11: Lo siento.
—¿Dejarás de caminar de lado a lado? —Fallon elevó una ceja, mientras miraba a Alice caminar de esquina a esquina.
—¿Estuvo mal? ¿Cierto? —sus hombros cayeron al mismo tiempo que sus ojos se afligían.
Fallon soltó un suspiro y puso su espalda recta.
—No entiendo porque el cambio repentino. Justin es un buen chico, lo has desconocido, eso no se hace, Alice. Agradece que es un padre presente, la mayoría de los padres se alejan cuando se separan —Fallon se elevó de hombros mirando a su mejor amiga.
—Sí, la he cagado —Alice se dejó caer en el sofá, tapándose la cara con las manos.
—Por favor deja de comportarte así, es viernes, los niños se van con Justin, relájate.
—¡No puedo relajarme! —Alice casi gritó.
Fallon se alejó un poco de la chica y abrió los ojos, al parecer Alice de verdad estaba bastante estresada.
—No te comportes como una frustrada, parecieras que no has tenido sexo desde hace un buen tiempo —negó con la cabeza volviendo a limarse las uñas.
Alice rodó los ojos y negó con la cabeza. Algunas veces no soportaba la superficialidad de Fallon.
—No he tenido sexo en tres años, Fallon —murmuró casi enfurecida.
La lima que Fallon se encontraba usando cayó al piso. Se quedó congelada mirando a Alice; no podía creer lo que ella había dicho. Fallon realmente no podía ni considerarlo.
Sabía que su amiga era muy responsable y estaba pendiente de sus hijos todo el tiempo, pero nunca se había detenido a pensar en la vida sexual de Alice, y es que en realidad eso no le interesaba, pero al menos pensaba que Alice estaba bien con eso y que satisfacía sus necesidades con algún colega de trabajo o algo. Al parecer estaba bastante equivocada.
—No has salido con nadie en tres años —Fallon respiró tratando de calmarse—, eso lo soportó, pero no puedo tolerar el hecho de que no has tenido sexo en tres años.
—¿y con quién crees que me puedo acostar? —Alice rodó los ojos— Se que soy grande, pero no soy una mujer fácil...
—No estoy diciendo que seas fácil, pero pensé que quizás... —Fallon suspiró con fuerza— Olvídalo —negó con la cabeza.
Se dejó caer rendida en el sofá mirando al suelo, no podía creer que Alice no había estado con ningún otro hombre aparte de Justin.
Miró a Alice nuevamente, y Dios, su amiga era hermosa, Fallon era cómplice de todos los muchachos que estuvieron enamorados de Alice en el colegio. Fallon sabía que Alice había tenido demasiados pretendientes, y también sabía que los seguía teniendo, pero pensaba que su amiga era muy tonta como para darse cuenta. Aunque de todas formas lo entendía, entendía a Alice, sabía que ella siempre había tenido ojos solo para Justin, y los seguía teniendo solo para él.
—Hablando de Justin, me acaba de llegar un mensaje de él —Alice suspiró sacando su teléfono—. Pregunta si le puedo llevar los niños.
—¡Ya sé! —Fallon de la nada pareció reaccionar de su estado depresivo, ignorando por completo las palabras de Alice— Hoy es viernes, podemos ir a un bar de la avenida a tomar algo...
—Estas loca si piensas que saldré —Alice rodó los ojos levantándose.
La verdad es que Alice la última vez que salió a compartir con amigas o simplemente de fiesta, fue en compañía de Justin, el año antes de casarse, hace cinco años aproximadamente.
Fallon suspiró negando con la cabeza disconforme. Necesitaba golpear a Alice con fuerza para no estresarse aún más con su pobre amiga.
Fallon se subió al auto de su amiga, mientras Alice iba en busca de Madison y Alex, quienes terminaban de hacer las tareas.
—Isabel ha arreglado sus mochilas con ropa para el fin de semana, compórtense, no hagan regañar a su padre y tampoco coman cosas con mucha azúcar —dio el mismo discurso de cada viernes.
—Claro que sí, mamá —Madison sonrió.
Alice la abrazó con fuerza y le besó la nuca.
—Se cuidan —abrazó esta vez a Alex con fuerza.
Alex rió levemente y saltó con emoción.
Los tres bajaron las escaleras de la mansión y los niños se despidieron de Isabel con un abrazo. Subieron al auto y finalmente Alice se puso en marcha al hospital.
Justin miró el análisis del paciente a quien le había hecho una cirugía el día anterior, tenía el informe completo en su mano. Se sentó en uno de los sofás en la sala de espera, a un lado de Samantha, y la miró levemente antes de preguntarle;
—¿Han llegado los familiares?
Samantha negó con la cabeza soltando un suspiro de cansancio, tanto ella como Justin se habían quedado toda la noche anterior en la cirugía del paciente.
—Muero de sueño —Justin comentó dejando caer su cabeza a un lado, justamente topándose con el hombro de Samantha.
El corazón de la rubia latió con fuerza, Justin estaba recargado en su hombro como un bebé, luciendo exactamente como uno.
—Yo igual muero de sueño —Samantha no pudo evitar reír, estaba algo nerviosa, no todos los días el chico que te atrae se deja caer en tu hombro como si nada.
—Sí, y ahora mismo Alice viene con los niños, los fines de semana se quedan en mi Penthouse —Justin suspiró—, no es que me cansen o me estresen los niños, me encanta estar con ellos, pero sabes que los niños son hiperactivos y realmente necesito descansar.
—Entonces los fines de semana no tienes tiempo para salir a divertirte... —Samantha llegó a esa conclusión por si sola.
—Oh, la última vez que salí de fiesta fue para mi despedida de soltero, digamos que con dos hijos se complica la cosa, pero no me quejo... —Justin se elevó de hombros como si no le interesara mucho el tema.
Samantha asintió levemente y sonrió. En realidad Justin le comenzaba a gustar y bastante, era exactamente el tipo de hombre que le atraía; fuerte, responsable, divertido y de buen corazón. No lo conocía del todo, pero a simple vista se notaba así.
—Entonces si alguna vez te invito a salir, ¿tendrá que ser en la cafetería del hospital? —la rubia se atrevió a hacer esa pregunta con todo el valor del mundo.
Justin comenzó a reír, reír con fuerza, no podía creer que eso había salido de la boca de la rubia. La miró cuando terminó con su ataque de risa y asintió levemente.
Miró a Samantha con otros ojos, ya no de calentura, si no se simpatía, ella en realidad le agradaba.
Justin jamás se hubiese imaginado aceptar un propuesta así de alguna persona, digamos que en su mente siempre pensó que le pertenecía solo a Alice aunque estuviera consiente de que nunca volverían a estar juntos. Todos sus encuentros con otras chicas habían sido completamente sexuales, pero jamás había llegado al punto de conversar como persona civilizada con alguna chica de las cuales había follado. Nunca se había sentido preparado para salir con una chica, ni siquiera para conquistarla. Él, en estos tres años de soltero, solo se había concentrado en satisfacer sus necesidades de hombre, nada más; pero la verdad, Samantha le agradaba demasiado, quizás por esa razón no le disgustaba el hecho de salir con ella.
—Esta bien, cuando me invites cenaremos en la cafetería —rió, elevando una ceja coquetamente—, y podemos terminar en mi Penthouse.
Samantha igual rió negando con la cabeza.
Justin dejó de mirar a Samantha y giró su cabeza, en ese momento todo su mundo se dio vuelta, volviéndose borroso, se encontró con otro par de ojos verdes mirándolo fijamente, a tan solo unos metros de él. La sonrisa se le borró y el corazón se le aceleró, incluso sin saber que Alice había escuchado aquella conversación con Samantha, si no porque ella le causaba muchas cosas cuando la miraba.
Alice se encontraba sin ninguna expresión en la cara, lo estaba mirando mientras Alex sujetaba su mano izquierda y Madison la derecha.
—¡Alice! —se levantó del sofá blanco como un rayo fugaz y caminó hasta ella.
Samantha, quien también se había percatado de la presencia de Alice y de los niños, se removió en el sofá incómoda y miró a la chica; sintió solo un poco de envidia, tenia que admitir que Alice era demasiado hermosa, y también que Justin seguía loco por ella, se podía dar cuenta por la forma en que él la miraba y en como actuaba cuando ella aparecía. Bajo la vista intimidada cuando su mirada chocó con la de Alice, los ojos verdes de la chica la miraban con bastante seriedad.
—No pensé que llegarías tan rápido —Justin sonrió algo incómodo, Alice estaba mirando a sus espaldas, a Samantha—. ¡Alice! —tomó los hombros de la chica con delicadeza.
Alice lo miró sin decir nada y luego bajó la vista hasta sus niños. Alice no pensaba hablar, tenía un nudo en la garganta del tamaño de Texas, y aunque Justin no lo sabía, si ella comenzaba a hablar... terminaría llorando. Besó las mejillas de ambos pequeños en silencio y los soltó antes de darse la media vuelta para marcharse.
—¡Espera! ¿Qué sucede? ¿Ha pasado algo? ¿Por qué tus ojos están tan oscuros... ? ¿Por qué estas triste? —Justin la tomó del brazo delicadamente, evitando que se marchara. Algo no le calzaba, sabía que Alice quería distancia, pero ese día que ella le pidió perdón las cosas no habían quedado tan complicadas, como parecían.
—No me sucede nada, Justin —murmuró en un hilo de voz.
Justin había logrado ponerle la piel de gallina con esas palabras y su tacto.
—No me mientas, Honey —susurró.
—Papi, estoy esperando mi abrazo —Madison se cruzó de brazos con algo de enfado.
—¡Cállate, está hablando con mamá! Los adultos conversan —Alex la miró con enfado.
—¡Cállate, Alex! —lo empujó con fuerza, haciendo que el pequeño cayera con fuerza en el suelo, golpeándose la cabeza.
En seguida se escuchó el fuerte llanto del pequeño por toda la sala de estar, llamando la atención de toda la gente.
Alice se soltó del brazo de Justin en seguida y corrió hasta el pequeño.
—¡Alex, bebé! —lo llamó.
—¡Alex no te levantes! —Justin en seguida llegó a su lado, acariciándole la frente y observando su cabeza con delicadeza—, se ha cortado —murmuró cuando vio un poco de sangre salir de la cabeza del niño— ¡una camilla rápido! —gritó por todo el hospital— Samantha, encárgate de las personas que estábamos esperando.
Samantha asintió en seguida, no pudo evitar levantarse de su silla con preocupación cuando vio al niño caer.
—¿Te das cuenta lo que acabas de hacer? —Alice, completamente desesperada al ver sangre salir de la cabeza de su hijo, miró a Madison con demasiado enojo— ¡Siempre peleando con tu hermano! ¡Él es más pequeño, Madison!
Madison comenzó a llorar en seguida. Ahora tanto el llanto de Madison como el de Alex se escuchaban por todo el hospital.
—No es el mejor momento, Alice —Justin la miró mal.
Alice suspiró y negó con la cabeza, volviendo a centrar toda su atención en el pequeño Alex.
—¿Qué ha pasado? —Fallon llegó corriendo.
—Alex se ha caído, se ha roto la cabeza —Justin respondió sin ni siquiera mirarla, se encontraba muy concentrado en los síntomas de Alex.
—¿Cómo ha pasado? ¿Por qué llora Madison? —Fallon se acercó a la pequeña para abrazarla.
—No pidas explicaciones ahora, Fallon. Quédate con Madison... váyanse a casa... tendré que quedarme aquí —Alice murmuró y en ese mismo momento llegaron varias enfermeras y enfermeros con una camilla.
Digamos que el doctor Bieber era muy famoso en el hospital, por esa razón todos habían reaccionado rápidamente cuando supieron que su pequeño había tenido un accidente.
—Trátenlo con cuidado, cuidado con su cabeza —Justin ordenó cuando subían a Alex a la camilla.
—¡Mami! ¡mami! —el pequeño lloró— ¡Quiero a mi mamá!
Alice en seguida caminó hasta él y le tomó la manita.
—Tranquilo, mi amor. No me iré ¿bueno?. Tranquilo, por favor —susurró caminando en conjunto la camilla se movía.
Justin besó la mejilla de Madison y le hizo cariñitos para calmar el llanto de la pequeña.
—Lleva a Madison a la mansión como dijo a Alice, por favor —miró a Fallon—. Nos vemos más tarde.
Trotó para alcanzar la camilla y se ganó al otro lado de Alex.
—Mami —Alex seguía llorando, mientras apretaba con fuerza la mano de Alice— me duele, me duele.
Estaba demás decir que Alex era el regalón de Alice, siempre estaba más pegado a ella, obviamente amaba a sus dos padres por igual, pero siempre estaba más pegado a Alice ya que Madison siempre había absorbido completamente a Justin, dejando al pequeño de lado varías veces. Y aunque Justin siempre trataba de que Madison compartiera los cariños, igualmente Madison terminaba pegándose más a él.
El corazón de Alice se partía cada vez más, no soportaba ver a Alex llorar de esa forma. Alex nunca solía llorar, siempre era muy responsable para tener cuatro años y se comportaba bien, y cada vez que lloraba era por algo que realmente le causaba tristeza.
Ingresaron al pequeño a un box de urgencia y Justin personalmente se quiso cargar del asunto, aunque varios médicos quisieron convencerlo ya que no era bueno atender a familiares, él no se dio por vencido y finalmente lo dejaron ver a su hijo tranquilo.
—No tiene nada, Alice —susurró—. Es un corte, es complicado, pero dejaré que le hagan suturas y que limpien la herida —murmuró, sin dejar de observar la cabeza de Alex—. Mientras no le salga sangre de narices o de oídos... todo bien, aunque no le ha salido, pero igual debemos estar atentos.
Alice asintió sin dejar de acariciar la mano del pequeño y su mejilla.
—Llamen a un pediatra de turno para que recete analgésicos y comiencen con la sutura —Justin le ordenó a una enfermera.
Alice secó una pequeña lagrima que se le cayó, realmente le dolía el pecho al ver a Alex llorar.
—¡Ven aquí! —Justin tiró de su mano y la abrazó sin previo aviso.
Alice miró ligeramente a Alex, notando que el pequeño estaba más calmado y mirando a la enfermera.
Se dejó hacer por los brazos de Justin y no puso resistencia, no podía negarse a un abrazo de esos que la calmaban en segundos, esa era una de las grandes capacidades que Justin tenía sobre ella. Lograba relajarla con tan solo un abrazo.
Se olvidó de los celos que había tenido hace unos minutos hacia Samantha y también de las últimas discusiones con Justin, y lo abrazó con fuerza, inhalando su olor y amando el sentimiento de calor que su cuerpo estaba recibiendo.
—¿Va a estar bien? —se alejó unos centímetros, pero sin romper el abrazo, solo para poder mirarlo a los ojos.
—Sí, solo fue el corte, pero necesitará varios días de reposo en casa y medicamentos —susurró casi en silencio, bastante cerca del rostro de la chica.
Alice hizo una mueca y sin aviso, se volvió a acurrucar en el cuello de Justin. Él sonrió ligeramente y aprovechó de acariciarle la espalda para tranquilizarla.
—¿Papi? ¿Mami? —Alex murmuró en un hilo de voz.
Justin y Alice en seguida se separaron y se giraron hacia el pequeño.
—¿Qué pasa, cariño? —Alice caminó hasta él.
Los ojos verdes de Alex, los mismos de su madre, brillaron por lo mojados que estaban y sonrió apenas.
—Nada, solo me gusta ver como abrazas a papi —susurró.
El corazón de Alice latió con fuerza, sintiéndose mil veces más triste, exactamente porque estaba sucediendo lo que ella tanto anheló que no sucediera.
Justin soltó un suspiro por milésima vez y caminó hasta Alex, ahora entendía aún más la razón por la cual Alice le pidió algo de distancia. Realmente lo entendía, pero aún así no lo aceptaba.
—Mami y yo somos muy buenos amigos, cariño —aclaró, acariciándole la frente.
Alex asintió sin saber que responder. En ese mismo momento, el doctor Johnson entró al box, con una simpática sonrisa.
—Doctor Bieber —le dio la mano a Justin— Señorita...
—Alice Coleman —Alice sonrió ligeramente.
El doctor Johnson sonrió aún más y asintió.
—Me acaban de ir a buscar con urgencia porque el hijo del doctor Justin había tenido un accidente —sonrió mientras leía el pequeño expediente que le habían creado a Alex.
El doctor Johnson era de los nuevos doctores que habían llegado al hospital, algo así como Samantha Anders, con la única diferencia de que él era unos años más grande, lo cual no se notaba ya que era muy apuesto.
—Alex Bieber Coleman —miró al pequeño con una sonrisa—, ¿cómo te has hecho esto, pequeño?
Alex se quedó en silencio, luciendo muy tímido y pequeño, se limitó a mirar a su madre, para que ella se hiciera cargo del asunto.
—Estaba peleando con su hermana y en un descuido cayó al piso, justo había un pequeño desnivel y...
—Fue en la sala de espera —Justin interrumpió.
—Oh, entiendo —el doctor Johnson asintió—, por lo que veo no es nada muy grave, aún así hay que tener cuidado porque los golpes en la cabeza son muy complicados.
—Sí, lo sé —Justin elevó una ceja, queriendo recordarle que él igual era un doctor.
—Le daré un analgésico algo fuerte para hacer las suturas y luego le recetaré otro para que tome en casa...
Alice asintió completamente satisfecha.
La enfermera hizo su trabajo con el analgésico para el pequeño, y luego cuando Alex estuvo más relajado, comenzó a hacer las suturas.
—Hacen linda pareja —el doctor Johnson murmuró al ver como Justin abrazaba por el costado a Alice—, ¿tienen más hijos?
—Sí, una niña de seis años —Justin respondió con pesadez.
A decir verdad, Justin no simpatizaba mucho con el doctor Johnson, exactamente porque el doctor Johnson era muy pesado al trabajar, y Justin había tenido la mala suerte de hacer una cirugía con el doctor.
—No somos pareja —Alice aclaró, carraspeando la garganta y mirando al piso.
Eso había sido demasiado incómodo.
El doctor Johnson solo asintió y Justin rodó los ojos con desagrado.
—¡Alex! —Isabel salió de la mansión en cuanto vio el deportivo de Justin estacionarse— ¿cómo estás, mi pequeñito?
—Mami Isabel —Alex sonrió con los ojos cristalizados, seguía muy adolorido y llorando de vez en cuando.
—Está delicado, Isabel —Justin le besó ligeramente la mejilla.
Alice cargaba su bolso y la pequeña mochila que Alex había llevado al hospital para pasar el fin de semana con su padre, lastima que tendría que quedarse en la mansión y en cama.
Justin entró a la mansión con Alex en brazos, mientras Alice lo seguía con los bolsos y Isabel completamente angustiada.
—¡Llegaron! —Fallon se levantó de uno de los sofás y caminó hasta sus amigos— ¿qué les han dicho?
—Analgésicos y reposo por varios días —Justin suspiró, sin dejar de mirar a Alex, quien sollozaba casi en silencio en sus brazos.
—Mi bebé hermoso —Fallon le acarició la mejilla—, tía Fallon y tío Josh te traerán muchos dulces... ¿bueno?
Alex asintió levemente.
—¿Tienen hambre? —Isabel preguntó— la señorita Fallon y la pequeña Madison ya han cenado.
—¿Dónde está Madison? —Alice preguntó en seguida.
—En su habitación —Fallon hizo una mueca—, hace unas horas dejó de llorar.
—Isabel, ¿puedes hacer una leche para Alex? —Alice murmuró mirando a Isabel sin muchos ánimos— Tengo que hablar con Madison, Justin hará dormir a Alex en la habitación.
Isabel asintió en seguida y comenzó a caminar hacia la cocina.
—Volveré al departamento de Josh —Fallon susurró mientras seguía acariciando la mejilla de Alex—, me avisan cualquier cosa.
Alice asintió y le dio un abrazo dándole las gracias, antes de que se marchara.
Justin subió las escaleras con Alex en brazos y ella solo lo siguió, entraron a la habitación de Alex y Justin no dudó en dejarlo sobre la cama. Le pusieron el pijama con bastante cuidado, mientras el pequeño lloriqueaba por lo delicado que se encontraba.
Justin se deshizo de sus zapatos y corbata, y se recostó bajo las sabanas de la gran cama para abrazar a Alex.
El pequeño en seguida se acurrucó en sus brazos.
Alice sonrió con ternura mirándolos desde una esquina, pero aquello no duró bastante, ya que el pequeño la llamó;
—Mami, recuéstate con nosotros —pidió en un susurro.
Alice no podía negarse en ese momento, menos en ese estado.
Miró a Justin levemente, encontrándose con que el igual la miraba, y desvió la vista en seguida.
—Espérame, tengo que hablar con tu hermana y vuelvo, ¿bueno?
Alex asintió levemente.
Alice salió de la habitación en silencio y en seguida entró a la de Madison, la cual se encontraba en la puerta de en frente.
La pequeña se encontraba casi dormida abrazando un oso de peluche, pero en cuanto vio a su madre entrar a la habitación, abrió sus ojos por completo.
—¿Mami? —su delicada voz resonó por la habitación.
Alice se recostó a su lado, le besó la frente y la abrazó.
—Sí, mami —sonrió, acariciando la mejilla de la pequeña.
—¿Cómo está, Alex? —hizo un puchero, acurrucándose aún más en el cuerpo de Alice.
—Esta bien, está durmiendo con tu padre en la habitación.
—¿Papi y Alex ya están aquí? —los ojos mieles de Madison brillaron por el asombro.
—Sí, están descansando.
—Eso es bueno, no me gustó ver a Alex de esa forma por mi culpa —miró a Alice con tristeza, logrando hacer sentir a Alice demasiado culpable.
—Escúchame princesa, nada de esto es tu culpa, los hermanos siempre suelen pelear, pero no es tu culpa... —se acurrucó aún más contra su hija— Lo siento por la forma en que te hablé en el hospital, estaba preocupada, pero realmente no creo que debas andar discutiendo o peleando con tu hermano. Él es más pequeñito.
Madison asintió levemente, quedándose en silencio, pero con una pequeña sonrisa.
—Te quiero, mami.
—Yo igual te quiero, cariño.
—Duerme conmigo esta noche —Madison pidió, volviendo a hacer un puchero.
Alice no pudo evitar reír.
—Tú hermano me pidió lo mismo... —miró a Madison con una sonrisa.
—Pero Alex está durmiendo con papi...
—Está bien, me quedaré contigo.
Alice se deshizo de toda su ropa, quedando solo en ropa interior, y antes de caer en un profundo sueño, abrazó a su hija con fuerza y le besó la mejilla.
Para un largo día lleno de incomodidades, esa era la mejor recompensa.
————
Quizás Justin se quedó esperando por Alice, pero ella nunca llegó jejeje.
¿Qué les pareció el capítulo?
Alex es una preciosa ternura ❤️🖤👏🏻
Honey
Justbiebssg.
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