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Al abrir la puerta de su apartamento, lo primero que notó fue el sonido de una melodía siendo tocada en una guitarra y JungKook sonrió, cerrando la puerta tras de sí.
Se había empezado a acostumbrar a llegar a casa y ser recibido por música, risas y ladridos y no quería que eso cambiara nunca.
Dejó su gabardina al lado de la puerta y dejó su sombrero sobre su cabeza al recordar lo mucho que le gustaba a JiMin verlo usándolos.
Caminó hacia la sala, su sonrisa ensanchándose al ver a JiMin sobre el sofá, con la guitarra en manos y con Pequeñín sentado a su lado.
El tatuado se acercó sigiloso y dejó un beso sobre la cabeza del menor, sobresaltándolo.
JiMin miró hacia arriba y sonrió al ver a JungKook de pie a su espalda.
Con una risa, JungKook se acercó de nuevo y besó los labios del menor.
— Hmmm. — suspiró JiMin con los labios aún unidos a los del mayor y JungKook se separó dejando otro sonoro beso. — ¿Esto me convierte en una clase de Mary Jane?
JungKook frunció su ceño y caminó rodeando el sofá para sentarse al lado de JiMin. Alzó a Pequeñín y lo sentó en su regazo.
— ¿A qué te refieres?
— Mary Jane, el interés amoroso de Spiderman. — explicó JiMin y JungKook siguió mirándolo confundido. — El beso al revés, tonto. Y además de que siempre me andas salvando la vida.
— No bromees con eso. — dijo JungKook serio y suspiró al ver el puchero de JiMin. — Pero no quiero que seas una Mary Jane, quiero que sigas siendo mi JiMin.
— ¿Tu JiMin? — preguntó el ojiazul divertido alzando una ceja. — Un poco posesivo, ¿no?
— ¿Te molesta? — preguntó JungKook retándolo.
— No. — respondió JiMin y ambos rieron. — Me encanta como te ves con ese sombrero.
— Lo sé. — respondió JungKook sonriendo al ver que cada vez conocía mejor al castaño. — ¿Notaste que Pequeñín ni siquiera me volteó a ver cuando llegué? — dijo JungKook y alzó a Pequeñín para que quedara su rostro frente al del cachorro. — ¿Lleva una semana viviendo con nosotros y ya me cambiaste, travieso?
— Jamás te cambiaría. — contestó JiMin riendo al ver como Pequeñín atacó el rostro de JungKook con lametones. — Pequeñín ama a su papá. Por cierto, ¿cómo estuvo la reunión?
— Muy bien. — respondió JungKook bajando al cachorro y dejándolo en el piso. Luego se acomodó de manera que quedara sentado mirando en dirección al ojiazul. — El otro día me dijiste que me has visto escribiendo como loco y es cierto. Ya falta poco para terminar el libro y luego tardará un par de meses en revisión y publicación.
— Eres increíble, ¿te lo había dicho? — susurró JiMin mirando a JungKook y el mayor sintió que le pediría matrimonio ahí mismo por la manera tan amorosa en que lo estaba mirando.
Jamás esperó que alguien lo mirara de esa manera.
Sabía que sus "fans" lo querían mucho y le brindaban un apoyo tan grande que JungKook siempre estaría agradecido, pero la mirada de JiMin era perfecta.
Era la mirada con la que siempre soñó.
— Todos los días. — respondió JungKook sonriendo y tomó las manos del castaño. — Por cierto, en la reunión de hoy, uno de mis editores mencionó que estaba buscando contratar a un asistente y pues.
— No, JungKook. — interrumpió JiMin y JungKook inmediatamente suspiró. Toda la semana que llevaba viviendo con JiMin a su lado, había tratado de ayudarlo a conseguir un trabajo para cuando terminara de recuperarse, pero ninguno de sus intentos había tenido éxito. JiMin era el ser más orgulloso del mundo. — Ya te dije que yo encontraré algo por mi cuenta. Además, TaeHyung me está ayudando.
JungKook, quién tenía su mirada clavada en sus manos entrelazadas con las de JiMin, alzó rápido sus ojos y los conectó a los del menor.
— ¿TaeHyung? ¿El enfermero?
— Sí. — respondió JiMin y empezó a jugar con las manos de JungKook. Fascinado con la diferencia de tamaño entre la suya y la contraria. — Cuando se despidió en el hospital, me dejó su número por si necesitaba ayuda. Aunque no tenía celular, guardé el papel con su número y el otro día que me diste uno, le escribí.
JungKook le había comprado un celular a JiMin tan pronto salieron del hospital, pero el menor se había rehusado a aceptarlo. Así que JungKook ofreció dejarse el celular nuevo y que el menor se dejara el usado, y aunque le había costado un mundo convencerlo, al final lo logró a punta de besos.
— Aceptas la ayuda de TaeHyung pero no mi ayuda. — murmuró JungKook viendo hacia la ventana. Sabía que estaba actuando de manera ridícula, pero el miedo a perder a JiMin era más grande.
— JungKook, mírame. — dijo JiMin y JungKook lo miró a regañadientes. — ¿Estás celoso?
JungKook bajó la mirada y balbuceó una ininteligible respuesta, haciendo tiernamente puchero con sus labios. Con una sonrisa, JiMin colocó su dedo bajo la barbilla del mayor para levantar su rostro.
— Respóndeme.
— Es que no entiendo por qué sí aceptas su ayuda y yo tengo que rogarte para que aceptes la mía. — respondió JungKook con el ceño fruncido y jugando con los pequeños dedos del castañito. — Además TaeHyung es joven y la verdad es que feo no es y-
— Y está casado. — interrumpió JiMin y soltó una carcajada al ver la expresión de sorpresa en el rostro de JungKook. — Está felizmente casado y me envía una fotografía con su esposo YoonGi, todos los días. Te lo juro, mi galería en un par de días se llenó de fotografías de Pequeñín, de nosotros dos y de ellos dos.
Un leve sonrojo subió por el cuello de JungKook y bajó su mirada mientras JiMin rió con ternura.
— Debes dejar de preocuparte tanto por tu edad, mi amor. — murmuró JiMin y JungKook alzó rápido la mirada por la manera en que lo llamó el menor. — Son solo siete años, no veinte. Además, a veces te comportas como un chamaquito de 17.
JungKook lo miró con reprimenda y JiMin rió mientras acercó su rostro al del mayor para dejar un suave beso sobre sus labios.
— Es que me da miedo perderte, bonito. — murmuró JungKook aun con los ojos cerrados tras el beso, el aire de sus palabras golpeando directo los labios de JiMin que estaban a centímetros de los suyos. — Es que eres tan bonito y tan talentoso y tan joven y tan-
— Tan tuyo. — interrumpió una vez más JiMin y mordió su labio al ver a JungKook abrir sus ojos y mirarlo directo. — No tienes nada qué temer. No te cambiaría por nada ni nadie. Primero, tendríamos que compartir custodia de Pequeñín y eso es un proceso muy tedioso. Y por otro lado, para qué quiero buscar a un chico de mi edad cuando en casa tengo a todo un hombre.
— ¡JiMin! — exclamó JungKook sonrojado y JiMin soltó una fuerte carcajada.
— ¿Ya ves porqué te digo que a veces eres como un chamaquito? — dijo JiMin entre risas. — Pero en serio, no quiero a nadie más. Y no tienes derecho a decir que no acepto tu ayuda, vivo en tu casa por dios.
— Nuestra casa... — corrigió JungKook al instante y se relajó al ver la sonrisa del menor. — Nuestro hogar.
— No, JungKook. — dijo JiMin aun sonriendo y tomó entre sus manos el rostro de JungKook. — Tú eres mi hogar.
(🍒)
SOFT ESTOY SOFT
Capitulo dedicado a: -uranus_ RE LINDA, mi tablero estaba muy vacío y salió tu te amo y me dejo muy feliz ♡ gracias bu.
YA SABEN DIGANME TE AMO O LLORO
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