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—¡Arriba Yena unnie, arriba!.—una Yuri emocionada saltaba en la cama intentando despertar a su perezosa unnie que aún estaba durmiendo.—Unnieeee, arriba, ¡hora de despertarse!.—brincó sobre la cama un par de veces más y cayó sentada formando un puchero con sus labios y cruzando sus brazos.

¿Por qué Yena unnie era tan dormilona? ¡Llegarían tarde a clases otra vez si seguía durmiendo!.

—Unnie~ despierta, despierta.—Yuri se abalanzó sobre ella, comenzando a moverse de manera perezosa sobre ella, apoyando su espalda sobre la propia de Yena.—Yena unnieee~

—Uhmm...—oyó ese típico sonido que Yena hace cuando está despertando, Yuri sigue intentando despertarla mientras la mueve.

—Arriba unnie, Sungmin oppa se enojará si entra y aún estás durmiendo.—le recuerda, Yena gruñé suavemente y se gira para tumbar a Yuri de encima de ella, la menor iba a reclamar pero los brazos de la mayor la abrazaron y su pierna se posicionó sobre ella, cerrando sus ojos nuevamente.

—Pero aún tengo mucho sueño Joyul.—murmura adormilada, Yuri ríe y niega con su cabeza, quitando los brazos de Yena de encima y removiéndose para salir debajo de ella, con Yena quejándose.

—Ah-Ah unnie, levántese, vamos a la escuela.—Yuri se puso de pie, quitándole la sábana a la mayor quien la jalaba para ponerla sobre ella otra vez.—¡Unnie!.—reclamó abultando sus labios.

—Yuri.—chilla bostezando después, la susodicha pone sus ojos en blanco y piensa en cómo hacer para que Yena se levante pronto.

Ríe cuando se me ocurre algo.

—Júm, bien.—le da la espalda y alza su cabeza, ignorándola, captando la atención de Yena.—Me enojaré mucho mucho con unnie, y no aceptaré sus besitos júm.—agita su cuerpo luciendo como una niña enojada, Yena sonríe aún con su rostro pegado a la almohada.

—Bebita eso ya no funciona.—dijo, Yuri  hace pequeños berrinches y se queja, pensó que eso aún funcionaba.

—Bien, pues pues...—se pone sus pantuflas de conejitos y procede a acercarse a la puerta.—Iré a hacer desayuno entonces, voy a quemar la cocina y nadie va a detenerme, sip.

Eso fue como una alarma para Yena, rápidamente se levanta alarmada y se quita todas las sábanas de encima y aún dormida pero apresurada busca sus pantuflas como puede para correr detrás de su novia.

—¡No espera, Yuri!.—abre la puerta y corre tras ella, cuando llega a la cocina se encuentra a Yuri con un vaso de agua y sonriéndole juguetona.

—Pero todavía funciona esta, ves.—guiña su ojito y pasa por un lado de una impresionada Yena que después sonríe y va detrás de su novia.

Yena y Yuri bajan del auto de Sungmin cuando llegan a la preparatoria, Yuri casi sale corriendo para entrar pero Yena rápidamente agarra su mano para detenerla.

—No corras princesita, podrías caerte y lastimarte.—recuerda Yena, Yuri infla sus mejillas y asiente. Después de que Yena se despida de su hermano y Yuri de su cuñado único y favorito, las dos entraron, y como siempre, los ojos de casi todas las personas se posicionaron sobre ellas.

Algunas eran de desprecio, porque muy pocas personas creían que Yuri era ridícula, otras eran de envidia, porque algunos querían acercarse a Yuri como Yena lo hacía o viceversa, y otras eran de pura felicidad y admiración, porque ambas chicas eran tan afectuosas y cariñosas siempre que le daban ganas a otras personas de enamorarse y tener una relación como la suya.

Cuando llegan al pasillo en donde están sus casilleros, Yuri suelta la mano de Yena mientras grita ansiosa el nombre de su mejor amiga para correr a abrazarla, Yena la deja ir.

—¡Minju unnie!.—Yuri salta sobre la mayor y la abraza con su fuercita, su amiga ríe y la abraza, Chaewon, quien venía con Minju sigue caminado hasta llegar hacia Yena.

—Hola Yena.—saluda cuando llega, la mayor sonríe y también saluda.—Yuri se ve muy bonita hoy, digo, siempre pero no sé.

—Ella eligió ese suéter, es muy tierno y queda mucho con ella enserio.—asiente con su cabeza, y se apoya en su casillero mientras observa a Yuri mostrándole su peluche a Minju animada.—Ayer estaba llorando, aseguraba estar gordita porque su camisa del pijama no le quería terminar de cerrar.—ríe al recordarlo.

—Oww~ eso suena muy tierno.—Chaewon sonríe, Yena afirma con su cabeza.

—Lo fue, y lo gracioso era que ese conjunto ya le queda pequeño, es una ternura.

—Ah, ¿ese peluche es nuevo?.—pregunta Chaewon, mirando la escena bonita de ambas chicas, Minju era una grandiosa mejor amiga para Yuri porque siempre estaba apoyándola y sonriéndole, Yena estaba muy agradecida de su amistad hacia su novia.

—Oh sí, Sungmin lo vio y no dudó en comprarlo para obsequiárselo a Yuri, le encantó, le llama Sunggie en honor a él.—sonríe, Chaewon la imita pero luego recuerda algo y rápidamente mira la hora en su teléfono.

—Oh, es la hora.—menciona y Yena asiente.—Chicas vengan.—Minju toma la mano de Yuri y se acercan a ellas.

—Yena unnie, ¿ya se va a ir?.—sus ojitos se vuelven tristes y hace un mohín con sus labios, Yena la imita y chilla.

—No hagas eso amor, me haces debilitar y mucho.—se acerca y sostiene sus mejillas, apretándolas ligeramente.—Pero sí, unnie se tiene que ir y tú mi bebita, también.—da un toque a su nariz.

—La voy a extrañar demasiado, mucho.—también agarra las mejillas de Yena para hacerla inclinarse.—Le daré un besito de la buena suerte, para que tenga un buen día en clases.—sonríe y rápidamente besa sus labios, muy tiernamente que detrás de ellas ambas acompañantes suspiran por el amor que desbordan ellas.

—Dios, algún día moriré por tanto amor.—anuncia Chaewon poniéndose su mano en su pecho, Minju ríe y la abraza.

Yuri separa sus labios de Yena, aunque ninguna quería hacerlo pero estaban en público y en medio de un pasillo escolar, así que era mejor guardar esos momentos para casa.

—Te amo un montón, Yena unnie~

—Te amo más mi linda bebita.

Y Yuri siempre sacaba el lado más dulce y cariñoso de Yena.