──No pienso besarte sólo para que me hagas las tareas.

──Bueno entonces suerte repitiendo desde primer semestre.

Sana se dió la vuelta dispuesta a irse pero Tzuyu la detuvo.

──No, no pienso repetir.

──Entonces quiero mis besos

La pelinegra suspiró, se odiaba en ese mismo momento, no podía creer que tiraría su dignidad a la basura. Pero todo sea para salvar el semestre.

No lo pensó dos veces y para convencer a la castaña de que aceptaría el trato la tomó de las mejillas y juntó sus labios en un casto beso.

La sensación de los suaves y dulces labios de Sana le hizo sentir una sensación extraña.

Se separó rápidamente al sentir las mejillas de la contraria hirviendo. Y si, Sana estaba completamente roja mientras trataba de comprender lo que había pasado.

──¿Entonces? ¿Harás mis tareas?──Tzuyu preguntó.

──S-sí

──Bueno

Tzuyu sonrió y salió del salón cómo sí nada hubiera pasado mientras que la Sana seguía ahí de pie, tocando su boca y recordando el beso.

──Tzuyu me besó... Lo hiciste Sana... Lograste que Tzuyu te besara...

Sana comenzó a dar saltitos de alegría, y quién no estaría feliz si la persona que te gusta te diera un beso.

Pero no fue un beso de amor, sólo fue para que yo haga sus tareas.

Dejó de dar saltos y suspiró triste.

¿Algún día vas a amarme Tzuyu?

Era lo único que Sana deseaba, algún día poder ser amada por aquella chica que sólo le prestaba atención a sus apuntes y no a sus sentimientos.