Pelea clandestina
Mientras se mecía con suavidad en aquel columpio viejo, Katsuki no dejaba de pensar en la alta probabilidad de perder a su madre, aún mantenía esa espina de incredulidad al saber que ella era muy precavida como para haber sido arrollada así como si nada. Incluso su padre estaba igual de extrañado.
— El auto no tenía placas, los vidrios estaban polarizados... La luz roja estaba en el semáforo... Estoy seguro que fue intencional —
Murmuró con el entrecejo fruncido, suspiro profundo, ahora que estaba suspendido por una semana tenía de el tiempo libre de ir a verla y no tendría excusas, si no iba seguro que su padre se lo reclamaría. Aunque el alfa nunca fue demasiado expresivo con sus progenitores debido a la crianza ausente de ambos, aún así les tenía cierto aprecio.
— Supongo que tendré que ir a verla —
Murmuró inflando una mejilla en estrés antes de recargar la frente a la cadena del columpio, de pronto escucho un par de pisadas suaves lo que le puso en alerta y al mismo tiempo detecto ese leve aroma en el viento a cedro con manzanilla.
La voz de Izuku le hizo mover sus ojos en dirección al omega que había llegado a sus espaldas con cautela, no lo había visto desde el día anterior en la pelea de la cafetería. Se preguntaba que es lo que el nerd pensaría de el después de haber presenciado eso pero al notar como es que se acercó despacio hasta inspeccionarlo con la mirada supo que el nerd seguía preocupándose por él. Nada había cambiado.
"Excelente, aún puedo manipularlo"
Pensó con malicia chasqueando la lengua ante su comentario inicial aliviado de que podría continuar con la apuesta.
— Lo que haga o no es mi problema además ya descanse toda la jodida noche. —
Respondió algo tajante, aún le costaba mucho trabajo poder fingir una dulce voz con ese Omega que le hacía sentir molesto cada vez que su mera existencia estaba cerca pero ahora que sabia que Izuku no lo había rechazado del todo debía aprovecharlo.
La mención respecto a que su pelea era el tema en cada boca del colegio le hizo mirarle de reojo con una apenas ladina sonrisa que borró al escucharle decir que no había ganador ya que tanto el como el idiota bicolor habían terminado mal. Katsuki chasqueo la lengua frustrado. El siempre ganaba y siempre sería así.
— Le rompí la costilla y el no logro romperme ni un solo hueso, es claro que yo gane —
Corrigió con molestia torciendo los labios, volvió a desviar la mirada al frente sin decir nada más que escuchar las palabras del Omega que le daban a entender lo mucho que se fijaba en sus manos. El alfa arrugó el entrecejo, ese nerd parecía observarlo y darse cuenta de todo lo que su cuerpo tenía como las heridas de los nudillos hechos días atrás en la pelea clandestina.
"¿Que es? ¡Algún tipo de pequeño acosador?"
Pensó en silencio mirando sus nudillos, el nerd tenía razón, sus heridas estaban aún peor de lo que recordaba. Ya no queda rastro alguno de aquella curación que recibió en los vestidores por el nerd justo mientras oía la mención de aquella tarde.
"Te agradezco tu preocupación por mi"
Katsuki tuvo que hacer un esfuerzo colosal por no dejar salir el vómito verbal.
"¡¿Quién diablos se preocupa por ti?! Estás mal si crees que tú me importas en lo más mínimo nerd de mierda"
Gruño mentalmente apretando los puños para contener el impulso de abrir la boca y dejar salir esas palabras, el alfa bufo molesto ante la seguridad con la que Izuku le dijo que ese tal "Todoroki" no le haría nada. Tal parecía que durante su distanciamiento desde niños ese nerd y ese punk habían creado un fuerte lazo se amistad. Lazo que le daba náuseas pero el rubio no se rendiría, siempre había una manera de hacer que la perspectiva hacia alguien cambiará.
Aunque el nerd le había asegurado que solo eran amigos, era claro que las intenciones de shoto eran otras. Era su principal piedra en el zapato para que su apuesta resultará con efectividad.
— No confíes en él tan ciegamente, no conoces realmente que intenciones podría tener contigo —
Advirtió serio, riéndose a carcajadas por la ironía del consejo, siendo que era él mismo de quién el Omega debía cuidarse ahora. Con esa última advertencia suspiro y volvió la mirada al horizonte de antiguos edificios y árboles altos del pequeño parque. No podía dejar de sacarse a su madre de la mente y el hecho de ese anormal accidente.
La voz del Omega le distrajo de nuevo, cuestionando el tiempo que estaría suspendido. El alfa bufo rodando los ojos y chasqueo la lengua.
— Una semana, al otro imbécil solo le dieron tres días gracias a la influencia de su maldito padre. Claro, como es el que financia la escuela... Se salió con la suya —
Gruño con coraje pero no había nada que hacer. Apenas había pasado un día de su suspensión, restaban seis más.
De pronto un toque sobre su mano derecha le hizo abrir sus ojos amplios y rápido tensó, miro al descarado nerd empezando a curar las heridas de sus nudillos sin siquiera preguntarle. El alfa sintió la cabeza calentar de furia.
— ¡¿Que diablos crees que haces?! —
Cuestionó en alto casi a punto de empujar al Omega lejos de él pero se contuvo de nuevo sintiéndose extraño. No estaba acostumbrado a ese tipo de atenciones y mucho menos de alguien como Izuku. Era la segunda vez que sus manos se tocaron con las del nerd, observo atento la manera delicada y segura con la que el pecoso le limpiaba con el anticeptico que ardió un poco, para después vendarlo con cuidado. Era claro que el idiota sabía cómo hacerlo, lo que le llevo a pensar ¿Por qué?.
Afilo la mirada enfocándo en esas manos ajenas, eran pequeñas, blancas con dedos delgados. Las manos de un Omega al derecho y al revés comparadas a las suyas. No había tenido la oportunidad de contemplar mejor ese cuerpo frente a el. Si bien era menor en tamaño que el suyo, nunca se había percatado de la forma curvilínea que el Omega intentaba ocultar bajo las holgadas prendas que siempre usaba.
A la vez la cercania del Omega hacia el en ese momento le permitio percibir mejor ese delicado aroma a cedro con manzanilla, mismo aroma que le hacía arrugar la nariz, no le causaba rechazo a diferencia de otros pocos omegas con los que le tocó fornicar, que apestaban terriblemente dulce, después de todo, si eran compatibles genéticamente el aroma sería atrayente para ambas partes.
"¿Que pensará el nerd de mi aroma?"
Pensó con cierta curiosidad pero suspiro cansado al verlo alejar dejándole el spray y las vendas a su lado con la clara intención de que terminara el trabajó por su cuenta. Sin embargo el rubio se quedó mirando las cosas con atención.
Solo una cosa acudió a su mente al ver esos materiales de curación y fue su madre. La imagino en la cama de hospital, envuelta con ese mismo tipo de vendas. Se quedó en silencio un segundo hasta que el Omega le hizo volver en si con su pregunta. ¿Que por qué lucia así?, ¿Que era lo que le preocupaba? . Maldita sea ese mocoso estaba demasiado confianzudo como para atreverse a indagar en su vida con tanta confianza.
¡No eran amigos, no eran nada! No tenía el derecho de tratar de aparentar cosas que no había. Katsuki gruño molesto y le miro con seriedad.
—¡No te metas en mis asuntos! ¡Deja de ser tan jodidamente irritable maldita sea!—
Bramó molesto aferrando los puños con firmeza. Casi se lanza a darle un buen golpe al idiota pero fue el sonido de un teléfono lo que le detuvo.
Observo como el Omega sacaba su celular apresurado para atender una llamada.
Katsuki alzo una ceja mientras escuchaba los cuchicheos a poca distancia, por las palabras que logro entender supo que el nerd se había quedado de ver con alguien. Ya era tarde, estaba oscureciendo, ¿Quién rayos podría ser?. Trato de prestar mejor atención y pudo escuchar la grave voz que recordaba perfectamente.
"¿Se verá con ese idiota ahora mismo? ¿Para que?, ese maldito es un verdadero dolor en el culo y este nerd de mierda no deja de creerle"
Pensó fastidiado de Shoto, le molestaba que estuviera detrás del nerd siempre y que esté corresponderá al interés del bicolor. ¿Que era sensación? Antes Izuku solo loadmiraba y seguía a él, ¿Que tenía de especial ese idiota?. No iba a permitir que eso siguiera así. Tenía que hacer algo, usar la culpa o hacerce la víctima. Cualquier cosa funcionaría con alguien tan dócil y patético como lo era Izuku. Eso haría.
Cuando el Omega se dio la vuelta despidiendo con la intensión de irse rápido le alcanzó tomándole de la muñeca.
— No te vayas... —
Le solicito alzando la afilada vista en un gesto manipulador. Conectando con los iris verdes para darle mayor peso a la emoción que intento transmitir.
— No quiero estar solo ahora... Me vendría bien algo de compañía —
Solicitó con una voz tremula metiéndose perfectamente en esa actuación digna de telenovela. Sonrió en sus adentros al notar como el Omega obedeció y regreso hacia él haciéndole saber que para el nerd él era más importante que ese idiota Yakuza.
Cómo era de esperar el Omega cuestionó que ocurría, Katsuki esta vez ideó algo mejor para su beneficio, usaría la situación de su madre para crearle lástima al nerd. Después de todo no era una mentira y el Omega lo podría corroborar. Era un plan perfecto. Suspiro soltando el agarre con suavidad. La muñeca de Izuku era pequeña pero firme, cabía perfectamente en la palma de su mano.
— Mi madre... Ella fue arrollada por un auto ayer y su estado es delicado, estoy... Angustiado por ella —
Respondió desviando la mirada al piso, ciertamente no estaba mintiendo, había algo de verdad en su actuación. El asunto de su madre le había estado dando vueltas en la cabeza desde que recibío la llamada de la noticia.
Su mirada enfoco nuevamente en los materiales de curación dejados frente a él, pensando de nuevo en los hechos del accidente.
Desvio de reojo a Izuku cuando comenzó a hablar mientras se acercaba deseandole mejoría a la mujer.
Katsuki solo asintió mientras notaba al Omega volver frente a el poniéndose en cuclillas se nuevo y sin ponerle resistencia dejo que le tomara la mano sin atender para ser curada.
El Omega le daba palabras de aliento que le hicieron mirarle fijamente con seriedad. Sermones como dar las mejores vibras a alguien para que mejorará. No necesitaba esa mierda sentimental, sabía que eso no ocurría en la vida real. Si las cosas funcionaran así, su cachorro no hubiese muerto cuando de niño fue positivo con que se recuperará día tras día pero no ocurrió.
El nerd siguió con su discurso haciéndole alzar una ceja al escuchar que deseaba que se curara, no solo su madre si no también él, seguido de una suave sonrisa que hizo al alfa apretar los labios.
"¡¿Que hay con esa estúpida sonrisa?!"
Pensó arrugando el entrecejo con una sensación extraña instalada en su pecho. Nunca nadie le había sonreído de esa forma tan natural y tranquila, como minimizando la situación o tal vez tratando de aligerar la carga.
— Son tonterías... —
Chasqueo la lengua mientras metía las manos a los bolsillos de la chaqueta una vez que el nerd termino y le miro de reojo tomar asiento en el columpio continuo.
Asintió a la pregunta respecto a si su padre estaba con ella, era más que obvio, su padre siempre fue alguien muy sentimental y relajado comparado a su madre, sabía bien que quien peor la estaba pensando era probablemente ese débil hombre de sonrisa amigable. Izuku menciono que la compañía era buena, que debía ir a visitar a la mujer y el alfa simplemente suspiro recargando la frente en la cadena con el cejo arrugado como de costumbre.
—Di algo que no sepa ya, brócoli —
Murmuró más suave, escuchando el rechinido del metal viejo en el columpio ladero. La compañía de Izuku no era tan molesta como creyó en ese momento. Quiza por esa débil actitud sumisa y atenta que siempre le daba a solas, probablemente recreado la sensación tranquila de ese amigo que alguna vez tuvo en la infancia.
Estuvieron en silencio un rato más acompañados solo por el movimiento suave de los columpios y el rechinar del oxidado metal hasta que una vez más el molesto sonido del teléfono ajeno se presentó. El alfa miro de reojo prestando atención una vez más al Omega y su lenguaje corporal. Era de nuevo ese idiota molestando por saber en dónde diablos estaba en nerd. Katsuki dibujo una sonrisa ladina con diversión. Si tanto quería saber en dónde estaba vaya que le daría una gran pista.
Miro sus manos vendadas y suspiro tomando aire para hablar.
— Oye nerd, mis heridas están mucho mejor gracias a ti y tus suaves manos de princesa —
Hablo en alto asegurandose de que el bicolor lo escuchará del otro lado de la línea. Por la reacción trémula de izuku supo que había funcionado y mas cuando escucho discreto la sentencia de Izuku respecto a que quizá debían verse otro día.
Tras ello otro silencio largo se instaló en ambos, Katsuki solo miraba de reojo al Omega que se mecia decaído.
"¿Por qué se ve así?, Ni que le gustará ese idiota.. ¿o acaso ya le gusta?"
Afilo la mirada mientras apuñaba las manos una y otra vez para sentir el alivio de los antisépticos bajo la tela que los cubría. Katsuki no sabía de qué hablar, no hablaba mucho con nadie en realidad y no tenía temas en común de que charlar con el nerd que no fuesen recuerdos de la infancia. Era difícil entablar una conversación con él.
—No vale la pena —
Murmuró apenas en un intento de hacer que el nerd dejara de pensar en ese otro alfa bicolor. Le molestaba que hubiese alguien más a quien izuku Mirara con admiración como cuando eran niños. No sabía por qué. No hubo más palabras hasta que Izuku se levantó del columpio anunciando que debía irse a casa. Katsuki aprovecho eso también.
— Yo también, estoy cansado, vámonos —
Propuso mientras se ponía de pie también y ambos volvieron de regreso a casa. El sol ya se habia ocultado y solo quedaba un tono rojizo en el cielo. En el camino de vuelta tampoco hubo mucho intercambio de palabras. Solo se apresuró a caminar delante de izuku con las manos en la cangurera de la sudadera y el gorro puesto.
Al llegar a sus respectivas casas el menor se despidió de el con un amable comentario de que se mejorará junto a su madre a lo cual el alfa solo gruño sin decir nada y entro al perímetro de su hogar, abrió la puerta y entro cerrando con un portazo y al ver su casa vacía solo suspiro. No había nada allí con que distraerse pero le pareció escuchar un murmullo afuera.se acerco a la ventana al lado de la puerta principal y miro a oscuras tras la cortina. Izuku no estaba dentro de su casa si no afuera llamando por teléfono de nuevo.
Katsuki no podía escuchar que decía del todo pero si que notó como se pronto el idiota volvió a la calle casi corriendo dirigiéndose a algún lugar.
El alfa chasqueo la lengua frustrado.
— Maldita sea, ¿Por qué diablos va con él?, ¿que no puede ignorarlo y ya?, Shoto eres un verdadero dolor en el culo —
Gruño molesto volviendo a la sala con esa sensación incomoda en su mente. Por mucho que intentará echar a perder la relación entre el yakuza y el nerd, parecía no poder lograrlo. Shoto no los iba a dejar en paz y la única manera de que se apartará de su camino era que fuese Izuku mismo quien cortará lazos con el bicolor. Pero por más que intentaba hacerle quedar mal o sonsacar al nerd, este parecía seguir preocupándose por el idiota bicolor.
— Si esto sigue así, ese imbecil va a arruinar mis planes...—
Pensó mientras subia las escaleras a la habitación.
—Estoy casi seguro de que yo le gusto a ese nerd de mierda, pero no deja de seguir a ese punk como un ciego, tal vez deba jugarle con la misma moneda —
Planifico con maldad, haría que el nerd cayera en su juego, debía mostrarse amable e interesado en alguien más. Crearle celos a ese idiota para que dejara de lado al bicolor y se interesará solo en él.
Eso sería fácil teniendo decenas de admiradores en el colegio. En especial cierta fémina de cabellera azabache.
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Cuando llegó la hora de verse en el café, shoto fue al restaurante en uno de los autos de su padre que el mismo quiso manejar pese a su cuerpo lastimado. La ventaja de nacer en cuna de oro era que la atención médica que recibio fue rapida y de primera. Tenía el torso vendado bajo su camisa. El dolor era fuerte pero gracias a los medicamentos que le dieron estaba bajo control. Solo debía tener cuidado de no hacer actividad física durante seis semanas.
Shoto pensaba que realmente no había estado tan mal la golpiza propinada por el rubio pues eran peores las que su madre le daba cuando era más pequeño, tal cual era el ejemplo de hacerle aquella cicatriz que casi abarcaba la mitad de su rostro marcandolo de por vida.
Cuando se llegaron las 6 en punto el bicolor comenzó a sentirse un poco nervioso, miro hacia la entrada entre lapsos mientras el tiempo avanzaba. Izuku siempre era puntual por lo que un retraso así le comenzó a preocupar.
— Quizá se arrepintió y no vendrá —
Murmuró mientras miraba la pantalla de su teléfono dudando en llamarlo pero cuando pasaron más de diez minutos de retraso le llamó sin pensarlo dos veces.
Nervioso esperó respuesta hasta que escucho la voz del menor atender, se escuchaba nervioso.
— ¿Está todo bien? ¿Vendrás? —
Cuestionó preocupado y al escucharle decir que ya venía en camino lo alivio.
— Bien, por favor ven cuidado estoy en una de las mesas de la terraza, te espero —
Menciono más tranquilo antes de colgar la llamada aunque había una sensación extraña que el tono de voz de Izuku le daba, sabia que algo no andaba bien pero decidió confiar en el y seguir esperando con paciencia misma que se le esfumó cuando el reloj ya marcaba un cuarto para las siete. Casi una hora de retraso.
— Esto no está bien, hace más de media hora que dijo que ya venía en camino... —
Murmuró volviendo a llamar nervioso esperando que no hubiese ocurrido nada malo. Cuando Izuku atendió la llamada el alfa suspiro de alivio una vez más.
— Midoriya son casi las siete, ¿En donde estas? —
Cuestionó recibiendo la respuesta de que un "percance" había ocurrido, lo que alarmó de inmediato al bicolor.
— ¿EH? ¿Que percance?, ¿Estás bien?, ¿Que es lo que está pasando Midoriya? —
Cuestionó más preocupado que nunca cuando escucho la voz de Katsuki al otro lado. Shoto abrió sus ojos amplios en sorpresa. ¿Que diablos hacia Katsuki con el? Lo peor era lo que le escucho decir. "Mis heridas están mejor gracias a ti y tus suaves manos".
Shoto sintió una sensación acalorada subir por su frente.
— ¡¿Ese es Bakugo?!, ¿Que diablos haces con el?, ¿Te esta haciendo daño? —
Cuestionó perdiendo la paciencia y la calma. Recibió la respuesta de que el rubio no hacía nada malo y que solo estaban "charlando" misma respuesta que el bicolor no creyó en lo absoluto pues sabía que Katsuki era demasiado bestia como para solo charlar con calma sin algún acoso físico de por medio.
Shoto jamás había odiado a alguien, pero cada vez que veía al rubio no evitaba sentir cierta molestia. Katsuki era la primer persona que shoto detestaba, tanto por su actitud creyéndose intocable, como por la forma en que trataba a los demás, en especial al chico que tanto amaba.
—¿De verdad es solo una simple charla?... Él no es una buena persona... No confío en él. ¡No me agrada en lo absoluto que estés con el a solas! —
Le dijo siendo sincero, debía expresar y dejar en claro lo que pensaba del rubio. Sin embargo las siguientes palabras que el peliverde dijo fueron por lo mucho lo que más le había dolido en toda la noche.
"Mejor nos vemos otro dia".
El resto de la frase no la escucho bien, fueron esas palabras las que le calaron profundo haciéndolo voltear a ver a su alrededor con una expresión que difícilmente podría describirse. Una combinación de tristeza y angustia.
—¿Eh?... No. ¿Por qué prefieres a estar con el? ... Midoriya tu y yo ya teníamos está cita —
Le dijo sintiendo como su pecho se oprimía haciéndole incluso elevar su respiración pero el menor parecia firmemente decidido a cumplir sus palabras.
—¡¿por qué no puedes escapar de Katsuki?!, el es el malo aqui —
Dijo por último antes de escuchar la despedida del menor y seguido la llamada cortarse.
Shoto tenía un rostro que jamás había expresado sus ojos estaban acuosos, mordiéndose el labio y su entrecejo ligeramente fruncido. Estaba a punto de romperse.
Estába alterado.. Sentía como si su corazón hubiese sido perforado. Toda felicidad y esperanza que tenía sus sueños e ilusiones que tenía con él pecoso simplemente se esfumaron como viento. Se negaba a aceptar que Izuku lo había rechazado y cancelado por preferir estar con ese bravucón.
Oculto el rostro entre sus brazos los cuales estaban sobre la mesa y ahí sin que nadie le pudiese ver, comenzó a suspirar con leves espasmos dolorosos en su tórax. Se sentía "bateado" como decían las chicas, a pensar del refuerzo que había puesto. Todo había sido culpa de Katsuki.
Shoto no entendía por qué el pecoso era tan manipulado por las acciones de ese rubio engreído. No soportaba eso. Sabía que lo estaba lastimando y que izuku era infeliz gracias a ese idiota. Así que con él corazón roto y los ánimos por los suelos, el bicolor suspiro mirando la carta en la mesa.
—Deberia irme... Él no vendrá —
Murmuró decaído empezando a recoger sus cosas y despacio se retiró bajando las escaleras pero justo en ese momento su teléfono sonó una vez más. Era Izuku. Shoto alzo las cejas sorpresivo y atendió de inmediato.
— Yo.... Eh si... aún estoy aquí, estaba a punto de irme ¿Por qué? —
Cuestionó confundió, pero el menor se estaba disculpando por dejarlo plantado y aseguro que ya iba en camino. Shoto sonrio aliviado y regreso a su lugar.
Pasaron algunos minutos hasta que finalmente noto al pecoso llegar y dirigirse hacia la mesa. Le miro con una suave sonrisa nerviosa.
—Gracias por venir ¿Esta todo bien? ¿Que fue lo que pasó con Bakugo ?—
Le pregunto ya un poco más tranquilo y saludo cuando finalmente estuvo a su lado y tomó asiento frente a él. Escucho con atención el relato sobre el como se había encontrado al rubio en el camino y había decidido hacerle compañía al verlo mal. Shoto solo suspiro dibujando una leve sonrisa caída. Esta vez decidió confiar en el y lo inspeccionó con la mirada de forma cautelosa buscando algún indicio de golpes pero parecía que Izuku decía la verdad. Esta vez Katsuki no le habia hecho daño.
— El te humilla y te trata como su marioneta y aún si tú... Te preocupas por él.... Eres un ángel Midoiya —
Shoto solo soltó un profundo suspiro entristecido. Izuku era demasiado noble para entender que personas como bakugo no merecían la tención que el les daba. Tras ordenar un par de tazas de te, el alfa finalmente decidió hablar.
— Primero te agradezco que aceptaras venir. Mis heridas no son muchas en pero la peor fue la costilla, se rompió y me han prohibido hacer actividades físicas por seis semanas... Me perderé el primer torneo de natación —
Explico entristecido por eso último, se había dejado llevar por las provocaciones ajenas y esas eran las consecuencias. Adoraba nadar y ahora tendría que dejar se hacerlo por un tiempo.
— También quiero hablarte sobre mi familia. Todo lo que dijo Bakugo es verdad... Mi familia forma parte de los altos yakuza desde hace generaciones, en especial mi padre que es líder de todo un sector y mi hermano mayor comanda a su lado —
Comenzó a confesarle con la vista gacha y sin nada de ánimo en sus palabras. No se sentía orgulloso de eso.
—No lo negaré , mi familia ha hecho cosas horrendas pero yo no soy parte de eso, tampoco mi hermana mayor. Solo mis dos hermanos mayores y mi padre. —
Confeso con vergüenza, hablar de ese lado tan delicado de su familia no era fácil para el bicolor. No sabía que es lo que Izuku llegaría a pensar.
— Jamas le dije a nadie que mi familia es yakuza por que todos tendrían miedo de mi, yo quiero que me respeten por mis logros y no por ser hijo de un importante yakuza. Además... No es algo que me haga sentir orgulloso.. pero ya no importa, bakugo lo ha sacado a la luz frente a todos.—
La voz del bicolor era tranquila aunque a la vez triste, temia por lo peor. Que Izuku decidiera irse de su vida vida siempre, entonces suspiro y miró al pecoso a los ojos.
—Perdoname por no habértelo dicho antes... Pensaba hacerlo pronto pero no sabía como, no quería que me temieras o pensaras que soy una mala persona.—
Le dijo finalmente antes de bajar la mirada y apuñar las manos.
—Yo nunca dejaría que algo malo te pasara. El idiota de Bakugo me provocó y caí en su juego. Lo lamento, no quiero que te alejes de mi Midoriya —
Le dijo ya mirándolo fijamente con un rostro preocupado. Lo quería no le importaba si el menor no lo amaba como el quería el simple hecho de estar cerca suyo le era suficiente.
Para su fortuna el Omega frenó sus palabras indicándole que le creía y confiaba en él lo que fue un enorme alivió para el Alfa pero la mejor parte fue cuando escucho incrédulo al menor indicarle que podrían estar a mano si aceptaba su invitación para ir al baile juntos. Eso lo tomo por sorpresa completamente haciéndole saltar en su lugar incrédulo de lo que escucho.
—¿Eh? ¿De verdad?!, no he invitado a nadie aún. Yo solo quería invitarte a ti, claro que sigue en pie la invitación —
Le respondió sonrojado un poco y bastante animado. No podía creer que el menor hubiese aceptado, no había forma de describir lo feliz que se sentía ahora.
—Me hará feliz que vayamos juntos, gracias por aceptar mi invitación Midoriya.—
Le dijo sin dejar de sonreír como tonto, no evitaba demostrarlo públicamente mediante sus labios curvados en una radiante mueca de alegría.
La conversación fue aligerando con calma, retomando a esa comodidad y confianza con la que hablaba con el menor siempre. Shoto no era de muchas palabras pero en ese momento no hacía falta el menor parecía hablar más de lo usual y eso le gustaba. Lo escuchaba con gusto mientras le miraba de reojo admirando lo lindo que era hasta que llegaron finalmente decidieron marcharse del establecimiento.
Ya era muy tarde el reloj marcaba casi las nueve. La noche había caído y el alfa le preocupaba que Izuku volviera solo a casa.
— ¿En donde vives? Puedo llevarte a casa —
Sugirió pero el menor negó, shoto solo suspiro preocupado notando una suave estela de toques frescos. El aroma de Izuku llegó en una ligera brisa haciéndole tensar.
— Bien... Solo avísame cuando llegues a casa... ¿Esta bien? Por favor ten cuidado, nos vemos en dos días más —
Le pidió con calma antes de despedirse y ver al Omega alejarse despacio entre más calles.
"No se que te pico... Pero me hace feliz que desees pasar tiempo conmigo"
Pensó el bicolor con alegría mientras caminaba despacio y sin prisa hacia su auto para volver a su casa también.
Cuando llegó a casa estaba tan alegre que pensó que no podría dormir, tenía que celebrar su gran triunfo pues finalmente iría con Izuku al baile. fue rumbo a su habitación para encerrarse y tomar una botella de vino hasta que quedó completamente dormido en la cama.
Luego de algunas horas su padre y su hermano mayor lo fueron a buscar al ver que no había bajado para la cena, le miraban desde afuera de la habitación con cierta curiosidad.
— ¿Ahora que rayos le pasa?, ¿bebió hasta quedarse así? —
Cuestionó Touya, el hijo mayor de Enji Todoroki, de cabellera negra teñida, con varias perforaciones en la cara y con ojos azules como los de su padre. Enji solo suspiro negando con la cabeza.
—¿Te encargaste de lo que te dije? —
Cuestionó el padre, su hijo asintió firme.
— Nos encargamos ayer... Fue muy fácil localizar a esa mujer. Hicimos parecer que había sido un accidente —
Dijo Touya y su padre sonrio y se cruzó de brazos.
— Buen trabajo... Nadie se mete con nuestra familia. Ahora Investiga que es lo que hizo que shoto se pusiera así hoy y al causante matalo —
Ordenó Enji, y su hijo asintió para después ver a su hermano menor tirado en la cama completamente dormido de borracho.
— Parece más bien que fue rechazado por alguna chica o algo asi... ¿Le dijiste que mandaste matar a la madre de quien lo golpeó? Resultó ser una tía de uno de los idiotas que trabajan para mí, espero que no se den cuenta —
Murmuró Dabi y Enji solo suspiro.
—¿Por qué tendría que decirle?... Es mejor así. Me odiara mas si se entera de las cosas que hago para protegerlo y vengarlo... Cómo sea, solo has tu trabajo y ya —
Ordenó el más alto y Touya solo suspiro para entonces entrar y tomar a shoto de los hombros para acomodarlo mejor en la cama. El bicolor era el más noble de todo el clan. Eso era claro y su hermano mayor lo sabía, él idiota no era capaz de matar ni a una mosca, una vergüenza para un clan de su tipo.
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Por otra parte el cenizo se había pasado un par de horas más ejercitándose en el suelo de la habitación, se sentía molesto, ¿por que el día pasaba tan rápido?. ¿Por que el reloj no podía volver atrás?. Ya tenía los boletos para el tren que lo llevaría de regreso a Osaka para ver a su madre aún grave en el hospital. Debía mentalizarse a que la vería en muy mal estado y esa frustración la intentaba sacar con el ejercicio.
"Dejarte vencer es dejar que el miedo te gane. Cuando venga la soledad que tienes a ti, será el lema"
Las palabras de su madre resonaban en su cabeza como una tormenta. Ella a pesar de haberlo educado de forma estricta, era bastante sabia. El cenizo no lo negaba, había sido una gran influencia en su forma de ser, le había enseñado a ser valiente y no temerle a nada aunque también le había hecho volverse agresivo como ella.
Sus padres eran como el agua y el aceite, diferentes y contrarios hasta los huesos. El rubio pensó de forma inconsciente que el era muy parecido a su madre y al pensar en su padre, la única persona que le venía en mente era el nerd. Igual de "bueno" y sumiso. El rubio solo chasqueo la lengua.
Camino despacio hasta el baño, esa casa era como un baúl de los recuerdos. Era increíble como la vida en peligro de alguien podía hacerle pensar de más. Katsuki odiaba eso. Odiaba sentir sus emociones. Odiaba dejarse ver vulnerable.
Detrás de su faceta ruda, engreída y presumida, habia un katsuki inseguro, depresivo y vacío que no sentía más que estar vagando en su mente sin una razón especial para continuar. Oyendo voces que le decían que no era nadie y que le obligaban a cerrarse ante todos. Nadie podía entenderlo. Solo el sabía que sentía en su retorcida mente.
Al día siguente se marchó temprano rumbo a la estación de trenes y cuando llegó a Osaka unas horas después, fue recibido por su padre con un abrazo que apenas pudo corresponder con una mano. Fueron al hospital y finalmente pudo ver a su madre en cama.
Se veía tan frágil y vulnerable que Katsuki sintió una desagradable sensación que le hizo latir el pecho con fuerza. Acerco a la mujer inconciente y conectada al respirador. Tenía ambas piernas rotas, con yesos y elevadas así como su rostro lleno de moretones y pequeñas cortadas debido a los cristales del auto al momento de la colisión.
Katsuki suspiro profundo sentándose en la silla de al lado. Acerco su mano vendada aún por Izuku y acomodo uno de los mechones de pelo rubio de la mujer para describirle la frente.
— Más te vale no morirte ¿Oíste vieja? —
Murmuró despacio alejando su mano sin dejar de verla elevar despacio su pecho al respirar lento con ayuda de las máquinas y el continuo pitido que anunciaba los latidos aún vigentes en el corazón de la rubia.
— Papá estaría muy triste sin ti... No puedes dejarlo, sabes que es un debilucho —
Murmuró sonriendo levemente, proyectándose a el mismo también al hablar se su padre. Se quedó a su lado en la silla toda la noche, hasta que dormito un poco y no fue hasta el día siguiente que la mujer finalmente despertó.
— ¡Cariño! Al fin has vuelto —
Lloriqueo Masaru tomando la mano de la mujer con las suyas e inclinando hacia ella. La rubia se notaba confusa, Katsuki la miro desde su lugar recargado en la pared. Sintió un enorme alivio al verla despertar.
Horas más tarde Mitsuki ya se encontraba fuera de peligro, tan solo le costaría meses, incluso un par de años recuperarse por completo de las graves lesiones en sus piernas y probablemente tendría que usar silla de ruedas el resto de su vida. Pero Katsuki pensaba que eso era mejor a haber muerto.
El alfa se encontraba dándole de comer a la mujer que aún se le diriciltaba poder mover sus brazos.
— Katsuki, de verdad me sorprende que estés aqui, pero ¿que hay de la escuela? Vas a faltar mucho —
Dijo su madre despacio y con debilidad pero Katsuki suspiro rodando los ojos.
— Eso que importa, estoy aquí deberías agradecerlo vieja —
Gruñó mientras movía la cuchara en el plato con avena del hospital.
— Te suspendieron.... ¿No?, de lo contrario no estarías aquí, eres demasiado orgulloso para cuidar de tu madre —
Bromeo la mujer recibiendo la cuchara de avena en la boca.
— ¡Solo cállate y come! Podría estar haciendo cosas mejores pero estoy aquí perdiendo el tiempo contigo —
La mujer río despacio, Katsuki solo bufo con molestia dejando el plato de comida en la mesita de cama frente al torso de la mujer.
— Bueno me largo, ya estás bien así que ya no necesito estar aquí, solo vine por qué pensé que te ibas a morir y por qué el idiota de Izuku dijo que necesitarías mi compañía —
Gruño mientras se ponía la chaqueta y su madre ladeo el rostro con sorpresa por eso último.
— ¿Izuku Midoriya? ¿Tu amigo de la infancia?, vaya que bueno que se han reencontrado. Por favor dale mis saludos a el y su madre. ¿Cómo será Izuku? Seguro es un joven muy guapo ahora —
Murmuró la mujer con curiosidad y alegría de saber que su amargado y problemático hijo tenía un amigo confiable. Al alfa negó con la cabeza y gruño molesto.
—Es un idiota y no es mi amigo... — sentenció el alfa con la mirada afilada hacia la mujer quien solo sonrió divertida. Sabía bien que su hijo era pésimo con la relaciones personales y no pasaba desapercibido ese rencor que su hijo tenía hacia el muchacho de cabellera verde que el recordaba.
— Todo va a cambiar si cambias tu forma de ver, Izuku seguramente no tiene ningún sentimiento negativo hacia ti, si te dijo que vinieras a verme —
Dijo Mitsuki mientras comía por si sola con un poco de dificultad mientras veía a su hijo caminar a la salida.
— El ayer te dejó marchar, dejalo ir tu también gran tonto y... Gracias por venir, lo necesitaba —
Agradeció la mujer con sinceridad haciéndo frenar al alfa en el marco de la puerta quien solo la miro de reojo y suspiro antes de salir de la habitación.
Después de un viaje de regreso a Shisuoka, fue directo a casa y al llegar subio sin ganas hasta la habitación, de su mochila sacó una pequeña bolsita de plástico que contenía un polvo blanco que acomodo en la mesa para después inhalarlo sintiendo como le causaba un ligero picor que viajo por toda su tráquea, se dejo caer en el piso y apoyo su espalda en la pared cerrando los ojos para dejar que los efectos de la droga llegarán.
Justo en ese momento su movil sonó y con el ceño fruncido vio la pantalla. Era su primo Kirishima.
— ¿Que quieres? —
Respondió ácido y el pelirrojo desde el otro lado de la línea suspiro.
— Solo... Quería saber como estabas, ¿Necesitas algo?, ¿Cómo sigue mi tía ? —
—Estoy bien... Y ella también, deja de molestar —
— No suenas bien, ¿Bro te drogaste otra vez?... Debemos buscarte ayuda, por favor. Me preocupas —
Katsuki solo surpiro y sonrio de lado.
—Callate. No necesito tu lástima. No molestes —
Dijo de forma ácida antes de colgarle y dejar el teléfono a un lado. El cenizo no quería ayuda de nadie. No lo necesitaba o al menos eso es lo que él se creía. Se negaba a abrir los ojos y al contrario solo seguía escuchando a las voces en su mente y en su corazón.
Cerro sus ojos para dejar que el viaje comenzará. Uno en donde podía olvidarse de toda la mierda que ocurría y de la soledad que lo albergaba en aquella gran casa vacía y oscura.
Quizá seguiría drogandose el resto de la semana. Quizá sólo iría a las peleas clandestinas. Se acostaria con alguna prostituta de nuevo o tal vez simplemente estaría acostado día y noche. El rubio nunca supo manejar sus emociones no sabía cómo hacerlo. Así que ya fuera con la droga, las peleas o el sexo, eran sus formas de desahogarse.
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El chisme de la pelea entre katsuki y el bicolor se había vuelto tendencia entre el alumnado. Pará todos parecía ser solo una noticia de entretenimiento e incluso algunos murmuraban que habría una segunda pelea.
Los días de castigo de shoto habían terminado sin embargo este no había regresado aún a la escuela por su lesión, terminaría volviendo a la escuela casi junto con katsuki.
Por otra parte kirishima seguía preocupado por el cenizo, no sabía nada de él y no contestaba las llamadas. Fue entonces que después de una de las prácticas de football miró a Izuku y recordó que este vivía cerca de con el cenizo. No recordaba exactamente si vivía cerca o sí literalmente eran vecinos pero era la última alternativa que le quedaba.
Cuando el entrenamiento de ese día terminó, el pelirrojo se acercó al menor antes de que se marchará pues había notado que este era bastante escurridizo. Como evitando a todo mundo.
—¡Deku! —
Le llamó por el apodo que katsuki le decía, era la única forma de captar su atención. De acercó al menor y saludo cordialmente.
— Disculpa que te moleste... Se que vives cerca de la casa de bakugo y me preguntaba si lo has visto o has sabido algo de él... Estoy preocupado. No responde las llamadas, no puedo contactarme con él desde ayer por la noche —
El pecoso parecía haberse confundido por la última palabra y kirishima hizo una expresión suave.
— Su madre está en el hospital y creo que lo afecto más de lo que pensé... Temo por su salud. Por favor.. Si sabes algo házmelo saber... Este es mi numero —
Le dijo al menor mientras le daba un papelito con su numero anotado para después hacer una venia y despedirse.
La preocupación de kirishima estaba al grado de que si Izuku no le decía nada en un lapso de un día llamaría a la policía. Ya había casi perdido a su tía, no quería perder ahora a su primo. Lo conocía bien, era impulsivo y estúpido cuando actuaba sin pensar y esperaba que no fuera demasiado tarde y que su primo estuviera medio muerto por una sobredosis.
El pelirrojo regresó a los vestidores para ir por su maleta e ir a casa, pero justo cuando iba entrar otro chico iba saliendo, ambos chocaron sus cuerpos tan fuerte que el pelirrojo terminó cayéndose de senton.
—Agh.. Eso.. Me dolió —
Murmuró sobandose la nariz que se le habia golpeado contra la cara del chico que también había caído al piso. Alzó la vista topandose con unos ojos miel que ya había visto antes.
—Lo siento...¿ Estas bien?, ¿ te lastimaste?—
Le dijo el pelirrojo a aquel chico rubio mientras le daba la mano para ayudarlo a ponerse de pie.
— Estas en el equipo de animadores.. Si estoy en lo correcto, tu nombre es... ¿Kaminari? —
Le pregunto con calma y una suave sonrisa. Siempre había visto a ese chico rubio desde la distancia, pensaba que era bastante lindo y que en efecto ser animador le venía como anillo al dedo.
—Bueno... Nos vemos después... Tengo algo de prisa Soy kirishima, el corredor del equipo de football. —
Le dijo dándole la mano en forma de saludo y despedida al mismo tiempo sonriendo con calma y después se dirigió a su casillero. Parecía ser que ese chico no lo odiaba al menos como al resto de los jugadores.
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Katsuki había tomado una pequeña rutina desde el accidente de su madre, si bien el ya solía drogarse de vez en cuando, sobre todo cuando acudía a fiestas con los miembros de las pandillas de las peleas callejeras, esta vez ya eran dos días seguidos de meterse aquella sustancia al organismo, si continuaba de esa forma terminaría por desarrollar una adicción de la cual dificilmente podría salir bien librado.
Aún le faltaban casi tres días de suspensión así que no le importaba lo que le ocurriera hasta que llegara esa fecha.
Esa tarde como en los últimas dos días, había salido únicamente para comer comida rápida en algun restaurante callejero cercano, se llenaba la boca de hamburguesas, papas fritas y soda y cuando volvía a la soledad de su hogar se daba un "postre" de un poco de cocaina inhalada, todo junto para evitar pensar hasta el día siguiente. Siempre le funcionaba. Ni siquiera había prestado atención a la casa de al lado.
Apenas pasaban unos cuantos minutos de consumir aquella droga su cuerpo y mente se desconectaban. Los cambios eran variados. En ocaciones no recordaba lo que había ocurrido el día anterior y se sentía desorientado. En otras ocasiones sólo sentía la subida de euforia y energía que le hacía poder hacer ejercicio de forma bestial hasta desmayarse y dormír.
Esa tarde tras encerrarse en su habitación y repetir la rutina, los efectos apenas estaban llegando tras diez minutos se haberse dopado.
Cerro sus ojos y se dispuso a calmarse, cuando de pronto escucho el sonido de la puerta de su habitacion.
En ocasiones las alucinaciones que las drogas le hacían ver le causaban gracia, esta vez parecía ser que lo mejor que su cerebro pudo crear fue una alucinación del idiota cabeza de brócoli. Incluso su irritante voz estaba ahí.
Katsuki lo miro fijamente, su mente ya no estaba del todo conectada con sus emociones pero aún asi podía ver que quien estaba parado frente a él preguntándole si estaba bien era el idiota de deku.
—Tch... Enserio..¿No tienes algo mejor que darme?—
Murmuró regañando a su cerebro por hacer verlo a Deku en vez de alguna chica sexy sin ropa o algún monstruo con el cual pelear.
El rubio gruñó y suspiro mientras fruncia el ceño con fuerza. Le dolía la cabeza y su rostro dibujo una sonrisa alargada y sombria mientras que sus ojos seguían rojos se forma perdída en el pecoso.
Se puso de pie y tambaleándose ligeramente camino hacia lo que el pensaba era sólo una alucinación del pecoso. Se posó frente a él y de una patada cerró la puerta de la habitación tras ambos para después tomar al pecoso por el cuello con una mano, más no lo apretó tan solo dejó la mano en el cuello ajeno sintiendo incluso los latidos ajenos en la yugular.
—hmmm... Te vez tan real... Estúpido friki.. —
Le dijo con la voz seria, con su mano libre tomó el cabello rizado y lo jalo hacia atrás haciendo que el pecoso expusiera el cuello. Katsuki resoplo y se acercó olfateandolo profundamente. Incluso su toma era tan real, estaba allí, el toque de cedro con la calidez de la manzanilla. Aspiro despacio subiendo hacia la oreja y nuca y el menor pidió que se detuviera.
—¡Callate! No hables con esa jodida voz... Me...irtita... Eres tan molesto.. Agh —
Lo empujó contra la pared en donde a la vez lo enjaulo con ambos brazos y se inclino hasta estar su rostro muy cerca del ajeno.
—Tus estúpidas pecas están aquí... Tu maldito olor dulce... Mierda... Bastardo sal de mi mente antes de que... —
Le dijo con seriedad y voz fría, rasposa pero no hizo falta hacer algo más. Katsuki por si mismo soltó al menor en ese instante y se alejo, pudo ver la misma bondad de su padre en los grandes y redondos ojos verdes del pecoso.
Dio un par de pasos atrás y se sentó en la cama llevándose ambas manos al rostro. Su respiración se aceleró, no quería recordar a su familia.
—Aléjate...—
Advirtió al menor.
—¡Largo de mi mente! —
Grito furico esta vez alzando la vista y clavandola en el pecoso. Los ojos del rubio estaban ligeramente acuosos su ceño fruncido y su voz desesperada. Su expresión era de angustia.
No sabía que era real y que no, podía sentir al menor como si fuera real pero su mente decía que el verdadero Izuku no estaba ahí.
— Eres igual que los demás... También te fuiste... También me dejaste solo ese día idiota... Estúpida nota... No debi escribirte ninguna. —
Murmuró mas para si mismo. Sus emociones eran un lío. Un efecto secundario se la droga pues si estuviera realmente cuerdo jamás diría esas cosas, nunca hablaría de sus emociones ni de las cosas que lo lastimaron en su debido tiempo.
Katsuki no entendía por que su cerebro le jugaba una broma tan jodida, de todas las personas que conocía por que solo podía ver y oír al nerd que tanto detestaba. Por qué si.. Lo detestaba, el rencor desde su infancia no lo había dejado avanzar, pensaba que no tenía caso tener amigos si lo iban a traicionar y abandonar como el pecoso lo hizo de pequeños aunque en la realidad todo se debía solo a un malentendido.
Entre la euforia y la angustia de sentirse sofocado por la presencia de su "alucinación" sintió que quería solo cerrar sus ojos y tratar de ya no saber nada, estaba agotado física y emocionalmente.
Pensó que si cerraba los ojos con fuerza aquella imagen de deku se iría al igual que el efecto de euforia de la droga y pasaría ahora al bajón de energía que siempre le daba cuando se dopaba.
—Largo... No molestes.—
Murmuro sobandose las cienes. Pensó que se volvería loco, en ese momento no podía razonar. No podía pensar. No podía hacer nada, las fuerzas se le comenzaron a escapar un poco, hasta que sintió un suave movimiento a su lado.
Gruñó bajito arrugado el entrecejo y abriendo un poco los ojos de forma entrecerrada como cuando una luz muy fuerte cegaba la vista, se giro a su lado notando que ahora el idiota brócoli estaba sentado a su lado y por mero reflejo quizo llevar su puño hacia el para hacer que se quitara y se borrará de su mente pero las ordenes que le daba a su cerebro no las llevaba a cabo su cuerpo. Se sentía desconectado aunque el vacío ocupaba su pecho era tan real como el hecho de sentir sus pulmones llenarse de aire.
Había silencio, la voz del pecoso se había apaciguado por lo que katsuki pensó que su maldita alucinación se estaba llendo. Negó con la cabeza ya que más daba si aquella imagen de deku estaba pegada a él.
De pronto pudo sentir como su cuerpo perdió la fuerza y cayo recostando su cabeza en el regazo de alguien, abrió suavemente sus ojos mirando perdido a la pared y parpadeo un poco con debilidad.
Por algún motivo aquello se sintió bien, pudo sentir una calidez que le hizo apegarse un poco más a aquel cuerpo suave que lo abrazaba y cuando sintió las leves caricias sobre su cabello comenzó a sentir su respirar más lento y profundo.
No sabía si también era obra de su cerebro o si realmente alguien estaba a su lado, de ser así ¿quien podría ser? Nadie se le venía a la mente solo una persona. El idiota del nerd. No quizo saber la respuesta real dejaría que todo pasara tal cual lo estaba haciendo en ese momento.
Apretó sus ojos solo dejando que las caricias en su cabeza lo arrullara y ese aroma suave lo relajara, si no estuviese dopado y si alguien estaba haciendo eso en la realidad seguramente ya le hubiese molido a golpes, pero en ese instante no era capaz ni de hablar con coherencia, razonar o actuar. No supo en qué momento dejó de pensar y su mente cedió a los efectos de la droga. Misma que le haría dormir y olvidar todo lo que había pasado al día siguiente.
Nada de la alucinación de deku sería recordada de eso estaba seguro.
Dibujo una apenas visible sonrisa antes respirar hondo y a cada roce ajeno en su cabeza poco a poco se quedó dormido, de forma inconsciente su brazo se aferro al costado de aquel cuerpo, inconscientemente buscaba el calor de algo y un leve quejido se escucho salir de su garganta a la vez que parecía ya no estar más conciente.
—Deku... Por que no fuiste —
Murmuro ya dormido. Al alfa le seguía creando un hueco recordar aquella tarde lluviosa en el columpio en la espera de su mejor amigo que aunque consideraba torpe, débil e inútil aún así le tenía cariño y aprecio, no por algo lo protegía de quienes lo molestaban. Su amigo Deku, su amigo el que siempre debía ser protegido, ese que le aumentaba el ego al siempre decirle que era increíble y lo admiraba. Que siempre estaba detrás de él siguiéndolo como un perro fiel.
En su cabeza ya no hubo nada más que silencio. Hasta que tras varias horas Katsuki comenzó a despertar de a poco. Frunció las cejas y se quejo un poco por lo "atontado" que se sentía.
Despacio se removió dándose cuenta que había alguien recostado en su cama y el primer sentimiento que tuvo fue el de ponerse alerta, aunque aún seguía un poco adormilado pudo ponerse en pie y alejarse un par de pasos hacia atrás con rapidez, enfocó mejor su mirada pero no podía ver bien de quien se trataba, la primer idea que le pasó por la mente fue que era algún ladrón.
Prendió la luz lo mas rápido que pudo y entonces sus ojos se abrieron amplios al ver de forma ingenua al pecoso que parecía estarse despertando también.
Katsuki frunció el entrecejo, ¿Que mierda estaba pasando?. No podía recordar nada de lo que pasó después de que se drogo, no estaba seguro que hacía deku ahí o como había llegado. Se frustró por no poder recordar y gruñó con molestia acercándose violento hacia el pecoso para tomarlo del cuello y zambolotearlo contra las almohadas.
—¡¿Que haces aquí?! —
Le preguntó en un grito para luego alzar al menor de un empujón arrastrándolo hasta llegar a la ventana donde lo puso contra los barrotes del balcón.
—¡Habla, ¿Que jodidos hacías en mi maldita cama?, Pervertido de mierda! Habla o te arrojare desde aquí!. —
Le amenazó con seriedad. Al oirle tartamudear y hablar de forma torpe se molesto más pero optó por liberarlo de su agarre, la causa, un fuerte mareo que lo hizo tambalear.
—Tch... Quien.. ¿Te dio permiso de poder entrar en mi maldita casa?... Acaso.. ¿Pedí tu ayuda?. —
Le dijo con voz más tranquila, entrecerrando los ojos por el bochorno mientras se apretaba la frente con una mano y la otra se detenía del marco de la puerta del balcón y al oír sus explicaciones solo suspiro fastidiado.
¿Por qué ese idiota insistía en ayudarlo aún pese a recibir sólo golpes de su parte? Katsuki comenzó a pensar que algo debía estar mal con Izuku, incluso con el también. Por algún motivo no podía dejar de molestarlo e Izuku no podía dejar de preocuparse por el.
Bajó la mirada y soltó un pesado y cansado suspiro para quitarse de en medio y volver adentro de la habitación tomó asiento en la orilla de la cama y se inclino llevándose las manos a la cabeza, parecía león enjaulado. Se sentía confundido y molesto al mismo tiempo.
—¿Por qué mierda me ayudas? ¿Crees que eres mejor que yo?... Dejame decirte algo de una maldita vez. —
Se puso en pie y camino hacia el menor con lentitud sin despegar su vista de él.
—Hazme un favor y largate con tu estúpido novio yakuza, Yo no necesito la ayuda de nadie ¿oíste? De nadie. —
Parecía que katsuki estaba a apunto de romperse, odiaba que le tuvieran lástima, tenía miedo de mostrar su debilidad, nadie conocía ese lado de él. Un lado frágil que luchaba por mantener siempre escondido bajo su faceta fría, nadie más podría ver más allá de esa faceta. No quería
Miró a deku con una expresión más dolorosa. No estaba midiendo sus palabras, y su lengua era filosa más que cualquier cuchillo.
— No los necesito. Prefiero estar solo.. Siempre estuve solo. No quiero tu maldita lastima —
Su voz ya no sonaba exaltada, si no neutra, sus ojos ahora miraron al suelo parecía recordar algo. Algun recuerdo de cuando era niño.
El decía que no necesitaba a nadie pero necesitaba a todos. Si bien el accidente de su madre le había dolido, no era la ausencia de ella lo que le calaba si no el hecho de jamás supo ser un hijo detallista o mínimamente tranquilo como para poderla hacerla sentir orgullosa de él. Todo lo contrario. Le dio la espalda al pecoso y metió las manos a sus bolsillos del pantalón.
— Deja de verme con esos malditos ojos de lástima... Me enfermas. Dile al idiota de Kirishima que deje de joder. ¿A ustedes que les importa si me mato de una sobredosis?... Ese es mi maldito problema —
El rostro del rubio se veía inexpresivo y vacío.
— Estará mejor así —
Murmuro más para si mismo que para ambos, no lo quería ver, no quería toparse de nuevo esos molestos ojos enormes y llenos de lástima y preocupación. No lo soportaba.
Su mente era un completo lío, pese a que Izuku le explicaba desesperado que todo lo había hecho por que le preocupaba, katsuki simplemente no podía entenderlo, era como si entre más intentará alejar al menor de él más terco era él a estar cerca suyo y preocuparse. Era molesto.... Si eso era... Molesto ¿no?.
En ese preciso momento estaba tratando de aguantar las ganas descomunales de darle una patada y sacarlo de su casa. Algo lo hacía detenerse. Las suplicas angustiadas del nerd diciéndole que a él si le importaba.
¿Había escuchado bien? Ese idiota estaba a sus espaldas diciéndole que le importaba. Katsuki enfrió el rostro. ¿Que tonterías estaba diciéndole?
—Tu que sabes... Solo eres un idiota mimado. Tu te cortarías las venas si pasaras un solo día en mi maldita cabeza, ¡Tu no sabes nada de mi!—
Le soltó de forma ácida para luego safarse del agarre del menor de un solo movimiento brusco.
¿Por qué su pecho latía con más fuerza? ¿Por qué las palabras de ese nerd le hacían sentir adolorido?. Era tan insistente. Era tan asquerosamente bueno que sentía náusea, ¿Por que no se enojaba con el? ¿Por que no le devolvía ningún golpe? Era estresante estar cerca suyo.
Katsuki jamás dudaba, siempre tenía determinación pero cuando ese idiota estaba cerca cuando usaba sus estúpidas palabras amables y clavaba esos ojos en el, las dudas llegaban y claro que eso no le gustaba.
Solo quería estar en paz, suspiro tenso al no saber que responderle al idiota de su ex mejor amigo de la infancia. Su inestabilidad emocional estaba al límite, Izuku estaba jugando con fuego al cuestionarle si alguna vez le había hecho daño de alguna forma, o si no estuvo en algún momento en que debia estarlo.
Esa última pregunta le causó una punzada al quarter back, una tan fuerte que le hizo rechinar los dientes. ¿Que carajo decía?. ¿Que mierda había dicho mientras estaba dopado como para que el nerd hiciera ese tipo de preguntas?.
Inevitablemente pensó y rememoró aquel día, la lluvia, su sonido y el frío, el rechinar de los columpios y la sensación de su ropa completamente empapada. Sus pequeñas manos temblando mientras sostenían el muñeco que jamás pudo devolver. Sintiendo el dolor y la tristeza de una despedida que nunca pudo existir.
La traición de su supuesto mejor amigo.
Katsuki guardo silencio, su rostro se quedó perdido recordando aquel momento. Ya no aguantaba más. Ya sólo quería estar tranquilo. Incluso la apuesta se le había olvidado en ese momento. Ni siquiera sabía que pasaría, aún faltaban casi tres días más de su castigo.
—Yo...—
Apenas dijo con algo de dificultad. Aquellas preguntas le habían tomado de sorpresa, oh claro que sí.. Claro que lo había herido, claro que no llegó al parque aquel día... Quería gritarselo, quería sacarlo de su sistema, quería finalmente reclamarle. Quería tomar su venganza, quería verlo llorar, quería hacerlo pedazos tal como el se sintió aquel día en sus cortos 6 años de vida. Oh sí... Todo eso era lo que más quería. Solo apuño las manos, y suspiro. Recordando que aún tenía aquella cosa en una de las cajas de la mudanza. Aquella cosa asquerosa... Aquella que fue el motivo de haberle citado también aquel día.
Se inclino para sacar la caja debajo de su cama y la abrió sacando algunas cosas que tenía de niño y hasta el fondo estaba eso. Aquella figura de acción de All might autografiada que katsuki quizo regresarle cuando eran niños. El sólo hecho de verla le formó un nudo agrio en la garganta.
La apretó con fuerza y se giro nuevamente hacia el menor. Dio un par de pasos y con brusquedad, entonces le arrojó el muñeco con coraje directo a su pecho.
—¿Lo recuerdas?... Ya estamos a mano... Ahora... Largate de mi casa —
Le dijo con frialdad para después empujarlo hacia afuera de la habitación y cerró la puerta de un solo golpe, las manos le temblaban un poco. Se pego a la puerta y resbaló despacio hasta quedar sentado.
Después de años había logrado devolverle ese estúpido muñeco, ahora ya estaba libre de ese compromiso que sintió siempre estuvo pendiente. Sin embargo el odio, el rencor y la sensación de traición no se iban. Se llevó una mano a la frente sintiendo como un poco de sudor bajaba por ahí.
—¿Por qué no me siento mejor?... ¿Por que no puedo dejar de pensar en esa estúpida cara?.—
Katsuki necesitaba ordenar su mente. Era una persona complicada, difícil de entender, pero por alguna razón el único que lograba entenderlo al Menos un poco era el nerd. Ya no lo soportaba.
Termino saliendo de la habitación y el nerd seguia alli.
—¿Por qué mierda no te vas?. ¡Dejame tranquilo!
Desesperado le tomó de la muñeca jalandolo sin importarle si lo lastimaba. Abrió la puerta de la calle y lo empujó afuera. Katsuki lo miró con un rostro que luchaba por no romperse, eran demasiadas cosas en su cabeza que ya ni podía soportar.
La escuela, su futuro, su madre, su pasado, sus miedos, sus insegiridades, su depresión, su adicción, el dinero, el enojo...
Todo era una bomba que oprimía su mente y su pecho así que salió también y se subió el gorro de la hoddie que llevaba puesta, metió las manos a los bolsillo de la misma y simplemente comenzó a caminar. Necesitaba un trago.
— ¡No se te ocurra seguirme! Dejame solo —
Le grito al menor al ver que seguramente lo quería seguir. Sentía los nervios alterados, no estaba seguro de que lo que hizo fuese a ayudar o por el contrario empeorar la ya complicada y deteriorada relación que tenia con el estúpido cabeza de brócoli.
Katsuki estaba encerrado en los deseos más bajos que alguien confundido y deprimido podía estar. No tenía empatia con los demás, no le importaba la vida de otros. Mucho menos le interesaba acercarse a alguien. No sentía un motivo que le hiciera seguir, sentía un vacío enorme en su interior. Mismo que le torturaba, su vida sólo era un sin fin de momentos insaboros.
La única etapa que realmente había sido feliz había sido su infancia antes de la mudanza.
Las vivencias con su ex mejor amigo, eran las únicas cosas que al recordar le habían sentir una ligera sensación de tibieza. Pero al instante se volvía amargo al recordar el trauma que fue para katsuki la "traición" de Izuku. Era un tema que no quería recordar. Solo sentía la necesidad de vengarse y por ello tenía en mente romperle el corazón a deku, hacerlo pedazos hacerlo sentir lo mismo que el vivió por años incluso aún después de la mudanza, por alguna razón el pecoso parecía ser el mismo.
"Si nunca te importo despedirte de mi... ¿Por que ahora me tratas como si nada hubiese pasado?, ¿acaso no viste la nota? "
Pensaba mientras caminaba en medio de la oscuridad. Ahora la duda estaba en su mente y no lo dejaria en paz. De eso estaba seguro. Otra mierda más que soportar.
Caminó tratando de ya no pensar en eso hasta que llegó al barrio de ginza. Aún tenía dinero suficiente, así que no lo pensó dos veces y entró por un buen trago a uno de los bares del lugar, uno de esos donde no les importaba la edad de sus clientes siempre y cuando pagaran. Mismo en el que fue abordado por un par de mujerzuelas. Katsuki no lo pensó dos veces en acariciar los senos de una de ellas mientras que con la otra mano bebía su vaso de alcohol.
Lo que no sabía era que una de las meseras del lugar había logrado reconocerlo cuando entró a los pasillos que daban a las habitaciones. Cierta chica de cabello azabache y hermoso cuerpo.
Al día siguiente, con una resaca de los mil demonios y su cuerpo desnudo y pegajoso, el rubio se vistió como pudo y volvió a su casa a paso lento.
Aún le quedaba dinero para comer pero no le duraría para siempre debía pensar en conseguir más dinero. Cuando katsuki subió los escalones a su habitación noto la mochila amarilla del nerd tirada en el pasillo.
"mierda... Piensa que soy su maldito mandadero o que?"
Pensó gruñendo, miró la hora eran las 10 am seguramente estaría en la escuela así que esperaría a la tarde para devolverle su maldita mochila.
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Shoto estaba en la escuela de nuevo y no pudo evitar buscar a Izuku con la mirada cuando salió a comer. Su prima Yaoyorozu le había dado un pequeño chisme, había visto a Katsuki en un bar en ginza, Momo era mesera de medio tiempo por las noches en el mismo lugar que casualmente katsuki había ido, ella había visto como él rubio borracho hasta los calzones se metía junto a dos de las chicas a una de las habitaciones.
Con la noticia en la mente, shoto encontró al menor en una de las mesas de la cafetería en donde se sentó a su lado para acompañarlo. Ese día llevaba un pequeño almuerzo para ambos como aquel día que Katsuki llegó hacia ellos buscando problemas. Le entrego al menor un bento con arroz, carne y vegetales preparados por el mismo.
—Quisiera hablar contigo... Sobre algo... —
Le dijo con calma y tranquilo. Claro que no insistirá si el menor le decía que no. No quería incomodarlo tampoco. El corazón de shoto latia nervioso de saber si realmente el menor deseaba su compañía, temia lo peor y que le dijera que se fuera, pero para su sorpresa el pecoso aceptó mientras comenzaban a comer.
— Midoriya... Pienso que Katsuki no es una buena compañía para ti, supe que ayer lo miraron en un bar de Ginza que también es un burdel... Borracho y con un par de mujerzuelas... Deberías alejarte de él lo más que se pueda.—
Le dijo soltando el chisme que Momo le había dado, miro el rostro del pecoso notando una clara sorpresa y decepción no sabia exactamente si era por lo que acababa de decirle u otra cosa.
—¿Midoriya?. —
Le llamo para obtener su atención, luego pensó que quizá había abierto la boca de mas pero no quería que él menor siguiera pensando que ese tipo era alguien bueno aunque shoto solo juzgaba lo que veía y lo poco que había sabido del rubio.
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Casa de Katsuki, 8:30 P.M
Luego de haberse preparado una sopa instantánea y llenarse el estómago de otras porquerías, el rubio pensó en irse a dormir un rato, haberse ido a desahogar a aquel lugar había sido una buena idea pues por ese día no sentía la necesidad de drogarse. Su mente se encontraba en un estado neutro. Trataba de no pensar demasiado en todas las cosas que habían pasado durante el lapso de esa semana de mierda.
Se mantuvo con la mente ocupada con videojuegos, libros y entrenando en el piso de la sala dejándolo lleno de sudor, al terminar su rutina de casi 150 abdominales tomó un baño y salió vestido con un pantalón deportivo y una camisa sin mangas, miró la mochila del nerd aún tirada en el pasillo. Solo suspiro, no quería ver otra vez esa maldita cara llena de lástima, ese brillo nauseabundo en sus ojos verdes.
Negó con la cabeza y tomó la mochila, estaba pesada. No le sorprendía, seguro el nerd llevaba muchos libros y cuadernos era una pequeña rata de laboratorio. Así que sin más salió de la casa y atravesó la cerca para ir al lado, noto las luces prendidas así que seguro había alguien en casa, quien abriera ya no era mucho de su importancia.
Dejó la mochila en la entrada y luego tocó el timbre un par de veces para después darse media vuelta e irse a su casa.
No pasó ni media hora cuando su teléfono sonó, era Kirishima, el muy idiota ya había registrado más de 30 llamadas perdidas. Era molesto pero se digno esa vez en responder la llamada escuchando de inmediato al pelirrojo de forma aliviada.
— Bro.. Tu suspensión termina este fin de semana... Falta poco para el baile... Y después el partido... Midoriya me dijo que estabas bien, ¿no has estado haciendo locuras o si? El equipo te necesita —
Katsuki suspiro, no le importaba nada de lo que el pelirrojo le decía pero sin embargo sabía que tenía ese compromiso con el equipo y la escuela. Podía mandarlo todo al carajo si le daba ganas pero su pequeña pizca de compromiso le hizo gruñir.
—Ya callate... Eres una molestia... Estaré ahí así que solo deja de molestar.—
Le sentenció y colgó la llamada, kirishima más que molestarse sonrio, ese era un "si" muy a su manera así que se sintió más tranquilo.
Katsuki apago el móvil y suspiro recargandose en la cama, si aún iría a la maldita escuela y seguía con el equipo de football era por que no había nada mejor que hacer de momento. Quizá sólo por ese motivo y claro el dinero que podría ganar en la apuesta. Lo que le hizo pensar que su relación con deku estaba por demas enredada.
Katsuki sabía que el peliverde aún se preocupaba por él al grado de meterse a su casa y cuidarlo. Eso era una ventaja, era fácil hacerlo dudar y confiar, no sería muy difícil.
Una idea se le vino en mente, idea perversa, usaría la culpa, haría sentir culpable al pecoso. Vaya que lo haría y lo disfrutaría así que por esa noche se fue a dormir para descansar bien. Necesitaría mucha energía para el día siguiente. Ya no podía perder el tiempo.
A la mañana siguiente cuando el sol apenas se estaba asomando el rubio se levantó temprano y observó por la ventana de la sala, aguardando para ver al nerd salir, tal como un león asechando a un débil conejito. Cuando lo vio salir de casa rápido se coloco el abrigo y salió tras el. Apresuró el paso para alcanzarlo y se interpuso enfrente.
—Ven conmigo...—
Le dijo sin siquiera saludar y lo tomó de la muñeca para llevárselo a rastras. Sintió como el menor forcejeo pero para el rubio no fue problema apretar más su muñeca y seguir caminando.
—¡Deja de quejarte cabeza de arbusto! ¿Quieres respuestas o no? Te daré las malditas respuestas—
Le dijo llevándose al pecoso oyendole lloriquear por qué no quería faltar a la escuela. Katsuki estaba al límite de su paciencia así que se freno y le soltó.
—¿Te importa mas la jodida escuela que escuchar lo que tengo que decirte?... Bien vete... Pero no habrá otra oportunidad como esta —
Convencer al menor era cosa fácil, sonrio cuando el chiquillo bajó la mirada y dudo.
—No te vas a morir por faltar un día a la maldita escuela así que vamos...—
Le dijo volviendo a tomar de la muñeca y llevárselo hasta aquel parque que quedaba a pocas cuadras de sus casas. Soltó al menor y el rubio se sentó en el columpio haciéndolo rechinar con suavidad aunque su mirada se noto claramente más seria y esque le costaba mucho trabajo hablar sobre ese momento, sobre aquel día.
—¿Recuerdas este lugar no?... Un dia antes de la mudanza, deje una nota en tu puerta, diciéndote que te esperaría aquí al día siguiente —
Las cejas del rubio se fruncieron no quería demostrar debilidad aunque fueran cosas del pasado, pero debía hacerlo si quería que ese nerd confiara en el.
— ¿Sabes que ocurrió?, escape de casa para esperarte aquí, tenía ese idiota muñeco que te había quitado y que me causaba culpa, quería regresartelo por qué sabía que no volvería a verte, y a la vez despedirme. Pero jamás llegaste... La lluvia llegó y yo seguí aquí por horas hasta que oscureció, estaba empapado, temblando, hasta que mi madre me encontro y me llevó a casa para cambiarme e irnos —
Soltó con voz seria, suspiro y miró al pecoso a los ojos.
—Crecí odiandote por eso... Eso fue lo que pasó... Ahora que ya te regrese ese estúpido muñeco... Ya no tengo mas deudas contigo —
Terminó de decir para entonces ponerse en pie y meterse las manos al abrigo y suspiro para caminar e irse despacio. Había dicho lo justo para hacer al menor moverse. El resto sería sencillo.
Sin embargo se freno al oírle hablar, explicándole que nunca supo sobre la nota que le dejó y que de haberla visto hubiese ido. Katsuki frunció en entrecejo y apretó los labios. Lo hecho, hecho estaba. Pero la anécdota del menor respeto a qué aquel día había ido al funeral de su padre le tomo por sorpresa Katsuki alzó una ceja y le miro turbado de entender por fin la razón por la que Izuku nunca acudió.
Todos esos años de odio y rencor no se solucionarian con un simple "Lo siento". Claro que no, aunque no evitó sentír un leve piquete en su pecho. Una sensación inquieta que le hizo sentir un tanto frustrado. Era como si el tonto de deku por primera vez no le molestara tenerlo cerca.
Todo lo que creyó por años había sido solo un maldito malentendido y una mala coincidencia de eventos en un mismo día.
Al oírle decir que no sabía que hacer para compensarlo, una sonrisa alargada se le dibujo. Su presa había mordido el anzuelo. Sabía que decirle su anécdota al nerd sería un éxito. Así que simplemente suspiro y borro la sonrisa para entonces girarse hacia Izuku fingiendo aún "tristeza" y lo miró a los ojos aunque esté no lo mirara a él. Ahí estaba con su estúpida cara de chico noble. Esa expresión de pena y lástima y sus grandes ojos llenos de un brillo que lo hacía enojar con tan solo verlo.
"Personas tan buenas me dan náuseas... El brillo que tiene es tanto que me ciega"
Pensó mostrando los dientes en molestia y gruñendo bajito para después solo cerrar los ojos y suspirar. No debía mostrar interes aún, debía ser frío. Debía crear el interés en el pecoso así que sólo curvo los labios en una sonrisa ladina. Como le hubiese gustado dejar un par de marcas en aquella pecosa cara y dejarle moretones. Claro que no lo haría. Solo fantasearia con ello.
— No has cambiado nada estúpido Deku... ¿Quieres compensarme?... —
El rubio se acercó al pecoso y se inclino un poco para verlo más de cerca.
—Entonces ponte de rodillas y chupame la polla, así estaremos a mano. No hay nadie, así que nadie nos verá. —
Le sentenció alzando una ceja sonriendo divertido, al ver la expresión que el menor hacía no evitó soltar un par de carcajadas y se retiro un poco.
—Es broma maldito nerd...Quita esa jodida cara—
Le dijo riendo aun y se dio la vuelta comenzando a caminar escuchando los pasos tras el. De pronto fue como volver en el tiempo y esa sensación de tener a su pequeño perro pegado a él volvió. Fue satisfactorio, tanto que por un momento quizo aferrarse a ese sentimiento.
— Como sea... ¿No tenias clases a las cuales acudir?.. dentro de dos días termina mi estúpida suspensión. Así que largo... Aprovecha mientras puedas nerd. —
Le dijo a su manera, con una sonrisa ladina. Pará el, Izuku era deku, nerd, brócoli, idiota o perdedor. Podía usar cualquiera de esos sobrenombres y sabía que el muy tonto no lo tomaría a mal.
Después de todo el rubio no sabía de palabras bonitas ni mucho menos tratar educada menta a alguien a menos que fuese por compromiso o por aparentar tal como lo hizo con la mamá del nerd días atrás.
Con eso en mente no miro hacia atras y se dirigió a su casa dejando al brócoli con más dudas que respuestas pero con algo seguro. El primer paso para ganarselo ya estaba instalado. Lo dejaría en paz por ese día ya que al día siguiente volvería a la escuela y seguro los idiotas del equipo de americano no podían vivir sin él. Era la estrella del equipo.
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El día transcurrió con normalidad, el alfa había estado la mayor parte del día entrenando, el juego era dentro de poco. Cuando terminó de ejercitarse, tomó un baño y busco en la cocina algo que cenar dándose cuenta de que ya no tenía casi nada de comida debía ir a surtir su alacena por lo que tomó su cartera, las llaves y su chaqueta de piel para entonces salir, cuando atravesó la cerca y comenzó a caminar por la banqueta alzó la vista al frente y miró al pecoso, seguramente ya venía de regreso de la escuela, en el momento en que hizo contacto visual con el alzó una ceja.
—Hey... —
Le saludo con un movimiento de cabeza, si quería que cayera en sus garras debía comenzar a actuar diferente. Se detuvo frente al pecoso y le dio un pequeño golpecito en su frente con la punta de sus dedos.
— ¿Que tal la escuela Nerd? A puesto a que no es lo mismo sin mi —
Murmuró altivo con una sonrisa ladina. Luego suspiro y trato de no perder su buena cara pero su vista enfoco en el brazo del menor que lucía amoratado. El alfa era experto en moretones, sabia que esa lesión ya tenía días. Arrugó el entrecejo confuso de ello.
— ¿Los idiotas te han molestado? Fui claro cuando les dije que no te tocaran... Si alguien te molesto en mi ausencia dimelo. Nadie puede molestar a esta estúpida cabeza de brócoli, excepto yo. —
Murmuró serio pero recibió la respuesta ambigua de haber sido causando en los entrenamientos, Katsuki no dijo nada más pero no le creyó. Era moretón de golpe no de lesión pero el Omega parecía no desear dar mayor información. Katsuki suspiro rodando los ojos. Ya investigaría después con los idiotas del equipo.
—Como sea... Voy a surtir mi despensa.Tu debes saber bien que alimentos comprar para hacer una comida balanceada para un atleta ¿o no? ¿Por qué no me acompañas? —
Le preguntó alzando una ceja pero luego pensó que era una idea tonta.
—Agh... Olvidalo. —
Le dijo suspirando y comenzó a caminar ya no le intereso otra cosa pero no tardo en sentir el agarre del pecoso, haciéndolo frenar y se giro para verlo con una ceja en alto, al oír sus palabras sólo formó una sonrisa alargada y resoplo. Que fácil era hacerlo caer en sus trampas.
—Tsk... Date prisa entonces nerd...—
El supermercado quedaba a unas cuantas calles de ahí así que podían ir a pie fácilmente. En el camino hubo silencio aunque al mismo tiempo el rubio miraba de reojo al pecoso que casi tenía que correr para seguirle el paso. Quería reírse por lo que formó sonrisas apretadas de vez en cuando.
—Tsk.. Eres tan lento... Eres molesto. —
Murmuró suspirando profundo y sin decir nada más hasta que llegaron al supermercado.
De inmediato el rubio tomó un carrito y entró. Siempre adelante del menor.
—Habla nerd... ¿Que debo llevar primero? Necesito algo que me de energia, el estúpido partido será pronto y necesito tener una buena carga de energía —
Le dijo en voz seria. La paciencia de Katsuki era un asco, había tres cosas que le hacían perder la paciencia con rapidez y esas eran los niños, los animales y Deku.
En ese momento el rubio estaba haciendo un esfuerzo colosal por no perder su poca paciencia y terminar arruinando la poca confianza que apenas estaba logrando hacer con el pecoso así que cuando el menor le dijo que fuera por carne asintió y apenas se iba a dar la vuelta cuando le escucho hablar más, entonces se giro para verlo con una ceja en alto y los ojos bien abiertos mientras apretaba los dientes haciéndolos rechinar.
De pronto el pecoso se había puesto a balbucear como loco diciendo tantas cosas que ni siquiera pudo entender. Hablaba sobre calorías, balances, variaciones de porción entre miles de cosas más.
Katsuki recordó que el pecoso hacia eso desde que eran niños y no evitó hacer una cara furiosa que parecía estar a punto de explotar y en consecuencia gruño y terminó por perder la paciencia al menos en ese momento.
— ¡Ah ya callate el hocico! Eres tan molesto! —
Le dijo gruñendo y marcando el ceño fruncido a la vez que unas cuantas venitas se le marcaron en los ojos. Luego se dio la vuelta para seguir caminando y se giro un poco para ver si el pecoso lo estaba siguiendo.
—¡Camina! —
Le ordenó con la voz de mando para luego suspirar y se dirigió a la zona de carnes para tomar un par de bandejas con pollo y otras con carne roja. En total fueron cuatro bandejas las que metió al carrito.
—¿ Y ahora que sigue? —
Le preguntó un poco más tranquilo. Era raro salir con el, sentía la necesidad de molestarlo o pegarle pero trataba de aguantarlo. Entonces pasaron cerca de la zona de farmacia y el rubio miró la zona de sexualidad, sonrio divertido luego miró al pecoso y pasó su brazo por encima del cuello del menor apegandolo a él y acercó su boca al oído ajeno.
— Hey... Alguna vez te has acostado con alguien?—
Le pregunto en un susurro para después señalarle con el dedo las cajitas de condones.
— ¿Y si llevo unos cuantos de esos y los estreno contigo? —
Le bromeó con una sonrisa divertida por la reacción ajena para después alejarse y seguir caminando como si nada. Le encantaba que el nerd fuera tan anticuado y tonto. Era como un juguete personal que le divertía al ver sus tontas reacciones apenadas para después sentir las ganas de destrozarlo aunque por el momento esa última la ignoraba.
Luego de su broma algo atrevida el rubio no evitó reírse por lo rojo que se había puesto el pecoso, no sabía que una persona pudiera ponerse asi de roja, parecía una fresa o una manzana humana y eso sólo le pareció más gracioso.
Katsuki sentía que su paciencia había evolucionado solo un poco más después de aquel "lo siento" que escucho del nerd cuando le confesó lo de la nota y lo que pasó aquel día años atras. Aunque el rubio seguía sintiendo eso, no negaba que la mayoría de su paciencia en ese momento se debía a su falsa faceta, debía aparentar lo mejor que podía pues solo le quedaban unas cuantas semanas más para lograr hacer caer al menor en su juego y ganar la estúpida apuesta aunque comenzó a pensar en que le diría para quitarselo de encima una vez le entregaran el dinero de la apuesta.
No se preocuparía por el momento. Solo se enfocaria en lo más importante y eso era enganchar a ese idiota que caminaba a un par de pasos de los suyos.
Caminaron hasta la zona de verduras y frutas y entonces miró las patatas, estaba dispuesto a tomar las que fueran pero pronto noto como el menor ya estaba eligiendo algunos vegetales por él, veía entre una patata y otra y katsuki frunció el ceño haciendo saltar una venita de su frente.
— ¡Elije la que sea cabeza de brócoli! Las dos se ven iguales y van a terminar en mi estómago ¿cual es la maldita diferencia? —
Le dijo algo confuso y malhumorado, si bien su madre siempre le había dicho que debía escoger las verduras y frutas que se vieran más frescas y revisar que no estuvieran golpeadas o pasadas de tiempo al rubio eso poco le importaba. Mientras no estuviera podrido servía.
Así que mientras el pecoso elegía algúnas cosas, el escogía otras y así hasta terminar con esa sección y entonces escucho al menor decir que debían ir por pan y cereales y comenzó a caminar hacia esa zona. Eligió lo que él más bajo le decía era mejor. No negaba que el nerd tenía buen conocimiento respecto a todo eso.
Una vez que terminaron las compras el rubio ya tenía la cara fastidiada de oír al nerd hablar y hablar durante casi todo el lapso. Parecía que se sentía en confianza. Katsuki por dentro sentía que quería callarlo a patadas. siguió caminando a su lado cargando cuatro bolsas de cartón en donde llevaban los alimentos. Se había gastado casi todo el dinero que le quedaba aún que al menos era en algo que le serviría así que se le ocurrió una idea para ganar el doble de dinero esa noche en las peleas.
Ya que el idiota del brócoli estaba con él pensó en que sería de ayuda si lo llevaba a las peleas y apostará por el. De esa forma ganaría lo que le dieran en la pelea y también lo que el nerd apostará.
Mientras caminaban noto como un par de gotas de lluvia comenzaba a caer y gruñó bajito.
—Date prisa... —
Le dijo comenzando a acelerar el paso, el menor también llevaba un par de bolsas en sus brazos. Cuando las gotas de lluvia aumentaron el rubio comenzó a correr siendo seguido por el pecoso hasta que llegaron a la casa, rápido saco las llaves y abrió la puerta entrando y dejándola abierta para que el menor entrará también.
—Maldita lluvia...—
Gruñó sacudiendo su cabello que se había bajado un poco por el agua. Luego se dirigió a la cocina para dejar las bolsas sobre la mesa y le indico al menor que las dejara ahí también ya se encargaría se guardar las cosas más tarde. Miró el reloj notando que apenas eran las 9 pm así que faltaba poco para la pelea de esa noche.
—Oye... Nerd...—
Le llamó acercándose a él hasta ponerse en frente y comenzó a acorralarlo contra la pared.
—¿Quieres conocer lo que es diversión de verdad?—
Le preguntó mostrando sus colmillos en una sonrisa ladina mientras se inclinaba un poco y afilaba la mirada. Su aroma era fuerte debido al agua que empapaba su ropa.
—Te aseguro que no vas a arrepentirte...—
Le dijo de forma sugerente para después reírse y volverse a alejar despacio.
—Por si no lo sabias peleó una o dos veces por semana, lo hago por dinero y esta noche me toca. Tu vendrás y apostarás a mi nombre, de esa forma ganaré el doble de dinero. Y nunca pierdo—
Le dijo sin darle siquiera la oportunidad de negarse.
—¿Que?... Acaso tienes miedo, pequeño cobarde?
Le dijo burlon cruzandose de brazos frente a él para después comenzar a guardar las cosas en el refrigerador pequeño que sus tíos le enviaron.
Como era de esperar el pecoso se había negado a su idea de llevarlo a la pelea, no le sorprendió, aunque si le molesto un poco, era una idea perfecta para ganar el doble de dinero por esa noche. Así que cuando el menor le dijo el rotundo no debido a que no tenía dinero para apostar. El rubio apretó los puños y azotó la puerta de la nevera para entonces acercarse y encarar al menor.
—Obviamente se que no tienes dinero idiota, yo te daré lo que me queda y tu lo apostarás a mi nombre. ¿Entiendes? —
Le "explicó" sin el mínimo ápice de tranquilidad luego solo suspiro al ver las piernas del pecoso temblar como fideos. ¿Tanto miedo le causaba?
Debía pensar en algo mejor que sólo gritarle así que aclaró su garganta.
— Es la única forma de ganar suficiente dinero para dejar las peleas por un mes... Si no vas y apuestas por mi. Ganaré el sustento para apenas un par de semanas y tendré que regresar y volver a pelear... Me serias de ayuda —
Le dijo mordiéndose el labio inferior para después solo gruñir, se alejo despacio para terminar de acomodar las cosas que habían comprado.
—Agh... Olvidalo idiota. Se que no soy tan importante para ti como para que hagas eso, se lo pediré a alguien mas... Ya vete —
Le murmuró con una voz "decepcionada". Usar la psicóloga inversa siempre surtia efecto con el menor así que sonrio una vez le dio la espalda.
— Pensé... Que ya estábamos comenzando a ser amigos de nuevo —
Murmuró por último terminando de acomodar lo último en la alacena para después girarse y acercarse al menor de nuevo con las manos en los bolsillos y afilo la mirada.
— ¿Lo harás entonces? —
El menor seguro lo estaba dudando pero justo en eso su teléfono sonó y lo sacó rápidamente notando que era su "contacto" quien le informó que la pelea se había adelantado por el clima y que estaban por iniciar en media hora.
— Ya es hora debo irme, si no vas a ayudar largo de aquí —
Ordenó algo molesto pero para su sorpresa el nerd indico que lo haría Katsuki sonrio malicioso y tomo un abrigo seco de los que estaban colgados en el perchero, tomó una de sus sudaderas también, una negra con un par de franjas naranjas en forma de X y se lo arrojó al Omega.
—¡Pontelo! Vámonos ya —
Le ordenó mientras el se ponía el suyo y cuando el pecoso se terminó de poner su suéter que en sí le quedó enorme, se acercó y lo tomó de la muñeca y lo comenzó a jalar con fuerza ya sin juegos. Cuando el nerd le preguntó a dónde iban y qué había pasado el rubio solo chasqueo la lengua mientras tomaba el paraguas
—La pelea se adelantó, empieza en media hora. Así que no hay tiempo. —
Dijo saliendo llevándose al menor con el y abriendo el paraguas de inmediato. Era cerca, así que llegarían justo a tiempo. El rubio no escucho nada de lo que el nerd le decía y solo se enfocó en apresurar sus pasos sin soltar al menor. La fuerza con la que le agarraba y tiraba de la muñeca era increíble.
A pasos largos y rápidos llegaron hasta un edificio abandonado en medio de unos lotes baldíos cercados con madera. Cuando llegó un hombre que cuidaba la entrada saludo al rubio con una venia.
— Te vez bien esta noche Dynamight, ¿estás listo?. Oh, veo que trajiste compañía, este chico parece muy "bueno" para venir a estos eventos... ¿Que traes entre manos eh?—
Le dijo el hombre abriendo el viejo portón oxidado y el rubio solo sonrio.
— Eso no te incumbe idiota... Solo vigilalo y que no se vaya, dejalo en manos de Toga.—
Le dijo el rubio y el hombre asintió, entonces el rubio miró al pecoso y sin previo aviso se acercó a él y lo abrazo para crear un punto ciego del hombre de la entrada.
— Este es el dinero, cuando una tipa rubia venga contigo y recoja las apuestas, apuestalo todo y di que quieres multiplicar cinco veces su cantidad a favor de Dynamight...Te veré en cuanto termine la pelea. —
Le susurro al menor al oído en voz muy baja mientras le metía su último fajo de billetes en lás bolsas de la sudadera. Luego se separó y se fue sin más. El hombre le dejó entrar y luego tomó a Izuku del hombro.
— Venga conmigo por favor, le conseguiremos un buen asiento... ¿Es amigo de Dynamight? No suele traer a nadie nunca, pero estaremos felices de que nos acompañe esta noche —
Le dijo el hombre mientras guiaba al menor por un pasillo largo y varios corredores. Aunque el lugar parecía abandonado por fuera, por dentro estaba arreglado. Bajaron por unas escaleras que dieron paso a una especie de piso subterráneo, ahí había una enorme puerta metálica la cual abrió y entonces llegaron hasta una zona perfectamente arreglada para las peleas.
Ya había varías personas sentadas en las gradas perfectamente acomodadas al rededor de lo que parecía ser una enorme jaula en donde los peleadores eran encerrados.
La mayoría de las personas parecían ser adineradas. Lucían trajes de punto y las mujeres coquetos vestidos. Parecían más damas de compañía. El hombre indicó a Izuku sentarse en la segunda fila y entonces una chica rubia de mirada miel y coqueto vestido de lentejuelas de color negro se acercó a él con una tabla en sus manos.
— Buenas noches... Soy la encargada de las apuestas, Bienvenido a la pelea de hoy, ¿por quien apostará y cuanto? —
Le preguntó la chica sonriendo y mirandolo fijo esperando para tomar nota de lo que el menor le diría.
Katsuki por su parte caminó por el pasillo que daba a las entradas al "ring" ya decenas de veces había recorrido el mismo pasillo, muchos ya lo conocían, el tan aclamado Dynamight que llevaba un récord de 10 peleas invicto. Era la mayor atracción en el club esa noche. Se sentía confiado. Sabía que su rival de esa noche sería difícil y eso era lo que más le entusiasmaba. El rubio amaba los retos, así que tras prepararse en una habitación ladera a la sala del ring, salió al escuchar la voz del presentador.
Camino vestido solamente con un short y con las vendas en las manos a forma de "guantes", así como tambien en sus pies hasta el tobillo.
Al oír su apodo de peleador atravesó el pequeño camino entre las gradas destinando solo para los peleadores, el público lo miraba fijamente, katsuki ya estaba acostumbrado a las miradas. Siempre había sido el objeto de atencion incluso en la escuela.
Subió los escalones para ser metido en la jaula que rodeaba el ring, luego su rival fue presentado, un hombre alto, rubio, bastante fornido y con una sonrisa despreciable. El tan afamado "Muscular".
Había oído de él, a los últimos dos que pelearon contra el los había matado a golpes. Uno terminó con la espalda rota y el otro sin duda no volvería a ver la luz del día. Eso a katsuki mas que atemorizarlo, lo emocionaba.
— Por favor peleadores tomen sus lugares —
Dijo el hombre de traje para después salir de la jaula y dar comienzo a la pelea, no hacia falta que dijera reglas pues no existían, eran peleas clandestinas, prácticamente todo era válido. Una pelea a muerte prácticamente o hasta que uno de los dos se rindiera. Cosa que katsuki nunca haría.
Así que en cuanto la jaula se cerró el cenizo trono su cuello de un lado a otro y tomó posición defensiva, muscular lo miró hacia abajo con una ceja en alto y sonrio.
— ¿Por qué me ponen a pelear contra un mocoso de prepa?... ¿Tu eres realmente Dynamight? No creo que seas tan bueno como dicen, de un par de golpes te mataré —
Murmuró el hombre con su voz grave, haciendo relucir su cicatriz en la cara, katsuki alzó la ceja.
— Menos balbuceos y más acción, pedazo de mierda... Con ese cuerpo tan asqueroso seguro que te mueves más lento que mi abuela. —
Le dijo sonriendo haciendo borrar la sonrisa del otro quien afilo la mirada y entonces sin decir más lanzó un puñetazo que katsuki pudo esquivar y luego se una patada en la espalda baja empujó al enorme sujeto haciéndolo chocar contra la jaula. El alfa sonrio, sabía que el tipo era lento, pero fuerte. En su caso el era más ágil, tenía cierta ventaja.
Las personas comenzaron a gritar entusiasmadas por quién era su favorito. Algunos apoyaban a Dynamight y otros a Muscular.
Katsuki podía esquivar los golpes del hombre hasta que en un breve segundo un derechazo impacto de lleno contra su costado mandándolo volar un par de metros.
El cenizo cayó al suelo tosiendo y muscular no perdió tiempo se acercó tomándolo del cabello y comenzó a golpearlo en el rostro hasta hacerle sangrar la nariz y parte de su frente.
Katsuki solo pudo apretar los ojos y los dientes mientras gruñia tratando de ignorar el dolor de aquella paliza y mientras sus manos se movían para hacer que le soltara. De una patada en el estómago logró safarse de su agarre y corrio hacia el para agarrarlo del cuello y apretarlo con toda su fuerza en una llave de judo. Muscular con sus manos busco el cabello ajeno para jalarlo.
Ambos terminaron separándose y agitados siguieron luchando. Katsuki intentaba hacer llaves, esquivaba y muscular conectaba golpes directos y pesados que llegaron a hacer tambalear al cenizo quien aunque ya tenía sangre chorreando por su rostro no dejaba de verlo con el ceño fruncido, sentía que por dentro algún órgano ya le había reventado pero no podía darse el lujo de perder. No cuando ya había apostado lo último que tenía.
El más alto corrió hacia el lanzando un par de golpes más que el cenizo apenas pudo esquivar y al agacharse conecto un puñetazo con toda su fuerza en el estómago del tipo haciéndolo jadear y retroceder. El suelo ha estaba salpicado de la sangre de Katsuki y eso sólo era mayor entretenimiento para el público, lo que ellos querían era presisamente ver más sangre.
Aprovecho el aturdimiento del sujeto para correr hacia el y de una patada en la cara lo termino de tirar al suelo y se trepó encima de su espalda para ahorcarlo mientras intentaba hacer que su cabeza se estrellara contra el suelo hasta que logró hacerle sacar la sangre de la frente al hombre quien movía su brazo hacia atrás para intentar golpear la cabeza del cenizo con sus codos pero katsuki no pensaba ceder pese a que ya estaba comenzando a marearse.
El público gritaba su nombre, otros lo abucheaban. Katsuki sólo tenía en mente acabar lo más rápido posible. Sin embargo aquel sujeto tenía tanta fuerza que cada golpe que el cenizo recibía sentía que valía por diez. En un punto terminó en el piso pero no se rindió pese a que el más alto le estaba dando un festín de patadas en todo el torso aprovechando que estaba en el suelo. Katsuki terminó escupiendo sangre con cada patada que recibía.
Sus fans comenzaron a gritar su nombre para darle ánimo. El cenizo miró como pudo al público que le pedía que se levantará y no perdiera y entonces sis ojos lograron ver al nerd que le veía directo. No podía perder, no cuando el nerd lo estaba viendo. Debía demostrar que el era el jodido rey de las peleas.
No se vería débil jamás y mucho menos frente a aquel idiota que le veía tan preocupado como si fuese el mismo quien recibía los golpes. Así que en un movimiento uso su brazo para tumbar al sujeto y aprovecho para levantarse con algo de dificultad y se limpio la sangre de su boca con el antebrazo para después escupir y volver a su pose defensiva.
Tras casi diez minutos en la jaula, mucha sangre derramada, moretones y la adrenalina a flor de piel, de un golpe en la mandíbula katsuki logró nockear a su rival. El hombre cayó al suelo haciendo temblar el piso y el cenizo cayó de rodillas sosteniéndose con las manos temblorosas en el suelo, respirando cansado en bocanadas por su boca. Sentía que por lo menos tenía un par de cosillas rotas y seguro su nariz necesitaría una bandita pues no dejaba de sangrar al igual que su pómulo.
Todos estallaron en gritos eufóricos cuando el más alto terminó inconsciente. Había sido una de las mejores peleas en meses. Más por que muchos pensaron que el cenizo no lograría ganar debido a la diferencia de tamaño con su rival.
Entre un par de sujetos arrastraron el cuerpo del más alto para sacarlo de la plataforma y el mismo hombre con traje que había abierto la pelea entró anunciando al ganador.
— ¡Damas y caballeros, el ganador por onceava vez consecutiva, la nueva proesa, el rey de las peleas. El dios del golpe asesino, Dynamight! —
Anunció y todos se pusieron de pie aplaudiendo y haciendo alboroto. Katsuki solo suspiro con más calma y fue llevado a los vestidores. Una mujer se acercó para darle un cuenco con agua y una toalla para que limpiará el exceso de sangre y sudor de su cuerpo así que se sentó en un vieja silla de madera y se miró al espejo que había en ese lugar.
Definitivamente tendría moretones en todo el cuerpo y en parte de la cara pero eso era lo de menos. Había ganado. Era lo único que importaba. Así que comenzó a limpiar lo mejor que pudo su rostro y volvio a vestirse con la ropa que llevaba cuando llegó para después ver como un sujeto de cabello blanco y el rostro lleno de cicatrices abría la puerta y le lanzaba un pequeño paquete amarillo.
— Tu paga... Felicidades Dynamight... Esperamos tenerte aquí en las próximas semanas. Hoy diste un buen show —
Le dijo el sujeto para después irse. Katsuki abrió el paquete y sonrio al ver que era el doble como habían anunciado. Ahora sólo faltaba juntar lo que le dieran al nerd. Así que suspiro mareado y cansado. Quería irse y tumbarse y no hacer nada más. Había sido una de las peleas más difíciles que había tenido.
Por otra parte la chica rubia, se acercó al pecoso y le entregó también un sobre con el dinero de la apuesta para después retirarse. Todos comenzaron a irse al menos los que ya no querían ver la siguiente pelea que ya era entre otros dos tipos. La estelar había sido la de el rubio.
Katsuki salió del vestidor y se dirigió a la salida donde fue felicitado por varios de sus fans hasta que vio salir al pecoso entonces se acercó a él con paso algo lento por el dolor en su cuerpo que ya estaba comenzando a enfriarse.
—!Hey perdedor por aquí!—
Le llamó moviendo su mano y una vez que estuvo a su lado suspiro y le sonrio ladino.
—¿Vez?... Te dije que iba a ganar... Vámonos —
Le dijo tomando de nuevo el paraguas aunque ya había dejado de llover y comenzaron a caminar de nuevo a casa. Gruñia bajito y hacía ligeras muecas con algunos movimientos. Se sentia molido y una vez que estuvieron lejos bajo la velocidad de sus pasos.
—¿Te dieron el dinero? —
Le preguntó mirándole de reojo. Le parecía gracioso que su sudadera le quedaba enorme al nerd lo hacía ver más bajo de lo que ya era por su parte el llevaba su abrigo abierto con el pecho expuesto al aire. El viento fresco le relajaba los músculos.
Cada paso era una punzada en su abdomen y un dolor que le calaba hasta los huesos, trataba de no quejarse aunque era casi imposible no hacerlo. Limpiaba de vez en cuando su nariz con su antebrazo sin importarle manchar su abrigo.
Se detuvo un breve momento sólo para tomar el sobre qué el pecoso le dio y lo guardo en su bolsillo del abrigo para después seguir caminando despacio con una mano en su abdomen y la otra en su bolsillo del pantalón. Pensó que ya no tendría más que decir hasta que escucho al nerd felicitarlo pero al mismo tiempo aconsejarle ir al médico.
Katsuki se freno de golpe haciendo que el pecoso se golpeara con su espalda otra vez y se giro para verle de forma despectiva con una ceja en alto.
—¡¿Ah?! Estas insinuando que soy un debilucho y que por eso necesito recibir ayuda médica?! —
Le grito furioso.
—Estoy bien, maldita sea —
Le dijo molesto para entonces solo suspirar y seguir caminando como pudo. Ya faltaba poco para llegar a casa y en el camino siguió ignorando las palabras del nerd que le decían que debía checar si no tenía algún hueso roto. Katsuki solamente rodaba los ojos. Pará el mientras no estuviera muerto no importaba. Le había ganado a muscular y eso lo volvía casi invencible lo que lo llenaba de orgullo y ego.
Pero cuando estuvieron cerca de llegar a tan solo una cuadra katsuki sintió que sus piernas flaquearon haciéndolo tambalear. Por suerte había logrado detenerse de la pared. Se veía agotado. Casi al borde del desmayo pero su ceño claramente fruncido y su mirada afilada denotaba que no se iba a rendir pese a que su cuerpo le exigía reposar. Entonces no tuvo otra opción más que ver al nerd y chasquear la lengua. No le quedaba de otra.
—Ven acá... ayúdame idiota —
Le dijo alzando su brazo para que el pecoso le ayudara a caminar dándole apoyo con su cuerpo como un bastón. Pesé a la diferencia de altura el nerd le era de gran ayuda pues al sentir apoyo más sobre el cuerpo del pecoso que en sus piernas pudo caminar mejor al menos la poca distancia que faltaba.
Al llegar hasta el pórtico de su casa abrió la puerta con la mano libre y ambos entraron, el rubio soltó el agarre del pecoso para tumbarse en el piso de la sala. Ya con el dinero que había ganado podría comprar un juego de sofás. Por el momento estaba vacía así que ahí se tumbo quedando sentado con las piernas cruzadas y apoyándose hacia atrás con sus manos, agotado y entonces se quito el abrigo para verse su torso desnudo que ya comenzaba a pintarse de rojo en varias zonas que seguro al día siguiente serían moradas.
Llevó su dedo índice para tocarse una costilla que al mínimo toque le hizo soltar una mala palabra y gruñir. Katsuki solo suspiro profundo y cerró los ojos luego miró al pecoso que le veía parado como idiota a unos metros y chasqueo la lengua.
—¿Que haces aquí aún?. Ya terminó todo vete a tu casa maldito brócoli. —
Le dijo sin sonar molesto moviendo su mano arriba y abajo como indicándole que se fuera. Pero luego abrió sus ojos y rápido tomó su abrigo de nuevo.
—Espera...—
Sacó el sobre de dinero y de él sacó unos cuantos yenes, lo equivalente a casi cincuenta dólares y se los arrojó al menor. —
— Quedate con esa parte... es mi forma de agradecerte, ahora... Largate —
Le dijo haciendo muecas de dolor. Definitivamente ya no se movería de ahí. Tampoco le importaba que el nerd se llevara su sudadera favorita. Ya después se la pediría de vuelta solo quería cerrar los ojos y descansar. Seguro que al día siguiente sería peor así que no quería ni pensar en levantarse.
Sin embargo el menor se acercó a su lado sacando algunas cosas de su mochila. Parecían ser materiales de curación y algunos medicamentos. Katsuki gruñó mientras torcia los labios y fulminaba al pecoso con la mirada. No recordaba que el nerd era un botiquín andante.
—Dejame en paz mierda...—
Le dijo mientras que con esfuerzo se sentó de nuevo haciendo un par de muecas. El estúpido brócoli ya había ido a quien sabe donde por agua y el rubio chasqueo la lengua.
—No estoy bromeando idiota, deja eso y obedece, largo de aquí —
Le gruñia como un perro rabioso pero el menor simplemente no lo escuchaba, katsuki sintió que estallara del coraje pero sus heridas y el cuerpo adolorido le impidieron moverse. Si hubiese estado en mejores condiciones seguramente que ya hubiera sacado al nerd a patadas de su casa.
No le quedó de otra que resignarse. La molestia y los cuidados de ese idiota, sobraban. Katsuki sentía que no necesitaba de ello pero al mismo tiempo pensó que debía dejarlo hacerlo si eso le ayudaría a volverse más cercano a él.
—Oye espera que es esa mier...¡Aahg! ¡Eso arde idiota! —
Se quejo cuando el menor había tomado lo que parecía ser una gasa y la había llenado con un líquido de una botellita para después aplicarlo a una de sus heridas en la cara. El rubio claramente salto por el ardor y se removió. El pecoso le decía que no se moviera tanto pero era inevitable.
—¡Callate, No me des órdenes!. Esa porquería arde como una maldita mierda..—
Le dijo haciendo muecas de dolor mientras que finalmente se dejaba hacer por el pecoso. Parecía un niño pequeño que era curado por su madre. Un niño muy quejumbroso y ruidoso.
Una vez que el pecoso terminó de limpiar sus heridas, katsuki ya se había acostumbrado al ardor de los medicamentos. Así que pudo respirar un poco mejor y mantenerse más quieto mientras el menor lo seguía tratando.
Aprovecho la cercanía del pecoso para verlo con mejor detalle. Poniendo especial atención en las pecas de este y sus facciones, incluso sus labios delgados y que parecían sonreír. ¿Estaba feliz por curarlo?.
Afilo la mirada sin decir nada solo mirando la cara de ese chico que alguna vez fue su mejor amigo. Sin darse cuenta el rubio había relajado el rostro mientras mantenía la atención en el menor hasta que su voz le hizo parpadear y tuvo que quitarse el abrigo para dejar que el menor le vendara el torso y el abdomen. Así que con cuidado y con su ayuda se quito el saco. Y trató de respirar con lentitud, ya había estado en peores condiciones. En unos días estaría bien y por lo tanto podría participar en el juego del equipo de football.
Cuando dejó que el menor le tocará para vendarlo cerca de los pectorales pudo notar que este parecía comenzar a sonrojarse y eso le dio curiosidad.
—Parece que alguien se puso rojo...—
Murmuró torciendo la boca en una sonrisa de lado que denotaba burla y a la vez travesura. Pensó que era la circunstancia perfecta para tratar de hacer el paso número dos en su plan aunque no pensó que tendría que hacerlo tan rápido. Apenas estaba haciendo que el pecoso confiara un poco más en el. Dudó si sería buena idea pero estaba seguro de que no tendría otra oportunidad como esa. Instalarle al menor una idea en su cabeza causada por un tercero. Una idea que lo carcomeria lentamente.
— Oye.. Mírame a la cara. —
Le llamó y pidió con un tono más tranquilo. Algo raro en él. Entonces conecto su mirada con la ajena. Parecía que el nerd se veía más nervioso. Katsuki se le quedó mirando de forma fija solo pasando sus ojos de un lado a otro entre la boca, la nariz, las cejas y todo el rostro del menor hasta que formó una leve sonrisa de lado un tanto relajada.
— ¿Por qué haces todo esto por mi?. Ni siquiera te trato bien. ¿Por qué siempre te preocupas por mí de esta forma?.—
Le preguntó ladeando un poco su cabeza sin dejar de verlo a los ojos verdes que por una razón le pareció notar brillaban más que otras veces.
Si es que por alguna razón el idiota nerd estaba enamorado de él, si que estaria jodido.
—¿Que sientes por mi?. —
Cuestióno expectante por la respuesta y como era de esperar el nerd negó de forma muy nerviosa. Pará katsuki eso había sido un "si" de forma indirecta. Se alejo despacio para dejar que el menor terminará de hacerle de "enfermero".
No negaba que la idea también se instaló en su cabeza no sólo en la de su víctima y una sensación de curiosidad le invadió. Quería manipular aún más a ese pobre chico. Morderlo hasta hacerlo llorar y sangrar.
Katsuki no era tonto ya había coqueteando con decenas de personas como para saber que el idiota del nerd algo sentía o que quizá estaba confuso. Lo cual era bueno para sus planes.
Suspiro y ya no dijo más por el momento, sólo desvío la mirada y se dejó hacer. Todo iba bien hasta que noto que el nerd estaba derramando el anticipeptico y parecía perdido en su mente.
Le trono los dedos y le miró de lado.
—Hey... Brócoli reacciona idiota—
Le llamó para después chasquear la lengua y verlo avergonzarse para seguir curandolo.
Aquel momento le hizo recordar una ocasion en la que se había peleado con tres niños mucho mayores que ellos, el motivo, habían golpeado a deku, en aquel entonces pese a que era menor que ellos y más pequeño en tamaño y fuerza, había logrado espantarlos y al girarse ahí estaba el nerd, a su espalda sonriendo con gran brillo en sus ojos y diciendo lo mismo que oía de su nefasta boca. "Kacchan eres increíble" le repetía una y otra vez y después corrían con su madre a pedir un par de banditas la cuales deku le ponía sobre sus raspones.
Aquel recuerdo le causó cierta calidez, en aquel entonces no estaba tan sólo, tan perdido ni tan vacío. La leve sonrisa que había dibujado se borro y sólo terminó por suspirar y negar despacio para después ver al nerd que le colocaba la última gasa sobre su barbilla y lo miró fijamente.
—Oye idiota...—
Le llamó con voz tranquila.
—¿Todavía piensas que soy increíble? —
Le pregunto curioso, antes de llevar su mano a la ajena que seguía sobre su cara y la aparto con lentitud.
— Desde niños siempre me admiraste... ¿Me ayudas por que aun sientes esa admiración por mi?—
Le pregunto afilando la mirada y ladeando su cabeza para acercarse un poco más a la cara del pecoso.
—Cada vez que estoy cerca de ti te pones muy nervioso... Justo como en este momento. —
Le dijo para luego alzar una ceja y sonreír divertido mostrando sus caninos.
—Cómo sea... Si ya terminaste, Ayudame a levantarme. —
Le pidió con el rostro más relajado y se apoyo en pecoso como hacia un rato usándolo de bastón para luego subir a la habitación, el rubio camino directo a la cama para después recostarse con ayuda del pecoso mientras se quejaba un poco y respiraba profundo. Luego miró al menor y le detuvo de la muñeca antes de que se fuera.
—Quedate a dormir esta noche, Cómo cuando éramos niños, duerme en mi cama —
Le dijo sin rodeos y mirándole retador para después soltarle la muñeca y reírse.
—Es broma idiota... Vete, y mi sudadera, regresármela después —
Le dijo restándole importancia para entonces girarse hacia la pared para darle la espalda al pecoso.
— Por cierto.... Gracias.... Por tu ayuda... Y eso... No olvides cerrar la puerta cuando salgas —
Le dijo algo cortante pues le avergonzaba dar las gracias aun era malo para ello. Pero se sentía tranquilo por algún motivo.
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Desde el terrible incidente que tuvo en su último día del celo, Izuku estaba bastante paranoico e inseguro. En su casa cuando cenó acompañando a su madre le hizo la pregunta por la venda que llevaba atada en su antebrazo, cosa que solo le respondió que era una lesión en sus practicas del equipo. Inko le fue muy renuente en que tuviera mejor cuidado y si era necesario que suspendiera esos ensayos hasta mejorar, pero Izuku solo insistió en que era un moretón, a pesar de lo enorme y morado que estaba por ser reciente.
Cuando salía de casa a la escuela miraba la casa continua para saber algún indicio de Katsuki, pero no notaba ninguna luz encendida o algo que le hiciera saber como estaba. Hasta le pareció deshabitada otra vez.
Las clases eran fugacez cuando su mente merodeaba en otro lugar, distraído prestando atención alrededor en lugar de centrarse en su libro o la pizarra. Sus amigos percibieron esa inquietud.
En los ensayos de práctica continuaba con una faceta alargada y cansada, mirando de reojo multiples veces a los jugadores que entrenaban en otra cancha. El sonido de carcajadas o gritos entusiastas que daban su mente le arrinconaba a creer que era por él.
Por más que trataba de despejarse haciendo los ensayos y equilibrando para la escuadra de porristas había una inquietud temerosa de volver a sufrir lo de ayer. En cuanto los ensayos terminaron se fue a paso veloz hacia los vestidores a cambiarse, tomar sus cosas y huir. Ni siquiera esperó al resto de los animadores.
"No puedo vivir solo tratando de ser como un ratón escurridizo"
Suspiró decaído sujetando las correas de su mochila a los hombros mientras iba de camino a su hogar. La casa de a lado lucía igual que antes, no hubo indicios de ningun movimiento, incluso imaginó llegar a ver a Katsuki sacar la basura o una silueta tras las ventanas, pero estaba desolado.
"Sus heridas deberías estar mejor, o tal vez no y fue al médico... o fue a visitar a su madre al hospital."
Pensó tratando de ingeniarselas en adivinar porque no tenía ninguna pista de Katsuki la noche que lo vio en los columpios del parque.
Ya habían pasado cuatro días desde la pelea que hubo en la cafetería, Izuku recibió un par de mensajes de Shoto respondiendo su condición que a pesar de terminar su suspensión no iría aun por sus heridas, pero de Katsuki no tenía ninguna noticia, salvo el cuchicheo de los rumores de que esos dos alfas podían enfrentarse de nuevo cuando volvieran a la institución. Eso conllevaba al omega arrugar el entrecejo preocupado.
Continuó con sus clases más tranquilo e igual de evasivo, pero siempre había oportunidades en que algunos del equipo de futbol lo encontraran en los pasillos para fastidiarle y amenazarle en que continuara callado, así como despedirlo con unos cuantos golpes o pellizcos cuando sonaba la campana.
Los ensayos con los porristas se volvía pedante cuando llegaban a preguntarle por alguna nueva marca que visualizaban en sus brazos cuando se ponía el uniforme, era preocupante como las lesiones empezaban a multiplicarse, por no mencionar el gran moretón que todavía procuraba ocultar en el vendaje. Aoyama le observaba de reojo poco convencido de Izuku silenciar lo que pasó en los vestidores hace unos días.
Al terminar las practicas esa tarde hizo lo que ya habituaba, huir tan rápido como sus piernas se lo permitían. Ir a los vestidores a cambiarse y salir antes de que llegaran los del equipo de futbol, sin embargo, esta vez su huida fue intervenida por un llamado con ese singular apodo que solo Katsuki le decía.
Respingó en su lugar nervioso pero cuando giró a indagar por encima de su hombro se relajó al ver la agradable faceta del pelirrojo.
—Ah... Kirishima-kun, hola... —balbuceó con un saludo nervioso asegurando que no venía nadie más, sus pies ansiaban por salir de ahí rápido.
Sin embargo, su desespero terminó cuando asombro del anuncio preocupado de Eijiro por saber de Katsuki.
—No... Tengo días que no lo veo —respondió con sinceridad. No sabía nada de Katsuki tampoco desde que lo vio en el parque hace tres días.
Hizo una mueca pensativo de darse cuenta del poco contacto que Katsuki podría llevar incluso con su familia, pero cuando escuchó el tema de la señora Bakugo dio un suave jadeo indeciso por corroborar con el pelirrojo que sí estaba la madre de Katsuki grave en el hospital.
—Lo siento, Kirishima-kun, pero tampoco lo he visto... Tal vez pueda indagar si sigue en su casa, más no te puedo asegurar que lo encuentre... —respondió cabizbajo por la desilución de imaginar que no estaría. —Tal vez sí fue a visitar a su madre, ¿no crees?
Una parte de él sí esperaba que fuera eso por la abrupta ausencia del rubio cenizo, segundos después recibió un papel con un número de teléfono, cosa que guardó con cuidado en su mochila y despidió con una formal reverencia.
En su camino a casa meditó en la plegaría de Eijiro, era un chico bastante agradable que se preocupaba bastante por Katsuki. Eso le generaba un impulso en también indagar, un valor en saber más del alfa más allá de solo sarcásticos comentarios o que le dejaban pensando si solo buscaba burlarse de él.
Vio la casa de nuevo con las luces apagadas y sin nada habitual, por lo que avanzó entristecido hasta entrar a su hogar. El rico aroma de comida recién hecha le hizo saber que su madre había llegado temprano esta vez, lo saludó con efusividad alardeando que había comprado una nueva arrocera que dispuso a estrenar.
—Ven a cenar antes de que se enfríe —dijo Inko feliz quitandose el mandil de colores cálidos.
Izuku se quedó abstracto mirando el plato y se le ocurrió una idea.
—¿Puedo llevarle un poco a Kacchan?
—Desde luego, ¿por qué mejor no le dices que venga a cenar con nosotros?
El menor sonrió nervioso negando la cabeza.
—Es que no estoy seguro de si está en casa, sino, solo le dejaré un poco de comida en la entrada.
Inko levantó los hombros permisiva, así que tomó asiento con su plato de curry y arroz blanco acompañadolo. Izuku dejó la mochila en el suelo y fue a lavarse las manos para tomar asiento acompañando a su madre a comer. Cuando terminó dejó el plato remojando y tomó el recipiente de plástico envuelto en plastico para llevarlo, recogió su mochila y anunció que volvería en un rato.
Caminó por el jardín acechando silenciosamente la casa de a lado sin ninguna novedad, era silenciosa y hasta algo siniestra, cosa que en todos sus años desolada no le generó incomodidad, pero sí tristeza. Cruzó el cerco ajeno hasta acercarse a la entrada, pensó varias veces en hacerlo o no, así que tocó la puerta despacio. No hubo nada. Volvió a tocarla con mayor fuerza. Nada aún.
Con un gesto más decidido golpeó con mayor fuerza tres veces seguidas, el empuje insistente le hizo darse cuenta que la puerta principal no estaba bien encajada por lo que fue abierta un poco. Se quedó rígido con el rechinido de las bisagras.
—¿Kacchan? ¿Estás dentro? —Dijo timidamente apenas asomando su rostro hacia dentro.
La sala estaba vacía y oscura, el sitio era amplio sin muebles que habitualmente adornarían.
"Esto no está bien..."
Se regañó a sí mismo por allanar el lugar, pero si Katsuki no estaba en casa era peor dejarle la puerta semiabierta y que algún intruso (ajeno a él) invadiera.
Avanzó despacio mirando el entorno, había bolsas de papel de comida rápida en un cesto de la cocina, como si alguien hubiera almorzado allí con descuido.
—Kacchan... —dijo con un suave y despacio tono de voz precavido—, perdona la intromisión, pero es que... Tienes días que no te reportas con Kirishima-kun y me preguntó por ti, no supe que decirle...
Inseguro de quedarse ahí, solo dejó el plato de comida en la barra y se alejó de la cocina.
—Dejaré un poco de comida que hizo mi madre, volveré después por los trastes, ¿de acuerdo?
Dijo inquieto de parecer que estaba hablando solo, dio media vuelta para ir a la salida, sin embargo escuchó un ruido extraño desde uno de los cuartos de arriba. Bajó la mirada al suelo con un dilema de que hacer, así que subió despacio las escaleras teniendo cuidado de ir casi a oscuras.
"Si me ve aquí como un intruso va matarme..."
Pensó con una mueca miedosa, pero al menos quería corroborar que era Katsuki y no un oportunista que vio la puerta fácil de abrir y andaba por ahí.
Acercó su mano a la puerta que recordaba era la habitación de Katsuki y tocó con sus nudillos de forma dócil por el miedo.
—¿Kacchan? ¿Eres tú?
Susurró con indulgencia hasta que empujó la puerta con cautela, Izuku se quedó congelado con asombro de ver a Katsuki, pero también se sentía aliviado que fuera él.
—Que alivio, todos estabamos-... —su voz pausó al percibirlo extraño—, ¿estás bien?
Alzó una ceja al ver el estado del alfa, una mirada vaga y dilatada, así como un ligera irritación que hacía ver sus ojos más rojos, miró de reojo a la habitación dándose cuenta de pequeñas bolsitas medio vacías con lo que parecía estupefacientes.
—No me digas que tu has estado... drogandote estos días —susurró aturdido, no esperaba que Katsuki consumiera ese tipo de cosas.
"¿Kirishima-kun sabe esto? ¿Por eso estaba preocupado en realidad?"
Pensó inseguro y dando conjeturas. Relamió sus labios razonando en que hacer, ¿estaría bien dejar a Katsuki a su suerte? No podría, incluso ya no quería que siguiera aspirando eso.
—Deberías descansar. ¿Crees que soy una ilusión? —Balbuceó nervioso por la siniestra sonrisa que le percibió y como se puso de pie tambaleante.
Trató de evitar que siguiera intentando caminar, levantó las manos tratando de detenerle pero una estruendosa patada cerca de él azotó la puerta de la recamara dando una ráfaga de viento a su lado.
—Espera, ¡¿Qué haces?! ¡¿Kacchan?! ¡Soy real, soy real!
Llamó con una alerta y miedo en su voz por el repentino agarre a su cuello, la mano del alfa era tan grande y robusta que facilmente podía casi tomar más de la mitad de la circunferencia de su cuello.
—No me hagas daño, solo venía a saber como estabas —rogó nervioso por el grave tirón de cabello que estiró su cuello hacia atrás.
Era un área sumamente íntima para un omega, casi como sus genitales y que lo expusiera así era algo pretensioso. Con un pánico andante jadeó con pavor por el cosquilleo de las respiraciones de Katsuki a su piel.
—Por favor aléjate, eres un alfa... Me da miedo... —susurró con pavor, su cuerpo solo reaccionaba a arrojar un tinte de feromonas sumisas e intimidadas por el contacto.
Como respuesta solo fue silenciosado quejandose por su tono de voz, Izuku selló sus labios tratando de no complicar más las cosas, esperaba que Katsuki se hartara y lo soltara para salir de allí tan rápido como pudiera.
Fue empujado bruscamente contra la pared dejandolo algo aturdido hasta abrir los ojos y encontrarse con Katsuki acorralandolo quejandose de todo lo que tenía que ver con el omega.
—M-me iré... Dejaré tu mente, solo déjame salir... —susurró bajito tratando de seguirle la corriente en ser una ilusión, se mostraría cooperativo en el estado de Katsuki, lo que menos deseaba es que tuviera un arroje de ira.
Alzó la vista con súplica hacia el mayor, cosa que le dio su permiso, Katsuki por fin retrocedió. Izuku resopló con alivio de verlo sentarse en la cama, pero cuando lo notó llevarse las manos al rostro comenzó a preocuparse nuevamente.
—¿Estás mareado? ¿Quieres un poco de agua?
Katsuki le gruñó en que se alejara una y otra vez hasta alzar la cabeza para afrontarlo con mayor agresión, Izuku se quedó sorprendido de verlo con esa faceta angustiada.
Fue arrastrando sus pies despacio hasta la puerta para alcanzar el picaporte y salir de ahí, sin embargo, pausó de ello cuando oyó a Katsuki hablar con él en desilución.
"¿De qué nota está hablando?"
Por un momento creyó que se trataba de las que le puso en la cafeteria hace días para recordarle la entrega de uniformes en los gimnasios, solo esas notas tenía presente que le dio. Katsuki comenzó a compararlo con todos, que siempre lo dejaban, cosa que hizo a Izuku recordar cuando le pidió no irse en el parque al sentirse tan solo luego de la noticia del accidente de su madre.
"Es obvio que le sigue afectado eso, pero... ¿Por qué llegaste a tales alturas como para doparte así?"
Soltó su mano de la puerta y se acercó despacio un par de pasos oyendo que se largara, se escuchaba tan contradictorio.
—No me iré, Kacchan —dijo más calmado de lo que entró a esa habitación. Katsuki tampoco ya no estaba tan efusivo como al inicio, parecía que el efecto de lo consumido estaba dando su efecto final.
Arrastró la mochila por su brazo hasta dejarla en el suelo despacio y tomó asiento con cautela en la cama a medio metro de distancia del rubio, puso las manos en las rodillas mirando al frente y suspiró agachando el rostro.
—No puedo dejarte, así que no me iré... —susurró culposo del embrollo en donde terminó por indagar del paradero del alfa.— No te dejaré solo, así que puedes bajar un poco la guardia, no estás solo en esta gran casa.
Miró de reojo a su lado, notó la cabeza tambaleante de Katsuki entrecerrando los ojos, le iba a sugerir acostarse hacia atrás, pero el cuerpo del alfa ladeó hasta caer su cabeza en su regazo. Izuku movió los brazos para sacarlos del peso y acomodar mejor al alfa.
—No soy nadie para asegurarlo, pero debes estar pasando por muchas cosas malas para estar en estas condiciones... —susurró entristecido por la situación donde Katsuki vivía solo en esa casa vacía, lo ocurrido con su madre y el aparente distanciamiento que tenia con la mayoría de su familia.—¿Por qué tratas de alejar a todos? ¿Qué es lo que te da miedo?
Susurró mirando con atención el rostro del alfa, su semblante que iba relajando y cerrando completamente los ojos con las suaves caricias y mimos que recibía en el cabello. Izuku no podía creer las condiciones con las que estaba, pero tenía la dicha de asegurar que el cabello del alfa era más suave de lo que imaginó.
Duró varios minutos con sus dedos cruzando entre los mechones rubios, mirando las delgadas cejas y ese gesto relajado, era la primera vez que miraba a Katsuki así. Inconsientemente sonrió.
—Si tan solo me dieras la oportunidad de que seamos amigos como antes, créeme que no te dejaría como dices... —tarareó con nostalgia tratando de comparar las maduras facciones del rubio a como era niño—, así tal vez me dejarías acercarme más a ti... Y entender mejor que pasa por tu cabeza...
Susurró eso último desapareciendo su sonrisa y mirando con melancolía a Katsuki, de lo agresivo y cerrado que había sido con él desde que volvieron a verse.
Escuchó el suave susurro dormitando de Katsuki llamandolo por su apoco, así como reprochar el porque no fue a un lugar. Izuku alzó una ceja confundido, pero pronto agachó para acercar a su oreja.
—Aquí estoy Kacchan, no me iré —susurró con parsimonía tratando de calmar el aparente tormento de algun sueño, pero que también dejó confundido al omega sin saber precisamente a qué se refería—, voy a estar contigo, puedes relajarte...
Duró varios minutos con sus caricias a la cabellera rubia, miró con ternura lo tranquilo que lucía Katsuki dormido, era un cuadro único y dificil de asumir a lo que estaba acostumbrado. Su mano pausó el recorrido por la cabeza entre sus muslos y suspiró mirando alrededor.
—Ahora... ¿Qué voy a hacer? —Se dijo a sí mismo inseguro—, ya no puedo irme y dejarlo así, ¿Y si despierta en malas condiciones? También le dije que no me iría...
Mordió su labio pensativo de su desición, posteriormente bajó la vista de nuevo centrándose en Katsuki.
—Si no recuerdas lo que pasó estaré en problemas... —susurró con un tic en su ceja por imaginar a Katsuki explotar iracundo por encontrarlo ahí.
Dio un vistazo a la ventana del balcón mirando la dirección de su cuarto, podría volver más al rato sin problemas, no es como que su casa estuviera lejos y su madre sabía que estaba allí. Elevó los hombros resignado y se quedó quieto recibiendo el dulce picante con toques de naranja del alfa, después de todo era su habitación.
Probablemente sería la única oportunidad de verlo así, solo tenía recuerdos vagos de las pijamadas que hicieron de niños. Sonrió negando la cabeza.
"Es irreal lo ajeno que me siento contigo, a pesar de todo lo que compartimos hace unos años..."
Se reclinó un poco para extender su mano y continuar acariciandole la cabeza con un arrullo. Con el silencioso ambiente semioscuro que solo libraba la iluminación exterior provocó a Izuku estar dormitando poco a poco, hasta recostarse también intentando todavía acariciarle la cabeza.
Al final no supo si fue él quien logró calmar a Katsuki o la propia sustancia que estuvo inhalando terminó, pero también estar rodeado por las feromonas de un alfa con el que su cuerpo reaccionaba compatible, le hizo ceder en quedarse cerca. Ironicamente su lado omega le hacía sentirse a salvo y gustoso de compartir cama con Katsuki.
Sus ojos se hicieron pesados hasta sucumbir en el sueño, ¿qué es lo peor que podía pasar?
Ni siquiera sabía cuanto tiempo pasó hasta que la luz se hizo más fuerte haciendo que apretara sus ojos antes de abrirlo, sin embargo, fue recibido con un brusco empujón hacia la cama que le llevó a despertarse completamente de la peor manera.
Con el agarre presente en su cuello jadeó ahogado y miró que era Katsuki, lo cual no le pareció nada nuevo o algo que no esperó de su reacción.
—Kacchan... Dame un segundo... No puedo hablar —Balbuceó apenas tomando aire por la opresión que le daba contra la cama.
Fue repentinamente agarrado tan fácil siendo arrastrado hacía el balcón, los ojos del omega ampliaron más que asustado por sentir el vacío en su espalda.
—¡Te explicaré! ¡No puedo hablar así! —Rogó asustado llevando las manos al antebrazo del alfa intentando retirarlo de su cuello.
Apenas y fue soltado llevó una mano al cristal de la ventana para mantenerse de pie y llevó la otra a acariciar su cuello conmocionado por lo violento que despertó Katsuki, pero también Izuku lamentó haber bajado la guardia así.
—Vine a buscarte, tenías días sin dar indicios de nada, estaba preocupado... —respondió evasivo de dar detalles del llamado de atención por Kirishima también. —Estaba la puerta sin cerrar, así que solo entré... Lo siento.
Se quedó un instante analizando el estado de Katsuki, cuestionandose sí ya se había pasado completamente el efecto del estupefaciente, aún lucía algo aturdido e incluso mareado por verle sentar en la cama llevandose las manos a la cabeza.
—¿Quieres un poco de agua? —Susurró precavido adentrando de nuevo a la habitación.
La pregunta de porque le ayudaba incluso Izuku no tenía una respuesta concreta. Simplemente si veía que algo lucía mal quería darle apoyo en mejorar. Katsuki era alguien que siempre estaba alerta sin dejar aperturas, ¿pero acaso no era cansado? Mostrarse con la frente en alto todo el tiempo pretendiendo que nada estaba mal.
—No me creo mejor que tú, solo quiero que estés bien.
Susurró sujetando unos mechones de su cabello afligido de no poder dar una mejor respuesta. Su vista centró en Katsuki quien se puso de pie acercandose peligrosamente de nuevo a él, como reflejo Izuku se llevó una mano a cubrir su cuello para evitar que lo volviera a sujetar como antes.
—Ya te había dicho que Todoroki-kun es un amigo —respondió con una mueca inconforme.— Puede que no necesites mi ayuda, ¿pero qué tiene de malo que esté para ti? Tú siempre estuviste para mí de niños...
Dijo con un semblante decaído por las veces en que Katsuki muchas veces lo defendió de bravucones o que le hacía subir el ánimo con palabras de aliento o incluso los burdos intentos de enseñarle a defenderse, Izuku nunca logró devolver un golpe.
—Kacchan no me produces lástima —reiteró con su entrecejo arrugado por lo hostil que eran las palabras del alfa para alejarlo—, ¿es tan malo que quiera qué te encuentres bien?
Estaba preocupado por él, por supuesto que sí, después de todo lo encontró en una condición tan nefasta como estar inhalando sustancias para doparse, eso generalmente sucedía cuando algo no estaba bien. La imagen del rubio en el columpio confesando el incidente de su madre podría tener algo que ver, pero también Izuku empezó a preguntarse si era algo habitual en el alfa estar con drogas.
Apretó sus puños al escuchar la idea de que no importaba si moría de sobredosis, no era problema de nadie.
"No sabe el peso de esas palabras..."
—¡Claro que me importa! No puedes solo decir que estará bien si desapareces. Sé que el mundo no dejaría de girar, pero el de tus conocidos sí, por supuesto que yo sería uno de ellos.
Se llevó una mano al pecho tratando de acercarse despacio al alfa que ahora le daba la espalda.
—No hemos tratado de la mejor manera desde que nos reencontramos, no entiendo, de verdad que no, pero quisiera al menos devolver un poco todo lo que hiciste por mí en el pasado —hizo un puchero con tristeza de sentirse cada vez más ajeno del alfa—, aunque quiera negarlo me preocupas, el modo en que quieres alejar a todos, alejarme... Se siente muy triste cuando es de alguien que te importa.
La tajante respuesta de que no conocía ni un mínimo su situación y que solo se trataba de un chico mimado le hizo bajar sus cejas entristecido, no estaba minimizando que vivía con su familia o tenía amigos allegados, pero eso no quitaba el martirío que era ser molestado por quien era. Llevó una mano a tocar la manga de su saco donde tenía la venda de su moretón por los jugadores de futbol.
—Tienes razón, te desconozco, pasó mucho tiempo desde que solo eramos niños jugando, no sé como has estado recorriendo tu vida. ¿Por qué no me dejas solo intentar-...?
Dijo con suavidad tratando de darse una oportunidad, llevó una mano al hombro de Katsuki pero fue repentinamente apartado con un golpe.
"¿Por qué no puedo acercarme a ti como antes? ¿Por qué me miras con tanto odio?"
Decaído negó la cabeza, Katsuki ponía una barrera tan gruesa entre ellos que no le dejaba inmiscuir sus razones. Izuku quería conocer el motivo que había transformado así al alfa, saber que lo tenía como una persona tan agresiva que no permitía ningun contacto o una charla sin gritos.
—Desde que nos volvimos a ver me he estado preguntando lo mismo: ¿Por qué me odias? ¿Qué fue lo que te hice para que me trates así ahora? Por más que rebusco en mi memoria no me llega un motivo, ni siquiera la última vez que nos vimos... ¡¿Entonces por qué?!
Preguntó con demanda por fin dejando salir a flote todas las angustias que estaba acumulando en su pecho. No podía ayudarlo si no conocía el motivo de su desprecio.
—¿Por qué me detestas? ¿Es porque soy un chico enclenque? ¿O porque ahora sabes que soy un omega? Kacchan responde, por favor.
Insistió perturbado de no hallar otra situación, no había otra cosas que cambió entre ellos solo que sus segundos géneros fueron revelados más adelante.
Siguió con la mirada a Katsuki inclinarse para sacar una caja debajo de la cama mientras sacaba unas cosas en lo que hurgaba el fondo. Izuku quejó de forma muda cuando una figura estampó en su pecho, sus reflejos apenas pudieron recibirla en manos.
—Esto es... —susurró aturdido dandole vueltas a la figura. La conocía, era un juguete de All Might, pero al ver que llevaba una firma de autografo en una de las piernas de plástico la reconoció—, esto era mío.
Una figura por la que estuvo lloriqueando mucho tiempo por perderla, recordó la escena vergonzosa rogandole a un pequeño Katsuki que se la devolviera. Ahora podía tratarse de un objeto de colección, pero lo más importante era saber que el alfa la llevó consigo.
—Todos estos años lo conservaste... ¿Kacchan por qué-...?
Balbuceó sorprendido por ser empujado para sacarlo de la habitación con brusquedad con el muñeco en manos. Izuku se quedó más que confundido, se dio media vuelta solo para recibir el portazo casi golpeando su nariz.
Permaneció mirando la figura en manos confundido de lo que acababa de pasar.
"Si no mal recuerdo, el último día que nos vimos fue cuando me lo quitó en el parque... Me quedé llorando mucho... Y luego..."
Arrugó el entrecejo recordando el incidente que pasó poco después por lo de su padre. Por más que lo intentaba, en lugar de entender a Katsuki solo se confundía. Realmente no lo conocía...
Ese no sería un impedimento para que se quedara ahí, porque aun así podía sentir la tristeza que el rubio irradiaba y quería ayudarlo. Recargó su mano libre a la madera y su frente también.
—¿Por qué no quieres hablar? Yo quiero escucharte... —susurró ansioso de sentir no lograr alcanzar a Katsuki.
Bajó su mirada a ver la figura en su mano, con una sensación agridulce de tenerla de vuelta.
"¿Por qué la conservaste todo este tiempo si ni quiera buscas hablarme?"
Cerró los ojos con un suspiro afligido, Katsuki lucía mal, tal vez por un efecto posterior a lo que inhaló, pero actuaba errático e incluso algo torpe en comunicarse, como si una pequeña brecha en su muro expandió por fin intentando desglosar sus emociones, Izuku no perdería la oportunidad.
Segundos después la puerta fue abierta, por lo que el peliverde retrocedió con cierta sorpresa en su rostro y algo de alivio de que quizás tuviera oportunidad de hablar, pero no fue así, Katsuki le reclamó el por qué continuaba ahí y lo arrastró hasta afuera de la casa.
—¡No deberías quedarte solo! Kacchan quiero ayudarte, por favor dame una oportunidad, ¡Kacchan...!
Insistió con plegaria siendo sujetado de la muñeca con fuerza, el menor hizo una mueca de dolor por el agarre brusco pero solo hablaba con intenciones de que le dejara quedarse a charlar.
Y al momento en que lo encaró en la entrada Izuku se quedó congelado de ver su gesto la borde de quebrarse.
Creyó que sería echado como de la habitación y se encerraría en casa, pero el alfa también salió por el cerco dejando a Izuku confundido al verlo caminar por la acera subiendo la capucha de su saco.
—Kacchan... ¿A dónde vas? Acabas de despertar de eso , ¿por qué no descansas un poco? Es tarde-...
Insistió nervioso tratando de acercarse con él, pero el rotundo gruñido de que no le siguiera le dejó quieto llevando las manos a su abdomen con preocupación mientras sostenía la figura.
Levantó una mano con un vano intento de alcanzarlo, pero dudó de volver a llamarlo y la descendió.
—No te vayas...
Fue lo último que pudo decir, se quedó en ese sitio hasta perder de vista a Katsuki en las calles delanteras. Miró la figura y después la casa del alfa, suspiró decepcionado de sí mismo.
"¿Qué rayos estoy pensando? Kacchan solo me molesta, se burla de mí, me lastima y aun así..."
Miró su muñeca que fue agarrada con brusquedad, pero pronto se volvió la imagen del rostro de Katsuki frustrado al borde de un lamento. Un escalofrío le recorrió la espina dorsa y negó la cabeza queriendo salir de su trance, entonces volvió a su casa cabizbajo.
Como era de esperar las luces en su mayoría estaban apagadas, salvo la de la sala para poder ir a su habitación sin problema, después de todo su madre ya se había ido a la cama.
Cuando llegó dejó la figura de All Might en el escritorio al lado de la alcancía.
"Aun tenía estas cosas consigo... Lucen cuidadas, como si las hubiese atesorado"
Miró de reojo a la puerta de su balcón mirando donde estuvo hace unos minutos al otro lado, suspiró pesadamente.
"O simplemente las tenía guardadas en el olvido haciendo estorbo en su closed"
Se fue a la cama sin poder quitarse la imagen de un Katsuki confundido y exaltado, esperaba que sea a donde hubiera ido estuviera bien y a salvo.
A la mañana siguiente cuando estaba preparandose para ir a la escuela, tenía todo listo, salvo algo... Buscó en cada rincón de su cuarto hasta recordar donde había dejado su mochila. Giró nervioso hacia la ventana.
"Se quedó en la casa de Kacchan..."
Recordó como la dejó en el suelo cuando se acercó a la cama y le hizo compañía. ¿Sería poco ortodoxo ir a pedirle que se la devuelva? Le daba algo de miedo ir a indagar a diferencia de ayer, pero más que nada le daba miedo que no hubiese vuelto de donde sea que estuvo desde que lo dejó en la acera.
Así que fue a su closed en busca de alguna mochila de repuesto, tomó algunas cosas como un cuaderno y unos lapices, lo demás lo tenía en los casilleros de U.A.
Salió de casa en camino a la escuela, sabía que continuaría la suspensión de Katsuki por unos días más, así que ni se tomó la molestia de mirar si saldría, ya que ni sabía si estaba ahí por como se retiró.
Las clases transcurrieron con normalidad por así decirlo, aunque si fue algo inusual no ver a Izuku sin su habitual mochila amarilla. A la hora del almuerzo se encaminaba hacia una mesa para acompañar a sus compañeros, pero fue interceptado en el lugar, sus ojos abrieron con asombro y algo de dicha por ver a Shoto de nuevo en la escuela.
—Todoroki-kun, me alegra que tus heridas ya no sean impedimento para que estés aquí. ¿Cómo te sientes?
Preguntó con ese tono sereno con un toque efusivo en dicha por mirarlo, pero cuando escuchó la voz más seria en Shoto con la mención de decirle algo lo dejó preocupado.
—¿Es algo de tu condición? Si es así entonces mejor sigue tomando reposo...
Recibió en la mesa un poco del bento que compartió con el bicolor, pero por el gesto serio en el alfa algo le decía que no era buena mención lo que diría. Y así fue, Izuku abrió sus ojos con cierta sorpresa al escuchar como vieron a Katsuki en un bar de Ginza y un burdel.
"Entonces ahí pasó la noche..."
Pensó con tristeza, el apetito se le escapó al enterarse de donde deparó su preocupación de anoche. Podría estar aliviado de saber que estaba convida, porque una principal razón de su martirio era considerar que Katsuki siguiera inhalando sustancias nocivas hasta caer en una sobredosis como se lo planteó, pero estar en ese lugar que era un bar Ginza tampoco le escapaba del todo esa idea.
—Kacchan no es tan malo como piensas... Quizás solo está desorientado, puede que te haya golpeado pero tú fuiste el primero en agredirlo —dijo en un intento de defender lo ocurrido. Solo tenía en la cabeza la imagen de Katsuki mortificado echandolo de la casa.— No creo que sea buena idea dejarlo solo...
Susurró con tristeza comiendo despacio solo para no despreciar los alimentos que Shoto le preparó.
Cuando terminó el almuerzo lo siguiente que hizo fue enviarle un mensaje a Eijiro solo para contarle que encontró a Katsuki en casa pero no en las mejores condiciones que hubiera querido.
En la tarde cuando volvió a casa después de las prácticas con los animadores trató de armarse de valor para pedirle la mochila de regreso a Katsuki, pero se acorbaba cada vez que acercaba a la casa, tal vez no la devolvería incriminandole que fue su culpa por dejarla ahí y entrar sin su permiso. Izuku suspiró decaído y solo pasó de largo a su casa.
Su madre aun no llegaba, así que tomó una ducha y empezó a preparar la cena, al momento en que estaba picando verdura para el salteado que guisaba escuchó el timbre ser tocado un par de veces. Apresurado terminó de cortar las verduras y bajó el fuego, se limpió las manos con una franela y caminó hacia la entrada.
No había nadie, miró de un lado a otro confundido, pero un peso caer en sus rodillas le hizo centrar su atención hacia abajo, ahí estaba su mochila amarilla. La levantó con sorpresa viendo que todo estaba ahí y giró hacia la casa Bakugo.
—Debería darle las gracias y llevarle un poco de cena...
El pánico de ser rechazo y jaloneado de nuevo afuera le hizo negar la cabeza nervioso y volvió adentro abrazando la mochila.
"Espero que esté bien..."
Un puchero se dibujó en sus labios por pensar en la condición de Katsuki, si ya había comido o estaba de nuevo derrumbado en su habitación drogandose, o incluso con alguna mujer, después de todo ya estaba su antecedente de la chica que vio antes y saber que fue a un burdel de un bar Ginza.
Su único alivio era saber que Eijiro también conocía el estado de Katsuki, tal vez su primo podía convencerlo o indagar mejor con él.
Se quedó un rato sentado en el brazo del sofá con la mochila contra su pecho.
—Si vino a traerla de vuelta no debe estar molesto, muy molesto... —susurró meditabundo de su idea de ir a checarlo.
Tenía muchas cosas que preguntarle y probablemente no tendría la respuesta. El olor a quemado le hizo saltar del lugar a la cocina, el guiso se le estaba quemando.
Al final se acorbadó de ir a buscarlo y pasó la noche con remordimiento por eso, mirando ocasionalmente la ventana cuestionandose si Katsuki estaría ahí o salió de nuevo al bar Ginza. Extendió un brazo para alcanzar la figura en el mueble conjunto y la miró con detenimiento.
"¿Tanto te mortificó haberte quedado con esto?"
Su mente trataba de encontrar el motivo de tanta angustia en el rubio, pero no le encontraba sentido. Se quedó dormido con la figura en mano hasta que se cayó al suelo.
A la mañana siguiente ahora sí tenía todo consigo adecuadamente para ir a clases, se sentía cansado como si no hubiera dormido bien, pero fue por estar sobrepensando preocupado en Katsuki. Salió como habitualmente lo hacía despidiendose de su madre y tomó rumbo a la escuela.
Sin embargo, no esperó ser interceptado de frente parandole el paso, reconoció a Katsuki con el abrigo usando la capucha.
—Kacchan estás aquí... —balbuceó con sorpresa. Era un alivio ver que hubiera dormido en casa y no en un burdel, pero también se dio cuenta de lo tonto que se oyó eso.
Sin tener más palabras solo fue tomado de la muñeca siendo jalado al lado contrario al camino que habituaba en ir al instituto.
—O-oye, ¿a dónde me llevas? Di algo —mencionó con pánico mientras sus pasos eran torpes tratando de alcanzarlo e intentar zafarse.—¿Por qué ahora? Debo ir a clases, me meteré en problemas si llego a faltar...
El omega se quedó paralizado por la cuestión de si le importaba más la escuela que lo que tenía que decirle. Fue soltado de la muñeca por fin, cosa que hizo al menor sobarla decaído de ese comentario.
Era la apertura que tenía por fin con Katsuki que tanto anheló.
—No, quiero escucharte... Iré contigo... —susurró culpable mirando de un lado a otro como si quisiera pasar de largo el salir de sus deberes.
Fue de nuevo sujetado de la muñeca para ser guiado, Izuku alzó la cabeza al darse cuenta de a donde iban por fin, era el parque a unas calles de ahí.
Se quedó de pie frente al columpio que Katsuki tomaba asiento con un gesto serio. No tenía por donde dar iniciativa el omega, después de todo no sabía realmente que quería expresarle a Katsuki.
—Y... ¿Qué quieres decirme? —Susurró suave tratando de no sonar impaciente, pero quería terminar el incómodo silencio que solo daba el rechinido de las cadenas en el columpio.
Su gesto se fue torciendo en confusión cuando Katsuki empezó a hablar, pero selló sus labios para no interrumpirlo.
Alzó una ceja escuchar lo de una nota citandolo en el parque y la amarga tarde que Katsuki sufrió por horas esperandolo llegar incluso bajo la lluvia para devolverle la figura.
"Por eso dijo que por fin me la devolvió..."
La imagen de Katsuki iracundo arrojandole la figura al pecho fue más clara por su gesto indignado. Ahora lo entendía, ese odio existente hacia él, la forma en que lo recibió en su reencuentro y como llegó a molestarlo.
—No sé por donde comenzar... —dijo intranquilo caminando para estar a la par y sentarse en el columpio conjunto.— Imaginarte esperarme tanto tiempo suena devastador... Lo lamento mucho...
Miró a Katsuki levantarse y llevar las manos a los bolsillos, pero Izuku no lo siguió, permaneció en el columpio balanceandose despacio con los pies en la tierra.
—Ese día no fue el mejor para mí, perdí a mi mejor amigo que se mudaría y también... —apretó la mano a la cadena incómodo de hablar—, Kacchan no recibí nunca tu nota. El día después de que jugamos y te quedaste con la figura tuve que salir de casa con mamá, mi padre sufrió un accidente que le hizo perder la vida... Estuvimos una semana en Kyoto en casa de mi abuela por eso...
Se llevó una mano al rostro pesaroso, recordaba lo triste que fue esa ceremonia y esperaba tener un poco de palabras de aliento de su amigo, pero cuando volvió a casa solo encontró una casa deshabitada al lado de la suya. Por más que tocó la puerta o llamaba con gritos a 'Kacchan' nunca salió nadie, Inko le dijo después que se habían mudado.
Bajó sus cejas con desánimo de darse cuenta que no fue el único que la pasó mal.
—Estado en casa creeme que hubiera tomado al pie de la letra ir a verte y despedirme de ti, recibir la figura... Estar contigo una última vez...
"Hubiera deseado que estuvieras ahí cuando perdí a mi padre, sentirme acompañado por mi amigo..."
Recargó la cabeza a un lado con la cadena e hizo un leve puchero retirando la mano del rostro.
—Siento mucho lo que pasó, nunca creí que llegaras a considerar que te ignoré y dejé plantado. ¡Jamás lo hubiera hecho!
Se puso de pie por fin con un sabor amargo por el motivo que cultivó tanto rencor en Katsuki hacia él, quería erradicarlo.
—Te agradezco que hayas devuelto la figura, pero si existe algo que pueda hacer para recompensarte lo haré, por favor Kacchan, no quiero tener esta inquietud que parece una brecha entre nosotros. Haré lo que sea para enmendarlo.
Solicitó preocupado de que brotara aun más esa asfixiante sensación de ser ajenos. Quería tener de nuevo un acercamiento y amistad con él, quería ayudarlo, entenerlo mejor.
—¡Sí! Quiero hacerte saber que no fue algo que yo decidí, y de enterarme de esa nota sin duda yo... —pausó afligido—, ¿Qué puedo hacer para que me creas?
Dijo con algo de clemencia, pero al escuchar que le pedía una felación en el parque le provocó sorprenderse y retrocedió unos pasos hasta casi tropezar con el columpio en sus rodillas.
—¡¿Eh?! P-pero... ¡¿Qué dices?! —Quejó avergonzado mirando con horror a Katsuki, giró de reojo asegurando que nadie más estuviera escuchando eso.
Su rostro estaba rojo y aturdido mirando la severa afirmación de Katsuki, pero poco después el alfa ablandó con una carcajada burlesca que exasperó al menor indignado.
—¡¿Cómo puedes hablar tan fácil de esas cosas y con un gesto que parece real?! —Quejó apenado con su pecho bombeando nervioso.
"Siempre se divierte viendome exaltado, porque me sorprende..."
Suspiró resignado masajeando su cuello incómodo, pero ante al comentario de que si no tenía que ir a la escuela lo espabiló.
—Ah... sí, tal vez no llegue a la primera clase pero a la siguiente... Te veré después Kacchan.
Balbuceó evasivo retirandose de ahí por su lado, aunque detuvo un segundo para mirar atrás y asegurarse que Katsuki iba de regreso hacia su casa, suspiró exhausto.
"Pudo haber dicho otra cosa que eso... Es un desvergonzado."
Refunfuñó incómodo, pero al menos ya había aclarado mejor las cosas entre ellos, o así lo veía. Que Katsuki por fin desentrañara las discrepancias que lo hizo detestarlo y que Izuku le aclarara su motivo de fallo debía ser un gran paso, ¿no?
Izuku fue a la escuela con una sensación agradable, después de todo sentía que podría volver a instalar una relación con Katsuki como antes. Hablar esa mañana fue provechoso así que valió la pena llegar un poco tarde, aunque eso provocó comentarios preocupados de sus compañeros por su inusual retraso.
Se encontró con Shoto en unas cuantas ocasiones por los pasillos, cerciorando que sus heridas estuvieran mejor y también tornarse algo evasivo cuando mencionaba a Katsuki, porque siempre era un tema a roer con las advertencias de Shoto.
En la tarde cuando terminaron las practicas volvió a casa un poco más relajado del martirio que hubo al inicio de la semana, después de todo con Shoto de nuevo por ahí los del equipo de fútbol se tornaron más apartados de molestar a Izuku.
Caminando por la banqueta casi llegando a su casa percibió a Katsuki caminar en su dirección, de forma automática sonrió con nerviosismo pero tratando ocultarlo alzó una mano para saludarlo.
—Hola, Kacchan. Todo estuvo en orden, fue un día atareado pero las cosas están relajadas, aunque la gente sigue dando ciertos rumores de que ha sido de ti —respondió con honestidad por los chismes que llegaban consigo, ya sea en el aula de clases o con las porristas cuando ensayaban.
Se sobó la frente algo aturdido por el saludo particularmente inusual. Cuando hizo eso su manga levantó dando a mostrar parte de su antebrazo, ante la pregunta de si lo estaban molestando negó la cabeza.
—No, esto fue una lesión de hace unos días, me caí intentando hacer una acrobacia con la escuadra —dijo con un toque evasivo mientras volvía a bajar la manga de su saco para ocultar el toque amarillo que ya tenía su moretón.
No le diría a Katsuki que fue por un momento humillante de su celo con los del equipo de futbol americano en los vestidores, ¿pues que iba a decirle? Eran sus amigos, había estado con ellos cuando lo fastidiaron semanas atrás.
—Nadie me molesta —mintió arrugando el entrecejo incómodo de ocultarlo.
Su mirada espabiló al oir a Katsuki que iría a llenar su despensa y por si fuera poco le pidió acompañarlo.
"¿Quiere que vaya con él?"
Se preguntó a sí mismo aturdido, pero pronto se abofeteó mentalmente por repetir lo obvio. Giró un poco la cabeza para mirar la dirección de su casa, su madre llegaría tarde como acostumbraba, así que no tendría inconvenientes, además si le decía que estaba con Katsuki lo pasaría de largo, Inko tenía con buenas referencias al alfa, con solo un desayuno que compartieron ya se había ganado a la mujer.
—No lo sé... Usualmente inicio la cena antes de que llegue mi madre y...
Dijo inseguro de romper un poco su hábito cotidiano, pero además estaba algo nervioso por ir con Katsuki juntos al mercado, no estaba seguro de si sería de ayuda a como mencionó el alfa. Cuando Katsuki pareció desistir y retomar su rumbo dejandolo allí Izuku entró en pánico, involuntariamente llevó una mano a detenerle de la tela de sus prendas.
—¡P-pero puedo hacer una excepción! Podría ayudarte y ya si quisieras usar mis recomendaciones las sabrás para más adelante —balbuceó afirmando el acompañarlo.
Avanzó un par de metros atrás de Katsuki siguiendo su camino hacia el supermercado, tenía que extender sus pasos para no quedarse más atrás, el alfa caminaba muy rápido a lo que Izuku acostumbraba. Consideró decirle que lo esperara pero silenció su idea tratando de mantenerse en el ritmo acelerado.
—No soy lento, es que tú caminas muy rápido —reprochó mordiente por la queja de no seguirle el paso.
Se quedó en un límite prudente al lado de Katsuki cuando llegaron al supermercado, lo vio tomar un carrito y entonces ambos adentraron. La pregunta de que debía llever primero conllevó a Izuku mirar despacio un lado a otro tratando de tener un orden.
—Si quieres una dieta para alguien que hace mucha actividad física lo primero es tener mucha proteína, deberías empezar por la carne. Tienes mucha masa muscular así distribuir los alimentos con tres comidas y dos colaciones es apropiado, acompañado de fibra y muchos líqudos. Bebidas energizantes son muy provechosas para alguien que es mariscal de campo, eres muy fuerte, ademas de ser un alfa debes de tener un metabolismo basal elevado...
Izuku empezó a hablar sin parar, las palabras solo salían sin descanso sobre que dieta era la más adecuada para alguien como Katsuki, pero abruptamente fue callado, así que llevó una mano a sus labios nervioso por darse cuenta de ese mal hábito suyo apareció.
—Lo siento... —Balbuceó aun ocultando sus labios con su palma y con su mano libre señaló una carne molida de los refrigeradores para que la tomara.
"Una dieta para Kacchan... ¿No debería llevar algo para ayudarlo a que no consuma más estupefacientes?"
Recordó la mala condición en que lo encontró en casa inhalando aquel polvo. Le preocupaba la idea de que hiciera eso tan seguido hasta sufrir una adicción. Se quedó unos segundos en su sitio parado sin moverse hasta que fue llamado a regañadientes para que caminara.
—Podrías tomar malteadas de creatinina si haces tanto ejercicio... Incluso si estás suspendido y continuas manteniendote en forma...
Susurró un poco cabizbajo y culpable de haber visto en más de una ocasión a Katsuki ejercitarse desde la ventana sin camisa. Giró de reojo hacia el brazo de la persona a su lado cubierto por la manga, recordando las gruesas dimensiones que tenían. Comenzó a sentirse algo avergonzado por lo que se tornó cohibido.
Su concentración estaba en el suelo que no se dio cuenta de que llegaron a la parte de la farmacia y el peso repentino de su brazo rodearle el cuello para acercarlo con el alfa lo despertó. La pregunta le calentó el rostro hasta colorarlo.
—¡¿Q-qué rayos te pasa?! Venía ayudarte con la despensa esto no... No tienes porque saber de mi intimidad —susurró tenso por el agarre que lo tenía retenido cerca del alfa.
Izuku se sintió como la vergüenza andante, estaba tan rojo que la cara le ardía, y por si fuera poco el agradable aroma de feromonas del alfa las tenía golpeando en su nariz.
La insinuación de que tal vez podria llevar algunos y usarlos con él le provocó un jadeo de sorpresa girando de reojo hacia Katsuki para corroborar que oyó bien, pero tan pronto lo hizo el alfa se separó y continuó avanzando con una risa burlesca.
"¿Qué tiene de divertido molestarme así? Por un momento... Creí que hablaba en serio. ¿Tiene idea de lo que me provoca siendo un omega?"
Se llevó una mano a descubrir unos segundos su frente con una gota de sudor resbalando por su sien y suspiró resignado.
"No es la primera vez que hace esas insinuaciones, parece que tiene otro modo de entretenerse ahora... Y sigo cayendo..."
Arrugó el ceño decaído, desde la nota que le dejó en la entrepierna que malinterpretó, el comentario atrevido de como podría compensarlo en el parque esa mañana, hasta cuando le dijo que no puede ocultarle que es un omega.
"Pareciera que intenta cortejarme... No, no lo creo... No podría verme así si todos estos años dijo que me detestó"
Volvió a suspirar tratando de bajar el tono rojizo en su rostro y caminar hasta alcanzar al rubio. Luego le llegó a la cabeza el rumor de que pasó la noche en un bar de Ginza, donde probablemente había docenas de mujeres hermosas. Rascó su nuca exasperado tratando de quitarse la cuestión de que tipo son las de Katsuki.
Lo siguió a la zona de frutas y verduras, intentó retomar su lugar dando las mejores recomendaciones.
—Alguien que necesita muchas calorias necesita también almidón, las papas son lo más adecuado —tarareó hacia el mueble donde estaban los productos frescos, se quedó unos segundos con una papa en cada mano analizandola con cuidado.
Ante el reclamo que eligiera respingó haciendo malabares con ellas para que no se le cayeran y las pegó a su pecho.
—No son lo mismo, si está golpeada o muy madura sabrá mal o ni siquiera podrás comerla, deberías elegir siempre la más adecuada o mejor para ti —refunfuñó tratando de darle una coherente explicación, por fin dejó la mejor dentro del carrito mientras devolvió la otra con las demás.
Al llegar a la panaderia tomó una barra de pan con linaza en referencia a la buena fibra que contenía, así como darle recomendaciones de que tipo de aderezo y jamón podría prepararlas. Desde que Izuku estuvo en secundaria en el equipo de atletismo indagó bastante en lo más adecuado para fortalecer el músculo de sus muslos y no sufrir repercusiones después de cada carrera de obstaculos.
Cuando alcanzó a Katsuki en la caja se quedó expectante mientras estaba cobrando con una extraña sensación.
"Ya no se siente tan tenso el entorno entre nosotros..."
Puede que aun tenga ciertos comentarios molestandolo, pero a diferencia de los primeros encuentros que fue agresivo o denigrante ya no estaba ni cerca. Eso provocó un alivio en el pecho del menor, saber que estaba mejorando su relación.
Terminaron de poner los productos en bolsas de papel, Izuku tomó un par en cada brazo y acompañó a Katsuki de vuelta a su casa. Una risita interna de satisfacción transmitió por darse cuenta de la buena dieta que el alfa tendría a pesar de que está viviendo solo.
A mitad del camino sintió una gota caer en la punta de la nariz y después varias.
—Ah... no esperaba que lloviera, está volviendose más fuerte —exclamó nervioso aferrando las bolsas para que no se rompieran por mojarse.
Aceleró el paso salpicando el agua en la suela de sus zapatos mientras seguía a Katsuki hasta llegar dentro de la casa. Dejó las bolsas en la mesa asegurandose que seguía completas y suspiró con alivio.
—Parece que todo está en orden, me alegra que todo llegara bien, bueno... Casi...
Susurró inquieto eso último agitando despacio su cabello algo húmedo y parte de su ropa mojada, lo mejor sería irse a su casa a cambiarse, pero antes mencionar su retirada Katsuki le pregunto si quería conocer lo que era diversión de verdad. Izuku alzó una ceja confundido de esa invitación.
—¿De qué estás hablando?
Su mano en la mesa tensó, ante el acercamiento repentino a su rostro por parte del alfa que le miraba de forma traviesa, por un momento creyó que serían esos comentarios sugestivos de sexo que ultimamente Katsuki le decía a la mínima oportunidad para fastidiarlo.
—P-pero de que hablas, está lloviendo, no hay muchas cosas en tu casa para que adivine... —bajo sus pecas de dio un leve rubor.
Recordar que ambos estaban húmedos por las primeras gotas de lluvia le dio expectativa de que tal vez era el quitarse las prendas y secarse, sus labios temblaron en insistir en preguntar, pero el alfa retrocedió con una risa, ¿por qué no le sorprendía? El omega le miró con una queja andante.
No podía creer todo el meollo que su mente estaba sugiriendo cuando Katsuki se acercaba así, empezó a echarle la culpa a las feromonas.
—¿Qué? —Susurró con sorpresa y abrió ligeramente más sus ojos al escuchar de las peleas en donde Katsuki participaba por dinero. —Eso... ¿no es ilegal?
Preguntó inseguro de escuchar la forma clandestina de las apuestas, por si fuera poco era menor de edad, ¿estaba bien ir a un sitio como ese? Retrocedió unos pasos negando con las manos al frente.
—No creo que sea buena idea, suena peligroso y no tengo dinero para apostar —sinceró evadiendo la mirada fuera del rango de Katsuki.
Izuku empezó a dar mil y un motivos por el que no debía ir pero se calló cuando escuchó el portazo de la nevera con molestia, se quedó estático y nervioso en su sitio. Lo que Katsuki estaba solicitando le parecía muy riesgoso, ¿también no sería trampa? No estaba seguro, pero algo no le cuadraba en apostar por sí mismo mediante otra persona.
—No estoy seguro, si la apuesta sale mal te quedarías sin nada y lastimado. Lo siento Kacchan, no deberia ir...
Dijo con su vigente no, jamás había ido a un sitio similar y no quería ir a probar suerte. Hizo una reverencia para irse de allí, pero Katsuki mencionó algo que le dejó dudando, no es como si estuviera peleando porque quería, sonaba como necesidad, se escuchaba como que no quería volver a pelear.
Izuku elevó la vista para mirar a Katsuki afligido, con un remordimiento andante, apenas estaban mejorando en su relación, ¿cómo podría solo negarle esa oportunidad de acercamiento?
—Aguarda —le silenció cuando dijo que iría a buscar ayuda con alguien más—, podría ir a intentarlo... Solo dime que debo hacer...
Dijo con un puchero incómodo, no tenía la más remota idea de como sería un ring clandestino o donde sería, además de que tipo de apuestas daría, pero no quería abandonar a Katsuki en un momento de necesidad como esa, además de que también podría saber más del tipo de personas que rodeaban al alfa cuando iba a esa zona.
—Sí... puedo ir a observar y si lo amedita haré la apuesta...
Susurró poco convencido, debería mandarle un mensaje a su madre de que seguiría con Katsuki, pero no le daría el detalle de donde. Entonces vio al rubio sacar su telefono revisando una notificación.
—¿Ah? ¿Ya? —Tartamudeó con sorpresa de oir que se iría al evento nocturno. Los dedos de Izuku hicieron una maraña insegura hasta precipitarse y alcanzarlo —¡De acuerdo, lo haré, sí!
Dijo con torpeza, se dio un rápido vistazo considerando el secarse y buscar ropa, pero no había tiempo por el modo en que Katsuki tomó sus cosas apresurado y le arrojó una sudadera. Izuku la miró en manos sin saber que hacer con ella, ante el comentario se la puso apresurado y salió siguiendo al rubio bajo un paraguas.
Apenas pudo arremangar una de las mangas para que no le cubriera la mano, pero furtivamente fue tomado siendo jalado apresurado.
—¿Vamos a ir a la pelea ya? ¿Pero que tipo de peleas son? ¿Dónde? —Preguntó inquieto de no tener detalles mientras era jalado de la muñeca bajo parte del paraguas.
Siguió con torpeza a Katsuki varias calles retirandose del vecindario y adentrando a otra área que lucía deshabitada con edificios de fábricas abandonados o con una cinta de clausura rodeandoles.
Cruzaron entre la brecha rota de un cerco de madera de un lote baldío, Izuku cada vez estaba más inquieto de ver el sitio de mala muerte a donde iban.
—¿No es peligroso estar aquí? Puede llegar cualquier extraño y nadie sabrá que nos pasó —susurró temeroso mirando de un lado a otro.
Entraron a un edificio abandonado, o al menos su fachada así lucia con descuido y sucio, pero en el fondó había un hombre robusto y enorme que parecía un velador.
Izuku abrió sus ojos aturdido por la mención con que saludaron a Katsuki.
"Dynamight..."
Giró de reojo hacia el rubio que respondía tan casual los comentarios como si ya conociera a la perfección el protocolo allí. Cuando el vigilante dio un comentario de la compañía, Izuku se quedó rígido intentando no verse sospechoso a pesar de que no estaba haciendo nada malo.
—Ho-hola, vengo a ver... El evento... y... —balbuceó nervioso intentando ocultarse detrás del alfa.
El enorme portero de la entrada oxidada llevaba los brazos cruzados y hasta una mirada escéptica por ver a alguien como Izuku allí, quien se sentía pequeño, incluso mucho más.
En su momento de nerviosismo con el portero no se dio cuenta que Katsuki se giró con él y lo rodeó en un repentino abrazo que dejó al menor congelado. Sus dedos crisparon intentando cerrar en sus costados, sintió el leve movimiento de algo adentrar en uno de los bolsillos del enorme saco que llevaba encima.
La voz de Katsuki a su oreja le dio un cosquilleo que le dio un escalofrio, solo asintió muy apenas su cabeza tratando de no olvidar su misión allí.
—Buena suerte... —susurró apenas con volumen, no solo para que el alfa lo escuchara sino que su garganta no correspondía como quisiera por la agradable sensación de ser rodeado en ese abrazo.
Sus pomulos tiñieron un poco y se quedó de pie donde mismo observando a Katsuki retirarse. Se quedó tan embobado que la voz grave del portero a su lado le hizo saltar espabilando por el agarre de su hombro.
—Uh... sí, gracias...
Respondió con cortesía siguiendo al guardia hasta una parte al otro lado de la puerta por un amplio pasillo con unos cuantos focos.
Descendieron unos escalones al área subterranea y conforme avanzaban Izuku se dio cuenta que la estructura iba mejorando, ya no estaba esa apariencia descuidada u olvidada.
Jugaba con sus dedos ansioso hasta que abrieron la gran puerta metálica donde pudo darse cuenta de la realidad de un sitio clandestino como tal, lujosos palcos, un ring tipo jaula y varias personas ya estaban acomodadas en sus asientos esperando el show.
"Esto es más conocido de lo que imaginé, o más ordenado..."
Tragó pesadamente saliva y siguió al portero hasta llegar con una chica rubia de casi su misma estatura de no ser por los zapatos de tacón que llevaba. Se presentó como la encargada de las apuestas e Izuku se puso nervioso nuevamente.
—Soy...
"¿Debería dar mi nombre?"
No le parecía buena idea, si las cosas no salían bien podía meterse en problemas.
—Soy Deku —complementó con mejor seguridad—, vengo a ver el evento, también quisiera apostar esta cantidad cinco veces a favor de Kacc-... Dynamight.
Dijo aturdido sacando los billetes de su bolsillo, ni siquiera los había contado por las prisas, pero de forma robótica los entregó a las palmas de la chica.
Recibió un ticket con su folio de apuesta y fue guiado a tomar asiento en uno de los bancos disponibles cerca de la jaula de pelea. Izuku sentó llevando sus manos a las rodillas que apretó nervioso. No conocía a nadie, todos ahí a su alrededor hablaban como si fuera el pan de cada día estar allí.
Personas con trajes costosos o mujeres de compañía con vestidos de gala, ¿qué clase de personas eran? Ya ni tenía porque preguntarse al imaginar la respuesta. Izuku por su parte iba con el mismo atuendo que acudió a U.A. esa mañana, de no ser por el enorme abrigo de Katsuki luciría más fuera de lugar.
Una mujer con una charola con bebidas alcoholicas se acercó a ofrecerle, pero Izuku negó con una cortesía nerviosa. Jugueteó con la tela del abrigo de Katsuki esperando con paciencia algún indicio.
Oyó los comentarios de las personas a su lado sobre que su contrincante era un veterano que afamaban como Muscular y que la pelea sería bastante entretenida. Dando sus menciones de la forma aplastante en que acababa a sus adversarios llevando a Izuku revolver el estomago.
También oyó las referencias de Katsuki y su invicto desde que comenzó con ese negocio, sería una pelea inolvidable la que daría comienzo esa noche.
El referi fue iluminado en medio de la jaula anunciando el primer evento, presentando a los participantes. Izuku levantó la cabeza con ánimo al ver a Katsuki salir siendo elogiado con gritos y aplausos por el público.
"Parece que ha ganado mucho renombre"
Sonrió apacible dando unos tímidos aplausos acompañando a las personas a la entrada de Dynamight.
"No solo se ejercita por el equipo en el instituto, también por esto..."
Dijo mirando a Katsuki llevando un short solamente, con las manos y tobillos envueltos en vendas blancas. Tenía un vistazo generoso de su complexión bien trabajada que le hizo desviar la mirada hacia abajo por un segundo al darse cuenta de lo atractivo que le parecía.
Cuando el hombre de traje que estaba de referí presentó al contrincante Izuku palideceó de ver al gigante mastodonte que entraba al ring.
"Es enorme, ¿acaso no hacen las peleas en base al peso para ser justos?"
Era una pregunta tonta para un sitio clandestino donde todo se valía. El omega juntó sus manos nervioso de ver a ambos peleadores posicionarse antes de que sonara la campanilla.
"Buena suerte"
Repitió con una plegaria interna porque todo saliera bien en su pelea. Muscular era un sujeto robusto y enorme, lucía como alguien que facilmente te rompería la caja torácica con un puñetazo, su rostro con una enorme cicatriz era realmente intimidante.
El voceo emocionado afloró cuando los dos dentro del cuadrilátero empezaron con su lucha. Inicialmente evasiva por Katsuki al ser más ligero y rápido, pero así como desorientaba le dirigia un golpe al otro. Izuku sonrió nervioso por verlo en acción.
—Puede ganar, no solo se trata de fuerza y tamaño —se dijo a sí mismo con una naciente confianza.
Pero no todo iría tan sencillo, no todos los golpes lograría esquivar, el primero que Muscular conectó con el costado del otro lo dirigió a golpear contra la jaula.
Izuku miró con horror como lo apresaba y le daba una cadena de puñetazos en el rostro. La gente a su alrededor aullaba fascinados por el espectaculo violento.
Se llevó ambas manos a ocultar su mirada aterrado de ver la sangre que brotaba más en la boca y nariz de Dynamight ante cada puñetazo. Apenas logró asomar entre sus dedos esperando que cesara, pero entre cada sonido del golpe volvía a cubrirlos.
Bajó un poco las manos para buscar al referí y esperar que pausara, irrumpiera o llamara la atención a Muscular, pero el sujeto cerca de la jaula solo observaba con paciencia sin inmutarse.
"¡Kacchan levantate!"
Exclamó mentalmente al ver que por fin se había librado y continuaba la pelea dejando rastros de sangre, las vendas en ambos contrincantes estabas sucias con el tinte de la sangre y los impactos.
Izuku ingenuamente nunca esperó que las peleas clandestinas fueran tan salvajes, ahora su mayor preocupación era como podía peligrar la vida de alguien dentro de esa jaula.
Cuando Katsuki tomó la delantera posicionandose detrás de Muscular el publico saltó entusiasta de su lugar con ovaciones de los golpes, por su parte Izuku tensó con una sonrisa nerviosa y ansiosa por ver lo parejo del combate. Los golpes del mayor lucían devastadores y muy dolorosos, pero Katsuki también estaba con un contrataque brutal.
Izuku enlazó sus manos preocupado al nivel del pecho cuando era Katsuki quien recibía patadas, esa pelea era tan brutal que lo ocurrido en la cafeteria hace días no se le acercaba.
—Debiste apostar demasiado como para lucir con esa cara.
Indicó la persona asu lado que percibió el estado estresado de Izuku, quien solo respondió asintiendo la cabeza incómodo por lo preocupado que se notó, como aficionado no estaba disfrutando esa pelea.
Tras algunos minutos Muscular por fin cayó boca abajo al suelo en derrota, la gente gritó eufórica por la victoria de Dynamight, Izuku suspiró con alivio pero el rostro y cuerpo lleno de lesiones en Katsuki no le daban buen vistazo.
"Bien hecho, ahora ve a enfermeria a donde sea que te traten esas heridas"
Se quedó en su lugar expectante de ver a Katsuki bajar de la jaula siendo llevado fuera del público, personal de limpieza subió a limpiar la sangre en la plataforma en lo que preparaban el siguiente encuentro.
No sabía que hacer más que esperar, la gente a su alrededor hablaban con emoción imitando en el aire los golpes que se dieron los luchadores, mencionando la pelea más espectacular que habían tenido en semanas. Entre eso pudo escuchar más detalles de Dynamight.
"Invicto con su onceaba victoria... Y ya tiene mucho renombre aquí"
Se puso a frotar la tela del abrigo ansioso esperando indicios de Katsuki salir o saber como se encontraba, en esos minutos la misma joven que se acercó a lo de las apuestas lo mencionó dandole un grueso sobre con un fajo de billetes y felicitar su ganancia.
Izuku se quedó rígido con el sobre sintiendo la enorme cantidad que tenía en manos. Rapidamente lo guardó en un bolsillo del sueter que llevaba, se puso de pie con otras personas que parecían retirarse, por su parte acercó al sitio donde Katsuki se perdió de su vista hace unos minutos, tal vez podría preguntar como estaba.
La reconocida voz del alfa lo llamó evadiendo a fans que querían hablar con él, Izuku amplió su sonrisa con alivio y aceleró el paso en su dirección.
—¡Kacchan eso fue increíble! Aunque también aterrador... estás muy lastimado —mencionó mirando el aspecto del mayor—, saliste muy rápido, ¿no te trataron las heridas?
Por el aspecto que llevaba, estaba seguro que seguía con las mismas lesiones, solo le removieron la sangre de la piel con agua. Hizo una mueca preocupado por verle la condición dificultosa en la que caminaba y su torso amoratado, lucía doloroso.
—Erh... Sí, me dieron este sobre —respondió respecto al dinero de la apuesta, por lo que metió la mano al bolsillo y le pasó el gordo sobre con un fajo a Katsuki.
Puede que Katsuki no se esté quejando, pero por la condición más lenta en que caminaba y el como rapidamente se limpiaba la nariz con el abrigo, Izuku se dio cuenta que no estaba bien.
Caminó unos pasos atras sin dificultad por tratar de alcanzarlo como en la tarde, le miró a la espalda con un gesto lastimero.
—Enhorabuena por tu victoria, pero... Creo que deberías ir con un médico...
Susurró cabizbajo queriendo sonar fuerte, pero calló al ser estampado el rostro contra la amplia espalda del alfa quien se frenó indignado por la sugerencia.
—¡No estoy diciendo que eres débil! Estás muy lastimado, luce doloroso y podría no dejarte dormir —negó con los brazos queriendo sonar menos insistente.
Continuaron caminando por varios metros en tramos silenciosos, pero Izuku ya no se contuvo y lo alcanzó para estar al nivel que marchaba y mirarlo a su lado.
—De verdad creo que deberías ir a que te revisen, ¿Qué tal si te rompió algún hueso? Eres jugador de futbol como su mariscal de campo, podría empeorar en los entrenamientos...
Por más que trataba de darle motivos para revisarse, ya sea por ser jugador, luchador, hacía mucha actividad física o cualquier otra complicación nada lograba convencer al alfa.
"Dios, ¿por qué eres tan orgulloso?"
Arrugó el entrecejo bajando la vista al camino, nada resultaba efectivo. Su gesto relajó perturbado de ver a Katsuki tambalear y sostenerse de la pared, percibió sus piernas temblar apenas andando.
Se acercó con un suave reflejo pero pronto se detuvo al margen temeroso de ser empujado o agredido por intentar ayudarle, pero fue sorprendido por las palabras del alfa en que se acercara a ayudarle. Inmediato asintió y se posicionó debajo de un brazo para ayudarle a sostenerse.
—Sigo diciendo que deberías ir a una clínica, ese lugar ni siquiera se preocupa por ver como estas al terminar las peleas, solo te dan el dinero...
Siguió caminando considerando que hubiera pasado si no lo hubiera acompañado, ¿Katsuki podría volver solo en esa condición horrible? Esperaba que no fuera algo habitual.
"¿Y si lo emparejan contra peleadores igual o peores a ese tipo gigante que le dicen Muscular? Que problema..."
Levantó sus ojos para admirar el rostro golpeado de Katsuki, pronto bajó la vista a la acera preocupado de la idea.
Cuando llegaron a la casa del rubio apenas abrió la puerta y entró unos pasos para dejarse caer en el piso de la sala.
—¿No quieres ir mejor a la cama? Aunque... —bajó la voz notando las escaleras, tal vez sería un martirio para Katsuki.
El sonido de la ropa caer en el suelo le hizo retomar al rubio quien se quitó el saco encima mirando las lesiones que llevaba. Izuku hizo una mueca dolorosa de imaginar la sensación que toleraba.
El como Katsuki se analizaba las heridas hasta tantearse una costilla y maldecir hizo al menor sobresaltar en su lugar. De seguro ya estaba cansado de oir lo mismo, pero Izuku le insistiría en checarse las heridas con un médico. Katsuki solo le dijo que se fuera.
—¿Quieres que me vaya? —Cuestionó poco convencido de dejarlo en esas condiciones.
Ya no tenía más ideas que decirle para ir a un doctor, resopló entre labios frustrado, pero antes de retroceder fue llamado mientras el alfa sacaba unos cuantos billetes del sobre entregandoselos. Izuku miró el dinero en su mano con una cara alargada.
—No tienes porque darme esto...
Susurró incómodo, después de todo el motivo para toda la odísea de la lucha fue para que Katsuki lograra solventarse más tiempo sin tener que ir a a ese lugar.
Con el orgullo andante del alfa sabía que se molestaría si le devolvía el dinero, así que solo torció el hombro para tener la mochila a un costado y guardarlo, pero al momento en que la abrió recordó que llevaba material de curación.
"Nunca he sanado heridas tan malas..."
Pensó mirando con detenimiento a Katsuki, había visto a otros curando heridas de ese tipo, debía intentarlo.
—Si no quieres ir a una clínica al menos déjame revisarte...
Sentenció descendiendo la mochila al suelo mientras sacaba spray antiséptico, gasas, vendas y más material de curación. Se puso de pie yendo a la cocina por una bandeja con agua del grifo y volvió para posicionarse cerca de Katsuki en el piso.
Hizo oidos sordos de la amenaza de que lo dejara en paz, y empezó a preparar las cosas que utilizaría.
—Ahora entiendo porque llevabas los nudillos heridos el otro día en los vestidores del instituto, pero esto es mucho peor.
Mojó unos paños para terminar de limpiar la sangre seca de la piel y después procedió en usar el antiséptico. Katsuki podría estar maldiciendo que se alejara, pero Izuku se dio cuenta que no podría hacer más con su condición, así que tomaría oportunidad en sanarlo.
—Vamos, será rápido y es por tu bien.
Insistió poniendo una gasa mojada por los rasguños del rostro mientras cruzaba con cuidado sabiendo el ardor que daba, después de todo él ya lo había usado cuando lo llegaron a golpear en la escuela.
—Deja de moverte, harás que se derrame y te dolerá más.
Exclamó con mayor seguridad mientras trabajaba en desplazar el antiseptico con la gasa.
—Ese sujeto te golpeó bastante el rostro, tuve que taparme los ojos varias veces en la pelea...
Mencionó con un áspero murmullo no muy orgulloso de haber visto eso.
Continuó limpiando alrededor del rostro percibiendo que el ceño fruncido de Katsuki por fin había relajado al acostumbrarse al antiseptico frío, inevitablemente sonrió por ver que se volvió más accesible a la curación.
—Puede que se hinche un poco tus pómulos pero con hielo bajará.
Recorrió la gasa por su cuello limpiando hasta descender y darse cuenta por las clavículas. Las patadas y puños habían tomado repercusiones de moretones enormes que llevó a Izuku pasar saliva con un carraspeo.
—Voy a vendar tus... —pausó evasivó hasta retomar al torso—, tus heridas...
Extendió una mano para alcanzar una venda que lentamente cruzó por sus pectorales dando circulos por la espalda haciendo que sonrojara por la cercanía y recibiendo más acentuado el aroma del alfa.
El comentario de que se había puesto rojo le hizo bajar la cabeza evasivo y continuando con el vendaje.
—No es verdad, es solo que... hay mucha humedad por la lluvia... y hace calor... —dijo en un vano intento responder o cambiar el tema— estas solo son curaciones superficiales, sí deberías ir al médico...
Por un lado Izuku estaba aliviado de que el alfa se volviera más colaborador en dejarse curar, pero también le resultó más incomodo por la cercanía con un silencio atrevido entre ellos.
Katsuki le llamó para que le mirara con un relajado tono de voz inusual, cosa que Izuku acató obediente levantando levantamente el rostro. Seguía con un carmín bajo sus pecas, se quedó embobado mirando el rostro tranquilo en Katsuki, sus densos ojos color escarlata que lo devoraban vivo y lo hacían sentir pequeño y acechado.
Soltó aire de sus labios ante la pregunta de por qué estaba haciendo eso por él, por un segundo estuvo por salir del trance de quedarse mirando sus ojos, pero ahí continuó algo nervioso.
—¿Tiene algo de malo que me preocupe por ti?
Respondió con un susurro distante por estar apreciando el rostro de Katsuki tan cerca, que a pesar de estar con rasguños y golpes lucía con cierto encanto.
Su momento hipnotizado culminó a la pregunta de sí sentía algo por él. Izuku elevó los hombros y negó la cabeza nervioso.
—B-bueno es que... Eres mi amigo... O eras... uhm... —ni siquiera estaba seguro de que termino podía definir donde estaban ambos.— yo quisiera estar para ti de forma incondicional, así como tu estuviste conmigo de niños.... Tambien quiero enmendar a mi manera el malentendido de hace años...
"¿Siento algo por Kacchan?"
Se preguntó mentalmente, ya que esa pregunta se quedó taladrando al no tener una respuesta verídica para sí mismo. Como a muchos Katsuki le parecía sumamente atractivo, la actitud segura, sus dotes, incluso el exquisito aroma de alfa que removía sus instintos de omega, en Izuku generaba una curiosidad que le hacía atraerse con él.
También estaba el tema de los problemas que descubrió en el rubio, la forma en que ganaba dinero, el consumir droga...
Sus movimientos para curarlo se volvieron más lentos y torpes por estar sumido en sus pensamientos, ni siquiera se dio cuenta de la gasa que sobrellenó de antiseptico y empezó a derramarse. El chasqueo de dedos del mayor le hizo despertar.
—¿Eh? ¿Qué?
La humedad en su palma con antiseptico y la gasa totalmente mojada le hizo sonrojar más, se disculpo y limpió un poco para continuar curandolo.
"Kacchan siempre terminaba con heridas por pelear, incluso de niños... Y luego yo..."
Esto no era novedad, Izuku varias veces intentó ayudarlo con sus raspones en el parque con banditas adhesivas, una suave sonrisa con mayor confianza dibujó en sus labios.
Tomó una bandita para ponerla en el dorso de la nariz del mayor y después tomó otra para implantarla en su barbilla con cuidado, notó con detenimiento los labios carnosos del alfa y relamió los suyos algo nervioso, estuvo por tantear con su pulgar el labio inferior del alfa pero Katsuki le llamó la atención nuevamente asustando a Izuku por pensar que fue demasiado obvio en mirar tanto su boca, pero le preguntó algo que lo tomó por sorpresa.
"¿Todavía piensas que soy increíble?"
Los ojos de Izuku abrieron ligeramente y elevó sus cejas aturdido mientras despacio su mano apartó del rostro ajeno siendo guiado por el otro. La calidez de esa gran mano le hizo dar un ligero espasmo nervioso, sus dedos curvaron en intentar sostener la mano por donde apenas asomaban.
—Sí... Todavía pienso que eres increíble —respondió sin dudarlo con una sonrisa más confiada que volvió radiante—, peleas increíble, eres la estrella del equipo, tienes muy buenas aptitudes.
Izuku admiraba varias cosas en el rubio, tantas, que en ocasiones olvidaba sus defectos, como esa actitud agresiva y orgullosa, o la gente que la mayoría del tiempo se rodeaba ya sea en la escuela o en el exterior.
"Estoy seguro que muy en el fondo sigue ese Kacchan de cuando eramos niños..."
Cuando terminó de vendar todas las heridas acomodó las cosas para apartarlas de Katsuki y le ayudó a ponerse de pie.
—Vamos, te llevaré a tu cuarto.
Mencionó caminando despacio cargando a Katsuki con un brazo rodeandole el cuello mientras subían tomandose su tiempo los escalones. Al llegar a la alcoba encendió la luz guiandolo a la cama donde le dio apoyó para acostarse.
—Lo bueno de que estés suspendido es que puedes tener más tiempo para descansar de tus heridas. Viviendo solo puede ser complicado... uhm... Si necesitas algo puedes llamarme, después de todo estoy al lado...
Indicó un poco inquieto de su recomendación.
—Bueno, entonces me voy que es algo tarde... —despidió dandose media vuelta, pero antes de alejarse de la cama fue retenido de una muñeca haciendo que girara hacia el alfa. —¿Kacchan?
Le miró extrañado, tal vez aun le dolía una herida o tendría una queja del vendaje, pero lo tomó en curva la invitación de que se quedara a dormir allí y por si fuera poco acompañaladolo en la cama. Izuku se volvió un tomate por la determinada invitación sin rodeos.
—N-no creo que sea buena idea...
"¿Cómo cuando eramos niños?"
El recuerdo de cuando ambos se quedaban en casa de alguno a jugar y después compartían cama con el mismo cobertor encima casi abrazados le hizo sacar humo de la cabeza.
"Por más que lo pida de esa manera no es lo mismo"
Izuku era un omega y su naturaleza se sentía ligeramente atraíada hacia un alfa como Katsuki. Quedarse a dormir en un sitio plagado de las deliciosas feromonas de Katsuki le hizo un extraño revoloteo ansioso en su abdomen.
Para su fortuna y también decepción volvió a caer en una de las bromas de Katsuki. Suspiró con más de un pesame y alivio separando del agarre.
—Si tan solo no intetaras arrojarme por el balcón de nuevo... —respondió con un toque tratando de sincronizar con la broma.
Se acercó a la salida llevando la mano al interruptor de luz, el comentario de devolverle después la sudadera le hizo asentir la cabeza, también sorprendió por las palabras de agradecimiento por su ayuda.
—Claro, descansa Kacchan. Buenas noches.
Dijo con una sonrisa animada saliendo de la habitación al tiempo que apagaba la luz. Descendió a la primera planta con un tarareo feliz por esas palabras de Katsuki. Recogió su mochila dejando el resto del material de curación en la barra de la cocina y salió asegurando la puerta.
Volvió a su casa casi con saltos entusiasta, por haber apreciado ese lado agradecido en Katsuki, algo aspero pero tierno a su manera.
Su hogar estaba con las luces apagadas, Inko probablemente dormida, así que subió con sigilo a su cuarto preparandose para ir a dormir. Miró ocasionalmente al balcón curioso en lo que se quitaba la ropa preguntandose si Katsuki ya habrá caido rendido, probablemente sí por esa extenuante pelea.
Fue al baño a lavarse los dientes, cuando volvió al cuarto miró con detenimiento la figura de All Might así que se acercó a levantarla.
"¿Viste crecer a Kacchan verdad? ¿Cómo fue su secundaria?"
Trató de imaginarse como es que Katsuki estuvo en otro instituto, o por qué había vuelto a esa ciudad solo. ¿Serían preguntas muy atrevidas? No debería forzarlo a hablar más allá de lo que quisiera, apenas se estaba desenvolviendo, ya era un gran avance ese día y estaba orgulloso de eso.
Dejó la figura en el escritorio y después miró la sudadera que llevó a las pelea encima de la silla.
—Debo lavarla antes de entregarla, pero ya es tarde... Mañana lo haré temprano.
Aseguró mirando la X naranja gigante del frente, las mangas eran largas y bastante grande, ¿cómo se veía con eso puesto toda la noche? La comisura de sus labios elevaron algo gracioso por imaginarlo.
Su rostro fue relajando y poco a poco levantó la sudadera hasta llevarla a su nariz olfateandola con cautela.
"Huele a Kacchan..."
Pensó con algo de vergüenza, sus mejillas empezaron a teñirse inhalando un poco la tela, las feromonas con un picor dulce y de naranja le hizo salivar. Por lo que tragó áspero y frotó parte del rostro como si quisiera impregnarse de ese aroma.
"No puedo creer que estuve toda la noche con esto, con el aroma de Kacchan encima... Es como si..."
La idea de que para cualquier otro alfa u omega que lo hubiera olido en ese edificio de peleas clandestinas sería como si estuviera marcado por Katsuki Bakugo, le hizo sonrojar más.
"Ser marcado por Kacchan... ¿Habrá marcado a alguien ya?"
Llevó una mano a tantear su cuello con angustia y suspiró.
"Se la devolveré mañana, no pasa nada si duermo con ella, ¿no?"
Tomó asiento en la cama y se quitó la camisa de algodón para quedarse con el torso desnudo y posteriormente se puso la sudadera ajena con una sonrisa satisfecha.
"Solo esta noche, no pasa nada... Es como si hubieramos dormido juntos como él dijo..."
Una culpa, pequeña y minuscula estaba en su cabeza pero no le daría importancia, esa noche dormiría imbuido en el agradable aroma de ese alfa.
Al día siguiente ya era fin de semana, sin clases se pudiera tomar la molestia de levantarse un poco más tarde, pero no fue así, desde muy temprano puso la lavadora con sus ropas y entre ellas iba aquella sudadera. Le puso mucho aromatizante con todo su pesar ya que el residuo de aroma desaparecería, pero entre ello estaría el suyo que involuntariamente toda la noche soltó por el fuerte estimulo con el que durmió.
Lo dejó colgado en el tendedero parte de la mañana para que sol la secara por completo. Desayunó acompañando a su madre quien le cuestionó a que horas volvió, Izuku solo respondió a una hora antes de la medianoche diciendo que estuvo con Katsuki todo el tiempo, cosa que no fue mentira.
Cuando su madre se fue al trabajo fue hacia una farmacia a comprar más cosas de curación y analgesicos, lo pagó con el dinero que Katsuki le había dado.
Antes de empezar con ciertos pendientes tomó la arrocera y preparó unos onigiris rellenos de atún picante, lo metió en una bandeja de plastico y en la misma bolsa que llevaba el material de curación guardó el bento. Salió al patio y a recoger la sudadera más que seca, por lo que la dobló con cuidado retirandole restos de pelusa dejandola reluciente.
Le había dicho a Katsuki que si necesitaba con gusto atendería, aunque toda la mañana no tuvo nada, Izuku seguía preocupado por saber de él, y tomó como pretexto devolverle la sudadera.
Fue hacia la casa Bakugo tocando el timbre un par de veces con paciencia, no escuchó ningun llamado de que quien era o que quería, así que se quedó varios minutos acechando.
"Tal vez no puede moverse... ¡¿Y si intenta bajar las escaleras?!"
Sin pensarlo dos veces adentró a la casa por su cuenta, vio la planta baja vacía, tal como lo vio en la noche pasada. Subió las escaleras con la bolsa de plástico en una mano mientras abrazaba con su otro brazo la sudadera contra su pecho.
Fue a la habitación de Katsuki tocando dos veces antes de asomar.
—Kacchan... ¿Kacchan estás bien?
No fue sorpresa aun encontrarlo en cama esa mañana, tal vez incluso lo había despertado con su visita inesperada. Un comentario respecto a su insolencia para entrar así le provocó un sonrojo culposo.
—Lo lamento, sé que estás solo y no sabía si podrías levantarte por tu cuenta. ¿Aún duelen tus heridas? Podria acompañarte al médico.
Izuku se acercó a la cama bajando la bolsa de plástico al borde de la cama.
—Traje cosas para tus heridas, necesitas cambiarte esa vendas sucias y te hice algo de comer... También... Te traigo tu sudadera...
Mencionó desviando la mirada a ese comentario mirando la prenda doblada encima de sus muslos, con la mente más fría se dio cuenta de lo pervertido que fue dormir con ella encima.
—Erh... está limpia, puedes usarla... Quiero decir, anoche con la lluvia pudo mojarse un poco, también por curarte... y...
Mejor guardó silencio antes de confesar algo que no debería.
Ayudó a Katsuki a tomar asiento en la cama mirando algunas vendas manchadas por el antiseptico o sangre, levantamente acudió a apartarlas retirando con cuidado la más larga que era la que rodeaba su torso.
—Si no quieres ir a un médico, por lo menos deja que te atienda yo... Creo que no soy tan malo, en secundaria me lesioné mucho cuando empecé a ir a atletismo, también tuve algunos incidentes con chicos cuando se relevó el segundo genero...
Recordó amargo cuando fue el único omega de su salón en secundaria y fue la burla.
—Fue allí que conocí a Todoroki-kun, él me defendió de unos chicos que les gustaba hostigarme por ser alfas... Fue el primer alfa que no me denigró por ser omega, siempre ha sido muy bueno conmigo.
Sonrió con nostalgia terminando de quitar los metros de venda del torso del otro, pero se remarcó el comentario insistente de que debía alejarse de ese "punk yakuza", cosa que hizo a Izuku arrugar el entrecejo.
—Ya me aclaró la situación, él no tiene nada que ver en lo que hace su familia.
Determinó con la venda gastada en manos mientras la hacía bola para desecharla. No quería seguir escuchando como Shoto era despreciado así, jamás hizo algo que le hiciera daño.
—Yo confío en él, me prometió no hacerme daño. No tenemos nada que ver en los temas turbios que su padre o sus hermanos andan... —susurró a regañadientes.
Un incómodo silencio se tornó, Izuku no se movió en ponerle más gasas o vendas, tan solo miró algunas costras secas en la piel del alfa y suspiró.
—Deberías tomar una ducha antes de ponerte nuevas vendas...
Dijo con la cara larga por lo incómodo que se volvió el ambiente por el tema a flote de la familia Todoroki. Ni siquiera los comentarios sugestivos de Katsuki mencionando si no quería acompañarlo u otras bromas para alterarlo como ayer dieron efecto.
—Tengo que irme...
Dijo Izuku con cierta amargura en la lengua, movió la sudadera de sus muslos para ponerse de pie.
—Si necesitas ayuda puedes echarme un grito desde la ventana o ir a mi casa...
Anunció de forma vaga retirandose de la casa con una maraña de duda en la cabeza. Por un lado estaba determinado en confiar en Shoto, pero por otro las insistentes advertencias de Katsuki le generaban un ruido molesto de inseguridad.
Tal vez se vio algo grosero el irse de esa manera, pero no quería evitar mantener esa conversación o sus remanentes para deformar lo poco que había avanzado con Katsuki, ya que cada uno consideraba tener la razón a su manera con Shoto.
Cuando volvió a su hogar seguiria con sus pendientes, hacer un poco de quehacer y adelantar tareas. Miró ocasionalmente la ventana en busca de algun indicio mientras escribía en sus cuadernos. En un momento pasado al mediodía recibió un mensaje de texto con un salto algo emocionado checó la pantalla, se sintió realmente estúpido por recordar que Katsuki ni tenía su número, el mensaje era de Shoto invitandolo a comer a un restaurante.
Sonrió resignado, pero rápido respondió en que le encantaría, así que se dio un baño y se puso ropa casual para salir. Justo cuando bajaba los escalones acomodando su mochila en espalda su madre iba llegando con una bolsa de compras.
—Vaya, ¿a dónde vas tan reluciente? —Bromeó su madre caminando a la cocina a dejar la bolsa en la mesa.
—Saldré a comer con Todoroki-kun a un restaurante de soba por la avenida principal, volveré antes de la tarde.
—¿Y por qué llevas la mochila? No vas a la escuela.
—Ah, llevo unas cosas que quiero darle, Todoroki-kun está lastimado y me gustaría que se sienta apoyado para mejorar —dijo enseñando la mochila que llevaba unos dulces y una tarjeta de regalo deseando mejoría. Cosas que compró esa mañana en la farmacia y que al final se arrepintió de darselas a Katsuki, le resultaba vergonzoso si rechazaba todo por esas cosas.
—Diviertete —despidió Inko relajada guardando cosas en el congelador.
Izuku asintió despidiendo con la mano para salir de la casa hacia la dirección de encuentro con Shoto, quien probablemente ya estaría puntual como habituaba, era algo que le gustaba de él.
Cuando cruzó por en frente de la casa de Katsuki consideró la idea de avisarle que no estaría, por recordar su comentario de si necesitaba algo lo buscara.
"No creo que se lo tome tan en serio, después de todo nunca voceó en la ventana o fue a la casa..."
Continuó caminando con un suspiro mientras ajustaba las correas de su mochila en los hombros. Aun así seguía preguntandose si realmente Katsuki se había vuelto a vendar las heridas o como estaría.
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