40: Gracias.
Fallon se paseaba por la habitación de Alice, mientras hablaba y hablaba, y acariciaba su vientre de cinco meses. Alice se encontraba somnolienta en la cama, mientras la escuchaba e igualmente acariciaba su barriga de casi nueve meses.
Ambas embarazadas. ¿Divertido o tierno?
—Entonces, estaba pensando en decorar la habitación del pequeño Marcus azul con blanco, pero el imbécil insiste en que será mujer —Fallon suspiró, tirando al suelo la revisa de decoración de hogar.
—¿Imbécil? ¿Llamas a tu novio imbécil? Pensé que estabas enamorada —Alice sonrió con diversión.
—Sí, le quiero, pero es un imbécil, Alice.
—Convérsenlo. En mi caso, con Justin decidimos que Sophie dormirá con nosotros cuando nazca —se elevó de hombros—. Y claro, su habitación es blanca pero la decoraremos con cosas rosadas, luego cuando crezca no será un problema, puede cambiar los colores de su decoración —Alice pareció pensativa—. Eso podrían hacer ustedes.
—Sí, ya lo decidí. Ni siquiera le preguntaré al imbécil.
—Deja de decirle imbécil —Alice rió, le parecía divertido ver a Fallon enojada.
—Siento que nuestra relación, sin tanto sexo como antes se ha vuelto fría, de mi parte por lo menos. Él sigue siendo cariñoso y ¡ugh! me apesta —se dejó caer en la cama.
—No te entiendo, Fallon. Realmente no lo hago. Deberías estar agradecida de que un hombre que quizás al principio te quiso para sexo, ahora te ama, te cuida y te respeta. Muchas mujeres desearían tener un hombre así. En mi caso, con Justin las cosas fueron diferentes desde un principio, nos conocimos siendo unos niños, pero estoy tan agradecida de que siga a mi lado y me ame de la misma forma que yo a él. Eres una mujer suertuda, Fallon —miró a su amiga con seriedad—. Si el hubiese sido otro, ni siquiera se hubiera hecho responsable del bebé que llevas dentro.
Alice la conocía, sabía que Fallon lo quería pero era muy orgullosa y superficial algunas veces que no le gustaba admitirlo. A pesar de tod Alice sabía perfectamente que si Fallon no lo tuviera a su lado, lo extrañaría. Fallon era de esas personas que extrañan las cosas o las valoran cuando ya no las tienen.
—Sí, creo que tienes razón —se sentó afligida en el borde de la cama—. Creo que lo quiero —sus ojos se cristalizaron—. Rayos. Sí, lo quiero —rompió en llanto.
Alice soltó un gran suspiro. Sabía lo que le sucedía. Las hormonas de embarazada le estaban jugando una mala pasada. Se levantó de la cama y caminó hasta ella, la envolvió en sus brazos y le besó la frente sonriendo.
—Tranquila, Fallon, solo recuérdale lo mucho que lo quieres.
—Es que, he sido una perra con él —sollozó, abrazándose con fuerza de la cintura de Alice.
—Tranquila, cariño —le acarició la nuca.
Fallon lloró casi cuatro minutos seguidos y Alice solo le acarició la nuca en todo ese rato. Cuando Fallon se sintió mejor, sonrió y de la nada comenzó a hablar de otro tema completamente feliz. Alice se preguntó si ella en verdad era así de bipolar durante el embarazo.
—Iré por un vaso de agua —murmuró luego de unos segundos— ¿Quieres algo?
Alice negó con la cabeza.
—Estoy bien, gracias.
Fallon le sonrió levemente y luego a paso decidido, salió de la habitación de Alice.
Alice, quien últimamente no se había sentido muy bien, tomó su teléfono de la mesita de noche para distraerse un rato. Se dejó caer en la cama, como debería haber estado hace un rato. Justin le había dicho que no podía hacer fuerzas y debía descansar.
Notó que tenía varios mensajes en el buzón.
Jazmine Bieber: Ya estoy en Seattle. Mamá prácticamente me ha obligado a venir porque dice que ya estás por dar a luz.
Espero que estes bien, Alice.
Nos vemos xo.
Leonor Coleman: Hija. Esta tarde te iremos a ver con tu padre. Estuve hablando con Pattie e igual irán a la mansión. ¿Podríamos hacer alguna cena?
Respóndeme cuando puedas, cariño.
Alice suspiró. Estaba muy agradecida de que su familia y la familia de Justin se preocuparan por ella, pero en eso momentos lo menos que quería eran visitas, solo quería estar con Justin y los niños.
Justin: ¿Cómo te sientes? Aún te duele la espalda?
Le respondió en seguida.
Alice: Estoy recostada. Fallon llegó a hacerme compañía.
¿Qué tal el día?
Justin: Estoy cansado. Necesito de esos masajes tuyos, o quizás algunos besitos.
Alice: Te amo.
Justin: Yo igual.
Alice: Me duele el vientre.
Justin: ¿Necesitas que vaya a la casa?
Alice: No te preocupes. Solo son pequeñas contracciones.
Justin: Tengo un presentimiento.
Alice: Mis padres y los tuyos se han puesto de acuerdo. Quieren venir a cenar esta noche.
Justin: Ugh, quiero tranquilidad.
Alice: Créeme, yo igual.
Justin: Nos vemos en unas horas, cariño. Me llaman.
Alice: Te amo.
Justin: Te amo con todo mi corazón.
Alice soltó un suspiro de enamorada al mismo tiempo que otra contracción le venía. Se tomó del vientre con fuerza.
—Me encontré con Isabell, cada día está más dulce —Fallon entró a la habitación—. Realmente admiro a esta mujer, es una mujer que se ha esforzado toda su vida. Es como la segunda madre tuya y de Justin. Se ha dedico a cuidar de Justin toda su vida y ahora lo está haciendo con sus hijos ¿Quién lo diría? —rió— Me gustaría haber... ¿Oh Dios mío? ¡Alice! ¿Estas bien?
Alice sin poder hablar, negó con la cabeza. Aguantando todo el aire.
—Las contracciones me vienen fuerte.
Fallon dejó el vaso con agua en la mesa y como pudo tomó la mano de Alice para ayudarla a sentarse.
—¡No! !Ugh! —Alice gritó por el dolor, poniendo a Fallon mucho más nerviosa de lo normal.
—¡Alice respira hondo! Tengo que llamar a Justin, ¿dónde....
—¡Fallon! —Alice gritó— Mis piernas están mojadas.
—¡No, no! —Fallon suspiró y abrió la puerta de la habitación en seguida— ¡Isabel! ¡Isabel! —gritó.
—¡Llama a Justin! —Alice se tocó el vientre, tratando de respirar profundamente.
Isabel apareció en la habitación en seguida. Sorprendiéndose en cuanto analizó lo que estaba sucediendo.
—Fallon, encárgate de los niños y llama a Justin —le ordenó.
Fallon asintió, saliendo de la habitación desesperada.
Alice aún se encontraba quejándose del dolor.
—Ya hemos pasado por esto, Alice. Tranquilízate —Isabel le acarició el cabello—. Cambiaremos tu ropa, Justin vendrá por ti. Todo estará bien. Sophie va a nacer hoy.
—Eso no me tranquiliza, Isabel —lloriqueó—. Me duele demasiado.
—Tranquila, princesa —Isabel le besó la frente.
Los dolores de Alice se calmaron por unos minutos, y en ese momento aprovechó para cambiarse ropa con la ayuda de Isabel.
Justin llegó a la mansión tan rápido como pudo y literalmente corrió por las escaleras hasta la habitación.
—Estoy bien, estoy bien —Alice sonrió levemente contra sus labios.
—Vamos, ya avisé en el hospital y están preparando todo para recibirte.
Alice asintió y con la ayuda de Justin se levantó de la cama. Justin no la dejó caminar, siendo algo extremista y cargándola en sus brazos hasta el auto.
—Isabel viene con nosotros, Fallon —miró a su amiga en la entrada de la casa— ¿Podrías cuidar a los niños y por favor llamar a mis padres y a lo de Alice para avisarles?
—Yo me encargo, vayan tranquilos —asintió.
—¡Te amamos, mami! —Alex y Madison se despidieron elevando su mano.
Alice sonrió con emoción y les lanzó un beso desde la ventana. Justin besó la mejilla de cada uno y luego se subió al auto.
—Tranquilízate, ¿bueno? —acarició la pierna de Alice en el copiloto, mientras le sonreía.
Alice asintió, tratando de devolverle aquella sonrisa.
—¡Aquí vamos!
Al llegar al hospital. Un equipo se encontraba esperando por Alice. La estabilizaron en una de las habitaciones para que una ginecóloga la pudiera revisar. Justin e Isabel permanecieron con ella todo el tiempo, incluso cuando la ginecóloga la reviso y las enfermeras le pusieron la epidural. Ahora solo se encontraban esperando a que vinieran nuevamente las contracciones y a que Alice estuviera bien dilatada para poder dar a luz naturalmente.
Llegó toda la familia. Incluso hasta las primas de Alice aparecieron por allí; pero nadie entró a verla porque quería estar tranquila, excepto Leonor y Pattie, quienes realmente tenían derecho a verla. Se marcharon exactamente cuando los dolores de Alice volvieron. Solo quería estar con Justin y nadie más.
Justin se quedó acariciándole la mano, mientras le susurraba que todo iba a estar bien y que estaba muy emocionado por conocer a su tercer hijo.
—¿Cómo crees que será? —susurró, mirando a Justin con una pequeña sonrisa.
—Oh será la copia exacta de Madison o será como Alex en versión mujer —Justin rió, acariciando esta vez el vientre.
—Presiento que será como Alex en versión mujer —la voz de Alice fue interrumpida por su propio quejido.
—No te preocupes, siempre podemos crear un hombre que sea como Madison —Justin elevó ambas cejas.
—¿Ugh? ¿Más hijos? —Alice se quejó.
—Tienes veintiocho años, Alice —Justin le besó el vientre—. Somos jóvenes aún, no quiero que te operes. Realmente espero que tengamos otro hijo en unos años.
Alice no pudo evitar reír y le acarició la mejilla.
—Siempre soñé con tener cuatro hijos —acarició los labios de Justin con la yema de sus dedos.
—Entonces tendremos cuatro —él se levantó de la silla y se inclinó para poder besarla—. Te amo mucho, Honey.
Alice estaba dispuesta a responderle, pero en esos momentos la ginecóloga entró a la habitación.
—Lamento interrumpir —le sonrió a ambos—, pero es hora de ir a pabellón. Alice ya está en las condiciones necesarias para realizar el parto normal.
—Gracias, Adelina —Justin asintió.
Obviamente la conocía, eran colegas de pabellón.
—¿Asistirás el parto?
—Claro que lo haré —respondió.
—Deberías ir a cambiarte para poder empezar.
Justin asintió y besó brevemente los labios de Alice antes de salir.
Adelina miró a Alice con una sonrisa, antes de que las enfermeras entraran a la habitación y se encargaran de llevarla hasta el pabellón.
Todo pasó demasiado rápido para Alice. Vio como todos se arreglaban y ordenaban algunas cosas. Se sentía incómoda, necesitaba a Justin. Por esa razón, cuando vio una figura masculina, entrar con mascarilla, guantes y ropa de cirujano, sonrió, reconoció sus ojos mieles a la distancia.
—Estoy aquí contigo, tranquila —susurró en su oído cuando llegó hasta ella.
Alice asintió, al mismo tiempo que sus ojos se cristalizaban, estaba emocionada.
—Vamos a proceder, Alice —Adelina apareció—. Necesito que seas fuerte. Deberás soportar el dolor y pujar con fuerzas. Todo esto es contribución tuya. Mientras más consciente lo hagas, más rápido tu hija saldrá.
Alice asintió, apretando con fuerza la mano de Justin. Él sonrió y le besó la frente.
—Aquí vamos.
El corazón de Alice salió disparado, se quedó mirando lo ojos de Justin en todo momento, mientras esperaba a que le diera las instrucciones.
Adelina miró a Justin luego de unos minutos y asintió hacia él. Justin supo lo que tenía que hacer, por lo que bajó hasta la altura de Alice y luego de besarle la mejilla susurró en su oído;
—Hazlo, Honey. Comienza suave.
Alice volvió a apretarle la mano con fuerza y comenzó con su trabajo. Soltó un gran quejido, mirando a Adelina, quien estaba concentrada allí abajo.
—Sigue, Alice —le pidió—. Vamos bien.
Alice sollozó con fuerza mientras seguía pujando. Con fuerza, sin respiración, solo concentrada en su objetivo.
—Sigue, Honey. Lo estás haciendo bien —Justin susurró luego de unos segundos. Mientras le acariciaba la frente.
—Veo la cabeza, Alice. No podemos tardar, sigue por favor —Adelina seguía incentivándola.
Alice gruñía con fuerza, incluso se llegaba a levantar de la camilla con toda la fuerza que hacía. Veía borroso, sentía que ya no podía más, no creía seguir haciendo fuerza, pero fue cuando estaba por caer en la camilla, cuando un fuerte llanto se escuchó por toda la sala. Exhaló con fuerza, buscando aire, mientras escuchaba a todos murmurar a su alrededor.
—Seis de la tarde con dos minutos cinco segundos —murmuró la enfermera.
Justin soltó la mano de Alice y caminó hasta Adelina, con los ojos aguados.
—Felicidades, Bieber —Adelina le entregó a la pequeña envuelta en una toalla.
Justin la miró asombrado y luego bajó sus ojos hasta la pequeña criatura. Quedando completamente embobado. Era pequeña y lloraba con bastante fuerza. Justin sollozó en silencio, sin dejar de mirarla.
—¡Estabilicen a la madre!
Miró a Alice en seguida. Estaba con los ojos cerrados, tratando de buscar aire. Justin le entregó la bebe en seguida a la enfermera y caminó hacia ella.
—¡Alice despierta! —la llamó.
Pero ella estaba demasiado cansada.
—¡Alice! —gritó, tomándole la mano con fuerza para tomarle el pulso.
Adelina sacó a Justin de allí y tomó la cara de Alice entre sus manos.
—Tranquilízate, Justin. Solo esta decaída por todo el esfuerzo, mírala, está bien —sonrió.
Justin soltó un gran suspiro cuando los ojos verdes de Alice se toparon con los de él.
Adelina tomó a la bebé entre sus brazos y se la entregó a Alice, quien lentamente abría más sus ojos.
—¡Felicidades! —Adelina miró a Justin y a Alice antes de retroceder.
Justin dejó un beso en la frente de Alice y sonrió al escucharla sollozar en silencio.
—Es hermosa —sollozó.
—Es igual a ti —Justin le besó la mejilla—. Es hermosa.
La pequeña Sophie se encontraba llorando con fuerza.
La enfermera se acercó algo tímida; pero Alice le hizo el trabajo mucho más fácil al entregarle a la bebé. Sabía que tenían que lavarla.
Justin se bajó la mascarilla y bajó la de Alice para poder unir sus labios con los de ella.
—Te amo demasiado —susurró.
—Justin, Sophie acaba de nacer —murmuró con una sonrisa, aún sin poder creerlo.
—Así es, Honey. Nuestra tercera hija acaba de nacer —se rió con fuerza.
Estabilizaron a Alice en su habitación, mientras Justin volvía al pasillo en donde estaba toda la familia. Todos lo abrazaron y lo felicitaron para luego llenarlo de preguntas. Se rió y respondió a cada una de ellas. Tanto Jazmín, como su madre y Leonor se encontraban llorando de la emoción, mientras su padre y el de Alice le palmeaban la espalda. Todos se acercaron a ver a la pequeña Sophie por la ventana que mostraba a los recién nacidos y no tardaron en empezar a exclamar lo hermosa que era.
—Volveré con Alice, nos vemos en un rato —se despidió.
Todos asintieron y continuaron mirando a la bebé.
Entró a la habitación, encontrándose con Alice en la camilla. Al parecer le habían cambiado ropa, ya que lucia mucho más diferente.
Alice sonrió hacia Justin en cuanto lo vio y esperó hasta que él estuviera a su lado.
—¿Cómo te sientes, preciosa? —no tardó en tomarle la mano para acariciarla.
—Muy cansada —respondió, somnolienta.
—Lo has hecho increíble —sonrió.
Los ojos verdes de Alice brillaron ligeramente al encontrarse fijamente con los mieles de Justin. Volvió a sonreír, para corresponder a Justin, y estiró su mano para acariciarle la mejilla.
—Gracias por estar conmigo, siempre, a pesar de todo —murmuró.
—No tienes que agradecerme nada, Alice. Jamás —se inclinó hacia ella y con su nariz acarició la mejilla de Alice.
Ella giró su cara para poder encontrarse con sus labios, y se besaron un largo rato.
—Lamentó interrumpirlos.
Ambos se separaron, encontrándose con la enfermera, que sonreía mientras empujaba una mini cuna.
—Muchas gracias, yo me encargo —Justin asintió.
La enfermera salió de la habitación, dejándolos finalmente solos, a los tres.
Justin tomó a la pequeña bebe en sus brazos y caminó lentamente hasta Alice.
—Hola, princesa —le tomó la pequeña manita—. Bienvenida al mundo, un mundo imperfecto y lleno de problemas, pero que yo mismo me encargaré de hacerlo mejor para ti —susurró.
La pequeña Sophie se removió desesperada en los brazos de su padre.
—¿Tienes hambre, Soph? —susurró— Ve con tu mami.
Alice, completamente conmocionada con la escena. Recibió a la pequeña en sus brazos y finalmente tuvo el tiempo de admirarla. Claramente lucia igual que todos los bebes recién nacidos, pero como su madre, podía decir que le encontraba algo más especial que a los demás. Era muy blanquita y casi no tenía cabello, por lo que supuso que su cabello sería castaño claro como el de Justin cuando creciera.
—Es hermosa —susurró casi en silencio.
Justin asintió con una sonrisa.
—Es igual a Madison cuando nació —Justin le acarició el cabello a Alice.
Sophie comenzó a llorar de la nada, moviendo su cuerpo con fuerza hacia todos lados. Alice supo en seguida que tenía hambre. Bajó su camisón y acercó a la pequeña hasta ella. Sophie en seguida comenzó a succionar del seno de Alice, quedándose completamente en silencio, haciendo reír a Justin.
Alice sonrió hacia él, pero su cara se desformó ligeramente cuando vio las lágrimas en las mejillas de este.
—¿Qué sucede, cariño?
Justin la besó sin previo aviso, sorprendiéndola bastante, pero se tuvieron que separar porque la pequeña comenzó a llorar nuevamente.
—Es celosa —Justin sonrió ligeramente.
Sophie se quedó en silencio nuevamente.
—Gracias por todo esto, Alice —le acarició la mejilla, mirando con adoración los ojos verdes de la castaña—. Gracias por quererme de la misma forma en que yo te quiero, gracias por soportarme todos estos años, gracias por perdonarme, gracias por darme tres hijos hermosos, gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo. Te amo demasiado, Honey. Como jamás en la vida pensé amar a nadie más —susurró sobre sus labios—. Te amo con todo mi corazón.
Alice secó sus lágrimas con el dorso de su mano y recargó sus frente contra la de Justin, sin dejar de mirarlo.
—Yo también te amo con todo mi corazón, cielo —lo besó brevemente.
Justin la abrazó y besó tiernamente su cabeza, antes de sonreír y quedarse en su compañía, mientras veían como la pequeña Sophie se alimentaba por primera vez en brazos de sus padres.
Lo habían decidido y lo habían cumplido. Ambos se sentían llenos de amor y felicidad. Finalmente podían llamar todo esto una nueva etapa, en donde ambos esperan ser feliz eternamente y juntos, con sus hijos y nadie más, porque nada más hacía falta. Sentían que lo tenían todo mientras permanecieran unidos y amándose de la misma forma en que ya lo hacían. Porque al final de todos, ambos eran el cielo de otro y eso jamás cambiaría.
🍯🍯🍯
Honey
Justbiebssg.
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