Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

FINAL

Por la acera de la ciudad pasaba un chico con grandes zancadas y pasos acelerados, la respiración agitada y una gigantesca sonrisa en sus labios.

Con una serie de "disculpe"s y "con permiso"s, el chico se fue haciendo paso entre la multitud con el mediano cachorro en brazos.

A pesar de que Pequeñín ya no era tan pequeño, igual seguía teniendo patitas cortas como para seguir el paso acelerado de aquel castaño.

En pocos minutos el alto edificio corporativo se alzó sobre sus ojos y con una risotada emocionada y nerviosa, el chico subió dando saltos las escaleras hasta llegar a la entrada.

Cuando pasó por la puerta de la entrada principal, sacó su celular y revisó la hora.

'3:52pm. JungKook debería salir pronto.' pensó el chico y empezó a dar vueltas por el vestíbulo, esperando impacientemente que su novio saliera por las puertas del elevador.

Los guardas del edificio lo conocían y lo dejarían subir, pero la última vez que había subido con Pequeñín, el travieso había orinado una de las plantas y JiMin tuvo que salir huyendo antes de que alguien se diera cuenta.

Cada segundo sonaba la campana del ascensor y cada vez el chico alzaba la mirada con esperanzas de ver al ojinegro asomarse, pero siempre salían hombres y mujeres en trajes enteros.

JiMin recordó la primera vez que JungKook lo llevó al lugar y lo mal que se había sentido al ver tantas personas adineradas aglomeradas. Conforme fue yendo más seguido, se fue acostumbrando a no prestar atención a ese detalle pero no se lograba aún sentir totalmente cómodo.

Nunca nadie lo había visto mal, aún menos entrando con un protector brazo rodeando su torso, pero sabía que en efecto lo verían mal si conocieran su pasado.

De igual manera, en ese momento no le importaba más que ver a su hombre salir por las brillantes puertas y compartirle las emocionantes noticias.

Después de diez desesperantes minutos en los que dio mil vueltas, escuchó una vez más el ding pero esta vez al alzar la mirada en dirección al elevador, sí pudo ver a JungKook salir por aquellas puertas hablando animadamente con Hwasa y con quien JiMin conocía como uno de los jefes de JungKook, es decir uno de los dueños de la editorial.

Tan pronto JungKook alzó la mirada y sonrió al ver al ojiazul, el menor se acercó rápidamente a ellos y en un movimiento veloz, dejó al perrito en el piso y se lanzó en brazos del mayor, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del ojinegro.

— ¿Minnie...? — preguntó JungKook con los ojos muy abiertos, evidentemente preocupado por la actitud de JiMin.

Hwasa se agachó para alzar a Pequeñín, sin importarle los rastros de pelo que quedaban en su traje por alzar al perrito.

Una vez había dicho que "Los pelitos de las mascotas son escarcha en la ropa de las personas solitarias." y ambos chicos la amaron más de lo que ya lo hacían.

— ¿Estás bien? — habló de nuevo JungKook y con sus manos frotó al temblorosa espalda del castañito.

— Me dieron el trabajo, Kookie. — susurró JiMin y JungKook sintió su pecho expandir de orgullo.

Era un trabajo pequeño y modesto en una cafetería, pero tocaría su música todas las noches y le darían una paga fija por primera vez en su vida.

JungKook cerró sus ojos y apretó sus brazos en el torso del menor.

Recordó como unas semanas atrás había llegado JiMin muy emocionado al apartamento a contarle sobre el aviso de trabajo que había visto. Ese día el ojiazul había estado caminando por toda la ciudad buscando cualquier trabajo disponible.

Llevaba dos meses saliendo todos los días en busca de un trabajo sin tener éxito y justo cuando estaba empezando a perder las esperanzas, pasó frente a la cafetería y vio el anuncio.

JungKook sabía que JiMin buscaba cualquier tipo de trabajo, pero se sentía explotar de felicidad al saber que su chico había logrado conseguir un trabajo haciendo lo que amaba.

El escritor debía admitir que estuvo a punto de ir a la cafetería para hablar al gerente y lograr de alguna manera que le diera el trabajo a JiMin, pero nunca lo hizo porque sabía que su novio era capaz de conseguir todo lo que quisiera y además de que el castaño lo odiaría de por vida si hiciera algo así alguna vez.

— Sabía que lo lograrías, bonito. — murmuró JungKook pegando sus labios en la mejilla caliente del menor y dejó un beso.

JungKook abrió los ojos y vio que Hwasa y su jefe se habían alejado unos cuantos pasos para darles privacidad.

— ¿Quieres ir a cenar para celebrar? — preguntó JungKook y picó un beso en los labios del menor tan pronto el chico sacó su cara de su cuello.

— ¿Y si mejor vamos a casa, pedimos express y nos echamos a ver películas con Pequeñín?

JungKook sonrió grande al escuchar las palabras del menor y lo volvió a atraer en un abrazo.

— Lo que tú quieras, bonito.

(🍒)

Tres películas después y una caja de pizza vacía sobre la mesita de la sala, se encontraban JungKook y JiMin acurrucados en el sofá con una cobija cubriendo sus piernas entrelazadas y los créditos de la última película rodando en la pantalla frente a ambos.

En el lugar solo se escuchaban las respiraciones tranquilas de ambos, los ronquidos de Pequeñín durmiendo sobre las pantuflas tiradas de JiMin y la suave música de los créditos.

JiMin se encontraba abrazando el torso de JungKook y tenía su mejilla apoyada en el pecho del mayor.

JungKook tenía sus brazos rodeando al menor y su nariz estaba hundida en el cabello café de JiMin, aspirando el aroma de su shampoo y aquel aroma único de su pequeño.

Con los ojos cerrados, JungKook recordó lo que era su vida hace meses y lo mucho que había cambiado.

Como se habían cambiado sus tardes solas en el apartamento por tardes de películas con el amor de su vida entre sus brazos.

Como antes escribía frente a su computadora por horas hasta que el ardor en sus ojos lo obligara a detenerse, pero ahora lo que lo devolvía a la realidad eran masajes en sus tensos hombros y besos en su cuello.

Como su cocina pasó de ser un lugar inhabitado e impecable a un lugar lleno de risas, experimentos y desastres de comida.

Con un suspiro, JungKook apretó su agarre en el menor y lo apretó a su pecho.

'Algún día me casaré contigo.' pensó JungKook y suspiró una vez más.

— Eso espero. — escuchó JungKook a JiMin decir y arrugó su frente.

— ¿De qué hablas? — murmuró JungKook sin abrir sus ojos.

— De que espero que sí nos casemos algún día. — dijo JiMin y JungKook abrió los ojos de golpe, sentándose de un salto y atragantándose con su propia saliva.

— ¿Qué?

— Parece que alguien pensó en voz alta. — dijo JiMin sonriendo y con sus mejillas sonrojadas. JungKook solo lo miró con los ojos muy abiertos y su boca abierta en una pequeña 'o'. — Acabas de decir que algún día te casarás conmigo y yo te respondí que espero que así sea.

— Bonito, estás muy joven para hablar de esto-

— ¿Cuándo nos volvió a importar la edad en esta relación?

— JiMin.

— No, amor. — interrumpió JiMin una vez más a JungKook y se quitó la cobija de las piernas para arrodillarse en el suelo, entre las piernas del mayor. — Te amo.

— Sabes que también te amo bonito pero no-

— Mi amor, ¿quieres casarte conmigo? — preguntó el ojiazul sin tapujos y JungKook sintió su pecho apretarse.

— JiMin qué-

— Respóndeme, JungKook.

— Por supuesto que quiero casarme contigo pero-

— Y yo también quiero casarme contigo. — interrumpió JiMin y tomó las temblorosas manos del mayor entre las suyas. — Esta es la propuesta de matrimonio menos romántica de todas y ni siquiera tengo un anillo, pero quiero que seas mi prometido y que el mundo sepa que eres mío. Pase lo que pase en un futuro, yo solo quiero estar contigo por siempre. Quiero que pasemos la vida juntos y adoptar otro perrito. Quiero leer todo lo que tengas para escribir y que escuches todo lo que yo tenga para cantar. — la voz de JiMin se empezó a quebrar y JungKook sintió como se formó un nudo en su garganta y sus ojos se aguaron. — Me viste cuando no era más que una basura para el mundo, me salvaste la vida y me enamoraste en cuestión de horas. Te ganaste mi corazón desde aquel momento en que te fuiste corriendo entre tropezones para comprarme un té y quiero seguirme ganando tu corazón durante toda mi vida.

Las lágrimas nublaron la vista de JungKook y la parte sensata de su cerebro le gritó que debían esperar para comprometerse, que no llevaban ni medio año de conocerse y que JiMin era demasiado joven.

Pero JungKook sabía que había encontrado al amor de su vida, había encontrado su hogar, había encontrado a su persona y quería que el mundo lo supiera.

— No tienes que ganarte mi corazón. — respondió JungKook y sonrió grande mientras que por sus mejillas caían las lágrimas. — Mi corazón siempre ha sido tuyo. Por supuesto que me casaré contigo.

(🍒)

FINAL FINAL FINAL HAAAAA

Stream Home y lloren porque es el aniversario de BTS 🥺 JSKSJSK

Vean las multimedias porque las amo mucho y espero lean lo poco que nos queda de esta historia y lo difruten, gracias por su paciencia y el camino recorrido a mi lado. ♡♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro