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Miércoles.
"Omega, debo irme solo una hora, juro volver." suplicó el alfa.
Estaban en un berrinche de Tae.
Jungkook tenía que ir a la empresa para retirar algo sumamente importante pero obviamente, teniendo a su omega en celo, no iba a ser tan simple.
"No. Alfa se queda." el castaño jura haber escuchado a Felix gruñir.
"Hagamos un trato. Yo me voy una horita y cuando vuelva te hago muchos mimos por dos horas." ofreció.
"Bien. Si alfa vuelve con olor no duerme con omega." avisó.
Ah y otra cosa, el omega era super celoso durante sus celos. Odiaba cuando Jungkook volvía con el olor de alguna de las empleadas del lugar.
"Eso no va a pasar. Nos vemos, bonito." le dio un piquito en los labios y salió hacia su trabajo.
"Miren a quien tenemos por aquí; al alfa dominado." se burló Sehun.
"Te juro que si no tuvieras una alfa que seguramente me mata si te toco un pelo, ya te hubiera pegado."
"Intentelo. Yo no soy el perro faldero de Irene."
"De que eres perro, lo eres pero, lo faldero nadie te lo dijo."
"¡Ya! Cállese. ¿Cómo está Tae?" preguntó.
"Bien, muy insaciable, cariñoso y celoso."
"Es algo normal de nuestros lobos o bueno, a menos que seas Seokjin. Ese lobo es un alfa con olor dulce." el menor fingió un escalofrío.
Maldición, sí. Ese lobo está loco."
"Oh, mire quien viene allí, ¡Su fan!" Jungkook giró el torso a donde su amigo omega señalaba.
Oh no, la loca lo había visto y venía hacia él.
"Joder, ¿por qué me tuvo que ver? Ahora no me la saco más de encima." suspiró fuertemente, agarrandose la cabeza con ambas manos. Sehun al ver la escena se fue de allí y decidió buscar a su bonita alfa.
Sofia Chwe la hermanita menor del sub-jefe vernon, era una gran admiradora de Jeon.
El problema era que para ella no era un amor platónico -¡aunque se llevaran cinco años!- , ella amaba con todo su ser a Jungkook.
Y cuando se enteró que él tenía un omega se enfureció tanto que rompió más de un cuadro de la oficina del castaño.
"¡Hola, oppa! hace varios meses que no lo veía." se le intentó acercar pero Jungkook la alejó, su lobo no permitía que aquél olor a frutillas invadiera el olor a miel de su predestinado. "¡Cómo ha estado? ¿Ya se ha separado de su omega?"
Era tan intensa que irritaba. Jungkook intentaba ser amable pero, él sabía que no iba a durar mucho su paciencia.
"Eh, no. Sigo con Taehyung, es más, ahora mismo tengo que volver con él."
"¡Ay, oppa! Quedese un ratito muy chiquitito. Solo quiero conversar un poco con usted." el castaño sentía a su alfa gruñir y arañar en su interior, pidiendo por su omega, que ya estaba mandando señales por la marca.
"No puedo, Sun-hwa, lo siento. Me tengo que ir ahora mismo." la omega hizo un puchero pero rápidamente cambió su rostro a una amplía sonrisa.
"No se preocupe. ¿Lo puedo abrazar? Como despedida." sin esperar una negación o una afirmación, la chica se tiró en los brazos del alfa.
Jungkook olfateó y notó algo raro.
¡Lo había marcado con su olor! Fue la gota que colmó el vaso. Jungkook estaba furioso.
"¿Qué carajos te pasa? ¿Cómo se te ocurre marcarme con tu mugroso olor? Si sabes que yo tengo un omega que me ama demasiado. No te me acerques más, nunca me hables en lo que resta de tu misera vida, ¡Nunca!" finalizó con vos de mando, que casi nunca usaba.
La castaña se encogió en su lugar, levemente asustada y mostrando su cuello en señal de sumisión.
Jungkook se dio la vuelta del lugar y salió de su trabajo en busca de calmarse y quitarse ese horrible olor con su omeguita.
"¿Omega? ¿Dónde estás?" lo buscaba el alfa.
Lo encontró en el sillón, dormido mientras abrazaba una camiseta del mayor. Jungkook se sentía fallecer de la ternura.
"¿Alfa? ¿Qué tal te fue?" preguntó, aún dormido, el omega.
Jungkook se sentó en el sillón y levantó a su omega para sentarlo en sus muslos.
Mala idea.
El menor lo olfateó, notando enseguida otro olor.
"apestas a omega. No me toques, traidor." se levantó del regazo del mayor con bronca.
"Omega..." lo intentó agarrar de la cintura pero Taehyung salió corriendo a encerrarse en la habitación de ambos.
Ese día no durmió con su omega.
Quizás mañana el peliazul si lo querrá escuchar.
¡Gracias por leer! La historia no me pertenece, es una adaptación permitida.
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