Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Sengoku 'the Buddha'

En momentos como estos, Sengoku no puede evitar recordar los tiempos de antaño. Se pregunta cuándo se volvió tan viejo y nostálgico. Tsuru camina de un lado a otro lanzando miradas fugaces al Den Den Mushi sobre la mesa. No hay noticias aún.

Decir que el mundo está patas arriba sería un eufemismo. Ni siquiera en su juventud, en la cúspide de la Época Dorada de la piratería, podría haber imaginado una sucesión de eventos tan catastrófica. En aquel entonces; Xebec, Roger... Todos sus problemas se reducían a ellos. Los piratas de Rocks eran violentos, y sedientos de fama y fortuna mataban indiscriminadamente a enemigos y aliados. Los piratas de Roger eran fuertes soñadores, incapaces de permitir un solo intento de obstruir su camino. En general, los piratas eran considerados bestias terroríficas que hacían palidecer a cualquiera que escuchara sus nombres. Era comprensible señalarlos como fuente de los problemas del mundo.

Esta Nueva Era actual es indescriptible. Si bien los crímenes de los piratas siguen siendo una constante, detrás de ello hay mucho más. Lo que sea que esté planeando el Ejército Revolucionario está más allá de su imaginación. Solo sabe que, en los últimos años, sus acciones públicas han aumentado. Han dejado de esconderse, lo que no puede significar nada bueno. Eso y la orden emitida desde el Gorosei de rastrear y eliminar al Emperador de las Llamas de inmediato si surge alguna noticia sobre él hacen que la severidad de la situación tenga más peso que simplemente las llamas de la revolución que se han avivado en todo el mundo.

Cross Guild es una amenaza que nadie podría haber previsto. En la historia de los Marines, nunca ha habido tal humillación como la que han causado estos tres piratas al poner recompensas sobre las cabezas de los soldados. Ha habido renuncias, un recuento de muertes y sublevaciones por todo el mundo. Si antes los piratas eran la amenaza, ahora han conseguido hacer que incluso civiles inocentes se conviertan en un peligro. Sumando a eso que el cabecilla de todo, Buggy, estuvo en el barco de Roger durante años.

Marshall D. Teach es otro de los antiguos subordinados de la vieja Era que ha resultado ser una amenaza más grande de lo predicho. Cumple bien con las expectativas de los piratas; violento, desalmado, sanguinario y codicioso. Sin embargo, a eso se le suma el añadido de los secretos únicos que parece poseer, siendo el único consumidor conocido de más de una Akuma no Mi. La participación de Aokiji en su tripulación es algo que preocupa a Sengoku más de lo que deja ver, y ahora, sin noticias de Garp, se convierte en una preocupación mayor.

Y si hablamos de preocupaciones relacionadas con Garp, Monkey D. Luffy encabeza la lista. Las últimas noticias que tuvo de la amenaza fueron sobre Wano y ser un Emperador. Sengoku no quiso profundizar mucho en el tema sabiendo que ya no es su responsabilidad ocuparse de todos estos problemas. Sin embargo, según los gritos que ha escuchado salir de la oficina de Sakazuki, el pirata ha conseguido una vez más verse involucrado en un tema que no es de su incumbencia, y terminará agrandándolo hasta que sea algo con lo que los altos mandos tendrán que lidiar.

Francamente, Sengoku está muy feliz de haberse jubilado. Se da cuenta de por qué Garp siempre se toma las cosas con tanta tranquilidad: si no estás a cargo, ver los dolores de cabeza de los de arriba puede resultar incluso divertido.

Esa es su firme creencia hasta que suena el Den Den Mushi y la persona del otro lado no es ningún miembro de SWORD.

"Um... ¿Es este el Inspector General Sengoku?" Pregunta tentativamente la voz a través del caracol.

Tsuru, que se había detenido unos segundos para prestar atención a la llamada, suspira y vuelve a caminar de un lado a otro. Sengoku mira el caracol con confusión.

"¿Vicealmirante Bastille?" Ante la voz del Inspector General, el hombre suelta un suspiro cansado. Sengoku entrecierra los ojos cuando oye barullo de fondo. "¿Qué está sucediendo?"

"Lo siento, yo... No sabía a quién llamar," cuanto más habla, más pesadas se vuelven sus palabras jadeantes. "Los mares saben que el Almirante de Flota Sakazuki colgaría antes de que terminara de explicar la situación."

Tsuru pone los ojos en blanco. "¿Qué es lo que sucede?" Pregunta en voz alta. "¿Estás en una batalla?"

"Yo... No sé cómo describirlo. Esto es una situación sin precedentes."

De fondo se escucha un golpe seguido de una risa que no combina con el tono preocupado del hombre que grita: "¡Ten cuidado, Kid, aún estás herido!"

"¿Eustass Kid?" Vocaliza Tsuru en un susurro.

"Vicealmirante Bastille, ¿dónde estás? ¿Necesitas refuerzos?" Pregunta Sengoku alarmado.

"No, no," jadea el hombre. "No lo sé," admite. "Parece el infierno."

"¿Se ha golpeado la cabeza?" Murmura Tsuru acercándose al Den Den con preocupación.

"Vicealmirante Bastille, céntrate," dice Sengoku. "¿Contra quién estás peleando y cuál es la isla más cercana a tu posición actual?"

"Sphinx," dice el hombre con pesadez. "Y... Los piratas de Barbablanca."

Los dos ancianos se congelan. Pasa un segundo en el que solo se oye la estática y la lucha de fondo mientras que ambos intercambian miradas incrédulas. Cuando Sengoku está a punto de dejarle el caracol a Tsuru mientras va a enviar refuerzos y un doctor en dirección a Sphinx, suena otra voz.

"¿A quién llamas?" Hay un pequeño forcejeo en el que el caracol cambia de apariencia. "¿El Almirante de Flota? Killer dijo que Sengoku dimitió, ¿quién es ahora?"

"¡Akainu!" Grita una voz de fondo.

"Cielo santo, qué horror," dice otro.

Ninguna de ellas son voces que Sengoku reconozca, pero escucharlas hace que se sienta incómodo. El que tomó el Den Den vuelve a hablar, esta vez acompañado de pasos.

"Oookey, ¡Akainu, oye, amigo! ¿Qué tal te ha ido la vida estos últimos dos años? Pocos problemas con los que lidiar, ¿verdad?" El hombre se ríe.

"No soy Sakazuki," responde Sengoku lentamente. "Soy el Inspector General Sengoku, ¿quién eres tú? ¿Eres de los piratas de Kid?"

"Ooohhh, ¡entonces sí eres Sengoku! ¿Y de los piratas de Kid? No-no, en todo caso los piratas de Kid son nuestros ahora," los pasos se detienen. "Oyaji, ¿recuerdas lo que dije sobre aterrorizar a los que celebraron nuestras muertes? ¡Haz que se hagan pipí en los pantalones!"

Antes de que Sengoku pueda reaccionar a sus palabras, oye una risa profunda que congela todos sus sentidos y enciende sus alarmas. El Den Den vuelve a cambiar de manos, esta vez adoptando una apariencia que reconoce incluso antes de oír la voz que lo sigue.

"De acuerdo, Haruta," dice el hombre antes de hacer una pausa. "Sengoku, ¿verdad?"

El Marine no responde, por lo que su compañera habla lentamente.

"Esa voz... ¿Barbablanca?"

"Ah, y Tsuru. ¿También está el viejo Garp por ahí? Tengo una conversación pendiente con él."

Sabe que es imposible. Vio morir a Barbablanca con sus propios ojos, medio mundo lo vio morir. Aún recuerda sus últimas palabras, el horror que sintió al oírlas y el miedo que nunca se desvanece ante la fuerza inhumana del hombre.

"Contigo también, Sengoku," continúa el viejo pirata. "Pensaste que sería una buena idea atacar a mi familia, a mis hijos. Pensaste que te habías librado de mí y, estúpidamente, pensaste que te habías librado de la voluntad de Roger."

Tsuru jadea silenciosamente ante las palabras del hombre. Sengoku se mantiene congelado con el corazón a mil.

"Te equivocaste. Matar a Ace no haría desaparecer la voluntad de Roger. Sin embargo... Definitivamente llamó a mi furia. Te daré un único aviso, Sengoku, no intentes ir detrás de mi familia de nuevo. No descansaré hasta asegurarme de que todos aquellos que amenazan la felicidad de mis hijos hayan sido eliminados. Si haces un movimiento antes de que yo lo haga... Te arrepentirás."

Sengoku se ahoga. Si no estuviera a kilómetros de distancia, fácilmente diría que está bajo los efectos del haki más intimidante que ha sentido. La situación es completamente surrealista, como una pesadilla desquiciada. La idea de que pueda ser real... Hace que quiera perder la cabeza.

"Y," termina diciendo. "De parte de mi hijo Ace, jódete."

"¡Eso es, Oyaji!" Grita la voz que reconoce indudablemente de las horas que pasaron juntos en la plataforma de ejecución. "¡Mi único padre es Barbablanca, imbécil!"

Con esas palabras de despedida, el caracol se echa a dormir. Sengoku y Tsuru se mantienen tensos frente al Den Den Mushi, sin mover un solo músculo. No es capaz de precisar cuánto tiempo pasan mirando a la nada con respiraciones agitadas, pero se sobresalta cuando llaman a la puerta.

"Adelante," murmura.

Un soldado entra, pálido como una sábana. Lleva en su mano lo que parecen ser fotos, y antes de verlas ya sabe lo que es. Aún así, el hombre informa:

"El barco del Vicealmirante Bastille... Ha enviado unas imágenes realmente extrañas," comunica intentando mantener la compostura y tiende los papeles en la mano del Inspector General.

La primera imagen muestra la figura imponente del Moby Dick desde lejos, claramente captada antes de que la batalla se desatara. La siguiente muestra una perspectiva más cercana en la que además de los piratas en la cubierta, se distingue la figura de Barbablanca. Es justo como lo recuerda antes de su muerte, conectado a varios tubos. Ciertamente no se ha vuelto más joven, pero está claramente vivo. Las demás imágenes muestran rostros conocidos como el recién fallecido Izo, Puño de Fuego e incluso el comandante de la cuarta división. La última imagen es una captura terrible de no uno, sino dos fénix con llamas azules y doradas.

Con un golpe más fuerte de lo necesario, guarda las imágenes en el cajón de su escritorio y fulmina al hombre con la mirada.

"No dejes que nada de esto se filtre," advierte.

"S... ¡Sí, señor!"

Cuando el soldado sale de la oficina, Sengoku cae en su silla con pesadez. Tsuru aún no ha hablado, sino que le da a su viejo amigo una mirada inescrutable.

"¿Cómo ha sucedido esto?" Se pregunta el hombre horrorizado. "Esto es lo peor que podría suceder. Ahora que el mundo está patas arriba... Es una locura."

"Lo es," asiente la anciana.

"¿Y por qué siguen viniendo a mí con todas estas cosas? ¡Es responsabilidad de Sakazuki!"

"..."

"¿Te estás compadeciendo de mí?"

"Mucho," admite ella.

Sengoku se tapa la cara con las palmas de sus manos, inhalando profundamente e intentando no romper en llanto. Cuando algo golpea la puerta, salta de su silla.

"¡¿Qué demonios es ahora?!"

La puerta se abre lentamente dejando ver a su querida cabra. La tensión en sus hombros se relaja cuando el animal se acerca inofensivamente pidiendo caricias.

"No comas lo que te den los demás," regaña al ver un trozo de papel en su boca y lo retira para dejarlo sobre su escritorio y seguir acariciando a la cabra.

Tsuru alcanza el papel, lo ojea y lo deja caer antes de marcharse sin decir palabra. Sengoku intercambia una mirada con su cabra y se encoge de hombros antes de coger el periódico casualmente.

Se congela al ver que es una edición especial lanzada hoy mismo. La primera noticia habla sobre la situación de atrincheramiento en la Isla del Futuro, Egghead. Según el periódico, el Emperador Sombrero de Paja ha tomado como rehén tanto a Vegapunk como sus instalaciones.

Es tal y como Sengoku predijo: el chico se ha entrometido en algo que no era de su incumbencia y como consecuencia tendrá enfrentará algo más temible que una Buster Call. El periódico dice que un almirante está en camino, pero no le extrañaría que uno de los ancianos decida finalmente hacerse cargo del D. que tantos problemas está dando.

La segunda noticia felicita el exitoso regreso del joven héroe Coby y lamenta la desaparición de Garp el Héroe en Hachinosu, presuntamente a manos de Barbanegra.

Lee las palabras una y otra vez con un nudo en la garganta y manos temblorosas. Garp es alguien que siempre ha estado a su lado a lo largo de los años. Incluso después de batallas desastrosas contra Rocks o Roger, siempre fue la definición de 'bicho malo nunca muere'. Sin embargo, declararlo como desaparecido solo se traduce de una forma. Entró a la Isla Pirata y no logró salir de ella.

Por último, las imágenes que tiene en su posesión desde hace menos de una hora, alegando sobre la aparición de los 'fantasmas' de Barbablanca y su tripulación, le saludan como una burla. Hay incluso una toma de Puño de Fuego haciendo el símbolo de la paz con los dedos. Es ridículo, imposible, y sin embargo ahí está.

Con un suspiro pesado, se deja caer contra el respaldo de su silla y frota su rostro con una mano. Lleva todo el día en su oficina, pero sus músculos están doloridos como si hubiera luchado una guerra.

Con humor, recuerda que hace solo unas horas pensaba que estaban viviendo la peor de las situaciones. Como sucede cada vez más a menudo, estaba equivocado. Quizás, en vez de jubilarse, debió haber huido a una isla tropical y cambiarse el nombre. Mira a su cabra y suspira de nuevo. Qué fácil lo tienen algunos.

...

Gente ayuda mi compañera de piso me está chupando la vida. Habla DEMASIADO, y todo lo que creáis que es 'demasiado' es poco para lo que realmente es. Me paso los días con dolor de cabeza y no estoy a salvo ni en mi habitación porque ya se toma las confianzas de entrar incluso cuando cierro la puerta. Literalmente hace caca con la puerta abierta para no dejar de hablar conmigo,,, Lo estoy pasando peor que Sengoku, por difícil de creer que sea.

Dramas a un lado, espero que os haya gustado el cap. Como estoy haciendo cada capítulo con un POV distinto, pasé mucho tiempo pensando en a quién podría poner para oír la noticia de la aparición de los Barbablanca. El próximo capítulo seguirá con el periódico pero desde una perspectiva más cercana a los piratas <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro