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\4/


(No al spoiler)

⊰✩⊱


Un exquisito olor a comida lo despertó.

Jungkook abrió los ojos lentamente y se dio cuenta que el día había acabado. Al parecer se había quedado profundamente dormido hasta que a la noche se le dió por caer.

El chico estiró sus brazos, aun soñoliento, y se alarmó al percatarse que debajo de las sabanas no llevaba camisa ni zapatos. Sin embargo, su terror bajó al recordar su costumbre al dormir. Él solía quitarse la ropa entre sueños, era una manía que había adquirido desde pequeño, por lo que rápidamente descartó la posible idea, de que aquel que llamaba acosador, le había quitado sus prendas mientras dormía o, al menos, eso quería creer.

Sin divagar mucho en aquel tema, se reincorporó, sentándose a orillas de la cama y haciendo un sonidito de entera satisfacción con su garganta al notar lo deliciosamente descansado que ahora se sentía su cuerpo. Sosegado, se levantó lentamente y dirigió su cuerpo al cuarto de baño con la intención de mojar su rostro y poder despejarlo completamente.

Estaba por lavar sus dientes, cuando un fuerte estruendo de vidrios chocando contra el suelo se escuchó en el piso de abajo, haciéndole pegar un repentino brincó mientras soltaba lo que sostenían sus manos. Rápidamente, se apresuró a salir de su habitación e investigar qué era lo que había causado tal alboroto en el primer piso.

Bajó las escaleras con prisa y, en el acto, su corazón latió fuerte de angustia al escuchar una masculina y profunda voz, gruñir desde el interior de la cocina.

─ ¡¿Qué demonios tengo que hacer para que entiendas que no quiero que te metas en mi vida?!─Jungkook escuchó mientras se acercaba, a pasos lentos, al lugar de origen de la disputa—Tú no eres absolutamente nadie para mí, así que no finjas que te importo.

─Dak tranquilízate...─Se escuchó la amable voz de la Señora Kim y el castaño no dudo en apresurar su paso para detenerse de golpe al ver, por la puerta entreabierta, la figura del mismo hombre que había estado la noche anterior en su habitación.

Y dejó de respirar. Si, Jungkook sintió que de pronto le faltaba el aire al ver, con mayor claridad, al chico que se encontraba ahí, en el interior del lugar, discutiendo y gritándole a su propia madre.

Cabello adredemente desordenado, delineador al inferior de sus ojos, aretes en sus orejas, chaqueta de cuero negra y con unos jeans rotos por doquier, hacían lucir al chico como un auténtico badboy, sin descartar la idea de que lucía completamente rudo e intimidante.

— ¡Cállate! no eres nadie para decirme que hacer.

— ¡Claro que lo soy! ¡Soy tu madre! te guste o no.

—Tú no eres mi madre...—Bramó sin ocultar, en lo más mínimo, el repudio en sus palabras—Jamás. Serás. Mi Madre—Volvió a decir haciendo énfasis en cada vocablo y girando para quedar de espaldas a la mujer, dispuesto a encaminar sus pasos a la salida.

—Dak—Llamó Young Mi y el mencionado detuvo su andar—Déjalo salir—Susurró, provocando una sonora pero ruidosa carcajada en el de cabellos grisáceos—T-te lo suplico—Pidió nuevamente, rogando por un poco de piedad. Rogando por una mínima esperanza—S-solo déjame hablar con él, déjame...

—Nunca—Soltó el de mirada intimidante, interrumpiendo las súplicas de la mujer—Él nunca saldrá...

Y si Jungkook no hubiera estado tan sumido en cómo la mirada de la mujer caía tras escuchar las pronunciadas palabras, hubiera tenido tiempo de impedir que su trasero tocara el piso, cuando la puerta que tenía frente a él lo empujó y lo hizo caer hacia atrás.

─ ¡Yha!

Estuvo a punto, estuvo a nada de reclamar al que había salido azotando la puerta de la cocina, pero toda intención se cortó, junto con su respiración, cuando aquellos profundos ojos se posaron en su persona, haciéndolo intimidar.

Todo alrededor del menor se detuvo. Todo en él se paralizó. Su corazón retumbó en sus oídos y le fue imposible desviar la mirada de aquella que lo miraba con tanta intensidad. Aquella que a su mente, le hizo volar.

El menor estaba seguro que nunca antes se había sentido tan expuesto a una persona, a una mirada que lo escaneaba sin descaro de pies a cabeza, hasta volver a caer en sus ojos, justo donde se encargaba de perforar en lo más profundo de estos, casi que desvistiendo su alma. No fue hasta que una conocida voz le llamó que pudo respirar correctamente, cuando el dueño de aquella mirada se volvió a la entrada principal y salió sin disculpas que dar.

─ ¡Jungkook!—Expresó la mujer, mientras le ayudaba a ponerse de pie—Tu... ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

—Lo suficiente...—Señaló el joven, sacudiendo la parte de su retaguardia para calmar el ardor que sintió al estrellarla contra el piso —Señora Kim ¿Por qué permite que su hijo la trate así?—Cuestionó, dejando su situación a un lado y recordando aquella escena que acababa de presenciar—Es muy grosero. Mi madre ya me hubiera castigado por los siglos de los siglos si me hubiera atrevido a gritarle de esa manera...

─Es complicado, cariño─ Se limitó a decir, tomando la muñeca izquierda de Jungkook, después─ ¿Por qué mejor no cenas?—Se apresuró a cambiar de tema mientras regresaba sus pasos a la cocina, el castaño siguiéndola por detrás.

Al entrar al lugar el más joven no dudo en ir y levantar los vidrios del vaso quebrado, el cual, momentos antes, el chico de cabello enmarañado había estrellado contra el piso. Algo extrañamente muy común en él, pues su falta de control era más que clara.

—Deja ahí, te cortarás.

—Él es muy agresivo—Señaló Jungkook refiriéndose al joven peligris, sus manos en ningún momento dejando de levantar los cristales del suelo.

—Él es más sensible de lo que se ve─ Contestó, la mujer, sin pensar─ Solo finge ser fuerte.

— ¿Finge? ¿Es por su enfermedad?

—A-algo así Kookie—Cortó la señora, percatándose de que, ahora sí, estaba hablando de más—...Ahora come ¿Si?

El chico asintió, entendiendo la situación y recordando que la Señora Kim no podía ir más allá de lo que ya se le había dicho. Okey, el menor lo entendía pero aun así, se le era imposible tener curiosidad por aquella persona que se la pasaba encerrada en su habitación la mayor parte del día. Aquella persona que lo había estado espiando múltiples veces en el pasado. Aquella que lo intimidaba con el simple recuerdo de su mirada.

Y esa curiosidad, le hizo pensar ¿Qué era la extraña enfermedad que padecía el chico pervertido de la habitación continua?

⊰✩⊱

Para Jungkook fue dicha infinita dormir toda la tarde sin tener malas sensaciones. Fue dicha infinita, despertar y sentirse increíblemente descansado después de aquellos tormentosos dos días que pasó sin poder dormir. Sin embargo, justo en ese momento, se arrepentía de hacerlo, pues a altas horas de la noche tenía que realizar los deberes que no hizo llegando de clases.

Tarea, tarea, más tarea y el reloj no dejaba de avanzar. Ya era casi medianoche y el castaño tenía que terminar 3 ensayos más, no pudiendo darse el lujo de no hacerlos, pues su estancia ahí dependía de una beca. Una beca que pagaba todo y no podía perder.

Habían pasado ya más de dos horas desde que Young Mi le había anunciado que se iría a dormir, por lo que la alerta le invadió cuando un sonido en la puerta principal, se escuchó.

Okey, si la dueña de su homestay ya se encontraba durmiendo, solo cabía una posibilidad: El chico pervertido, y ahora badboy, había llegado casa.

Atentó, Jungkook, agudizó su oído y pudo escuchar a la perfección el tintineo de unas llaves, seguido de unos pasos dirigiéndose escaleras arriba. Apretó con más fuerza el lápiz que sostenía una de sus manos cuando escuchó que ese ruido se adueñó del segundo piso, y se paralizó esperando por él, esperando por cualquier extraño movimiento, esperando por que el acosador de mirada profunda entrara a su habitación a espiarle otra vez, más su sorpresa fue grande cuando vio por la puerta entre abierta, como la sombra de aquel chico pasaba de largo su habitación para dirigirse a la propia al final del pasillo.

Fue hasta que escuchó la puerta del fondo ser cerrada y hasta que el mismo se levantó y cerró la propia que, el de cabellos dorados, pudo bajar la guardia.

Uhg, ¿El chico rudo se había cansado del acoso y ahora solo prefería dormir?

¿Qué más da? lo importante es que ahora se encontraba a salvo ¿No?

Después de casi dos horas transcurridas, Jungkook pudo cantar victoria cuando por fin terminó sus pendientes y como si se hubiera vuelto costumbre los últimos días, la palabra dormir se reproducía una y otra vez dentro de su cabeza.

Dormir, era lo único que deseaba hacer, pero sus planes cambiaron repentinamente cuando, al momento de levantarse, no vio la taza a medias de café que se había preparado anteriormente, para no quedarse dormido, y terminó por derramarla por toda la parte inferior de su pijama.

¡Mierda!

A grandes pasos fue directo al baño y una vez dentro, no le quedó más remedio que ducharse.

Fue una ducha rápida, al cabo de 5 minutos ya se encontraba saliendo del cuarto de baño con apenas una toalla enredada en su cintura.

— ¿Pero qué...?—El castaño encarnó la ceja al salir y ver la puerta de la habitación abierta hasta la mitad—Estoy seguro de que la cerré—Susurró mientras se dirigía hasta ella para empujarla y cerrarla pero se detuvo al visualizar algo frente a él.

Un papel, un papelito cortado torpemente yacía en el suelo. Lo tomó y lo acercó para obsérvalo. Eran un par de letras escritas en tinta roja y pulso tembloroso, un par de palabras que le hicieron sentir un escalofrío en su espina dorsal.

"Ten cuidado"

Pero justo cuando se disponía a analizar esas palabras o el origen del papel, lo que sintió después se lo impidió.

Quiso gritar, pero dicho grito se quedó en medio de su garganta al sentir como alguien lo empujaba con brusquedad a la cama.

—¿Q-qu-eé..?

Las palabras apenas salieron y su cuerpo comenzó a temblar con intensidad, cuando aquellos ojos profundos que tanto le aterraban, comenzaron a observarlo de arriba abajo. Sin embargo lo que más le causo terror fue lo que el chico llevaba en sus manos, eso era ¿Un cuchillo?

El de cabellos grises sonrió completamente satisfecho con lo que veía. Un joven muerto de miedo, con el cabello escurriendo gracias a la ducha anterior y un torso desnudo, húmedo y completamente marcado. Lamió sus labios y dirigió sus pasos lentamente a aquel que solo traía una toalla enredada en la cintura.

—N-no t-te a-ace-erques—Pidió Jungkook en torpes balbuceos a causa de su falta de aire. Los temblores de su cuerpo intensificando conforme veía al contrario hacer caso omiso a su súplica.

Por un momento, Jungkook vio su vida pasar. Deseaba correr, gritar, pedir por ayuda, pero las palabras no le salían y sus músculos no tenían la mínima intención de moverse. Era como si hubiera entrado en una especie de shock, donde el violador asesino, inmoviliza a su víctima solo con una mirada.

Y sobraba decir que estaba completamente aterrado. Su vista se volvió borrosa, y comenzó a sollozar cuando el extraño chico llegó hasta él y comenzó a acariciar suavemente la tela blanca con las yemas de sus dedos, deseándola arrancar de una vez por todas. No obstante, en vez de apresurarse a hacer eso, optó simplemente por inclinarse hacia el menor, quedando completamente sobre él.

Sus manos comenzaron a acariciar las marcas, perfectamente delineadas en el abdomen contrario. Dios, era como sentir el cielo.

Jungkook cerró fuertemente los ojos provocando que las primeras lágrimas salieran, al momento de ver al chico acercarse hasta el punto de poder sentir su respiración sobre su rostro. Su corazón comenzó a latir con gran intensidad, como si de una bomba de tiempo se tratara, y sintió todo el mundo venirse encima justo cuando sintió unos labios presionar fuertemente contra los suyos.

¡Mierda, mierda, mierda!

— ¡Yha!—El grito de la señora Kim se escuchó y fue solo así que Jungkook tomó valor y fuerza para empujar con un golpe al chico frente a él.

El de cabellos claros se empezó a tomar fuerte su cabeza una vez que se estrelló contra el piso y Jungkook aprovechó aquello para tomar las primeras prendas que se topó en su closet y huir de ahí, dejando a la señora Kim pidiéndole que no se fuera.

—A la mierda con ese chico, ¡A la mierda con esa casa!
*
*
*

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¡Alfredooo cálmate pofavooo!

Espero esta loca historia este siendo de su agrado!
Si es así, ayudenme a recomendarla, ahr❤️

Nos leemos<3

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17/01/2020: .

Lxs amo mucho.

Gracias x leer o releer,  gracias x permanecer.

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