A escondidas
El alfa manifestaba con claridad lo mucho que le molestaba haber presenciado los actos de la familia Todoroki, quienes ahora eran a quienes más odiaba, no solo por lo que habían hecho ese día si no por haberle revelado la intención de haber querido asesinar a su madre.
Katsuki siempre había sido alguien que gustaba de molestar a otros e intimidar a los más débiles por mero gusto. Sin embargo llevar a cabo actos tan desagradables como un intento de homicidio eran cosas que le parecían fuera de nivel y totalmente inaceptables. Además, se trataba de su familia. Si bien no tenía la mejor relación con sus padres aún así no soportaba la idea de que su madre fuese herida por su culpa y la locura de esa familia tan nefasta.
Ahorra más que nunca, tanto Shoto como su familia eran las personas que el alfa más repudiaba y no permitiría que volvieran a tocar a nadie de su círculo. Su pequeño y exclusivo círculo que solo se limitaba a sus padres, su primo y ahora Izuku.
En medio de suspiros frustrados se alejó un poco rompiendo el abrazo que mantenía con el Omega que ya estaba fuera de peligro. El mariscal ni siquiera sabía de dónde había sacado la fuerza de voluntad para resistir el celo de Izuku. Su dulce llamado al oído con la palabra "Alfa" demostrando lo mucho que necesitaba ser tomado. Sin mencionar la maldita humedad que prevalencia en los pantalones ajenos con una fuerte estela de feromonas que aún lo mareaban. Su instinto por poco y también salía a flote, si hubiese tardado un par de minutos más probablemente otra historia sería y jamás se hubiese sentido orgulloso de tomar a Izuku en un callejón en medio de un maldito celo forzado.
El llanto de Izuku afloró con mucha más confianza que antes y rápido se acurrucó en su pecho. El alfa le permitió hacerse con cuidado mientras le escuchaba decir entre hipidos que había tenido miedo y que todo era culpa suya por haber confiado en una promesa que aparentemente Shoto no cumplió. El no tener que preocuparse por su familia. Allí estaban las consecuencias.
El alfa negó con la cabeza, mantenía una expresión un poco fría y distante. Seguía molesto con los Todoroki. Antes solo le preocupaba que Shoto arruinara el plan de su apuesta. Ahora le preocupaba que hirieran a Izuku o a alguien más de su familia como su madre.
—Eh recibido peores palizas en la arena de pelea... Eso no fue nada, no te preocupes tanto por esto —
Indico con sinceridad refiriéndose a su herida en el pómulo y el hombro cuando el menor se apartó un poco para revisarlas. Era obvio que está vez el pecoso no llevaba lo necesario para hacer las curaciones básicas. Hacia un momento hurgo en la mochila y noto que ya casi no había material médico alli. Pensó con cierta curiosidad si se habría terminado la mayoría en él de todas las veces que le había curado. Incluso la más reciente había sido la noche anterior después del partido de football.
Sin embargo, la indicación de que fueran a su casa le hizo alzar una ceja y mirarlo confuso mientras ambos se ponían de pie con cuidado de ese pequeño y húmedo lugar.
— ¿Tu madre no está en casa?... ¿Qué dirá cuando me vea así?... —
Cuestionó sabiendo lo nerviosa que era esa mujer. Izuku parecía indicar que si estaba, pero no hubo más allá de eso, el alfa se aseguró de que el cierre de la chaqueta estuviera bien subido, debía ocultar la camisa rota de Izuku bajo está y luego se apoyo pasando su brazo por la espalda del menor y caminaron con cuidado. No estaban lejos de su hogar así que llegarían rápido. Katsuki no dejaba de mirar a su alrededor tratando de fijarse que nadie extraño se acercara de nuevo. La paranoia parecía seguir en su mente por lo menos la mitad del camino hasta que las llamadas al teléfono del Omega lo distrajeron.
— ¿No vas a contestar? —
Cuestionó frenando el andar un momento, el menor contesto la llamada y el rubio pudo escuchar desde su lugar la alterada voz de una mujer que reconoció rápidamente. Era la madre del pecoso. Sin embargo cuando le escucho decir que revisara si había material de curación en casa ya que debían sanar sus heridas el alfa miro a Izuku con una ceja en alto. Cuando la llamada finalizó el alfa suspiro al mismo tiempo que el Omega.
— ¿Por qué le dijiste que estaba herido?... Tú madre es muy... Nerviosa —
Cuestionó confuso, estaba casi seguro de que Izuku le ocultaria lo que ocurrió a la mujer pero para su sorpresa, el menor parecía haberse armado de valor indicando que le debía decir la verdad a su madre respecto lo que ocurrió.
"¿Acaso le va a decir que casi fue violado y torturado por un Enigma? ¿Que casi nos matan a ambos y que lo obligaron a entrar en celo?... No creo que esa mujer soporte escuchar eso"
Pensó resignado, no podía negarse si ese era el deseo del Omega, después de todo era su madre y él la conocía mejor Katsuki solo tenía una imagen de ella siendo nerviosa y muy sobreprotectora, pero dejaría que el Omega hiciera las cosas a su manera.
Cuando finalmente llegaron a casa, pudo notar al menor formar una mueca angustiada y el alfa suspiro pesado.
— No hace falta que me curen... Estoy bien, será mejor que no alteres a tu madre con esto —
Indico seguro de sus palabras, después de todo estaba acostumbrado al dolor físico. Las heridas en su cuerpo esa noche no eran distintas a las de una noche en la jaula de pelea o a los golpes en los partidos de football. Estaba seguro que estaría bien y podría arreglárselas el solo pero Izuku insistió y no planeaba soltarlo.
— Bien... Pero no creo que sea buena idea —
Murmuró siguiendo al pecoso, no quería molestar a la madre de este, por alguna razón la opinión y la imagen que ella tenía de él ahora le empezaba a importar. Antes solo fingía ser el chico perfecto ante ella, pero desde que las cosas con Izuku tomaron importancia real en su vida, esa mujer y su opinión también lo era. O al menos quería intentar agradarle de alguna manera.
Entraron a la casa del menor y fue llevado al sofá en donde tomo asiento dejando caer su cuerpo de golpe. Hizo una ligera mueca de dolor llevándose la mano al hombro y entonces escucho a la mujer acercarse precipitada a verlos. Cuando ella cuestionó que había pasado el alfa cuando silencio, esperando a que fuese Izuku quien explicará a no quería meter la pata y decir algo inapropiado, abrió sus ojos algo inseguro mirando al menor cuando esté explico que habían sido los Yakuza de nuevo, que habían ido por él.
Miró a la mujer de reojo notando lo alterado de su reacción tal como lo vio venir y a su pregunta de qué es lo que Izuku les había hecho para que lo buscarán suspiró y miró al pecoso. Este se quedó callado sin saber que responder. El alfa apretó los labios y tomó aire, le ayudaría un poco al Omega a aligerar el peso de la situación.
— Un malentendido... Solo fue eso... ¿No es así Izuku? —
Menciono siguiéndole el juego al menor y este asintió diciendo que ya estaban mejor y que pudieron aclarar todo. La mujer parecía no estar del todo convencida insistiendo por más explicaciones, pero Izuku ignoro su petición saliendo de allí con la excusa de irse a cambiar.
Inko y él se quedaron a solas en medio de un silencio un poco incómodo, en la mesa ya había material de curación y la mujer algo insatisfecha por la respuesta del menor se acercó a empezar a preparar las gasas y los antisépticos. El alfa podía notar la mirada curiosa de la mujer que le veía de reojo como examinándolo de los pies a la cabeza. Parecía preocupada por algo que no se animaba a decir.
— Lamento causarle molestias tan tarde señora Midoriya. Insistí que estoy bien pero su hijo es algo terco —
Bromeó tratando de aligerar la tensión mientras la mujer se acercaba a levantarle el rostro para ver su herida y tomar una gasa húmeda con la que empezó a limpiarle el rostro con cuidado.
— ¿Te hicieron esto por ayudar a Izuku? —
El alfa suspiro mirando a un punto invisible del lugar y apretó los puños mientras sentía la sensación fría del antiséptico en su piel. Asintió despacio con una leve sonrisa en su comisura derecha.
— Estábamos juntos cuándo los Yakuza aparecieron, no pude hacer mucho pero no quería que le pusieran las manos encima —
Confeso tratando de no dar más detalles, pero la mujer era intuitiva cuestionando por qué es que los habían buscado, más específicamente a Izuku. El alfa desvío la mirada pensando en que responder.
— Ya se lo dije, fue un malentendido, en la escuela hay un sujeto que es hijo de un líder mafioso, ese tipo a veces habla con Izuku y por alguna razón su padre pensó que ellos estaban saliendo —
Comenzó a inventar una excusa más elaborada sin decir nombres o revelar identidades.
— Pero Izuku y yo empezamos a salir así que al verlo conmigo el padre del sujeto pensó que Izuku estaba engañando a su hijo... Así que quisieron enseñarle una "lección" pero pudimos aclarar la situación, no fue nada grave en realidad —
Contó con seguridad y su perfecta manera de actuar. Inko parecía algo incrédula de la historia y preocupada aun por algo. El alfa no sabía si la mujer ya sabía de la relación que mantenía con Izuku y de no ser así lo acababa de confesar. La mujer parecía no haber sobre reaccionado a la noticia de la relación por lo que intuyo que ya sabía de ello. Después de todo ella misma había hecho comentarios respecto a que Izuku debía salir con alguien fuerte y guapo como él.
— Él apenas tiene 16 años... Y tú Katsuki-kun si no mal recuerdo solo eres un par de años mayor, Ustedes aún son muy jóvenes para... Formalizar una relación así ¿No crees? —
La mujer miró preocupada al alfa mientras limpiaba el pómulo del resto de sangre seca. Katsuki le miró de reojo y sonrió con calma. No era difícil saber el por qué la mujer tenía tanta preocupación al respecto.
— Quizá tenga razón... Pero hay algo que siento cuando estoy cerca de él y que no puedo explicar, se que es su madre y se preocupa por él, pero le prometo que voy a cuidarlo tal como me lo pidió, tal como... Esta noche —
Las palabras del alfa sonaban más para si mismo también, la mujer parpadeo sorprendida y apretó la gasa en su mano. Katsuki no la culpaba, pero realmente estaba empezando a preocuparle ganarse la aprobación de esa mujer para salir con el Omega.
— ¿Realmente puedo confiarte a mi hijo Katsuki-kun?, quiero decir... No me cabe duda de que eres fuerte y protector como cualquier Alfa debería ser, pero a lo que yo me refiero es... Cómo decirlo... —
Inko lucia realmente nerviosa y algo preocupada, movía la gasa en el pómulo del alfa con cierta tensión que el rubio detecto.
— Creo que aún no tienen la madurez de manejar una relación de su estilo... Quiero decir, eres un alfa y mi hijo es un Omega —
Katsuki supo de lo que la mujer quería hablar, no era difícil imaginarlo, le preocupaba el hecho de que al ser alfa y Omega ambos pudieran procrear siendo tan jóvenes. Si alguno de ambos fuese un beta no habría de que preocuparse pero entendía la responsabilidad y peligro que conllevaba ser del género complementario del otro y más en un mundo donde los alfas y omegas eran cada vez más escasos. No era de sorprender que ella pensara en esa posibilidad teniendo a un hijo Omega tan ingenuo e inexperto como lo era Izuku. El alfa sonrió negando con la cabeza.
— No se preocupe... —
Menciono con calma haciendo a la mujer alzar una ceja antes de notar la presencia del pecoso una vez más. Katsuki le miro notando el cambio de ropa aunque aún llevaba encima la chaqueta.
El menor rápido le descubrió el torso para revisarle el área de las costillas en donde había sido golpeado también. Allí había un gran moretón rojizo que punzaba al ritmo de sus latidos, pero el rubio no se quejó. En cambio, observo a Izuku arrodillado frente al mientras revisaba.
— Agh... Con cuidado... —
Pidió el rubio sosteniéndose la camisa para que el menor revisara más cómodamente. Miro de reojo a inko que parecía aún algo incrédula de verlos juntos. Lo confirmo con la pregunta repentina de si de verdad estaban saliendo. Tal parecía que haber tenido la conversación de hacía un momento aún fuera increíble para ella. Izuku lo confirmo sin verla y solo noto la reacción resignada de la mujer.
El alfa entendía ahora que no rechazaba su relación si no el salir tan jóvenes por miedo a algún acto como un embarazo al ser alfa y Omega. Era lo más lógico. Quizá si esperaban un par de años más, la mujer ya no diría nada.
La noto levantarse y dirigirse a la cocina no sin antes dirigirse al rubio para dejarle en claro que cuidara del pecoso y no apresuraran las cosas.
Katsuki asintió sin decir más y finalmente se quedó a solas con el Omega en la sala.
En medio de un silencio apacible el pecoso empezó a limpiarle el rostro terminando el trabajo que su madre había empezado. Katsuki aprovecho la cercanía para observar a mayor detalle la mirada verde fija en su pómulo, los iris verdes parecían brillar como si tuviesen rayos de sol dentro de ellas. Los ojos de Izuku eran preciosos e hipnóticos si los miraba fijamente siendo adornados por las pecas en las mejillas y las alargadas pestañas rizadas. El aroma aún mantenía un leve residuo del celo dándole ligeros espasmos en su interior por estar cerca de ese chico, abrazarlo, besarlo y recorrerlo de pies a la cabeza con sus labios.
El alfa dejo escapar un leve suspiro, fue distraído por la voz del menor cuestionándole si podía quedarse esa noche allí. Katsuki supo que se refería a dormir con él como la noche anterior en qué también hubo un incidente con los Yakuza.
Katsuki infló una mejilla con la lengua meditando en que diría. Mentiría si dijera que no quería quedarse, pero la señora Midoriya había sido clara en qué tuviera "cuidado" y estaba casi seguro de que ella no lo permitiría.
Sintió las caricias del Omega y sus palabras "quiero dormir contigo" como una invitación completamente abierta a pasar la noche juntos haciendo todo menos dormir. Después de todo el mismo le había dicho algo similar al menor antes de que fueran atacados. La idea era ir a su casa y tocarlo, besarlo y acariciarlo hasta que sus manos ardieran. El alfa tenía tantas ganas de eso. Una sed inmensa que solo Izuku podía saciar ahora.
— Me encantaría dormir contigo Deku... Pero no estamos solos está vez, tu madre está en casa y ya no corres peligro, no creo que me deje quedarme en especial ahora que sabe que estamos saliendo —
Respondió pensativo, estaba buscando una alternativa para poder estar a solas con él pero el menor respondió de inmediato algo desilusionado.
"No pongas esa maldita cara larga... Me haces sentir mal"
Pensó en un puchero gruñón después se escucharle decir que lo mejor era dejarle descansar a solas en una cama. El alfa negó.
— No se trata de eso... —
Respondió torciendo los labios de lado con el entrecejo arrugado en un falso reproche que borró de inmediato al escuchar la petición ajena por mantener posesión aún sobre la chaqueta. Katsuki suspiro rendido, no es como que le importara tener la chaqueta en sus manos, bien podía incluso regalársela a izuku si este se lo pedía, pero la mención del enigma le dejaba un mal sabor de boca.
— Quédatela todo lo que quieras.... —
Respondió a secas desviando la mirada y relajándose un poco para que el Omega continuará con su labor atendiendo las heridas.
Sin embargo, el recuerdo del enigma le hacía sentir náuseas de forma molesta. Una irá acudía a su corazón se tan solo recordar sus asquerosas mano sobre Izuku haciéndole sentir la necesidad de poseer a Izuku y llenarlo de su aroma para recargar que era suyo. Su alfa interior, su lobo, estaba ansioso, inconforme y alterado, tenía que hacer algo al respecto.
Miró de reojo a la cocina notando a la señora Midoriya calentando lo que parecía ser un par de sartenes con comida. Regreso la mirada hacia el Omega y se acercó despacio a su rostro.
— Tengo una idea... Pero tendrás que desobedecer a tu madre —
Bajo la voz para que solo Izuku pudiera escucharlo. Lo que estaba por decir era un plan un poco arriesgado, pero era evidente que ninguno de los dos dormiría en paz esa noche si no estaban cerca. Solo sería esa noche... ¿que tenía de malo?
—No cierres con seguro la puerta de la entrada y cuándo ella ya esté dormida, entraré a escondidas... No haré ruido, así podremos dormir juntos y me iré antes de que ella despierte —
Le susurró con cuidado sintiendo una leve adrenalina por romper las reglas. Miro a Izuku de forma cómplice quien parecía estar sorprendido y dudoso del plan. El alfa le tomo las manos con las suyas y elevó la derecha para besarle el dorso con suavidad dejando una sutil lamida al final.
— ¿O acaso no quieres? Entenderé si no deseas desobedecer a tu madre —
Siseo con una sonrisa coqueta y traviesa, el Omega aceptó tras su maliciosa incitación y el alfa río bajito dejando otro beso más sobre los dedos de Izuku antes de dejarlo seguir con su trabajo hasta que terminó de curarlo.
Terminó con medio torso vendado junto al hombro y un pequeño parche en el pómulo. Ciertamente el alfa se sentía mejor pero al mismo tiempo emocionado por lo que estaba por venir esa noche. Miró el reloj daban las 10:00 PM, Inko asomo desde la cocina llamándolos para cenar pero el alfa guiño el ojo a Izuku para después ponerse de pie.
— Se lo agradezco es muy amable y la comida luce deliciosa pero ya debo retirarme... En otra ocasión con gusto le aceptó la cena —
Agradeció a la mujer que llegó hasta con ellos mientras secaba sus manos con una franela de cocina.
— Pero estás débil, Katsuki-kun salvaste a Izuku esta noche, al menos déjame pagarlo dándote algo de comida para que te la lleves, cómela en casa —
Insistió la mujer corriendo de regreso a la cocina para preparar un par de tuppers con la comida caliente. Katsuki camino hasta la salida junto a Izuku deteniéndose en el pórtico.
— Entonces... No olvides avisarme cuando pueda venir... Estaré esperando —
Susurro al pecoso como si estuvieran haciendo la cosa más prohibida del mundo, inclino a darle un beso rápidamente en la mejilla al menor. La mujer regreso con una bolsa plástica y en ella la comida la cual entrego al alfa quien se separó rápidamente del Omega.
— Se lo agradezco mucho señora, buenas noches, que descansen —
Despidió con una leve reverencia y se retiró a casa, cruzó la banqueta hasta llegar a su jardín en donde abrió la reja y entró hasta llegar a la puerta. Saco las llaves y las introdujo en el cerrojo para entonces abrir y mirar a ambos que aún estaban en la puerta observándolo. El alfa ondeo su mano en despedida y entro a la casa, suspiro profundo y camino hasta la ventana ladera desde donde miro para percatarse de que Izuku y su madre regresarán de nuevo al interior de la casa.
— Quizá al final se arrepentirá y decidirá obedecer a su madre —
Murmuró con una leve sonrisa sintiendo que Izuku sería incapaz de meterlo a escondidas a su casa. Mentirle a su madre y ser un "niño malo". Después de todo, Izuku no era más que un chico amable y educado que jamás se metía en problemas. Soltó una leve risilla para después ir a la cocina, dejo los tuppers con comida sobre la barra y tomo asiento haciendo una leve mueca. Su cuerpo se sentía aún adolorido, pero al menos era menos intenso debía admitir que el Omega tenía habilidad natural para curar y tratar heridas.
Destapó los recipientes y empezó a comer con calma, el caldo humeante y el arroz fresco eran deliciosos y con ese toque casero que le parecía nostálgico como cuando eran pequeños e Inko les preparaba algo delicioso de merienda en una tarde lluviosa.
Paso alrededor de una hora y media hasta que escuchó la notificación en su teléfono. Para ese momento el alfa estaba tomando un baño, necesitaba refrescarse y relajarse un poco, los vendajes y parches habían sido retirados cuidadosamente. Miró la pantalla del teléfono y en ella el mensaje de Izuku indicándole que su madre ya estaba dormida eran casi media noche.
El alfa alzo una ceja sorprendido por notar que el Omega realmente iba a hacerlo.
"Aguarda un momento, ya voy para allá... Asegúrate de dejar la puerta abierta y esperame en la sala"
Envío el mensaje y activo la cámara frontal tomándose una selfie de medio cuerpo completamente desnudo. Estaba sentado en la tina y el agua apenas cubría lo suficiente debajo de su cintura para dejar muy poco a la imaginación.
"Estoy terminando de bañarme... Todo esto es para ti, tendrás que volver a vendarme"
Escribió adjunto a la foto y lo envío sonriendo con diversión por imaginar la reacción del Omega. Se dio prisa en terminar y se vistió con ropa deportiva negra, solo constaba de una hoddie y un pantalón deportivo que eran bastante cómodos. Seco su cabello y asomó por la ventana de su habitación. Las luces estaban apagadas en todas las habitaciones de la casa ladera así que supuso que en Omega ya estaba esperándolo abajo.
Salió de su casa y atravesó el jardín y la cerca que dividía ambas casas. Al acercarse al pórtico de la casa del Omega miró a su alrededor, parecía ser que todos estaban dormidos en el barrio. No había ruido ni tampoco alguien caminando por la calle. Todo era tranquilo. Tomó el picaporte para girarlo dándose cuenta que la puerta estaba cerrada.
"Le dije que la dejara abierta "
Refunfuñó tomando el teléfono para enviarle un mensaje indicándole que ya estaba afuera.
Pasaron unos segundos antes de que la puerta se abriera despacio intentando no hacer ruido, apenas un leve chirrido se escuchó por las bisagras y el Omega asomo sacando su brazo para tomar el suyo y jalarlo al interior.
El alfa quería reírse por esa divertida actitud. Parecía como si el menor estuviera cometiendo el peor de los pecados. Una vez adentro el pecoso cerró la puerta muy despacio y finalmente se miraron frente a frente.
— ¿Me extrañaste? —
Susurro muy bajito recibiendo un asentimiento del Omega y rápido se acercó a tomarlo se la cintura para apagarlo a su cuerpo. Katsuki adoraba invadir el espacio del menor y así lo hizo, inclino para besarlo sin más espera, sus labios unieron en un profundo contacto y danza húmeda de sus lenguas con muy suaves quejidos, Katsuki no perdió el tiempo y de su agarre en la cintura ajena movió sus palmas a apretar los glúteos del Omega a placer haciéndole dar un respingo.
— ¿Nervioso?... Apenas estamos comenzando —
Susurro al oído del Omega de forma traviesa lamiendo su oreja y olfateo el delicado aroma del menor. Observo que llevaba un nuevo parche supresor en el cuello pero aún así la tentativa estela del aroma lograba salir a flote haciéndole sentir sus poros dilatar y su deseo emerger.
— Vayamos a tu habitación —
Le solicitó relamiéndose los labios, el Omega accedió pidiéndole que fuera silencioso ya que la habitación de su madre estaba también en el segundo nivel cerca de la suya. El menor le tomo de la mano y subieron las escaleras despacio y atravesaron el pasillo, la puerta de la habitación de Inko estaba cerrada pero aún así tuvieron aún más precaución al pasar frente a ella.
Al llegar a la habitación del menor finalmente entraron y el Omega cerró la puerta con seguro.
Apenas y el menor se giro el alfa rápido se acercó para cargarlo y llevarlo a la cama, lo elevó tan fácil como haber cargado una pluma y lo depósito en la cama con cuidado. Le divertía que el menor no quería hablar o hacer ruidos fuertes, pero para el alfa siempre había una sensación divertida en hacer algo indebido y dejar una leve línea entre ser descubiertos o no.
Katsuki rápidamente se quitó la hoddie dejando expuesto su torso y también dejo los zapatos en el suelo. Ya se los había quitado desde que entró a la casa. Miro al pecoso que parecía tenso y con un notorio sonrojo en toda la cara parecía tan adorable. Despacio se acercó a él y trepo en la cama posicionándose encima del menor, inclino a besar su mejilla y luego los labios. Sabía que no podrían tener sexo allí, era demasiado riesgoso, pero aun así, quería desahogarse un poco entre besos y caricias y sabía que Izuku se sentía igual por la manera en que correspondía a sus acciones de la misma forma ansiosa que poco a poco le hizo notar el deseo del Omega por ser acariciado y envuelto en sus feromonas.
El menor aún llevaba su chaqueta puesta no le molestó, pero tomo el cierre para bajarlo y quitársela dejándola en el suelo. La cama era angosta, hecha para una persona pero eso solo haría que ambos durmieran realmente pegados.
El alfa se dio su tiempo en acariciar y al Omega, dándole besos y algunas cuantas mordidas en sus mejillas. Tenía una extraña sensación de dicha por estar así, nada ni nadie los podría detener de estar juntos si querían.
Después de un rato de besos y arrumacos el alfa acomodo detrás del menor abrazándolo como la cuchara grande. Izuku era pequeño y encajaba perfecto en su cuerpo como si hubiesen estado hechos el uno para el otro. Enredo sus dedos en los ajenos y apego la nariz en la nuca del menor para olfatearlo, dio una ligera lamida encima del parche supresor y el menor le susurro que debía vendarlo de nuevo. Katsuki solo lo aferró con fuerza impidiéndole que se moviera.
— Déjalo así... Estoy bien, por ahora ya no te muevas, puse una alarma a las 6:00 am, ¿Estás seguro que tú madre aun estará dormida a esa hora? —
Cuestionó en voz baja recibiendo una respuesta afirmativa. El alfa suspiro con una sonrisa sin embargo la nueva posición era por lo mucho tentadora. El trasero de Izuku estaba bien pegado a su entrepierna en ese abrazo apretado. El alfa trago saliva resistiendo las ganas de bajarle el pantalón e ir más allá. Trataron de dormir tras un beso en los labios pero para el alfa le fue casi imposible. Solo durmió un par de horas antes de despertar a una hora antes de que sonara la alarma. Miraba de un lado a otro de forma inquieta, su brazo por encima del costado ajeno se movió despacio rumbo a la entrepierna de Izuku. Este aún estaba dormido pero de a poco despertó al sentir como los dedos del alfa jugueteaban entre sus piernas.
Katsuki tenía una sonrisa traviesa pegada a la oreja del menor al notarlo tensar rápido beso su cuello detrás de la oreja.
— Tranquilo... Solo... No hagas ruido y disfruta —
Le murmuró en un susurro cómplice, el menor parecía haberse puesto nervioso al inicio, pero de a poco el alfa acaricio y lleno de besos su nuca, espalda y hombros, cuando tuvo acceso la gran mano del quarterback introdujo bajo el pantalón de pijama del Omega. El alfa gruño bajito al sentir la dura erección del menor, la sensación de la suave y caliente piel entre sus dedos era única, pero lo era un más las dulces reacciones del pecoso que le hacían sentirse realmente excitado empezando a frotar su propia erección en la espalda del menor cerca de sus glúteos.
El alfa no iba a quedarse con las ganas de volver a disfrutar la imagen que Izuku le regalaba cuando este se corría. Apenas la había visto una vez y le pareció adictiva. Claro que lo haría esa noche también. Deslizó su mano aún más profundo entre las piernas ajenas las cuales se abrieron despacio para darle acceso casi de inmediato. El alfa tomo la pierna del Omega para recargarla encima de las suyas. Aún mantenían la posición de cucharas.
Katsuki finalmente tomo aquel falo entre sus dedos y empezó a masturbarlo con suavidad. La otra mano que descansaba bajo la cabeza del menor termino por taparle la boca para evitar que jadeara y despertara a su madre.
Solo se podía escuchar el sonido obsceno del falo húmedo siendo atendido y los respiros entrecortados que salían de la nariz del menor chocando en su mano bien aferrada a la boca de este. No tardó mucho en sentir el líquido salir disparado entre las sábanas y su mano acompañado de un delicioso temblor en el Omega y el chillido ahogado por su mano. El pecho de Izuku subía y bajaba acalorado y despacio retiro su mano de la boca del menor el cual tomo aire por la garganta con ese sonrojo opacando las pecas.
— te corriste muy rápido... Que lindo —
Murmuró en broma besando la oreja del Omega y retirando la mano húmeda por el semen ajeno a limpiarlo con un pañuelo que tomo de la mesa de noche. Miro su reloj, ya casi daban las 6 am.
De pronto el llamado a su puerta se escuchó haciendo que ambos tensaran por completo. La puerta quería ser abierta, Inko del otro lado giraba la perilla sin poder lograrlo y tocó un par de veces.
—Izuku, ¿estás despierto? ¿está todo bien? ¿Por qué pusiste seguro a la puerta? —
La voz de la mujer sonaba preocupada, el alfa miro al pecoso con una ceja en alto.
— ¿Que no dijiste que se despertaba hasta después de las 6 ? —
Susurro al pecoso en forma de reclamo, pero por su reacción supo que tampoco Izuku lo esperaba. No era normal que la mujer despertara tan temprano. Ambos se levantaron de la cama algo tensos. El menor le indico que se escondiera bajo la cama y el alfa no tuvo más opción que obedecer. Se agachó y se arrastró bajo la cama. A penas cabía.
Escucho como el Omega abría la puerta, solo podía verle los pies, noto que solo había abierto la puerta apenas un poco para asomarse. A la pregunta de qué ocurría, la mujer indico que estaba preocupada por lo sucedido el día anterior y que no había podido dormir bien, aprovechando su desvelo para lavar la ropa desde temprano. Acudía a la habitación para llevarse la ropa sucia del Omega.
"¿Quién diablos lava la ropa a esta hora?"
Pensó el alfa negando la cabeza, la mujer quiso entrar y el pecoso lo permitió, la habitación fácilmente olía a ambos. Sin mencionar sus zapatos a medio cubrir bajo la sudadera en el suelo. La mujer acerco a tomar su hoddie, la miro con extrañeza al igual que la chaqueta del equipo.
— Esto no es tuyo... —
Dijo la mujer acercando las prendas a su nariz y al olfatearlas sorprendió con un sonrojo.
—Esto... huele a Katsuki-kun... ¿has estado tomando su ropa?. Entiendo que es por qué son pareja y te gusta su aroma pero debes pedírsela. El podría molestarse si la tomas sin permiso —
Indico la mujer algo aturdida por lo que descubrió, Izuku le dijo que había sido tomada con permiso lo cual relajo a la mujer y solo tomo la ropa sucia del menor que estaba en un cesto cerca de la cama.
— Es extraño... El aroma es muy fuerte como para que solo venga de ese par de prendas... Es casi como si estuviera aquí mismo —
Inko analizó al Omega en búsqueda de algo sospechoso, pero decidió desistir para retirarse pidiéndole al menor que no volviera a poner el seguro para no despertarlo en la próxima.
Cuando la mujer abandono la habitación, el alfa salió de su escondite y volvió a ponerse la hoddie y los zapatos. A la pregunta del menor sobre ahora que debían hacer el alfa acerco a la ventana observando y analizando una posible vía de escape. Con Inko despierta y rondando por la casa sería peligroso salir por la puerta de entrada. No tenía opción más que escapar por la ventana del segundo piso.
Al notar su intención el Omega rápido quiso frenarlo diciéndole que era muy peligroso saltar desde allí. Pero el alfa le miro con una sonrisa confiada.
— Deja de lloriquear y observa —
Le dijo con seguridad para entonces trepar al barandal del balcón y bajo con cuidado usándolo como un apoyo. El alfa quedo colgado de las manos al balcón y se balanceo como un péndulo, Izuku lo miraba desde arriba. Se soltó impulsándose y aterrizó en el césped rodando con la espalda. Se incorporo sacudiendo sus pantalones y miro arriba para sonreírle al Omega de forma ladina. Se despidió con una señal de su mano y fue a casa.
Una vez adentro de su hogar tomo su teléfono para escribirle al Omega.
"Te dije que no pasaría nada. Estoy bien, te veré más tarde en la escuela pequeño brócoli"
Envío el mensaje con satisfacción y suspiro algo cansado. Estaba empezando a sonreír cada vez más. A ser más atento con Izuku. Ni siquiera sabía cómo pero el menor había logrado hacerlo así en tan poco tiempo. Suspiro de nuevo subiendo a la habitación y miro su mano recordando como es que se había llenado del orgasmo de Izuku. Tragó saliva imaginando que se sentiría hacerle el amor. Cada vez era mayor el deseo de tomarlo. Estaba inseguro de si su paciencia le daría el tiempo necesario para que Izuku estuviera listo.
Días como ese se repitieron, pero con distintas situaciones. La semana paso con rapidez y en la escuela ya todos habían escuchado el chisme del momento. La relación entre Bakugo Katsuki e Izuku Midoriya fue top en su primera semana siendo seguido por el rechazo a Shoto Todoroki.
Los fans de ambos estaban tan aturdidos por la noticia del noviazgo y el como los dos alfas más populares se habían fijado en alguien tan ordinario como un Omega animador. Eso es lo que decían las masas con envidia y celos.
A Katsuki poco le importaba lo que dijeran de él, pero ya había golpeado a un par de chicos esa semana al enterarse de que hablaban mal de Izuku. Seguía siendo ese bravucón que le gustaba molestar a otros pero está vez los demás del equipo de americano ya no lo seguían después de que el alfa les dijo que quería estar solo. Quería acercarse a Izuku sin que esté se pusiera nervioso por los otros que bien ya le tenían cierto rencor por las veces que lo habían maltratado a espaldas del alfa.
Solo Kirishima estaba con el de vez en cuando pero se le podía ver a Katsuki más solo últimamente a diferencia de cuando iba con Izuku a la hora del almuerzo o en cualquier rato libre. Las prácticas eran la misma cosa, ambos equipos estaban siempre cerca y el alfa siempre podía ver a Izuku entrenar y viceversa.
Por otro lado, Shoto habia dejado de acercarse a Izuku y Katsuki por completo, mantenía siempre un semblante algo decaído mientras observaba desde los barandales del piso de su facultad a la feliz pareja andar de la mano por los patios del campus. El bicolor seguía sin poder creer lo que sus ojos veían, pero al mismo tiempo la culpa lo atacaba ya eran dos veces las que su familia casi acababa con Izuku y ahora también con Bakugo.
Suspiro decaído con una mano en la mejilla apoyado en el barandal cuando Tokoyami llegó detrás suyo tocándole el hombro.
— El departamento está listo, podrás mudarte está misma semana si lo deseas... ¿Tu padre se molestó mucho? —
Cuestionó el pelinegro pero Shoto negó con la cabeza. Recordaba bien las palabras de su padre, diciéndole que no le importaba lo que hiciera desde ahora. Shoto había decidido dejar su casa y familia para estar con Izuku pero no contaba con que esté terminaría eligiendo a ese futbolista presumido, quizá el mismo había tenido la culpa por precipitarse tanto. Se sentía tan derrotado por Katsuki en todos los sentidos.
El viernes llegó, Katsuki ya se había hecho una rutina de esperar al Omega para comer y también en la salida. Curiosamente ese día llovía a cántaros, el menor había avisado al alfa que comería en su aula junto a sus amigos, pero el rubio no iba a perderse el almuerzo con el Omega por una tonta lluvia.
Se dirigió al aula del menor y entro con toda la confianza del mundo. No me importaba ser visto con sorpresa por el resto de alumnos que estaban allí.
— ¿Quién mierda come en el aula?... Solo los idiotas inadaptados... Sígueme Deku —
Le dijo para tomar al menor de la mano y jalarlo fuera del aula para empezar a caminar rumbo a la cafetería de la escuela. Se freno antes de salir y miro a Tsuyu y Mineta esos aburridos amigos del omega.
— Ustedes también, ¿Que diablos esperan? Caminen se una vez —
Ordenó enfriando la mirada y estos acataron.
Entre lapsos miraba de reojo al nerd, pero sus pasos eran algo lentos lo que le hizo gruñir y a su falta de paciencia se frenó de golpe y se giró para tomarlo de la muñeca y caminar más rápido llevándoselo casi a rastras por sus pasos rápidos, aunque el solo caminara rápido el menor casi iba corriendo. Se podría decir que esa mañana el alfa no estaba de buen humor. Tenía una pelea la siguiente semana y debía ponerse bien en forma para ello llevándolo a estar un poco estresado.
Todos les veían curiosos y claro que los comentarios no se hicieron esperar.
"¿ya viste? van de la mano"
"parece que ese idiota porristas realmente está con el quarter back"
"¿por qué lo eligió a él y no a mi que soy mucho más bonita que ese mono de circo?"
Varías voces se oían en los pasillos. Parecían llamar la atención más de lo esperado, aunque al rubio no le importo en lo absoluto e izuku portaba su chaqueta de jugador con orgullo. No parecía querer devolverla y al alfa no le molestaba.
Caminaron hasta llegar a la cafetería que para colmo estaba hasta reventar, y al llegar soltó al pecoso y le miró con una ceja en alto.
—¿Qué quieres comer?...
Le preguntó dándole el asiento e inclino a darle un mordisco suave en la mejilla pecosa.
—Busca un espacio en alguna mesa mientras voy por la comida —
Le ordenó para entonces ir a formarse para pedir la comida mientras el Omega buscará lugar, cuando finamente tocó su turno ordenó primero lo del menor y después él ordenó algo de pollo frito verduras y sopa de miso. Al recibir las bandejas se giró y busco con la mirada el pecoso que le hacía señas con la mano hasta una de las mesas más lejanas parecía que ahí mismo estaba sentados sus amigos, camino hacia la mesa para sentarse frente a ambos jovenes.
—Toma...—
Le dijo inclinando a dejarle la bandeja al Omega y luego dio una caricia en su cabello verde despeinadolo un poco, el alfa sonreía cada vez que miraba al pecoso pero luego miró a su amiga que le veía fijamente.
—¿Que rayos me ves? ¿Te gusto? Lo siento ya estoy saliendo con alguien —
Le dijo de forma burlona a Tsuyu para luego señalarle al nerd con el dedo.
—Pregúntale a él —
Dijo subiendo los pies a la mesa y llevándose a la boca un trozo de pollo frito y comenzar a comérselo despreocupado.
Mientras disfrutaba de su comida, veía de reojo a los amigos del Omega que parecían algo tensos o hasta incómodos para él eso era divertido.
Miraba entre lapsos también a su alrededor notando que al parecer verlo comer en la mesa en compañía del pecoso y sus amigos era algo digno de atención pues muchas miradas se posaban sobre ellos. El rubio solo suspiraba y seguía comiendo con calma, logró ver de lejos en una mesa al grupo del equipo de americano, aquellos mismos idiotas que siempre se juntaban con el y lo seguían como su séquito personal. Al verlo con el omega parecían verse confusos y el rubio alzo una ceja y levanto el dedo medio. Tetsuo sonrió asintiendo con la cabeza. Ellos sabían bien que "su líder" estaba comiendo con ese par de perdedores solo por la apuesta o eso es lo que ellos creían.
El silencio era incómodo, nadie hablaba, pero no duró mucho pues Tsuyu de pronto se puso en pie y se despidió siendo seguida por Mineta con la excusa de que debían estudiar para un examen, Katsuki miró con atención y a su despedida solo asintió con la cabeza rápidamente y luego desvío la mirada al menor que parecía angustiado por el tal examen, miró como sacaba un montón de libros para empezar a leer y murmurar como idiota.
Katsuki no dijo nada solo le miró y rodo los ojos con una leve sonrisa.
—Típico de un nerd como tú... Seguro vas a aprobarlo ¿Que te preocupa? —
Cuestionó con una ceja en alto antes de acercar y frenar los balbuceos del Omega con un beso en los labios.
—Me excita verte estudiar... ¿Quieres provocarme aquí y ahora Deku? —
Le murmuró acercando su mano a la entrepierna de menor bajo la mesa y tras un ligero apretón se apartó con una sonrisa ladina.
— En ese caso me largo... Te veré en la salida. —
Le dijo para luego levantarse e irse de la cafetería. Aún faltaban 15 minutos para el final del receso así que decidió darse la vuelta por los pasillos de la escuela hasta que se topo con los jugadores de americano.
— Vaya, vaya, miren quien está aquí es nuestro capitán... O quizá debería decir... nuestro débil líder, ¿cómo va tu relación con el idiota-omega-porrista? Te has tomado muy en serio esto de la apuesta —
Dijo Tetsu con burla, el rubio alzó una ceja mirando al albino fijamente para después sonreír sin mostrar los dientes. Si, tenían razón, ahora no solo era una apuesta, él realmente estaba saliendo con Izuku y tenía fuertes sentimientos por él pero eso jamás lo entenderían. Solo se limitó a asentir y suspiro.
— Será mejor que hayan reunido el dinero idiotas, gané... ¿no han escuchado los rumores? ¿No me han visto ya con él? —
Les dijo para luego abrirse paso entre ellos y seguir caminando.
— Qué estés con él en el almuerzo y se den un par de besos no nos asegura que realmente sea tu novio, debes demostrarlo con otra cosa capitán —
Dijo Sero y los demás rieron. El alfa se frenó girándose de nuevo hacia ellos .
— ¿De qué mierda hablas? Cumplí con mi parte, ustedes me deben ese dinero ¿Que otra prueba quieren? ¿No es suficiente verme con el besarlo y llevarlo de la mano? —
Gruño el rubio plantadose frente a los jugadores.
—Llévalo a la cama y demuestra que pasaron una noche juntos, Quizá así podamos creerlo —
Amenazó Tetsuo. El alfa sintió el estómago revolverse y negó de inmediato.
— ¡No haré eso! ¿Qué mierda les pasa? Muéranse, malditos tramposos —
Gruño el rubio con enojo, no porque los malditos no le accedieran a pagar, o por cambiarle los términos de la apuesta a su beneficio. Si no que le molestaba que pidieran algo como eso. Llevar a Izuku a la cama y enviar una evidencia era demasiado.
— Bien capitán, entonces si no cumples no tendrás problema con que le digamos a ese idiota que todo esto es por una apuesta —
Amenazó Sero. Katsuki volvió a frenarse y regreso agresivo hacia Sero, lo estampó contra los casilleros con furia.
— Ustedes no van a decirle nada... Ni siquiera van a acercarse a él... ¿Soy lo suficientemente claro? —
— Es nuestra última advertencia Bakugo, o envías esa evidencia y te damos el dinero o nosotros iremos a decirle a ese perdedor la verdad... —
Advirtió el pelinegro siendo secundado por los otros quienes acercaron a quitarle de encima al rubio.
—El tiempo se acabó, la apuesta termina esta semana... Solo tienes un par de días más para enviar la evidencia o ya sabes lo que pasará... —
Dijo Tetsuo haciendo mímica con sus labios como si estuviera besando a alguien burlándose de la forma en que el alfa besaba al pecoso.
Los chicos se echaron a reír y se fueron dejando al rubio quieto y repleto de irá, mirándolos fijamente, ya se imaginaba que le dirían eso así que en su mente ya había planeado algo.
—Esos imbéciles, Si le dicen que todo fue por una apuesta Deku va a odiarme... Todo acabará... No puedo permitirlo... Pero tampoco puedo enviar una evidencia como la que piden... No puedo hacerle eso a Deku. Maldita sea... —
Se llevó las manos a peinar el cabello hacia atrás con frustración. Se debatió en qué debía hacer. La única conclusión que tuvo fue que debía contarle la verdad lo antes posible. Prefería ser el quien le dijera la verdad y no esos idiotas. Tenía que contarle que lo quería... Que se había enamorado de verdad, aunque todo inicio como un simple juego. Tenía miedo...esperaba que Izuku pudiera entenderlo y que las cosas... No cambiarán.
El resto del día fue aburrido y frustrante como siempre, cuando se dio la hora de salida, camino a la entrada para esperar al menor en el mismo árbol donde le esperaba siempre. En ese momento su móvil sonó y lo sacó para ver que era una llamada de su padre. Al atender le escucho tranquilo y luego puso atención a lo que le decía.
— ¿Ah?... ¿No hay nadie más que pueda cuidarla? Esta jodidamente lejos... Además, estoy alto ocupado ahora —
— Lo sé hijo, pero los de la inmobiliaria irán a verla el domingo, necesito que haya alguien que los reciba y eh estado hasta el cuello de trabajo, por favor, si tú tía logra venderla nos dará una parte del dinero para la recuperación de tu madre —
Su padre le explicaba que la hermana de Mitsuki, Mirko, tenía una cabaña en las montañas a las afueras de la ciudad y la estaba poniendo a la venta, el rubio recordaba bien esa cabaña, solían ir ahí algunas veces en navidad para ver la nieve cubriendo toda la montaña en invierno. Hacía años que no iban, prácticamente la última vez que fueron él tenía la mitad de su edad. Su tía vivía en otra ciudad lejos de allí, y le iba a ser imposible ir a ver la cabaña para recibir a la inmobiliaria. Por ello buscaba quien le hiciera el favor.
El alfa suspiro y al final aceptó, solo debía ir para cuidarla, limpiarla y recibir al agente de bienes raíces, colgó la llamada y se quedó pensando en que probablemente podría invitar a Izuku para ir juntos, era la oportunidad perfecta para estar a solas un fin de semana entero y poder tomar el valor de decirle la verdad. Fue entonces fue que pudo ver al Omega acercarse hacia el.
— ¡Ya era hora! —
Le dijo frunciendo sus cejas en falso reproche para entonces colgarse bien su mochila y comenzar a caminar junto al pecoso que parecía balbucearle su día. El alfa inclino dándole un beso en la frente y le removió el cabello.
—Oye Deku... —
Le dijo interrumpiendo al menor en su plática.
—El fin de semana debo ir a una cabaña en las afueras de la ciudad. Una tía la venderá así que debo estar ahí para limpiarla y recibir al agente de bienes raíces. —
Le explico con calma metiendo sus manos a los bolsillos mientras caminaban. El pecoso parecía haber tenido la idea de que le estaba avisando que saldría, pero no entendió que era una invitación.
— Tonto. Lo que quiero decir es... ¿Quieres ir conmigo? —
Le propuso directamente, no sabía si sería una buena idea pero seguro que si aceptaba haría que el Omega se abriera más a él, después de todos estarían solos por dos días en aquel lugar, no habría motivo para que el pecoso fuera intimidado por terceros y solo les quedaba relajarse en la naturaleza.
El menor pareció emocionarse por la idea lo cual le pareció tierno al alfa pero pronto a ambos les llegó una duda. ¿Qué rayos iban a decirle a Inko Midoriya para que lo dejara irse todo un fin de semana a solas con él? Había pasado por alto ese detalle.
— ¿Crees que se crea si le dices que será una salida del equipo de porristas? Podrías decir que los llevarán a alguna competencia a otra ciudad —
Murmuró mientras caminaban. Definitivamente no le gustaba del todo engañar a Inko pero el deseo por estar con Izuku era mayor que su moral en ese momento. Pensó además en cómo es que se irían, la única opción era acudir en tren y de la estación caminar o bien ir en auto, esa tarde acudiría a pedirle el auto prestado al padre de Kirishima. Su tío siempre era amable cuando se trataba un asunto familiar.
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Llevaba una cara larga con un berrinche que lucía bastante infantil. Como si le fuera negado algo que era evidente pero aun así se sentía decepcionado. Solo se trataba de un omega con remanentes de su celo, ¿qué tan malo era eso?
Torció los dedos algo ansioso en su puño, con alivio al saber que podía al menos quedarse con la chamarra esa noche, Katsuki no tenía idea de lo mucho que eso podría ayudarle. Las feromonas del alfa se volvieron un calmante tan contundente en Izuku que se hizo demasiado dependiente de ello.
—Mañana te la llevaré a clases... ¿de acuerdo? —Dijo con mucha dificultad, realmente no quería despegarse de ello.
Terminaba de vendar lo que era el hombro, cruzaba una larga venda por la herida de la bala que rozó, sonaba drástico pero fue bastante superficial y lo agradecía. Suspiró tratando de animarse a sí mismo de que todo lo peor terminó, sin embargo el acercamiento de Katsuki le hizo enderezar confundido y un sutil susurro a su oreja de una idea.
Sus ojos ampliaron con sorpresa del plan malicioso, con solo oir que tendría que desobedecer a Inko ya estaba una pequeña neblina de culpa en su cabeza.
—Yo... No estoy seguro de esto... —compadeció girando de reojo a la cocina, esperando que su madre no sospechara a pesar de lo sigiloso que eran los murmuros del alfa.
No recordaba haber desodecido antes a su madre de manera tan drástica, sabía que Inko era muy sobreprotectora y nerviosa, pero solo lo hacía por su bien. Después de todo era una mujer viuda que tuvo que encargarse sola de su hijo a tan corta edad.
Se llevó una mano a su mentón sin saber negarse o decir algo, su otra mano fue elevada por Katsuki quien le dio un suave beso en el dorso y la sensación de la humeda lengua que le dio una lamida, cosa que otorgó un escalofrío agradable en el menor.
—No sé, Kacchan... Yo no...
Susurró con la incertidumbre de desobedecer. Una parte le decía que era mala idea, su madre confiaba mucho en él y no quería deshacer eso, pero otra parte era... Que simplemente se trataba de Katsuki, el alfa que le hacía temblar sus tobillos y licuaba cualquier pensamiento racional.
La sonrisa traviesa que le otorgaba le bloqueaba a negarse, ¿por qué iba a hacerlo? El rubio era todo lo que quería sus instintos. Se cubrió la boca con pena y asintió la cabeza afirmando que lo haría, miró de reojo nuevamente a la cocina y retomó a Katsuki.
—S-si quiero... te escribiré...
Las mejillas se sonrojaron y sus labios torcieron en una sonrisa que apenas asomó en su palma, dichoso de sentir los besos de Katsuki en el dorso de su zurda.
Dio los últimos ajustes al vendaje asegurando de poner suficiente analgesico tópico para que no le molestara los movimientos. Se sentía ansioso porque avanzara la noche.
—Izuku, vengan a cenar ya está servido —llamó Inko desde la cocina todavía.
El menor iba a ponerse de pie notando como Katsuki le guiñó un ojo con complicidad anunciando que se iría a descansar. No dio protesta, puesto que eso era inicio de su travieso plan. Estaba seguro que Inko ofrecería darle comida para llevar, así era de servicial, además él también estaría más tranquilo con que Katsuki se llevara algo de comida casera.
Ayudó a levantar a Katsuki del sofá con cuidado ajustando las ropas para cubrir el vendaje del torso y lo guio a la salida.
—No te esfuerces mucho, si te sientes muy cansado no te preocupes por mi tonta petición.
Reiteró Izuku algo preocupado por ver a Katsuki andar aun con una mano tanteando el costado con dolor, recibió un beso en la mejilla con el susurro de que le enviara un mensaje con luz verde para volver. Al estar en la salida Inko los alcanzó dándole un par de recipientes de plastico envueltos en una tela, se sentían tibios.
A veces le seguía sorprendiendo la formalidad con la que Katsuki podía actuar, con palabras y gestos tan respetuosos que otros no imaginarían que tenía otra cara en medio de sus peleas clandestinas.
—Duerme bien, nos vemos mañana —despidió agitando su mano.
Estuvo en el margen de la puerta con su madre, mirando como Katsuki cruzaba la acera para llegar su casa, esperando que entrara sin problema. Izuku suspiró con cierta fatiga y volvió adentro con su madre que cerraba la puerta con llave.
Fue a la mesa donde ya le esperaba comida servida con un vaso de agua, su madre se fue al fregadero a poner orden con los platos que estaban remojando.
Había un liviano silencio entre ellos, con solo el sonido de los platos trateados e Izuku moviendo los cubiertos a su boca.
—Katsuki-kun me contó el por qué esos malechores fueron por ti...
Dijo sin más preámbulos Inko, cosa que hizo al menor atragantar sorprendido, tosió un par de veces. Desde luego, cuando él se fue a cambiar estuvieron unos minutos a solas en la sala, no estarían sin decir nada.
—¿Te metiste en un gran malentendido pensando que estabas saliendo con el hijo de un líder mafioso? ¿Cómo llegaste a eso? —Reclamó la mujer secando los platos con una franela.
—No estaba saliendo con él... Ni siquiera sabía que su familia tenía esos asuntos... —susurró encogiendose de hombros— Kacchan fue el que me adviritió y no lo escuché, por eso las cosas avanzaron tan mal.
Arrugó el entrecejo con culpa por recordar eso, el como estuvieron agrediendo a Katsuki frente a él con la intención de molerlo a golpes.
—Supongo que debe quererte demasiado para enfrentarse a una organización tan peligrosa... —doblegó la mujer con una mueca angustiada, pero eso hizo en Izuku ampliar su sonrisa.
—¿Verdad? Kacchan cuida mucho de mí. Me siento a salvo con él, así que... No está mal que estemos juntos...
Tanteó el tema con cautela mirando la espalda de su madre que estaba centrada en el fregadero. Inko suspiró organizando los platos.
—Eso no quita que seas muy joven, solo tienes 16 años y ya has estado envuelto en cosas tan peligrosas...
A ojos de Inko siempre lo vería como un niño ingenuo y crédulo de todo. Katsuki era buen chico, pero seguía con la idea de que debían esperar más.
—Debe de estar bien, siempre y cuando no crucen la línea de un noviazgo aun...
Izuku sonrió nervioso y agachó la cabeza mirando el plato, su madre no tenía idea de que incluso había tenido algo de contacto íntimo con el alfa, como una felación.
—Lo supresores que estaban en el baño disminuyeron bastante, ¿estás tomando muchos ultimamente?
Intervino cambiando de tema por recordar ese detalle cuando sacó cosas del botiquín antes de que ellos llegaran.
—Mi celo se adelantó... Otra vez... —respondió apenado.
Inko se llevó las manos a masajear las sienes tratando de relajarse, suspiró con fatiga y giró hacia su hijo.
—Bueno, al menos estás consciente de cuidar tus feromonas, y ahora que estás saliendo con un alfa debes tener más cuidado. Recuerda usar los parches supresores del cuello todo el tiempo, siempre lleva medicamento en la mochila, en parte es bueno que Katsuki-kun se fuera entonces.
El rostro de Izuku acaloró cada vez más con las palabras de su madre, solo golpeaba en culpa su cabeza más y más. Inko pensaba que era una relación muy formal donde tal vez un par de besos y tomarse de las manos, pero el alfa paseaba en cada oportunidad su nariz por el cuello del menor y diciendo obsenidades al oído.
Terminó de cenar con un sermón de esos que recalcaba como debía reprimir sus instintos omega al ser tan joven e inexperimentado. Izuku le dijo que terminaría de limpiar la cocina, que se fuera a descansar al ser tan tarde para ella, ya eran más de las 11 de la noche.
Su madre despidió subiendo las escaleras dejandolo solo en la mesa. Se quedó estático en su lugar tomando los parametros actuales. Escuchó la puerta del cuarto de su madre cerrarse, cosa que le hizo resoplar con estrés.
En lo que llevaba sus platos al fregadero para limpiarlos estaba mirando el reloj de la pared una y otra vez, ¿cuanto tardaba su madre en conciliar el sueño? ¿Realmente iba animarse a meter a Katsuki a escondidas?
Terminó de limpiar y apagó los interruptores para subir a su alcoba, con el dilema de hacerlo o no, miró de reojo la puerta de la habitación de Inko, era silenciosa y sin luz filtrar por debajo, ¿ya estaba dormida?
Entró al baño para asearse y lavarse los dientes aun con la indecisión encima. ¿Y si Katsuki ya estaba dormido? ¿O acaso seguía despierto esperando el mensaje? Al ir a su habitación tomó el teléfono que dejó en la cama yendo a la mensajería que tenía el nombre de Kacchan con un corazón al lado.
"¿Le digo?"
Torció los labios inseguro, fue hacia la ventana moviendo la cortina, el cuarto del alfa estaba con las luces apagadas.
"Tal vez ya se durmió, pero podría enojarse si no le dije nada cuando despierte..."
Comenzó a escribrir dando el anunció de que Inko se había ido a dormir, y ya podría volver con cuidado. Una parte de Izuku quería que así fuera, pero por otra estaba nervioso de desobedecer. Jugó con sus pulgares en el telefono tomando asiendo al borde del colchón, si Katsuki no respondía es que ya debía estar roncando del pesado día estresante.
Suspiró rendido echando la espalda a la cama y extendió los brazos, no todo estaba tan mal, seguía con la chamarra deportiva del alfa con bastante aroma aun. Intentaría dormir con ella para aminorar su ansiedad por la ausencia, el celo estaba retenido por el supresor pero su cuerpo seguía inquieto.
La tibia campanita de notificación se escuchó con el teléfono vibrante en mano, de manera perezosa lo levantó para leer la respuesta pero se llevó una gran sorpresa al decir que iría para allá y con una foto adjunta que le hizo soltar el teléfono golpeandole el rostro.
Con la nariz rojiza por el impacto se sentó tomando el telefono con ambas manos temblorosas y su vista enfocando. Katsuki le había mandado una foto de él en la tina completamente desnudo y dejando poco a la imaginación. El torso marcado y con algunas cicatrices y el cabello algo caído en humedad y removido en una parte.
La imagen tenía una completa intención de seducción que noqueó completamente al omega, estaba tan rojo que parecía una fresa. Sabía perfectamente que estaba en celo, ¿cómo se atrevía a mandarle algo así?
"Kacchan es tan... apuesto... grande... fuerte... sexy...y-..."
Rapidamente negó la cabeza a punto de golpearse por todo lo que estaba llegando a sus pensamientos.
"¡QUIERO DECIR! Le acababa de poner ese vendaje, ¿cómo se atreve a quitarselos tan rápido?"
Estaba tanto indignado por ese gesto, no tenía ni dos horas y ya se los retiró, pero aun así, sentía haber adquirido un valioso tesoro que se reservaría solo para sí mismo con esa selfie. Facilmente Katsuki podría ser un modelo, podría vender esa foto por bastante dinero a las fanáticas del alfa, pero no, era algo genuino que solo sus ojos tendría la dicha de mirar en la pantalla de su teléfono.
Se sentía bastante feliz de ver la confianza que Katsuki le tenía para mandar imagenes así.
El tiempo se le pasó volando admirando esa imagen que le volvía la piel de gallina, tuvo un mensaje de Katsuki reclamandole que no dejó la puerta abierta, cosa que le hizo saltar de su lugar nervioso. Su plan malicioso estaba en marcha y se distrajo con esa foto.
Salió de la habitación caminando de puntitas y bajando las escaleras a ciegas solo con la luz del teléfono en mano. Inhaló profundo para mentalizar en hacerlo, sujetó el picaporte con la llave que estaba en el mueble ladero y la abrió despacio, estresandose con el ruido mínimo que hacía.
Asomó un poquito por la pequeña apertura y al cerciorarse que era Katsuki no dijo nada y solo lo tomó con prisa del antebrazo para jalarlo hacia dentro. Desde luego que traía ropa, pero ahora mismo los ojos de Izuku podían escanearlo por la foto que quedó grabada en sus pupilas, sonrojó con estrés por lo que hacía, tanto por meterlo a escondidas como desnudarlo mentalmente.
Cerró la puerta despacio dejando la llaves de nuevo en el mueble y retomó con Katsuki en la oscuridad que apenas desaparecía por la lámpara del teléfono. La pregunta de si lo había extrañado le hizo asentir y llevarse una mano al rostro avergonzado, le estaba costando verlo a la cara luego de esa foto.
Fue atraído en un abrazo con el alfa, sintiendo las pesadas manos sosteniendole la cintura y un posesivo beso que solo correspondió con suaves quejidos. Apenas se estaba implantando a subir las manos por las claviculas del alfa cuando sintió el repentino agarre a su trasero que le hizo sobre saltar con nerviosismo por no esperarlo.
—A-aguarda... Si sigues así me vas a hacer respingar demasiado... —alertó nervioso mirando hacia la escaleras, esperando continuar sigiloso. Se suponía que ya debía estar en cama dormido.
La sutil amenaza de que apenas estaba comenzando le hizo temblar, pero no de miedo, sino de emoción. No estaba acostumbrado a esos tramos de adrenalina por desobedecer, pero debía admitir que era excitante, y más porque Katsuki era su cómplice.
—Vayamos a mi habitación, con cuidado que mamá tiene su cuarto también arriba.
Susurró haciendo un gesto de silencio con su dedo frente a sus labios, también para separar un poco el espacio de los besos con Katsuki. Tomó de la mano al alfa guiandolo con cuidado las escaleras y cruzando el pasillo hasta llegar a su habitación, empujó despacio la puerta y puso el seguro con un peso menos.
—Bien, por ahora todo en orden... Ahora poDEMOOS-... —su voz inició en un tono muy bajito, apenas audible, pero cuando se giró a Katsuki fue repentinamente elevado en brazos. Se llevó las manos a la boca para callar, percibiendo la facilidad con la que el alfa lo levantaba incluso estando con heridas.
Fue dejado en la cama completamente encogido de brazos y sus piernas flexionadas, con asombro notó como Katsuki se despojó del hoddie que llevaba para arrojarla con los zapatos, un sonido extraño salió de su garganta amortiguando en sus palmas. Katsuki sin ninguna prenda en el torso solo le recordó la selfie en la tina, su rostro sonrojó hasta alcanzar sus orejas.
Cuando lo notó subirse encima sin aplastarlo se quedó estático, incluso se le olvidó respirar. De alguna manera el alfa lograba relajarlo, el inicio fue brusco pero ahora los besos en la cama fueron más parsimoniosos, en la mejilla, recorriendo despacio su piel hasta alcanzar los labios. Los hombros de Izuku comenzaron a relajar dando seguimiento a sus besos.
El sonido de los besos y sus respiraciones chocando era el único ruido que tenían, hasta que también se añadió el cierre de la chaqueta dejandola a los lados, por un momento le dio algo de miedo, su cuerpo aun tenía recuerdos de la tarde donde unas manos más grandes cruzaron acariciar su abdomen. Lo mejor era borrar toda ese identidad y solo dejar a Katsuki quemar todo mal recuerdo.
—Gracias... Kacchan, yo... Quiero dejar de pensar en lo de esta tarde... Solo quiero recordar nuestra cita, y a ti...
Balbuceó interviniendo entre los húmedos besos, temblando un poco los estimulos en su torso y abdomen por las ansiosas manos del alfa que lograba percibir querer más. Deseaba ser envuelto completamente en las feromonas marcadas de Katsuki, solo quería sentirse bien en ello. Sin importale si se trataba de las recidivas del celo o solo porque lo amaba con creces.
Izuku tenía un lenguaje de amor bastante expresivo, ya sea por sus gestos, su cuerpo no sabía ocultar sus emociones y era muy sentimental, pero también disfrutaba mucho expresarlo por palabras.
—Te amo, Kacchan, te amo tanto... como no tienes idea...
Dijo con un ronroneo, restregando su mejilla a la contraria ilesa. Se sentía realmente bendecido de tenerlo consigo, a veces se mantenía en una burbuja que Katsuki lograba desprenderlo a ser más liberal, realmente lo admiraba bastante.
En lo que el mayor se posicionaba a su espalda para acurrucarse, muy estrechos por la cama individual, apreció nuevamente las heridas, sobre todo la del hombro y el torso. Su entrecejo arrugó un poco.
"Quizás... No le gusta que trate sus heridas..."
Se quedó con esa incertidumbre, no llevaba ni dos horas que lo había vendado, pero también tenía el pensamiento del elogio por curarlo, incluso diciendo que sería buen médico o enfermero.
—¿Estás seguro de dormir con las heridas expuestas? Podían irritarse en un mal movimiento.
Sugirió tanteando el tema preocupado, sin embargo, la respuesta que obtuvo fue una atrevida lamida al parche de su nuca que le provocó un escalofrío. Katsuki seguía renuente en que estaba bien así y mencionando una alarma temprano.
—Es buena hora, mamá suele levantarse a las 7, así que es tiempo suficiente.
Su tono tambaleó ansioso por las respiraciones que recibía en el cuello con la áspera voz a su oreja, le derretía. No era normal lo que el alfa le provocaba con tan poco. Tampoco podia exigirle más, solo lo invitó a quedarse a dormir y no era el momento adecuado.
Quiso suavizar su rigidez, dejandose llevar por los brazos de Katsuki que le rodeaban aferrandolo consigo. Charlaron un poco hasta que las pestañas de Izuku pesaron cayendo en sueño, estar recibiendo las feromonas picantes y cítricas del alfa era un envoltorio perfecto para acurrucarlo.
Normalmente no solía recordar los sueños que tenía, en su mayoría eran cosas triviales, pero esa noche con apoyo de quien estaba logró emitir un sueño realmente erótico. Dónde la esculpida e idónea figura musculosa de Katsuki estaba desnuda consigo, la selfie recaló bastante en sus pensamientos con el celo suprimido y el alfa a su espalda acunandolo.
Horas más adelante sus labios emitieron suspiros con unos gemidos suaves, su cuerpo despertaba en todos los sentidos. Abrió lentamente los ojos algo adormilado, pero el sueño desapareció al sentir una mano acariciar la parte interna de sus muslos, subiendo por debajo del holgado short.
Conmocionado intentó llamar al alfa que solo besó y lamió su oreja incitandolo a que no hiciera ruido y solo disfrutara. Izuku permaneció quiero, un poco rígido cerró los ojos para dejarse llevar, con el tacto apreciaba las áreas que la mano de Katsuki recorría. También sentía como la cabeza movía para depositarle en donde tuviera alcance, el cuello, los hombros, la espalda, cosa que le hacía dar suspiros de placer.
El cuerpo del omega facilmente correspondía en volverse más condescendiente y emitir sus feromonas excitadas que apenas lograba opacar ese parche. El colchón se movió un poco con el acercamiento más pegado entre ellos, logró percibir un bulto duro frotandose con su espalda baja. Movió un poco la cabeza solo para alcanzar a Katsuki y besarlo mientras lo dejaba tantear toda la carne calentando en las ásperas manos.
—Si sigues así... No me voy a poder contener... Kacchan...
Advirtió entre sus gemidos suaves, le encantaba sentir las manos de Katsuki en sus muslos y vientre, pero todo cambió con algo de pánico cuando vio una de ellas invadir el elástico del short e ir directamente a su entrepierna a tomar con evidencia su erección.
—A-aguarda... No puedo solo quedarme quieto... —imploró con una curiosa angustia excitado de lo que ocurría. Quería continuar pero también le daba miedo hacer ruidos obsenos, ya era suficiente con Katsuki frotandose a su trasero y el suave meneo de la cama.
La mano que estaba bajo su cuerpo avanzó a rodearle desde la cabeza y cubrirle la boca para silenciarlo, los gemidos eran reprimidos de esa manera. El omega torció el rostro quedando en su lugar adicto a ser acariciado.
Su cuerpo retorcía ansioso, con balbuceos sofocados por la palma a sus labios, apenas lograba mirar de reojo la mano que adentró en sus shorts, por inercia abrió un poco más las piernas posicionando una de ellas en la del alfa.
Cuando estuvo llegando a movimientos más frenéticos, el ruido se volvió más obseno con la humedad previa que la excitación liberó de su miembro, sentía su cuerpo tan caliente. Cerró los ojos con fuerza y bramó un gemido ahogado cuando su orgasmo corrió, los dedos de los pies flexionaron y el resto del cuerpo daba pequeños espasmos. Notó la mancha traslucida en la sábana por su venida y avergonzó con un rubor exhausto y unas cuantas perlas de sudor en su piel.
—Estoy tomando supresores, pero no es bueno que me estés haciendo esto...
Justificó con pena por el comentario de que se corrió rápido, su gesto estaba un poco descompuesto tomando aliento. Al recibir el beso en su oreja volvió a girar el cuello para otorgar un beso a sus labios.
—De cualquier forma, creo que debería recompensarte un poco también...
Incitó llevando una mano hacia la entrepierna de Katsuki con intenciones de darle placer con la boca como le enseñó la última vez. Sin embargo, todo el ambiente excitado en ambos culminó cuando escuchó el intento de la puerta ser abierta un par de veces. Sus ojos abrieron grandes y aturdido, se quedó anonadado de escuchar la voz de su madre tocando la madera.
—N-no sé... Ella nunca habia hecho eso... ¿nos habrá escuchado? —Susurró nervioso.
Rápido se puso de pie ajustanadose las ropas, miró de un lado a otro tratando de averiguar que hacer.
"¿Y si quiere entrar?"
Se giró con el mayor señalando abajo de la cama para que se ocultara. ¿Qué iba a pensar su madre encontrandose a ambos en una situación tan indebida como esa? En lo que Katsuki se agachaba para esconderse el menor retiró el sudor y ventiló su rostro tratando de bajar el rubor por lo de antes.
Abrió despacio, unos cuantos centimentros para asomar un poco el rostro e indagar.
—Mamá, ¿qué haces despierta tan temprano? ¿Pasa algo? —Cuestionó tratando de mantenerse con total normalidad.
Al oir que casi no pudo dormir por lo que le pasó anoche bajó las cejas entristecido, bueno, eso era normal. Inko era una persona muy nerviosa y enterarse de que su hijo estuvo en mira de yakuza fue un agobio.
Izuku intentó pasar el canasto con discresión, pero Inko adentró para levantarlo por su cuenta, sin embargo también se percató de la ropa ajena que estaba en el suelo. El menor se puso pálido al ver que la levantaba extrañada recibiendo el aroma del alfa.
—¡N-no le he estado robando la ropa! —Respingó apenado de la imagen que su madre tomó de él. —Kacchan me las prestó, le dije que luego de ayer estaba algo inquieto y me las dio...
Confesó apenado por el tema, en parte era verdad. Pero todo volvió a agobio cuando le dijo que se percibía demasiado fuerte el aroma como para venir de un par de prendas.
—Es que Kacchan es un alfa dominante... Supongo que eso tiene que ver en su aroma sea más fuerte que el promedio, ¿no? —Dijo con una sonrisa nerviosa.
Al salir la mujer de la habitación, Izuku rapidamente acudió a la puerta para cerrarla nuevamente con seguro, posteriormente se puso de rodillas cerca de la cama para ayudar a Katsuki a salir, recordaba sus heridas y con esos movimientos bruscos para ocultarse debió ser doloroso.
—Oye, tus lesiones... déjame vendarte de nuevo, después veré como distraigo a mamá para que puedas salir... ¿Kacchan? —Susurró hasta quedar pasmado de ver al mayor asomar en el balcón, se dio la idea que pasó en el alfa. —No, no, no, es muy alto. ¿Y si se te tuerce un tobillo al caer? Es peligroso.
Imploró tomando el brazo del alfa para hacerlo retroceder, pero éste se negó y abrió la puerta corrediza de cristal. Hizo una mueca sumamente preocupado desde un límite para dejar a Katsuki maniobrar en el barandal, cuando dio un salto seco pronto acudió asomarse, sintió su alma volver al cuerpo al verlo levantarse sin problema del césped sacudiéndose el pantalón. Restregó un meneo tímido de la mano también despidiéndose. Se quedó ahí hasta verlo salir del jardín y entrar a la casa.
"Es tan temerario, nunca escucha lo que le digo"
Refunfuñó mordiente, en parte logró admirar la vitalidad que tenía un alfa. A pesar de todos los golpes que llevaba Katsuki podía moverse y hacer caídas tan riesgosas, tenía una condición soberbia. Escuchó el sonido de su teléfono con una notificación así que fue por él al escritorio, sonrió resignado de leer el mensaje de Katsuki.
—A veces envidio tu resistencia... —bromeó en voz alta negando la cabeza.
Miró la cama destendida tomando la imagen que tuvieron de ambos durmiendo tan juntos. Fue realmente placentero tener tan marcadas las feromonas del alfa en ese lugar, pero también la manera en que lo despertó. El solo imaginar tener mañanas así, tan normales le sentó la escena donde ambos pudieran vivir juntos y felices. Se dio una bofetada mental por pensar tan a futuro, pero ¿qué más podía imaginar? Le gustaba las expectativas que su instinto le provocaba. Katsuki era el alfa perfecto para él.
Respondió el mensaje insistiendo en que volviera a vendar las lesiones y lo vería después en el instituto.
Conforme pasaron los días se fue convirtiendo en un hábito recurrente que permitiera a Katsuki pasar a escondidas, ya sea porque su madre no volvía del trabajo o en las propias noches lo escabullía para compartir cama con arrumacos. A veces le costaba mirar a los ojos a Inko, pero no es como que hiciera algo tan malo, Katsuki meramente le daba una especie de apoyo en relajarse para dormir, luego de lo sucedido con los yakuza la angustia revoloteaba y los supresores hacían efectos muy incierto luego de sobre extenderlos en todo el mes.
En la escuela era otro entorno que no acostumbraba. Izuku nunca fue el centro de atención, pero ahora las miradas le seguían por los pasillos o en el almuerzo cuando se supo de su relación con el apuesto y agresivo alfa. Sin embargo, eso no era todo, también se corrió como pólvora el como rechazo a Shoto por estar con Katsuki, era complejo para ellos entender el motivo de que ese omega era un imán para ese tipo de alfas.
Disfrutaba más que antes los ensayos de la escuadra, sobre todo cuando eran prácticas en las canchas ya que podía echar un vistazo al equipo de futbol americano, en énfasis con Katsuki que se daban vistazos cómplices.
Aunque no todo era miel sobre hojuelas, ocasionalmente lograba ver la cabellera bicolor caminar a lo lejos. Le provocaba tristeza no haber terminado en buenas condiciones con Shoto, a pesar de lo horrible que su familia lo trató, todavía conservaba una estima hacia él, pero por respeto y no querer causar más alboroto también desistió de intentar buscarlo.
No iba a reprimir el gusto que tenía por Katsuki, tomarlo de las manos, abrazarle el costado mientras caminaban o darse besos en cada encuentro. Era muy feliz de que conforme pasaban los días Katsuki era más accesible a esos gestos, Izuku estaba encantado de ello y siempre le recordaba cuanto lo quería.
Así pasó la semana hasta llegar el viernes con un clima sombrío y lluvioso. Las prácticas de la tarde fueron suspendidas así que podrían irse después de clases sin problema. Estaba en su lugar pasando el rato con sus compañeros mientras le escribía a Katsuki que se quedaría en el aula por las lluvias y de paso también decirle que tuviera cuidado de no mojarse.
—Midoriya... ¡Midoriya! —Llamó Mineta indignado por ser ignorado— deja de mensajear con tu maldito novio y responde.
Ultimamente les estaba hastiando un poco ese escenario, donde hablaban de cosas relevantes o joviales del día e Izuku solo tenía los ojos pegados a la pantalla del teléfono mensajeando con el alfa.
—Ah, sí... ¿Qué? —Balbuceó el pecoso perdido del hilo de conversación.
Mineta golpeó con sus manos la mesa poniendose, estaba cansado de sentirse hablar solo.
—¿Cómo que qué? ¡Te estabamos preguntando si tienes planes para este sábado!
El más pequeño reprochó de manera molesta que ya le había dicho de esa salida que armaron para relajarse después del examen de más tarde, pensaban ir a comer y a divertirse a un karaoke. Izuku rascó su cabello pensativo, no tenía planes aun.
—No es mala idea... ¿puedo invitar a Kacchan? —El gesto de sus amigos fue algo inusual, había cierta incomodidad y descontento con esa pregunta—, ¿pasa algo?
—No creo que Bakugo sea alguien que quisiera ir, salvo por ti o ese pelirrojo del equipo, se la pasa solo —mencionó Tsuyu recordando ver concurridamente a Katsuki merodear solo, ya ni siquiera los otros del equipo le seguían como antes.
En lo que estaban hablando de ello tanto Tsuyu como Mineta paralizaron mirando la puerta, Izuku giró su cabeza para indagar y ahí estaba Katsuki. Había ido directamente por él a pesar de la lluvia.
—Hola Kacchan —dijo con una sonrisa aterciopelada.
Pero tan pronto el rubio adentró le anunció que la sacaría de allí para almorzar, fue levantando de su lugar de un tirón del brazo que apenas le hizo poder tomar su mochila para no salir con las manos vacías.
—Espera, ve más despacio... —Pidió algo turbado por la repentina indicación. Katsuki frenó de golpe haciendo que Izuku estampara con su espalda, pero su razón fue que también le dijo a sus amigos que caminaran.
El omega sonrió con cierto orgullo por la invitación y miró hacia atrás con un gesto de "se los dije" a sus amigos, considerando su estándar de Katsuki no ser mala persona. No obstante, a pesar de su dicha por la invitación en general percibió en el andar de Katsuki un poco de tensión o molestia, ¿por qué estaba así? Izuku apenas lograba seguirle el paso con prisa por el jalón del brazo.
—¿Kacchan estás enojado? ¿Acaso la lluvia te pone así? ¿O hice algo malo? —Insistió preocupado.
En su tramo no podían faltar los cuchicheos de los demás que los miraban ir hacia la cafeteria, era el pan de cada día y aun así el menor no lograba adaptarse a ser el centro de atención. Cuando detuvieron en el lugar, Izuku iba a responder que quería comer, pero pausó su balbuceo al recibir una repentina mordida en la mejilla que le hizo erizar.
—Espera... no dejes tan vistoso... —interrumpió poniendo su palma a cubrir la mejilla con nerviosismo. De por sí ya tenía muchas partes del cuerpo con las marcas de besos y mordidas de Katsuki por las noches que durmieron juntos, era gracioso como intentaba ser discreto con eso aun.
Acató la orden de ir a apartar una mesa en lo que el alfa ordenaba, así que fue a una de las retiradas que seguían desocupadas, al notar que sus amigos también adentraron a la cafeteria les hizo una señal con la mano para que fueran hacia allá. Ambos ya llevaban un bento preparado por lo que no tuvieron necesidad de ir a formarse.
Cuando Katsuki fue a la mesa ambos seguían excepticos, mirando como le cedía a Izuku una charola con comida, era dificil asumir que era la misma persona que semanas atrás le estaba tirando los alimentos encima y humillandolo frente a todos en la cafeteria. Definitivamente no encajaba ese romance para ellos.
Izuku por su lado estaba sumamente feliz de la compañía, agradeció al alfa con cariño y procedió a comer, aunque al ver la tensión de Tsuyu pretendía preguntarle si le pasaba algo, aun así Katsuki se adelantó el cuestionarle que tanto lo veía con un tono algo pedante.
—No tienes porque actuar así... —reprendió Izuku tratando de calmar a Katsuki que intimidaba de más a sus amigos. —Él solo está bromeando —insistió a Tsuyu por la pregunta.
El gesto de Tsuyu y Mineta era inigualable por el contraste que veían frente a ellos. Izuku comía con total tranquilidad y cuidado su plato de katsudon y acompañamientos, mientras que Katsuki comía de manera informal incluso subiendo los pies a la mesa. Ambos se miraron de reojo inconfruentes de saber como es que estaban juntos, no se parecían en nada.
Fueron unos minutos bastante tensos para ellos, por otro lado Katsuki lucía bastante despreocupado o incluso disfrutaba verlos así, Izuku solo trataba de disfrutar el momento. Llegó un punto en que se dio cuenta de que el alfa miraba con atención la mesa donde estaba el equipo, con gestos serios enfocando con ellos hasta que les hizo una señal obsena con el dedo y evadieron con cuchicheos y risas. Izuku lo notó, por un momento creyó que el rubio echaba de menos estar allá haciendo alboroto, pero también recordaba que le dijo no considerarlos amigos.
"Me alivia saber que se distanció de ellos..."
También recordó cuando le contaron como es que lo defendió los días que faltó a la escuela, cuando Katsuki se enteró de que lo maltraron en los vestidores en su celo. Eso provocó torcer una sonrisa en Izuku con inquietud mientras rascaba su mejilla, todo indicaba que ya no sufriría el abuso de esos bravucones.
Al terminar de almorzar Tsuyu rapidamente guardó los recipientes en una tela y se puso de pie.
—No falta mucho para que termine la hora de almuerzo, vamos a volver al aula para estudiar el examen de historia, ¿verdad, Mineta? —Dijo con un tono de complicidad con el más pequeño para salir de ese entorno extraño.
—¿Eh? Ya no quiero estudiar, estoy harto.
Casi fue sacado a rastras de ahí por la chica, pero pronto entendió sus intenciones de dejarlos solos.
—Midoriya, ¿no vienes? —Llamó Mineta haciendo invitación de que les acompañara, pero era obvio la respuesta cuando vio como los ojos verdes del pecoso miraron dubitativo hacia el alfa a su lado.
—Iré cuando suene la campana, adelantense —refirió Izuku con el pretexto también de no terminar de comer aun.
Esperó unos segundos hasta que ambos se apartaran por completo y por fin entró un poco en crisis para sí mismo, ultimamente las tardes las invertía a estar recibiendo besos de Katsuki en el sofá de la sala o en las noches durmiendo juntos en la alcoba, había estudiado muy poco.
—Ese examen... necesito repasar antes de que sea la hora... —rapidamente levantó su mochila para sacar su libro de texto y un cuaderno con muchos separadores de apuntes que llevaba de la materia. —Dijeron que comenzaría desde aquí... Luego tomaría parte del proyecto de hace dos semanas que armamos en grupos...
Balbuceaba para sí en voz bajita tratando de encontrar en que parte se había quedado leyendo, estaba muy metido en sus apuntes que apenas percató del acercamiento de Katsuki en la banca consigo, preguntandole porque se preocupaba si de todos modos iba a pasarlo.
—Me gusta estudiar, aunque lo he dejado de lado ultimamente, creo que puedo ponerme al corriente antes de la hora de la prueba —respondió mientras continuaba hojeando el libro de texto.
Su rostro fue tomado del mentón para girarlo con el alfa que le silenció con un beso en los labios, fue algo normal, salvo que le confesó que si acaso le estaba provocando. El rostro del menor descompuso aturdido y ruborizado, negó la cabeza.
—N-no lo hago, es solo que... Estoy un poco preocupado... —Sobre saltó asustado por el repentino apretón que sufrió en su entrepierna, se llevó las manos a bloquearlo con pánico de imaginar que alguien pudo verlo.—¡¿Qué estás haciendo?! Estamos en la cafeteria.
Susurró avergonzado y encogido en su asiento, frotó los muslos entre sus manos nervioso de ser tan obvio de lo que sucedió. Pero su gesto suavizó al escuchar a Katsuki decirle que lo dejaría para que estudiar a gusto.
—Por supuesto, te veré después... Gracias —despidió mirando al rubio levantarse, pero antes de que avanzara unos pasos más le frenó tomando su mano—, te amo.
Mencionó con timidez hasta separar despacio su enlace y dejarlo irse, no se cansaría de recordarselo. Al quedarse en un sitio tan bullicioso solo prefirió tomar sus cosas para volver a al aula con los demás, aunque iba más feliz de estrés de antes por estudiar. Siempre le quedaba un buen sabor de boca después de confesar a Katsuki que lo ama.
Al volver al aula, como era de esperar ya estaba ahí Tsuyu con Mineta en una especie de cuadro de estudio con otros compañeros del salón repasando lo que posiblemente vendría en el examen, todos centraron su atención a Izuku que adentró y hubo un silencio extraño.
—No esperabamos que volvieras, porque, ya sabes... Estabas con Bakugo —dijo Tsuyu.
—Él dijo que era mejor dejarme estudiar, así que se fue —refirió Izuku relajado acercandose a ellos.
—Así que tiene un poco de empatía ese demonio —susurró Mineta, aunque fue silenciado por un codazo de Tsuyu.
Los estudios fueron cada vez menos enfocados con la llegada de Izuku, ya que varios compañeros siempre venían con preguntas atrevidas de su relación.
"¿Cómo lograste que se fijara en ti?"
"¿Bakugo es celoso y posesivo? Porque lo aparenta"
"¿Vas a dejar que te marque? Después de todo es un alfa y tú un omega"
Era como si estuviera saliendo con una celebridad y reporteros invadieran su privacidad para indagar, Izuku nunca quiso hablar de más tratando de mantener discresión y las preguntas siempre eran sumamente incómodas.
Las clases pasaron con la última siendo el examen que los liberó de una carga que llevaban por días. Estaba guardando sus cosas para irse mientras los demás celebraban terminar las clases.
—¡Midoriya no olvides que mañana nos reuniremos en la estación al mediodía!
Le recordó Mineta notando al pecoso salir apresurado, quien solo le asintió huyendo del lugar, estaba ansioso de ver a Katsuki luego de esas horas de interferencia por clases, era temprano y no tendrían prácticas por las lluvias de la mañana aunque ahora solo había charcos por doquier. Al salir del instituto miró a Katsuki debajo del árbol donde siempre lo esperaba y sonrió entusiasmado, pretendía sorprenderlo desde la espalda pero el alfa fue más perceptible reclamandole que ya era hora con un falso reproche.
Izuku rio nervioso, se había tardado más por el examen pero trató de ser lo más rápido. Bajó las manos por el nulo intento que tuvo de cubrirle los ojos desde atrás y suspiró.
—Lo siento, el examen fue fácil pero era escribir demasiado, nos pedía una cuartilla de respuesta por cada pregunta, hasta siento la mano un poco acalambrada.
Contó el como estuvo el resto de las clases con sinceridad mientras acercaba a recibir el habitual beos en la mejilla antes de continuar su camino a casa. La voz seria de Katsuki le hizo pausar sus comentarios y oirlo que saldría el fin de semana fuera de la ciudad. Las cejas de Izuku bajaron decaído de la noticia, pretendía invitarlo mañana a salir con sus compañeros del aula pero vio que era algo más de deber lo suyo.
—E-entiendo... Entonces te vería hasta el lunes, ¿no? Suena un poco agobiante que tengas que ir atender eso, pero te deseo éxito.
Pero Katsuki le interrumpió nuevamente declarando que lo estaba invitando para que le acompañara. Izuku frenó su andar aturdido.
—¿Eh? Ir... contigo... ¿A solas?
No era la primera vez que hacían algo así, estaba lo del ferry que se quedaron juntos una noche, pero en ese entonces fueron sin tener un noviazgo, ahora las cosas habían escalado mucho que la privacidad ahora lo asociaba con acercamientos intimos con el alfa. Su rostro sonrojó un poco, pero no mentiría en que le emocionaba mucho estar todo el fin de semana solo con Katsuki.
—Me encantaría, suena emocionante ir a una cabaña a las afueras de la ciudad, pero... —su semblante emocionado culminó preocupado—, no creo que me deje ir mamá, lo que menos quiere es que esté a solas contigo...
Respondió continuando el camino abrazado al brazo de Katsuki. Desde que Inko se enteró de su relación siempre tocaba temas algo incómodos sobre lo inexperimentado que era o que tuviera especial cuidado con los alfas que podrían descontrolarse ante el mínimo aroma del celo de un omega.
Estaba meditabundo hasta que escuchó la atrevida sugerencia de Katsuki de engañarla. Cosa que le hizo respingar soltando el brazo del alfa.
—¿Mentirle? N-no... no puedo hacerle eso...
De por sí había un monto de culpa por las veces en que metió a escondidas a Katsuki, pero Inko era muy estricta con los horarios desde que ultimamente volvía muy tarde. El menor jugó con sus dedos ansioso de plantearse la idea de darle una mentira como esa.
—Supongo que está bien si nadie sale dañado, ¿cierto? No es tan malo... —se formulaba a sí mismo para ceder, quería estar con Katsuki tanto tiempo como le permitiese su voluntad. No quería ausentarse de él todo el fin de semana.
Rapidamente aferró de nuevo al brazo del alfa y recargó su mejilla con él.
—Le diré a la hora de la cena, tendré tiempo suficiente para pensar en como decirselo, pero no quiero mentirle... Trataré de decirle la verdad —refunfuñó decidido en dialogar adecuadamente con ella.
Conforme avanzaron las calles hasta llegar a su vecindario Katsuki le dijo que tenía que preparar su equipaje y otros preparativos para salir mañana temprano, que esperaría su respuesta a lo que Izuku asintió tomando más altura al ponerse de puntitas para alcanzarle los labios y despedirse.
—Te mantendré al tanto.
Fue a su casa mirando a Katsuki entrar a la suya conjunta, le dio una última sonrisa antes de cerrar la puerta y suspirar. Ahora era extraño entrar solo cuando toda la semana iba con el alfa, dejó la mochila en el suelo con sus zapatos y fue a su alcoba a revisar el armario en busca de alguna maleta deportiva que podría usar.
Se pasó parte de la tarde tratando de idear como decirle a su madre la situación, la verdadera. No quería engañarla, ¿qué tan malo era pasar un fin de semana con Katsuki? Si no le hubiera dicho sobre su relación Inko accedería fácil, pero ahora las cosas tenían un término distinto.
Cuando estaba oscureciendo llegó Inko de su trabajo, dio una apacible sonrisa al ver que Izuku se había adelantado en hacer la cena.
—¿Cómo te fue hoy, hijo? —Saludó asomando en la cocina indagando que estaba guisando con verduras salteadas.
—Hice un examen, creo que saldré bien, también suspendieron prácticas por la lluvia así que regresé temprano.
Respondió con sencillez, a Inko le aliviaba saber que estuvo todo el tiempo en casa, no estaba con buen sabor de boca luego del incidente con los yakuza recientemente. Puso la mesa y complementó en algunas cosas que Izuku estaba terminando con el pescado guisado.
—¿Y qué tal tu día, mamá?
Apenas formuló la pregunta su madre masajeó sus hombros y suspiró tomando asiento con cansancio, eso dio suficiente impresión a Izuku del trabajo que tuvo.
—Estuvo muy ajetreado, pero me causó algo de conmoción lo que contó Emi, una de las compañeras de la floreria, dijo que una sobrina sufrió un descontrol en la secundaria con su celo atrasado, apenas una niña de 14 años tuvo un conflicto que provocó un caos en su aula con 3 alfas.
El gesto de Izuku perturbó por oir eso, sabía lo desastroso que podía ser un escenario así.
—Eso suena horrible...
—¡Sí! De no ser por los docentes no quiero imaginar que le hubiera pasado, por eso siempre te insisto en que lleves supresores contigo y tus parches jamas los olvides. No hay tantos alfas como antes... Pero es mejor estás precavidos.
Refunfuñó sirviendose una taza de té helado de la jarra en la mesa, Izuku sirvió los platos humeantes pensativo por el tema. Tomó asiento también, mirando su plato con poco apetito, inicialmente pretendía decirle abiertamente sobre salir el fin de semana, pero con ese inicio del tema le parecía una rotunda negación. Se dio cuenta del entrecejo cansado y arrugado de su madre comenzando a comer, por lo que hizo una discreta mueca apretando los cubiertos en mano.
—O-oye... —llamó con timidez sin poder mirar a los ojos a su madre—, el fin de semana... Hay una practica en Osaka, o más bien una competencia de la escuadra... Saldremos mañana a temprano...
Se le revolvió el estomago por la culpa de mentir, en serio quería ir con Katsuki. La mujer lo miró confundida.
—¿Te sientes enfermo? —Preguntó extrañada, Izuku negó la cabeza—, pues si es algo de la escuela está bien, solo mantenme al tanto, ¿sí?
Su madre solo quería su bienestar y él solo le ha estado dando mentiras piadosas para estar con su novio. Comenzó a comer cabizbajo, estaba feliz pero también culpable por los comentarios de Inko deseandole suerte en sus presentaciones.
Al terminar de cenar dejó a la mujer y solo dejó sus platos remojando, ya que subió a preparar sus cosas para mañana. Debía lucir obvio por lo que metió ropa deportiva y el uniforme que ni pretendía usar.
Envió un mensaje a Katsuki notificando si podía salir al jardín en 15 minutos, no indicó nada más.
Cuando el tiempo pasó Izuku estaba recargado a la barda con algunos toques verdes de enrredaderas que limitaba su casa con la de Katsuki, quien al verlo salir y aproximarse amplió su sonrisa.
—Aquí, esto... —levantó su mano donde colgaba una tela envuelta con un recipiente de plástico para bento— es la cena que hice, mamá me ayudó a guardarla y le dije que te la traería.
Estiró el brazo para que cruzara la reja y cederla al alfa, le tomó la mano libre con cuidado y la enlazó con la suya. Miró rápido hacia atrás indagando que no hubiera salido Inko al jardín y retomó con Katsuki.
—Quise intentar decirle la verdad, pero... Estaba más que seguro que no me dejaría, tuve que tomar tu sugerencia... —dijo sin orgullo por engañar a Inko, pero pronto retomó a una sonrisa con timidez—, entonces... te veré mañana...
Estuvieron un rato corto ahí charlando, recibiendo los detalles por Katsuki de que irían en el auto que su tio le prestaría y la intención era dejar la casa reluciente para los bienes raíces que irían el fin de semana.
Antes de despedirse Izuku acercó la mano de Katsuki para cruzarla entre las rejas y llevarla a su mejilla para restregarse con mimo, la mano del alfa se sentía fría a comparación de su piel pecosa. La acercó a sus labios dandole un casto beso y por fin separó unos pasos hacia atrás sin dejar de mirar al alfa.
—Descansa, te amo.
No tenía el límite para despedirse siempre recordando lo mucho que lo estima, volvió a su casa con una agradable sonrisa, su madre que ya estaba en el pasillo de arriba con ropa comoda se acercó al barandal a preguntarle si le gustó a Katsuki la cena.
—Ah, sí... También está agradecido por las otras veces, dice que está delicioso tu sazón —elogió haciendo a Inko sonreir.
—Veamos si logra diferenciar con el tuyo, después de todo tú hiciste la cena hoy. Será mejor que duermas si tendrás una competencia mañana —anunció la mujer caminando a su habitación para descansar—, buenas noches.
Izuku despidió también, yendo a su habitación a terminar de llenar la maleta deportiva con las cosas que se supone debía llevar a una competencia de condición física como animador.
A la mañana siguiente tomó una ducha y se puso ropa casual y holgada con sus zapatos deportivos rojos, despidió de su madre en la puerta deseandole suerte y mucho cuidado, Izuku le miraba con un poco de remordimiento por eso.
Se fue enviando un mensaje de texto a Katsuki diciéndole que estaba yendo a la escuela como acordaron el punto para verse, ya que no era pertinente desde su casa. Cargaba la pequeña maleta deportiva en un hombro mientras miraba ocasionalmente el teléfono.
Unas calles antes de llegar a la escuela notó un auto frenarse a su lado, por reflejo a toda experiencia mala que tuvo antes se tornó asustadizo, pero pronto relajó al ver que era Katsuki quien bajaba del automovil.
—Dios... Por lo menos avísame que ya venías en camino, casi se me sale el alma... —reprochó nervioso guardando el teléfono en su pantalón.
Cuando Katsuki subió a la acera fue hacia él para recibirlo con un abrazo y un beso a los labios. Asintió con la cabeza a la pregunta de si estaba listo, cedió la maleta para ponerla en la cajuela y después subió en el asiento de copiloto.
Viajaron el camino con tranquilidad, no tenía muchas novedades más que esas horas que estuvieron durmiendo. Conforme avanzaban el tramo de las calles de volvía más tranquila, las amplias construcciones de la capital se fueron convirtiendo en campos verdes que fueron adentrando más a una zona boscosa.
Miraba con interés ese paisaje diferente al que acostumbraban, en un momento dado miró a Katsuki manejando con una mano en el volante y la otra descansando en el muslo, le dio una gran necesidad en arrastrar dubitativo su mano hasta alcanzar la ajena y acercarla a su muslo con un fuerte enlace. Le gustaba bastante dar esos gestos cariñosos.
La lluvia del día anterior había dejado un clima más templado en donde los árboles fueron acumulando hasta formarse un bosque, el camino pavimentado se convirtió en un sendero de terracería por algunos kilómetros donde ya no había indicios de casas.
—¿Estás seguro que es por aquí? —Cuestionó dudoso aferrando al enlace de la mano para no separar, estaba algo asustadizo por lo silencioso, no acostumbraba a algo así.
Había un lago cerca con un pequeño muelle de pesca o al menos eso creía que era, unos 100 metros más adelante se podía ver una cabaña, la única en ese lugar. Era grande con muchas áreas con cristales y de dos plantas, Izuku abrió su boca con asombro de la arquitectura.
—No esperaba que fuera algo como esto... Luce bastante bonita, ¿por qué la vendería tu tía? Si yo tuviera el dinero sin duda la compraría —bromeó quitándose el cinturón de seguridad cuando el motor del auto se apagó.
Era una lujosa cabaña a su criterio, notó los paneles solares en una parte del techo, una pequeña noria a unos metros y el sitio lucía un poco sombrío por el descuido. Ayudó al alfa a bajar las cosas del portaequipaje y lo acompañó a la entrada principal mientras esperaba que encontrara la llave correcta entre el montón que llevaba en la mano por un curioso llavero de conejo, parecía que tenía muchos cerrojos de cada puerta o algo así.
Cuando por fin encontró la llave la incrustó haciendolos entrar por fin, el sitio estaba amueblado pero con una fina capa de polvo que le provocó a Izuku estornudar.
—Woah, ¿desde cuándo nadie había venido aquí? Supongo que hay mucho trabajo por hacer aquí. Está bien, te ayudaré y terminaremos rápido —dijo con positivismo buscando un lugar donde dejar parte del equipaje.
Fue con cuidado hacia los escalones a dejar la maleta deportiva en lo que Katsuki abría el resto de las puertas, pretendió buscar una toallita húmeda para limpiarse la mano que sacudió rápido parte de la mesa donde dejó las cosas así que revisó un compartimiento de la maleta. Nada, no estaba ahí lo que se supone que había echado, checó el otro lateral y solo llevaba el uniforme de porrista.
Se tanteó la nuca solo para asegurarse pero su cuello estaba desnudo. Por estar metiendo lo que se supone que ocuparía para la competencia olvidó guardar el pequeño botiquín que siempre habituaba en su mochila amarilla, aquel con gasas, vendas, tabletas y parches supresores.
"Esto es increíble..."
Ante la pregunta de que le pasaba se giró con el alfa precipitado negando con los brazos.
—Es solo que olvidé unas cosas... Nada relevante, solo el botiquín de gasas que siempre llevo conmigo y las toallas desinfectantes de manos... —respondió con una risa nerviosa.
Siempre había sido muy cauteloso con eso, pero desde que ha estado con Katsuki era como si su propio instinto le dijera que bajara la guardia.
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