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Ya tenemos:

-Portada.
-Adelanto.
-Guía A/B/O.
-Mitad de la introducción.

De la segunda temporada de Home y aún no hemos terminado ésta.

~Jé~ Ya quedáis oficialmente avisadas/os de que habrá una segunda temporada ❤

¿Quieres saber otro pequeño spoiler sobre esta segunda temporada? Házmelo saber ❤




-Gracias, papá- comentó Álvaro con emoción, abrazando a su padre- Díle a mamá que estaremos bien aquí y...-

-Que iréis a visitarnos en cuanto estéis instalados, lo sabemos, mi niño- le interrumpió su padre con diversión- Cuidaos mucho y cualquier cosa que necesitéis házmelo saber.

Efrén terminó de bajar las maletas, siendo molestado por Alex. Éste no paraba de comentarle la mala influencia que parecía ser Álvaro.

-¡¿Cómo puedes ser novio de ese pedazo de cavernícola?!- gritó el alfa con indignación- ¡Me ha mordido, Efrén!

Quitó la mano de su herida, la cual todavía se encontraba sangrando, aunque en menor cantidad.

-¿Si?- inquirió Efrén- Mira que pena tengo ahora mismo- comentó con dramatismo- Ayúdame con las maletas, maldito estúpido.

Alex lo miró con indignación, preparándose mentalmente para dramatizar un poco más.

-¡Qué estoy lesionado!- gritó- ¡L-e-s-i-o-n-a-d-o!- insistió- ¡Por culpa de tu novio agresivo!

Álvaro paró de hablar con su padre un momento, girándose para encarar al alfa.

Le acusó con su dedo índice, mostrándole sus afilados colmillos.

-Yo no soy agresivo, soy un amor de persona- le corrigió entre gruñidos- ¿Has entendido por las buenas o tengo que morderte otra vez?

Alex miró a Efrén, intentando transmitirle algo como ¿ves cómo es un tipo agresivo? ¡Díle algo!

Al ver que Efrén no hacía nada por defenderlo, soltó un pequeño gruñido y comenzó a caminar hacia el interior de la manada.

Álvaro le sonrió dulcemente, realmente feliz porque, indirectamente, lo había defendido a él.

Besó la mejilla de Efrén, girándose para dirigirle las últimas palabras a su padre.

Después de unos minutos éste se marchó, dejando a los dos alfas un poco de intimidad para que se mentalizaran sobre el gran paso que estaban a punto de realizar en sus vidas.

-Vamos a vivir juntos- comentó Álvaro con emoción- Juntos, juntos, juntos.

-Uh, sí- comentó Efrén, juguetón- Muy juntos- le guiñó un ojo.

Ambos comenzaron a adentrarse en la manada, tardando muy poco en visualizar a los integrantes de ésta frente a ellos, listos para darles la bienvenida.

Álvaro había leído un montón de cosas relacionadas con manadas desde que supo que iría a vivir a una, por lo que sabía cuán importante era para ellos recibir a los nuevos integrantes.

Por ello, no se sorprendió en lo más mínimo.

-Efrén, amigo- comentó una alfa con una gran sonrisa, acercándose a ellos- Bienvenidos a mi manada- le echó un pequeño vistazo a Álvaro- Supongo que tú debes ser Álvaro, ¿verdad?

-Sí, muchas gracias por aceptarnos- comentó de forma educada- Significa mucho para mí- se aclaró la garganta- Para nosotros- se corrigió a sí mismo.

-No es nada- comentó la alfa- Es un placer teneros por aquí- se giró, estirando su mano.

Un omega dio un paso hacia adelante, caminando hacia ella con rapidez para entrelazar sus manos.

-Él es mi omega y somos los principales encargados de resolver cualquier conflicto que pueda surgir- comentó la alfa- Cualquier cosa que necesitéis no dudéis en hacérnoslo saber.

Ambos asintieron.

-Aquí tenemos unas cuantas normas para asegurar la tranquilidad- continuó el omega con dulzura, mirándolos a ambos- La más importante es intentar resolver las diferencias con diálogo y si véis que la otra persona no cede, entonces tendréis que acudir a nosotros. Mi alfa se encargará de patear los traseros, no vosotros.

La alfa emitió una pequeña risita, besando la frente del omega con dulzura.

-La segunda más importante es que aquí no se obliga a nadie a estar con nadie, ni siquiera se puede utilizar la voz- insistió el omega- Y los omegas, betas y alfas emparejados son intocables.

Álvaro y Efrén volvieron a asentir.

-Bien, pues teniendo en cuenta esas normas, que son las más importantes, las demás podéis aprenderlas poco a poco en la convivencia del día a día- finalizó el omega con una dulce sonrisa- Esperamos que vuestra estadía aquí sea cálida y agradable para vosotros.

-Bienvenidos, chicos- comentó la alfa mientras estrechaba la mano de los chicos- Por aquí los cazadores suelen venir una vez cada tres meses para echar un vistazo, sólo debéis permanecer ocultos en casa durante esas horas y no habrá problemas.

-Gracias, muchísimas gracias- comentó Álvaro con emoción.

Los integrantes de la manada comenzaron a aullar, mostrando así la aprobación de la unión de los nuevos integrantes.

Sin embargo, estos se vieron interrumpidos por los caprichosos gimoteos de un omega que Álvaro conocía muy bien.

-¡Pero yo no quiero dar esa cosa de la bienvenida, alfa!- escucharon gritar- ¡Yo quería estar abrazadito a tí!

Poco después, tres alfas y un omega demasiado conocidos para Álvaro aparecieron en su campo de visión.

-Son las costumbres y hay que respetarlas, omega caprichoso- le regañó Zack- Vas a conseguir que estas personas se enfaden y nos echen de aquí a patadas.

Jack se cruzó de brazos, proporcionándole un fuerte pistón al piso.

Los integrantes de ésta, lejos de sentirse ofendidos, disfrutaban la escena del omega caprichoso.

Todos habían conseguido oler perfectamente el embarazo en el omega cuando tuvieron que darles la bienvenida.

Así que comprendían perfectamente el comportamiento de Jack, casi compadeciéndose del pobre alfa.

Porque en algún momento los síntomas empeorarían, y que la Diosa lo librara de los mordiscos que pronto comenzaría a recibir cuando no cumpliese un antojo.

-¡No me lo puedo creer!- gritó Álvaro, mirando con emoción a Efrén- ¡Están aquí!

Efrén le sonrió con dulzura, comentándole un sorpresa.

-¡Gracias, gracias, gracias!- gritó, extasiado.

Se abalanzó sobre su alfa para repartir muchos besos sobre su rostro.

-¡Te amo!- gritó, separándose de él para echar a correr hacia sus amigos.

El malhumor de Jack pareció mejorar considerablemente al ver a uno de sus mejores amigos correr hacia él.

-¡ÁLVARO!- chilló con entusiasmo- ¡ABRACITO!

El omega estiró sus brazos, esperando impacientemente a que el alfa llegara a él y lo alzara en sus brazos.

Álvaro, cumpliendo el capricho del omega, lo alzó en brazos y comenzó a dar vueltas, escuchando los chillidos entusiastas de Jack.

-¡Estás aquí tú también!- gritó, abrazándolo fuertemente- ¡Estaremos los tres juntos por siempre!

Jack estiró sus brazos hacia Jey también, gritando otro abracito grupal.

Jey no lo dudó, abrazando a Jack y Efrén.

-¿Y nosotros qué?- inquirió Zack, burlón.

-Vosotros os jodéis, no podéis entrar en el grupo de mejores amigos- le regañó Jack- Ya seríamos demasiados.

Todos rieron por las ocurrencias del omega hormonal.

-Oye, Jack- comentó Álvaro- ¿Estás em...-

El omega tapó la boca del alfa con rapidez, cortando su frase. Gritó, entrando en pánico.

Eso ha estado cerca.
Pensó Jack, angustiado.

Aunque su secreto estaba a salvo todavía, porque, claramente, Zack no lo sabía.

-Cállate o te expulso del club de mejores amigos- refunfuñó Jack, mostrándole sus colmillos.

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