Annie se estremeció al sentir su mordida en el cuello. Jaebum sabía que aquello le alteraba las hormonas. Bajó ambas manos hacia su cintura, tomándola de ambos lados, y la apegó más hacia él, mientras sus labios se amoldaban con los de ella, así llevándolos a un dulce, pero apasionado beso. Atrapó su labio inferior, entre sus dientes, y tiró un poco de él. Luego de eso, siguió besándola, esta vez con un poco más de ganas. Los labios de ella y los de él eran la combinación perfecta cuando estaban unidos, así que Jaebum no dudó en seguir allí, cerca de ellos. Comenzó a jugar con su lengua, y finalizó mordiendo la punta. Ella se detuvo, aunque con la respiración algo agitada, no se alejaron. Él sentía su respiración sobre sus labios, así que inevitablemente le regaló una sonrisa.

— Te extrañé...— dijo ella abrazandolo.

— Te extrañé mucho más princesa.— respondió su abrazó.— Perdón el vuelo se canceló y no pude regresar ayer.— dió un beso en su frente.

— Lo importante es que estas aquí.— suspiro alejándose un poco.— ¿Estás cansado?— preguntó mirando la hora, eran las 10:20pm.

— Un poco, cariño.— pasó su mano por su cara y suspiró.

— Te preparé la tina.— Jaebum tomó asiento semi acostado en el sofá y jaló levemente de su brazo haciendo que se sentara sobre él.

— Gracias, princesa.— Annie se acomodó un poco y él sujetó su cadera e hizo que se moviera rozando sus partes.

— Jaebum...— jadeó y lo miró.

— Me encantas, preciosa.— ladeo su cabeza y sonrió.

— Me encantas más...— besó sus labios.

— Tenemos algo pendiente...— paró de besarla y empezó a darle besos húmedos en su cuello.

— Lo sé, Jae.— se puso de pie y lo miró con una sonrisa.— Vamos...— jalo de su brazo llevándolo a su habitación.

Ambos quitaron su ropa y entraron a la tina. El agua estaba tibia, Annie encendió las pequeñas velas dándole un toque romántico y Jaebum presionó el botón para las burbujas. Cada una de ellas pegaban de sus cuerpo relajándolos un poco. Ella se acercó a él quedando en medio de sus piernas y empezó a mojar su cabello dándole pequeños masajes con shampoo luego quitó el resto de este con agua. Jaebum sujetó su cintura atrayéndola más, cosa que hizo que la pierna de ella rozara con su miembro. Él jadeó un poco y dió besos humedos en su pecho, ella llevo una de sus manos acariciando su abdomen y agarro el miembro de él tocándolo un poco bajo el agua.

— Llévame a Hong Kong.— pidió él humedeciendo sus labios.

Jaebum salió del agua sentándose en el borde de la tina dejando a la vista su erección. Annie rodeó su miembro con sus manos y pasó la lengua por la punta de este, rozando con esta la pequeña abertura del medio, observando cómo las venas del tronco de él se hinchaban, sobresaliendo un poco. Tomó un poco de aire y lo metió lentamente a su boca rozándolo un poco con sus dientes, intentando meterlo todo sin ahogarse, subió un poco la mirada para observar como Jaebum jadeaba ladeando su cabeza hacia atrás.

Él sonrió al sentir la humedad de la lengua de ella sobre su miembro y sujeto su cabello, tirando de el lentamente, su cuerpo se erizó cuando sintió rozar su campanilla, luego se acomodó en su boca de a poco, y empezando a mover lentamente sus caderas para atrás y adelante, sin parar de gemir con dificultad.

— Eres tan buena en esto...— susurró en pleno deseo de acabar en su boca, y siguió moviendo sus caderas de atrás para adelante, con firmeza, como si la estuviera penetrando.

Annie lentamente lo sacó de su boca, tomó aire y pasó su lengua con lentitud, rozando cada rincón de su miembro con una sonrisa llena de orgullo al oírlo gemir. Comenzó a masturbarlo, alternando sus movimientos de suaves a rápidos, una y otra vez hasta que su miembro se puso mucho más erecto. Mordía y chupaba a su paso abriéndose camino mientras descendía su lengua a la altura de sus testículos, los puso en su boca, y los chupo con fuerza para luego dejarlos libres.

Los gemidos que se escapaban de la boca de Jaebum eran fuertes, haciendo que debiera sostenerse de la cabeza de Annie para así mantenerse en la posición que se encontraba, los gemidos que incrementaban al sentir como la lengua de ella llegaba hacia sus testículos, el lugar donde su excitación llegaba al punto máximo, jadeo con fuerza al sentir su lengua sobre ellos, un cosquilleo se apodero de todo el cuerpo de él al sentir como su abdomen se contraía, avisando que el orgasmo estaba por llegar.

— Mierda, Annie, voy a llegar...— alcanzó a decir con dificultad.

Annie al escucharlo, ágilmente movió su lengua hasta llegar a la abertura de su glande y comenzó a chupar con fuerza y apuro, estaba ansiosa de hacer llegar a Jaebum y beber hasta la última gota de su semen, su respiración se agito y notó que estaba muy excitada, acarició el largo de su miembro con una mano y con la otra apretaba sus testículos esperando que acabara en su boca.

Cuando él sintió que Annie metió todo su miembro a su boca, sujetó con fuerza su nuca para que este se metiera en su boca, proporcionándole un lugar donde acabar. Luego de mover sus caderas repetidas veces se sintió exhausto y el placer de un orgasmo llegó a él, explotando en su boca, jadeando de placer al ver los costados de la cara de Annie manchados de su semen, al igual que el interior de su boca.

Luego segundos después se metió nuevamente al agua e hizo Annie se sentara sobre su miembro mientras entraba en ella y le indico que se moviera. Ella hizo lo indicado, se sujeto de sus hombro y empezó a moverse con rapidez, él llevó sus manos a su trasero apretando de este con fuerza mientras mordía un poco el hombro de Annie. Sus gemidos eran fuertes que se podían escuchar hasta afuera del departamento, con desespero la levantó y la recostó del borde de la tina, separó un poco más sus piernas y entró en ella con rudeza. Cada embestida se hacía más rápida y profunda haciendo retorcer de placer a Annie.

— Más rápido. Por favor, Jaebum...— pedía jadeante ella. Jaebum sujeto una de sus piernas sobre su hombro y aceleró sus embestidas. Annie atacó con fuerza los labios de él uniendo sus gemidos. — Jaebum...— Las piernas de ella empezaron a temblar indicando que estaba apunto de correrse. Jaebum dió otras estocadas y se corrieron al mismo tiempo.

Él cayó sobre ella hundiendo su cabeza en su cuello sintiendo su respiración pesada.

— Eres mía, Kang Annie.— dijo Jaebum sujetando su mentón depositando un suave beso.