15: ¿por qué lloras?
Alice Coleman.
Hoy desperté preguntándome qué era la felicidad; porque en realidad nadie sabe lo que es la felicidad. ¿Como definir felicidad? Dejémoslo en el tema más fácil, el que sale en Google; Felicidad: estado de ánimo en que una persona está llena de gozo y de placer por algún motivo.
¿Yo era feliz? Definitivamente en este momento no me sentía feliz, pero yo tenía mi propia teoría de la felicidad.
Toda la gente se pasaba esperando ese momento satisfactorio, donde piensan que serán felices por toda la vida cuando les llegue el momento, pero no es así. Yo creo que la felicidad viene por tiempos, pero nadie la disfruta porque todos nos encontramos esperando ese gran momento de felicidad y no aprovechamos esos pequeños momento felices.
Sentí cuatro manos tomando de mis brazos. Bajé la cabeza encontrándome con dos pares de ojos, unos mieles y otros verdes.
—¿Qué tal el colegio pequeños? —rápidamente una sonrisa se posó en mis labios. Me puse a la altura de ambos y los abracé con fuerza.
—Muy bien mami. Ayer en la noche te extrañamos —Alex hizo un leve puchero—. Papi nos cocinó delicioso.
—¡Yo igual los extrañé! —reí levemente—. ¡Me alegro! ¿su padre los ha venido a dejar?
—Sí, no quiso bajarse, dijo que tenia que volver rápido al trabajo —Madison se elevó de hombros.
—¡Tengo que hablar con él!
Salí de la cocina rápidamente y caminé hasta la puerta principal para salir en busca de Justin, pero era tarde, su auto iba saliendo por la puerta del condominio.
Volví algo decepcionada a la cocina y solté un suspiro.
—Se ha ido —me elevé de hombros, mirando a Madison y a Alex—. Recuerden que mañana es el último día de clases de la semana, podrían ir a ver si tienen tarea.
—Yo necesito ayuda, mami —Alex hizo una mueca.
Fruncí el ceño, las tareas de Alex siempre se trataban de colorear imagines, tenia recién cuatro años, era su primer año en el colegio.
—¿Qué pasó?
—La profesora de Alex me dijo a mi que había mandando una comunicación en la agenda de Alex —Madison se elevó de hombros—. Al parecer debe llevar materiales.
Revise la agenda de Alex y efectivamente una comunicación venía allí, debía comprar una lista de materiales para un trabajo recreativo que harían el día de mañana.
—Okey bebé. Iré a comprar tus materiales de paso.
—¿a dónde vas? —Madison me sonrió, abrazándose de mi pierna.
La miré con una ceja alzada y no pude evitar reír. Ella quería ir conmigo, la conocía.
—Tengo que ir donde tu padre.
—¿Puedo ir contigo? —saltó chillando.
—Está bien, pequeña; pero ve a quitarte el uniforme y ponte ropa casual.
—En seguida, mami —tardó un segundo en salir corriendo directo a las escaleras.
—Yo no quiero ir —Alex se elevó de hombros e igualmente se dirigió a su habitación.
Bueno, agradecía que Alex no quisiera ir ya que con Justin tenía que hablar exactamente de aquello; se acercaba el cumpleaños número cinco del pequeño.
—¿Buen día, Cariño? —Isabel me recibió con una sonrisa en la cocina.
—Ayer fue una buena noche —me elevé de hombros sonriendo—. Casi no podía recordar cuando fue la última vez que salí —me senté en la barra y agarré una manzana del frutero.
—Me alegra que disfrutes tu tiempo y aproveches aún tu juventud, obviamente siendo responsable —me dedicó una sonrisa— ¿Conociste a algún muchacho? —elevó una ceja, luciendo exactamente como si fuera una madre curiosa.
—No —reí con diversión—, pero me encontré con el doctor de Alex, charlamos un rato y luego bailamos —dije con naturalidad.
Isabel dejó caer el cuchillo y su cabeza giró en mi dirección. Sus ojos lucían asombrados y una pequeña sonrisa amenazaba tirando de sus labios.
—¿Es apuesto?
—Sí, es unos años mayor, uno o dos años creo, no recuerdo bien, pero es muy apuesto y se nota un tipo responsable, de todas formas eso no va al caso, solo bailamos... disfruté la noche —me elevé de hombros, pero ingenuamente algo dentro de mi tembló.
—Me alegra que te hayas divertido ayer, significa que valió la pena dejar a Justin con los niños.
—Completamente. Debo hablar con él, la otra semana es el cumpleaños de Alex y realmente no sé qué podemos hacer —me levanté de la barra y caminé hasta el basurero para botar el centro de la manzana.
—No creo que el pequeño quiera juguetes, ya tiene demasiados —Isabel se limitó a elevar los hombros.
—Exactamente por eso quiero hablar con Justin. Aunque no tengo muchas ganas de verle a la cara.
—Bueno, deberías ir antes de que entre a alguna cirugía, hoy es jueves.
—Tienes razón, iré a buscar a Madison.
Besé la mejilla de Isabel antes de salir de la cocina, y seguidamente me encontré con Madison bajando las escaleras.
—¡Estoy lista!
—Justo a tiempo, cariño —tomé mi chaqueta de mezclilla—. Sube al auto.
Salimos de la mansión y en seguida nos subimos al auto. Madison se abrochó el cinturón y luego conectó el teléfono que le había obsequiado Justin a la radio.
En seguida Ariana Grande comenzó a sonar, quitándome una sonrisa.
—Mami —me llamó en cuanto un semáforo nos detuvo.
—¿Qué pasa?
—¿Quién era la mujer que estaba ayer en casa de papá?
Solté un suspiro y estiré mi mano para acariciar la mejilla de Madison. En realidad no sabía que responderle, y yo tampoco era quien debía responder a aquella pregunta.
—Supongo que alguna amiga de tu padre, ¿no le preguntaste?
—No, era simpática, pero de todas formas no me gustó como abrazó a papi, en la noche me levanté y los encontré abrazados —Madison se cruzó de brazos.
Quise reír por sus notables celos, pero no lo hice, ya que mi corazón igualmente se había acelerado y los celos estaban quemando en mi interior.
Preferí quedarme en silencio para no opinar del tema, no quería soltar todo lo que pensaba de Samantha en frente de Madison; ella era una niña, ella no debía estar en medio de temas de adultos.
Diez minutos más tarde llegamos al hospital y luego de encontrar un estacionamiento, subimos hasta el consultorio de Justin.
—No se encuentra, está almorzando en la cafetería, en unas horas comienza con las cirugías —nos dijo la secretaria.
Le agradecí con una gran sonrisa y tomé la mano de mi pequeña para dirigirnos a la cafetería.
Busqué a Justin con la mirada, dispuesta a dirigirme a él, pero en cuanto lo encontré, al final de la cafetería, me quedé estática en mi lugar.
Como era de esperar, se encontraba en compañía de la chica, estaban casi al final y no estaban precisamente comiendo. Justin se encontraba mirándola fijamente mientras le acariciaba la mejilla, y ella solo estaba sonrojada dejándose acariciar por él.
Mi estómago se encogió y mi corazón dio un vuelco sintiéndose muy vacío y adolorido.
No, no, la besó, la besó ligeramente y luego le siguió acariciando la mejilla, de la misma forma en que me acariciaba a mi hace tres años.
—¡Papi!
No alcancé a detener a Madison, salió corriendo en dirección a Justin y llamando la atención de varios en la cafetería.
Justin se separó de la chica rápidamente y abrió los ojos asombrado al ver a Madison corriendo hacia él.
Al parecer aún no notaba mi presencia.
La elevó en el aire, besando su mejilla, y bueno, él sabía que Madison no estaría sola paseando por allí, por lo que luego comenzó a mirar hacia todos lados, finalmente encontrándome en la puerta de la cafetería.
Desvíe la vista en seguida para que él no notara mis ojos cristalizados y salí rápidamente de la cafetería. Necesitaba tranquilizarme porque en pocos segundos rompería en llanto, ya lo veía venir.
Comencé a trotar ligeramente hacia el baño de mujeres, ignorando a todos a mi alrededor, pero unos brazos fuertes me tomaron por la cintura, haciéndome girar.
—¿Alice? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué corres? —Josh, era Josh— Dios mío ¿qué te ha sucedido?
No lo dude ni dos segundos y me lancé sobre sus brazos, dejándome llevar por la ingrata tristeza que me invadía desde adentro.
Sollocé ligeramente y enterré mi cara contra el cuello de Josh, sintiéndome algo más protegida y consolada que siempre.
—Ven, vamos a mi oficina —tomó mi rostro entre su manos y me dio un pequeño beso en la mejilla, antes de arrastrarme hasta su consultorio.
—Toma esto —me entrego un vaso con café—. No alcancé a probarlo, pero creo que te hará mejor —sonrió ligeramente.
Acepté el café y me lo tomé en menos de diez segundos.
—Ahora dime por qué ibas corriendo de esa forma y por qué estabas llorando —se inclinó frente a mi y comenzó a acariciar mis rodillas, en muestra de apoyo.
Solté un gran suspiro, volviendo a sentirme ahogada por el llanto, y desvié mi mirada. Josh tomó mi mentón con su pulgar y me hizo mirarlo nuevamente.
—Puedes confiar en mi, preciosa —sonrió.
Claro que podía confiar en él, a pesar de que Josh era el mejor amigo de Justin, siempre había sido un mejor amigo para mi, siempre había sido dulce y siempre me había tratado con cariño. Se notaba su cariño por mi y yo estaba muy agradecida de eso, porque yo igual lo quería mucho como a un gran amigo.
—Es Justin —suspiré, perdiéndome en los oscuros ojos de Josh—, yo..., él, soy una tonta —negué con mi cabeza y me levanté de la silla— olvídalo, Josh —tomé mi bolso, dispuesta a marcharme de allí y dejar de hacer el ridiculo.
—¡No! No te dejaré ir a si, me importas mucho como para verte llorar de esa forma y dejarte ir —tomó mi brazo y me acercó a él— ¿Qué sucede, preciosa? Confía en mi, no le diré nada a Justin si es lo que te preocupa.
En realidad eso era lo que menos me importaba.
—Todo es mi culpa, Josh. Debería haber sido sincera, pero no puedo —volví a romperme, pero esta vez Josh me abrazó, y yo solo me dejé hacer por sus reconfortantes brazos—. Él está con Samantha y... me duele, me duele muchísimo porque aún lo sigo queriendo, pero me lo merezco porque soy yo la que lo rechazo y comprendo perfectamente que el no me puede esperar toda la vida y tiene que hacer su vida —sollocé brevemente en su hombro.
Se quedó en silencio y se dedicó a acariciar mi espalda, mientras yo seguía expulsando lágrimas en su cuello, mojándole por completo, pero al parecer eso no le importaba.
—¿No has pensando que tú deberías hacer lo mismo? —susurró luego de un rato— Justin es mi amigo, pero sí, esto es culpa de los dos, y si tú no puedes volver con él por tus miedos, deberías hacer lo mismo, buscarte a otra persona y rehacer tu vida. Los cambios siempre son buenos.
—No soy atractiva y nadie me va a querer con dos hijos. No me malinterpretes, pero si alguien me quiere, debe querer al pack completo —suspiré.
—Eres hermosa, Alice. Hay muchos hombres que darían lo que fuera por estar con alguien como tú y que estarían dispuestos a aceptar a esas dos dulzuras que tienes como hijos —acarició mi mejilla.
No sé cómo ni por qué, pero la forma en que sus ojos me miraron fijamente me dio a entender de que estaba ocultando algo, pero yo no sabía el qué, aún así no pude evitar sonrojarme, acaba de darme cuenta de que estaba en una situación muy íntima y con Josh, uno de mis mejores amigos de toda la vida. ¿Quién lo diría?
—Muchas gracias, Josh —susurré—. Te quiero bastante.
Sus ojos se cerraron como si esas palabras le hubieran calado, y luego de unos segundos los abrió y sonrió.
—Yo igual te quiero mucho, Alice.
La puerta se abrió, asustándonos un poco, pero aún así no nos separamos, Josh seguía con su mano en mi mejilla.
Justin frunció el ceño al vernos allí y carraspeó levemente su garganta.
—¿Qué creen que hacen? —escupió, siendo un maldito celoso, como si nosotros estuviéramos haciendo algo malo.
Rodé los ojos con cansancio y me separé de Josh, no sin antes besar su mejilla y murmurarle un fuerte "gracias".
Tomé mi bolso nuevamente y me miré al pequeño espejo que había en el consultorio de Josh, percatándome de que mis mejillas seguían coloradas por el llanto.
—¿Por qué entras a mi consultorio de esa forma, Justin? ¿Acaso me quieres matar de un susto? —Josh soltó un suspiro.
—¿Acaso interrumpí algo? —elevó una ceja, luciendo muy enfadado.
Esto ya era el colmo.
—¡Deja de insinuar tonterías! —lo miré con furia.
Él era un descarado.
—Mejor los dejaré solos —Josh elevó las manos, y caminó hacia la puerta de su propio consultorio.
—Sí, mejor —Justin bramó, sin dejar de mirarme.
—¡Claro que no, Josh! —me opuse— Este es tu lugar, nosotros deberíamos irnos.
Caminé hacia la puerta y volví a besar la mejilla de Josh, antes de salir de ahí.
—¿Dónde crees que vas? —Justin me alcanzó en el pasillo, caminando a mi lado.
—¿Dónde está mi hija? —suspiré.
—¿Nuestra hija?
—¿Dónde está Madison, Justin? No seas cargante, me quiero ir de aquí.
—No te irás sin antes decirme qué haces aquí, y ¿por qué demonios saliste corriendo de la cafetería y te encontré muy abrazada a mi mejor amigo? —se puso frente a mi, deteniendo mi paso.
Miré sus ojos mieles con cansancio, y creo que eso fue lo peor, ya que nuevamente mi corazón se ablandó y un nudo se formó en mi garganta.
Lo odiaba, además de ser un descarado era tan hermoso que dolía.
—Vine a hablar contigo sobre el cumpleaños de Alex, ¿bien?, pero estabas ocupado con tu novia, por eso me fui de allí, no quería molestar —confesé.
Realmente no podía olvidar sus manos acariciando el rostro de Samantha de la misma forma en que me acariciaba a mi. Eso me partía el corazón.
—¿Por eso has salido corriendo? ¿Por tus simples celos? —pareció algo aliviado, quizás en realidad estaba preocupado, aún así sus palabras me molestaron.
—No estoy celosa.
—¿Por eso has estado llorando en brazos de Josh? ¿No podías llorar en brazos del doctor Johnson? Tenía que ser en brazos de Josh.
—¿Qué tiene que ver el doctor...
—Se qué ayer estuviste bailando con él, ¿te divertiste? ¿bailaba bien? ¿te besó cuando terminaron de bailar y tenías que irte?
Estaba celoso, él estaba celoso. Era obvio que Josh le había dicho que yo estuve con el doctor Johnson. Josh estaba allí.
—Deja de hablar estupideces. ¿Quién es el celoso ahora?
—Sí, estoy celoso, yo al menos lo admito.
¿En realidad íbamos a tener esta conversación en un pasillo lleno de enfermeras y pacientes?
—No te veías dolido, mientras le acariciabas el rostro a tu chica.
—¿Eso es lo que te duele? —sus ojos penetraron en los míos.
Desvié la mirada e hice el intento de irme de allí, pero él no me dejó. En vez de detenerme, me arrastró hasta su consultorio y yo solo me dejé llevar.
—Basta de esto, estoy aquí por algo más importante, el próximo viernes es el cumpleaños de Alex —suspiré.
Justin igual soltó un suspiro y se sentó frente a mi.
—¿Qué haremos?
—Por eso estoy aquí. Alex tiene todos los juegos que puedan existir y bueno, yo creo que quizás deberíamos preguntarle qué le gustaría para su cumpleaños.
—Me parece bien, justamente pediré libre el próximo jueves y viernes para estar con él.
¿Esto era todo? ¿Una discusión de celos y luego lo importante?
Sinceramente éramos un caso perdido.
Me recosté a un lado de Alex en su cama. Él sonrió hacia mi y luego se acurrucó a mi lado.
—Te he traído tus materiales —levanté la pequeña bolsa blanca.
—Gracias mami —besó mi mejilla.
Alex era tan tierno que me daban ganas de comérmelo.
—Oye pequeño —tomé el control para bajarle el volumen al televisor— ¿Sabes quién está de cumpleaños la próxima semana?
—¡Yo! —saltó de la cama y comenzó a saltar.
No pude evitar reír y negar con la cabeza.
—Sí, y bueno, me gustaría saber que regalito te gustaría —abrí mis brazos para abrazarlo.
Pareció pensarlo y luego se elevó de hombros.
—Nada especial —dijo como si fuera un adulto.
No pude evitar soltar una carcajada y lo apreté aún más con mis brazos.
—Eres un niño exigente ¿eh? —bromeé—, piensa en algo que te gustaría.
Pareció pensarlo nuevamente, hasta que sus ojos se abrieron y brillaron, como si una gran idea se le hubiese venido a la mente.
—¡Quiero ir a esquiar! —abrió sus brazos emocionados.
¿Qué?
—Bebé, sabes que en Seattle no se puede y...
—No habló de la ciudad mami, quiero ir a Canadá, con Madison, tú y papi —sonrió en grande.
No podía negarme. No podía estarlo tolerando. No podía quitarle esa idea de su cabeza. Era su cumpleaños, no podía ser tan egoísta, aunque lo que menos quería era pasar tiempo cerca de Justin.
—¿No crees que es mucho? ¿No prefieres un regalo o algo? —no perdía nada con intentarlo.
—No mami, quiero ir a Canadá.
Miré su sonrisa, perdiéndome en ella y asentí lentamente. Mi única misión como madre era hacer feliz a mis hijos.
Me recosté en la cama y antes de dormirme le escribí a Justin.
Alice: Alex quiere ir a Whistler, a esquiar.
Alice: Trate de hacerlo elegir un regalo, pero quiere ir a esquiar.
Alice: No me voy a oponer, quiero verlo feliz en su cumpleaños.
Justin: Entonces el próximo jueves tomaremos el avión a Whistler. :)
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Honey
Justbiebssg
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