Sexto Sueño
El chico de hebras oscuras abrió sus ojos lentamente encontrándose con su mundo de fantasía, aún teñido por un blanco cegador y decorado por unas pocas casas. Al principio se sintió perdido, por lo que empezó a divagar sin rumbo, pero a medida que iba avanzando hacia ese pequeño vecindario, fue recordando todo lo que había pasado en ese lugar el día anterior. El castaño de dulce mirada inundó sus pensamientos, tenía que verlo otra vez, después de todo lo había dejado llorando y no sabía si se encontraba bien.
—Mochi… —fue lo primero que sus labios pronunciaron.
Corrió en busca del muchacho mas no lo encontraba, intentó entrar a cada casa pero todas estaban cerradas. Sin embargo, antes de que volviera a empujar otra puerta para abrirla, recordó que solo una estaba sin seguro, por lo que se dirigió a ese gran hogar pintado de azul oscuro, prácticamente negro.
Como la primera vez, un leve empujón fue más que suficiente para dejarlo entrar.
—Yo… no… no lo sabía, nunca sería…—se oyó un sollozo proveniente de algún lugar de la casa.
Yoongi buscó la fuente del sonido, dando con un cuarto en lo más profundo del lugar. Una habitación cerrada, donde alguien lloraba con melancolía, donde él, su chico, se quejaba. Apoyó su oreja en la puerta para escuchar más claramente lo que hablaba.
»—Yo…—antes de que pudiera decir algo más, Yoongi abrió la habitación por accidente dejándolos frente a frente.
El castaño estaba destrozado en el piso abrazando sus piernas, los ojos hinchados y enrojecidos, la nariz roja, las mejillas resecas por tanto llanto y los labios inflamados producto de habérselos mordido con desespero. Apenas notó que estaba siendo observado por el de cabellera negra, se cubrió la cara con sus rodillas.
»—Yoongi…llegaste—susurró sin mostrar su rostro.
Sus palabras sonaban rotas, totalmente diferentes a como las había dicho un día antes.
—¿Qué pasó?—inquirió el azabache con preocupación, a la vez que se sentaba frente a su ‘mochi’.—Esperé todo el día para poder verte, no te ocultes.—pidió levantándole el rostro con ambas manos y apenas lo tuvo a su alcance, dirigió sus labios a su pequeña nariz, dejando un silencioso beso en ella. En cuanto el castaño sintió esos finos labios se paró de un salto con un fuerte sonrojo pintado en su cara.
—No hagas eso.—pidió mientras observaba a su contrario levantarse.
—Ok, no te molestes. —sonrió socarrón acercándose lentamente a él con las manos en sus bolsillos.—Después de todo te quiero. —confesó con las mejillas sonrojadas apoyando su frente en la del chico delante de él.
—No sé si reír o seguir llorando.—sonrió cortando la distancia y acercándolos aún más, juntando así sus bocas en un ósculo lleno de farsa, lleno de irrealidad, lleno de verdades, lleno de realidades y lleno de secretos indecibles que se almacenaban dentro suyo, que algún día crecerían más y lo llegarían a despedazar.
—Jimin… te amo.—fue lo último que se oyó en esa habitación, justo antes de que el pelinegro cayera al suelo.
💤
—Yoongi ya es hora de levantarse. —habló su madre.
El chico bostezó con pesadez y alargó su brazo para alcanzar su celular.
Eran las 7:30 y ese día tenía clase a las 9:00 en punto. Aun tenía tiempo, por lo que podría… ¡La cafetería! Ayer al quedarse dormido la había olvidado por completo, seguro la señora Jeon estaría muy molesta por su falta al trabajo.
Revisó la bandeja de mensajes en su teléfono y la encontró, sin exagerar, llenísima de mensajes de Jungkook preguntando si iba a llegar pronto, que se comunique con él apenas lea los mensajes y que si estaba bien.
Pasó sus manos por su cabellera en son de preocupación y se sentó rápidamente en el colchón. Tal vez si iba temprano a la cafetería podría encontrarse con la señora Jeon para pedirle una disculpa y de paso ayudarla esa hora que tenía libre.
Brincó de su cama y se vistió con la misma ropa del día anterior, se terminó de arreglar en menos de diez minutos. Salió corriendo de su casa ignorando los gritos de su mamá pidiendo que tome desayuno.
Tenía que ir a su trabajo y excusarse por su falta, especialmente con la señora Jeon, quien tenía una buena imagen de él, no quería cambiar eso.
Una cuadra antes de llegar a su destino se detuvo para tomar una gran bocanada de aire, definitivamente necesitaba hacer ejercicio, esas piernas del grosor de un palo eran las culpables de su mala resistencia física.
Caminó lentamente mientras veía a su alrededor como los árboles ya iban perdiendo sus hojas debido al cambio de temperatura, poco a poco el invierno se iba acercando. Poco a poco un recuerdo se iba asomando.
—¡Yoongi!—escuchó en cuanto abrió la puerta del café.—Ayer no avisaste que no vendrías. —regañó la mujer.
—Señora Jeon, disculpe… ayer tuve un percance y… —no supo qué más decir por lo que hizo una venia en señal de disculpa.
—No importa, estábamos preocupados, Jungkook te llamó y te escribió y nunca respondiste—explicó acercándose al menor. —Quería decirte que ya no trabajará aquí. —el pelinegro abrió los ojos con asombro y duda. Jungkook siempre había ayudado a sus padres con su trabajo y le pareció extraño que haya renunciado.—Se tiene que preparar para la universidad, así que decidió dejar el trabajo para estudiar más.
El contrario se puso un poco triste por la noticia, pero le alegro saber que Jungkook había tomado una decisión madura por su bien.
—Me alegro mucho por él, ¿Qué quiere estudiar? —consultó.
—Aún no ha decidido, creo que quiere ser policía o cantante, ni idea. Solo sé que quería que fuera médico. —se encogió de hombros y se fue a la cocina.
—Sé que si Jungkook es cantante, policía o médico, dará su 100% de esfuerzo—sonrió entusiasta haciendo girar a la mujer.
—Gracias Yoongi, se lo diré a Kookie. —devolvió el gesto.
Yoongi asintió y se fue a cambiar para ayudar a la señora. En menos de 5 minutos salió listo con energías para apoyarla en lo que sea que ella le pidiera.
Al ingresar a la cocina vio a la mujer sentada en una silla.
—Te vestiste. —habló levantando la vista hacia su menor. —¿No tienes clase?
El aludido dirigió su mirada al reloj frente a él.
—Aún me quedan 40 minutos, la ayudaré para pagar mis horas de ayer.—contestó.
—A esta hora no viene nadie. —le sonrió amablemente viendo como el muchacho frente a ella inclinaba su cabeza en señal de duda.—pero si deseas te puedes quedar.
—Gracias. —un silencio se instaló en esa pequeña cocina.
—Jungkook me dijo que tienes sueños extraños. —soltó de repente, Yoongi abrió sus pequeños ojos con sorpresa y finalmente asintió.
—Sueño con un lugar que está en blanco, no se puede ver el cielo ni el piso…es muy extraño. —la señora Jeon agitó sus manos para que el chico continuase con su narración. —Al principio solo estaba yo y… un chico que yo extrañamente quería…
—¿Lo conoces?—interrumpió.
—Solo en sueños. —respondió con un leve sonrojo en sus mejillas. Al instante, la mujer sonrió intuyendo el porqué de su reacción bochornosa.
—¿Te gusta?—esa corta pregunta descolocó al azabache haciendo que el color en su rostro se intensifique. Asintió lentamente.
—Entonces te gusta un desconocido en sueños, al principio puede sonar ridículo, pero algo se puede estar escondiendo tras ese sueño. —señaló haciendo que el menor sintiera todo un poco más claro.
—Creo que… debe haber alguna razón por la que sueño eso, pero no sé si sea capaz o lo suficientemente inteligente para entenderlo. —añadió.
—La respuesta saldrá a la luz.—sonrió dulcemente.
Antes de que Yoongi pudiera decir algo más se escuchó la campana indicando la llegada de un cliente.
La señora Jeon se levantó rápidamente y fue a recibir al recién llegado.
»—Taehyung llegas en buen momento, no hay gente, así que te puedo enseñar todo tranquilamente.—escuchó decir a la señora.
Yoongi se asomó hacia donde ella estaba, haciendo que vea a un muchacho de tez ligeramente bronceada, pelo gris, alto y bien parecido.
—Buenos días, señora Jeon. —saludó inclinándose en un ángulo de 90 grados.
—Hola Tae, vístete rápido tengo mucho que enseñarte.—dijo la nombrada, el chico volvió a inclinarse hacia la mayor y se dirigió hacia los cambiadores. —Él es Kim Taehyung, el hijo de unos amigos, trabajará aquí en reemplazo de Jungkook.—El pelinegro asintió. — Es un chico encantador a puesto a que se llevarán bien.—en ese momento el tal ‘Kim Taehyung’ salió del cuarto con una sonrisa peculiarmente rectangular.
»—Bien, Yoongi te irá enseñando algunas cosas.—el peligris hizo un venia igual que a la anterior pero esta vez dirigida a su nuevo compañero de trabajo, el pálido devolvió el gesto.
—Hola, un gusto soy Taehyung pero llámame Tae, creo que somos de la misma edad.—mostró su sonrisa cuadrada.
Siendo honesto, era demasiado atractivo, al punto de hacer sentir pequeño al azabache.
—Soy Yoongi y me puedes decir Yoongi.—habló el mayor de ambos haciendo reír a Taehyung. —Solo me dicen así, no tengo ningún apodo.—contestó frotándose la nuca en un acto nervioso.
No diría algo como: ”Tengo un amigo que me llama Pokémon y a veces min azotador Yoongi. Tú también dime por cualquiera de esos”.
—Yoonnie suena lindo pero estoy seguro que así te llamaría tu esposa, yo te llamaré… mmm—acomodó su mano en su barbilla pensando en su respuesta.—¿…Yoon?
El contrario rio divertido por la situación, Taehyung le siguió.
..
—¡Yoongi!—exclamó el chico de piel morena llamando la atención del aludido.
El pelinegro se acercó a su amigo al fondo del salón y lo saludó con un golpe en la nuca aprovechando que estaba sentado.
—Buen día, Namjoon.—le dijo mientras el nombrado lo asesinaba con la mirada.
—Hey, llegas justo a tiempo. —Sonrió y frotó sus manos entre sí imitando la postura perversa de villano de alguna película. El contrario mostró una gesto de duda en su semblante.
—¿Para qué?—preguntó sentándose en su respectivo asiento.
—Hoy vamos a salir…—el pelinegro asintió. —… a la calle, no a mi casa ni a la tuya. —advirtió Namjoon, Yoongi negó con la cabeza arrugando su ceño y poniendo las comisuras de sus labios hacia abajo.—Claro que sí, ya hablé con Lía y me dijo que tiene tiempo así que… prepárate.
—No iré, me siento muy cansado y quiero dor…
—Tienes que seguir evolucionando, eres Min-azotador-Yoongi, ahora te convertirás en Min-tengo-novia-Yoongi. —habló con una sonrisa socarrona dándole un golpe suave a la espalda de su amigo.
—Prefiero ser Min-no-jodas-Yoongi—contratacó.—y que tu seas Kim-soy-idiota-Namjoon.
—Es mejor Min-azotador-tengo-novia-gracias-a-mi-amigo-Yoongi. —guiñó un ojo mientras sonreía.
Yoongi volteó los ojos cansado de oír sus apodos ridículos.
—No iré, tengo cosas que hacer…
—Dormir y besar tu almohada no me parece un asunto de suma importancia. —enarcó una ceja y se cruzó de brazos mirando escéptico a su mejor amigo.
—No iré y punto. —afirmó.
—¿Qué película veremos?—inquirió la castaña mirando a sus dos acompañantes.
—Mmm…tú decide, al cabo que ni quería venir.—habló Yoongi en un susurro que la castaña, a pesar del bajo sonido, no pasó por alto.
Lía, quien al inicio estaba sonriente, empezó a borrar todo rastro de felicidad.
Namjoon al notar el comportamiento de la chica se acercó a Yoongi y le dio un codazo.
—Lía, tú escoge y toma, —sacó dinero de su billetera y se lo tendió. — ve a comprar las entradas y nosotros la comida.
La nombrada mostró una débil sonrisa y se fue a la ventanilla en la que se compraban los boletos para el cine.
—¿Qué le dijiste?—preguntó Namjoon a su amigo cuando la castaña ya estaba lejos.
—No dije nada. —el más alto se cruzó de brazos y levantó las cejas esperando escuchar la verdad. —No dije nada que haya podido escuchar.—ratificó.
—¿ y que no haya podido escuchar pero tal vez escuchó?—inquirió.
—Dije que no quería venir. —admitió el pálido recibiendo un puñetazo en el brazo.
—La invité porque no veo que tenga amigos, quería ser bueno con ella.—dijo y Yoongi giró los ojos.
—Pero qué caritativo, ahora quieres ser un hombre de bien.—contestó sarcástico.—¿Seguro que a ti no te gusta?
—No. —negó el contrario.—Quiero ayudarla eso es todo.
—¿A estar conmigo? No lo creo. —giró la cabeza a los lados en señal de negación.
—Tengo motivos.—finalizó.
Yoongi no preguntó nada más, y ante el silencio, ambos se dirigieron al puesto de comida dentro del local del cine.
»—Por lo menos discúlpate. —dijo Namjoon mientras Yoongi terminaba de hacer su pedido a un chico en la caja.
El pelinegro asintió no muy convencido recibiendo su boleta de compra y dirigiéndose al lugar de entregas para recoger su pedido.
Ya habiendo recogido la comida se fueron a encontrar con la castaña, quien los esperaba sentada en un banco.
—Perdonen, a la próxima yo pago todo.—se disculpó apenada.
—No te preocupes. —dijeron los dos al mismo tiempo, ella contestó con una sonrisa.
—¿Qué veremos?—preguntó Namjoon.
—La más pronta era Avengers: End game, no sé si les guste…
Los ojos de Yoongi se iluminaron, amaba las películas de Marvel, pero en vez de mostrar la alegría de un niño y gritar ‘yupi’ de camino a la sala, se calmó y fingió que no le interesaba.
—No importa. —habló encogiéndose de hombros sin mostrar ni un ápice de alegría.
Siempre frío nunca infrío. Siempre Yoongi nunca inYoongi.
Los tres amigos se dirigieron a la sala de cine correspondiente, y cuando ya estuvieron cerca a sus asientos, Namjoon, quien estaba entre sus dos amigos, corrió rápidamente para sentarse en el primero de los tres sitios y dejar a Lía y Yoongi juntos. Su mejor amigo le envió una mirada asesina y lo insultó silenciosamente de todas las maneras posibles.
Lía los miró a ambos extrañada, y cuando Yoongi se dio cuenta de que tenía la mirada confundida de la castaña puesta en él, se irguió en su asiento y posó su vista en la gran pantalla de cine, la cual empezó a reproducir la película con la voz de Robert Downey Jr. (Iron man) de inicio. De pronto el enojo que sentía por su amigo se fue desvaneciendo a medida que se iba concentrando en la película.
La cinta era muy interesante e intrigante, pero aún así no pudo hacer que sus ojos se quedaran abiertos. Lo intentó con todas sus fuerzas más el cansancio que lo dominó fue incontrolable y lo hizo caer completamente dormido.
Lía y Namjoon estaban absortos en la pantalla viendo la escena en la que Tony Stark resolvía el problema del viaje en el tiempo y luego soltaba un ‘mierda’. Soltaron risas por toda la sala. Lía se giró para ver a Yoongi esperando ver por lo menos el más mínimo gesto de gracia en su rostro, pero lo que encontró fue al pálido chico dormido con el cuerpo inclinado hacia un lado cada vez cayendo más y más hacia su hombro, y en cuanto estuvo apoyado en ella, provocó un gran sonrojo que Namjoon pudo notar por la fuerte luz que emitía la pantalla.
La castaña no pudo prestar atención a la película por el hecho de tener tan cerca a su gran amor, una cosa era ver a Yoongi desde la lejanía y contemplarlo con total anhelo, y otra era tenerlo tan solo a unos centímetros de distancia, sabía que si giraba su cabeza un poco se encontraría con el rostro angelical del chico prácticamente pegado al suyo. No sabía si era buena o mala suerte ya que, conociendo el carácter del pelinegro, este se pondría incómodo y hasta molesto de haberse dormido en su hombro, pero…apenas eran las 4 de la tarde, ¿Quién dormía a esas horas? Supongo que solo él.
No lo despertaría porque sabía que sería peor, lo haría enfadar más. Lo tendría ahí hasta que él, por cuenta propia cambie de posición o se despierte, mientras tanto iría disfrutando de ver por el rabillo del ojo su belleza, sus delgados y rosados labios y sus ojos cerrados luciendo esas largas pestañas, era demasiado lindo, era demasiado su tipo. Se atrevió a girar un poco más la cabeza para verlo más a detalle y al hacer esto movió el hombro en el que él se apoyaba con brusquedad haciéndolo despertar.
Abrió sus pequeños ojos con pereza y lo primero con lo que se encontró fue con unos ojos marrones grandes y hermosos, al principio creía que estaba en su mundo de fantasía, pero luego se dio cuenta de que esos orbes le pertenecían a una castaña en particular. Aun así sus labios pronunciaron ´mochi´. Lía lo miró confundida por lo que Yoongi acababa de decir. No se apartaron y se dedicaron a mirarse hasta que un estruendo de la película que, desde hace rato habían estado ignorando, hizo presencia.
Los dos se separaron asustados por el reciente sonido y se acomodaron en sus asientos como si nada hubiese pasado, habían hecho un espectáculo para el chico del costado que los observaba satisfecho con una sonrisa de hoyuelos, deseaba haberse comprado un ticket detrás de ellos para ver todo el show mejor.
Yoongi estaba sonrojado hasta las orejas, definitivamente no le gustaba la cercanía de las personas. Lía mientras tanto se había quedado en un estado de shock, literalmente, Lía.exe había dejado de funcionar, ni la emotiva escena de la muerte de Iron Man había logrado despertarla.
Todos andaban llorando o insultando a Thanos por la muerte del superhéroe. Sin embargo, esos tres chicos andaban cada uno en su mundo, uno pensando en que sus esfuerzos por unir a sus amigos estaban dando frutos, otra con la mente nublada y finalmente Yoongi totalmente confundido y avergonzado.
….
—Gracias por la invitación, la película estuvo muy buena.—habló Lía al ya estar todos fuera del cine.—Ya me tengo que ir…tenía que estar a las 5:00 p.m en mi casa mi mamá debe estar preocupada.
—No te preocupes, Yoongi te acompañara.—Namjoon sonrió y empujó a Yoongi hacia ella.
—No es necesario. —aclaró ella apartándose de ambos lista para marcharse.
Yoongi quería decir que sí, que no podría, pero si quería llegar rápido al trabajo el camino por el que Lía se iría, era el más corto.
—Igual tengo que ir por ahí. —dijo Yoongi. Namjoon le sonrió con una sonrisa de oreja a oreja y se fue.
Caminaron si decir nada, mas el azabache quería disculparse por haber sido grosero con ella y, sobre todo, por haberse quedado dormido en su hombro y haberla incomodado.
Mientras tanto, Lía seguía con su mente perdida en la memoria de la cercanía que habían tenido ambos en el cine.
Anduvieron esos 15 minutos en total silencio y no rompieron el hielo hasta que estuvieron en la puerta de la castaña.
—Lía, lo siento mucho. Sé que estabas muy entusiasmada, pero lo arruiné. Lo lamen…
—No hay porqué, me divertí mucho. —contestó tomando las grandes manos del contrario y mostrándole una dulce sonrisa.—Gracias.
“Yoongi…no me dejes nunca”.
Una voz resonó en su cabeza, era su voz, la voz de Lía. Sin embargo, ella no había dicho nada más, sus labios estaban sellados. Un fuerte dolor hizo que le duela la sien y que se sintiera mareado.
»—Yoongi, ¿estás bien? —consultó Lía asustada ante el estado del pelinegro y empezó a acariciarle la espalda.
Repentinamente, el dolor desapareció y la castaña pudo respirar aliviada al ver al chico relajando sus músculos.
—Estoy bien. —Lía estaba con lágrimas en los ojos.—No llores, solo me maree un poco.—intentó tranquilizarla.
—¿No quieres agua?—preguntó la castaña.
—Es que ya debo irme, pero gracias. —le sonrió para calmarla, la contraria le devolvió el gesto con las mejillas aún húmedas.
Se despidieron con una reverencia y cada uno se fue por su lado.
—Lía, gracias por preocuparte. —habló Yoongi antes de irse.
La castaña se quedó estupefacta por lo que el pelinegro había dicho y con una gran sonrisa se metió en su casa, donde su hermano la esperaba.
—Ya estoy listo para contar chistes de abuelo a mi cuñado. —habló Seokjin guiñándole un ojo.
💤
—Buenas tardes señora Jeon.—saludó Yoongi con una venia.
—Yoongi, bienvenido.—respondió la mujer. —Llegas justo a tiempo, Tae se tuvo que ir por una emergencia y se llenó. Cámbiate rápido.—El chico asintió y corrió a los vestidores, donde se alistó en menos de 2 minutos.
Se dirigió a una mesa que aguardaba por ser atendida y tomó su orden junto con la de otras más. A pesar de estar con todos sus sentidos puestos en su labor, su mirada no podía evitar dirigirse hacia el imponente árbol que estaba en el arque de al lado.
No descansó ni un poco hasta el final de la jornada de trabajo.
—Yoongi, gracias y disculpa por haberte hecho trabajar tanto.—habló apenada la mujer al ver al azabache más pálido que de costumbre. El aludido sonrió y negó con la cabeza.
—Está bien.
—Es que Tae tuvo un problema de suma importancia.—se excusó la señora.—Y Jungkook no pudo venir a reemplazarlo.
—No se preocupe. — la calmó y cada uno fue a alistarse para cerrar el café.
De repente a Yoongi se le cruzó una duda por la mente que intuyó que la señora Jeon sabría responder. Por lo que mientras salían del lugar se decidió a preguntar.
»—Disculpe que le haga preguntas tan extrañas, pero… ¿el árbol de por allá tiene algún significado o… algo así?—la mujer, quien ponía candados a la puerta detuvo sus manos.
—Es una encina y significa justicia, pero antes mi madre solía contarme la historia de una pareja casada que se amaba con total devoción y que cad…
—¿Mamá qué le estás contando a Yoongi?—interrumpió Jungkook con una sonrisa acercándose a la señora y el muchacho con lentitud.
—Hola Jungkook, ¿Cómo te ha ido? —saludó Yoongi sorprendido de volver a ver a su ex compañero de trabajo.
—Todo bien Hyung, quise venir a recoger a mi mamá. —habló nervioso.—y salvarte de sus cuentos de brujas.—bromeó frotándose la nuca.
—Para tu información, él me pidió que le contara. —contestó su madre y ambos chicos rieron.—Es uno de las mejores mitos de este lugar, pero ya olvidé la historia.—rio.—pero si deseas escucharla, ven a almorzar el sábado a mi casa y que mi mamá te la cuente. —sonrió hacia Yoongi.
—Gracias señora Jeon, estaré ahí por supuesto. —devolvió el gesto.
—La abuela se sabe toda la historia, dice que era muy popular en sus tiempos. —añadió Jungkook sonriente para luego despedirse.
—Hasta mañana. —se despidió Yoongi inclinándose ante la señora y su hijo, y yéndose hacia su hogar. Esperaría hasta el sábado para poder escuchar la famosa historia que la abuela de Kook tenía para él.
💤
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:"v
Dos actualizaciones seguidas, debe ser día de algo importante jajaja :" v
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