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(No al spoiler)

⊰✩⊱


─Estuvo horrible, ¿Por qué mierda me traes a estas cosas?

El castaño salió detrás del peliazul, intentando con todas su fuerzas seguirle el paso.

─¿Y qué hay con esta ropa de viejito?─Continuó quejándose el de múltiples personalidades, mientras estiraba frustrado la camisa blanca dos tallas más grande y quitaba los ridículos anteojos redondos que eran sostenidos por el puente de su nariz─ Aggh odio tanto este estilo. Hasta Baek tiene mejor gusto que Taemin...─dijo, lanzando los anteojos a un contenedor de basura.

7:28 tiempo en el cual Taemin había caído profundamente dormido en plena 5ta sinfonía de beethoven y en su lugar, dos minutos después para ser más exactos, había salido Dak. A mitad del concierto, sin poder aguantar un segundo más adentro, el de cabellos fantasía salió del lugar, con un Jungkook siguiéndolo no muy confiado debido a las recientes palabras que Taemin le acababa de confesar.

─Hyung...─Habló el castaño suspirando rendido luego de recoger las gafas que habían sido botadas a la basura─Para empezar tienes que respetar el estilo de los demás no puedes juzgar. A parte, yo no te traje a ti a este concierto, traje a Taemin...

El chico pálido se detuvo bruscamente al escuchar lo último, causando que el castaño que iba detrás chocara con su ancha espalda. Tragó duro y tensó gradualmente su mandíbula, antes de girar en busca de la mirada de su menor.

Había algo en esos ojos, algo que le gritaba a Jungkook un enigma que ni siquiera él era capaz de poder descifrar.

─Tengo hambre.

Vaya enigma Dak.

Jungkook suspiró, preguntándose cómo es que las palabras de Taemin podrían tener validez ante la ocurrente personalidad del chico rudo. Por que sí, Dak podía fingir todo lo que quisiera, podía actuar frío y desconsiderado, inclusive podía odiar y tratar mal a toda la raza humana. Sin embargo, Jungkook, después de casi tres meses de tratar con él, podía presumir conocer un poco más al que llamaban personalidad secundaria. Podía presumir e incluso asegurar que Dak no era más que un simple chico que anhelaba tacto y atención, aun si su apariencia decía otra cosa.

─Vamos a casa...─dijo al fin el menor, extendiendo inconscientemente la mano hacia él─Seok Jin no está, pero puedo preparar algo de ramen y...

─Olvídalo no comeré tus porquerías, tu vete yo conseguiré algo más decente para cenar.

Y dicho aquello, giró al lado contrario de la calle, e ignorando al menor comenzó a caminar para alejarse cada vez más del que le llamaba por su nombre. Suspiró cuando al dar vuelta en una esquina, giró hacia atrás y no vio rastros del menor. Caminó por 5 cuadras más, dando vueltas a la derecha y a la izquierda constantemente hasta que por fin encontró el lugar que estaba buscando. Entró y tomó asiento en una de las mesas más alejadas y oscuras del interior.

─Woo DakHo, hace tiempo que no te pasabas por aquí, amor ¿Qué te sirvo?

─Lo de siempre─Contestó sin ni siquiera girar a ver a la chica que le hacía de mesera en aquel lugar

"Lo de siempre" entendido y anotado─ Fingió anotar algo en su pequeña libreta de notas─Entonces...cuando termines de cenar ¿Entramos al cuarto de siempre?─La mujer se agachó hasta que sus pechos quedaron a la altura del de cabellos azules─Tengo muchas sorpresas para ti...

─No gracias...─Contestó indiferente al servicio de postre extra que la chica le ofrecía después de la cena.

─¿Me estás rechazando?

─Si.

Indignada, la de cabello rojo y pechos voluptuosos, hizo una mueca de fastidio y se alejó del peliazul. Tres minutos después le llegó su botella de soju hasta su mesa, pero esta vez traída por un mesero.

Comenzó a servir pequeños "shots"en su vaso tequilero, para después beberlos de un solo trago. Disfrutó tanto del sabor de alcohol pasando de su boca a su garganta para después quemar sin piedad su faringe, ah, pero amaba tanto aquella sensación.

Minutos más tarde, cuando ya iba por el 6to trago, algo en el interior del lugar, una conocida cabellera castaña para ser más exactos, llamó su atención. Sin dudar, se puso de pie y con pasos fugaces se acercó a la escena donde un chico de cabellos blancos se le insinuaba al huésped que se quedaba en su casa.

─Y ¿Qué dices?

─A-aléjate.

─Uhm vamos chiquito, te gustará. Será la mejor cogida que tendrás en tu...

─Él dijo que te alejaras hijo de tu puta...─Y antes de poder decir algo más, Dak ya se encontraba estrellando sus puños en aquel rostro contrario.

─¡Hyung!

Bastaron solo 8 golpes por parte de Dak, para que los fortachones de seguridad de ese restaurant-bar llegaran.

─Si. Vuelves. A. Tocarlo. Te. Parto. Las. Bolas─decía pausadamente mientras sentía como los hombres lo tomaban─ El es solo mio, que te quede bien claro.

Terminó de amenazar para después ser arrastrado con brutalidad hacia la salida.

"Él es solo mío..."

Esa frase tuvo que nadar como 5 veces dentro de la cabeza de Jungkook para que este al fin la pudiera entender. Una vez lográndolo, una vez captando dichas palabras, su corazón comenzó a latir fuertemente dentro de su pecho y la estampida de sensaciones desconocidas dentro de su estómago empezó a despertar. Había escuchado bien, ¿Cierto?

Después de su Jungshook, el de cabello claro, casi que corriendo salio del lugar.

─¡Dak!

El peliazul se encontraba arriba de un montón de bolsas de basura, lugar donde momentos antes había sido aventado por aquellos de seguridad.

─Sueltame...─dijo a Jungkook cuando este intentó ayudarle a ponerse de pie.

─H-hyung

─¿Qué mierda hacías ahí dentro?─Le reprochó una vez que se puso de pie─¿Acaso quieres volverme loco? ¡¿Por qué mierda siempre tienes que meterte en problemas?!

Los recriminatorios ojos de Dak irradiaba chispas y lanzaba cuchillos al pobre castañito que tenía frente a él.

Jungkook, ante aquella mirada, lo único que pudo hacer fue bajar la propia y encogerse de hombros, sintiendo como su pecho se encogía ante la reprenda de su mayor.

─ ¿Por qué carajo me seguiste?─Continuó Dak─¡Contesta Joder!

─L-lo siento hyung, y-yo...─Pero esa corta palabra se quebró.

Aun con la mirada baja, el castaño hizo su labio inferior temblar. Se veía tan indefenso, a los ojos de Dak, Kookie lucía tan inerme ante el mundo.

─¿Por qué me seguiste?─Volvió a cuestionar, aunque esta vez con las palabras más sutiles─¿Sabes que te pudieron haber violado ahí dentro?─Apretó sus puños ante sus propias palabras. El simple hecho de imaginar lo que pudo haber sufrido el menor en aquel bar era tan...insoportable.

─Y-yo solo quería que estuvieras bien─Murmuró Jungkook como respuesta, aún sin despejar sus ojos del piso.

Ante lo escuchado, Dak soltó un bufido lleno de completo fastidio, lanzó una patada a uno de los contenedores de basura que se encontraban a un lado y gruño cuando este se cayó, provocando que todas las bolsas negras que yacían dentro se regaran por el todo pavimento de ese oscuro callejón.

─¡Yo puedo cuidarme solo joder!─Jadeó─Pero tu... tu─Apretó su mandíbula y cerró sus puños─Tu aun eres muy débil... siempre has sido muy débil.

Jungkook levantó la mirada y lo miró, sus ojos castaños brillantes por las lagrimas que aun no salían confirmando que, efectivamente, el castañito frente a él seguía siendo un pequeño bebé indefenso.

Lo siguiente que se escuchó fue un silencio total, un silencio que fue callado segundos después, cuando Jungkook, aún temblando, se acercó solo poco al que ahora se encontraba cabizbajo.

─Hyung...

─Calla.

Sus ojos se unieron poco después que Dak lo volviera a mirar. Y para cuando menos lo pensó el peliazul ya se encontraba envolviéndolo con sus brazos en un fuerte pero cálido abrazo.

─¿H-hyung?

La sensación en el pecho del menor fue fuerte, como si con aquel toque de corazón a corazón Dak estuviera transmitiendo una corriente eléctrica cargada de sentimientos indescriptibles, como si le estuviera comunicando con latidos aquel enigma que vio en sus profundos ojos mucho antes del accidente del bar.

─No soportaría...─Murmuró el mayor, segundos después, cerrando sus ojos y hundiendo su rostro en las castañas hebras de Jungkook─Si algo te vuelve a pasar. Ya no lo soportaría...

Envolvió más fuerte con sus brazos aquella pequeña cintura y dejo que Jungkook tímidamente abrazara su cuello de la misma manera.

El corazón de Dak se sintió tan dichoso, pues la calidez que emanaba el cuerpo contrario era tan perfecta, tan diferente, aunque a la vez tan benditamente familiar.

Dak agradeció a los cielos por tener al pequeño menor, aferrado a sus brazos de aquella manera.





⊰✩⊱






9:00 pm.

El camino a casa fue silencioso. Un silencio tranquilo y para nada desagradable, si no que todo lo contrario.

El corazón de Jungkook latía con cada paso que daba, mientras su mente se encargaba de centrarse en aquel amarre que tenia en una de sus manos. Dak, el dueño de ese tierno toque, iba a un lado suyo, cuidando el no desentrelazar los deditos que tomaba con fuerza. Se sentía tan bien, ese cálido toque en su mano derecha le daba la suficiente vida para disfrutar unos 100 años más.

Al llegar a casa y entrar, ambos se dieron cuenta que nadie había llegado aún. Sin importarle, Dak se adentró a la cocina, arrastrando con sigo al castaño, quien aun seguía aferrado a su mano.

─¿Sigues teniendo hambre?─Cuestionó el menor cuando vio a Dak dirigirse (ya sin él) hacia el refrigerador.

─Claro que tengo hambre, mocoso─Gruñó buscando en el interior de la nevera─Tú apareciste en ese restaurante antes de que llegara mi comida.

Jungkook bajó la mirada, sintiendo como la contraria se posaba en él. Su rostro tornándose sumamente rojo ante la atención de su mayor.

─Aquí hay suficiente kimchi para los dos─Habló por fin el peliazul, mostrando el recipiente lleno del tradicional platillo.

El castaño asintió antes de tomar el recipiente y calentar el contenido.

—Sabe asqueroso.

—Claro que no hyung, lo hizo Seok Jin hyung...

—Ah, eso lo explica.

Y una vez más ese cómodo silencio.

Jungkook comía con la mirada baja, concentrándose más en los latidos de su corazón y en lo caliente que su rostro se sentía, que en la comida.

Dak, por su parte, aprovechó la distracción del menor para apreciarlo con descaro. Sin desviar su vista ni siquiera un segundo, paseó esta misma por cada facción del contrario, sonriendo al final, cuando sus profundos ojos se detuvieron en aquellos lindos labios.

Jungkook era una persona muy hermosa.

Sonrió. Sonrió sin poder creer que el hermoso chico que estaba frente a él, sumido en sus propios pensamientos, era el mismo pequeñito que conoció en el parque aquel verano, el mismo que lo había salvado innumerables veces y el mismo chiquillo que estuvo a punto de perder.

Dime Kookie ¿En que momento cambiaste tanto?

Repentinamente, el sonido de un rigntone se escuchó en toda la cocina, provocando que ambos chicos se exaltaran.

─¿Qué hay con esa canción?─Se burló Dak al escuchar Just rigth, canción que el menor tenía como tono.

─Calla, adoro Got7

El peliazul soltó una sonora risita cuando escuchó esa respuesta. No obstante, dicha felicidad y gloria que había estado sintiendo las últimas dos horas, se esfumó cuando al contestar lo primero que pronunció Jungkook fue el nombre de "Lisa"

Oh, hola Lisa...─Susurró el menor bajando la mirada, para evitar ser escuchado─No, no, yo... uhm no interrumpes─Siguió murmurando─¿M-mañana? Am...claro. Si puedo.─La chica al otro lado de la línea respondió─Entonces, nos vemos mañana a las 5...Adiós─Unas últimas palabras se escucharon por parte de la rubia a lo cual Jungkook pensó un poco en responder, al final, no muy convencido de sí mismo, terminó por hacerlo─Y-yo también te quiero Lisa...─Fue lo único que correspondió antes de colgar y dejar a un lado su celular.

Para cuando eso pasó, los nudillos del de cabellos fantasía ya se encontraban blancos por toda la presión que estaba haciendo al tener los  puños fuertemente cerrados.

─¿Hyung?

Con la mirada fijada en un punto de la mesa, la mandíbula de Dak se endureció al escuchar el llamado del chico castaño. Después de soltar un largo suspiro cargado de lo que Jungkook distinguía como cólera, el de múltiples personalidades se levantó de su lugar con un poco de brusquedad y tomó su chamarra que descansaba en el respaldo de la silla, al mismo tiempo que levantaba  las llaves de su Harley que yacían en la isla.

—¿S-saldrás?—Cuestionó Jungkook con temor al ver como Dak cubría la parte superior de su cuerpo con su chamarra—¿Hyung, a-adonde vas?

—¿Te importa?

—Sabes que si...

—A ¿sí? ¿Por qué?

Sin saber qué responder y ante la desafiante mirada del mayor,  Jungkook se limitó a bajar la mirada hacia su comida casi terminada.

—Lo supuse...

—Hyung.

—Jungkook, ¿Por que mejor primero no aclaras tus sentimientos?

—¿E-eh?─Balbuceó el menor, confundido.

—Esa chica—Señaló el pálido con frialdad—La rubia. ¿La amas?

El menor, separando sus labios ligeramente, frunció el ceño hasta que sus cejas quedaron completamente juntas.

La rubia ¿Cómo era posible que Dak conociera el color de cabello de Lisa?

—Eso, uhm yo...─Su respuesta vaciló, pues su mente junto con su corazón, buscaban el nombre correcto de aquello que sentía por la chica─N-no─Terminó por decir─ Aún no la amo.

—¿Y por qué la besaste?

—¿Q-qué?—okey, ahora la mente del menor era todo un lió. ¿Dak, había visto aquello?

—Contesta la pregunta, joder.

—Hyung yo no...

—Cuando una persona besa a otra Jungkook, es por que la ama. Entonces, si tu la amas ¿Por qué mierda te interesa saber a donde voy yo?

─No, no la amo hyung─Aseguró, su corazón doliendo al presenciar como Dak se iba alejando cada vez más hacia a la puerta─Y pregunto por que...─Su labio inferior tembló─Por que me importas.

─Aja, claro─Habló el peliazul restandole importancia y sin dejarse quebrar por los brillantes ojos del contrario─¿Sabes? me voy a la mierda, disfruta tu jodida cita de mañana.

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Estae cap también es uno de mis favs

❤️

13/03/2020:

Grazie di tutto

/Amar

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