𝟎𝟏. ── Verjus, capítulo uno.
WARNING. MENCIÓN DE TEMAS SENSIBLES. depresión, suicidio, ataques de ansiedad/pánico.
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/ ... POUR VOSTRE DÉGUSTATION ... /
RIVER NORTH, CHICAGO, 2022.
Verjus*, Capítulo Uno𓈒
Carmen Berzatto era consciente de que su mundo se desmoronaba a su alrededor.
Dormía apenas y su capacidad para mantener la cordura empeoraba cada noche. La última vez, se había encontrado al borde de cortarse el dedo con uno de sus cuchillos de cocina después de un episodio de disociación. El estrés estaba minando su salud mental, aunque no era alguien dispuesto a admitirlo en voz alta. No solía buscar sanar sus heridas acudiendo al médico ni tomando medicamentos.
Tras regresar de París, alquiló un departamento descuidado en las cercanías de THE BEEF a un precio razonable. Había gastado hasta el último centavo en el funeral de Mikey. A pesar de la fama conseguida por sus apariciones en revistas y programas de televisión, y su posición como jefe de cocina en un restaurante con estrella Michelin, el dinero no fluía de manera que le permitiera vivir opulentamente en Chicago. En París, había aprendido a llevar una vida sencilla, sin necesidad de lujos ni grandes sumas de dinero. Su mundo giraba en torno a la cocina: comía, dormía y trabajaba en ella. Rara vez dejaba el restaurante, por lo que no veía motivo para buscar un aumento que le permitiera vivir cómo cualquier ser humano normal, y eso parecía ser suficiente para él.
A pesar de ser chef en el mejor restaurante de Estados Unidos y de haber sido enviado a París como Sous-chef de cuisine* en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, un camino seguro hacia el estrellato y posiblemente hacía su propia estrella Michelin, Carmy no había anticipado que su hermano se volará la cabeza hace cuatro meses, así que había dejado todo el trabajo de su vida para hacerse cargo de lo único que había dejado su hermano como nota de despedida: su restaurante.
Resultaba curioso que Michael Berzatto no hubiera dejado ninguna nota suicida. Nadie esperaba que Mike se sintiera tan deprimido, ya que no era el tipo de persona que hablaba de sus emociones. Por lo tanto, a Carmy no le sorprendió encontrar solo un montón de papeles cómo despedida, en los que el restaurante pasaba a ser co-propietario de Carmen Berzatto. Y no solo eso, sino que también había otro nombre en esos documentos.
Jolene A'Dair era la propietaria de The Original Beef of Chicagoland.
— ¿Quién diablos es Jolene A'Dair? —preguntó Carmen en cuanto vio a Richie bajar de su auto.
— Buenos días para ti también, primo. ¿Cómo te va? ¿Ya superaste ese cansancio por tantas horas de vuelo? ¿Jetlag, o cómo se dice? —el hombre golpeó juguetonamente el hombro de Carmen mientras pasaba a su lado, las llaves del The Beef tintineando—. Supongo que tienes mierdita en las orejas, ya te expliqué quién carajos es Jo.
Sin embargo, Carmy apretó los labios y negó con la cabeza enojado.
— No me basta con la maldita "mejor amiga de Mikey". Mikey era el mejor amigo de todos, y no puedo creer que haya entregado el restaurante a su, mejor amiga. —bufó, frunciendo el ceño, mientras seguía a Richie por el restaurante.
Richie podía entender por qué una parte del restaurante había caído en manos de Jolene, pero no entendía por qué la otra parte había terminado en manos de Carmy, —quien ahora estaba lloriqueando como un bebé—, aunque había tenido más de cuarenta conversaciones con Carmen mientras estaba en París, y le había explicado en detalle quién era Jolene. En este punto el menor de los Berzzato probablemente sabía hasta el tipo de sangre de la mujer, pero aún así seguía repitiendo la misma pregunta a Richie, quién ya estaba harto.
— Entonces ve a buscarla y pregúntale: "¿Quién demonios eres, preciosa?" Por cierto, es guapísima. ¿Te mencioné eso antes? Es una verdadera belleza. —Richie deambulaba por la cocina, rebuscando algunas cosas de limpieza. Extendió una escoba hacía Carmy, quien la tomó a regañadientes—. Jolene no está en la ciudad, la conocerás en cuanto regrese. Ella está igual de molesta que tú por todo esto, ahora mueve tu trasero de alta alcurnia y ponte a barrer pisos.
Richard le pasó de lado a su primo, dejándolo con la palabra en la boca. Carmen solamente suspiró pasándose la mano derecha por el rostro, necesitaba un cigarrillo pero eran las 7:00AM, y no podía volver a la costumbre de hacer un cigarrillo su única fuente de alimento hasta la cena.
Se puso a limpiar la parte trasera de la cocina. Tenía apenas una semana en su nueva cocina. Richie estaba cada vez más molesto por los cambios que incorporaba Carmy y por la falta de dinero, Richard no le encontraba sentido a todos los cambios que quería hacer y por más que intentaba ser comprensivo por la pérdida de su hermano, seguía siendo un inútil, por lo menos Jo se había hecho a un lado (por ahora), con lo del restaurante.
— ¡Dos horas para abrir! Muevan todos sus gordos traseros y pónganse a trabajar.
Jolene A'Dair llevaba casi tres meses en Nueva York, de visita. En realidad, su vida entera se había desmoronado desde la muerte de Mikey. Perdió las ganas de hornear, su casa y también su relación de casi siete años. Su novio no pudo lidiar con su depresión y la dejó atrapada en su propio agujero depresivo, Jo no tenía más que Mikey, los amigos de Mikey no eran suyos, eran de él, era su familia, no la de Jo.
Tenía la suerte de permitirse desaparecer durante meses sin tener que preocuparse por nada, ya que su pequeña pastelería estaba en manos del hermano menor de Richie, Marcel Jerimovich, quien también era su socio y habían recién llegado de Suiza. Viajó a la Gran Manzana en busca de "sabores" para mejorar el sabor de Grummies, pero en realidad, era una excusa para prepararse mentalmente para enfrentar todo lo que le esperaba en Chicago.
Sin embargo, no podía escapar de su destino ni de sus temores, por lo que tomó un avión en cuanto se enteró de que el hermano menor de Michael había llegado a Chicago.
"Tienes que regresar pronto, Jo, este maldito chico..." miles de mensajes en su buzón de voz provenían de Richie, quejándose de las mínimas cosas que hacía Carmen. Escuchó unos cinco, pero todos eran prácticamente iguales. Richie se quejaba de Carmen, luego lamentaba su partida, decía que su pequeña hija también la extrañaba y colgaba. Ella nunca devolvía sus llamadas.
Pero no porque estuviera ocupada o porque quisiera ignorarlo. No respondía a Richie porque hablar con él significaba aceptar que Michael se había ido, y eso era demasiado doloroso. Por eso no había puesto un pie en el restaurante desde su partida, por eso había huido la misma noche del funeral y no había llorado desde que recibió la noticia. Se mostraba sonriente ante sus proveedores, y de vez en cuando escuchaba un "lamento lo de Mikey", a lo que ella respondía con un "no pasa nada, ya lo he superado". Luego se quedaba sola, sintiendo la opresión en el pecho y la vista nublada, y tenía que detenerse para seguir los ejercicios de respiración que le recomendaba su psicóloga — Inhalaba lenta y profundamente, sostenía la respiración y luego exhalaba lentamente. Pero la sensación de asfixia le apretaba el pecho. Las lágrimas terminaban arruinado su maquillaje, y sus manos temblaban incontrolablemente.
Así había sido su vida durante los últimos cuatro meses, evitando a toda costa a cualquier persona que la conociera a ella y a su pasado con Michael Berzatto.
Pasó la mayor parte del vuelo sumida en un sueño inquieto, con el estómago revuelto y la garganta con un nudo constante. Cuando el avión finalmente aterrizó en Chicago, tuvo que desprenderse del brazo de Marcel para salir del aeropuerto.
— Puedes tomarte el día, son las diez. Ve a casa, date una ducha... —Marcel la miraba con preocupación, notando que Jo no estaba en su mejor estado, aunque su sonrisa podría engañar a cualquiera.
— ¿De qué estás hablando? Dormí todo el vuelo y me duché anteayer por la noche. Vamos a trabajar. —Su amigo tenía razón, necesitaba descansar, pero Jo se sentía tan cansada que sus ojos casi se cerraban por sí solos—. Tengo que ver a Richie, o matará a Carmen.
Marcel soltó una risita mientras giraba en la siguiente manzana. Sus manos en el volante y su mirada ocasional hacia Jolene la hacían reír también, a pesar de su aparente mal humor. La pelinegra estaba molesta, pero su sonrisa fingida y su tono de voz divertido le daban un toque de humor.
— Créeme, sé que mi hermano está al borde de estrangular a Carmy. —La voz juguetona de Marcel hizo que Jo lo mirara—. No te dejes engañar por Carmen, es un buen tipo, pero es un poco tímido. Mikey y yo éramos sus únicos amigos cuando éramos niños; Richie lo fastidiaba todo el tiempo.
— Se me olvida que son la gran familia feliz. ¿Por qué todos hablan de Carmen como si fuera un niño? Richie parece tener razón. —Lo último lo murmuró casi con sorpresa. Jamás pensó que estaría de acuerdo con Richie, pero en las últimas semanas, todo giraba en torno a los Berzatto.
— Lo tratan así porque siempre ha sido un tipo genial. Lo han tratado de llevar por el "buen camino" y todas esas cursilerías. Es la joya de la familia. —Marcel podía ver la calle que conducía al departamento de Jo frente a él; la había distraído lo suficiente para que ella no notara la desviación—. Lo conoces, chef culinario con su estrella Michelin y manos mágicas.
— Y ahora hace sándwiches para obreros, profesores y abuelas que van a jugar al bingo. Ironía de la vida... Si es una joya, debería volver a su lugar y dejarnos trabajar. No necesito su lección de francés aquí. —Jo buscaba en su bolso su espejo de mano y el labial rojo para retocarse el rostro, pero su mirada se clavó en la calle frente a ella—. Marcel, ¿quieres que te golpee? Da la maldita vuelta y ve directamente a The Beef.
Marcel frenó de repente, haciendo que Jo soltará un grito. Su amigo la veía con el rostro serio, su mandíbula apretada y los ojos bien puestos en ella, Jo se asustó y frunció el ceño mientras su mano, sacaba su dedo índice lo apuntaba como si fuese una madre apuntó de regañar a su hijo.
— Vas a subir a tu departamento, dormir unas horas, bañart... —Jo iba a interrumpirlo pero el hombre castaño le tapó la boca con su mano y le sonrió—. Hueles a cacahuates, gel anti bacterias y a asiento barato; hueles a aeropuerto. Vendré por ti para la hora del almuerzo, comeremos en The Beef, se lo dije a Richard, te prepara papas fritas.
Jo quitó la mano de su amigo sobre su boca, sonrió apretando los labios y asintió. A su vista se veía fuerte pero para los ojos de Marcel que veían sus claras ojeras, y ahora sus ojos cristalinos apuntó de soltarse a llorar, Jo no se veía fuerte, se veía exhausta, pero sabía que lo que había dicho le había quitado un poco de peso de encima. Marcel le acarició el rostro y la abrazó como pudo, después le subió las maletas a su departamento y se fue.
En ningún momento llamó a Richard, tampoco nadie sabía que Jo había llegado a Chicago, así que la merienda iba a ser más complicadas que siempre.
Marcel y Jo fruncieron el ceño mientras la mujer se cruzaba de brazos. Su abrigo color café hacía contraste con su pelo negro y sus labios rojos, a su lado Marcel, unas cabezas más alto que ella, se rascaba la nuca y soltaba un suspiro.
A su lejos "The Beef", con una larga cola de todo tipo de personas disfrazadas de personajes de videojuegos, con antorchas falsas o hachas que golpeaban las ventanas del restaurante.
— Ay dios, pero qué hicieron. —Jo apresuró su paso, alzando la mano para cruzar la calle casi corriendo, Marcel corrió apenas escuchó el pitido de un coche pasar a lado de Jo, casi arrollándola—. ¡Maneja bien, pedazo de mierda!
— ¡Puedes dejar de cruzar la calle como si estuvieses echa de ligas! —Le reclamó Marcel cuando cruzaron la calle, a unos cuántos pasos la fila interminable de nerds gritaban "Bell Braker" en ola—. ¿No es ese juego viejo que tienen en el comedor?
— Pensé que esa cosa era de adorno, ¿esa es una zanahoria gigante? —entre todo el bullicio, Jo se acercó mientras sonreía divertida.
La puerta principal del restaurante se abrió, y un hombre con un delantal azul salió en un intento de calmar al grupo de personas disfrazadas. Este intento resultó ser un error, ya que terminó siendo empujado por el hombre vestido como una zanahoria gigante después de que se le pidiera que dejara de golpear la vitrina. Marcel corrió cuando todo se convirtió en una pelea, tratando de separar a las personas, mientras Jolene gritaba pidiendo que se detuvieran. La verdad era que no le importaba mucho la pelea en sí, pero sí le preocupaba que estuviera ocurriendo justo afuera de su restaurante y quién era el idiota que se había metido con un grupo de nerds hambrientos armados con palos
Jo se sobresaltó cuando su mejor amigo lanzó una bala al aire, capturando la atención del grupo y deteniendo la pelea al instante.
— ¡Feliz Navidad, lagartijas! Parece que tenemos un verdadero problema. —Richie tenía un megáfono en la mano, y la otra sostenía una pistola negra que hizo que Jo cerrara los ojos y se masajeara las sienes con la mano derecha, pensando en la estupidez que estaba a punto de ocurrir—. ¿Alguno de ustedes, incel, seguidor de QAnon, usuario de 4chan o fanático del Snyder Cut, quiere abandonar la fila ahora, maldita sea? ¿Alguien? —El silencio se apoderó del lugar, devolviendo la tranquilidad—. Eso pensé...
Richard se detuvo por un momento cuando sus ojos se encontraron con los de su hermano, el único que no estaba disfrazado pero tenía la misma expresión confundida que todos en la fila. Marcel no dijo una palabra, simplemente hizo un gesto con la cabeza hacia arriba para que su hermano mayor mirara detrás de él. Richie, molesto por la interrupción de su grandioso acto, giró la cabeza para mirar detrás de él y se encontró con la mirada de la pelinegra, quien cruzó los brazos mientras soltaba un pesado suspiro y apretaba los labios.
— Oh, mierda... —murmuró Richie mientras bajaba el megáfono un poco—. Primo... —el hombre que parecía al borde del colapso y que había estado involucrado con la zanahoria gigante se acercó a Richard, ignorando completamente a la mujer detrás de él y parándose a su lado. Richie miró a Jo una última vez y volvió a hablar—. Vamos a tener un pequeño torneo aquí hoy. Nos vamos a comportar. No asustaremos a ninguno de nuestros clientes habituales. No los tocaremos, no los miraremos raro ni haremos ninguna de sus extrañas cosas, ¿de acuerdo? Deben comprar un combo de carne italiana para participar.
"¿Desde cuándo estamos vendiendo carne?" pensó Jo mientras su rostro se ladeaba para observar cómo su amigo divagaba y Marcel se acercaba a los dos hombres parados frente a ella.
Richard comenzó a calmar a la manada de nerds ofreciéndoles helados que no tenían y otras tonterías que hicieron que Jo persiguiera al hombre apenas entraron al restaurante. Marcel la siguió y, al cruzar la puerta, miró de reojo cómo Jo se abalanzaba sobre su hermano.
— ¿Qué demonios crees que estás haciendo? —la voz de Jo hizo que Richard se sobresaltara antes de que la más baja lo golpeara en el pecho, haciendo que él se quejara—. ¿Cómo se te ocurre disparar al aire en plena calle? ¿Eres idiota, Richie?
Parecía que para Jo no había nadie más en la diminuta entrada de The Beef, ya que su atención estaba totalmente centrada en regañar al mayor como si fuera un niño. En otro momento, a Richie y Marcel les habría parecido gracioso, incluso a Mikey le habría causado una gran carcajada ver cómo una mujer de 1.60 metros golpeaba a su mejor amigo. Pero Richie estaba enojado y estaba completamente serio cuando miró a Jo, quien se detuvo y lo miró con el ceño fruncido.
— Está no fue mi idea... —explicó Richie mientras se daba la vuelta y tomaba un montón de latas de tomate que Jo reconocía a la perfección—. Será mejor que dejes tus estupideces, y hagas el puto spaghetti, ¿entendiste?
Prácticamente le lanzó a los brazos las latas al hombre que Jo recién notaba. Era más alto que ella y tenía un rostro serio. Ambos se miraron, y él la ignoró por completo, volviendo su mirada a Richard, quien lo golpeó en la cara con unas palmadas en la mejilla y soltó un largo suspiro.
— Carmen, ella es Jolene. —Apenas escuchó ese nombre, Carmy miró de nuevo a la mujer que lo observaba con una ceja ligeramente alzada. Por alguna razón, sintió una vergüenza ajena que lo dejó sin palabras, humillado por lo que había dicho su primo y por la mirada de la mujer—. Jo, él es Carmen, el hermano de Mikey. Hablen de la mierda que tengan que hablar, no me interesa.
Sin más, Richie se alejó directamente hacía el comedor, donde se disculpó con una chica y luego desapareció. Marcel se quedó en silencio y siguió a su hermano, con la cabeza gacha.
Ninguno de los dos dijo nada. Carmy permaneció parado con los brazos ocupados con las latas y sintiendo cómo la circulación empezaba a fallarle debido a los bordes afilados de las latas. Jolene se quedó apretando el mango de su bolso mientras miraba al suelo y tragaba saliva.
— ¿Quieres que te ayude con el spaghetti? —preguntó casi temerosa. Carmy la miró, y Jo se dio cuenta del brillante color azul de sus ojos. Carmy asintió y forzó una sonrisa.
— Claro... —respondió él antes de darse la vuelta y dirigirse a la cocina.
Jo se detuvo un segundo, asomando la cabeza por el comedor y siendo recibida con una serie de gritos emocionados y chiflidos de bienvenida. Sonrió apretando los labios y se quitó al abrigo antes de caminar directamente a la boca del lobo.
Con las mangas hasta los codos, haciéndose una coleta alta en el cabello y una sonrisa ladina, Carmen Berzatto la esperaba frente a ella con los brazos libres y cruzados, mirándola fijamente. Apenas la tuvo enfrente, la miró unos segundos, analizando su rostro y en su boca se formó un: "¿podemos hablar?"
Jo asintió y ambos caminaron hasta el fondo de la cocina estrecha buscando un lugar cómodo para la incómoda conversación que iban a tener.
GIFSET BY MILA, doomkills
¿¡HOLA!? Tenía que subir el primer capítulo para presumir los gifs lindos de arriba que me hizo Milaaaa, aparte pásense por la galería que allá están también YYYY el que me hizo la marti (qué lo pondré en el otro episodio), QUE HIZO TREMENDO TRABAJO, le enseñé dos cosas en PS y la morra ya edits increíble, díganle que se haga un gif shop.
POR OTRO LADO, vengo a inaugurar a mi bebé precioso "honeypie" ahora sí, no saben las ganas que tenía de que está historia fuese lanzada, y agradezco tanto el apoyo y los comentarios lindos que me han llegado por ella, prácticamente es mi bebé está historia y estoy tan orgullosa, he aprendido a dejarle mi corazón en cada apartado de está historia xq yo la #1 de The Bear, y ando enamorada de Jeremy Allen— 😭😭😭
EN FIN, JO Y CARMY MIS PAPÁS QUE NO SE SABEN COMUNICAR (Marianne y Connell vibes)
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