✧ 4
—Y llegamos —suspiró el humano, arrodillándose cuidadosamente para colocarme en el suelo.
Me siento algo culpable por haber sido poco amable con él, aunque claro, no tengo intenciones de quedarme aquí. Por ahora, este lugar me parece seguro, pero solo como un refugio temporal hasta que me recupere por completo.
Probablemente no me extrañe si me voy, pero aún así debe ser agradable que haya gente a la que le importes tanto, a tal punto de que pongan tu rostro por todo Seúl en carteles que digan "Se busca".
En fin, son cosas que nunca experimentaré.
Bueno, voy empezando a dejar impregnado mi olor por todo el lugar, detesto que huela a otra cosa que no sea yo.
Aprovecho que está distraído y me retiro de allí cautelosamente.
Entro en lo que parece ser un pequeño comedor, me escondo debajo de la mesa y me aseguro de que no me esté siguiendo
Asomo la cabeza de debajo del mantel y veo una serie de cuadros con más humanos como él. ¿Y si es un brujo? Sabía que tanta amabilidad era sospechosa.
Espera, ¿qué hace él en esa foto también?
Observo el cuadro detenidamente. Definitivamente es él, pero aquí se le ve mucho más detalladamente. Cabello castaño, ojos grandes pero ligeramente rasgados, piel blanca y unos labios rosados y ligeramente abultados...
Se le ve... lindo. Supongo...
—Estos son mis padres, el del medio soy yo —dijo sin mirar el cuadro, acercándose a observar también—. Salgo bien, ¿verdad?
No.
—Esa fue una de nuestras últimas fotografías familiares, justo un día antes de que me...
No había notado antes sus grandes dientes. Casi parece un conejo.
¿Será un híbrido como yo? No, no tendría sentido. ¿Por qué un híbrido rescataría a otro?
Que tierno se le ve.
¿Qué? ¿Quién dijo eso?
En fin, solo lo veía mover la boca, diciendo algo que seguramente no me interesa para nada. Lo ignoro olímpicamente y me dirijo hacia otra dirección.
Un extraño olor proveniente de la puerta de madera blanca al lado me deja un poco aturdido. Es fuerte y embriagante. Lo que sea que haya dentro podría volverme adicto... como la hierba gatuna.
Trato de empujar la puerta con mi patita para poder pasar, pero solo logro dejar finas marcas de mis garras en ella, produciendo un chirriante sonido gracias a las visagras oxidadas.
—¿Me ignoras y encima rasguñas mi puerta? Qué mal.
Sí. Será uno de mis pasatiempos favoritos a partir de ahora.
—Ah, espérame aquí, ya vuelvo. —alcanzó a decir mientras desaparece por la puerta.
Regresa con una pequeña almohada en forma de... ¿pez? ¿y todavía me lo ofrece?
¿Me veo como un ridículo gato bebé o qué?
—Ay, ya sabía que me iba a servir para algo esa almohada —ríe alejándose mientras observaba la escena.
Tal vez unos arañazos en toda tu linda cara te hagan reflexionar, humano tonto.
¿Y POR QUÉ ESTOY MORDIENDO Y JUGANDO TIERNAMENTE CON ESTA ESTÚPIDA COSA?
—¿Todavía tienes hambre? No creo que te hayas llenado con lo que te di antes —lo escucho desde lejos—. ¿Quieres croquetas?
No, qué asco.
¿Ahora cómo le digo que me alimento igual que un humano corriente? Tendría que volver a mi forma normal y obviamente me echará apenas vea mi defectuoso cuerpo.
No me conviene hacerlo por ahora...
¿Qué hago? ¡Piensa!
Busco desesperadamente algo para comer cuando mis ojos divisan una majestuosa lata de sardinas en la repisa.
Decidido, retrocedo para tomar impulso y salto hacia la barra de la cocina. Bajo la atenta mirada del humano sobre mí, aprovecho para llamar su atención rasguñando la lata.
—Qué curioso, un gato con un paladar fino. ¿Por qué no me sorprende? —coge la lata y la abre para mí.
Estoy a punto de llorar, pero de felicidad.
¡Por fin, comida decente!
Este día está dejando de ser tan malo después de todo.
—¿Mejor?
Demonios, sí.
—Bueno, espero que te guste el agua —sonríe maliciosamente, sintiendo mi final demasiado cerca.
Olviden lo que dije.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro