35: Triste secreto.
La alarma sonó a las diez de la mañana, despertando a Alice con un gran susto. Se llevó la mano al pecho y cerró sus ojos, tomando una respiración profunda. Al mismo tiempo los rayos de sol que se colaban por la ventana, le daban Justo en los ojos, causándole bastante malestar.
No tardó en reconocer la habitación en la cual se encontraba, aquellas magníficas mamparas de vidrio que daban a la ciudad no podían pertenecer a ningún otro lugar que no fuera el penthouse de Justin. Sintió como los cálidos brazos que rodeaban su cintura, la apretaban con más fuerza, de forma que sintió toda la anatomía de Justin pegarse a ella por la espalda. Se mordió el labio sin poder evitarlo, sonrojándose levemente y sonriendo en grande.
—¡Buenos días! —Justin bostezó, gruñendo, aún bastante adormilado.
Alice se giró, quedando frente a él y se acercó a sus labios para besarlo, le apetecía uno de esos besos lentos y profundos que solo Justin sabía dar.
—¿Has dormido bien? —los mieles ojos de Justin, aún adormilados y más claros que nunca gracias al sol que se colaba por la ventana, se entreabrieron mientras la miraba con una sonrisa.
—Sí —se recostó en su pecho desnudo, sintiendo su cálida piel.
Justin se mordió los labios, mirándola con una sonrisa y comenzó a acariciarle la espalda suavemente.
Ambos se quedaron mirando por un largo rato, sin decir nada, solo mirándose a los ojos fijamente, como si fuera lo único que supieran hacer. La noche anterior habían ido a cenar con los niños a un restaurante que solían visitar constantemente tres años atrás. Después de eso habían llegado al Penthouse de Justin porque los niños se habían quedado dormidos en el restaurante y el hogar de Justin era el más cercano. Justin los había dejado en sus respectivas habitaciones que ellos tenían en el Penthouse, y luego de eso se había encerrado en su habitación con Alice, en donde se dedicaron a hacer el amor la mayor parte de la noche.
—¿Estas concierne de que son las diez de la mañana y recién hemos despertado? —Alice preguntó, mirándolo algo sorprendida con la hora.
—Ha sido una larga noche —elevó ambas cejas, haciéndola reír—. Tenemos una gran excusa, Honey.
Alice rodó los ojos y dejó un leve beso sobre el pecho de Justin.
—¿Puedo tomar un baño en tu ducha? —Alice elevó una ceja.
—Tengo problemas con el agua —Justin suspiró—, se corta Quizás podríamos tomar la ducha juntos, para ahorrar agua y tiempo —elevó ambas cejas.
Alice comenzó a reír y negó levemente con la cabeza; —No ahorraríamos nada.
—Claro que puedes usar la ducha, mi amor —Justin susurró, atrayéndola hasta sus labios.
Alice soltó un suspiro contra la boca de Justin, mientras él se dedicaba a succionar de su labio inferior con bastantes ganas.
Cuando finalmente se separaron, Alice le besó la mejilla y luego se sentó en la cama, cubriendo sus senos con el borde de la sabana.
—Aquí tienes —Justin le entregó una bata que descansaba en el respaldar de la cama.
Alice se la puso antes de salir de la cama y cuando se aseguró de que no se le veía nada, cosa realmente estúpida ya que se le había pasado desnuda toda la noche, corrió hacia el baño de Justin en puntitas.
Justin solo rió y negó con la cabeza. Soltó un gran suspiro y finalmente se levantó de la cama, envolvió una toalla en sus caderas y salió de la habitación solo para comprobar que los niños seguían durmiendo. Volvió a su habitación y esperó hasta que Alice saliera del baño con una toalla en la cabeza, para poder entrar y tomar una ducha él.
Alice se vistió con unos pantalones de Chandal de Justin y uno de sus grandes hoodies. Sin ropa interior, porque no había manera de que usara la ropa del día anterior. Salió de la habitación y lo primero que hizo fue despertar a los niños, para que se vistieran y fueran a desayunar.
Caminó hasta la cocina del Penthouse, y luego de varios minutos buscando por comida, encontró cereales, yogurt y leche, dejó todo sobre la mesa, para que los niños pudieran desayunar.
—¿Por qué nunca cocinas mami? Siempre cocina Isabel o Papi —Alex preguntó, sentado en la esquina de la mesa, mirando a Alice con sus grandes ojos verdes.
Alice rió al ver que Alex tenía un gran bigote de leche, por lo que le entregó una servilleta.
—Porque no sé cocinar y no lo hago bien, Alex —se elevó de hombros.
—¿Pero por qué la gente suele decir que la comida de la mamá es la mejor? —está vez Madison preguntó— Nunca hemos probado comida preparada por ti, mamá.
—No lo sé, Madison. Tu abuela Leonor jamás me enseñó a cocinar, y las veces que traté, gracias a Dios no provoqué un accidente —se elevó de hombros.
En ese mismo momento, Justin entró a la cocina, luciendo también un hoodie como el que estaba usando Alice, pero él llevaba unos jeans y zapatillas.
—¡Buenos días, niños! —besó la frente de cada pequeños con una sonrisa.
—¡Buenos días, papi! —respondieron al unísono.
Justin se sentó frente a Madison y tomó su tazón para servirse un poco de leche. Empezó a desayunar en silencio, mientras escuchaba la platica de los niños.
Estaba bastante concentrado en el apetito que tenía, ni siquiera había escuchado a Alice hablar, y fue ahí, cuando la miró, que notó que Alice no estaba comiendo nada, y solo se dedicaba a mirar a los niños con una sonrisa.
—¿No comerás, Alice? —puso un tazón con leche frente a la chica.
Alice giró su cabeza hacia él y negó lentamente.
—No tengo hambre.
—Mami, tu siempre me dices qué hay que desayunar para ser inteligente —Alex la miró con el ceño fruncido—, ¿no quieres ser inteligente?
Justin elevó una ceja, también esperando la respuesta de Alice.
—Es solo que no me apetece tomar leche o comer yogurt —se elevó de hombros.
—¡Puedes tomar un té! —Madison sonrió.
—La leche con cereales es tu desayuno favorito —Justin la miró con el ceño fruncido—. Ya, vamos, cariño, dime que tienes, ¿Por qué no quieres comer?
En realidad Alice no tenía excusa, solo no le apetecía comer nada de lo que estaba sobre la mesa.
—¿Cariño? —Madison elevó las cejas, mirando a su papá con confusión— Pensé que tú y mamá eran amigos.
Alice suspiró, llevándose una mano a la cabeza, pero decidió ignorar aquella pregunta de Madison.
—Me gustaría comer pastel de chocolate a estas horas, quiero algo dulce, no quiero comer cereales, creo que ya me aburrieron —se elevó de hombros.
—No es posible que tengas ganas de comer algo tan dulce a estas horas. El lunes te irás a hacer los chequeos al hospital, quizás tienes alto los niveles de azúcar en la sangre —Justin la miró con preocupación—, ahora come, cariño, te hará bien.
Alice soltó un suspiro y finalmente tomó el tazón con leche y los llevó a sus labios. Sabía que Justin insistiría hasta que ella comiera.
Él solo sonrió, satisfecho con aquella acción, por lo que decidió seguir comiendo para acabar con su comida.
—¿Papi, por qué no vives en la casa con nosotros?
Justin terminó escupiendo toda la leche. Alice en seguida le golpeó la espalda y le pasó un pañuelo para que se limpiara.
Madison rió disimuladamente y Alex solo miró a sus padre con diversión.
—¿Estas bien? —Alice lo miró preocupada.
—Sí —tosió, mirándola, transmitiéndole toda preocupación con una sola mirada—. Sí, estoy bien —tosió nuevamente.
—Papi, Alex te hizo una pregunta.
Alice soltó una gran suspiro y miró a los niños con cansancio. Les iba a responder, les iba a responder para que los niños finalmente dejaran de preguntar, los conocía, sabía que ellos no olvidarían el tema, eran bastante inteligentes para eso.
—¿Qué es lo que quieren saber? —los miró a ambos, con seriedad.
Alex se hizo pequeño en la mesa, Justin la miró sorprendió y Madison solo sonrió.
—¿Por qué Papi no vive en la mansión, y por qué tú una vez dijiste que él era tu amigo, y por qué ayer se besaron en el ante jardín? —Madison elevó sus ojos mieles hasta Alice, con bastante curiosidad.
Los ojos de Justin estaban completamente abiertos. Jamás pensó que Madison fuera capaz de captar todo eso en su pequeña cabeza de seis años.
—Madison —Alice suspiró, sin saber por dónde empezar. También se encontraba bastante sorprendida—, con tu padre... Mmmm, nosotros...
—¿Son novios o no son novios? —la pequeña miró a Justin y luego a Alice con simplicidad.
—Lo somos, Madison —Alice susurró—. Estamos casados, somos tus padres.
—¿Entonces por qué papi vive aquí? —Alex elevó una ceja.
Justin miró a Alice algo preocupado, solo esperaba que aquella conversación no fuera tan profunda.
—Estuvimos enojados un tiempo, eso es todo.
—Pero yo no recuerdo que papi haya vivido en la casa con nosotros —el pequeño frunció sus cejas.
Era obvio que Alex no lo haría, el tenía apenas dos años cuando Justin y Alice se separaron.
—Eras pequeño, no lo recuerdas —Justin lo miró.
—¿Eso quiere decir que estuvieron separados mucho tiempo? —Alex miró a sus ambos padres con su ceño frunció, luciendo adorable.
—Algo así, cuando seas más grande te explicaremos mejor —Justin quiso dar por terminado el tema.
—Entonces ahora que están juntos —Madison a calló un momento, antes de elevar sus ojos y preguntar—; ¿Papi volverá a la casa?
Justin tragó duro, mientras sentía que ya no tenía esperanzas en que los niños dejaran el tema. Sin saber que responder, miró a Alice con algo de preocupación, pero esta sensación abandonó su cuerpo y fue reemplazada con alivio cuando la escuchó responder con simpleza;
—Exactamente, Madison. Tu padre volverá a la mansión.
Alice giró su cabeza para mirarlo con una sonrisa, y Justin aún sin poder creerlo, la tomó por las mejillas y la besó con fuerza, ahí, frente a los niños, quienes se miraron y se rieron disimuladamente mientras veían a sus padres compartir un tierno y corto beso.
Pasaron el día en el Penthouse de Justin todos juntos, almorzaron, vieron películas y luego cuando ya eran las siete de la tarde Alice decidió que era hora de volver al penthouse, cosa a la cual Justin ni puso resistencia. Ambos estaban felices, exactamente porque todo se sentía igual o mejor que años atrás cuando eran más que felices juntos.
Llegaron a la mansión, los niños bajaron corriendo del auto y se metieron a la casa. Alice y Justin se encargaron de llevar los bolsos hasta la casa.
Era sábado, era una noche de sabado perfecta para quedarse en cama. Ya que se había largado la lluvia sobre la ciudad.
—¡Quédate conmigo hoy! —Alice le rodeó el cuello a Justin, acercándolo hasta ella.
—Uff, que oferta tan tentadora —la abrazó por la cintura.
Se quedaron mirando fijamente, en silencio, sonriendo. Estaban ambos metidos en su propia burbuja, y el ruido de la lluvia creaba una atmósfera aún más acogedora.
—Tienes que volver a vivir aquí, conmigo —Alice dejó de sonreír, están vez dándole a entender que hablaba totalmente en serio—. Esta es tu casa.
—¿Hablas en serio? —Justin también dejó de sonreír— ¿No crees que es muy luego?
Alice frunció sus cejas.
—¿Tú crees que es pronto? —se sintió algo desilusionada.
Justin lo notó, los ojos de Alice se habían apagado lentamente.
—No, no lo creo —la tomó por las mejillas—. Solo te pregunto porque no quiero que te sientas presionada, sabes que lo que más me encantaría es dormir contigo todas las noches y volver a vivir con los niños —recargó su frente contra la de ella.
—Yo estoy segura de lo que estamos haciendo, Justin. Sabes que de lo contrario esto no hubiera sucedido —hizo una mueca.
—Lo sé, mi amor —finalmente le besó los labios—. Lo sé.
Alice asintió y se volvió a abrazar de él. Inhalando su olor, mientras el estómago se le revolvía con miles de sensaciones.
Justin buscó los labios de Alice, y cuando los encontró, succionó de ellos con fuerza, dándole un beso bastante fogoso.
—Te amo —susurró.
—Yo más —metió su mano por debajo de la camiseta de Justin solo para acariciarlo.
Se sintió un motor fuera de la mansión. En seguida se separaron y se miraron algo curiosos. Segundos después, se sintieron fuertes golpes en la puerta.
—Yo voy —Justin avisó.
Alice asintió, lamiéndose los labios y cruzándose de brazos para esperar a que Justin abriera la puerta.
Fallon, junto a Josh, entraron a la mansión con varias bolsas, riendo y saludando animadamente a Justin.
—¡Hola! —Fallon gritó emocionada— ¡Tía Fallon ha llegado, niños!
Alice se llevó una mano a la cabeza, soltando un gran suspiro, se tranquilizó y recién ahí pudo sonreír levemente.
—Los niños deben estar durmiendo —miró a Fallon con una ceja alzada—. No hagas ruido.
—Hola, preciosa —Josh se acercó a besar la mejilla de Alice.
—¡Josh! —ella respondió emocionada, hace bastante tiempo no veía a su querido amigo Josh.
Justin elevó una ceja, cruzándose de brazos.
—¿Qué hacen aquí? —musitó.
—¡Uy! ¡Que pesado! —Fallon abrió las bolsas y sacó varias botellas de cerveza— ¿Interrumpimos algo?
—Sí —aclaró.
Alice negó con la cabeza, y miró a Justin con reproche.
—No seas pesado —le susurró en el oído.
—Hemos venido a celebrar —Josh se elevó de hombros, observando de reojo como Alice se abrazaba del torso de Justin.
—¿Y qué vamos a celebrar? —Justin elevó una ceja, tomando la cintura de Alice con posesión.
—Solo hemos querido celebrar —Fallon destapó una cerveza y no tardó en llevar la botella a sus labios.
—Bueno, entonces todos tendremos que celebrar —Alice rió.
Josh se mordió el labio inferior, notando la molestia plasmada en la cara de Justin. Se preguntó qué le sucedía si días atrás ambos habían estado de lo mejor compartiendo en el hospital; pero lo que sucedía, era que Justin no podía evitar sentir celos cuando veía a Josh mirar a Alice, y eso había comenzando exactamente después de que Josh le confesara sus sentimientos de toda la vida hacia Alice.
—¿Qué tal va el fin de semana, han hecho algo más entretenido aparte de follar? —Fallon se recostó en el sofá con total confianza.
—No —Justin miró a Josh.
Las mejillas de Alice se sonrojaron, Fallon rió, y Josh solo negó con la cabeza, ya entendía lo que le sucedía a Justin.
—Yo necesito encontrar un novio —Fallon murmuró—. Yo creo que me iré a Canadá y viviré con tu hermana, Justin. Yo sé que Jazmín me puede presentar a...
—Oh por Dios, cállate —Alice la molestó golpeándole el hombro.
—Lo siento, tu tienes un pene todos los días, yo solo cuando voy a Nueva York y hace más de tres meses que no visito aquella ciudad, tengo derecho a reclamo —Fallon hablaba con total seriedad.
—Fallon, eres asquerosa —Josh la miró con las cejas fruncidas.
—Cállate, no tienes derecho a decirme asquerosa cuando todos los días te follas a una paciente diferente, además son viejas —la pelinegra frunció sus cejas, en señal de asco.
Justin y Alice no pudieron evitar reir, por lo que Josh solo rodó los ojos.
—Fallon solo sabe hablar de sexo. Hay cosas más importantes en la vida —Alice la miró.
—¿Cómo cuales? —Justin miró a Alice con una sonrisa— Para mi lo más importante es hacerte el amor, apoyo a Fallon.
—¡Justin, Basta! —Alice lo miró, con las mejillas totalmente ardiendo.
Justin se rió y tiró de ella para abrazarla.
Josh soltó un suspiro y siguió bebiendo de su botella. Bueno, digamos que los celos también estaban invadiendo al pobre Josh. Todos los años que Justin y Alice estuvieron casados, Josh tuvo como una especie de bloqueo ante sus sentimientos, pero esta vez era distinto, y no le gustaba para nada el sentimiento de celos que estaba sintiendo, no era sano.
—Solo digo la verdad —le besó la frente.
—No necesitas decirlo frente a todos —lo miró.
Fallon elevó la cejas, pero luego desvió su vista hasta Josh, notando que ya iba en su segunda botella.
—Hey, Joshito. No bebas tan rápido —advirtió.
—Uy, mami —Josh fingió terror.
—Hey, soy yo la que tendrá que llevarte a la cama si es que te emborrachas.
—No me emborracharé con dos botellas de cerveza o más —Josh rodó los ojos.
—¡Tú eres el que manejas! —Fallon dramatizó.
—Josh tiene poca tolerancia al alcohol —Justin colaboró.
—Hey, déjenlo beber tranquilo —Alice se metió—. Se pueden quedar a dormir aquí.
—¿Qué? —Justin giró su cabeza con rapidez.
—Ya lo han hecho antes —Alice se elevó de hombros.
—Gracias, Alice. Te amo mucho —Fallon la abrazó.
Alice se limitó a reír y a negar con la cabeza.
Así pasaron la tarde. Alice y Fallon hablaban y hablaban de diversos temas, Justin se limitó a hacer algunos comentarios ya que los celos se le habían pasado de apoco, sentía que no era necesario ser tan pesado. A diferencia de Josh, a quien se le había cambiado por completo el semblante e iba en su primer vaso de whisky. Él mismo le había pedido whisky a Justin, y por algún motivo en el bar de la mansión había una botella de aquel trago.
—Josh deja de beber —Fallon bostezó, estaba un poco pasada de tragos.
—Estoy bastante bien —Josh negó con la cabeza.
—Ambos están pasados de copas —Alice, quien estaba abrazada a Justin, se alejó de él y miró a sus dos amigos.
—Estoy seguro de que si alguno de los dos se levanta, se marearán —Justin elevó ambas cejas.
—¡Claro que no! —Fallon soltó una carcajada y posteriormente se levantó del sofá.
Justin fue rápido, se levantó del sofá en menos de tres segundos y alcanzó a agarrar a su amiga por la cintura. Alice se llevó la mano a la boca y soltó un pequeño grito.
—Llévala a la habitación, Justin —lo miró con algo de preocupación.
—Tonterías, yo me voy a mi departamento —Josh igualmente se levantó, tambaleándose por completo cuando estuvo de pie, pero alcanzando a agarrase de un mueble.
—No te irás en este estado, Josh —Alice caminó hasta él en seguida, tomándolo por la cintura para darle apoyo.
—Claro que me iré, Alice —sus ojos marrones miraron los de Alice con anhelación.
—No dejaré que te vayas, claro que no —Alice le sostuvo la mirada con firmeza.
—Está bien, me quedaré —Josh soltó un suspiro—. Solo porque me lo pides tú, preciosa.
Justin se giró en seguida, sintiendo su pecho arder en celos. Miró a Josh con enojo, pero no le sirvió de nada, ya que Josh estaba con los ojos entrecerrados mirando a Alice.
—Justin, lleva a Fallon a la habitación que está al lado de la de Madison —Alice ordenó—; yo me encargaré de Josh.
Justin estaba dispuesto a protestar, pero pensó en que no valía la pena celar a su mejor amigo de toda la vida en esos momentos.
Los cuatro subieron las escaleras en modo tortuga, y caminaron por el segundo piso hasta las respectivas habitaciones.
Alice entró a la habitación que estaba frente a la que había entrado Justin con Fallon. Josh caminó entre tropiezos hasta la cama, cayendo sobre ella finalmente, llevándose a Alice con él. Alice no pudo evitar soltar una carcajada. Trato de levantarse pero Josh tiró de su mano, prohibiéndoselo.
—No te vayas —Josh murmuró, casi durmiendo.
—Josh, me tengo que levantar, soy Alice —ella rió con ternura.
—¿No me quieres?
—Claro que te quiero, Josh —Alice se levantó de la cama, lentamente.
—No como yo quisiera que me quieras —él suspiró.
Alice frunció el ceño algo confundida; pero luego rió pensando en que quizás Josh tenía problemas amorosos con alguna chica y por su estado estaba confundido.
—Claro que te quiero —le quitó los zapatos y tiró de la manta para cubrirlo.
—Entonces ¿Has vuelto realmente con Justin? —él abrió sus ojos de un momento a otro.
—Ajá —Alice volvió a sonreír.
—Entonces definitivamente se han acabado todas mis esperanzas... bueno, creo que nunca las tuve —él comenzó a reír, agarrando un ataque de risa.
Alice esta vez se quedó estática.
Su ceño se frunció en seguida, e incluso su estómago se apretó, mirando a Josh, muerto de la risa, sobre la cama.
—Estás hablando tonteras, Josh. Deberías dormir.
—Claro que no estoy hablando tonteras. Te quiero, Alice —la miró, con sus ojos marrones, medio rojos por la borrachera.
—Yo igual te quiero, Josh —sonrió con ternura nuevamente, pensando en que definitivamente él estaba hablando tonteras producto a su borrachera.
—No me quieres de la misma forma en que yo te quiero, preciosa —susurró completamente somnoliento, tomándole a penas la mano, para que no se fuera.
El corazón de Alice se aceleró y con algo de pánico miró a Josh.
—Josh, debes dormir.
—¿No quieres escuchar la triste verdad? —Josh volvió a reír— el hecho de que toda la vida te he querido.
—Josh...
—Toda la vida he estado enamorado de ti —confesó finalmente—, pero siempre ha estado Justin allí. Siempre ha estado él primero y yo siempre lo he aceptado, y ahora, verlos juntos nuevamente debería ser algo normal, pero me duele porque se que tú jamás sentirás por mi todo lo que yo he sentido por ti —suspiró—. Ese es mi triste secreto de toda la vida.
La piel de Alice se había erizado, sus piernas estaban temblando y sus ojos estaban cristalizados. No podía ni siquiera procesar de forma clara todo lo que había salido por la boca de Josh, estaba asombrada, tan sorprendida que se quedó varios segundos en silencio, por lo que cuando reaccionó, Josh estaba completamente dormido.
Lo miró, dormir tan plácidamente, y suspiró antes de salir de la habitación, con el corazón en la mano, sintiéndose terriblemente mal.
————
¿Qué creen que sucederá?
Honey
Justbiebssg
🖤
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