Al día siguiente.

—¡Applejack es hoy! ¡es hoy! ¡es hoy! —Apple Boom me despertó saltando en mi cama.

Yo desperté con una expresión molesta que de inmediato cambio a una cansada.

—A-Apple Boom, basta por f-favor. —pedí con una voz débil.

Ella se calmó.

—¿Estás bien?

—Sí,... bueno, solo me duele el estómago. —me senté.

—¿Demasiado?

—Demasiado. —respondí tocando mi estómago.

—¿Estarás bien para hoy?—se sentó también mirándome preocupada.

—Yo... —tosi falsamente—. Realmente no me siento bien... Debe ser algo que comí ayer en la cafetería.

—Oh, entonces supongo que es mejor que te quedes en casa a descansar...

Mirar a Apple Boom estando triste hizo que me sintiera mal... Pero lo superaría, lo sabía.

Debía seguir.

—Lo lamento caramelo. Pero podrás ver a tus amigas competir.

—Sí, también...—suspiró—. ¿O no prefieres que me quedé a cuidarte?

—No, estaré bien. Tú ve a divertirte.

Ella me sonrió débilmente antes de bajar la mirada con tristeza.

Oh... no...

¿Porqué... hacía esto?

[…]

Después de tardar tanto en convencer a la familia de que podían irse y que yo estaría bien, también que llamaría si algo me pasaba claro, me prepararé rápidamente.

Ya era un poco tarde, pero seguramente seguiría Caramel esperándome.

Salí de mi casa y me dirigí al lugar en donde quedamos de vernos.

Ahí lo vi recargado en la pared de la heladería con sus manos en sus bolsillos del pantalón.

—¡Hey Caramel!—lo llamé. Él inmediato se incorporó y me miró.

—Hola Applejack. —sonrió y se acercó a mi.

—Lamento llegar tarde, tuve unos percances, espero que no pensarás que llegaba tarde para hacerme la interesante.

—Claro que no. —rió un poco—. ¿Vamos?

—Sí pero antes quería preguntarte algo y espero que no te molestes...

—Dímelo con confianza, tranquilo.

—Es que ayer mis primas me habían dicho iban a concursar en el evento de la hermandad que se hará cerca de aquí y me preguntaba si podíamos ir para verlas. Sé que no es lo planeado y si no quieres ir...

Dejé de escucharlo en cuánto escuché la palabra "hermandad".

Debía ser una mala broma del destino...

—Applejack. —me llamó—. ¿Todo bien?

—Sí, perdona, ¿decías?

—Ouh, que si estaba bien que fueramos...

—Sí, está bien, no hay problema. —sonreí forzadamente.

—¡Gracias! En verdad lo lamento, debí decírtelo pero lo había olvidado.

No te preocupes Caramel, no eres él único que lo olvido.

La diferencia es que yo tuve que mentir para estar contigo y que tú fuiste honesto...