Capítulo 8
Cuando TaeRi lo conoció, ya había cumplido sus dulces dieciséis años.
El cabello castaño llegaba a la altura de su pecho, el flequillo que cortó por curiosidad hace dos semanas tapaba suavemente sus cejas y sus pestañas encrespadas revoloteaban con paciencia mientras fingía ponerle atención al profesor de historia aquel lunes en la mañana, pero aquella estaba en la clase de deportes de los chicos de último grado.
Aaah... Último grado, como le gustaría estar ahí.
Estaría solo a un paso de dejar de ver las horribles caras de sus compañeros todos los días.
Su atención fue reclamada en el salón de clases cuando la pronunciación de su nombre se coló en sus oídos. Los sentidos se afinaron y miró hacia el pizarrón.
Un chico alto y de cabello rubio teñido se encontraba junto al profesor observándola.
TaeRi solo contuvo una risa cuando el chico cruzó su mirada con la propia y sus orejas se tornaron de un intenso color rojo.
A JungKook le sudaban las manos.
Quería salir corriendo, o estaba seguro de que devolvería el desayuno frente al director de su nueva escuela.
La familia Jeon era originaria de la ciudad de Busan. Sin embargo, sus padres decidieron mudarse a Seúl para darles una mejor oportunidad a él y su hermano de un buen estudio previo a la universidad.
Para JungKook era un poco estúpido, puesto que creía que en todas partes era lo mismo y ni siquiera sabía qué era lo que deseaba hacer con su vida, pero sus padres eran los que tenían la última palabra.
Y estaba bien con eso.
Con suerte escuchó dos palabras de su bienvenida y aceptó con una sonrisa nerviosa su horario y materias.
No entendía nada, pero una sonrisa recompensaba todo.
Se despidió de sus padres y siguió en un absoluto silencio al director hasta el que parecía ser su salón. Se detuvieron frente a la puerta y JungKook se obligó a calmarse; no había nada del otro mundo tras esa puerta.
Suaves golpes se escucharon y la puerta fue abierta a los pocos segundos por un hombre que parecía rondar los cuarenta años.
—Él es Jeon JungKook. —dijo el director—. Es un nuevo estudiante. Viene desde Busan.
—Es un gusto conocerlo. —susurró y estiró su mano en ademán de hacer un apretón.
—El gusto es mío. —respondió el hombre y correspondió su saludo—. Ven, pasa a conocer a tus compañeros.
El director se despidió con una sonrisa amigable y JungKook ingresó tras el profesor. Se quedó junto al hombre mientras este se encargaba de presentarlo y dar la típica charla de "sean respetuosos y cordiales".
Por mientras, sus curiosos ojos viajaron por el salón, obteniendo un perfil rápido de la personalidad de cada uno según qué tan presentable se veían o la manera de sentarse.
Y la vio a ella.
Un latido pasó inadvertido, ¿ese perfil tan perfecto acaso era real? Su piel era demasiado pulcra; increíble considerando la etapa de adolescencia y alteraciones hormonales en que estaban. Su cabello castaño ligeramente ondulado en las puntas brillaba con la luz del sol que llegaba hasta ella por la ventana, dando luz a la somnolencia que se presentaba en su rostro de facciones bonitas.
Qué imagen tan etérea.
—JungKook —escuchó que era llamado por el profesor y lo observó por el rabillo de sus ojos—, te sentarás junto a TaeRi.
Regresó su mirada al frente y cruzó miradas con la chica que representaba la exacta definición de perfección y belleza. Sus ojos avellana eran profundos; a este ritmo iba a sufrir un ataque cardíaco.
Sintió sus orejas arder y ella contuvo una risa.
Sí, definitivamente no iba a salir con vida de ahí.
[Hi~
Perdón por tardar tanto en actualizar, pero estaba un poco desanimada para escribir :(
¿Les gusta cómo va todo? Me gusta saber qué piensan del desarrollo ><
Nos leemos pronto, bye.]
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