OO5
—Quédate tranquila, amor.
Yena suelta una risita cuando de nuevo su inquieta y emocionada pareja no dejaba de agitar sus piecitos feliz porque saldrían ese día, y la mayor le estaba pidiendo que se tranquilizara porque era difícil atarle los cordones de sus zapatos si tanto movía sus pies.
Yena sonríe en cuanto su novia obedeció y se tranquilizó un poco, dejando que le terminara por amarrar los cordones de sus adorables y rositas zapatos que la misma Yena había elegido, porque combinaban con sus medias rositas también.
Ella tenía una pequeña obsesión con elegir ropa adorable y de tonalidades pasteles para Yuri, y Yuri no ponía quejas sobre eso porque le gustaba mucho como los ojos de su Yena unnie la observan amorosamente luego de cada vez que la termina de vestir, o que Yuri se vistiera por sí sola.
—¡Todo listo!.—sonríe complacida y se aleja para ver a la menor sentada aún sobre la cama moviendo de nuevo sus pies con ansias, ríe y se acerca para tender su mano, la cual fue tomada por la de su novia suavemente, la hizo levantarse y casi soltaba un chillido por lo adorable que se le hacía la imagen de su pareja por completo.
—¿unnie? ¿porqué parece que estás a punto de gritar?.—ladeó su cabeza tras haber formulado su pregunta, Yena ríe con ternura y tira de su mano para atraerla hacia ella, besando su frente dulcemente.
—Estás muy hermosa bebé, muy pero muy preciosa.—acuna las mejillas de la menor entre sus manos y se acerca para dejar muchos besitos cortos en sus labios, sacándole risitas a la más pequeña que se abrazó con fuerza a la mayor.
—Si me dices esas cositas lindas me pongo muy rojita y eso me hace sentir vergüenza, Yena unnie.—murmura infantil, ocultando su rostro en el cuello de su novia, Yena sonríe feliz y besa dificultadamemente su mejilla ya que estaba escondiéndose.
—Pero Yena unnie quiere decirte cosas bonitas siempre, mi vida.—roza su nariz en su mejilla e internamente estaba sonriendo por oír las risitas de la menor al obtener cosquillas.—Ah, ¿De qué sería mi vida sin tu hermosa presencia?.—aferra a la más baja a su cuerpo.
—No me gusta imaginarme sin Yena unnie, es muy feo, no hable de eso unnie.—niega con su cabeza y con su pucherito en labios sigue abrazándola, Yena adoraba tanto cuando Yuri hacía esos pucheritos adorables con sus labios que le provocaban besarlos siempre que los hacía.
—Está bien princesa, pero lo prometo si me das un besito aquí.—apuntó sus labios en forma de los de un patito a propósito, sonriendo orgullosa de haberle sacado una risita a su pequeña chica lo cuál era su objetivo, feliz en el momento en que Yuri sostuvo sus mejillas suavecitamente y unió sus labios torpemente, un contacto de sus labios que no duró más de cinco segundos seguramente, porque la más baja se separó dejándola ver su sonrojado rostro, bajando su cabeza para ocultarse de nuevo.
Yena podría haberse sentado sobre la cama y tirar de la mano de su novia hasta dejarla sentada sobre su regazo para iniciar una sesión de besitos pero su hermano mayor abrió la puerta luego de haber tocado.
—Miren par de tórtolas, si no se apresuran en salir ahora mismo voy a dejarlas y no habrá parque de diversiones para ninguna, ¿me oyeron?.—siempre era igual, sonaba realmente como una persona seria y malhumorada pero tenía la típica sonrisa en sus labios que indicaba que todo era una broma, Yuri salió de su preciado escondite entre cuello de su novia para correr tras el mayor.
—¡No Sungmin oppa! Yo quiero ir, quiero, quiero, quiero mucho ir.—replicó y suplicó tomando del brazo al mayor y dando leves tirones con sus pequeñas manos, su novia suelta una risita y recoge las cosas que sabría que su novia pediría en cualquier momento mientras salieran dentro de una mochila de un hámster y ayuda a su novia a colgársela en sus hombros, tomando su mano para entrelazarla con la suya propia cuando salían de la habitación y seguían al mayor hasta su auto.
Durante el trayecto al dichoso parque de diversiones que habían planeado ir esa noche, Yuri iba emocionada en los asientos de atrás mirando la cuidad a ciertas horas de la noche, encantada con los letreros brillantes y deslumbrados que tenían los restaurantes y hoteles, mirando los autos, motocicletas, bicicletas y personas andar de la mano o pasear sus mascotas, le gustaba mucho cuando salió al exterior.
Una vez llegaron, Sungmin pagó para que cuidaran su auto en el estacionamiento y fueron a la taquilla para comprar sus entradas, esa noche Sungmin decidió sacarlas sin traer alguna cita consigo, era únicamente una salida de familia; porque consideraba a Yuri parte de su familia.
Yuri tiraba de las manos de ambos mayores y los hacía correr con ella a donde sus ojitos la guiaran, por más de una vez Yena sintió su corazón a punto de abandonarla cuando perdía de vista a la pequeña chica que se soltaba de su mano, bufaba e iba al mismo lugar en el que ya la había ido a buscar unas siete veces, al menos la menor había decidido en qué lugar podía encontrarla si la perdía.
—¡Yena unnie, mira ahí!.—Yuri exclamó y apuntó hacia un puesto repleto de personas, indicándole que le gustaban mucho los obsequios que eran peluches que Yena consideró enormes y enserio cuando dice enormes, lo eran.—¡Es Pusheen! Intentemos ganarlo, ¿sí?.—mira suplicante a la mayor, para Yena era más que suficiente eso, asintió encantada y fue directamente con ella al lugar.
Consistía en un simple juego de tirar los aros e intentar hacer que cayeran en la botella, depende del tamaño de la botella era que podías elegir el obsequio que querías en realidad, Yuri lo intentó una vez pero francamente ella perdió, aunque el encargado le regaló un dulce al no poder aguantar su expresión triste, fue entonces cuando era el turno de Yena.
—No te preocupes bebé, Yena unnie va a ganarlo por ti, cueste lo que cueste.—su novia sonrió con dulzura y besó su mejilla como alentándola para hacerlo.
Pero fue un rotundo fracaso incluso para Yena, qué llevaba más de unas doce veces que lo intentaba pero aunque acertaba algunos, no podía darle al que ella quería para ganar exactamente el peluche que Yuri quería, su novia tanto el encargado le dijeron que estaba bien y que se calmara ya que Yena literalmente estaba peleando con los aros por ser "unos irrespetuosos y malvados aros"
Aunque no lo consiguió, el encargado estuvo pensándolo y simplemente le obsequió el peluche a Yuri luego de ver los muchos intentos de Yena por ganarlo, incluso aunque no lo ganó para ella estaba feliz de ver la emoción de su novia al tener el gato de peluche en sus brazos, agradeció al hombre y salió del montón de personas de la mano con ella caminando hacia el banco donde su hermano mayor las esperó todo ese tiempo.
—Hasta que al fin regresan, ¿qué tanto tardaban ahí?.—preguntó, ofreciéndole de sus palomitas de maíz que comía y que compró durante el tiempo que estuvo esperándolas, Yena bufó y tomó asiento a su lado, Yuri sonríe y va directamente hacia sus piernas, aunque quedara espacio en la banca.
—No pude ganarlo pero el encargado terminó obsequiándole el peluche, te juro que lo intenté mucho.—le explicó, tomando un puñado de palomitas para comerlas.
—Pero lo intentaste unnie, ¡gracias por hacerlo!.—besó sonoramente su mejilla, oyendo el suspiro de su novia y riéndose por su manera de mirarla.
—Oigan, estoy aquí. Prometieron incluirme, no sean egoístas.—murmuró comiendo sus palomitas, Yuri ríe y abraza por los hombros al chico, besando su mejilla también.
—Entonces también hay mimitos para Sungmin oppa, ¡el mejor de toditos!.
Tal vez, Sungmin también compara que la dulce actitud de Yuri es tan parecida a la miel, melosa y dulce, como la novia de su hermana.
bueno,,, es Pusheen, el peluche del que imaginé que Yuri quería 🥺
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro