shoto conociera sus horas, ya que en secundaria tuvieron situaciones similares, así que no le pareció extraño. Lo que sí fue anormal fue oir la queja de que la comida no era buena allí, a Izuku le parecía descente desde que la había probado.
—No estaría mal probar algo de afuera, suena bien.
Respondió a la invitación de ir más tarde a comer a un restaurante cerca del campus, incluso podía invitar a sus amigos de clases.
Al caminar percató de unas cuantas personas que reconoció del equipo de futbol, los mismos que ayer lo habían molestado con el resto de la escuadra. Como reflejo bajó la cabeza evitando contacto visual y tratar de pasar desapecibido, sin embargo no tuvo nada de respuesta.
—Los esperaba más agresivos... Como ayer...
Susurró disperso, mirando por encima de su hombro hacia atrás a los jugadores alejarse por el largo pasillo. Giró de vuelta a Shoto con la sencilla respuesta de que tal vez solo estaban cansados.
Al llegar a la cafetería tomar una mesa Shoto le dijo que fuera a ordenar y el lo esperaría allí, así que accedió a ir a la barra a pedir lo que estaba disponible. Un plato de ensalada, puré de papa y una sopa que estaba seguro que era recalentado de ayer que había lo mismo en el menú, sonrió resignado de darse cuenta a que se refería Shoto con que la comida no era buena.
Percibió un palmeo de atención del bicolor que lo alcanzó con la desalentadora noticia de que tenía que irse.
—Bueno... No hay mucho que hacer, si ella te necesita ve ayudarla —refirió compadeciente de la situación de la prima de Shoto. —Entonces nos vemos al mediodía, le diré a mis amigos, seguro que querrán ir.
Despidió de Shoto notando que se alejaba no muy animado por ese cambio de planes, Izuku se quedó en la barra esperando que todo fuera servido mientras oía como algunas mesas ya estaban siendo invadidas por otros estudiantes hambrientos.
Podría ser parte de la comida de ayer pero aun tenía buen aspecto, así que Izuku estaba decidido en comerla, recogió la charola con un modesto agradecimiento a la mujer al otro lado de la barra y se dio media vuelta para ir a su lugar. Recordaba bien el camino de regreso a la mesa cercana y estaba ensismado en la comida hasta que recibió un brusco empujón de la charola que ladeó consigo.
Su camisa y pantalones quedaron derramados con la sopa de colores rojizos y el puré embarrado así como el jugo de arandano que fue aplastado en su cartón por la charola que estampó en su torso.
Retrocedió unos pasos tratando de mantener el equilibrio e indagar que sucedió, estaba seguro de que iba sin estorbarle a nadie hasta que se encontró con la mirada de Katsuki que lo dejó paralizado.
—Kacchan... Yo... no estaba...
Balbuceó con cierto miedo por la advertencia, ya era la segunda vez que se tropezaban así, pero esta vez fue Izuku quien terminó sucio. El sonido de los utensillos y los platos de plástico caer al suelo llamaron la atención de todos, sintió las miradas clavarse en su persona y notó a Katsuki alejarse con el resto del equipo en burlas.
Izuku resopló con desánimo, estaba más que seguro que eso no fue un accidente como la primera vez. Se agachó a recoger los cuencos de plástico vacios encima de la desastroza charola e intentó limpiar algo de la suciedad de su ropa encima.
"¿Cuál es su problema? ¿Por qué hizo eso?"
Pensó arrugando el ceño con cierta frustración de no comprender a Katsuki y su necesidad de molestarlo con los demás. Izuku llevaba relativamente poco en el instituto como para haber hecho algo que se los ganara como enemigos, su única explicación era el hecho de ser un omega, pero nadie más lo sabía, ningún beta se percataría de su olor que apenas era mínimo por los parches en el cuello discretos. En esa sociedad carente de ellos, los omegas eran duramente discriminados, lo conocía muy bien desde secundaria, que probablemente hubiera sido un infierno sin Shoto.
Volvió a suspirar con tristeza de ver que las manchas no desaparecían de la tela por más que frotaba el puño de servilletas, no traía otro cambio.
Una vez más su salvador luego de la brusquedad de Katsuki fue aquel pelirrojo que acercó para auxiliarlo con cierta culpa.
—Eres el de la otra vez... ¿dijiste que eras su primo, no?
Meditó unos segundos para aceptar su oferta de cambiarse, así que acompañó a Eijirou a los vestidos donde le otorgó una ropa holgada para su tamaño.
—Tienes razón, es mejor que traer la ropa llena de comida —repitió con una burlesca sonrisa en resignación.
Se cambió con rapidez retirandose le camisa y los pantalones con movimientos frenéticos.
—Él... ¿siempre es así? ¿Por qué le gusta molestar a otros? Sobretodo a mí —Susurró decaído terminando de vestirse.
Dejó de preguntar al darse cuenta que él mismo tenía la respuesta, desde niños Katsuki siempre llegó a fastidiar a Izuku con bromas o comentarios despectivos, si acaso lo que pudo cambiar era que ahora Katsuki le permitía a otros también fastidiarlo.
—¿Sabes qué? Mejor olvida lo que pregunté, no importa ya. Te agradezco tu ayuda, te buscaré para devolvertela en cuando mi ropa esté limpia.
Informó estirando un poco el hoodie en su puño con una sonrisa nerviosa. Se sorprendía por lo diferente que eran Eijiro y Katsuki a pesar de tener un lazo familiar.
Hizo una reverencia con cortesía para huir de los vestidores e ir a la lavandería del campus antes de que se diera la hora de clases. Frotó con brusquedad sus ojos tratando de aminorar la frustración que sentía por Katsuki, apenas se estaba dando cuenta del trato burdo que tuvo desde un inicio entre ellos a lo que él llamó "amistad" no existía nada como eso y cada día con esos abusos lo corroboraba más.
Apenas logró llegar a tiempo a la primera clase a pesar de lo temprano que llegó al campus, con esa ropa deportiva encima que mayor talla. Trató de enforcarse en sus clases, concentrarse en anotar todo y seguir las indicaciones de los docentes pero solo aplastaba lo humillante que lo volvía Katsuki.
—Supongo que tienen razón, debería evadirlo lo más posible... Solo disfruta fastidiarme.
Susurró para sí reclinando en la mesa cansado en cuanto salió el profesor del aula. Izuku se veía enfermo a pesar de estar relativamente bien.
Escuchó el barullo de los otros estudiantes guardar las cosas y levantarse así que trató de hacer lo mismo llamando la atención de quienes estaban a unos cuantos pupitres, recordó algo más.
—No quería que fuera la hora de almuerzo...
—¿Eh? ¿Por qué de repente? —Preguntó Mineta.
—No quiero ir a la cafeteria, la comida no es tan buena... —dijo triste, aunque en realidad le daba algo de miedo volver a encontrarse con Katsuki.
Al alzar la cabeza a la salida se dio cuenta de que estaba alguien afuera esperandolo.
—Todoroki-kun...
—¿Quién?
—Todoroki-kun, es un amigo de-...
—¡Yo voy! —Saltó Mineta con entusiasmo.
El chico de baja estatura conocía bien ese renombre, el bicolor era muy popular, si podía acercarse a él tendría más figura entre otros además de que conocía la hermosa chica que la mayoría de las veces le acompañaba.
Tsuyu percibió algo de desánimo en Izuku, así que también aceptó para darle apoyo y acercó con él para recibir a su amigo. Las presentaciones se dieron a pesar del desánimo en Izuku que trataba de disimular.
—Ah... Sí, eso de ir a comer... —mencionó evasivo, pero ya no podía cancelar esa cita, sobretodo cuando sus amigos emocionaron por la invitación oportuna.
Acudieron en camino hacia la salida, Mineta y Tsuyu facilmente se acoplaron con Tokoyami y Yaoyorozu hablando de temas banales. Izuku por su parte caminaba algo distraído conjunto a Shoto hasta que le llamó la atención.
—¿Eh? ¿Qué?
Balbuceó atolondrado por su repetido llamado de atención y la pregunta de por qué llevaba ese atuendo.
—Fue en la mañana, choqué de nuevo contra Kacchan y la charola cayó encima mío, lo cual fue bueno o me hubiera metido en más problemas...
Rió nervioso de imaginar la posibilidad que hubiera sido al revés. Al escuchar la amenaza de llamarle la atención al rubio Izuku encaró a Shoto y negó la cabeza y brazos nervioso.
—¡No! No es necesario, debe haber un punto en que se canse de fastidiarme, si actuo indiferente se hartará, estoy seguro.
Afirmó tratando de convencer a Shoto de no incluirse en ese inconveniente, además de que prefería no volver a depender de nadie para librarse de esos problemas.
—Debe de tener mejores cosas que pensar, ya verás que se cansará, también solo lo evadiré, no será dificil que pase desapercibido, supongo...
Salieron del campus hacia el punto donde estaba un restaurante a un par de calles, tomaron una mesa y pidieron su orden, en lo que hacían tiempo se dio el tema del próximo baile de "bienvenida", cosa que le parecía gracioso a Izuku para ser una bienvenida y hasta un mes después se diera el evento. Se notaba bastante que al comité solo le gustaba hacer eventos por cualquier cosa.
Muchos ahí lucían con intenciones de ir, Izuku por su parte no estaba en buen momento para decir algo al respecto a causa de lo que pasó esa mañana solo quería enterrarse y ser discreto con su presencia.
El comentario de Momo de cuanto le gustaría ir con el capitán del equipo de fútbol provocó a Izuku alzar el rostro analizando a la chica. Por supuesto que era muy bonita, incluso tenía a Mineta sin despegarle la mirada embobada a su lado, sin embargo, no estaba seguro de que opinar con Katsuki en ese lugar.
Dio un suspiro bajito y evadió la mirada incómodo por la mención del jugador de futbol, por más que Izuku trataba de aminorar su mente de él siempre surgía el tema por otros, como Shoto preguntando por esa ropa y su amenaza, y ahora su prima.
Mineta podría ser un chico con fijación por chicas lindas, pero también tenía prudencia en comprender esos comentarios de Momo, fueron oportunos para desprestigiar al rubio así como mencionar sus hostilidades a Izuku en los últimos días.
Izuku no respondió, solo alzó los hombros con una mueca, ya ni siquiera se le ocurría algo para defender al rubio como las primeras veces de los comentarios de Mineta.
—No creo que te guste... Ser fastidiada de esa manera... —le dijo a Momo incómodo del ingenuo comentario de que le gustaría estar en su lugar.
No era nada provechoso las amenazas y bruscos forcejeos que tuvo por Katsuki y los incidentes de empujones como esa mañana. Recordarlo solo le hacía arrugar el ceño y sus ojos arder. No iba a malhumorar el ambiente con berrinches así que ablandó su gesto siendo más calmado mientras recibían sus platillos por el mesero.
—Todoroki-kun, ¿tú piensas ir a ese baile de bienvenida? Probablemente sí, ¿se pone interesante? —Preguntó curioso de saber el tiempo que más llevaba el bicolor en el campus, debía haber asistido alguna vez antes.
Escucharle decir que le gustaría ir si él iría lo tomó desprevenido con los palillos en mano.
—¿Yo? Ah... Pues.. Aun no sé si ir... —respondió evasivo, ahora sentía una particular responsabilidad encima.
La conversación se volvió más amena, la curiosa pregunta de por qué decidió entrar al equipo de animadores llevó a Mineta y Tsuyu reir entre dientes con los fideos, ellos bien sabían que había sido un error por parte del pecoso. Izuku suspiró picando con desánimo los fideos en su plato.
—Realmente quería ir al equipo de atletismo, pero por el ajetreo de esa mañana en las anotaciones terminé en la lista equivocada... Y... de alguna manera la capitana fue muy influyente para que me quedara.
Respondió con cierta vergüenza en sus mejillas por revelar que fue un error que se escapó y ahora tenía que afrontar las consecuencias adecuadamente. Su ánimo subió conforme oyó a Shoto decir que era de admirar y no le veía lo malo, Izuku dibujó una delgada sonrisa.
—Sí, algo así me dijo la capitana, además los otros porristas varones no son malos, todos son buenos... Al menos en la escuadra...
Un tic dio espasmo en su ceja al recordar el trato que sufrían por los del equipo de futbol americano. Ese era su único problema. Su atención se centró en Shoto revelando que estaba en el equipo de natación, Izuku lo miró con cierto asombro, se dio cuenta que apenas estaba recapitulando cosas que desconocía ahora de Shoto, como estar en medicina y ahora esto.
—Tal vez en algún momento podría ir a hacerte compañía, me gustaría ver la piscina también, no he ido a esas localizaciones del campus —siseó entrenido sorbiendo los fideos, el instituto era enorme, apenas conocía una pequeña parte.
Inicialmente no quería ir a esa comida por lo sucedido en la mañana, pero realmente le ayudó bastante en subir su ánimo la amena compañía de sus amigos y sus nuevos conocidos, además de Shoto que se volvía un gran pilar consigo. El incidente en la cafetería fue arraigado más en el olvido con las carcajadas que tuvo en su almuerzo.
Volvieron al campus, los demás se adelantaron o acudieron al baño, dejando así a Shoto e Izuku solos.
—Bueno, iré a alcanzar a Mineta-kun, me agradó mucho esta salida deberías juntarnos más seguido —enfatizó con una sonrisa más tranquilo.
Pretendía despedirse y darse media vuelta para continuar de vuelta a las aulas de primer año, sin embargo, Shoto le llamó deteniendo su paso, por lo que se giró completamente hacia él.
—¿Sí? ¿Qué pasa?
Cuestionó curioso ladeando la cabeza al percibir al alfa algo nervioso, pero llegó una repentina invitación al baile que lo dejó inquieto.
—¿Eh? ¿Tu pareja...? ¿A eso te referías de que irías si yo voy? —Balbuceó con una nerviosa sonrisa.
A pesar de todas las indiferectas que tuvo en el almuerzo apenas se dio cuenta de las intenciones de Shoto, agachó la vista al suelo entre sus zapatos rojos y jugueteó con el cordón de los pantaloncillos.
"¿Debería decirle que sí? Ha sido muy bueno conmigo, pero me dije que pasaría desapercibido... Ir al baile con alguien tan relevante como Todoroki-kun es todo lo contrario..."
Ya había rechazo antes a Shoto, pero esto era algo diferente, no era tan radical como la confesión de secundaria. El omega mordió su labio inferior sin estar seguro de que responder, pero fue interceptado por un sutil beso a su mejilla que lo despertó de elevar la vista con el heterocromatico.
Shoto fue benevolente en darle tiempo para meditar su respuesta y despidió con más calma tratando de no ponerlo más nervioso.
Izuku se tanteó la mejilla donde recibió ese beso de despedida y su rostro sonrojó con más vigencia.
Si su mente había relajado del estrés de la mañana, ahora tenía una maraña insegura por esa invitación y el sutil pero atrevido beso del alfa bicolor. Atontado y sin dejar de acariciar su mejilla caminó de vuelta a las aulas de primer grado, tomando asiento de su pupitre y las miradas curiosas de Tsuyu y Mineta preguntando si había pasado algo o porque se tocaba tanto la mejilla, no tuvo palabras.
En las últimas clases siguió debatiendose en que decirle a Shoto, tampoco quería dejarlo tanto tiempo con la incertidumbre de su respuesta, eso era muy cruel, pero estaba tan dudoso.
—Midoriya, es hora de las prácticas debemos ponernos al día con el resto de la escuadra.
Mencionó Tsuyu picando la cabeza de Izuku para llamar su atención, estaba muy distraído.
—Ah, sí —balbuceó con torpeza abrazando sus cosas para ponerlas en la mochila de forma desordenada.
Salió con su compañera hacia las canchas donde les notificaron los ensayos, ya estaba atardeciendo, así que rápidamente le pidió tiempo a Tsuyu para ir a la lavandería a recoger su ropa que afortunadamente ya estaba seca y limpia, así que se cambió antes de acudir a las canchas para llevar su ropa con la que llegó originalmente, dobló con cuidado la que fue prestada y la guardó en su mochila para buscar el momento de devolverlas.
Al llegar a las canchas se dio cuenta que estaba el equipo de futbol en la continua por lo que se quedó quieto sin dar un paso más, pero ahora estaban con su entrenador, así que probablemente no harían nada imprudente como antes, así que suspiró y siguió a Tsuyu hasta llegar con los demás.
—Necesito que los nuevos se pongan al ritmo de los demás, aun no han dado anuncio del próximo partido de los Wolves así que no deben tomarnos desprevenidos. Nos vamos a centrar en ustedes para que perfeccionen las tecnicas, ¿está bien?
Dijo Ochako señalando a los cinco integrantes nuevos, 4 mujeres entre ellas Tsuyu, Izuku era el único varón.
Debían ser precavidos son los siguientes movimientos que podrían ser más brusco con novatos, así que trajeron algunas colchonetas del gimnasio para poner en el cesped. Hubo varias demostraciones tanto de hombres como mujeres en base a su flexibilidad para hacer acrobacias fluidas que llevaron a Izuku pasar saliva por su garganta nervioso.
Las nuevas integrantes lograron hacer en el cuarto o quinto intento, al turno de Izuku recibió palabras de confianza por Aoyama, el pecoso respiró tratando de concentrarse y tomó velocidad para empezar las acrobacias, todo iba bien, no era tan complicado como imaginó a causa de su expeciencia en movimientos similares.
Respiró cansado recibiendo las ovaciones alentadoras, ahora le correspondía dar un giro inverso, así que con mayor confianza se dirigió al lugar para hacerlo, sin embargo, por alguna razón su vista plasmó hacia la otra cancha notando los gritos entusiastas de los jugadores por ver a alguien derribar sin duda a los demás, cuando reconoció que era Katsuki su concentración flaqueó haciendolo desestabilizar y caer a la colchoneta con aturdimiento.
Se quedó unos segundos mirando el cielo desconcertado.
"Él... ¿estaba mirandome?"
—¿Estás bien? —Preguntó Kaminari ofreciendo su mano para ayudarle a levantar.
—Sí, solo... no tomé el impulso adecuado —mintió, todo el procedimiento fue adecuado pero su atención se fue a otro lugar.
—Otra vez —exclamó Uraraka señalando el punto de inicio.
Izuku lo volvió a intentar pero involuntariamente sus ojos devolvían hacia la otra cancha haciendolo malograr sus ejercicios, cayó una y otra vez en la colchoneta estampando su espalda o rostro en ella.
—No lo entiendo, lo estaba haciendo muy bien —susurró Tooru hacia Kyoka que estaba de brazos cruzados alzando una ceja.
Izuku se volvió una maraña de nerviosos más densa con cada error, se sentía intimidado por la mirada ocasional que sentía en su espalda y cuando cruzaba al punto de los jugadores.
—Debes estar cansado, continuaremos la próxima semana —suspiró Ochako desistiendo de que lo volviera a intentar.
El pecoso asintió la cabeza poniendose de pie de la colchoneta tras su ultimo impacto. Quedó en su lugar mirando una vez más a los jugadores y pronto desvió del rango avergonzado.
—Te necesito en forma lo más pronto posible, no sabemos aun cuando será el próximo partido. Sé que son unos soquetes pero los Wolves necesitan el apoyo de las animadoras, si ganan ellos nosotros lo hacemos.
Mencionó Ochako mirando la dirección que antes observaba Izuku.
Los porristas estaban levantando todo el material para regresarlo a las bodegas del gimnasio, Izuku aprovechó ese momento para alcanzar al pelirrojo cerca del límite en ambas canchas, le hizo una señal y acercó tímidamente a él hurgando en su mochila.
—Aquí tienes tu ropa, de nuevo muchas gracias por prestarmela, me fue de mucha ayuda para no andar con la comida encima.
Refirió con formalidad volviendo con el resto de la escuadra sin quitarle la vista a Eijiro mientras despedía con suavidad.
En lo que estaban movilizando las cosas a la bodega del gimnasio Kyoka alcanzó a Izuku poniendose a su lado.
—Oye, me di cuenta por qué fallaste tanto —sentenció con una áspera mirada que hizo a Izuku encogerse con culpa.
—Ah... ¿sí? —Susurró debilmente apenado de darse cuenta que alguien se dio cuenta de su mirada hacia el mariscal del campo.
—Lo sé porque yo sufría lo mismo hace un año —mencionó con casualidad haciendo a Izuku sorprender—, también me daba algo de vergüenza hacer acrobacias y cordinaciones de ese estilo frente a otros...
Izuku tragó saliva algo aliviado de saber que no era lo que pensó donde posiblemente la chica fue hostigada. Kyoka consideraba a Izuku alguien tímido que le daba pena hacer ese tipo de ejercicios frente a otros.
—Descuida, el pánico escenico se quita, te vas acostumbrar, además es divertido hacer esto con las miradas de asombro de otros que no pueden.
Animó con sus puños al frente, poco después hurgó en su bolso y entregó una libreta.
—Toma, son apuntes que hice hace meses sobre los ejercicios que Ochako nos pide de rutina y algunos consejos para evitar el pánico o la vergüenza de que otros te miren.
Izuku estiró la mano para recogerlo, todos eran apuntes hechos por Jirou, que a pesar de ser algo tímida también había logrado estar en la escuadra.
—Es genial, voy a echarle una leída este fin de semana, te lo agradezco Jirou-san.
La chica asintió con calma palmeando el hombro del otro y adelantando a los vestidores de mujeres con las demás al dejar las cosas en la bodega.
Unos minutos después cuando ya estaba la puesta de sol Izuku salió del instituto para volver a casa. Se había comprometido a mejorar para el equipo de animadoras, todas habían sido muy buenas con él, quería devolver el favor y también adaptarse lo mejor con ellas.
También tenía el tema de la invitación de Shoto en la cabeza, tenía mucho por pensar ese fin de semana. Tarareó con una risita emocionado por considerar lo ocupado que estaría, pero su dicha culminó con una voz que le gruñó a su espalda.
Con un gatito asustadizo saltó en su lugar dando media vuelta.
—¿Ka-Ka-Kacchan? —Balbuceó con torpeza paralizado.
La pregunta de que rayos hacía en su camino y si acaso lo estaba siguiendo le hizo bajar sus cejas incongruente de sus palabras.
"Eso debería decirlo yo, tú ibas detrás mío."
Pretendía darle la delantera, esperaría un rato más para avanzar, pero fue interceptado por el otro que lo empujó contra el muro sujetandole la camisa. Se dio un leve golpe en la nuca por la brusquedad, solo llevó las manos al frente y cerró los ojos con fuerza.
—No me hagas daño...
No sintió ningún otro movimiento en su plegaria y abrió despacio un ojo encontrandose a Katsuki rígido en su lugar con un gesto abstracto como si algo lo hubiese parado. Fue soltado rudamente apartandolo.
Se quedó en su lugar ajustando el cuello de su camisa y percibió al rubio llevarse las manos a los bolsillos sin intenciones agresivas de nuevo. Izuku quedó en su lugar con un gesto desconfiado, pero quedó más desconcertado que si no iba a su casa, que caminara.
—¿Qué? Pero... uhm... —sobó su nuca inseguro notando a Katsuki retirarse por el camino que originalmente iba.
No tuvo más remedio que seguirlo unos metros atrás cabizbajo, era el camino a su casa después de todo.
Sin ninguna palabra cruzar fue un trayecto silencioso, incluso siniestro para Izuku quien ocasionalmente alzaba la vista para mirar la amplia espalda del rubio con una mochila en un hombro que lucía casi vacía.
Varias veces intentó cruzar la calle e irse por otro lugar, cualquier otra ruta diferente, Katsuki le daba miedo con ese silencio misterioso, no tenía idea que podía estar pasando por su cabeza.
También le llegó un sendero nostalgico recordando la pequeña silueta rubia frente a él jugando por el parque o caminando a todos lados juntos. Izuku llevaba un gesto desalentado por la melancolía.
"¿Siempre me odiaste así? Incluso cuando me defendías de bravucones..."
Suspiró bajito negando la cabeza.
"Pero tú también me fastidiabas..."
Cuando llegaron al barrio que ambos reconocían bien se dio cuenta que Katsuki si iba a su anterior casa, provocando a Izuku levantar una ceja. Ese sitio estaba deshabitado desde hace años, ¿por qué iría? ¿Acaso a echarle un vistazo o algún mandado con alguien de por ahí? Esperaba que no fuera lugar en la casa Midoriya, después de todo recordaba a su madre con una estrecha amistad con la señora Bakugo.
Se hizo muchos escenarios posibles considerando su motivo de ir de nuevo a esa calle, para su alivio lo notó posicionarse frente al cerco de la vieja casa, Izuku le rodeó caminando hacia su casa que estaba conjunta y con algo de prisa torpemente abrió el cerco y sacó sus llaves para abrir la puerta principal.
La cerró con brusquedad recargando la espalda y respirando agitado, eso fue sumamente estresante, volver a su casa nunca fue algo tan problematico.
Inko salió a recibirlo mientras bajaba los escalones, pero quedó sorprendida de verlo así.
—¿Izuku? Estás pálido, ¿te sientes enfermo?
—No, solo estoy algo cansado...
—¿Quieres cenar?
—Tal vez luego, iré a mi cuarto... —balbuceó con prisa rodeando a su madre para subir las escaleras.
Subió hacia su habitación y cerró la puerta con seguro, se sentía sumamente cansado, como si la escuela no fuera estresante por cuidarse la espalda de los abusivos ahora volvió rígido de su "relajante" camino a casa.
"Si vive en otro lugar, ¿por qué volvió aquí? Esa casa llevaba desolada muchos años"
Deslizó la mochila por su espalda hasta caer en el suelo y comenzó a cambiarse, miró las ropas que esa mañana habían sido manchadas de comida, por fortuna alguien te intendencia en el instituto le hizo el favor de lavarlas con sábanas y cortinas de enfermería que entrarían en lavadora.
Ya no tenía que pensar más en eso, por fin era fin de semana, podía despejarse un poco de la escuela además tenía unos proyectos que meditar ese par de días.
Al sacar el cuaderno que Jirou le dio lo puso en su escritorio dandole una furtiva hojeada, encendió la pequeña lámpara para iluminar mejor, pero el suave viento deslizando las cortinas arrastró las páginas a moverlas también.
Avanzó hacia la ventana para cerrarla, sin embargo, con ello se percató de que la ventana en la casa conjunta la tenía abierta también, ondeando sus cortinas por el travieso viento vespertino. Algo se removió en el pecho de Izuku por solo imaginarlo.
"Está en su antigua casa, sí entró"
Con un puchero nervioso cerró precipitadamente la ventana y jaló la cortina para cerrarla en totalidad. Estaba inquieto por la idea de que Katsuki estaba a unos metros, escucharle gruñirle y maldecirle en el instituto ya era suficiente como para tenerlo al lado otra vez.
—No haría nada afuera, él... No le intereso si no estoy en el blanco de sus compañeros también, ¿verdad?
Trató de convencerse tomando asiento en el escritorio, sin embargo, se quedó varios minutos sin movimiento. Desistió de empezar con su lectura y cerró el cuaderno para irse a la cama. Apagó las luces y se quedó mirando la oscuridad del techo con sus manos enlazadas en el abdomen.
—Le estoy tomando mucha importancia, Kacchan también me quiere fuera de su vida —suspiró burlandose de sí mismo por considerar que podría ir hacia allí meramente para fastidiarlo.
Izuku se quedó dormido pesadamente. A la mañana siguiente incluso ya había olvidado en estrés que sufrió, se sentía más tranquilo, más renovado por evitar sobrepensar como antes.
Levantó con buen apetito por no cenar anoche, así que fue al baño a hacer sus necesidades, lavarse los dientes y la cara, en lo que se secaba el rostro con una toalla escuchó a su madre desde abajo llamarlo una y otra vez con emoción.
Era demasiado temprano para que una noticia tuviera así a su madre, así que decidido en atender de una vez descendió los escalones a pasos pequeños pero rápidos.
—¿Por qué me llamas así? ¿Necesitas ayuda-...?
La voz de Izuku fue desapareciendo como un delgado hilo, así como su mirada agrandó con sorpresa cuando curvó en la cocina, se quedó estático por ver a Katsuki sentado mientras Inko ponía la mesa para tres personas.
Izuku estaba pálido y con un gesto de espanto, como si hubiera visto un fantasma, su cuerpo actuó involuntario a comportarse como habitualmente adquirió cuando era fastidiado en la escuela: agachó el rostro y evadió la vista fuera del rubio.
Si pensaba que el sitio más seguro, su santuario personal era su hogar, todo ese criterio fue vilmente burlado con Katsuki allí.
"¿Por qué está aquí? ¿Qué vino a hacer?"
Una gota de sudor deslizó por su nuca con total horror que trató de aminorar cuando su madre giró con él anunciando que Katsuki volvió, fue impulsado hacia una silla conjunta tomando asiento.
Apretó sus labios con una mueca, trató de ajustar su garganta con un carraspeo.
—Hola, Kacchan... —susurró con un tono vibrante y desconfiado que no pudo evitar.
Escuchar su misma respuesta al saludo con una voz seria le llevó a mirarlo de reojo con guardia acechando cualquier mínimo movimiento hostil.
Ahora todas las reflexiones sanas que tuvo de que solo fue una sencilla coincidencia el camino de regreso juntos, que volvió a su vieja casa solo a revisar algo y él no tenía nada que ver se volvía más fantasioso.
"¿Por qué vino? ¿Acaso viene a reclamar algo? Eso pudo hacerlo en el instituto, incluso mamá se ve tan feliz... ¿De qué han estado hablando?"
Miró los utensillos a su frente sin mucho ánimo de recogerlos por estar centrado en sus pensamientos hasta que Inko hizo un imprudente comentario sobre porque no estaba emocionado por verlo de nuevo si le lloró tanto de niños.
—¡Mamá, por favor! —Reclamó Izuku con un furtivo sonrojo avergonzado encogiendo en sus hombros.
Trató de mantenerse estable, volvió a carraspear la garganta y tomó los palillos para servirse fideos en su plato.
—Ya nos habíamos visto, Kacchan está en el mismo instituto que yo en U.A., Va en el último grado...
Solidificó con su vigente sonrojo tratando de componer las palabras de su madre, su motivo de no haberse emocionado por él allí. Si bien cuando lo vio la primera vez fue en medio de una disculpa por chocar contra su espalda, la sonrisa y el entusiasmo por reconocerlo fue genuino pero en unos segundos bajo amenazas y bruscos forcejeos lo desapareció.
Su vista plasmada en los fideos que servía distribuyeron a mirar a su madre a las preguntas personas que estaba haciendole a Katsuki, no podía fingir no estar interesado en saber que sucedía en la vida intima del otro.
"Entonces vive solo sin sus padres..."
En lo que estaba sorbiendo los fideos atragantó por la última pregunta de si era un alfa. Se dio suaves golpecitos en su pecho y tomó un trago a su vaso de agua. Ya lo imaginaba, el denso aroma que recibía cuando Katsuki lo acorralaba con violencia contra los casilleros o la pared le llegaba un aroma que arrugaba su nariz por el dulce picor con toques de naranja. Rara vez olfateaba algo en la escuela, eran pocos alfas u omegas los que existían.
Giró de reojo hacia el rubio viendolo comer y respondiendo con total naturalidad cualquier pregunta que daba la mujer, Izuku estaba seguro que si él hubiera hecho preguntas similares le hubiera agredido. Suspiró bajito y con alivio de percibir que con madre era completamente inesperado.
El único detalle que no le convencía era que su madre estaba muy renuente en querer meter en la conversación a Izuku, mencionarle que podían volver a caminar juntos en la escuela o en el vecindario.
—Sí... Eso es... bueno... —dijo con el mejor ánimo posible a pesar de que le parecía una terrible idea. —Como en los viejos tiempo...
Bajó las cejas con melancolía, era imposible que las cosas fueran como antes. Sintió un fuerte golpe en la cabeza por el comentario impertinente de Inko de que debería ayudarle a su hijo a ser tan fuerte como él, Izuku infló una mejilla mientras sorbía los fideos, siendo un omega era practicamente imposible llegar a tener una silueta como Katsuki, su naturaleza tenía otros planes para él.
El repentino comentario de que probablemente tenía una novia lo dejó con los palillos a medio camino de sus labios y giró de reojo esperando respuesta del alfa. La probabilidad era alta, a pesar de la pedante actitud se trataba de un vigoroso alfa que cualquiera buscaría.
"Creo que es soltero, ¿no? Momo dijo que le gustaría que la invitara, además no suelo verlo cerca de nadie salvo su primo o el equipo de futbol..."
Sus ojos verdes estaban curiosos en la respuesta de Katsuki que se reservó a no dar un sí o un no. Tampoco le sorprendería si hubiera afirmado, un alfa tan agresivo podría ser alguien protector, ahora le daba más curiosidad imaginar algo como eso en Katsuki. El recuerdo de infancia cuando era defendido de otros y tornando algo posesivo ahora le resultó incómodo por darse cuenta que era un alfa y él un omega.
"En ese entonces no sabiamos que eramos, no era relevante. Solo fuimos niños jugando"
Se reiteró mentalmente comiendo despacio, su madre por fin dejó de hacer un cuestionario para ponerse al día con el rubio, Izuku comía despacio, pero Katsuki terminó rápido levantandose e insistiendo por algunas cosas que le pidió a Inko. El menor alzó una ceja sin saber a que se refería.
Notó a su madre levantarse y acudir a la bodega de limpieza, se quedó solo con Katsuki en la cocina con un siniestro silencio que Izuku trató de espabilar continuando con su comida, sorbía los fideos con calma pero tan tenso por sentir la mirada a su espalda.
Al ver a Inko volver con las manos cargadas apenas sosteniendo las cosas de limpieza pudo entenderlo, Katsuki fue a pedir cosas para poner orden en su casa e Inko siendo tan servicial incluso lo invitó a desayunar por los años de no verse.
Izuku casi se ahoga con un fideo al oír a su madre decirle que ayudara a Katsuki a llevar todas las cosas. Tosió una y otra vez bebiendo el agua para pasar el mal trago.
—¿Yo? Pero... No he terminado —Balbuceó nervioso buscando cualquier excusa mientras señalaba su plato aun con fideos. —Él puede llevarlas...
Insistió queriendo dar también razón a que Katsuki era tan fuerte como su madre aludió, pero Inko era renuente. Hizo un puchero resignado y se levantó del comedor tomando en cada mano una cubeta y un trapeador.
Menos mal solo le dijo que tenía que llevarlas, no aguantaría si le hubiese mencionado que le ayudara incluso a limpiar. Con sus manos tensas cargó las cosas y fue a la salida siguiendo a Katsuki.
"Solo dejaré las cosas y volveré, será rápido"
Se repitió mentalmente tratando de mantenerse tranquilo, avanzó unos pasos de diferencia esperando a que abriera la puerta del cerco y siguiendolo, pretendía dejar las cosas en la entrada pero Katsuki le señaló dentro de la sala. Izuku pasó saliva con inquietud y avanzó hacia el punto inclinandose a dejar las cosas.
—Aquí tienes, mamá dijo que puedes devolverlas después. Yo me retiro.
Anunció con voz atropellada por su rapidez, dio media vuelta y trató de huir, no quería ver a Katsuki tan seguido o peor aun, estar a solas donde facilmente podía ser fastidiado sin testigos.
La mano del alfa estampando contra el marco de la puerta le paró su huída y el llamado grotesco le hizo encoger de hombros con miedo.
—¿Faltó algo?
Dijo con voz tambaleante esperando un reclamo de algún utensillo de limpieza, tal vez una esponja o una franela extra, pero la pregunta que le hizo fue algo totalmente sorpresivo.
"¿De verdad lloraste por mí durante una semana entera?"
—A mi madre le gusta exagerar.
Respondió cabizbajo y culposo por desprestigiar a su madre, ya que relativamente ella atenuó la verdad, tal vez por prudencia o simplemente no recordaba en realidad, pero Izuku lloró más de una semana por la ausencia de su amigo que iba a buscar todos los días en la tarde, se sintió verdaderamente solo.
La amenaza de que no se moviera lo dejó quieto sin moverse ningun centimetro mientras oía los pasos de Katsuki alejarse de la sala, trató de mirar de reojo por encima de su hombro para indagar que hacía, pero le daba miedo moverse y fuera percibido.
Repentinamente fue girado tomando de la mano y recibiendo algo redondo y contundente en la palma.
—Esto es...
Era una alcancía de cerámica con pintura que asemejaba a un personaje que admiraban mucho de niños.
—¿Todavía lo tienes?
Por muchos días consideró que la infancia que tuvo con Katsuki fue cosa de sus propias fantasías o que incluso el rubio quemó cualquier rastro de ello, pero esa alcancía era un gran testigo de esos días de antaño que eran unos infantes soñadores.
Su vista amplió con sorpresa al ver al rubio alejarse con la pregunta que interesó a Izuku.
—Bueno, yo...
Trató de responder a la pregunta de si aun tenía el sueño de ir a América, no obstante, Katsuki le calló anunciando que más tarde le devolvería las cosas y no tenía porque seguir ahí. Izuku se retiró con una extraña sensanción.
Volvió a su casa con el cerdito de cerámico en manos y entró directo a su habitación. Lo inspeccionó dandole vueltas en su agarre, algunas partes de la pintura se había resecado tanto que despegó, la agitó despacio dandose cuenta que tenía algunas monedas, fue que le llegó un recuerdo de ambos emocionados echandole los centavos esperando ahorrar lo suficiente para viajar juntos, Izuku rio del optimismo e ingenuidad que llevaron de niños.
—All Might... teniamos muchas cosas de él...
Caminó hacia su armario buscando algunas pertenencias viejas, un libro de estampas que completó, revistas de cómics, una vieja pelota de mano y otros juguetes olvidados. Enderezó su espalda al recordar a la figura de acción que tuvo de All Might, aquella que Katsuki le arrebató de niños y jamás le devolvió.
—No creo que todavía la tenga, ¿o sí? —Enarcó una ceja y miró hacia la ventana cubierta en dirección de la casa conjunta.
La casa lucía vacía, polvorienta y sin muebles, ¿realmente pretendía mudarse de nuevo allí? Si iba a limpiarla a profundida le llevaría todo el día.
Guardó la caja de nuevo en el armario y dejó el cerdito en la mesa para bajar a la sala atendiendo unos pendientes matutinos.
Al medio día Inko le mencionó que saldría de compras y otras vueltas que tenía, volvería hasta tarde. Izuku no tuvo problemas, estaba acostumbrado a tener momentos solo los fines de semana, así aprovechó para adelantar algunas tareas de las clases y también empezar a leer el cuaderno que Jirou le dio.
Llevaba horas sentado frente al escritorio en su habitación transcribiendo algunas recomendaciones a su cuaderno. Miró algunas acrobacias que todavía no sabía hacer o al menos no intentado, ser porrista era más riesgoso de lo que cualquiera imaginaría.
"Son muchas maniobras, siempre manteniendo el ánimo y elogiando las mejores jugadas del equipo..."
Leyó incómodo eso último y cerró los ojos apenado, no estaba aun seguro de poder hacer eso, apoyar a los propios sujetos que lo molestaban.
"No todos son malos, está ese chico pelirrojo... Kirishima se llama"
Ese joven había sido sumamente servicial, parecía ser de los pocos jugadores que mantenía un tacto empático con los porristas y la gente en general.
"Luego está Kacchan..."
El jugador estrella que llevó al pico del éxito al equipo de Wolves desde que ingresó, Izuku hizo una mueca inconforme por recordar lo abusivo que habia sido desde su reencuentro, sin embargo, al percibir la alcancía encima de un papeleo para que el viento no los arrastrara su gesto ablandó.
"No creo que siga ahí, han sido muchas horas..."
Levantó un poco la vista para asomar por la ventana, pero no hubo un mínimo indicio. Cansado levantó de su asiento y estiró las brazos, debía buscar un refrigerio luego de tanto tiempo ahí.
Bajó a la cocina tomando pan de la alacena y sacó cosas del refrigerador como mayonesa, queso y jamón para hacerse unos cuantos sandwiches que pretendía acompañar para más tarde en su lectura.
Su estomago gruñó al ver lo apetitoso que lucía, así que sin esperar más tomó uno para darle un mordisco con una afable sonrisa satisfecho. Con el sandwich en mano fue al refrigerador en busca de jugo para servirse un poco y volver a subir a su cuarto, sin embargo, la puerta fue tocada insistente.
Acudió a la entrada para indagar de quien se trataba, dandole otro mordisco ingenuo a su colación vespertina, mejillas dejaron de moverse al darse cuenta que era Katsuki.
—Kacchan sigues aquí... —balbuceó con sorpresa.
Estaba algo aturdido por el asombro, pero además una densa ráfaga de feromonas de alfa le dejó rígido sin apartar los ojos de los de Katsuki.
—Mi madre no está... —respondió atropellado a la pregunta.
Apenas se dio cuenta que llevaba comida en la boca en sus respuestas, así que avergonzado deglutió cubriendo sus labios con su mano, pero rapidamente reaccionó al percibir el montón de objetos ser arrojados a su persona, así que hizo unos cuantos malabares tratando de atrapar las cosas o al menos no deslizaran al suelo.
Tratando de mantener las cosas de pie bajó la vista dándose cuenta por fin la condición de Katsuki, quien iba desvergonzadamente sin camisa con el cuerpo húmedo por el brillante sudor que captó su atención por el fuerte aroma de feromonas de alfa que le inquietó. Tenía un cuerpo bastante trabajado y fórnido, ahora justificaba con más razón cuando vio como derribaba a los otros jugadores en sus entrenamientos.
El sonido de un estomago rugir le hizo bajar la vista al abdomen de rubio, pasó saliva por su garganta, pero la repentina pregunta de que tanto lo veía lo hizo despertar.
—¡Nada! Tan solo... Bueno tú... —tartamudeó avergonzado,— gracias por devolver las cosas, le diré a mi madre no te preocupes.
Anunció con las mejillas sonrojadas tratando de cambiar el tema, pero Katsuki parecía no ceder, puesto que se acercó más a él dejando a Izuku paralizado. El dulce aroma picante del alfa era más fuerte, era la primera vez que su nariz la recibía de esa forma tan generosa, le produció un escalofrío ansioso.
No tuvo respuesta, se sentía culpable de fijar los musculos de sus brazos, su torso brillante en sudor pero no apartó la vista.
—S-sí... luces fuerte... —fue lo que apenas pudo carburar con un ligero tambaleo de sus rodillas.
Trataba de aparentar su aturdimiento por las feromonas pero era complicado, estaban muy bien impregnadas e Izuku involuntariamente trató su cuerpo omega de manifestarse también.
El aliento de Katsuki golpeó a su piel ante la seguridad con la que afirmaba que era un omega y no lo podía ocultar. Izuku jadeó con sorpresa y levantó la mirada hacia los ojos rojos.
—¡¿Cómo es que tú lo supiste?! —Exclamó frustrado con el persistente sonrojo.
Se llevó una mano al cuello buscando el parche que diaramente se ponía, pero cuando estaba en casa no solía llevarlos. Katsuki esa mañana había entrado hasta la cocina, facilmente pudo percibir el aroma más fuerte de cedro y manzanilla del omega.
—Trato de ser discreto con esto, por favor, no vayas a decirle a nadie...
Si de por sí era molestado no quería saber como sería si la escuela, sobretodo esos bravucones del equipo se enteraran también. En secundaria sufrió acoso por eso, cuando se desencadenaron los segundos generos a los alfas le gustaba molestar a los omegas con feromonas, disfrutaban verlos sumisos sin poder hacer nada por su naturaleza lábil en busca de socorro.
Con un gesto compungido ladeó la vista fuera del alfa incómodo de darle esa plegaría patética por guardiar el secreto. Nadie revelaba abiertamente eso.
Repentinamente su sandwich fue arrebatado de la mano haciendolo sobresaltar y miró a Katsuki retirarse llevandolo a la boca.
El rostro de Izuku calentó turbado de eso y entre su balanceo se cayó tratando de meter las cosas, provocó un fuerte ruido entre sus quejas de dolor que le hicieron espabilar.
Se puso de pie y movió las cosas en varias vueltas de nuevo a la bodega de limpieza.
"¿Realmente va mudarse allí? ¿O por qué se hubiera dedicado todo un sábado a ponerla en orden?"
Fue allí que se preguntó porque hizo todo eso solo, sabía por lo que escuchó que sus padres vivían lejos y trabajaban mucho, ¿pero que hay del resto? Tenía un primo de su edad, más familia en ese lugar, ¿por qué vino solo?
"No traía cosas, la casa estaba vacía..."
El ruido del estomago de Katsuki gruñir resonó en su cabeza provocandole un puchero, pronto dirigió su vista al plato en la mesa y suspiró.
"No puedo creer que haré esto."
Volvió al refrigerador a sacar los ingredientes y preparó más sandwiches, cuatro más que acomodó cuidadosamente en una bolsa de papel, sacó una botella con agua y salió de su hogar en camino al lado.
Respiró profundo tratando de tranquilizarse y abrió la reja para ir hacia la puerta y tocar un par de veces. Por unos segundos consideró dejar las cosas en el suelo y huir de vuelta a su casa, pero al ver que Katsuki abrió se quedó estático.
Se había hecho un sin fin de palabras que podía decirle para darle el motivo de su visita, tan simples y tan normales, pero nuevamente volvió a quedarse intimidado por verlo por ese aspecto que generosamente mostraba su torso, no quería ser molesto al saber que Katsuki no le gustaba que se le quedara viendo así que movió sus ojos fuera del margen y levantó las manos mostrando lo que traía.
—B-buen trabajo... Limpiando todo... tú solo... —elogió con palabras atropelladas y nerviosas—, no estoy seguro si ya has comido pero te traje... Si te gustó el de ahorita, son iguales...
Las palabras hasta sonaban incomprensivas, por más calmado que trataba de aparentar, cedió con cuidado las cosas y retrocedió.
—Si no los quieres, tíralos... Mi madre se enojará si me pregunta por ti y le digo que no te ofrecí comida cuando viniste a entregar las cosas —escudó jugueteando con unos mechones de su cabello.
Hizo un leve movimiento de su brazo y despidió saliendo rígido de ahí, el aroma de las feromonas de Katsuki golpeaban agradable sus fosas nasales así que se llevó una mano a cubrir parte de su cara y su trémula sonrisa.
Al volver a su casa cerró tras de sí y tomó asiento en el sofá con una mirada profunda hacia el mueble del frente.
"Desde que está fuera de la escuela ha sido diferente..."
Podía ser por el hecho de estar rodeado por esas particulares amistades del equipo de futbol que se comportaba así, aunque parecía que Katsuki era el que comandaba todo con ellos, nadie debía forzarlo.
También estaba la posibilidad de que al estar de nueva cuenta en ese vecindario nostalgico pudiera haber una apertura con Katsuki. No lo sabía, era imposible saber que pensaba el alfa.
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