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El híbrido podía escuchar la acompasada respiración de Jungkook a tan solo centímetros de él, fue el único de los dos que había podido dormir en cuestión de minutos.
La mente de Taehyung estaba inundada de preguntas. ¿Cómo se hizo esa herida? ¿Qué significaban esas supuestas siglas que tenía pintado allí? ¿Por qué esa cadena le resultaba familiar? ¿Qué hacía durmiendo al lado de un chico?
Definitivamente así no se podía pensar con claridad, no con alguien respirandole a escasos centímetros. Quería estar un momento a solas, pero había un inconveniente...
Jungkook lo estaba abrazando fuertemente, con su perfilado mentón sobre sus dos orejitas. Kim hacía lo posible para liberarse aún sabiendo que todo era vano.
La idea de volver a su forma humana era arriesgada y tentadora, a pesar de ser la única solución que tenía.
—Por favor, no te despiertes...—rogó internamente mientras su pequeño cuerpo experimentaba los cambios, hasta finalmente convertirse en su forma humana.
Se puso en alerta cuando empezó a escuchar un casi inaudible balbuceo por parte del castaño. Se alarmó el tan sólo pensar que lo podían descubrir, así que simplemente se paralizó en el lugar.
Jungkook, quien tenía su cuerpo bocarriba, se giró e inconscientemente su diestra llegó a parar en la cintura del rubio. Creyendo que se había percatado de su presencia humana, Taehyung rogó por segunda vez mientras un ligero sonrojo amenazaba con salir de sus mejillas.
Al cabo de unos segundos, luego de verificar que el castaño cayó nuevamente en los brazos de Morfeo, abrió con temor sus ojos y se encontró con algo que lo dejó sin aliento.
Frente a él se encontraba el fino rostro de Jungkook a tan solo cinco centímetros, incluso podía sentir su aliento mentolado chocar contra sus mejillas.
Sin poder evitarlo, Taehyung desvío la mirada y su notorio sonrojo le llegó hasta las orejas, además de estar paralizado en el lugar, olvidándose completamente de lo que estaba haciendo.
A pesar de su orgullo, tenía que admitir que por primera vez en toda su vida, había quedado absorto observando a alguien tan lindo como él.
Sus ojos recorrieron cada pequeño detalle visible de él. Su desordenado cabello y esos apetecibles labios lo hacían ver condenadamente sexy desde ese ángulo.
—Y eso que tan sólo está durmiendo...—pensó fugazmente el híbrido.
Sorprendido de sus propios pensamientos pecaminosos, comenzó a reflexionar y a replantearse sobre su bipolar orientación sexual gatuna.
Una idea juguetona pasó por la mente de Taehyung, él pensó que solo quedaría solamente en eso.
Una idea.
Pero sus propios pensamientos le demostraron que estaba totalmente equivocado, porque sin darse cuenta, ya había movido un poco la sábana para dejar expuesto el blanquecino cuello del contrario, lograndose ver sus clavículas peligrosamente marcadas.
Y decía peligroso porque no tardó en aparecer un nuevo sonrojo aún más notorio que el anterior, tanto que sentía su cara arder.
Hasta que se percató del pequeño lunar que se ocultaba en esa nivea piel suya.
Se enterneció y volvió a dirigir su vista al rostro del castaño, tratando de averiguar si había más de esos desapercibidos detalles en su piel.
—Su rostro es como una linda constelación, llena de lunares...
A medida que Taehyung seguía apreciando los lunares del castaño, también le empezaba a remorder la consciencia, ya que en sí no era justo que le estuviera mintiendo al castaño al ocultarle sobre su condición de híbrido, peor se sentía cuando por su culpa lo hacía irritar y preocupar.
Mientras el rubio se carcomía la mente pensando aquello, un último detalle en el rostro de Jungkook llama más su atención, era el lugar en donde se situaba: en la punta de su nariz.
—Qué curioso, tengo también un lunar ahí...
Por su mente pasó algo que, según él , era una completamente absurdo. No era fervoso con de las creencias, pero las probabilidad de encontrarte con una persona que tenga lunares en un mismo lugar es casi, por así decirlo, imposible.
—¿Estar predestinado con una persona?— la tan sola idea lo hace reír — Lo dudo bastante.
Se desliza hábilmente de los firmes brazos del castaño y en su lugar, coloca una almohada que se encontró al lado para evitar sospechas.
Encaminándose a la puerta, da una última vista hacia el castaño y sale desorientadamente de la habitación. Para quizás así, desenmarañar todas aquellas ideas revueltas y poder al fin dormir en paz luego de dos largos y agotadores días.

Los lunares de Jungkook son pecado, chau A
Espero que les guste este capítulo, yo me retiro ;)
Bai ♥
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