Yakuza
Varios meses atrás, Katsuki jamás hubiera dejado que el nerd lo ayudara, no cuando aún lo odiaba y sólo tenía en mente desear aplastarlo cuál bicho a su zapato pero a pesar de todo lo que él rubio sentía, esa noche se había dejado ayudar por dos razones; La primera era que ciertamente el odio que sentía por el disminuyó apenas un poco después de darse cuenta que Izuku no había acudido a su reunion de despedida en la infancia por las razones que durante toda su vida creyó. Antes no lo podía ver ni en pintura pero ahora solo sentía cierto desprecio.
La segunda, debía simplemente acercarse a él para poder llevar a cabo la apuesta que lo beneficiaria monetariamente. Cuando katsuki hacia apuestas siempre debía ganar. Siempre había sido así. El jamás perdía.
Al mismo tiempo se sentía extraño de compartir ratos con ese omega, se había vuelto más frecuente en los últimos días, ser vecinos era un plus que le hacía tener que verlo con más regularidad tal como ese día.
Escucharle decir que aún pensaba que era alguien genial le hizo sonreír altivo. Definitivamente el pecoso no había cambiado nada, de pronto era como volver a tener 6 años y escuchar aquella vocesita chillona que siempre lo alababa.
Katsuki ahora sabía que el peliverde aún lo admiraba, no era difícil de notar en el tipo de miradas que le hacía y la forma torpe en la que le hablaba. A veces quería golpearlo y gritarle que dejara de tartamudear al hablar y sonrojarse como tomate.Siempre le había desesperado ese tipo de cosas pero evitaba a toda costa golpearlo al menos solo por mero gustó como lo hacía las primeras semanas en que llegó a la U.A. Sabiendo de por medio que el nerd probablemente sentía algo más que sólo admiración. Era como un juego para el alfa.
Cuando el pecoso le dejó en la cama y se fue tras su broma, Katsuki no dijo nada, se quedó como estaba hasta oírlo alejarse y entonces abrió los ojos despacio mirando a la pared. Luego volteo hacia atrás notando que efectivamente ya estaba solo y entonces solo suspiro.
— "Eres increíble"... Vaya idiota... —
Murmuró con seriedad, katsuki nunca había tenido amigos de verdad, Izuku había sido el único cuando niños pues después de la mudanza creció con la mentalidad de que no necesitaba amigos y que no valía la pena confiar en alguien si tarde o temprano te abandonaría, por ese motivo el rubio jamás había sentido esa sensación de ser "importante" para alguien a excepción de sus padres quien rara vez se lo expresaban a su manera. Katsuki había crecido sin saber confiar ni aceptar el amor de otros. Su corazón era de roca. No le importaba nadie más que él mismo.
Que alguien le dijera que le importaba o le preocupara era conflictivo para él pues solo tenía en la mente la idea de que la ayuda de otros era por mera lastima y solo eso.
"Su hijo tiene un trastorno, necesita tomar antidepresivos si quiere que esté estable"
Récordo las palabras del psiquiatra con el que lo había llevado su madre unos años atrás, preocupada por su problemática conducta. Aunque el rubio nunca quizo aceptar que el tenía algún problema, todo era simplemente causado por su propio ego, sus traumas y su orgullo.
Pensaba que Deku era como un pequeño perro, no importaba cuántas veces le pegara o lo maltratara, el perro siempre se mantenía fiel a su amo, así lo veía. Siempre fiel a su amigo de la infancia.
El alfa volvió a suspirar y cerró los ojos, pensó que había tenido cierta suerte de que el idiota del nerd lo ayudara o seguramente el se hubiese ido a la cama tal y como estaba. Su cuerpo tendría que sanar tarde o temprano de todos modos, curarlo solo lo aceleraba. Lo veía innecesario pero el brócoli había estado ahí, para él, solo para él.
Cuando le ganó el cansancio y el dolor del cuerpo hecho mierda por la pelea, cerró sus ojos y se quedó completamente dormido. Las horas pasaron y el sonido de su puerta abrirse le hicieron despertar con molestia. Arrugó el entrecejo al detectar la presencia del nerd al marco de la puerta.
— ¡¿Que diablos haces aqui?, ¿Quién te dio permiso de entrar?! —
Gruño molesto, inclinando el torso sobre sus codos con la clara mueca de enojo al haber sido despertado de su sueño. La luz era fuerte, era claro que ya casi era medio día.
El Omega se acercó indicándole que había decidido entrar con la intención de saber su estado. Katuski bufo mientras recorria con la mirada al nerd notando la bolsa plástica en su mano con algo dentro y la otra con su sudadera.
— ¿Que si aún duele?... Claro que me duele idiota, no ha pasado ni un día desde que fue la pelea... No necesito un maldito doctor.. solo necesito descansar y estaré bien —
Torció los labios en un puchero molesto mientras veía al pecoso acercar dejándo la bolsa plástica cerca de la cama. Katsuki alzo una ceja mirando aquello para después ver al menor con una clara necesidad de respuesta a qué rayos llevaba esa bolsa.
El Omega le informo que se trataba de comida y también había traído más material de curación además de la sudadera, El alfa afilo la mirada con molestia.
"¿Quién rayos le pidió que me hiciera de comer? No soy un inútil inválido por si no se ha dado cuenta... Maldito nerd de mierda"
Pensó chasqueando la lengua pero luego desvio la vista al menor que mencionaba que la sudadera estaba limpia.
"Jamás mencione que estuviera sucia... ¿La lavo acaso?... ¿Por qué? No era necesario"
Afilo la mirada de nuevo enfocando a la prenda que fue dejada sobre el respaldo de la silla cercana, suspiro rendido y nego con la cabeza.
— Oye nerd no necesito nada de estás mierdas... Eres demasiado exagerado, estoy bien—
Se removió despacio, el cuerpo aún le dolía mucho pero la curación de Izuku habia sido de gran ayuda logrando que por lo menos pudiera levantarse un poco y moverse por su propia cuenta para sentarse en la cama, claro que despacio y con cuidado y con un poco de la ayuda del menor que de inmediato se acercó a auxiliarlo con el pretexto de cambiarle los vendajes también.
Katsuki se dio cuenta que no por más que me decía al nerd que no necesitaba nada de eso este no le hacía caso. Ignoraba por completo sus quejas así que no tuvo más opción que dejarlo hacer lo que quería. No tenía las ganas ni la fuerza de sacarlo a patadas en ese momento. Así que tras un suspiro, puso los ojos en blanco y dejo al menor empezar con su labor.
El alfa abrio los brazos para que el menor pudiese empezar por allí que era la venda del torso, la cercanía nuevamente le permitió percibir ese suave aroma que el omega tenía. Miro de reojo el cuello notando aquel parche supresor que el nerd ocultaba bajo el cabello en la nuca.
"A puesto a qué sería divertido arrancarlo y ver si reaccion"
Sonrió ladino fuera de la vista del Omega mientras la venda era retirada. El comentario del menor respecto a que no era malo con la atención médica le hizo alzar una ceja sobre todo por las razones por lo cual tenía esos conocimientos.
"hmmm... Así que estaba en atletismo... Eso explica por qué tiene un cuerpo ligeramente más torneado a un Omega varón promedio"
Pensó curioso sin poder imaginar a Izuku en atletismo, aunque daba cierta lógica al por qué era bueno en las coreografías de la escuadra de animadores y también por qué sabía toda una dieta para atletas cuando fueron al supermercado aunque la mencion sobre el que la revelación de su segundo genero también fue la causa de sufrir lesiones le hizo mirar al suelo pensativo. No era difícil imaginar que siendo un Omega varón iba a ser molestado con mucha más facilidad.
—Tch.... Cómo sea... Deberías ser enfermero o médico o alguna mierda así... Se te da bien.—
Murmuró sin dejar de prestar atención a los movimientos agenos dentro de su espacio personal. Todo parecía marchar con calma hasta que la mención de cierto alfa en la conversación le hizo a Katsuki fruncir el entrecejo y rodar los ojos fastidiado.
— ¿Acaso te pregunté por ese imbécil?, te dije que te alejaras de el, no es más que un maldito punk Yakuza de mierda, es peligroso para ti —
Insistió en su advertencia, la misma que días atrás le dio al menor. No le importaba escuchar las "hazañas" heroicas que ese idiota había hecho hacia el nerd. Solo le importaba alejarlo de su camino para atrapar a Izuku entre sus garras, sin embargo el Omega defendió al alfa bicolor mencionando que según el, ya le había aclarado las cosas y estaba fuera de lo que su familia mafiosa hacia. Katsuki bufo molesto.
— Aún así es parte de una familia de mafiosos, Si el no te hace daño lo hará su familia tarde o temprano. —
Insistió pero el menor volvió a dejarle en claro que confiaba en el alfa bicolor. Katsuki solo nego con la cabeza deseando darle puñetazos al nerd a ver si así entendía que debía hacerle caso a él y no al idiota de shoto.
—Haz lo que quieras —
Sentenció cortante, Katsuki no sabía cómo hacer que Izuku bajara a shoto del maldito pedestal en el que lo tenía. Era frustrante pero ya se le ocurriria algo. Debia pensar cuidadoso.
Hubo un silencio después de que la venda fue retirada por completo y el Omega sugirió que tomará un baño debido a las costras y sangre seca que habla en su piel. El alfa decidió tratar de relájarse un poco y trono su cuello.
—No es mala idea... —
Murmuró para después sonreír divertido.
— ¿Por qué no me acompañas en la ducha?... Cómo cuando nos bañabamos juntos de niños, quizá puedas tallar mi espalda —
Sugirió con un tono más tentativo y sugerente pero noto al pecoso más distraído.
— ¿Nerd? —
Le llamo recibiendo solo la noticia de que ya se iba y que si necesitaba algo le dijera, seguido solo lo observó retirarse sin más de forma más cortante. Katiski alzo una ceja confuso.
— ¿Ahora que diablos le pasa a ese idiota?...—
Torció los labios y suspiro. Estaba seguro que el buen ambiente se había arruinado por el tema del maldito Yakuza. Ahora no solo le arruinaba sus oportunidades con el nerd en persona si no incluso con solo hablar de el. Era molesto.
De mala gana dejo todas las cosas de curación a un lado y tomo la bolsa de comida para levantarse e ir a la cocina. Mientras bajaba las escaleras sintió su estómago rugir, recordó que no había comido desde la mañana del día anterior así que suspiro y comenzó a pensar en que sería lo que el nerd le habla hecho. Al llegar a la barra saco lo que había en la bolsa, era un bento que al abrirlo se percató de varios onigiris recién hechos.
—Ese bastardo, en ningún momento le pedí que me hiciera de comer... Esto es... Es.. Humillante —
Gruñó frunciendo el ceño y apretó los puños, quiso pasar su brazo por la mesa para tirar todo al suelo. Pero se detuvo al recordar las palabras del pecoso, ese maldito "Eres genial Kacchan" y solo gruñó quedándose quieto.
Su estómago volvió a rugir, así que miró la comida y tras chasquear la lengua tomó asiento y comenzó a comer lo que él menor le había dejado, pará colmo la comida estaba muy buena, debía admitir que el nerd tenía tan buen sazón.
Habia notado además que el sabor era picante, ¿como recordaba el nerd que le gustaban las cosas picantes?. Era increible que no hubiera olvidado ese detalle de cuando eran pequeños.
Mientras comía, pensó en que quizá tener a alguien que se preocupaba tanto por el no sería tan malo después de todo. No... negó de inmediato a esa idea y solo siguió comiendo. De ninguna manera debía acostumbrarse a esos "tratos" que el nerd le daba. Claro a menos que no fuera para su conveniencia por lo que solamente se repitió mentalmente "Solo finje que eres su amigo".
—Solo hasta que ganes la maldita apuesta...—
Se dijo así mismo antes de terminar, y disponerse a ver en línea algunos muebles que podría comprar para terminar de equipar su casa. Ahora que ya tenía dinero gracias a la pelea y la treta de la apuesta de la misma podía darse ciertos "lujos".
— Quiza deba ir por mi dulce Molly —
Mastico divertido, saboreando los onigiris mientras pensaba como gastar su dinero y dejar un poco guardado para algún gasto imprevisto.
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Shoto se encontraba nervioso, siempre se sentía así cuando se trataba de su querido Izuku, le había alegrado el día saber que el menor habla aceptado su invitación para comer juntos esa tarde.
Acudió puntual al restaurante, uno de esos donde servían comida estilo buffet y dónde podía reservar una mesa con anticipación.
Estaba sentado esperando en la mesa cercana a la ventana del lugar pensando en temas para hablar con el menor. Después de su primer encuentro la tarde en qué le confesó la verdad de su familia no se habían visto de nuevo más allá de solo algunos mensajes de buenos días y otras cosas casuales.
"Quizá podríamos hablar sobre el baile"
Como olvidar el baile, tan esperado por todo el colegio y tan odiado por el, siempre era nominado al rey del baile pero por algún motivo ese año parecía ser que había alguien más en la mente para rey del baile. Alguien que ya tenía días sin ver y que sin duda era mejor así. El molesto mariscal.
El baile sería la próxima semana y el partido de football también. Habia dos eventos importantes para el colegio a la vuelta de la esquina.
—Hola Midoriya, es bueno encontrarnos sin que nadie nos moleste ¿Verdad? —
Le dijo con calma cuando su cita finalmente llegó, las cartas fueron entregadas y después de ordenar esperaron pacientemente a que su comida fuera llevada mientras hablaban de lo que habían hecho poniéndose al día.
—Averigüe algunas de las actividades que habra en el baile, parece ser que además de la típica nominación al rey y la reina del baile habrá barra libre para los de universidad y traerán en vivo a una banda de rock, es todo lo que se.—
Le dijo al menor mientras daba bocados pequeños a su comida.
— Ya que iremos juntos al baile... quizá podríamos ir vestidos combinados, llevaré un traje negro azul y camisa blanca, ¿Tienes algún traje azul también?, ah y podría recogerte en una de nuestras limosinas —
Sonrió entusiasmado, era la primera vez que me emocionaba el baile solo por el menor. Pasaron una tarde amena hablando y comiendo hasta que se llegaron las cinco de la tarde. Shoto debía volver a casa para tomar su medicamento recetado por el médico cada ocho horas por lo que se despidió del menor al igual que siempre.
— ¿Quieres que te lleve? Aún no se en donde vives _
Le sugirió pero como siempre el menor negó diciendo que podía regresar solo y que no se molestara. Shoto solo suspiro esperando que algún día pudiera aceptar. Le gustaría saber en donde vivía el menor y así quizá algún día enviarle regalos a domicilio.
Despidieron con un beso en la mejilla y la solicitud del alfa de que le avisará cuando llegara a casa y subio a su auto. Un par de horas más tarde se encontraba en su habitación realizando una tarea, preocupado de que el Omega no le había enviado ningún mensaje aun.
— Quizá lo olvido...—
Pensó tomando su teléfono cuando de pronto un mensaje aparecio pero no era de Izuku si no de su hermano mayor.
"Hermanito, no te preocupes más por el idiota que se atrevió a rechazarte. Papá y yo ya nos estamos haciendo cargo así como lo hicimos con el idiota que te golpeó en el instituto"
Shoto dejo caer el lápiz con el que estaba escribiendo su tarea y su rostro se volvió una mueca de preocupación y horror.
— Mierda... ¿Que diablos quiere decir con eso?... Hablan de Katsuki pero... A quien se refiere con "el tipo que me rechazo" —
Murmuró apenas tecleando en su móvil. Si bien odiaba a katsuki, no era motivo para que lo mataran, por que si... Su familia a eso se dedicaba y conocía bien las acciones extremistas de su padre cuando se trataba de sus hijos. Lo mismo había pasado con un sujeto que rechazo a su hermana mayor, su hermana había llorado por días y su padre investigó, dio con él sujeto y de un tiro a la cabeza le voló los cesos. La Yakuza era peligrosa pero no imagino que se movería tan rápido y mucho menos por él.
Nervioso llamo a su hermano esperando con pánico a qué la llamada fuese atendida.
—¿Touya que crees que están haciendo?, ¿En donde están? —
La voz al otro lado de la bocina río bajito con malicia.
— ¿Donde crees? Estoy afuera de la casa del tipo que te rechazo... Papá sabe que no importa si eres marica, cualquiera que te rechace a un Todoroki será castigado —
Shoto trago saliva.
— ¡¿De que diablos hablas? ¿Cuál tipo que me rechazo? No lo entiendo! —
La voz de su hermano carcajeo.
— Ya sabes, ese chiquillo de cabello verde, Midoriya Izuku —
Shoto sintió que todo su mundo se detuvo en cuanto escucho el nombre de su amado Izuku, negó con la cabeza y se puso de pie golpeando el escritorio.
—¡¡¿Qué piensan hacer? No hagan nada! Se los ruego. No hagan nada, el no me rechazo, justo hoy estuve comiendo con el!! —
Dijo con voz nerviosa.
— ¿Ah si?... Uno de mis hombres ya tiene el arma en la cabeza de la mujer, supongo que es la madre del idiota ese... ¿Estas seguro de que no quieres vengarte? Ya nos encargamos de la madre del tipo que te golpeo... solo falta la madre del que te rechazo... —
Shoto estaba al borde de la desesperación, apretaba su puño con fuerza.
—No... ¡No quiero, dejala en paz! No les hagan nada, ya les dije que el no me rechazo! —
Rogó por último y su hermano río con más fuerza mientras se escuchaba decirle a su camarada que dejara a la mujer y shoto suspiro de alivio, Sin embargo de pronto se escucharon un par de golpes y ajetreo, gritos de la señora Midoriya y seguido un par de disparos. Shoto se quedó con la sangre helada y tan quieto como una estatua.
—No... Que han... ¿Que hicieron?! —
No evitó gritar esta vez, al borde del llanto y frustración. La llamada se corto y el bicolor sintió ponerse pálido. Se dejó caer en el suelo respirando agitado.
Entendió que simplemente no podía convivir con las personas de forma normal. Se sentía triste por ello.Jamás se perdonaría que su propia familia hiciera daño a la persona que le gustaba y su familia, o a cualquiera que se le acercará, las últimas palabras de su hermano hicieron a shoto sentir un dolor profundo en el pecho.
Había oído del accidente de la madre del rubio, media escuela se había enterado de alguna manera, pero jamás imagino que su familia había sido la culpable. Entendió que aunque el no fuera un yakuza, su familia sí y por lo tanto el también era peligroso de forma indirecta para los demás. Los que eran importantes para el.
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Casa Midoriya, minutos antes
Katsuki estaba en el marco de la puerta principal de la casa Midoriya, observando oculto al par de tipos que momentos antes había logrado ver llegar a través de la ventana de su sala. Cuando noto las pistolas y la ropa de cuero negra supo que algo no andaba bien y sabía perfectamente que en la casa a esa hora solo estaba la señora Midoriya, había visto al Omega salir horas atrás y no lo había visto volver.
"Esos malditos ladrones, les daré su merecido"
Si bien el alfa no era de preocuparse mucho por los demás, está vez sabía que perder a una madre era algo terrible, el mismo estuvo a casi nada de perder a la suya y aunque fuese la madre del nerd, debía intentar evitar que algo malo ocurriera. Le gustaba molestar a los indefensos pero cuando se trataba de una situación así no dudaba en protegerlos.
El alfa no tenía miedo, aún con sus heridas frescas no dudaba en lanzarse a defender a la señora quien lloraba hecha un manojo de nervios siendo acorralada en la cocina por el par de sujetos armados.
Miro tenso como uno mantenía un arma en la cabeza de la mujer y el otro parecía distraído llamando por teléfono. Fue allí que aprovecho para entrar sigiloso y acercarse hasta tomar por sorpresa al más grande, fue en ese momento que todos sus conocimientos de pelea clandestina y las tacleadas de football valieron la pena.
Con una fuerza elevada tacleo al sujeto que tenga el arma sobre Inko derribandolo contra el fregadero. El arma cayó al suelo disparándose sin darle a nadie por suerte. El otro sujeto rápido acerco golpeándolo pero Katsuki se ll quito se encima haciéndose hacia atrás y golpeándolo contra el refrigerador.
Rápido el alfa tomo el arma del suelo y se posicionó frente a Inko que temblaba al borde del desmayo. Apunto hacia los sujetos y disparo al brazo del mayor y dio otro disparo a la cabeza del otro que logro esquivar como las cucarachas que eran.
Algunos vecinos salieron a observar asustados por los estruendos pero el par de hombres lograron escapar.
—Ya se fueron.... —
Dijo agitado para luego girarse hacia la mujer que no dejaba de temblar.
— Calmese y llame a la policía para que vigilen la zona... ¡Debe calmarse señora! —
Le dijo firme a la mujer que seguía llorando y temblando quien apenas y pudo asentir mientras llamaba a la policía. Pará los ojos de la señora Midoriya, katsuki había sido un ángel salvador, un héroe.
— Katsuki-san por favor... No te vayas hasta que mi hijo regrese.. No quiero quedarme sola. ¿Y si ellos regresan? —
Le pidió la mujer y el rubio solo suspiro, aun se sentía algo adolorido ni siquiera supo de donde había sacado la energía extra para lanzarse contra ellos. Así que solamente miró a los ojos verdes de la mujer, era como ver al nerd. Un sentimiento le removió el pecho, no podía dejarla sola, al menos no por un rato, así que solo asintió y cerró la puerta con seguro. La mujer agradeció hecha un mar de lágrimas.
El rubio cerró los ojos, sabía quién era el sujeto se cabello negro. Era el hermano del idiota Yakuza, comenzó a sospechar cosas de él aún más que antes, sintió enojo.
¿Por qué se interesaba tanto en el nerd y a sus espaldas su familia intentaba matar a la madre?
Era ilógico. Algo ocurría y lo averiguaria.
Aunque estaba seguro de que si le decía eso al nerd no le creería, ya se lo había dejado más que claro esa mañana cuando le dijo lo mucho que confiaba en ese idiota.
Una hora paso y pese a que la policía había dado un par de rondines a todo el barrio ya no informaron nada sospechoso. Todo quedó como un intento de robo a mano armada. Algo raro para un vecindario tan tranquilo como lo era ese.
La señora Midoriya parecía estar más tranquila después de un buen rato y varias tazas de té que bajaron sus nervios. Sin embargo cuando el anochecer llegó y el pecoso no llegaba, la señora comenzó a ponerse tensa de nuevo.
— Algo anda mal... Izuku dijo que volvería antes de la tarde. Katsuki-san algo le paso a mi hijo —
Le decía la mujer al rubio mientras lo tomaba de los hombros con los ojos llorosos sugestionandose de malas ideas por lo ocurrido esa tarde. Katsuki suspiro, nunca había sido bueno calmando a alguien, mucho menos a las mujeres pero lo único que pensaba en ese momento era que le llamará, si el nerd no respondía su teléfono entonces sí sería extraño.
— calmese, ¿ya le llamo a tu teléfono?...—
Le pregunto y la mujer asintió derramando lágrimas otra vez.
— Si, No me contesta, Me envía directo a buzón como si estuviera apagado. Esto no es normal el siempre responde las llamadas. Katsuki-san ¿Que hago?, Si algo le paso a mi bebé... Yo...Yo —
La mujer estaba temblando, el alfa rasco su nuca y suspiro, realmente había algo raro en toda esa situación, desde el por qué el hermano del idiota mitad y mitad había acudido para matar a la señora Midoriya hasta el como el nerd no llegaba a casa.
— ¿Le dijo a dónde iba? —
Cuestionó y la mujer asintió nerviosa.
— Dijo que iría con su amigo, Todoroki-kun, por favor ¿podrías ir a buscarlo? Te lo ruego —
Katsuki alzo una ceja. Eran asuntos que no le incumbian, no eran su problema. No tenía por qué meterse. El solo quería irse a casa pero aquella mujer lo retenía y no evitaba sentir cierta sensación incomoda al pensar en que quizá ese idiota del brócoli estaría en algún lugar siendo golpeado o algo similar. recordó que el nerd lo había ayudado con sus heridas y la cómida, sentía que estaba en deuda con él, así que si averiguaba donde estaba o que había pasado quizá estaría a mano. Suspiro pesado.
"Seguro que voy a arrepentirme después por meterme en esto... ya que..."
Pensó para luego tomar un lápiz y una pluma y apuntar su número celular para después entregárselo a la mujer.
—Tal vez se le terminó la batería no piense lo peor... Iré a buscarlo, ¿esta bien? Este es mi numero avíseme si llega a casa, de igual forma no este sola, llame a otro de los vecinos para que venga y este aquí si no se siente segura. —
Le dijo con toda la calma que podía y la mujer asintió. Entonces el rubio salió de la casa para comenzar a caminar por el rumbo que el sabía era el que el nerd tomaba de regreso a casa no sin antes pasar a su casa por un paraguas pues el cielo se había nublado y amenazaba con llover tal como la noche anterior.
Minutos más tarde ya estaba lloviendo por lo que el alfa pensó en que quizá el nerd estaría en algún lugar refugiándose, era lo más lógico. Camino mirando a sus alrededores, solo podía oir el sonido de los autos pasar por el asfalto mojado dejando pequeños charcos en la banqueta y el ruido del agua bajar y gotear por los techos de las viejas casas del barrio en el que crecio así como el suave golpeteo de las gotas de lluvia sobre la tela del paraguas.
Siguió caminando sin ver ni rastro del nerd, entonces pudo enfocar algo que le pareció familiar. Se acercó notando que se trataba de la llamativa mochila amarilla del menor, estaba abandonada a media calle, justo al lado de un par de marcas de llantas.
El cenizo alzó una ceja y se inclinó para tomar la mochila y revisarla, analizó las huellas de los neumáticos, por la forma en que estaban las cosas pudo darse cuenta de que definitivamente algo malo estaba pasando.
Pensó en dos escenarios, el primero, un accidente, el nerd siendo arroyado pero no había sangre o vidrios rotos en ningún lado además de que ya hubiesen notificado a la mujer.
El segundo escenario y el que esperaba fuera erróneo, un maldito secuestro. La respuesta era fácil no consideraba coincidencia que la madre hubiese estado a punto de ser asesinada por la yakuza ese día. Debía tratarse de los mismos sujetos. La familia Todoroki.
Solo había una persona en el mundo que podía darle información al respecto y que conocía a "Dabi" el tipo que irrumpió en la casa Midoriya ese día. Se colgó la mochila del nerd en la espalda y sacó su móvil para llamar a su primo Kirishima.
— Oye idiota... ¿Que esta pasando con los Todoroki y el idiota de Deku eh?.. Seguro que debes de saber algo, trabajas para el imbécil de Dabi, y no me mientas sabes que puedo delatarte si lo haces —
Le dijo en cuanto escucho la voz del pelirrojo responder del otro lado. Kirishima parecía haberse puesto nervioso de inmediato, en ese mismo momento se encontraba en uno de tantos puntos de distribución ayudando a desempacar un nuevo cargamento de droga y estaba siendo vigilado.
— Ah.. Hola madre... Si estoy estudiando justo ahora... —
Dijo el pelirrojo excusándose para que los que lo vigilaban no le prestarán tanta atención. Entonces se giro de espaldas a ellos y bajo la voz casi en un susurro.
— Hey bro, la verdad es que no se nada al respecto... Dabi no está aquí, escuché que dijeron que estaba "encargándose" de algo —
Le dijo el pelirrojo sintiendo una gotita de sudor bajar por su frente.
— Él no investiga a alguien solo por que si... Me he enterado de que cuando lo hace es para matarlo... ¿Paso algo con Izuku? —
El rubio se quedó en silencio pensando en aquellas palabras. Si lo que él pelirrojo decía era cierto, entonces él nerd seguramente ya habría sido asesinado y la mera idea le hizo ponerse tenso.
—Esta tarde tu estúpido jefe y otro idiota mucho más grande que el entraron a la casa de deku y casi mataron a su madre pero logré detenerlos... y el idiota cabeza de brócoli no ah llegado a casa y acabo de encontrar su mochila en la calle.. ¿Ellos secuestran a sus víctimas? —
Le contó al pelirrojo quien trago pesado y volteo a ver de reojo a sus jefes parecían distraídos así que aprovecho.
— No estoy muy seguro... Pero eh oído que los llevan al "bodegón" y ahí los matan... Por lo que mencionas seguramente se lo llevaron allí. Es algún lugar abandonado pero no se donde exactamente... Nadie lo sabe más que ellos —
Informo cuidadoso. Katsuki frunció en ceño y soltó un pesado suspiro. Colgó la llamada y se quedó pensando, si bien sabia que Shoto estaba interesado en el nerd de forma amorosa, lo defendía, y era más que claro que le gustaba, ¿por qué entonces su familia lo quería matar?.
Si las suposiciones de kirishima eran ciertas, no tenía mucho tiempo, busco en la mochila del nerd y encontró su teléfono, estaba apagado así que lo encendió, tenía solo 10% de batería asi que debía moverse rápido. Comenzó a caminar mientras buscaba alguna pista, encontró el chat con todoroki enterándose de su cita de ese dia tal como informo la señora Midoriya.
Arrugó el entrecejo y llamo al contacto del bicolor, la llamada sonó hasta que dio al buzón y el rubio gruñó, volvió a marcar una y otra y otra vez hasta que finalmente la voz del otro lado le respondió.
— ¡¡Midoriya lo siento!!, ¡¡¿En donde estas?!! ¡¡¿Estás bien?!! —
La voz exasperada del bicolor hizo a Katsuki retirar un poco la bocina de la oreja.
—No soy el estúpido nerd, soy Katsuki —
Shoto desde el otro lado de la línea alzó una ceja y formó una expresión de confusión y sorpresa.
— ¿Bakugo?, ¿Que haces con el teléfono de Midoriya? ¿Estás con el?, ¿El está bien? ¿Tú estás bien? —
Katsuki rio bajito y luego chasqueo la lengua.
— No lo sé... Tu dime, ¿No se supone que estaba contigo?, el está desparecido... Encontre su mochila en la calle, seguramente tu familia lo secuestro ¿no es así? Además tu hermano casi mata a su madre y a mi también en la casa ¿Que mierda está pasando? —
Shoto perdió el color en todo su rostro y negó preocupado para después llenarse de frustración. Ahora sabía bien lo que habia ocurrido.
— Gracias por informarme... Escucha... mi familia cree que el me rechazo, buscaron vengarme a su manera... gracias por ayudar a su madre... pero seguramente a Midoriya lo llevaron al bodegon... voy para allá de inmediato. —
La llamada se colgó y Katsuki gruño nefasto de la situación.
— ¿Dónde diablos es ese lugar de mierda?... El bodegón... Suena como si fuera algún tipo de ligar abandonado —
Pensó fastidiado, el único lugar similar que se le venía en mente era una construcción abandonada a un par de kilómetros de dónde estaba.
— Bah... El idiota Yakuza ya va para allá... Que el se encargue, yo me largo a casa —
Pensó cansado pero cuando quiso volver algo lo detuvo, era una sensación extraña y frustrante que le hacía enojar. Sentía la necesidad de buscar a Izuku y percatarse de que el maldito seguía vivo. No podría estar tranquilo ahora. Si estúpida sonrisa y su ridicula amabilidad le ganaba a sus pensamientos cuando intentaba irse.
Chasqueo la lengua y camino rumbo al edificio en construcción que conocía.
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Shoto manejó lo más rápido que pudo hasta llegar al bodegón, abrió una puerta que daba a escaleras abajo y hasta un pasillo para dar directamente al sótano del lugar y ahí, justo ante sus ojos, estaba su hermano mayor y su padre tocando al chico que amaba, manoseandole el torso que tenía varias cicatrices de fuertes latigazos que habían sido proporcionados por su padre.
Los ojos del bicolor se llenaron de lágrimas y corrió para apartarlos del menor a empujones, se inclino y levantó el rostro del pecoso, le miraba con suma tristeza y el aroma de sus feromonas de omega le dejaban sentir el miedo que el menor desprendía.
—¡Midoriya¡... ¡Lo siento¡... Todo esto es culpa mía...—
Le dijo con dolor en su voz y luego miró a su padre y a su hermano poniéndose en pie y planteándoseles de frente.
—¡¿Que mierda creen que hacen?! Si les dije que no los lastimaran, es un maldito NO!! —
Les grito con desesperación y su voz de mandó, casi lastimandose la garganta pero poco pudo hacer ante la imponente voz de su padre un enigma puro que no reaccionó ante la desesperación de su hijo menor.
— Solo nos divertíamos, no lo íbamos a matar... Sabemos que te gusta, tan solo nos aseguramos de que esté pequeño Omega entienda con quién se mete si quiere estar contigo —
Dijo el corpulento hombre pelirrojo, riendo bajito y shoto apretó el puño para darle un buen golpe en la cara que despertó la furia del hombre, comenzaron a batirse en golpes que claramente su padre ganó al tercer golpe dejando a shoto doblado de rodillas en el suelo y sin aire en el esófago.
— Eres igual de inútil y patético que tú madre... eres tan debil como este perdedor que te gusta, ambos son tal para cual... Me avergüenza que seas mi hijo.. Pero la familia es la familia ¿No?... Como sea ya nos divertimos con el... Touya, libera a la perrita ya después terminaremos la fiesta —
Dijo el enigma pelirrojo para después acercarse al pecoso y darle un par de caricias en su mejilla.
— Nos vemos después dulzura, si te metes con mi hijo debes saber que te metes con toda la familia—
Le susurro al oído para después reír y salir de ahí como si nada. Shoto miraba aún desde el suelo y con esfuerzo se puso en pie, Touya desato al menor que estaba sobre una silla atado de pies y manos y lo empujó para que caminara hacia el auto de nuevo siendo acompañado de otros de sus hombres que vigilaban al menor con un arma apuntandole sobre la cabeza.
Shoto miró como se llevaban al pecoso y solo pudo gruñir y bajar la cabeza para comenzar a sollozar. ¿Por qué las cosas tenían que ser así?. No podía querer a alguien sin que esa persona fuese herida. Amaba tanto a Izuku, que le dolía pensar en lo mucho que había sufrido por esos golpes en su torso, por el miedo del secuestro. Ya no tendría cara para verlo nunca más.
—Lo siento Midoriya... Lo siento mucho —
Se repetía así mismo una y otra vez mientras yacía de rodillas en el piso..
.
.
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Minutos más tarde Katsuki ya habia avanzado varias calles pero imagino que ya no tenía más caso seguir caminando si el bastardo mitad y mitad le había dicho que el se encargaría. Así que finalmente pensó en volver. No tenía más que confiar en sus palabras y la lluvia se había intensificado. Era tarde y hacia frío.
Se dio media vuelta y comenzó a regresar cuando de pronto vio pasar un auto a gran velocidad a unas calles adelanté, lo vio frenar de golpe y ahí noto como la puerta se abrió y arrojaron a alguien para después irse.
El alfa parpadeo un par de veces para percatarse que no estaba imaginando aquello, abril sus ojos amplios al notar que aquel cuerpo se trataba de Izuku, reconoció su cabellera verde y sobretodo el aroma que el viento llevo hasta sus fosas nasales.
— Mierda .—
Murmuró aturdido y corrió hacia el cuerpo del pecoso hasta pararse a su lado.
Lo miró esforzarce por levantarse, también pudo notar como su camisa estaba rota y había algunas heridas sangrantes en el torso y espalda, era claro que lo habían torturado de alguna forma.
El rostro del alfa se enfrió, Izuku parecía incluso no haberse dado cuenta de su presencia, lucia repleto de miedo, en algún tipo de estado de shock liberando un aroma que volvia al alfa sentirse atraído a calmarlo.
Era extraño todo el tiempo amaba molestarlo, deseaba verlo llorar, temblar de miedo, inclusos fantaseaba con eso y sin embargo, frente a sus ojos estaba todo eso que alguna vez quería y no se sentía bien. Ver a Izuku en ese estado le causaba enojo y frustracion, con ganas de hacerle lo mismo a quienes le habían lastimando así. Era como montarse de vuelta a cuando tenían cinco años. En esa etapa de su vida en donde no soportaba ver llorar a Izuku a causa de terceros.
El alfa suspiro, Se inclino despacio y posó el paraguas sobre el menor evitando que se siguiera mojando con la lluvia.
El pecoso alzó la cabeza y ambos cruzaron la mirada. Aunque el rubio no lo expresará, se sentía aliviado de verlo con vida. Era gracioso como le había dicho en ocasiones pasadas que se muriera o que el lo mataría y en ese momento verlo vivo le había hecho sentir mas que tranquilo.
—Idiota... ¿Tienes idea del tiempo que eh perdido buscándote?! Tu madre está como loca y me pidió que te buscará! —
Le dijo con falso enojo sin decirle la verdad de lo que pasó ese día con su madre ni tampoco que el sabía todo lo que pasó, el alfa extendió despacio su mano a tocar el hombro tembloroso del Omega y aún que ahora él se estaba mojando, por ahora cubrir al menor con el paraguas le pareció más importante, solo suspiro y relajo el ceño. Dejando ver un rostro que rara vez expresaba. Uno serio y más tranquilo.
— Levántate... Vamos a casa... Tu madre te espera —
Le dijo dándole la mano para que se pusiera en pie sin embargo el menor empezó a llorar, Katsuki sintió su pecho latir con fuerza ante el llanto ajeno. Un sentimiento que no supo identificar lo invadió, ¿compasión? ¿Empatía? ¿Lástima?, No estaba seguro.
Al verlo intentar levantarse y caer al suelo de nuevo solo gruñó bajito y frunció las cejas, supo que el nerd no estaba ni cerca de estar bien. Después de todo había sido torturado por los Yakuza y el sabía mejor que nadie de lo que eran capaces de hacer. Tan solo suspiro pesado al oírle decir que no podía pidiéndole perdón. ¿Por qué era así? Incluso en una situación así, pedirle perdón era estúpido.
Le ayudo a ponerse de pie con algo de brusquedad y chasqueo la lengua, dejó el paraguas a un lado para acomodarse la mochila al frente entonces le dio la espalda al pecoso y se agachó.
—Sube a mi espalda... —
Le dijo moviendo sus manos para que se diera prisa así que se acercó más y en cuando sintió ligeramente el peso del pecoso lo sostuvo de las piernas y lo apego bien a su espalda para entonces de un movimiento cargarlo. No le importaba que su espalda se llenará de la sangre y se mojara ya se cambiaría en cuanto llegarán.
Se inclino para que el menor agarrara el Paraguas y entonces comenzó a caminar de regresó. En eso sintió el vibrar en la mochila del pecoso y pensó que se trataría de la madre pero no podía sacar el teléfono en ese momento con las ambos ocupadas sosteniendo las piernas del nerd y este con sus brazos enrollados en su cuello.
Mientras caminaba noto que la lluvia hacía comenzado a calmarse un poco volviéndose ya solo una suave llovizna.
El menor seguía llorando y katsuki solo suspiro.
—Agh.. Ya cállate y deja de llorar maldito brócoli, vas a llenarme de tus asquerosos mocos.—
Le dijo en falso reproche, no sabía que decirle o que hacer, quería saber a detalle que le habían hecho pero pensó que no era prudente en ese momento preguntarle.
— Escucha... Solo, calmate ¿quieres?. —
Le dijo de la forma más "amable" posible y siguió caminando hasta llegar a la esquina de su calle desde donde pudo ver afuera de la casa del nerd a otro de sus vecinos quien se acercó de inmediato a ellos.
— Al fin... La señora se desmayo y la llevaron a la clínica pero yo me quedé aquí para poder avisarle a su hijo en cuanto llegara. —
Le dijo el vecino del frente y katsuki solo chasqueo la lengua.
—Bien... Hágase a un lado, me estorba —
El hombre se hizo a un lado y parpadeo sorprendido por lo "grosero" que era el rubio aunque ya todo el vecindario sabía de su mal carácter desde pequeño, entonces entró a la casa del pecoso y se giro para cerrar la puerta de una patada luego se dirigío a la habitación del nerd para dejarlo caer en la cama con algo de cuidado, se descolgó también la mochila del pecoso dejándola en el piso.
Se alejo y puso sus manos en las caderas suspirando algo cansado, después de todo el también seguía un poco adolorido por la pelea de la noche anterior y los forcejeos de esa tarde con los mafiosos.
—Bien ya estas aqui nerd... Ahora... ¿En donde mierda guardas el botiquín? —
Le pregunto con el rostro cansado y al oír la respuesta del menor se dirigió al baño en donde estaba un espejo con caja. Lo abrió y ahí sacó unas cuantas vendas, gasas y soluciones para limpiar y tratar las heridas.
"Lo hago solo por que así estaré a mano y ya no le voy a deber nada, no lo hago por qué me importa"
Pensó gruñendo, haciéndose a esa idea y volvió a la habitación del pecoso arrojando todas esas cosas en la mesita de noche al lado de la cama.
Arrastro una silla para sentarse frente al menor.
— Quítate esa cosa ya está inservible... Dejame ver —
Le dijo haciéndose referencia a la camisa rota y llena de sangre. Pero al ver que el pecoso no se podía mover bien gruñó y perdió la paciencia y entonces se acercó y se la quito con movimientos bruscos arrojandola en el piso.
Por su parte el también se quito su abrigo mojado dejándose únicamente la hodddie que tenía puesta y examinó el torso del pecoso, eran en total cinco heridas, dos a lo ancho de su tórax y tres en la espalda, parecía haber sido azotado y la sola idea le hizo enojar.
—Tsk... Esos malditos hijos de perra —
Murmuró molesto para comenzar a humedecer unas gasas con el antiséptico y las aplico primero en la que consideraba la herida más grande que estaba justo en medio de su pecho, no tardo en oír los lloriqueos ajenos y sonrio divertido.
—Ah... ¿Que se siente eh?.. Ayer te reías de mi. Es doloroso ¿no?..—
Murmuró sin parar sus acciones, repitiendo el protocolo que Izuku hizo con el, limpio toda la sangre dejando las gasas sucias a un lado, y tras dejar limpias las heridas aplicó otra solución que servía para poder curar más rápido las heridas y entonces comenzó a vendar su torso cubriendo perfectamente las zonas afectadas.
— Ya estás a salvo Nerd... Así que ya deja de llorar como un cachorro, vas a estar bien... yo...—
De forma inconsciente libero algunas feromonas para relajar al Omega, a veces no se daba cuenta que su lado alfa se activaba por si solo al estar cerca del Omega y una vez que lo noto un poco más relajado se decidió a contarle al menor todo lo que habia pasado. Desde el como salvo a su madre hasta el como supo de su secuestro.
— Encontré tu mochila tirada... Llame a shoto desde tu celular por qué tu madre me dijo que estabas con el y así me enteré de lo que pasó... Te lo dije... Te advertí que era peligroso pero no me escuchaste —
Recalco tomando ventaja de la situación.
— Te dije que si no te hacía daño el lo haría su familia... Lo mejor es que te alejes de ellos. Esta vez tu madre y tu corrieron con suerte, la próxima vez, no podría ser así —
Dijo mientras terminaba de curar al menor. No se había dado cuenta hasta ese momento que el cuerpo del nerd era pequeño y delgado, era... Lindo notando algunas pecas en los hombros y costados. Incluso podía decir que su piel era bonita. Lástima que quizá quedarían algunas cicatrices.
Una vez que terminó, gruñó bajito y tomó otra gasa para limpiarle el rostro que estaba lleno de tierra y algo de lodo. Hasta dejarlo limpio.
Dejó todo a un lado y se acercó al clóset del menor sacando una sudadera la cual le arrojo al menor.
—pontela idiota... Hace frío. —
Le dijo para entonces oír su teléfono vibrar.
Lo sacó y vio que era el número de la señora Midoriya.
— ¿Diga?... Si, aja... No se preocupe ya está en casa... No, él está bien, Claro se lo diré... —
Colgó la llamada y miro al pecoso que ya estaba poniéndose la prenda.
—Escucha... Tu madre se quedara esta noche en la clínica, ya esta estable pero la tendrán en observación por seguridad , fue un día de muchas emociones para ella, la darán de alta en la mañana. No le dije que estas herido, si se lo decía seguro se pondría peor así que tendrás que esconder esas heridas o contárselo tu, y si le di mi numero a tu madre no preguntes por que. —
Murmuró gruñón como siempre y volvió a sentarse frente a él en la silla para recoger las cosas.
— Bueno, me largo... Estoy cansado —
Le dijo sin mas pues no sabia que mas decirle al menor pensaba que el haberle ayudado había sido suficiente por esa noche o eso creyó.
— Intenta descansar —
Le dijo tras un suspiro y justo cuando dio el primer paso sintió la mano ajena aferrarse a él de forma casi desesperada, frenando su andar.
Se giro con una ceja en alto mirando la suplicante mirada del menor que le rogaba casi entre lágrimas que no se fuera, casi podía oler el miedo que desprendía de sus poros.
Entre llantos le escucho rogar y suplicar, que bien sentía que le suplicara, internamente se sentía bien, aunque por otro lado sentía algo extraño. Una sensación que le hacía sentir la necesidad de acatar su petición.
Se quedó en silencio unos segundos. Era obvio que esos bastardos ya no volverían pero el nerd estaba más que tenso y traumatizado. No lo culpaba del todo. Solo un vez estuvo en manos de un Yakuza y había bastado esa sola experiencia para saber que con ellos no debías meterte.
Desvío el rostro y cerró los ojos para luego resoplar suavemente.
—Si tienes miedo ¿Por qué no llamas a la policía y que ellos vigilen tu casa? ¿Por qué quieres que yo me quede?. —
Le preguntó con voz seria y lo miró de nuevo. Que perfecta oportunidad para ganarse aún más al menor. Que perverso era su corazón. Por más que su conciencia le gritaba implorando que detuviera su juego. El cerebro del rubio hacía casi omiso a dicha advertencia.
— Eres un bebé llorón —
Con su mano libre tomó la mano del pecoso que seguía aferrada a la suya para entonces quitarla sin ser brusco y se sentó a su lado. Claro, podía notar aquella necesidad enorme de compañía de parte del peliverde. Esa triste cara llena de lágrimas que no hacía más que hacerle sentir un poco de disgusto que no dejaba expresar.
— Un bebé lloron y muy torpe —
Se acercó despacio, con el dorso de su mano limpio gentil el rastro de las lagrimas que corrían por las pecosas mejillas. Sabia que el llanto del menor había aflorado de nuevo no solo por el miedo, tal vez por la tristeza y dolor de lo que sea que vivió alli y claro tener que bajar a shoto de ese pedestal finalmente.
— Eres tan molesto... Pero aún así... —
Murmuró muy cerca de su rostro, entonces pensó en que sólo podía hacer una sola cosa en ese momento. Con un brazo rodeo la espalda del pecoso y lo empujó despacio hacia él para recargarlo sobre su hombro en un abrazo un tanto cálido.
—Me quedaré... somos amigos... ¿No?... Pero si le dices a alguien que te abracé... Te mataré yo mismo antes que esos imbéciles Yakuza —
Le advirtió muy a su manera sin sonar molesto, dejó que el pecoso se deshaogara, ya que más daba. Asi estaría ya a mano por completo por toda la ayuda que el nerd le había dado en los últimos días.
Palmeo su espalda con la misma mano con la que le había rodeado y suspiro pesado. Se quedó mirando la pared, era extraño, nunca había hecho eso por nadie. Tal vez por los motivos equivocados. Con mala intención de por medio pero sintió cierta conmoción en su pecho al sentir a ese chico temblar bajo sus brazos.
—Ya no te haran daño nerd... Nadie puede golpearte... Excepto yo... Grabatelo bien —
Por primera vez estaba siendo codecendiente con alguien, tratando de calmar el dolor ajeno de una manera que ni el mismo supo cómo lo estaba logrando.
Por un segundo fue como transportarse a aquellas épocas en que tenía que consolar a su amigo el llorón de deku por cualquier cosa y este se abrazaba a él para dejar de llorar. Era igual, seguía siendo ese mocoso miedoso, llorón y débil. Katsuki no hizo más que quedarse quieto y esperando a que el nerd terminará de tranquilizarse.
Algunos minutos después el alfa finalmente pudo separarse del menor quien le pidió que no se fuera de nuevo.
—¡Maldicion no me iré! Estaré abajo en la sala! Quiero acostarme un rato...—
Cuestionó con una ceja en alto. Divertido de ver la reacción ajena. Esa que últimamente el nerd le dejaba ver más seguido. El alfa ladeó el rostro tomando la barbilla del menor y lo analizo cuidadoso pasando sus dedos suavemente entre la piel tibia del pecoso hasta rozar levemente la comisura de sus labios.
— Ya no estás llorando... Así que duérmete de una maldita vez, o si no quieres que duerma abajo entonces dormiré aqui contigo —
Advirtió acercando al clóset otra vez para sacar cobijas y un par de cobertores. Miro a izuku sonrojado por ello y carcajeo divertido, dejo caer las cosas al suelo y comenzó a hacer un tendido..
— ¿Creíste que dormiría contigo?... Eres un nerd bastante pervertido... Aunque... Tal vez lo haga si me lo pides... —
Alzo una ceja mirando al pecoso con una sonrisa ladina. Al notar la reacción ajena solo volvió a reír mientras terminaba de hacer el tendido y se recostó en medio de berrinches.
— Como sea... Estaré aqui hasta mañana que llegue tu madre.... Ahora cállate y duérmete ya nerd —
Le sentenció dándole la espalda y cubriéndose con el cobertor, sus heridas dolían y punzaban pero obviamente lo había fingido bien. Ignoraban su propio estado físico. No iba a desperdiciar esa oportunidad de oro de ganarse al idiota con más rapidez.
— Ah y una cosa más.... Si vas a usar mi ropa para dormir... Al menos pide permiso —
Menciono cortante pero la disculpa por la sudadera hizo al alfa alzar una ceja y voltear hacia el menor de reojo.
— ¿De que mierda hablas?¿cual sudadera? Yo hablo de mi abrigo, Acaso tu....¿Hablas de mi sudadera de anoche? —
Afilo la mirada confuso, mientras señalaba su abrigos húmedo en el suelo, Katsuki sabía que su aroma relajaba a Izuku de alguna manera. Pensó en que quizá el Omega buscaría su aroma para sentirse mejor durante la noche y prefería eso a que el nerd se metiera a su tendido y lo abrazará toda la maldita moche. sonrió por descubrir, al menor confesando otra cosa de la que el no sabía. ¿Había dormido con su sudadera la noche anterior?.
— Eres más pervertido de lo que pensaba... Pero... Supongo que eso me halaga, espero que lo hayas disfrutado por qué nadie más ah tenido ese privilegio —
Alardeo divertido y alzo una ceja a la pregunta de si no había prestado su ropa a su novia, o hecho algo similar con ella, Katsuki arrugó el entrecejo.
— ¿Cuál novia? Yo no tengo una maldita novia, ni mucho menos eh marcado a nadie, ¿Que mierdas estás pensando? —
La respuesta de haberlo visto con una mujer la otra noche en la casa hizo a Katsuki alzar una ceja.
— Ah eso.... Ella solo era una prostituta.... Hago mucho ejercicio, así que siempre tengo mucha "energía" ¿entiendes?... Necesito "liberarlo" un poco de vez en cuando, pero si tanto estás al pendiente de mi, me harás creer que quieres que ll haga contigo —
Sonrió relamiendose los labios antes de volver a darle la espalda al menor y volver a recostarse. Era divertido coquetearle, después de todo era cada vez más evidente que el nerd se estaba enamorando. Estaba cayendo a su trampa redondito aunque también le inquieto saber lo mucho que Izuku lo espiaba y lo atrevido que era en tomar su ropa y dormir con ella. Al final de cuentas era bueno para su plan de apuesta. Pero no podía sentir cierta sensación emocionante por ello.
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Izuku iba de camino a su compromiso, era un fin de semana tranquilo donde esperaba mantener un charla amena con Shoto sin importar las cosas que descubrió de su familia de por medio. El menor de los Todoroki le corroboró que no existía apego con el modo en que sus familiares empleaban, y le creería.
Cuando llegó al restaurante no era sorpresa encontrarse al alfa ya instalado en alguna mesa, el bicolor siempre fue muy puntual. Acercó con una cálida sonrisa agitando la mano para saludarlo.
—Es bueno verte mejor, tus heridas... No lucen tan mal como la última vez.
Resopló bajito tomando asiento, percibió los leves moretones y una que otra bandita en la piel.
"Kacchan ahora está peor, espero que haya logrado ponerse las vendas por su cuenta..."
Pensó desviando la vista a la mesa mientras mordía un poco el labio preocupado. Se dio una pequeña bofetada mental queriendo espabilar y centrarse en Shoto.
En lo que habían pedido la carta y ordenado escuchó las actividades del baile que Shoto logró investigar, Izuku parpadeó algo sorprendido.
—Es verdad, tú tampoco has ido a ninguno, ¿cierto? En ese caso será la primera vez para ambos, suena entretenido.
Cuando recibió un platillo de fideos acompañado de verduras sorbió despacio hasta que escuchó lo de la vestimenta para el evento. Se atragantó un poco preocupado.
—¿Traje? Uh... No tengo ninguno azul, tal vez negro o gris, camisas... Sí, corbatas... Varios años que no uso una... —rió nervioso, la formalidad nunca fue algo que tuvo presente.
En su momento estuvo disfrutando de la compañía, bromeando un poco de como deberían ir vestidos, además de la primera presentación oficial que tendría el equipo de futbol ese año, así que sería la primera presentación fuera de ensayos del grupo de animadoras.
—Es el siguiente fin de semana, ¿por qué no vas a ver el partido? —invitó con una suave sonrisa esperando ver a Shoto en las gradas también.—Sería estupendo si ganan en su debut al torneo, aunque... He escuchado que se han vuelto invictos desde que tienen de mariscal de campo a Kacchan...
Terminó de comer con el pensamiento de si Katsuki estaría en condiciones luego de la pelea clandestina a la que asistió anoche.
"¿Pensará ir al baile también? Tal vez lleve a la chica que llevó la última vez a su casa..."
Negó un poco la cabeza levantando su mochila de entre sus pies y abriendola.
—Es verdad, Todoroki-kun te traje algo. No es de mucha ayuda pero esta mañana fui a una farmacia y... Pensé que podría...
Balbuceó eso último inseguro de mencionar si realmente había sido para Shoto, cuando originalmente lo compró para Katsuki.
—De cualquier manera, aceptalo por favor.
Ofreció extendiendo las manos encima de la mesa entregando una caja de dulces de leche y una tarjeta con el típico oso vendado deseandole mejoría.
"¿Qué me pasó por la cabeza cuando imaginé que Kacchan lo acceptaría?"
Cuando se pasaron un par de horas miró hacia el exterior notando que aún había luz, tenía que irse y cuando escuchó que Shoto también asintió la cabeza levantandose de su asiento.
—Está bien, no te preocupes. Puedo volver caminando, no me queda tan lejos.
Negó a la invitación de que podría llevarlo a su casa, prefería que Shoto no se acercara mucho a esos lares por el hecho de que podría coincidir con Katsuki y luego de su pelea no era lo mejor. Despidió del alfa abrazandolo con cuidado por recordar su costilla rota y recibió un beso en la mejilla por su parte.
Salió del restaurante emprendiendo su camino por la acerca, avanzó varias calles con un semblante agradable por el último encuentro. Las cosas no se tornaron diferentes o incómodas con Shoto como especulaba, incluso le parecía lindo como es que el alfa lucía entusiasta por el baile.
"¿Y si llega a pedirme de nuevo que salgamos?"
Se quedó un tramo sin avanzar por esa posibilidad, tal vez Shoto estaba tan emociando por intentar otra oportunidad así.
"Me dije que podría darle una oportunidad, pero aun siento que..."
Continuó caminando más despacio tratando de encontrar que era lo que no terminaba de convencer de salir con Shoto más allá de amistad. Si fuera por conocer su conexión sanguinea con peligrosos yakuzas lo hubiera frenado desde mucho antes, pero en secundaria no conocía ese detalle y aun así lo rechazó.
En secundaria su rechazo tuvo el motivo de no sentirse listo para una relación, apenas estaba desatando sus instintos omegas no sabía como congeniar con alfas adecuadamente (y hoy en día todavía no sabía del todo).
—No es un mal chico, de hecho Todoroki-kun es el alfa más amable y tierno que he conocido, tiene un aroma agradable, es fuerte, responsable, se preocupa por mí... —suspiró pesadamente sintiendose un tonto por ignorar a tan buen partido—, ¿cuál es mi problema? No es como que alguien ya haya llenado mis expec-...
Repentinamente la imagen de Katsuki se colocó en su cabeza y rápido negó la cabeza golpeando sus mejillas para espabilar.
"Que haya sido mi amigo y tuvieramos una conexión tan fuerte no quiere decir eso."
Hizo una mueca recordando el estado maltratado en que lo vio por última vez en cama. Debería ir a darle un vistazo, si pudo comer algo o si necesitaba más ayuda, después de todo estaba solo.
"Ni siquiera sé si comió lo que le he preparado..."
Nunca vio a Katsuki comer abiertamente frente a él las cosas que hacía para él, solo aquel sandwich que le arrebató con apenas una mordida.
Volvió a suspirar ladeando la mochila para ver cuanto dinero llevaba en su cartera, si podría comprar algo de comida ya preparada en el camino para llevarsela, tal vez si llevaba algo ajeno que él no hizo lo comería. Iba tan distraído hurgando en su mochila que se dio cuenta tarde como una camioneta oscura con vidrios polarizados frenó de golpe a su lado.
Un par de sujetos cubiertos salieron de la parte trasera, uno de ellos bloqueó el paso de Izuku y el otro lo sujetó desde la espalda. Izuku intentó forcejear aturdido por la emboscada, pero sus piernas fueron también levantadas y le cubrieron el rostro arrojandolo dentro del vehículo.
En lo que estaba incorporando sintió dos personas sentarse a su lado sujetandole los hombros para que dejara de remorse, sintió algo contundente pegarse a su frente y el ruido de lo que parecía un gatillo.
—Retuercete o grita y te volaremos los sesos. Te ataremos las muñecas así que lleva tus manos a la espalda, ¿entendido?
Una voz que jamás había oído le amenazó desde de la oreja con un susurro amenazador, por lo que despacio asintió y llevó sus manos hacia atrás siendo atadas con una delgada soga por la otra persona a su lado.
—Se un buen niño y mantente en silencio hasta que lleguemos con el jefe.
Izuku permaneció quieto siento sostenido de ambos hombros por cada acompañante al lado, al menos el arma bajó de su frente cuando terminaron de atarle las manos a su espalda, seguía con los ojos tapados con la tela oscura. Solo podía oir el ruido del motor y sentir un par de vueltas en el camino.
Cuando la camioneta se detuvo el chofer apagó el motor y bajaron jalando a Izuku mientras lo empujaban guiandolo a un sitio donde se escuchaba el arrastre de una gran puerta metálica. Sin el peso de su mochila, estaba ausente de cualquier comunicación, ni siquiera sabía si los raptores tomaron las cosas que cayeron en medio del forcejeo.
Fue llevado hasta un lugar donde de no ser por las indicaciones hubiera tropezado con varias cajas de madera en el camino, entraron a unos cuantos cuartos por el sonido de puerta tras puerta hasta que el camino ya no tuvo obstrucciones. Lo empujaron a tomar asiento en una silla de metal y le aseguraron sus pies con una brida en cada pata..
—Listo jefe. Ya quedó servido.
Dijo una de las voces que raptó a Izuku. Unos pesados pasos acercaron frente al menor descubriendole la tela del rostro, por lo que abrió despacio los ojos por la cantidad de luz que había a causa de la iluminación de varios focos en el techo.
Cuando su vista centró se dio cuenta de la persona frente a él, era enorme y pelirrojo con una abrumadora presencia.
—¿Qué... hago aquí? —Apenas pudo formular palabras por el nerviosismo de esa intimidante mirada. No reconocía a nadie de las personas que estaban allí.
—Deberías saber perfectamente que nadie debe meterse con mi familia y pensar que saldrá sin consecuencias.
Mencionó Enji llevando una palma a la cabeza de Izuku, sujetó de forma áspera levantandole el rostro, cosa que hizo al menor apretar los dientes nervioso. No tenía idea de que hablaba o en que embrollo se metió, lo único que tenía posibilidad fue hacer apuesta en las peleas clandestinas.
—Si alguien de la familia Todoroki quiere algo lo tendrá, ¿cómo te atreves a rechazar a uno de mis hijos? —Acentuó con un gruñido tomando con más fuerza la cabellera del menor hasta empujarlo y caer de lado en la silla.
Izuku quedó aturdido por el impacto, pero sobretodo estaba conmocionado de la noticia. Comprendiendo que ese sujeto era el padre de Shoto Todoroki, y por si fuera poco el jefe de una red yakuza peligrosa.
"¿Rechazar? ¿Se refiere a lo que pasó en secundaria? ¿Por qué ahora?"
Iba a preguntar especificamente a que se refería pero fue abruptamente levantado siendo de vuelta a su lugar en la silla por alguien a su espalda.
Shoto le había dicho que no tenía absolutamente nada que ver con esa rama de su familia, entonces, ¿por qué estaba en esa peligrosa situación por el tema?
—¡No le he hecho ningún daño a Todoroki-kun! Incluso estaba con él hace-... —Izuku trató de reprochar pero fue silenciado con un golpe en la cabeza.
—Nada de lo que digas va librarte de tu escarmiento. Puedes llorar, puedes gritar, pero nadie va oirte.
Las personas que acompañaban a Enji recibieron la señal con solo su mirada, por lo que uno de ellos fue hacia una caja escuchandose el traqueteo de movimientos de cosas, el otro sostuvo los hombros de Izuku desde atrás para que no se moviera. Enji se acercó peligrosamente sacando una navaja retractil de uno de sus bolsillos.
Izuku quedaba bastante aturdido e intimidado con el solo acercamiento de un enigma, su aroma era fuerte como un mineral quemado o cenizas propias, no se acercaba al aroma fresco de su hijo al que el menor acostumbró.
—Vamos a hacer esto lentamente para que se te quede grabado hasta los huesos, nadie rechaza a mis hijos.
Izuku jadeó con horror al ver el filo de la navaja acercarse de su torso, la camisa fue rasgada en vertical hasta separarla y dejarle descubierto. Enji rió entre dientes percibiendo la nítida piel que pellizcó curioso de la reacción nerviosa en el menor, sumamente patético y encantador.
—De verdad que Shoto tiene gustos extraños, pero he de decir que es entretenido. Así que esto será un primer llamado de atención, no te mataré, pero quedará grabado en ti en no volver a rechazarlo.
Uno de los asistentes acercó a cederle lo que parecía un látigo de cuero con marcas de sangre seca y desgastada de otros usos. Los hombros de Izuku fueron de nuevo alzados para descubrirle el torso y recibió un fuerte golpe que le hizo gritar.
Conmocionado miró hacia abajo mirando la línea roja con delgados brotes de sangre, quizo moverse pero seguía retenido en la silla sostenido así que recibió un par más que trató de callar su grito de dolor, pero simplemente no podía. Parecía que a sus captores le divertía verlo lloriquear con espasmos ante el dolor que casi le hacia desmayar.
—Hey, no vayas a perder la conciencia aun, no hemos acabado —llamó el enigma dando una señal con la mano que lo levantaran.
Los tobillos de Izuku fueron desatados de las patas de la silla, así como las manos a su espalda que fueron extendidos mientras era levantado apenas arrastrando las puntas. No tenía fuerza.
Fue girado a darle la espalda a Enji, quien solo emitió el sonido del viento con el látigo que golpeó a Izuku sin un ápice de misericordia. La garganta del menor desgarró en los gritos que emitió, era una melodia para los yakuza que estaban acostumbrados a ese tipo de cosas.
El cuerpo de Izuku quería desaparecer todo mal, no podía soportar tanto dolor, sus ojos estaban entrebiertos con la vista borrosa por apenas conservar la conciencia como el cúmulo de lágrimas que descendieron por el rostro.
El sonido de una puerta se escuchó y con ello el llamado de alguien que recién llegaba.
—No salió como planeamos, de hecho alguien intervino cuando ya nos ibamos —dijo Touya a su padre, poco después miró a Izuku hecho un desastre siendo levantado por una persona en cada brazo—, ¿Este es el granuja? Lo esperaba más lindo para lo que Shoto tanto lloriqueó.
Dijo con decepción, aunque al verlo más atentamente y con las líneas de heridas que incluso rasgaron su ropa a la espalda le pareció interesante. Nunca era un mal show ver a un omega lloriquear.
Izuku fue llevado de nuevo a su asiento, pero esta vez sin ser atado, su cuerpo estaba ladeado en su guardia, respiraba agitado con espesas gotas de sudor y lágrimas por el rostro tratando de soportar el dolor. Enji acercó con su hijo para inspeccionar el estado, delineando sin pudor las líneas del torso.
—Tus gritos son encantadores, me gustaría azotarte más pero estoy seguro que morirás si continuo —susurró entretenido de pulsar las heridas haciendo sangrar un poco más.
A pesar del parche supresor de feromonas en su nuca su aroma estaba desbordado con creces y no era suficiente para retenerlo, eso solo provocó un delicioso coctel a los otros.
—Bueno, ahora entiendo un poco a Shoto, tiene un aroma delicioso.
Algunos segundos después se volvió a oir la puerta abrir estrepitosamente, esta vez una voz familiar captó a Izuku quien levantó con debilidad la mirada dandose cuenta que era Shoto. Sintió como despacio lo tomó del rostro para levantarlo e indagar su estado, Izuku respondió cerrando la mirada con miedo y su cuerpo temblando.
No supo bien que sucedió después, los gritos y la voz de mando, un desplome incluso peor que cuando fue la pelea de la cafetería lo tenía congelado en su asiento tratando de pasar desapercibido.
Todo indicaba que las cosas terminaron allí cuando escuchó que lo liberarían, notó a Shoto en el suelo abrazando su estómago, iba a llamarlo, pero fue abruptamente alzado de las trizas de su ropa siendo guiado a la salida con una escolta comandada por Touya.
Trató de mirar hacia atrás con Shoto, quien fue allí a defenderlo pero solo recibió un golpe en la cabeza con la pistola para que enfocara en su camino a la salida. Sus ojos fueron nuevamente vendados guiado hasta la camioneta.
—¿Lo llevamos a su casa? —Preguntó uno de los asistentes que subía también.
—No, tal vez ya haya policia allí o siga ese idiota impertinente, dejemoslo donde lo encontraron.
El sonido del motor encender y el sentir del automovil moverse le daba un vuelco de alivio mínimo, Izuku no sabía si esos sujetos estaban siendo sinceros en soltarlo así tan facil luego de estar cara a cara con su jefe.
—Entonces... —canturreó Touya cruzando un brazo alrededor del cuello provocando un respinga asustadizo al omega con los ojos vendados—, ya aprendiste tu lección, ¿verdad? Si vuelves a deprimir a Shoto estás muerto.
Con la otra mano sujetó los mechones de la frente en Izuku y lo forzó asentir la cabeza.
—Buen chico, ahora vuelve a casa que tu mamá debe estar preocupada por ti.
El omega sintió como detuvo el auto de forma abrupta y posteriormente una puerta abrió, la venda apenas fue quitada y recibió una patada que lo echó en la banqueta. Apenas pudo llevar las manos para amortiguar la caida, pero quedó en el suelo temblando por las hemorragias.
Cuando miró de reojo el sonido de las llantas quemarse y el arrancón salpicó agua y salió humo del escape. Volvió a mirar hacia abajo percibiendo como las gotas de sangre que caían se dispersaban en el charco de la lluvia.
"Me duele todo el cuerpo..."
Trató de darse un impulso por levantarse, los brazos le temblaban tratando de mantener el peso. El cuerpo le ladeó a volver a caer sentado por el dolor.
"Vamos, levantate, nadie va ayudarte"
Se exigió con una sensación amarga en su interior, tenía tantas ganar de llorar pero debía mantenerse firme en tomar su energía en caminar.
Una sombra surgió encima de él, así como las gotas de lluvia dejaron de mojarlo, por lo que alzó la mirada encontrandose con una sorpresa de que era Katsuki, parpadeó despacio tratando de carburar lo que veía.
—Kacchan...
Apenas pudo mencionar eso cuando el alfa empezó a regañarlo y su motivo de estar ahí fue porque lo buscaba. Hizo un puchero de alivio y empezó a sollozar. Al sentir la mano en su hombro anunciandole que lo llevaría a casa todo afloró en sus emociones, el llanto volvió a surgir golpeando su pecho.
—¡Kacchan tenía tanto miedo, creí que moriría! —dijo entre lamentos tratando de ponerse de pie hasta que cayó una y otra vez—, lo siento... sigo temblando y... y... No puedo...
Fue ayudado a levantarse bruscamente apenas manteniendose de pie, se llevó una mano al rostro tratando de limpiar las lágrimas que le cegaban, en ello percibió que su mochila la llevaba Katsuki acomodandola al frente.
Cuando escuchó la indicación de que subiera a su espalda Izuku lo miró con cierta sorpresa y preocupación.
—Tú... también estás lastimado, no te esfuerces así...
Pero antes las rabietas autoritarias no tuvo más opción que ir despacio hasta abalanzarse en la espalda del alfa. Cuando sintió el estrepitoso levantamiento le hizo aferrar a su cuello de forma asustadiza.
—Me alegra verte... —dijo entre su lloriqueo aferrando su agarre e inclinandose con el alfa.
En el camino solo se escuchaba el gimoteo del menor, tenía mucho en la mente y no podía carburar adecuadamente lo que pasó, desde amenazarlo con una tortura, ver a Shoto golpeado por su padre y aun así dejarle en claro que no podía lastimarlo alguien ajeno a su familia.
El falso reproche de Katsuki diciendole que dejara de llorar le provocó apretar los labios con un hipo por el llanto, meramente recargó la frente a la nuca y asintió. No quería fastidiarlo.
En ese lugar acentuaba el aroma de las feromonas del alfa, un olor extraño y agradable que el instinto de Izuku buscaba encajar con él.
—Lo siento, ya... Ya me calmaré —gimoteó con el hipo y ladeó el rostro intentando limpiarse con el hombro.
Trató de respirar más tranquilo y dejar su llanto, así que cerró los ojos y suspiró cansado. Cuando llegaron a la calle del vecindario escuchó a alguien frente a su hogar, así que levantó de nuevo el rostro encontrandose con un vecino, les notificó lo sucedido con su madre, cosa que hizo alterar a Izuku.
—¡¿Está bien?! ¿¡Vinieron aquí también?!
Llamó estresado mirando hacia su hogar buscando algun desperfecto o indicios de allanamiento violento. Pretendió bajarse y entrar por su cuenta pero Katsuki lo continuó llevando en espaldas hasta el interior.
—Yo puedo, Kacchan... Este...
Dijo algo nervioso al notar que subían las escaleras en esa posición, incluso lo llevó hasta su cama donde tomó asiento, Izuku tanteó despacio su camisa desgarrada en el área donde tenía las heridas en el pecho.
—Muchas gracias por traerme... —dijo esperando que Katsuki se retirara, pero cuando lo vio dispuesto a buscar el botiquín parpadeó con cierta sorpresa y sus ojos se dirigieron a la puerta—, está en el baño, en el compartimiento del espejo.
Izuku se quedó sentado mirando a Katsuki ir hacia el baño, apretó sus manos ansioso a las rodillas y pasó saliva por su garganta.
"Él también está lastimado, no tiene porque forzarse así conmigo."
Lo vio regresar con las cosas que dejó en la mesa conjunta y arrastró la silla para sentarse frente a él.
—¿No prefieres checar tus heridas primero-...? ¡¿Ehh?! —Interrumpió la sugerencia cuando le oyó decir que se quitara esa camisa destrozada.
Pretendía quitarsela cuando estuviera solo y curarse por sí mismo, se llevó las manos al pecho con sus dedos temblando tratando de sujetar la tela.
—S-sí, dame un segundo... ¡Puedo hacerlo yo mismo!
"Deja de ponerte así, solo quiere checar tus heridas"
Se regañó a sí mismo hasta sujetar la parte inferior de la camisa y tratar de levantarla con cuidado de no rozar con sus heridas, pero eso era imposible, Katsuki colmó su paciencia y lo tiró más brusco. Al terminar de apartarla se miró el torso con dos grandes heridas punzantes con rastros delgados de sangre.
—Ugh...
Fue lo que apenas pudo pronunciar con un gesto quejumbroso, ver sus heridas le causaba más dolor.
Se llevó un par de dedos en frotar la sangre que estaba secando en la piel, no eran heridas profundas pero tal vez podrían dejar alguna marca si no eran tratadas adecuadamente.
Al alzar la vista con Katsuki notó como remojaba una gasa con antiseptico de forma precipitada.
—Aguarda... despacio porque... ¡AHHH!
Chilló ante la sensación ardorosa con el frío antiseptico en sus heridas, se llevó una mano a la boca tratando de callar sus quejas. Arrugó el entrecejo ante el comentario burlesco de que fue igual ayer su trato con Katsuki.
—No es verdad, yo fui más cuidadoso —susurró aun cubriendose la boca.
El dolor poco a poco fue aminorando o es que comenzaba acostumbrarse, por lo que se dejó curar sin retorcerse de nuevo. Bajó la vista a Katsuki que yacía cerca de él pasando una gasa por el pecho, centrarse en el gesto concentrado del rubio con él le provocó un tenue sonrojo y mejor decidió cerrar los ojos.
"Tiene las manos muy grandes..."
Se giró para darle la espalda y que continuara con las tres heridas de atrás. El contacto con las gasas húmedas cruzando por su piel era un misterio a saber que patrón llevaría, el omega daba un pequeño sobresalto cada vez que la mano de Katsuki rozaba por los bordes de la gasa.
Inevitablemente le estaba generando un extraño sentimiento abrumado en culpa que le hizo lagrimear en silencio, por lo que rápido llevó sus manos a detener más caídas de lagrimas que sabía a Katsuki no le gustaban, pero también percibió un agradable aroma de las feromonas del alfa que correspondieron a su frustración para calmarlo.
Al terminar de vendarle el torso con larga venda que le rodeó fue que se giró otra vez para encararlo.
—Te agradezco de corazón ayudarme, Kacchan, pero... ¿cómo supiste lo que estaba pasando?
Cuestionó un poco confundido de su motivo para encontrarlo ahí o hasta que sabía que su madre estaba preocupada por su retraso de volver a casa.
Al oír la respuesta de que sucedió quedó asombrado, pero también decaído del regaño final por no hacer caso a sus advertencias.
—Todoroki-kun parecía que no tuvo nada que ver... él... Llegó allí para defenderme... —respondió con un intento de defender al bicolor, pero le resultaba muy dificil a diferencia de las otras ocasiones.
Se llevó una mano al otro brazo cruzando por su torso algo incómodo, poco después sintió a Katsuki acercarse peligrosamente a él que le hizo retroceder un poco, pero solo fue para acercar una gasa humeda al rostro para limpiarlo del lodo.
Segundos después el alfa se levantó yendo a su closet y hurgando entre su ropa como si conociera donde estaba todo. Le arrojó una sudadera a la cama ordenandole vestirse, lo cual hizo con cuidado subiendo el cierre al frente.
—Sí... Hace frío... —susurró con debilidad mirando de reojo a la ventana y la humedad que dejó la lluvia.
Al percibir a Katsuki tomar su teléfono y atender una llamada Izuku inclinó precipitado a su mochila húmeda en busca del suyo, como era de esperarse estaba sin carga.
—Debería llamar a mamá, debo saber como está y de seguro quiere saber si estoy-... —Cuando escuchó parte de la conversación de Katsuki se calló dándose cuenta que hablaba sobre él.
Al terminar la llamada le contó lo sucedido con Inko llevando a Izuku a levantar las cejas con asombro de que recurrieron a Katsuki para saber de él. Incluso le había dado su número a su madre.
—Gracias, fue lo mejor no decirle lo que pasó en realidad. Mamá es muy propensa a sufrir crisis nerviosas, por eso no suelo decirle ciertas cosas...
Susurró eso último llevando una mano acariciar su antebrazo donde quedaban pequeños restos del enorme moretón que le hicieron los jugadores de futbol. Siempre fue así, incluso en la secundaria nunca le mencionó a Inko abiertamente cuando era molestado.
Jaló un par de mechones de su cabello cerca de la oreja algo inquieto de saber que su madre no volvería esa noche, sin embargo, cuando oyó a Katsuki despedirse y dar media vuelta entró en pánico.
—¡Aguarda Kacchan! —Llamó estresado y estirando un brazo para alcanzarle una mano y detenerle.—¡¿Y si vuelve alguien de los yakuza?! No quiero quedarme solo, por favor no te vayas.
Suplicó ansioso de la idea de que estaría en soledad, luego de lo vivido esa tarde le daba mucho miedo apartarse de Katsuki. Ya fuera por sus feromonas o por ser alguien que conocía de hace tiempo, algo en él lo ayudaba a relajarse.
—Por favor no me dejes, por favor, por favor...
Dijo con un ruego patético que sus ojos volvieron a brillar con lágrimas tensas.
—La policia... No sé que decirles... ¡Quiero que te quedes tú! Kacchan es en quien confío —gimoteó estresado de que no podría convencerlo—, me haces sentir a salvo, te lo suplico... quédate...
Su sonrisa tembló con un alivio andante al ver a Katsuki sentarse a su lado.
—No puedo evitarlo... —respondió a su comentario de ser un bebé llorón—, los yakuza fueron siniestros, ellos me forzaron a subir con ellos, me cubrieron los ojos...
Giró con Katsuki ante el repentino tacto del dorso de la mano con su mejilla limpiandole las lágrimas, cosa que le generó un puchero. El estrés que sufría solo podía remediarlo con su compañía.
Lentamente sintió el jalón dócil desde el hombro y como una de sus manos fue a su espalda para empujarlo y darle un abrazo. Ante la amenazada de si le decía alguien que lo abrazó lo mataría solo le hizo asentir la cabeza despacio y recargó en su hombro inhalando sus feromonas que trataban de relajarlo.
Eso bonito aroma de picante y toques de naranja le liberaron un suspiro que estaba tranquilizando sus gimoteos. Se sintió realmente bien oir a Katsuki decir que eran amigos.
Izuku levantó los brazos también para corresponder a su abrazo, rodeó con cuidado hasta llegar a la espalda, recordaba que también estaba herido, pero tenía tantas ganas de aferrarse con fuerza hacia él.
—Sólo Kacchan... —susurró debilmente cerca del cuello del mayor acurrucandose con él. Se supone que había respondido a que solamente Katsuki podía agredirlo, pero su reacción insinuaba algo más.
Duró varios minutos allí, sintiendo las cuidadosas palmas a su espalda evadiendo sus lesiones, Izuku se sentía relajado y tranquilo en su lugar, un sitio de confort con el calor corporal del alfa y su mar de feromonas tranquilizantes.
Al separar y ver a Katsuki ponerse de pie entró en ansiedad de nuevo.
—¡¿A-a dónde vas?! —Balbuceó temeroso a punto de levantarse y seguirlo, pero Katsuki carraspeó diciendo que no se iría, solo que quería acostarse a descansar también a la sala.
Katsuki se volvió acercar a él analizando su rostro, incluso tuvo el atrevimiento de sujetarle la barbilla para alzarlo, cosa que provocó en Izuku un golpeteo ansioso de su corazón, el suave tacto del pulgar en sus labios le sonrojó las mejillas y resopló despacio.
La idea de dormir juntos le encogió de hombros apartando con gentileza la mano del rostro.
—B-bueno... Preferiría que te quedaras donde pudiera verte... —dijo ambiguo jugueteando con sus dedos al frente y desviando el rostro.
Si no podía sentirle, al menos prefería tenerlo a la vista para no pensar que estaba solo.
Al escuchar el traqueteo de camino al closet se dio cuenta de Katsuki hurgando en él y sacando cobertores y cobijas. Izuku jadeó con sorpresa de la idea de que se acostaría consigo, pero al ver como apartaba la silla y arrojaba las cosas al suelo un deje de desilución apareció con evidencia en su reacción.
El comentario pretensioso de Katsuki le calentó la cabeza por el rubor.
"¿De verdad luzco tan obvio?"
Bajó la cabeza con remordimiento por las ideas que su mente generaba ante la necesidad de tener a Katsuki lo más cerca posible. Enlazó nuevamente sus dedos frente a su vientre mirando a Katsuki terminar el tendido en el suelo.
—¡No te burles de mí! No dije que dormirías conmigo en la cama, pero... —balbuceó avergonzado por percibir a Katsuki disfrutar burlarse de él.
Katsuki se echó en el tendido tapandose y dandole la espalda determinando que no se iría hasta que Inko volviera. Eso ya era una ganancia.
—Dijeron en la llamada que volvería hasta mañana, ¿no? Entonces... está bien... Buenas noches.
Susurró algo nervioso de saber que estaría toda la noche con él. Se arrastró despacio para acostarse con cuidado por sus lesiones y levantó el cobertor de su cama para taparse, se giró a mirar al alfa en el suelo cuando escuchó la advertencia de que al menos le pidiera permiso para usar su ropa para dormir.
"¡¿Se dio cuenta?! ¡Creí que había quedado sin mi aroma después de lavarla!"
—Lo siento, es que... arh... Cuando me prestaste la sudadera olvidé quitarmela, era grande, caliente y cómoda que fue agradable dormir con ella...
Balbuceó con culpa volviendo a sonrojar culpable, pero se llevó una gran sorpresa al oir que se refería al abrigo que estaba ahorita en la silla por si llegaba a necesitarla. Izuku quedó en blanco con un gesto dificil de descifrar por la vergüenza misma que sentía, él mismo confesó su impertinencia de anoche.
Se llevó las manos a ocultar el rostro aun acostado, ni siquiera Katsuki lo estaba viendo, pero tenía tantas ganas de tirarse en un agujero y desaparecer. Cuando escuchó que era el único con ese privilegio sus dedos se movieron para visualizar un poco al rubio.
—¿Eh? ¿Acaso nunca le prestaste alguna prenda a tu novia? Ya sabes... aquella que llegó contigo el otro fin de semana... Sin querer vi eso... —confesó decaído por lo acosador que se escuchaba eso, pero ciertamente solo fue una coincidencia cuando se encontró con ese escenario por la ventana.
Llevó sus manos hacia abajo descubriendose el rostro con asombro, pero la cara todavía sonrojada cuando oyó que no tenía novia, o que nunca ha marcado a nadie, y aquella mujer solo dio sus servicios sexuales. No podía evitar sentirse aturdido por la noticia, Katsuki en realidad era soltero, pero... Eso de que acudía recurrentemente con sexo servidoras le hizo entender algo.
"Por eso fue visto en aquel lugar..."
Recordó cuando Todoroki le mencionó aquello de ser encontrado en un bar con mujeres y bebiendo. Eso le generó algo de tristeza, pero cuando escuchó la propuesta de que podía liberar toda esa energía con él si tanto está al pendiente le hizo respingar nervioso.
—¡¿Pero qué dices?! ¡¿P-por qué tendría que ser yo quien te ayude con eso?! —Tartamudeó acostado notando los hombros de Katsuki moverse por la risita burlesca. Izuku suspiró exaltado dandole la espalda también. —Descansa.
Sentenció resignado de volver a caer en las bromas insinuantes. Apretó los ojos tratando de dormirse, pero segundos después los relajó abriendo un poco en la oscuridad mirando la pared.
"Kacchan es un alfa... tiene mucha actividad sexual... Me sorprende que siempre haya excluido el marcar a alguien. ¿Serán omegas con quien lo hacen? Probablemente son betas... ¿O que tipo de aroma le gustará?"
Comenzó a cuestionarse que hacía a Katsuki elegir a las sexo servidoras, pero varios minutos después concilió el sueño, las feromonas del alfa eran relajantes y le ayudaban a cerrar los ojos sin tener presente ninguna preocupación.
Horas más tardes Izuku abrió los ojos con un gesto ansioso, parte del cuerpo estaba aun un poco adolorido pero lo toleraba. Se giró somnoliento para levantarse, tenía ganas de ir al baño, al ver el bulto en el suelo recordó que Katsuki estaba allí, así que tuvo cuidado de ponerse de pie rodeandole para ir al baño.
Encendió solo la luz del baño y cerró la puerta con sigilo. Cuando terminó sus necesidades y se lavaba las manos el agua fría del grifo se sentía particularmente agradable en su piel, cesando algo inquieto por el calor ansioso.
"Hace unos días se adelantó mi celo... No de nuevo..."
Quejó internamente incómodo, estar tan cerca de feromonas de alfas peleando o directamente con un peligroso enigma fue suficiente para remover su instinto omega. Miró el reflejo en el espejo con un tibio rubor por el calor que comenzaba, así que abrió el botiquín sacando un blisted de supresores y se lo echó a la boca sin agua.
"Esto debería calmarme para volver a dormir..."
Con más calma se lavó la cara para bajar el calor, tomó la toalla de mano y secó despacio tomandose su tiempo, así como analizó el vendaje que Katsuki le puso en el pecho. Bajó un poco el cierre de su sudadera tanteandose el torso, cuando recordó que alfa lo estuvo tocando negó la cabeza tratando de borrar la imagen.
Salió del baño apagando el foco y cerrando la puerta para volver a su alcoba, rodeó nuevamente a Katsuki subiendo a la cama, iba acostarse pero se quedó unos segundos sentado meditabundo. El olor del cuarto había cambiado un poco con las feromonas del alfa, eran muy agradables.
Izuku relamió sus labios y frotó sus muslos ansioso notando el abrigo del rubio encima del respaldo de la silla. Recordó la advertencia de que le pidiera permiso si quería usarla, ahora frotó sus manos inquieto.
—Kacchan... —susurró tratando de llamar su atención, pero también le daba algo de miedo—, ¿Kacchan estás despierto?
Rascó su nuca con ansiedad hasta percibir el parche que hacía sus feromonas más discretas, sin importarle y ademas de estar desgatado lo retiró dejandolo en el mueble conjunto.
—¿Puedo usar tu abrigo, verdad? Hace frío... —dijo con un vano intento, puesto que en realidad tenía algo de calor por el inicio de su celo que calmó con el supresor, pero tenía sus recidivas de inicio.
De nuevo sin tener respuesta no esperó más y gateó hacia el limite para alcanzar la ropa, inmediato se la puso encima de la que llevaba, como era de esperarse le quedaba enorme. Empezó a olfatearla buscando las feromonas que tenía encima, pero con la lluvia se habían suavizado.
"No es suficiente..."
Hizo una mueca disgusto, frotó sus mangas sonrojado de imaginar nuevamente el abrazo de Katsuki plagado directamente de sus feromonas. Una idea atrevida le surgió, por lo que giró hacia el alfa en el suelo.
—¿Puede dormir contigo? No me siento del todo bien...
Le daba vergüenza decir que era por el celo, pero en efecto eso era. Tenía una sed por las feromonas del alfa que le hacía pasar con hambruna saliva a su garganta, mordisqueó su labio sin tener respuesta más que un silencio en la habitación.
Apenas entraba algo de luz por los faroles nocturnos de la calle, pero se podía visualizar el bulto entre los cobertores en el suelo. Izuku suspiró sigiloso y frotó con sus palma las mejillas sonrojadas hasta pasar su fleco hacia atrás por la decisión precipitada que se le ocurrió.
Bajó de la cama arrastrando su cobertor con la mano y arrodilló al lado de Katsuki mirando con atención su cabeza y hombros que era lo único que asomaba fuera del cobertor, seguía dandole la espalda.
Las pupilas de Izuku dilataron al admirar al alfa, acercó despacio dejando una mano tambaleando encima del hombro ajeno queriendo llamarlo.
—¿Está bien si duermo contigo solo un rato? —Susurró cohibido.
Tenía una extraña exigencia por seguir tan cerca del alfa, lo más que podía. Sus feromonas eran un gusto culposo que adquirió desde ayer cuando usó su sudadera para ir a la pelea clandestina, pero se acentuó aun más al recibir sus feromonas para relajarlo, el alfa se convirtió en ese lugar adecuado que su instinto omega exigía.
Agachó la cabeza cerca de la cabellera rubia, era sedosa y le hacia cosquillas en su mentón, inclinó un poco más recorriendo tan cerca su respiración inhalando su aroma. Sus labios dieron un gentil roce en la sien suspirando su nombre por las patillas.
Irguió la espalda y frotó una manga a su mejilla acalorada, frustrado de no encontrar una saciedad como lo anterior, por ello volvió a inclinar para acostarse al lado de Katsuki en el tendido. Recargó la frente a la amplia espalda inhalando su aroma directamente.
"Tu olor es demasiado bueno..."
Prontamente bajó por completo el cobertor de un tirón para cubrirse también, no obstante eso provocó una molestia más allá de confort, ese cobertor daba un eclipse a las feromonas de Katsuki, el cuerpo le hormigueaba disgusto por lo que la apartó de su cuerpo.
Tomó asiento inquieto y apretó su mano en la tela del abrigo en su pecho. Necesitaba sentir más de Katsuki, por lo que se la quitó al igual que su sudadera que llevaba abajo quedando solamente con las vendas. Si hacía frío no lo sentía del todo por lo caliente que su piel estaba, sentía que se derretiría.
Katsuki probablemente estaría tan cansado, seguía con heridas y también tuvo un día extenuando con lo que sucedió en la casa Midoriya. La culpa y lo sensato desapareció de la mente de Izuku teniendo solo una cosa por hacer: tener al alfa más cerca, quería ser aplastado por sus deliciosas feromonas y el calor de su piel.
—¿Puedo... abrazarte Kacchan? —susurró con un tono necesitado.
Removió el edredón que cubría a Katsuki para adentrarse él también, tomó el abrigo ajeno para ponerlo de almohada consigo e instalarse. Al estar acostado de lado recargó nuevamente su frente a la amplia espalda y llevó una mano al brazo del otro hasta alcanzarle la mano y apretarla gentilmente.
—...Alfa...
Musitó con ese tono ansioso cerrando poco a poco sus ojos hasta conciliar el sueño nuevamente en una lugar tan agradable. No estaba del todo en contacto piel contra piel, pero el calor que le brindaba la cercanía fue suficiente para hacer a Izuku dibujar una sonrisa dócil hasta dormirse otra vez.
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