Sueño: Período de inconsciencia durante el cual el cerebro permanece sumamente activo.
Yoongi.
Me encontraba en medio de la nada, un espacio vacío e insólito que delataba que esa no era mi realidad, sino que estaba sumergido en un mundo que hace tiempo había perdido su encanto. Vagaba en un sueño.
Observé a mi alrededor encontrándome con una cabellera castaña y el dueño estaba sentado mirando hacia la nada que era lo único que nos rodeaba. Estaba vestido completamente de blanco y seria difÍcil distinguirlo sino fuera por esa vibrante cabellera café.
―¿Quién eres? ―pregunté confundido viendo a la persona frente a mí.
No respondió y en seguida sentí una punzada en el pecho. La vista se me empezó a distorsionar y cada vez lo vi más lejos de mí.
Sin prevenirlo, el agua de mis ojos fue resbalando rápidamente por mis mejillas. Era un sentimiento hueco que me hacía sentir miserable. Era esa sensación que tanto detestaba, como si me hubieran arrancado el corazón.
3 a.m.
Abrí los ojos en un instante y me senté en la cama con rapidez. Sentí la respiración agitada y las mejillas húmedas, confundido me las toqué para comprobar que fueran lágrimas. En cuanto deslicé mis dedos hacia mis ojos y sentí las pestañas mojadas, lo confirmé. El sueño que acababa de tener tuvo un impacto diferente en comparación a otros.
―¿Qué fue eso?― susurré en la oscuridad de mi cuarto, todavía con ese nudo en la garganta, el cual dolía intensamente.
Me levanté de un salto y corrí hacia el baño para poder limpiarme las lágrimas que no dejaban de surcar de mis ojos.
Prendí las luces y fijé mi mirada en mi reflejo en el espejo. Los rastros de llanto en mis mejillas formaban caminos desde mis ojos hasta el final de mi mandíbula y una tinta roja había coloreado los párpados, mejillas y frente. Era extraño verme así, y más aún por algo tan ilógico como lo era la fantasía que había creado mi cabeza. Me lavé la cara en un estado somnoliento y al terminar me dirigí a mi habitación a seguir descansando.
Me acomodé entre las sábanas y cerré mis ojos dispuesto a dormir. Sin embargo, no podía conciliar el sueño. Por más que sentía cansancio, mi mente no dejaba de proyectar la escena que me había descolocado totalmente. La imagen de esa cabellera castaña me hacía preguntarme de quién sería y por qué recordarla me causaba tanto dolor.
Su pelo era lo único que podía recordar, cómo se movía con el viento y cómo lograba que mi corazón se ensombrezca.
💤
Namjoon había sido mi amigo desde primaria todo porque como él dice fue el único que se atrevió a acercarse a la bestia y apaciguarla para convertirla en lo que soy ahora: Min Gruñón Yoongi. Siempre me decía que debió haber ganado un premio desde que me sacó una sonrisa, ya que soy demasiado inaccesible como para poder mantener una simple conversación. Sí, él era el único amigo que tenía, la única persona que sabía todo de mí y "el convierte bestias" orgulloso de la única cosa que no había logrado romper en toda su vida: nuestra amistad.
―Tuve un sueño extraño. ―le conté camino a nuestra clase. Él puso su atención en mí esperando a que continúe.― Soñé con una persona de cabello castaño, lo único que pude ver fue su cabellera, pero lo más extraño no es eso. Lo más raro fue que desperté llorando.
Namjoon se quedó pensativo mirando el vacío con esa expresión perdida que usaba siempre que analizaba algo. Deduje que estaba buscando alguna razón lógica a todo esto.
―Una vez leí que si sueñas con personas que desconoces es por simple coincidencia o porque... ―De repente su típica mirada analítica tomó un toque pícaro. Empezó a soltar pequeñas risitas, me puse en modo serio mostrándole que esa situación no me daba ni pizca de risa, por lo que prosiguió con una sonrisa burlona dibujada en su rostro. ―o porque quieres relaciones amorosas o... también pueden ser deseos sexuales. ―soltó para finalmente reírse descontroladamente, mientras yo seguía con mi característica expresión aburrida.
―No quiero tener nada con nadie menos...eso. ―afirmé cruzándome de brazos a la espera de que mi estúpido amigo detuviera esas incontrolables carcajadas.
Al oír eso, se enderezó, me tomó de los hombros y me miró fijamente.
―Yoongi...admítelo. Quieres dejar de ser el chico virgen imbécil de toda la universidad y convertirte en el renovado Yoongi azotador. ―dijo para reírse con más fuerza que la de antes. Yo solo me quedé boquiabierto e indignado al haber escuchado que ahora mi deseo era tener sexo a como de lugar, y más aún con un ser imaginario.
Tapé mis ojos con mis manos y las pasé por toda mi frente llegando hasta mi cabello, suspiré derrotado y negué con la cabeza decepcionado. Namjoon era demasiado inmaduro como para entender esas cosas, era algo serio ¿o no?
Caminé alejándome de él y sus burlas por mis sueños, y me prometí que ese día en la tarde ya lo buscaría yo por internet.
―Hey, no me dejes Min pervertido Yoongi. ―habló Namjoon corriendo hacia mí y posando su brazo alrededor de mi cuello, agitado por haber reído tanto mientras nos dirigíamos por el pasillo que nos conducía a nuestra próxima clase.
― ¿Ahora ese es mi nuevo apodo? ―pregunté sarcástico mientras doblábamos la esquina.
―Sí, eres como un pokemón y ya estás evolucionando. Pasas de ser Min Solitario Yoongi a Min Gruñón Yoongi para finalmente ser Min Azotador Yoongi. Es un gran paso. ―contesta irónicamente conteniendo el no reír con toda su alma. Bufé molesto para luego avanzar por el largo pasillo. Namjoon era demasiado idiota para entender ese gran misterio, ¿o yo le daba mucha importancia?
Los sueños y lo que escondían tras de ellos no me habían interesado nunca antes, pero ahora algo hacía que todo se torne extraño. Algo me ligaba a ese sueño. De alguna manera, quería recordarlo perfectamente y quería saber qué me quería decir. Y más que nada quería saber por qué esa persona de hebras castañas había aparecido en ellos. ¿Sería alguien creado por mí? ¿O de verdad existiría? Imposible, solo era mi mente y sus creaciones tan abstractas e irreales.
💤
Había sido un largo y cansado día, por lo que mis ojos se cerraban sin siquiera poder percibirlo. Lo único que quería era tomar una larga siesta hasta el día siguiente. Los gritos de mamá no me importarían, aunque luego recibiría un buen jalón de pelos. ¿Qué más daba? Tenía sueño y nadie iba a detenerme.
Al llegar a casa, entré lo más cauteloso posible. No quería que mamá se dé cuenta de que estaba yendo a mi cuarto para dormir, ya que si se enterara de eso seguro lo primero que haría sería mandarme a hacer algo, para ella todo el tiempo dormía o simplemente no hacía nada. Otra cosa era que ella siempre me pillaba en mis momentos de ocio en los que dormía o jugaba con el celular. Siempre aparecía en los momentos más inoportunos, pero esta vez no, tenía una importante cita con mi almohada.
Llegué a la puerta de mi cuarto, la cual se ubicaba en el segundo piso de la casa. Inserté la llave haciendo el menor ruido posible al abrir la cerradura y al haberlo logrado exitosamente, entré a mi habitación, eché seguro a la puerta y me recosté en mi cama con una sonrisa de victoria.
Me acomodé de costado y cerré los ojos haciendo viajar a mi mente a lugares desconocidos y abstractos.
💤
Me encontraba en la nada, un lugar completamente vacío y con un color blanco inundándolo todo. No se distinguía el piso ni el cielo, eso me hizo sentir asfixiado. Hasta que vi esa peculiar cabellera castaña contrastando todo el lugar. Llevaba prendas igual de blancas que el espacio, y aún así resaltaba de entre todo. Y sobre todo... era hombre, uno delgado y pequeño, pero un hombre. Si Namjoon se llegara a enterar de seguro me empezaría a llamar Min Gay Yoongi o algo así. Suspiré pensando en la razón por la cual mi amigo tenía una mente tan... corrompida.
Alejé esos pensamientos y me dediqué a analizar al chico, quien estaba sentado de espaldas, abrazando sus piernas y reposando su cabeza en ellas mientras veía un punto fijo. No pude ver su rostro.
―¿Quién eres? ―inquirí, mas no obtuve respuesta. ―¿Quién eres? ―insistí, pero seguía estático en la misma posición. Decidí acercarme pero por más que caminaba hacia él seguía en el mismo lugar. Simplemente caminaba sin poder avanzar. ―Pero... ¿Qué mierda?―susurré viendo cómo el muchacho seguía igual de lejos.
¿Por qué estaba pasando esto? Estaba totalmente frustrado. ¿Por qué mierda todo era tan raro? Intenté avanzar pero seguía estancado en el mismo sitio. Creí que corriendo lograría cumplir mi objetivo, pero nada, nada resultaba. Caí rendido en el piso después de haber intentado repetidas veces.
―Así no podrás avanzar. ―dijo una voz desconocida, seguramente del chico frente a mí. Di un brinco por el susto ya que en medio del silencio no esperaba escuchar nada más que mi propia voz.
Busqué con la mirada al dueño de esa voz y tal como lo había creído, esas palabras provenían del muchacho.
¿Por qué si estaba tan lejos podía escucharlo como si estuviera a mi lado? Este sueño era realmente un lío de cosas sin sentido.
― ¿Así que hablas?―bromeé después de haberme quedado un rato callado.―Creía que solo eras un holograma o algo así.―sonreí de lado burlándome de la situación. Tenía miedo, pero era mejor mantener la calma y reír un poco.
El chico no se inmutó, literalmente se quedó en la posición en la que lo había encontrado, hasta parecía que no respiraba.
»―Oye, ¿puedes respirar? ―y esa fue la primera vez que lo vi moverse. Estaba carcajeando.― Deja de reírte creí que no respirabas, es más, creía que eras algo así como un holograma. ―A pesar de mi intento de explicarle que realmente estaba confundido, él no paró de reír.
―Eres un tonto. ―habló todavía sin parar de carcajear.
En cuanto escuché su voz nuevamente, supe que había algo mas allá que una mera coincidencia. Al instante sonreí.
Su risa era dulce, y su voz, lo era también, me hacía recordar a las de los niños. Una risa llena de inocencia y alegría sublime. Sin embargo, más que nada hacía que una emoción creciera en mi pecho, que mi corazón se acelere y saltara.
―¿Sabes de casualidad qué es esto? ―repliqué intentando sonar lo más desinteresado posible después de que terminó de reír.
El chico, como era lo usual, no contestó limitándose a encogerse de hombros. En serio daba miedo el hecho de que no se moviera, o que sus movimientos fueran totalmente imperceptibles. Viéndolo de esa forma, parecía demasiado... irreal.
―Se supone que es tu creación, tú deberías saberlo. ―habló, seguro intentando que lo comprendiera todo, pero solo lograba confundirme más.
―¿Qué hablas? Yo no cree esto, simplemente apareció y ya. ―fruncí mi entrecejo ante tanto desconcierto. Todo era demasiado complejo.
―Es tu sueño, así que automáticamente es tu creación. ―aclaró.
Tenía razón. Estaba en un sueño, para ser más exactos, en mi sueño, por lo que todo lo que estaba ahí era una creación de mi subconsciente, algo que tenía que estar relacionado a mi vida o algo por el estilo. Sin embargo, lo que veía era... ¡absolutamente nada!
―Pero es algo que no contro...
―Claro que puedes, es tu sueño después de todo. ―interrumpió con un tono de voz bajo, como si tuviera miedo. ―Eres el amo y dueño de todo esto así que haz funcionar esa cabeza.
Lo miré pensativo.
Estaba confundido, sin saber manipular ese absurdo espacio. Ni siquiera lo entendía. ¿Cómo iba a dominar todo si no tenía idea de cómo funcionaba? No sabía qué rayos hacía ese chico ahí sin poder moverse y yo por mi parte estancado en el mismo lugar.
Enloquecería o ya estaba loco, eso era un hecho. Solo a un loco se le aparecía literalmente nada en sus sueños.
«¿Acaso estoy drogado?», pensé asustado con los ojos abiertos de par en par totalmente desconcertado de la situación.
―No lo entiendo.―murmuré bajo y dudé en si el castaño me había escuchado, ya que estábamos lejos el uno del otro. Pero no, a pesar de la distancia de aproximadamente 5 metros, él me había escuchado perfectamente.
―Mmm...yo creo que será como...―se quedó callado pensando en una respuesta.― ¡Ya sé!―exclamó emocionado. No podía verlo al rostro, ni siquiera sabía cómo eran sus facciones, pero intuí que había sonreído y quería ver esa sonrisa. La curiosidad me mataba. ―Es como una hoja en blanco, solo debes pintarlo. Diseñar y pintar el paisaje.―explicó entusiasmado―, y según mis locas teorías para hacer eso solo debes desear lo que quieras con... ¿fuerza?―dijo dudoso.
Seguía sin entender bien, mas no dije nada. Solo quería salir de ahí pronto, pero a la vez quería conocer más de ese misterioso muchacho, del que solo podía ver su espalda y su cabello. Comencé a reír.
―¿De qué te ríes?―hablo extrañado.―Pareces idiota.―al instante paré de carcajear.
―¿Qué dijiste?―advertí con burla. Me respondió con una risita.―Ya verás.― corrí hacia él, pero ups... lo había olvidado, no podía avanzar. El muchacho rió con más fuerza y yo hice lo mismo.
Fue un momento cómodo, a pesar de que no lo podía ver ni él a mí. Sin embargo, lo sentía tan cerca que era inexplicable.
―Oye...―hablé bajo al haber detenido mis risas.― ¿Cuál es tu nombre?―inquirí.
―Mi nombre es...
Antes de que pudiera acabar la frase todo se volvió a oscurecer y me encontraba totalmente desubicado viendo al techo de mi habitación. Era cierto, me había dormido y otra vez ese chico había aparecido en mis sueños, y otra vez no sabía su nombre, igual que en el anterior sueño.
Todo era tan loco, confuso, inexplicable, y todo me generaba mucha curiosidad. Sabía que no era por deseos morbosos la razón por la cual ese muchacho había aparecido ahí.
«Estúpido Namjoon», pensé.
Había algo detrás de eso, sabía que tenía un trasfondo, sino... ¿Por qué no podía saber su nombre? Ya no era pura casualidad que en el momento en el que iba a saber el nombre del muchacho todo se desvaneciera a mi alrededor y finalmente regresara a la realidad. Ya habían sido dos las ocasiones en las que ese incidente se había repetido, definitivamente el término casualidad no encajaba ahí.
Rápidamente me levanté de la cama y fui hasta mi computador para investigar sobre los sueños, apareciendo varios resultados. Sueños lúcidos, viajes astrales, pesadillas, fenómenos raros del sueño y mucho más. Seguí bajando hasta que algo llamó mi atención.
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EDITADO 26/06/2023
Ando editando esta vaina porque me gustaría terminarla entre este y el próximo año, ojalá el tiempo me de para acabarla en diciembre. Hay resto de cosas sin coherencia o con muchos huecos argumentales jajajajajaj Perdón por eso ajajaj
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